Época de convalecencia

La luz de la mañana que se colaba entre las cortinas de la habitación fue lo que despertó a Alec de su sueño. Al abrir los ojos, lo primero que sintió fue un fuerte dolor de cabeza, que luego se extendió por todo el cuerpo. No se había sentido así hacía muchos años, desde su accidente; por un momento incluso, llegó a creer que estaba en el hospital, y que todo lo que había pasado con él en los últimos cinco años había sido sólo un sueño. Pero no...cuando logró enfocar la vista se dió cuenta que conocía el lugar en donde estaba, y lo último que era, era un hospital...

¿Pero entonces donde estaba?

Cerró los ojos de nuevo; sólo fue un parpadeo, pero el tiempo fue suficiente para que su cerebro ordenara las ideas y recuerdos de nuevo. Estaba en la suite de Abel. Había salido de ella cuando era de noche (aunque no podría decir se había sido la noche anterior precisamente) para conducir...y después...después...no lo recordaba. ¿Se habría vuelto a estrellar? Eso al menos explicaría que le doliera hasta el cabello. Sin embargo, de haberse estrellado, estaría en un hospital y no ahí...¿Entonces se emborrachó? Si lo había hecho, no había duda de que esa era la peor borrachera de su vida...

-Abel?...-susurró, aclarando su garganta.- Abel?!

No había podido dormir en toda la noche, no era normal que Alec no llamara para avisarle que no iba a llegar o que demoraría más de lo dicho, y mucho más raro que eso era que el rubio no contestara el celular cuando supuestamente siempre lo cargaba con él. Cuando ya era muy tarde, llamó a la compañía de celulares e hizo que ubicaran el de Alec, cuando supo que estaba en la playa no supo si molestarse o si preocuparse, pero cuando llegó allá, se sintió de verdad mal…había tenido un mal presentimiento pero no le había querido hace caso.

Cuando lo llevó a su suite y se encargó de meter a Alec en las sábanas y de hacer que alguien lo atendiera, pudo ver las marcas de la mordida de la serpiente, sólo conocía a alguien que tenía una serpiente de “mascota”, aunque más bien eso parecía arma, y que sería capaz de hacer algo así, y aunque el tipo era peligroso…creía necesario aclarar algunas cosas.

Escuchó que el cantante lo llamaba y entró rápido a la habitación, su aspecto era horrible por no haber dormido nada y por habérsela pasado tan preocupado. Llegó con Alec y se sentó en la cama a su lado con bastante sutileza, después le agarró la mano.

-Aquí estoy…tranquilo.- le dijo mientras trataba de relajarlo un poco.- ¿recuerdas lo que pasó?- si el shock había sido demasiado y no recordaba…sería lo mejor, conocían a ese tipo por despiadado.

Vio a Abel entrar a la habitación y se relajó un poco. Al menos ya estaba seguro de que lo que podía recordar era real. No le gustó nada la cara que traía su amigo. Parecía bastante cansado; estaba ojeroso, realmente no se veía bien. Claro que el rubio no era consciente de que su aspecto era mucho peor en ese momento.

-Te ves horrible...-fue lo primero que le dijo, algo sorprendido de que el otro lo tratara con tanta delicadeza...¿entonces realmente le había pasado algo malo?.- dime tú...no recuerdo nada...sólo sé que me duele todo...-al decirlo, y como confirmación, hizo una mueca de fastidio.- no me digas que me estrellé de nuevo? por que sería el colmo...

Entonces tosió y el cuerpo se le sacudió de tal manera que por primera vez fue consciente de las partes exactas que le estaban doliendo. La cabeza, el brazo, pero sobretodo la entrada a su cuerpo. Y el dolor era bastante agudo en ese área.

-mierda....me duele el trasero como si me hubiera acostado con cinco Abeles en una hora...

