Convalecencia

Cuando Jun volvió a ser consiente de sí mismo, se encontraba en un lujoso cuarto de hospital; en realidad, las magníficas paredes tapizadas, los aparatos eléctricos y la sala de visitas frente a su cama hacían dudar que se encontrara en un lugar tan temible para él; peor las zondas en sus antebrazos le confirmaron su ubicación.

.Tetsu...?.-murmuró, pero al abrir los ojos se dio cuenta de que estaba sólo...¿tal vez su amante estaba en la comisaría?...no sería nada extraño que hubise terminado golpeando a los policías que les estaban siguiendo. Con la mirada buscó un timbre; lo presónó y a los segundos tenía un enfermero enfrente. Hanori le pidió amablemente que tratara de ubicar a Tetsu, a lo que el joven respondió con una sonrisa nerviosa. "Está aquí".- entonces que pase...

Los inútiles policías terminaron por entender que Tetsu sólo había manejado así porque estaba preocupado por salvar la vida de Jun, había puesto en peligro a muchos pero nadie había salido herido al final, así que decidieron dejar pasar ese incidente sólo porque se trataba de Jun Hanori. Pero ese par de idiotas no pensabas dejar en paz a Tetsu, ¿qué hacían en medio de la carretera? Y ¿qué había pasado para que Hanori terminara en ese estado?

Al principio Tetsu había dicho que habían tenido una discusión pero ambos hombres se negaron a creerle, ¿por qué iba Hanori a “desabrigarse” así sólo por una discusión?, algo más tenía que haber pasado; el ex militar no podía hablar más, ni siquiera podía mencionar el cementerio porque habían demasiados cadáveres con su ADN encima de ellos, y además en otro piso había bastante de su sangre y se Sakito; y por si fuera poco en la carretera había sangre del sicario, las cosas no podían estar peor.

Se negó a hablar, terco como sólo él podía llegar a ser, los policías no lo intimidaban, su mirada era fría al igual que sus respuestas, su mirada endemoniada podía paralizar a cualquiera; lo malo era que los policías creían tener un buen caso ahí. Jun por fin había despertado y lo estaba llamando, se levantó y sin decirles nada a esos fastidiosos se metió en la habitación.

-Jun...- se acercó a la cama y le besó suavemente la frente después de haber cerrado con seguro la puerta -me alegra que estés bien, estaba muy preocupado- aún se podía notar la preocupación en sus ojos.

-La policía no me deja en paz...- comentó entre molesto e impotente.

Sonrió al ver entrar a Tetsu. Toda la ira de la noche anterior había desaparecido, y ahora se alegraba de no estar sólo en ese cuarto de hospital, que por más lujoso que fuera no dejaba de trarele malos recuerdos. El más alto se acrecó a ñel para besarle la frente y el menor hubiese querido besarle mucho más que eso, pero aún se sentía bastante débil.

-¿La policía?.- eso sí que podía tarerle problemas a ambos; ya era de día y lo más seguro era que Sakito se hubiese encargado de los cuerpos, pero una investigación policial...eso no les convenía.- ¿y qué les has dicho?

No dudaba que el ex esclavo fuera lo suficientemente inteligente como para no arruinar las cosas, pero tenían que ponerse de acuerdo. No sólo porque tenían que protegerse, sino porque dadas las circunstancias incluso la prensa podría verse involucrada en el asunto.

-Es mejor decir que peleamos...

Se imaginaba que Jun diría algo como eso, pero Tetsu ya lo había intentado y no le habían querido creer, en realidad esos idiotas tenían razón, no podía haber sido una simple discusión, y no podía admitir que había intentado violar al menor, ¿qué podría hacer? se le acababan las ideas.

-No les dije nada...pero insisten demasiado Jun. Ya les dije que peleamos pero no me creyeron- pensó bien lo que iba a decir después, pero no sabía cómo iba a reaccionar Hanori a eso -tal vez sería mejor si delatamos a ese tipo...- así era Tetsu, despiadado, sin ley...no le debía nada a nadie y no le importaba nadie que no fuera su amante, para él hubiera sido simple delatar al sicario y decir que todo lo demás fue en defensa propia, y no se habría sentido culpable jamás, pero algo le decía que Jun no se lo iba a permitir y por eso se había quedado callado.

