Zados: La Isla del Pecado
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Zados: La Isla del Pecado

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 Acompañando al café

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Alexander
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MensajeTema: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeMar Sep 16, 2008 12:16 am

Aquella era la mejor hora para el café. Justo después de la primera clase, durante la única hora libre al día que tenía como profesor. Cualquiera que hubiese dicho que ser profesor era una tarea fácil, seguramente era porque nunca había ejercido tal profesión. Era, hasta cierto punto, agotador, entre inconvenientes como alumnos que no prestaban atención o que, peor aún, intervenían en las clases, hasta aquellos que eran justo lo contrario y llegaban a importunarle en todo momento, como si él no tuviese que hacer otras cosas. Impartir cátedra a aquellos alumnos que buscaban demasiado era algo que, según imaginaba, debía hacer con satisfacción, pero no podía ser siempre así. A veces se cansaba y deseaba tener un descanso, justo como el que estaba teniendo en ese momento, sentado en una de las mesas de la recién abierta cafetería, disfrutando de la ausencia de los estudiante so al menos de demasiados, dado que siempre había uno que otro que tenía clase libre y al igual que él, pensaba en ir a tener un pequeño desayuno.

Paseó la vista por los alrededores, fijándola en los detalles, observando por momentos a las personas que entraban y salían. Sonrió a la nada, una sonrisa vacía y muerta, más una acción causada por inercia. Ambiente agradable, clima templado por el ambiente artificial del interior. Faltaría que pudiese fumarse un cigarrillo para que todo estuviese perfecto. Alexander se llevó la taza de café a los labios, saboreando el regusto amargo del café italiano que había pedido.

Volvió a observar alrededor, notando entonces una presencia ya conocida. Llevaba tiempo de conocerle, aunque sólo de vista y habían hablado un par de veces, más bien poco. Daba hasta curiosidad el ver a alguien que parecía tan... reservado, por no decir antisocial. Ni en las fiestas que se hacían a veces lo había visto y tampoco se lo había topado, aún, por los bares y cantinas de la ciudad. Reservado, de vida tranquila, un perfecto literato, eso era lo que parecía Demian Delancurt, el profesor de Literatura y Lingüística de la Universidad. - Parece bastante solitario- Pensó entonces, mientras seguía observándole, casi sin querer, manteniendo la vista fija en él más tiempo del que era considerado educado. La sonrisa, pequeña y apenas presente, continuó en sus labios al momento de tomar aquella decisión y, con determinación, se levantó de su asiento, llevando consigo su fiel taza de café.

- Buenos días, profesor Delancurt - Saludó, cuando hubo llegado hasta la mesa en que se encontraba el aludido. Para entonces la sonrisa, antes pequeña, había disminuido hasta convertirse sólo en un leve levantamiento de sus comisuras. - ¿Le molesta que me siente con usted? - Preguntó, educadamente, tras haber, esperaba, llamado su atención.
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MensajeTema: Re: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeMar Sep 16, 2008 12:48 am

Ese día, especial dia le habian dedicado los demas, quien les habia mencionado sobre su cumpleaños a esos ingratos!, solamene no podia creerse, habia tenido que pasar a fuerzas dos horas sentado mientras pubertos enanos se la pasaban cantando esa molesta cancion de las mañanitas. Que no veian que ya era demasiado tarde para cantar esa ridicula cancion??¿. Asi fue que atado casi a su silla se habia visto con una cara de total aburrimiento, a veces corriendolos sin lograr grandes avances con ellos, hasta que despues de esas dos horas, la campana le habia salvado y además, para aquellos deseosos de quedarse a conversar habia mentido con que tenia que llegar al baño antes, y de ahi irde a preparar un examen sorpresa por lo de la fiesta sin siquiera haber pedido algun permiso, patetico, su cumpleaños habia pasado ya varios dias, y esos malnacidos apenas estaban trayendolo, seguramente era una burla hacia su persona, bien ideada por cierto, eso habria que notarlo por sobre todo, pues tampoco resultaba el maestro mas querido en el edificio.

