Investigando[Sonne]

Había ido nuevamente a ese lugar para buscar información pero como en veces anteriores este le había sido negada. Era normal que una empresa como Hanori tuviera como confidencial toda la información referente a los clientes y en Hanori la confidencialidad había sido llevada casi al grado de secreto de estado, no importaba cuanto dinero ofreciera ni a quien siempre recibía la misma respuesta: “esa información es confidencial”.

Después de la negativa de ese día pensó en volver a casa y tratar la próxima pero repentinamente sus pensamientos fueron detenidos por un pequeño objeto que sin querer pateo, levanto lentamente el objeto al darse cuenta de lo que era y lo miro casi sin poder creer su suerte, había encontrado una tarjeta de identificación de Hanori. En la tarjeta figuraba claro el nombre del dueño pero aquello no importaba en aquel momento ya que era tarjeta era su libre acceso a la empresa.

Arthur se dirigió a la puerta de acceso para los trabajadores y con algo de inseguridad coloco la tarjeta sobre el lector y después de unos segundos que le parecieron horas, logro entrar al lugar. Se coloco un bata para parecer un trabajador y comenzó a caminar sin saber exactamente a donde ir, al parecer no seria fácil encontrar la información que buscaba y más si no podía hacer muchas preguntas para evitar levantar sospechas.

Después de abrir incontables puertas sin éxito, se topo con una parecía diferente a las demás, giro la perilla de la puerta esperando que ese fuera el lugar donde se encontraban los archivos de Hanori pero un suspiro salio de sus labios al darse cuenta de que no era así. Aquel lugar parecía un salón de clases había unas cuantas sillas y una silla que parecía para el profesor además de muchos dibujos pegados en las paredes, los cuales probablemente habrían sido hechos por los alumnos. Se sentó en la silla que parecía y soltó un suspiro algo cansado y puso su mano sobre su frente tratando de pensar en un plan para encontrar aquello que buscaba.

Habían pasado ya unos cuantos días desde que el propio Hanori le permitiera un libertad por dentro de las instalaciones. Todo era una medida de aprendizaje. Por alguna razón, Sonne era distinto a los demás, y por ello, era tratado diferente, especial. Se suponía que a lo largo de esos días, debía aprender a hablar mejor, o por lo menos, lograr una comunicación mucho más fluida. Además de desarrollar un poco las ideas en su cabeza infantil y comprender un poco más las cosas.

Se encontraba caminando nuevamente por aquellos amplios pasillos. Aunque esta vez, se había desviado un poco hacia el lado de los 'salones'. Allí donde enseñaban a los esclavos a ser buenos con sus amos y muchas cosas más.
Él nunca fue ahí, quizás por que su cabecita no estaba lo suficientemente desarrollada como para comprender lo que se enseñaba. Creía entender, pero la verdad, comprendía todo pero de una forma incorrecta, o demasiado inocente.

Y Allí estaba, caminando descalzo, únicamente con una camiseta holgada que se le caía por uno de sus delgados hombros, y su muñeco bien suje--... ¿DÓNDE ESTABA SU MUÑECO? " ¡Ah! " ¡No! ¡Lo había olvidado! Pero... ¿¡Dónde!? " a-ah! no, ¡muñeco…!" Se recriminó con sus alitas bajas, mirando hacia varios lados.
Ya prácticamente estaba por retirarse de esos pasillos, pero la verdad, necesitaba volver... Estaba seguro de que lo había dejado en algún sitio de esos.

Al regresar para atrás, abrió la puerta que recordaba como ultima de su exploración, e ingresó, buscando distraídamente con la vista su muñeco. " Am... " Había alguien allí. " Muñeco " Musitó caminando hacia el mayor. " Sonne perder... m-muñeco. Tú... ¿Ver muñeco? " Le preguntó moviendo sus alitas, ignorando que era un extraño y no un 'científico' o trabajador del lugar.