Jun le dijo que no iba a delatar al sicario, y aunque eso molestó un poco a Tetsu, evitó que se notara demasiado, no podía obligar a Hanori a algo.

-Está bien-

Observó a Jun volver a echarse sobre la cama con los ojos fijos en la pared, lo que sea que estuviera pensando el menor, Tetsu ya lo había pensado, y los policías además habían parecido querer algo, tal vez si les daban dinero los dejarían en paz, el problema era que el ex militar no tenía nada de dinero.

Miró a su príncipe cuando éste le dijo que su declaración no valía, frunció apenas el seño pero salió inmediatamente a cumplir la orden; fue por los policías y al poco rato regresó con ellos.

-Jun...ellos son los policías- después de decir se quedó parado cerca de la puerta, no pensaba salir del lugar y podían intentar botarlo si querían.

Quería matarlos, esos tipos haciéndole tantas preguntas, tratando de ponerlo en aprietos, ¿qué no veían que estaba mal?, si hubiera tenido el consentimiento de Jun esos tipos ya no serían problema, corrían con mucha suerte los cerdos esos. Tuvo que aguantar callado todo el interrogatorio, pero los policías parecían no querer irse, así que disimuladamente Tetsu le hizo una seña a su príncipe para que les ofreciera dinero, confiando en que éste entendería.

Hanori no perdió el tiempo y trató de llegar a un acuerdo con ellos, pero eran ambiciosos, de todas maneras ellos no tenían problemas económicos y podían ofrecer más y más. Finalmente los tipos consiguieron una buena suma y se retiraron.

-Si ese tipo no hace su trabajo...van a investigar y estaremos en muchos problemas Jun; ¿deseas que vaya a asegurarme de que todo esté en orden?- se acercó al más bajo y le acarició suavemente el cabello mientras lo miraba con mucho amor, no podía creer que había estado a punto de hacerle tanto daño.

-Viste...mi verdadero yo...¿no me temes?-

Dinero. Al final, todo se resolvía con dinero. Y para buena suerte de ambos, esto era algo que a Jun le sobraba. Ni el ni Tetsu se preocuparon de regalarle una pequeña fortuna a esos policías bastardos. Que les aprovechara, siempre que les dejaran vivir tranquilos.

Luego de que se fueran, la habitación se quedó demasiado silenciosa. El más alto se acercó a su cama, preguntándole si deseaba que supervisase que todo el desastre de anoche estuviese limpio. Jun negó con la cabeza, algo pensativo.

-Ya no te metas en más problemas…

Aunque había sido Hanori el que los había llevado hasta esa situación. Pero ya se habían “divertido” bastante. Era hora de volver a la rutina de la vida y olvidarse de muertos, asesinos y demás…

Y también hubiese deseado olvidarse del comportamiento de su amante. Pero Tetsu tuvo que sacar el tema a colación. El menor lo miró a los ojos, algo serio, pero tratando de no ser tan severo.

-Me asustaste ayer…-era la verdad, en el auto, a la merced de su ex esclavo, estaba realmente asustado…no tanto por el dolor físico que iba a causarle, ni tampoco por haberle visto matar a sangre fría…lo que realmente le había asustado era que su relación se fuese al infierno; se había asustado porque no estaba seguro de poder perdonarlo una segunda vez.- pero…-ahora sonrió.- ibas a detenerte, no?...lo vi en tus ojos…

O al menos eso quería creer Hanori.

Como lo suponía, Hanori no quiso que fuera a ver si todo estaba bajo control, porque no quería que se metiera en más problemas, ¡pero si el único que se había metido en problemas ahí había sido Jun!, además él pudo haberse deshecho de ese par de policías pero el menor no se lo había permitido; suspiró y olvidó el comentario, al parecer estaba algo alterado...porque una tonterías le había hecho enfadar.

El dueño de Hanori le admitió que lo había asustado, y después dijo; “ibas a detenerte, ¿no?”; ¿en serio había visto eso en sus ojos?, Tetsu había estado luchando contra él mismo para no hacerle daño a Jun, pero no estaba seguro de si hubiera sido capaz de detenerse. Miraba al más pequeño pero no le decía nada, nunca le había mentido a su ex amo porque jamás había tenido la necesidad de hacerlo, así que era malo mintiéndole a él, lo mejor sería decir la verdad...