Más tarde despues de un victorioso escape de aquella manada de molestos escuincles, habia llegado hasta la cafeteria, todo aquel embrollo le habia dado un poco de hambre, por lo que no tardo en ir a recoger sus supuestos alimentos bien elaborados, de los que tanto le presumia esa señora que era la encargada de la cocina en aquel comedor, si, claro, con tanta grasa a todos los queria poner en engorda, pero no decia nada, solo se mostraba tan serio como todos los dias, tomando sus alimentos, contaba de: un plato con doble huevo, un poco de arroz frito a un lado, pure de papa y de postre un delicioso flan con mermelada de fresa, si, era lo unico que podia comer que resultara ser algo dulce y que no parecia molestarle en lo absoluto, pero ese era un secreto estrictamente reservado para el y como de la nada, con su taza repleta de cafe bien cargado, y casi con deseos de ir a fumarse uno de sus tantos cigarros. Pero mala suerte, mas tarde tal vez podria salir a hacerlo en el jardin.

Fue entonces a ocupar un lugar cercano a la ventana, el aire acondicionado pegaba mejor de ese lado y le encantaba sentir el frio en su espalda mientras desayunaba, bebio un sorbo de su café y despues, observo como aquel otro maestro, si, aquel, el de las juntas que a cada momento hacian los tan solidarios grupos de profesores, se le quedaba viendo, que tanto le miraba?, que no se daba cuenta que habia sido descubierto, se molesto solo un poco, antes de prestar mas atencion a lo que era su desayuno, comenzando a comer de este mismo , sin queja a pesar de que no resultaba muy sabroso y aun asi costaba demasiado.

De la nada entonces, vio como tenia a aquel maestro frente suyo, que profesor tan valiente al haberse acercado, tomo entonces su taza de cafe y bebio de esta, dando la indicacion de que podia sentarse en esa misma mesa, que mas daba tener un poco de compañia en la hora de la cena, y que casualmente habia pedido un desayuno para cenar, que cosa mas ironica, pero resultaba mas delicioso con solo pensarlo.

-Puede hacerlo, no veo el motivo por el que no podamos charlar un poco, Profesor Alexander.

Dijo con su tono de voz tan serio que podia costar algunas veces pensar que no estaba de mal humor, mas en este caso, si lo estaba.

(xD)
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MensajeTema: Re: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeMar Sep 16, 2008 1:19 am

Al parecer, al profesor Delancurt le gustaba el frío o al menos eso podía deducir, puesto que de inmediato, al llegar a aquel sitio, había sentido un leve frío, proveniente del aire acondicionado. Bien, a él no le molestaba en absoluto el frío, encontrándolo, ciertamente, bastante agradable, por lo que ninguna objeción tenía al respecto. Si miraba bien a su compañero de profesión, comparándolo con otras veces, no lo notaba de muy buen humor. No era que se notase realmente el cambio, puesto que en realidad veía en él la misma faz de siempre, un tanto fría, curiosamente inexpresiva, como el de una muñeca de cera. Sin embargo, algo se sentía diferente a otras veces que se había acercado al hombre. Algo como tensión, como un aura que le rodeaba, cargada de hastío, de fastidio y disgusto.

Quizá, estaba importunando, sin embargo, no veía un rechazo claro y él no podía, sin que el otro le dijese, entender del todo si su presencia era o no bienvenida. Al parecer, su inteligencia emocional no estaba del todo desarrollada y se hallaba deficiente en varios aspectos. Pero trataría de mejorar, eso sí, mejoraría y podría relacionarse con otros de una manera no hipócrita como el usual, sin meta más que simplemente entablar una conversación, conocer al otro en verdad y no buscando un fin específico e interesado. Tan, tan diferente a lo que había vivido en su profesión política anterior. La sonrisa pequeña se disolvió definitivamente mientras tomaba asiento, sintiendo el asiento frío y observando, de un vistazo rápido, el desayuno del otro. Él no desayunaba nunca, no solía tener hambre. Una fruta muy temprano, antes de ir a la Universidad, le bastaba para todo el día, hasta la tarde, cuando tenía un descanso más, prolongado ya veces salía de trabajar, yendo a casa a descansar o intentar hacerlo.