Al principio el rubio le dijo que se veía horrible, Abel no le respondió nada porque sabía que era así; después el menor le dijo que le dijera qué le había pasado, ya que no recordaba nada…sólo sabía que le dolía todo el cuerpo.

-No…no te has estrellado.- le dijo con voz suave y tranquilizante, la que Alec sabía que Abel usaba cuando quería tranquilizar a alguien porque algo malo había pasado, podía engañar a muchos, pero no al rubio.

No puso qué decirle cuando su amigo tosió e hizo el comentario sobre su trasero, no sabía si decírselo o no, aunque seguramente el otro ya lo sabía bien, tenía que ser cuidadoso para no alarmarlo, además no sabía si ese tipo había usado condón o algo…porque Alec no se cuidaba.

-Ayer te emborrachaste demasiado.- dijo en tono casi creíble.

Estaba esperando que Abel le devolviera la broma, pero cuando el más alto no lo hizo Alec acabó de preocuparse. Una idea de lo que había pasado acababa de llegar a su cabeza, y no le gustaba nada.

-Me emborraché y después qué? Empezé a bajar las escaleras sentado?!.- no estaba molesto con Abel, pero había empezado a alterarse y que el otro no le dijera nada no ayudaba.- Abel! si sabes algo dime en vez de quedarte mirandome!...

Trató de sentarse pero no pudo, así que volvió a tirarse a la cama, esta vez boca abajo y algo pálido. Ya estaba seguro. Él no dejaría que nadie lo dejara en esas condiciones...no voluntariamente al menos...le habían violado. Eso era lo único que explicaba la cara del más alto. No lloraba con facilidad, así que en vez de eso estaba enfadado...

-mierda mierda mierda!.-gritó, golpeando el colchón con los puños.- mierda!!!

Lo más desesperante era, no saber nada...trató de recordar...pero era imposible...

No importaba cuanto preguntara Alec, Abel simplemente no hablaba; aunque su amigo le gritaba, el alto no era capaz de hacer nada, le daba miedo la reacción que pudiera tener el rubio.

El cantante trató de sentarse pero el dolor se lo hizo imposible, ahora que Abel sabía que el menor no recordaba lo que había pasado, tal vez lo mejor era no decirle nada y él por su parte arreglar las cosas, aunque sabía que hablar con ese tipo era suicidio.

-Tranquilízate por favor.- lo trató de tranquilizar agarrándole las manos.- estás bien y estás aquí y es lo que cuenta.- no sabía qué había sido de él si algo le pasaba a su mejor amigo.

-El doctor ya te vio…te recuperarás pronto…y después te haremos algunos exámenes para asegurarnos de que no tengas nada, todo va a estar bien…tranquilo.- si no decía que no sabía quién lo hizo…técnicamente no mentía ¿no?

No, no podía estar tranquilo. Pero Abel no tenía la culpa...él sólo trataba de ayudarlo...así que, para no desquitar su frustración con la persona menos indicada de todas, Alec se soltó del más alto y levantándose con mucho esfuerzo fue a encerrarse en el baño.

Lo primero que hizo fue verse al espejo. Su expresión en conjunto era mucho peor que la de su amigo, y eso era ya bastante que decir. Se mojó el rostro con agua fresca, pero eso no alivió mucho su estado...le parecía de lo más extraño no poder recordar absolutamente nada....quizás, pensó, estaba drogado?...Aún ahora había episodios de su juventud que no podía recordar por estar bajo el efecto de las drogas...sí, era lo más probable, aunque eso no explicaba por qué no recordaba haber ingerido ninguna clase de estupefaciente...toda la situación era irreal...y por algún motivo sentía que Abel sabía algo...pero sólo podía ser su imaginación...

No podía decir cuánto rato había estado perdido en estas cavilaciones cuando el más alto tocó la puerta del baño. El rubio suspiró y abrió la puerta con la mirada baja, sombrío...

-Tranquilo, no voy a matarme ni nada...