-No lo sé Jun...- le acarició suavemente el cabello mientras le seguía hablando con mucho amor y sinceridad -no sé si hubiera sido capaz de detenerme. Cuando me descontrolo puedo hacer cosas terribles...pero jamás me había arrepentido de nada- el sol y la luna eran testigos de las atrocidades que había hecho el ex militar, cosas que harían que cualquiera tuviera pesadillas por la noche y perdiera la conciencia, pero Tetsu jamás se había arrepentido de nada -...me arrepiento de lo que te hice Jun...de lo que traté de hacerte-

En ese momento alguien tocó la puerta y entró un enfermero muy nervioso con comida para Jun, después de dejar la charola a un lado trató de ver cómo se encontraba el paciente pero el de cabello largo lo detuvo.

-Lárgate...yo me encargo-

Sonrió de nuevo al escuchar que el otro se arrepentía. ¿Eso era lo importante después de todo, verdad? Jun trataba de autoconvencerse de eso. Nada había pasado, y Tetsu lo sentía ¿Qué más podía pedir?...pero su razonamiento no quería ceder del todo, y su cerebro le gritaba que estaba cediendo demasiado pronto.

Por que no podía pasarse la vida temeroso de cada acto a realizar; teniendo miedo de la reacción del más alto ante cualquier cosa que pudiera pasar y que estuviese fuera de sus manos.

Entonces un enfermero entró a revisarlo y la actitud de su amante terminó de convencerlo. Esperó a que el chico los dejara y tomando la mano de Tetsu lo miró a los ojos.

-Esto es lo que no puede seguir.- por años había evitado esa confrontación, convenciéndose de que era hasta tierno que el ex esclavo reaccionara así antes la gente a su alrededor; pero no era ni gracioso ni tierno…era peligroso, y a penas la noche anterior se había dado cuenta hasta que punto.- Tetsu…no podemos ser tú y yo todo el tiempo…

-Y tú…no puedes herirme…por eso…

Jun le dijo que eso no podía seguir, Tetsu al principio no entendió del todo porque él no creía haber hecho algo malo, porque él sabía perfectamente cómo encargarse del menor, no necesitaban ningún enfermero. Lo confundió más cuando le dijo que no podían estar juntos todo el tiempo, ¿qué se suponía que debía de entender por eso?, habían estado así por años y les había ido muy bien, apretó los puños, estaba molesto...quería gritarle y hasta le entraron ganas de terminar lo que había empezado en el auto, para que Hanori supiera que no podía tratarlo así, no era justo que se aprovechara de su devoción por su príncipe para lastimarlo.

-¡¿Ya te aburriste de mi?!, ¡¿ya no quieres estar más a mi lado?!- tenía que haberse dado cuenta desde el principio de las intenciones del de ojos rojos -está bien Jun, no soy tan tonto...- nunca le había importado que los demás militares lo creyeran tonto porque realmente no le importaba, pero sí le molestaba que Hanori lo hiciera -no necesitas decírmelo de nuevo. Adiós- no esperó nada más y salió de la habitación ignorando completamente lo que le decía su ex amo; estaba molesto...furioso...tenía que darle una lección, seguro Jun creía que Tetsu regresaría en cualquier momento, y obviamente no pensaba dejarlo...pero sí le iba a dar una probada de su propia medicina.

Jun se dio cuenta de que había tenido muy buenas razones para evitar sacar ese tema a colación con Tetsu. Estaba furioso. Más de lo que jamás le había visto...ni siquiera la noche anterior...y Hanori estaba seguro de que no se trataba de el demonio encerrado en su amante el que le gritaba de esa manera. Era el verdadero Tetsu el que lo hacía.

No había duda de que le había herido...aunque claro, esa no había sido la intención, pero ya estaba hecho. Trató de disculpare, gritar más fuerte...lo que fuera...pero no pudo; el otro dejó la habitación antes de que el más bajo pudiera si quiera reaccionar y decir algo más que...espera...

-Espera...Tetsu!!.- Jun no podía liberarse de la sonda que le retenía en la cama; al fin con un gran esfuerzo y no sin hacerse daño lo logró y levantándose precipitadamente salió al pasillo...no había nadie...

No podía creer que se había ido. Jamás pensó que algo así pudiera llegar a ocurrir...y por primera vez en su vida se sintió completamente desvalido.

CERRADO