Charlar. Ni siquiera estaba del todo seguro sobre qué podría decir, de qué podrían hablar. Trató de buscar algún tema en su mente, algo que el otro no rechazara como tema de conversación. Siempre veía al profesor Delancurt con algún libro, ¿y si hablaba de eso? era una posibilidad y era probable que Alexander acabara tomando ese tema, por considerarlo seguro.

- Se le ve un poco... irritado - Soltó entonces, sin saber bien por qué lo había hecho. "Un tema seguro, Alex, habíamos dicho que un tema seguro" se regañó a sí mismo, por no haber pensado bien, por haberse dejado llevar por un impulso estúpido. Y, sin embargo, se había ya lanzado al vacío con aquellas palabras, metiéndose en terreno peligroso y personal. Llevó la taza de café a sus labios una vez más, bebiéndola lento, dejando que el calor de la bebida bajara por su garganta y luego subiese a sus mejillas.

- A veces los alumnos pueden ser bastante molestos - Comentó, como desviando un poco el tema personal para volverlo un poco más profesional, en sentido de que hablase de sus profesiones, sin tocar nada más, sólo en ámbito laboral. - Y lo irritan a uno. Son días malos, simplemente.

Definitivamente, no era bueno para externar sus pensamientos, mucho menos para animar a las personas. Era su sufrimiento eterno, querer relacionarse sin lograrlo del todo, querer a las personas sin hacerles llegar sus sentimientos. La historia de su vida, a fin de cuentas.

(XDD)
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MensajeTema: Re: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeMar Sep 16, 2008 12:45 pm

El otro no habia tardado demasiado en hacer caso a la palabras de Demian, tomaba el asiento hasta con cuidado y por mas raro que eso fuese le resultaba comico solo pensarlo, hasta los maestros intentaban ser cuidadosos con una persona como él. Como no iva a resultar divertido ese pequeño detalle, donde otros facilmente se sentian casi vulnerables con su presencia, no era malo, pero su frialdad y desinteres siempre mostrado con otros parecia ser exactamente lo apropiado para con esas otras personas. Más llamaba su atencion ciertamente el comportamiento de aquel profesor, porque es que le estudiaba demasiado, jamas habia notado en otros ese mismo tipo de comportamiento, pareciera como si realmente se interesara en sacarle de su, reservacion especial, no estaba seguro, y eso aun mas llamaba la curiosidad en el pelilargo, sonriendo solo un poco como todo buen maestro o adulto lo hace al escuchar algo realmente gracioso, claro, Alexander era el tipo de maestro que parecia ser un tipo bromista de vez en cuando, pero no lo conocia, tal vez le estaba catalogando en un mal lugar, seria bueno conocerlo para saber donde deberia de acomodar aquella peculiar personalidad de su compañero.

Entonces noto la mirada sobre su desayuno, hasta eso llamaba la atencion de Alexander?, era tan importante conocer la alimentacion de el tan profundamente, eso le habia dejado algo sorprendido, pero eran tonterias que pasaban por su cabeza sin ser realmente del todo analizadas, palabras sin sentido que se formulaban y eso , era todo lo que se atrevia a pensar de sus pensamientos, si, en esos momentos. No obstante no dejaria de cenar su desayuno por la sola presencia de aquel compañero, siguiendo con su apetito, no era bueno dejarlo con hambre si se deseaba una buena conversacion con el, asi que continuo comiendo sus deliciosos, pero no tanto, y faltandole algo de sal, alimentos. Llevandose un poco de pure con huevo a la boca, disfrutandolo mientras se dedicaba a masticarlo bien y no tener dificultad para tragarlos, no le interesaba mucho como pensaria el otro sobre su estilo de comer, o como comia, y que es lo que comia, si estaba ahi, tenia que aguantarse los modales de este profesor,que a veces no solian de ser todos muy buenos.