No se percato de los pasos de chico hasta que los sintió cerca de el, percatándose en aquel momento de lo que le podía pasar si era descubierto, permaneció inmóvil por unos segundos mirando aquel escritorio que tenia frente suyo mientras meditaba en una buena excusa pero al poco tiempo las aquello de la excusa pareció perder sentido al escuchar la musical voz de aquella persona que había entrado a aquel salón.

Aquella dulce voz era similar a un suave canto de un ave, una voz le hizo voltear el rostro casi inmediatamente para conocer al poseedor de aquella musical voz. Le tomo unos segundos el liberarse del efecto producido por la hermosa voz de Sonne y unida al encanto de la figura del muchacho que hacia una perfecta mezcla entre belleza e inocencia.

- ¿muñeco?- repitió aun algo confuso tratando de comprender a que se refería el chico y a la vez queriendo responder de forma a afirmativa al vez lo preocupado que se estaba por aquel muñeco.

- ¿perdiste tu muñeco?, lo siento no lo he visto aunque…- dio una mirada al salón percatándose de que había muñecos en el salón, quizás un de ellos seria el que Sonne buscaba. Miro a los muñecos del lugar y cogío uno de ellos con cuidado y lo acerco Sonne.

- ¿ es este tu muñeco? – le pregunto algo esperanzado en que la respuesta fuese afirmativa ya que el chico le parecía muy angustiado.

Se acercó lo suficiente hasta el extraño manteniendo su mirada tranquila, pero sus alitas cerradas a cada paso que daba hasta él, la verdad es que aun no se fijaba si era un trabajador del sitio o no. A simple vista, su vestimenta no dejaba mucho que desear, era simple... como la que utilizaban muchos en los laboratorios o por aquella zona. Todo estaba a favor del extraño, a excepción de que Sonne se aferraría de él si no encontraba el muñeco, o si en los peores de los casos, necesitara algo de urgencia.

" Mu...muñeco, sí, S-onne perd... d... er muñeco " Respondió al escuchar su pregunta. ¿No lo había dicho en voz alta? Esperaba que le ayudase, ese muñeco era muy importante... el propio dueño de Hanori se lo había dicho.

Su voz melodiosa sonaba ciertamente con un ligero tono triste. No quería perder su única pertenencia, eso claramente le asustaba, pues, si lo perdí, claramente no estaría avanzando en su aprendizaje; eso significaba que podrían quitarle esta semi libertad de la cual recientemente comenzaba a 'disfrutar'.

Nervioso, y con aquel famoso hilillo de sangre en su nariz, Sonne contempló al otro muñeco que el mayor le enseñaba. No, no era ese... " A-ah... no... no. Muñeco... ese no ser... ser otro " Explicó aun con sus alitas bajas. Su delicada mano cogió de todas formas aquel objeto, pero solo para contemplarle angustiado.

Arthur había decidido dejar de lado el hecho de poder ser encontrado en cualquier momento y quizás hasta podría terminar a la cárcel. Lo más razonable en aquel momento hubiese sido salir de allí pero su bondadoso corazón le había impedido ignorar al chico, el no era capaz de quedarse sin ayudar viendo después de haber visto la angustia de Sonne.

Trato de sonreír para animar de alguna forma al chico a pesar de que de alguna forma la angustia del chico lograba angustiarlo y aquello era algo que no quería, quería de alguna forma darle fuerza con aquella sonrisa y tranquilizarlo.

- solo tienes que recordar donde lo dejaste- Hablo con voz calmada y pausada, sacando su pañuelo para limpiar con cuidado el hilito de sangre que colgaba.

Miro por todos lados, le como queriendo sugerir algún lugar donde buscar pero aquello no le era posible, no estaba muy seguro de donde se encontraba entonces ¿Cómo era que iba a ayudar al chico? No lo sabía pero trataba de mantenerse tranquilo para no incrementar la angustia del pelirrojo.

- …a ver…pon un momento tu mente en blanco y piensa en tu muñeco… ¿recuerdas donde lo viste por ultima vez?- espero la respuesta del otro, no sabia como era el muñeco de Sonne y mucho menos podía ayudar mucho en su búsqueda pero esperaba que el chico pudiera ayudarse a si mismo a encontrar aquel objeto que era tan preciado para el.