La crisis de los 30 un año más cerca...Felices 26, señor Tenembaum.{Priv/LEM.}

Repetía mantras y cosas hippies de aquellas para evitar cometer una locura con el cuerpo de Hayden, que le pedía a gritos más guerra, y finalmente cuando su mano lo invitó a pegar aún más sus caderas hacia el trasero del esclavo, Lenin no pudo sino sonréir levemente y ponerse manos a la obra, se alzó sobre el colchón para tener un mejor ángulo y lo embistió de manera lenta y profunda para acariciar con cada nueva estocada la próstata del menor, haciendo algo más largo el tiempo entre las embestidas para desesperar a Hayden, y obligarlo a empalarse a sí mismo con sus sensuales movimientos de cadera.
-...¿quieres...más...o estás...cansado...conejito...?...si me...lo pides...por favor...quizás...decida "empalarte"...hasta el...fondo...

- Maldito...-murmuraba casi inaudible para sí, volviendo a hundir el rostro en la almohada, ahora Lenin le estaba dando lo que quería pero de un modo tan cruel y torturante...mentiría si dijera que no le gustaba, o si dijese que le molestaba "suplicarle" un poco más, era algo que le parecía morboso y excitante...pero claro está...luego tendría que soportar las burlas del narco por su "peculiar" comportamiento sexual.
Estaba ansioso, se mordía el labio inferior nerviosamente para que aquellos lastímeros gemidos no se oyesen tanto, pues sonaban casi suplicantes, al igual que todo su cuerpo, el cual movía cadencioso, intentando suplir el tortuoso ritmo que había impuesto el narco.
-P-por favor...- parecía rendirse finalmente a los caprichos de su amo, seguramente antes de que se le olvidaran esas palabras, se las recordaría de la manera más humillante un par de veces.- Por favor...-repetía incorporandose un poco , haciendo fuerza con las rodillas para dejarlas como punto de apoyo, pegando su espalda al torso del mayor, ahora podía verle girando el rostro y sus manos buscaban igual de ansiosas el tacto de sus costados.- Dame...solo- solo un poco más...por favor...- terminó por susurrar entrecortado, mirandole de reojo , sonrojado a más no poder, con ese odioso tono de súplica tan sumiso y desesperado, un tono que su orgullo solo se lo permitiría usar en una situación como aquella y solo con Lenin.

Le miró más que satisfecho, apartando la larga melena plateada que ahora se pegaba a su torso y besando su nuca de manera melosa. Sin duda, Hayden progresaba en todos los terrenos muy rápido, y el narcotraficante llegó a preguntarse si en un par de meses más no haría que pareciera un boy scout a su lado.
-...te daré todo lo que quieras...-agarró la cintura del esclavo, repartiendo pequeños besos entre sus hombros, sin quitar su miembro del interior del menor, sentándose con él encima, lo que hizo que su pene entrase del todo y se mantuviera rozando aquel conflictivo punto-...es...todo...tuyo...-agarró con fuerza las caderas del menor y lo obligó a cabalgar sobre él con movientos rápidos y profundos

Aquellos besos en su nuca hacían estremecer al esclavo, la zona del chip era extremadamente sensible.
Suspiró fuertemente, sujetandose a las manos de su amo, que aprisionaban su cintura cuando este cambiaba de postura, obligandole a cerrar los ojos y apretar la mandíbula con fuerza al tener todo su peso sobre el otro cuerpo, sintiendose "empalado" de verdad en ese momento.
Giró el rostro lanzandole una mirada de soslayo, dejando caer la cabeza hasta quedar apoyada en su hombro donde tenía el ángulo perfecto para lamer y besar su cuello en actitud más que sumisa en lo que posicionaba ambas piernas alrededor de las del narco comenzando un movimiento que en principio era lento pero que a medida que se acostumbraba a la sensación iba intensificando en velocidad y profundidad.
Todo aquello le estaba sobreestimulando y no se molestaba en disilularlo ya, pasaba un brazo al rededor del cuello del mayor, sujetandose a su cuello y espalda en lo que su otra mano se agarraba con firmeza al brazo derecho de Lenin, el cual le sujetaba las caderas, aún enfundadas en aquella falda que seguramente quedaría algo maltrecha despues de aquello, ofreciendole así punto de apoyo en lo que el vaivén se iba volviendo frenético por momentos, ahora el esclavo parecía tener nublada la mente y solo repartía besos, lamidas y chupones en aquella piel que se le antojaba deliciosa de repente, dejando que su aliento y jadeos fuesen a parar directamente al oido del mayor.