Ya era tiempo de que el otro mencionara alguna palabra, mas lo veia debatiendose mentalmente, que le pasaba por la cabeza al otro?, que no pensaba charlar de nada y se dedicaria a verlo comer y nada mas?, no lo consideraba algo del todo llamativo, pero si asi lo queria esa persona no se quejaria de nada, mientras no le molestara, todo estaba bien. Pero no fue eso lo que hizo que parara de comer, su mirada castaña se centro en aquellos ojos ajenos cuando menciono la palabra irritado, cierto , estaba irritado por sus molestos alumnos que ademas de no tomarse las molestias de investigarlo bien al menos, venian a quitarle tiempo sagrado de encima perdiendolo en una estupida fiestecilla con papitas y soda barata. Entonces fue que una sonrisa un poco falsa se formo en su rostro, atreviendose a responder.

.- Tiene razón, Profesor Alexander, me encuentro un poco irritado personalmente, han sucedido cosas que no tenian que haber, como dije, sucedido, no me gusta mucho perder mi tiempo en insignificancias, si es que me comprende.

Dijo secamente mientras llevaba igual que el otro la taza de café a su boca, bebiendo gustosamente de este como si de agua se tratara, sin terminarlo pues igual sabia que tenia que durarle al menos durante ese desayuno en la cena. No obstante siguio escuchando las palabras que decia el otro profesor, que le hacia decir todo eso, es que acaso lo habia estado siguiendo?, enfermo seria si le hubiese seguido hasta la zona del baño, ahi si le preocuparia un poco ese hecho, tenerle fijado, varias sorpresas se encontraba ahora, pero llamaba igualmente su curiosidad, de que el otro profesor intentara sacarle algo para conversar.

.- tiene razón, de nuevo, los alumnos tienden a molestarme, me gusta mas cuando solo entran, responden en clases y se van al terminar esta misma, no me pagan para ser niñera de estos chicos, me pagan por enseñarles algo que deberan aprender a utilizar mas adelante. En todo caso, este dia ha sido el peor de todos con los que halla llegado a toparme, al menos, hasta esta tarde.

Menciono, pues tampoco queria decir que encontrarse con su compañero en el edificio. Alexander. Resultara una del todo, totalmente una molestia, no era asi para nada. Y algo picaba aun mas su curiosidad, mirndo fijamente con sus ojos a aquellos ajenos, esos que parecian seguir queriendo hacer algo, para quedar bien con Demian, algo que lo dejaba solo un poco desconcertado.

.- le noto un poco preocupado, sera que le preocupa hacerme enojar como mis alumnos?

Dijo con un tono un poco mas suave, no tan pesado o seco como solia hacerlo, el punto no era asustar a aquel profesor que tenia como compañero, sino, simplemente tener algo de que charlar y conocerse al menos un poquito más.
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MensajeTema: Re: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeMiér Sep 17, 2008 10:52 pm

Había en él una clase de curiosidad innata por las personas, puesto que, aunque realmente le gustase la compañía de compañeros, no era para nada bueno en expresarse, por tanto, había aprendido a ser observador, a fijarse en cada detalle y sacar sus conclusiones para no molestar al otro. Era algo que había aprendido en su anterior mundo laboral también, un sitio donde las maneras y la educación era todo y cada palabra debía ser escogida cuidadosamente para no dar lugar a mal interpretaciones o siquiera el inicio de rumores o algo parecido. Tal vez, eso de él, era algo que incomodaba a los demás, a veces llegaba a notarlo y en esos momentos, justo como ahora, desviaba un poco la vista, suavemente, tratando de buscar otro modo de manifestarse, de hacerse comprender. Sin embargo, ¿qué era lo que quería decir? Ni siquiera lo sabía. Simplemente había visto al profesor Delancurt ahí, sentado solo y con apariencia un poco irritada. Había pensado que se veía demasiado... solitario y esa aura que había sentido a lo lejos, la que era un poco triste, se había revestido de furia al estar cerca, pero no sabía a cual de las dos impresiones hacerle caso.

