Historia del silencio

- No creo que deba ir al dentista. Suelo comer más dulces y mi dentadura esta perfecta- comentó, sonriendo- y tampoco creo que tú debas ir... la tuya también esta perfecta.

Miró al menor, con cierto interes. A pesar de sus esfuerzo, Axl, gracias a sus instintos caninos, podía notar que el joven se encontraba algo tenso. Eso sólo lograba divertir más al peliazul, que disfrutaba plenamente de los juegos seductores. Se inclinó un poco hacia el joven, acercando su rostro al cuello de este, soplando levemente en el.

- ¿Usas perfume o es tu aroma natural?- preguntó, sin que su sonrisita maliciosa se pudiese ver- me gusta...- dijo, antes de besar con suavidad el cuello ajeno.

su mirada seguia en los dulces, antaño posada en los ojos del mayor, finalmente parecia mostrar sus dientes, los observo sonriendo de forma ironica, al sentir que el tampoco debia ir al dentista, permitiendo aquel acercamento su cuerpo parecia tensarse y relajarse al mismo tiempo, parecia mantener su cuerpo siempre en un constante movmiento disimlulad de sus homros y su cabeza, ladeando el rostro hacia la derecha para que oliese su cuello, despues de plantar aquel beso, sonreia con aire seductor, susurrando en su oido- es mi aroma natural...todo mi cuerpo huele asi aunque, creo que una demostracion vale mas que mil palabras..

-usaba aquel dicho sonriendo cuando en un movimiento rapido ahora los dientes de sebastian atrapaban el menton del mayor, bajando su lengua por su cuello siempre actuando disimulado, a pesar de que su dedo indice rozaba los botones que mantenian su camisa cerrada, dirigiendo su mirada hacia el, mientras sonreia de medio labio- deseas una..demostracion privada o una publica..?

No se inmutó al sentir la cercanía del joven, simplemente sonrió, sin nervisos, como quien esta acostumbrado a esa clase de juegos. La verdad era que, para Axl, sólo existía una persona capaz de hacerlo sentir nervioso, una persona capaz de domarlo y tratarlo como una "princesita" y, esa persona, era su amo, nadie más.

- Me gustan más las demostraciones privadas- contestó, sin dejar de sonreir con ironía- así podré escuchar mejor tus gemidos- su voz sonoba tranquila, al punto de ser desesperante.

Volvió a mirar a las personas que pasaban, las pocas personas que quedaban.

- ¿Qué tal un hotel?- preguntó, sin mirarlo, con seguridad.

Príncipe... sólo tú puedes decir que soy tuyo... el resto, es mio...

hm..-sonreia de medio labio al observar los ojos del otro, sabia que no pensaba en el, mas bien estaba pensando en su amo, saco un cigarrillo de su chaqueta para colocarlo en sus labios, y dirigia luego su mirada a los dulces, mientras colocaba algunos en la mano del mayor y guardaba los otros, levantandose, para tirar a la basura la caja de cigarrillos ya vacia, mientras abria otra de forma parsimoniosa - tiendo a estar con alguien que me mire a los ojos cuando me dice donde desea una demostracion..o que si me mira, me vea a mi, pero veo una gran lealtad hacia tu amo y eso..creo que tendrias hacerlo con el
-sonreia de medio labio para volver a sentarse en el sillon, la verdad es que sebastian era del tipo que decia las cosas a la cara, mientras cerraba los ojos y notaba las miradas que le daban algunas personas, se acordo de que los esclavos no podian estar mucho tiempo en el museo, no si eran reconocidos, por lo que suspiro y se levanto, dando una pequeña inclinacion de su cuello para alzar su mano hacia axl, mirando sus ojos-

deseas ir a algun otro sitio? me temo que no puedo quedarme tanto como desearia

- No puedo hacerlo con él- dijo, con una seriedad total y una tristeza casi desgarradora- hoy... hoy me acabo de enterar de que mi amo va a ser padre- presionó sus manos en sus pantalones, mirando hacia abajo- él no lo sabe, pero cuando lo sepa estará muy feliz y yo no soy capaz de arruinar su felicidad- sonrió con total amargura- yo no puedo...- le costaba hablar, tenía un nudo en la garganta- no puedo darle el hijo que tanto desea.

Alzó su vista al joven, mirándolo fijamente. Nunca se esperó ser tan sincero con un desconocido. Decir todo aquello le dolía profundamente.

Tal vez necesitaba decirselo a alguien...

Notó que los guardias estaban mirando de forma hostil a los que concideraban esclavos. Axl se paró bruscamente y tomó el brazo del menor, haciéndo que se volteara para poder besarlo.

- ¿Aceptarías ir a un hotel conmigo, Sebastian?- preguntó, esta vez mirándolo fijamente, de manera totalmente imponente y dominante, capaz de intimidar a cualquiera.

- sebastian escuchab sus palabras de forma sincera, a pesar de que estaba de pie, si mirarle, solo mirando al techo mientras sujetaba con sus dedos algunos cigarrillos con los digitos, acariciandolos, mientras se mezclaban con los dulces, parecia un drama y como siempre aunque se dijera que el amor triunfase sabian que era en realidad una pesadilla o un cuento de hadas, esta vezno le cogio por sorpresa el beso del otro, al que respondio casi con sutilidad- tu amo en verdad no podra sobrevivir sin ti, porque aunque fuera a ser padre, necesita que le cuiden a el tambien y tu entra en ese circulo, quien opine que deba apartarse de la vida de otros por amor, deben reconocer que no pueden perder el derecho de la amistad, aunque esten lejos de las estrellas y la luna no vea elfirmamento, siempre sabe que estan a su lado

-le observo cerrando el ojo derecho, para sonreir con suavidad por primera vez, su sonrisa no era serie, era suave, sus facciones cambiaban completamente mientras se volteaba y miraba hacia los guardias, a los que rspondia respetuosamente inclinando el cuello, caminand hacia fuera del hotel para luego pararse de pronto y observar fijamente la mirada del mayor, posando los indices por su menton como si deseara examinarle - iremos a un hotel los dos, para olvidar y ser olvidados..
-encogio sus hombros caminando por las escaleras, sacando otro de sus cigarrillos, aunque pensaba que de verdad tenia que controlar su vicio-

Las palabras del menor lo alegraron. Tenía razón, el amo aún necesitaba de Axl y este, siempre estaría allí para él, siempre. Aunque claro, acostumbrarse al puesto de mejor amigo seria duro... y algo que el peliazul aún no aceptaba. Sonrió con ternura al ver la sonrisa suave del otro y, sin pensarlo, lo tomó de la mano para salir del museo.

- Ando en auto, asi que llegaremos pronto- dijo, con tranquilidad mientras que su cola se movía entusiasta.

Una vez llegaron al estacionamiento Axl abrió las puertas delanteras de un lujuso convertible azul.

- Adelante- ofreció, amablemente, a la vez que se subía para comenzar a conducir.


(cierra tú y yo abro el topic en las habitaciones del hotel)

- suspiraba en el momento que subia al auto, ya veia el cambio de humor en el menor, cruzaba los brazos observando como se alejaba el museo a medida que se acercaban al hotel que tenia previsto-

[CERRADO]