Jadeó con fuerza al notar los besos y aquellos desesperantes lametones y mordidas en su cuello, miró algo sorprendido la sumisa actitud del esclavo, sus ojos aparecían entrecerrados, como si estuviera ido, al parecer no era el único que estaba extenuado por el placer. Volvió a repartir pequeños besos por toda la piel disponible del esclavo, importándole un carajo romper una de las ballenas del corsé, en aquel momento, la prioridad era el cuerpo de Hayden, por lo que no dudó en masturbarlo con su mano libre.
Los mechones blancos de su pelo estaban pegados a su rostro, gracias al sudor y el cálido aliento jadeante del menor sobre su cara, intensificó las embestidas, congestionado, con los ojos brillantes y los labios húmedos y entreabiertos. El conejito acababa de pasar al número dos de su lista.
-....Hayden...voy...a acabar...ya...-susurró contra su oído.

De verdad que estaba como fuera de sí, en ese momento poco le importaba nada a parte de lo que estaba sucediendo en ese mismo instante.
Había "agradecido" que el narco no hubiese estimulado su sexo aún, de haberlo hecho no hubiese aguantado tanto, pero ahora, tras haber intensificado aún más las estocadas y con la mano de Lenin masturbandole, el esclavo se sintió llegar a su propio límite,- Ah...me..me corro...- apenas hubo escuchado las palabras del mayor no pudo resistirlo más y su cuerpo reaccionaba instintivamente, arqueando su espalda, eyaculando violenta y abundantemente entre los dedos del narco.
Los músculos de su entrada se contraían con fuerza por el efecto del reciente orgasmo, que convulsionaba todo su cuerpo acompañando los profundos últimos gemidos.

Aquel apretón inesperado de los músculos del interior del menor fue el empujón definitivo: sin poder evitarlo, el narco llegó a uno de los mejores orgasmos de su vida, abrazando con fuerza al menor, mientras recobraba el aire.
-...joder...eres fantástico follando...-susurró, más para sí que para el otro-...definitivamente...eres...el 1...
Salió con cuidado de él , manteniéndo aún el ahora sensibilizado cuerpo del esclavo abrazado, esperando a que él también se recuperara-
-...Hayden...¿...te fumas...un porro...conmigo...?-comentó, besando el cuello del menor-...sería..una...buena manera...de cerrar...un buen...polvo...y espero...que me quede...algo de maría...de la buena...-jugueteó con las tiras del corsé-...puedes...ponerte..más...cómodo...si quieres...mientras...lo lío...

Recuperaba el aliento despacio, apoyando su espalda en el cuerpo del mayor, escuchó su murmullo y no pudo evitar sonreir levemente sonrojandose, aquello era todo un cumplido viniendo de Lenin.
- ¿Un porro?...- se separó un poco mirandole algo sorprendido, una vez había tomado un té ( preparado por el propio Lenin) que según él contenía maría y no le había sentado del todo bien, pero era el cimpleaños del mayor, nada de negaciones ni restricciones, además ¿ era un tipo duro con falda o no?.- Cómo quieras..- le sonrió dandole un beso en la mejilla antes de , cómo había dicho el narco, apartarse dejandose caer en la cama un tanto dolorido, ya se quitaría esa ropa cuando hubiese "descansado" un poco , no le desagradaba la idea de compartir algo más con él...aunque fuesen los porros.

Volvió con un par de porros liados y un mechero medio cascado:
-...mi yo del...pasado...era...listo...pero encontré...sus porros...así que...fumemoslos...a su...costa...y que se ocupe..el del...futuro...
Miró curioso como Hayden conservaba la falda aún puesta, y lo volvió a mirar lascivo:
-...hablando...de faldas...nunca has..tenido...curiosidad...por saber...mi país de...origen..., puede..que cuando estés...lo suficientemente...colocado...te lo enseñe...
Encendió uno de los porros y dió una calada profunda, encantado con el sabor, aquella maría era de la buena, luego se tumbó al lado del esclavo, atrayéndolo hacia él, recargando la cabeza plateada contra su pecho, buscando que estuviera cómodo y le pasó el porro:
-...da una...calada...pequeñita...y trágate el...humo...despacio..., te gustará...