No se fijó en su manera de comer, centrándose en su deliciosa taza de café, manteniendo en sus labios una pequeña sonrisa que seguía ahí por mera inercia, sin motivo ni significado. Sus ojos se fijaron en la oscuridad de su taza, en las ondas del líquido del interior y en los reflejos de la luz en éste, mientras se dedicaba a escuchar aquella respuesta. La sonrisa se amplió un poco más, ahora un poco más sincera también, mientras asentía con la cabeza, girando el rostro para observar a su compañero. Evaluándolo objetivamente, era un hombre atractivo, alto, de hermosa piel y esa mirada sobre todo, resaltaba, porque no podía leerla fácilmente. Era su lenguaje corporal el que le estaba indicando cosas, pero, ¿qué dirían sus ojos? Siendo, como la gente pensaba, ventanas del alma, tenía ahora el deseo feroz de observar a través de ese cristal y ver lo que Demian era en realidad.

- Le comprendo. - Musitó, entendiendo en cierta forma a lo que el profesor se refería. Ahora que lo pensaba, ¿no había sido Demian Delancurt el profesor al que acababan de hacerle una fiesta los alumnos ese día? Oh, sí. Seguro era eso lo que le tenía molesto y eso a lo que se refería con pérdidas de tiempo.

Pero se guardó sus palabras, observando por un momento al otro beber su café. Sí, de verdad era guapo, así que seguro que tenía pretendientes. Si hubiese algo más de confianza, preguntaría, por mera curiosidad. Si había alguien en la vida del pelilargo, entonces era alguien que le comprendía por completo y que era capaz de leer en su interior, supuso. Por un momento un poco de envidia se instaló en su corazón. Él, aún siendo sociable hasta donde podía, no había sentido nunca ese sentimiento denominado amor. Nada que no fuese una aventura corta o acostones con algún prostituto si el dinero lo permitía. Incluso había pensado en comprarse un esclavo y jugar a ser feliz, enamorar al susodicho y fingir que él también lo hacía, para sentir su vida un poco más completa. Pero no. Y el profesor Delancurt seguro ya tendría a ese alguien especial. Qué envidia, sí.

Aunque la envidia se fue pronto, apartada por las siguientes palabras del hombre. Mantuvo la sonrisa, ligeramente divertido por las palabras del otro, causábale algo de gracia la manera en que se expresaba hasta cierta forma de modo despectivo de sus alumnos.

- Se supone que ya no son niños. Pero ya ve, algunas personas simplemente parece que no tienen la capacidad de madurar. - Mencionó, soltando un suspiro pequeño, volviendo a beber su café. Agradecía, además, esas últimas palabras, el gesto educado que había percibido al no incluirlo dentro del mal día. Vería, además, si podría cambiar eso y dar un giro al panorama. Acababa de descubrir un propósito, eso era, un propósito que se resumía en mejorar el día del profesor de Literatura. - Disculpe, profesor Delancurt, ¿tiene planes para esta noche?

Preguntó, directamente de una buena vez, para saber si podría o no intentar lo que había llegado a su mente. Tenía algo de dinero extra, así que podía darse el lujo de hacer gastos innecesarios. No se dio cuenta, eso sí, de cómo había sonado la pregunta, incapaz de darse cuenta de que podría ser fácilmente malinterpretable.
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MensajeTema: Re: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeJue Sep 18, 2008 12:01 am

En que estaria pensando aquel maestro le tenia totalmente sin cuidado, podria oirse fuerte de su parte y de ser escuchados sus pensamiento seguramente el otro correria de su lado en busca de la soledad que resultaba ser mas comoda que quedarse con el como compañero de charla. El acostumbraba la mayor parte del tiempo a encontrarse solo, no era bastante sorprendente, el hecho contrario era lo que normalmente sorprendia hasta a la directiva del mismo lugar, y como no, se conocia mas por ser un literato que se empeñaba mas en sacar sus trabajos, publicaciones que tuviese que hacer y porque no, organizar eventos donde anunciara sus hechos ya logrados, finalmente. Aun en esas fiestas no se le veia del todo con personas al rededor, solamente personas que resultaran interesadas en lo que era su labor, pues lo demas le importaba muy poco , la hipocrecia se respiraba en esos ambientes y preferia evitarla totalmente.