Dijo, para luego dejarse caer en la cama

-Tengo que...hacerme un examen de embarazo y eso...

Ni a Abel ni a Alec les gustaba hablar de ese tema; ambos tenían hijos perdidos, y para ambos había sido la peor experiencia de su vida...pero era necesario...

-Si estoy embarazado...Abel...lo abortaré

Alec se encerró en el baño, el alto lo dejó…porque pensó que sería lo mejor, entendía que su amigo tal vez no tenía ganas de hablar con nadie en ese momento; pero después de bastante rato el cantante no salía del baño y el dueño del hotel empezaba a preocuparse, no quería pensar mal pero no podía dejar que pasara algo malo, así que tocó la puerta.

Se alegró cuando vio a Alec abrir la puerta, pero se puso triste una vez más cuando lo vio con la mirada gacha, entonces el rubio le dijo que tenía que hacerse un examen de embarazo; el tema era bastante incómodo, pero lo que después le dijo Alec fue algo que el mayor no se veía venir.

-¿Qué? pero Alec…no…no puedes hacer eso.- sabía que Alec había pasado por lo mismo que él, por eso no se explicaba que su amigo tomara esa decisión sin siquiera pensarlo un poco más; no sabía si él podría…ciertamente no quería tener un hijo, pero si algo así le pasaba no creía tener las agallas para hacer a su pareja abortar.

-Piénsalo bien por favor…- le cogió una mano y lo hizo mirarlo a los ojos.- sé que su padre tal vez sea un desgraciado…pero es una vida de lo que estamos hablando.- sabía que no tenía por qué interferir, pero en ese momento no lo pudo evitar, si lo hubiera pensado cinco minutos más tal vez había dicho lo mismo que el rubio.

Alec apretó la mano de su amigo con fuerza. Necesitaba ese contacto...ese cariño...alguien tenía que darle fortaleza en ese momento, y no había nadie mejor que Abel para eso

-Es que como si...-murmuró, sin mirar al más alto.- como si viniera cualquiera de los imbéciles con los que te has acostado y te dijera que tiene un hijo tuyo...podrías...podrías tener una criatura de alguien que no quieres...después de...de saber lo que se siente la posibilidad de tener una de...alguien que amas?...Podrías??

Para la última pregunta alzó la mirada. Tenía los ojos llorosos pero ya no le importaba...de pronto se soltó en un llanto insensato; muchas cosas reprmidas salían a la luz en ese momento...su cuerpo aprovechaba para desfogarse

-Quiero a Heiji!!...quiero a Heiji y a mi hijo! quiero vivir al lado de mis padres y hacer la comida y cuidar a los niños!.-se abrazó de Abel, llorando en su pecho.- tú no quieres a Hana?...no la extrañas?...no quieres que vuelva y dejar de buscarla en...en...cualquiera?...

Y es que de pronto sentía que todo era su culpa...lo que le había pasado era una consecuencia de la mala vida que llevaba....

Alec le explicó, no quería tener un hijo de alguien a quien no quería sabiendo que lo pudo tener con alguien a quien amó, y Abel lo entendió…entendía que su amigo no quería un hijo que jamás había deseado y al cual no iba a querer como si fuera suyo, y no podía culparlo…porque cuando su amante y su hijo o hija murieron…sintió que parte de él murió con ellos.

El rubio lloraba mientras le preguntaba si él haría lo que estaba pidiendo; le dijo que quería a Heiji, quería vivir al lado de sus padres, hacer la comida y cuidar a sus hijos…él sólo quería una vida normal y Abel quería algo parecido, él quería a Hana a su lado, quería tener a alguien que sabía que siempre iba a estar a su lado, alguien que lo ayudara a criar a sus hijos y que no importaba qué fuera…siempre le iba a comprender.