- No es que no tenga curiosidad...- se acomodaba en el pecho del narco, cerrando los ojos un momento, disfrutando del calor que manaba de su cuerpo.- No sé mucho de geografía...pero por tu pelo y tus facciones saco mis propias decucciones...- sonrió moviendo las cejas inquisidoramente, cómo si ocultara que sabía más de lo que contaba.
Había quedado jugueteando con uno de esos rojos mechones cuando el mayor le pasó el porro, lo miró un tanto desconfiado cuando lo tuvo entre sus dedos y finalmente accedió dando una suave calada y reteniendo el humo lo más que pudo en sus pulmones.- Joder...-apartába el porro a la vez que el rostro, tosiendo violentamente a un lado.- ¿Cómo puede gustarte esto?.- Decía entre golpes de tos.- Sabe horrible...- sin embargo y contra todo pronóstico daba una nueva calada, que también le hizo toser ( anque menos ) antes de pasarselo de nuevo a Lenin.

Le dió un par de palmaditas en la espalda, divertido por la tos, acariciando distraido su cuello, notando el bulto delmicrochip.
-...las primeras...veces...todo...cuesta...¿no te ...parece...?-susurró, mirándolo insinuidoramente-...todo...es más divertido...cuando...sabes...cómo usarlo..., mi pelo...es de...familia...aunque...tengo el tono...bastante...más...rojo...de lo habitual...por eso...el hortera de...mierda...ese...me llama...por ese...estúpido...apodo cariñoso..., debería...coger las...rosas...-miró el objeto en cuestión, las rosas estaban rotas y en su mayoría presentaban marcas de sudor o sexo-...para enseñarle...lo bien...que nos...montamos...los revolcones...en esta...casa...-pasó otra vez el porro al esclavo y puso en la palma de su mano el mechero-...¿te he...dicho...alguna vez...que eres...lo más...caliente...que he...visto...rn la cama...-ronroneó satisfecho-...debes de ser...mi tio perfecto:...mi tipo..., sádico...y un amante..de primera...

Sentía un leve escalofría cuando pasaba la mano por la zona del chip, a veces se olvidaba que lo llevaba, excepto claro cuando se rozaba con algo.
Obvió el comentario de Lenin sobre su ex, empezaba a hastiarle que le nombrase casi a diario de un modo u otro, pero por supuesto no mostraría molestia alguna ante ello, empezaba a aprender algunos "trucos" para hacer la convivencia con el narco lo más llevadera posible y mostrarse celoso ( aún estándolo ) no era una buena idea.- Bueno...a mí me gusta tu pelo.- Sonreía de lado visiblemente más relajado.- Creo que fue lo primero que me gustó de tí...je...-quedó pensativo un momento, pensando en lo que había dicho Lenin sobre su pelo y su familia.- Me pregunto por qué lo tengo yo de este color...- se encogía de hombros pensando que habría sido capricho de su creador, el cual nunca llegó a conocer.
Volvía a tomar el porro, mariobrando un tanto torpemente con el mechero hasta lograr darle fuego y calar nuevamente, esta vez apenas tosió un poco, parecía estar acostumbrandose y volvia a calar suavemente, pero sí le dió un golpe de tos importante tras escuchar las últimas palabras del mayor que le hicieron sonrojar a sobremanera ahora que sus mejillas había retomado su color habitual.- No digas eso...- apartaba la mirada sonriendo entre nervioso y avergonzado.- además, yo no soy sádico...- le devolvía el porro mirandole un tanto reprochante pero aún con esa sonrisa.

Volvió al contraataque, con ganas renovadas de jugar:
-...si que...lo eres..en el fondo, te encanta...ver a esos...estúpidos...gatos...destrozados...y con las...piernas...abiertas...dispuestos a ser...violados antes...de que les...saque...los órganos...-mordió suavemente el lóbulo de su oreja, recuperando el porro-...los nekos...son unos...seres...atolondrados...que sólo sirven...como muñecos...hinchables...-deslizó el cuerpo de Hayden de vuelta al colchón, situándose de nuevo encima de él, recargando todo su peso en las rodillas y sus piernas, ahora a ambos lados del cuerpo del esclavo-...y me encanta..., me encanta...poder...compartirlo...todo...contigo... -con renovadas ganas, empezó a lamer el cuello de Hayden de manera insinuante, parando un momento para dar otra calada a la droga, coger una buena cantidad de humo y besar los labios del peliplata, soltando el humo en el interior de su boca-...te dije...que no..te dejaría...dormir..., me encanta...verte...a punto del orgasmo...sonrojado...y con los...ojos...opacos...de placer...¿te apatece...otra...ronda...?