No sabia porque comenzaba a sentirse un poco mal de que el otro no le apartara la mirada, sobretodo cuando estaba comiendo hasta al final notar que le apartaba la mira, dedicadosela mejor a aquel cafe que tenia enfrente, eso en algun aspecto momentaneo le habia agradado. Aunque igualmente se cuestionaba que era lo que el otro habia visto que le habia empujado a sentarse con el y siquiera charlarle, el fisico podria ser lo mas posible, pero entre compañeros eso podria ser meramente tonto, por lo que opto por pensar que tenia curiosidad de saber quien era, puesto que ante nadie se mostraba como tal y se retraia asi mismo en su propio universo paralelo. Su mirada tras pensarlo se centro en aquel hombre que bebia cafe, terminando Demian al fin con su corto almuerzo en aquella tarde, sonriendo un poco por las varias ideas que se le venian a la cabeza de la forma en que aquel profesor, o el porque insistia, se habia acercado, si, terco como siempre en saberlo.

Escuchaba ahora las palabras del profesor ante las suyas anteriormente dichas, robandole una sonrisa un poco, insignificante de sus labios, tal vez pensaba que habia sido tarde para aquel comentario, no obstante, le parecio en un tono peculiar con el que lo mencionaba, como si se estuviese enterado de algo, y no lo cuestionaria pues meramente parecia no interesarle mucho el saberlo.

.- Me parece bien el ser comprendido por una mente como la de usted.

Respondio a sus palabras, antes de marcarse de nuevo otra sonrisa, insistia en preguntarse sobre aquella mirada que permanecia entre ellos, una mirada de indiferencia mas un... no se que que habia en ese instante, tal vez simplemente estaba descubriendo que no todos sus compañeros eran iguales y que al menos unos merecian el don de prestarles su atencion. Al contrario de muchos, Demian preferia estar solo no como el señor Alexander siemrpe rodeado de personas por su simpatia con otros, eso le molestaba un poco, las personas que atraian a varios y no era por envidia, simplemente era otro mas no se que, que tenian ese tipo de personas que le causaban una sensacion no agradable a su mente. Aun asi a pesar de eso, le estaba tratando bien y sin ser grosero, pero ahora claro, prestandole mas atencion a su taza de cafe.

.-Siempre se ha dicho que todo mundo tiene a su niño interior, me imagino que estos se lo han tomado demasiado, literal.

Comento con una nueva sonrisa por esas palabras, antes de clavar su mirada en aquella ajena enarcando una ceja extrañado, para nada habia pensado que se atreveria el otro a hacer tal cosa, pero, que buscaba invitandole a salir en esa noche??, mejor dicho, porque simplemente preguntaba sobre ello??, no creyo que realmente quisiera salir con el, pero le llamo un poco la atencion, nadie se le acercaba y este osaba ya con solo decirle, o insinuarle tal vez algo mas.

.- No tengo nada que hacer, despues de la ultima clase estare libre, piensa invitarme unas copas?, de ser asi, usted pagara.

Comento en un son bromista a aquel pelioscuro, levantandose de su lugar antes de beber de ultimo de aquella taza dejandola ahi, tenia una mas personal en aquel escritorio en el aula, asi que volveria alla, solamente para terminar con el horario, si el otro estaba interesado le buscaria justamente a la hora de su salida del trabajo. 8:00PM.
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MensajeTema: Re: Acompañando al café   Acompañando al café I_icon_minitimeJue Sep 18, 2008 11:04 pm

Había ahí una pequeña sensación de estar siendo rechazado, sin embargo, prefería no hacer caso de ello. El profesor Demian Delancurt simplemente era una persona cerrada, lo comprendía, simplemente una persona que formaba una coraza a su alrededor para evitar a los demás, por razones de momento desconocidas para él. Ya fuesen malas experiencias o miedo a ser herido, quizá simplemente para evitarse molestias, pero él iba a tratar de comprender el significado de esas miradas y de cada aspecto del lenguaje corporal del otro. Leer entre líneas, buscar más y más hasta tener un plano general en el cual guiarse. Conocerle para poder lograr una interacción más o menos buena. Ese era su objetivo, ahora. Y era que, incluso en las fiestas y reuniones, siempre lo veía ahí, lejano. Juntos pero no revueltos, justamente eso era.