-Lo sé Alec…- dijo con los ojos llorosos por recordar esas cosas.- no sabes lo que daría por tenerla al lado, por poder cuidarla a ella y a mi bebé…si hubiera podido hubiera muerto con ellos dos, pero estoy aquí…y aunque la extrañe no puedo hacer nada porque regrese…- lo abrazó mientras aún lo dejaba llorar.- estoy tan cansado como tú…pero tenemos que seguir con nuestras vidas ¿de acuerdo?- le besó la frente.- por ellos.

-Y te entiendo…tienes razón, iremos al doctor y si resulta que estás embarazado buscaré el mejor para que te practique el aborto...no te voy a abandonar Alec.

Era un egoísta. Tenía que haber ido a abrir la herida de Abel junto con la suya...el arrepentimiento le vino cuando vió los ojos llorosos del más alto. Para hacer llorar a Abel...era un maldito egoísta...

Inmediatamente dejó de llorar; se secó las lágrimas con la manga de una chaqueta que a penas caía en cuenta no le pertenecía pero, no dejó de abrazar al mayor...aún no tenía fuerzas para eso, necesitaba seguir apoyándose en él...

-Y después...-murmuró, en el pecho de Abel, entre dientes, con una rabia que no sabía que podía tener.- vamos a encontrar a ese hijo de puta...y le voy a hacer pagar...

No podía recordarlo, pero lo haría. Si no lo lograba a través de su mente, ya se las arreglaría...aún le quedaba la sensación de que Abel sabía algo, e iba a explotarlo...

Alec se secó las lágrimas, pero siguió apoyado en el pecho de su amigo que le daba refugio y confort; el dueño del hotel escuchó lo que el rubio le decía, que iban a buscar al maldito que le hizo eso y lo iban a hacer pagar, pero Abel no estaba tan seguro de eso, el cantante no sabía en lo que se metía.

Al final también se limpió las lágrimas, de nada le servía llorar ya por esas cosas, sólo lograba sentirse más solo cada vez; un compañero además de Thor, que los miraba desde el sofá triste, no le vendría mal…tal vez un esclavo…alguien por quien no tuviera que preocuparse de que un día simplemente se iría.

-Alec…no sé si sea buena idea, tal vez lo mejor sea dejar las cosas así, además me has dicho que no recuerdas nada ¿no? cómo piensas encontrarlo.- dijo aún sin soltar a su amigo y así evitar que el rubio lo viera a los ojos y supiera que algo le estaba ocultando; el cantante lo conocía bien y en cuanto lo viera a los ojos sabría que Abel no decía algo, por eso este no quería mirarlo.

-Sí, es cierto, no recuerdo nada...pero, eso hasta puede ser una pista!.-dijo Alec eufórico, alzando la cabeza para ver a su amigo pero demasiado distraído para notar nada en su mirada.-la memoria no se borra por sí sola...

Se levantó de nuevo; parecía que la idea de encontrar a la persona que le había hecho ese daño lo reanimaba. Caminó dando casi zancadas por la habitación, para luego encender un cigarro que sacó de la mesa de noche y seguir paseandose, hablando y pensando al mismo tiempo.

-Un detective...tenemos, mi falta de memoria...esta ropa...que no es mía...y...-miró a Abel casi por sopresa, clavandole la mirada.- lo que tu puedas decirme...¿cómo me encontraste?...¿dónde?...todas esas cosas servirán...

Se llevó la mano a la cabeza y se la sobó, a veces Alec sin querer le provocaba dolores de cabeza, no entendía por qué quería encontrar a ese tipo…le había hecho daño…no entendía por qué el rubio se comportaba así.

-Te encontré en la playa y usé tu celular para ubicarte; Alec por favor…¿por qué quieres encontrar a ese tipo? ¿qué piensas hacer si lo encuentras? ¿no es mejor dejar las cosas como están?...reconsidéralo…- le dijo mientras iba detrás del más bajo.