Soltó una pequeña risa, asintiendo con la cabeza, recordando la visita al sótano, vale, a lo mejor Lenin tenía razón sobre su supuesto sadismo, en realidad el hecho de pensar que dos pisos mas abajo habían un puñado de chicos-neko moribundos, malheridos y drogados ( entre otras cosas ) , le proporcionaba una extraña sensación de satisfacción.
Rió divertido cuando el narco volvía a la carga posicionandose sobre él, parecía que le efecto del THC de la maría empezaba a ser notable en su organismo que se había mantenido "relativamente" puro de sustancias extrañas hasta el momento, pero era una sensación agradable, de hecho todo parecía más agradable de pronto y las palabras del mayor, que normalmente siendo de esa índole le hubiesen hecho avergonzar y desviar la mirada, ahora solo le hacían sonreir cómo un idiota.
Recibió encantado el humo de la boca contraria, manteniendolo dentro un momento.- Vaaaya, vaaayaa...me sorprende usted, Señor Tenembaum...- se únia claramente al juego del otro, tomando uno de aquellos mechones rojos y manipularlo, juqueteando con él un tanto embobado en lo que expulsaba el humo entre sus palabras.- ¿ Quién diría que se conserva usted tan vigoroso pese a su edad?.- Le sonreía malicioso aguantandole la mirada con una ceja enarcada, pero también tenía ganas de jugar.
Volvía a reir propiciado por las atenciones del narco para con él, aprovechando ese "descuido" por su parte para "abrazarse" con fuerza a su cuerpo y rodar sobre él, quedando ahora sobre el suerpo de Lenin.- Te tengo!.- Reía de nuevo agarrando ambas muñecas del narco.- Y si soy yo quien no te deja dormir?- le susurraba al oido soltando el agarre de sus muñecas y mordisqueandole divertido el lóbulo de la oreja.

Se entendían a la perfección, de haber sido otra persona la que le hubiera sujetado las muñecas, Lenin se habría violentado,pero se dejó hacer cuando al otro le dió por jugar a las conquistas, sonriendo divertido ante el ataque del menor. Hayden lo mantenía en un estado inusualmente relajado en aquellos momentos, parecía haberse formado un ambiente agradable, entre la sesión de sexo, el humo de los porros y el olor a sudor.
-...por favor...dame...más...-murmuró el narco, imitando de manera bastante aproximada el lascivo movimiento de caderas del menor, y su tono de voz desesperado, para luego reírse entre dientes-...me encantaría...ver...cómo no...me dejas...dormir...¿gemirás...más...y más...fuerte...mientras...pides...que te la...meta...hasta el fondo...?-independientemente de sus palbras, aquello era parte del juego entre ambos, y el tono juguetón de Lenin estaba retando al esclavo a que lo negase, y por supuesto, a jugar más.

- Ah! NO !! yo no hablo así!! - Le arreaba con el primer cojín que pillaba, con los cachetes inflados/sonrojados.- Siempre haces lo mismo...para la proxima ni me voy a inmutar por nada de lo que hagas...- "amenazaba" infantilmente lanzando el cojín a los lejos quedando sentado sobre él con los brazos cruzados. ¿ por qué tenía que ganar siempre?.
- Te lo dejo pasar porque es tu cumpleaños...- se deslizaba sobre el cuerpo del mayor en actitud melosa, pasando los brazos a ambos lados de su cuello, llevando sus manos a la roja melena en lo que dejaba suaves besos y alguna que otra mordida en su cuello y mentón.- Te burlas...pero sé que en realidad te gusta que me ponga así contigo...- le susurraba besando sobre algunas marcas que había dejado él mismo en la piel del narco.
Se incorporó un poco para verle sonriendole de lado, no sabía si sería por el porro o qué, pero la verdad es que se sentía muy a gusto en ese momento con él.
- Ah! Se me olvidaba! ...-se agachaba de nuevo dandole un rápido beso en los labios y se bajaba de él y de la cama.- Espérame un momento...- tomaba al porro que había quedado tirado por ahí pero que aún estaba por la mitad y lo volvió a encender, dando una rápida calada para prenderlo y ponerlo en los labios del narco para que estuviese "entretenido" en lo que el esclavo regresaba y sin decir más corrió a la "habitación de los muertos", donde parecia oirsele rebuscando algo.