Dio un sorbo más a su café, próximo a ser acabado y dejó que el sabor se deslizase por su garganta. Amargo, pero agradable. Justo algo así pensaba que ese hombre a su lado podría ser. Quizá ni extrovertido ni dulce como muchos otros, sin dibujar de esas amplias sonrisas que a él le gustaba ver en los demás, pero agradable de presencia. Porque, hasta cierto punto, eso le parecía. Una persona agradable, de un nivel más o menos alto, intelectual y socialmente hablando. Un igual con el que valía la pena conversar. Se sonrió a sí mismo, observando su reflejo en el líquido del café una vez puesto sobre la mesa, mientras escuchaba aquellas palabras. Curiosamente, no las creía. No creía en agradecimientos como aquellos y nunca lo había hecho. Acostumbrado a desconfiar, nunca creía en lo que los demás le dijesen, a menos que él mismo lo corroborara. Era lo extraño de su ser. Sabía que las personas podían ser crueles y traicioneras, que eran mentirosas e interesadas. Y aún así, le gustaba. ¿Por qué? Porque creía que, por cada cien personas que conociese, al menos una, valdría la pena conocer y sería buena. Aunque fuese una, pero eso, sólo eso, hacía que valiese la pena el esfuerzo y tropezones.

- Me halaga, profesor Delancurt - Respondió al cumplido, manteniendo la sonrisa amable y educada, hablando con un tono convencido, con aquellas maneras refinadas que le caracterizaban. Normal para él, tan acostumbrado a las reuniones sociales y a manejar la hipocresía para hacerla parecer cierta y hacer parecer que él la creía.

Sincero o no, era un hecho que el pelilargo le causaba curiosidad. Una persona solitaria siempre era, objetivamente, un curioso objeto de estudio que daba bastante juego y mucho trasfondo. Subjetivamente, podía decir que le llamaba la atención ese tipo de personas por la enorme diferencia que guardaban con él, personas que parecían aborrecer la compañía de otros humanos, con poca tolerancia a los grupos grandes. Llamaba su atención, movía su curiosidad, le hacía esperar algo, lo que fuese, descubrir algo nuevo y comprender.

- Demasiado literal. Eso o tienen un síndrome de Peter pan demasiado palpable - Musitó, correspondiendo al comentario contestando con otro respecto a lo mismo. No era amor a la docencia entonces lo que les mantenía, a él y a Delancurt, ahí. Era algo más, eran intereses que se desviaban de eso. En su caso, era por simple gusto, por la necesidad de salir de aquel viejo ambiente cargado de mentiras, ¿cuál era el motivo del otro? Lo averiguaría, tarde o temprano.

Esperó la respuesta y mientras tanto, se llevó la taza a sus labios, saboreando el delicioso café ya algo frío y sintiendo el sabor del azúcar que había quedado al fondo. Azúcar en el fondo. Se preguntó si el otro tendría las mismas características de su café. Amargo pero agradable, con un poco de azúcar en el fondo. Café. Definitivamente, Delancurt era café. Ya había definido eso cuando la respuesta del otro le sacó de desvaríos como aquellos, que comenzaban a tomar otra connotación al darse cuenta que el café no sólo era agradable, sino que era delicioso, estimulante. ¿Eso con el que Demian le hablaba era un tono bromista? Quién lo hubiese dicho, hasta razón tenía y Demian era un poco como lo imagina. Acabó el café, dejando la taza vacía sobre la mesa y giró el rostro, observando al otro y asintió, mostrándose quizá un poco inseguro, aunque sonreía tímidamente.

- Justo eso. Me gustaría invitarle un par de copas. - Dijo con más seguridad, observando al otro levantarse y así mismo lo hizo él, dejando la taza en la mesa, puesto que la propia se había quedado en su despacho. - Entonces, después de la última clase, ¿cierto? ¿Prefiere que pase por usted a su despacho o quiere que vaya a recogerle en su casa?
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