No podía creer al músico, entendía que tuviera curiosidad y rabia…¿pero un detective? Para el dueño del hotel eso era ir demasiado lejos, además seguramente Dantes no quería a alguien que estuviera averiguando cosas de él. Si Alec no desistía con eso, tendría que decirle la verdad…detestaba ser malo para mentirle a Alec.

-Así que... no estaba ebrio?.-Alec no había olvidado una palabra dicha por su amigo en los minutos anteriores, así que el cambio de historia no pasó desadvertido; ahora estaba seguro de que Abel le ocultaba algo, pero no tenía idea de que...

Y sin embargo, pensó, mientras fumaba, mirando al suelo, no podía ser por nada malo. Sea lo que fuere que el más alto le ocultaba...debía tener una razón poderosa para hacerlo..

Pero estaba bien. Alec no iba a presionarlo. Vió la expresión desencajada de Abel cuando el rubio lo sorprendió con su pregunta y se decidió. Lo haría solo...buscaría a ese tipo sin que Abel lo supiera...

-Olvídalo...dijo de pronto, cambiando de expresión y de actitud.- tienes razón...vayamos al hospital y se acabó...

Alec lo había descubierto en su mentira, no podía creer que había sido tan tonto…el rubio lo había empujado poco a poco a ponerse nervioso y decir una tontería. Aún estaba pensando en qué decirle al músico cuando este le dijo que lo olvidara, que tenía razón y lo mejor era sólo ir al hospital y dejar las cosas por la paz. Desafortunadamente para el rubio, él tampoco era bueno mintiéndole a su amigo, así que este supo que no haría lo que decía.

-Alec…- se sentó en la cama y miró a los ojos a su amigo, tenía que decirle la verdad para que este entendiera que no debía de buscar a ese tipo.- ¿por qué demonios eres tan terco?- dijo con una sonrisa triste en el rostro.- ¿ves las marcas de mordidas en tu brazo?...son de serpiente…sólo conozco a una persona en Zados que tenga una serpiente como mascota y que es capaz de hacer algo así. Se llama Gabriel Dantes y es un mafioso muy peligroso…no te metas con él por favor.- le dijo casi en tono de ruego.

Se vió el brazo. Le dolía, pero recien notaba por qué...mordidas de serpiente...algo en su cabecita rubia y tonta se despertó en ese momento...no era un recuerdo, mas bien un sentimiento...como de terror...dejó de verse el brazo y volvió a fumar el cigarro casi por acabarse...Gabriel Dantes....Gabriel Dantes...

No. Ni la mención del nombre podía hacer que recordara nada...pero ya no tenía importancia...tenía el nombre, sabía quien era...y tal vez no ahora que las cosas estaban frescas...pero algún día...algún día...

-Debe ser peligroso, para que alguien como tú.-como tú quería decir, de una familia poderosa.- no quiera meterse con él....-tiró la colilla del cigarro por la ventana, y se quedó dándole la espalda a su amigo...mirando la ciudad que se veía tan pequeña desde el útlimo piso del hotel. Tan pequeña como se sentía él, por la impotencia...

-Bien, quédate tranquilo...no haré nada...-pero eso sí...quería verlo; buscaría la ocasión...necesitaba un rostro con el cual tener pesadillas.- no soy suicida...

El rubio se vio el brazo, pero su rostro aún era de confusión, era obvio que no recordaba nada y Abel creía saber por qué…Gabriel había usado alguna droga para que el cantante no recordara nada.

Al final le dijo que el mafioso debería de ser una persona muy peligrosa en realidad para que el mismo Abel von Bremen no quisiera meterse con él…y ciertamente lo era, y no era que el alto le tuviera miedo, era sólo que no era sensato meterse con aquel hombre.

Supo que su amiga se sentía horrible e impotente, pero no podía hacer más por él, hablaría con Gabriel…seguro que sí lo haría, pero cuando Alec no estuviera con él. El rubio le dijo que se quedara tranquilo porque no iba a hacer nada, Abel decidió creerle.

-Está bien…vamos al hospital.