Ronroneó encantado por las atenciones repartidas en su cuello:
-..touché...`puede...que sí, que me..guste...tu actitud..., ...mmm...¿estás..marcando tu territorio...a...base...de chupetones...?-murmuró al notar la impaciente boca ajena sobre marcas anteriores en su cuello.
Se sorprendió cuando le dijo que había algo más, pero tras un instante de reflexión, llegó a la conclusión de que así tenía más porro, y que el conejito no tardaría en volver. Hayden se había esforzado un montón por su cumpleños, y eso le hacía muy feliz, de pequeño siempre los celebraba en el hospital, y cuando había tenido edad para beber, Trueblood lo llevaba a aburridos restaurantes franceses y cosas pijas de ese estilo, pero nunca se le habría ocurrido que cumplir una de las fantasías del narco era más que suficiente para dejarlo más que contento.
Oyó curioso como el esclavo revolvía la habitación,después de todo él si tenía memoria y solía ser el que recordaba donde estaba todo, así que se quedó allí, pidiendo a los dioses que lo escucharan que fuera lo que fuera, no le cayera otro hamster en casa, que con una rata mordona y enfadica en su vida tenía más que suficiente. La verdad es que lo había dejado intrigado.

El mismo día en que había ido de "compras" con Mike, en contra de la voluntad de este, se había topado con una moto mal estacionada o mas bien siniestrada a un lado de la carretera, estaba realmente destrozada y parecía que quien la conducía no tuvo un final mucho mejor pero debajo del asiento había encontrado un casco negro con lineas rojas y plateadas reluciente e intacto.
Estaba muy incómodo con aquella ropa por o que aprovechó para cambiarse, poniendose solo unos boxers y una camiseta negra de Lenin que le quedaba un tanto larga pero estaba claramente más cómodo así, agarró la bolsa donde había guardado el casco tras hacerle algunas "mejoras" y salió de allí regresando a la cama y tomar asiento al lado del narco.
- No es nuevo en realidad ...y no me dió tiempo de envolverlo ni nada...- metía las manos en la bolsa y lo sacaba mostrandoselo, se las había ingeniado para conseguir pintura y dibujarle por un lateral lo que parecía un patito de goma con una corona, en otras palabras: era el casco del rey de los patos de plástico.- Ya sé que te da igual estamparte con la moto y abrirte la cabeza, pero me gustaría...- le miró un momento negando con la cabeza.- No,...quiero que te lo pongas cuando vayas en moto...- se lo colocaba sin atarlo, esperaba que Lenin accediera a llevarlo, si llegaba a matarse de algún modo esperaba que no fuese por un accidente de moto.

Dió un par de saltitos de emoción cuando vió la bolsa que le traía Hayden, a todo el mundo le daba por regalarle cosas caras y que normalmente, o eran tópicos romanticones y horteras, o que no sabía que hacer muy bien con ellos, como por ejemplo, las rosas, que como había comprobado el narcotraficante no eran fumables y encima pinchaban; así que el regalo de Hayden le encantó, era práctico, y se había acordado de sus gustos, y aunque fuera inmaduro, le encantaba la idea de pasearse con el dibujo de un pato de goma por el mundo.
-...vaya...-observó atentamente aquel casco, la verdad es que le importaba un carajo que fuera robado o similar, según la mentalidad del pelirojo, que su anterior propietario se hubiera esforzado más en protegerlo, además eran sus colores, rojo como su pelo y blanco/plateado como las partes de su pelo quemado por el ácido, y por supuesto, allí estaba el pato con la corona-...el rey...de los patos de...goma...-susurró, mientras le colocaba el casco-...creo...que sí..empezará...a merecer...la pena...llevar...casco en moto..., me encanta...-asintió, besándolo apasionadamente-...de todos...modos...no hace...falta...que lo lleve...mientras...conduzco...la...moto, puedo...sentarme...detrás...de tí...con el puesto...igualmente...me he...fijado..en que...últimamente....mirabas...interesado..la moto...-se quitó el casco, mirando el pato de goma dibujado, y echándole una mirada de soslayo al esclavo, eso era básicamente un sí a las peticiones de que le enseñara a manejar la moto.

Sonrió de oreja a oreja,mirandole con los ojos brillantes, había pensado que tal vez el narco no quisiera ponerselo, sabiendo lo poco que valoraba su propia vida y tampoco esperaba que recordase que le había pedido que le enseñase a llevar la moto, pues ya había pasado más de una semana de aquello.
Se le abrazó repartiendo besos por sus mejillas, labios y hasta le dió un suave mordisco en la nariz, estaba siendo un día extrañamente tranquilo y agradable, ya estaba anocheciendo y aún no habían discutido ni nada...extraño, sí, pero agradable ( para variar ).
- Siento no haber podido hacer más...pero, ya sabes- se separaba un poco haciendo el casco a un lado.- De todos modos ...bueno, no podria haber hecho nada de esto sin el cretino que tienes como conductor...- hacía una mueca encogiendose de hombros, Lenin sabía que entre Hayden y Mike no había lo que se dice una "gran amistad".- Pero tuve que amenazarle con pegarle un tiro para que me echase una mano el muy...- agitaba el puño en el aire, estaría gustoso de agarrar uno de los cartuchos de dinamita que tanto gustaban al narco y volar su camioneta con él dentro.
Sacudió la cabeza para no pensar más en el tema y se sentó encíma del regazo del mayor a horcajadas, pasando los brazos por sus hombros.- Bueno...aunque me haya cambiado de ropa el pacto sigue en pié...- volvía a cambiar su tono de voz a la melosidad que tan recurrente estaba siendole ese día.- puedo hacer algo por usted...amo?-

-...entonces...no era...yo..la escopeta...la cogistes..tú...-comentó pensativo, el conductor le había dicho en su momento no se qué de amenazas del esclavo, que se librase de él o no se qué, pero el se había tapado los oídos y se había puesto a tararear de manera infantil-...¿pudistes..tú...solo...con Mike...?...genial...-comentó apreciativo, y orgulloso de haberle enseñado como amenazar a la gente satisfactoriamente. Definitivamente, la próxima parada después de la moto, serían los nekos del sótano, después le enseñaría a escupir, después a ir de putos, y después...
Iba a seguir pensando ideas desacabelladas cuando el menor volvió a subir a su regazo:
-...¿hacer...?...bueno...si insistes...¿por...dónde...íbamos...?...-volvió a besar el blanco cuello de su conejito con pasión-...y ¿hay...alguna...postura...que el señor...conejito..lindo...roba-cascos...de moto...desee experimentar...o prefiere...tener...un "tutor...particular"...?-preguntó, siguiéndole el juego.

Cerraba los ojos echando la cabeza un tanto para atrás, disfrutando de aquel contacto de los labios del narco sobre su piel.- Ah....pues...- reia por lo bajo deslizando las manos por la espalda ajena.- ...si me das a elegir...-en su voz sonaba claramente la complicidad dirigida hacia el mayor, seguramente era por el THC, pero sentía que no tenía porqué contenerse o cohibirse, pudiendo tomar total confianza con el narco.- La verdad es que estaría bien volver a ver a mi "tutor particular"...me gustan sus clases...- volvía a reir al tiempo que bajaba de nuevo a aquel cuello que le encantaba y volvía a repartir lamidas y besos, sin dejar de "manosearlo" con un deje un tanto posesivo.- Pero es tu cumpleaños...no es lo que yo quiera, si no lo que quieras tú...- Subía delineando la forma de los labios de Lenin con la lengua.

Volvió a jadear cuando sintió las atenciones sobre su cuello, le encantaba el peso de Hayden sobre su cuerpo, y esa actitud tan "cariñosa" no hacía sino provocarle las ganas de organizar una tercera ronda antes de que acabase la noche:
-...de acuerdo...-aprovechando que el otro lo tenía bien agarrado por la espalda, lo alzó entre sus brazos-...te daré...un par...de lecciones "prácticas.."...-lo llevó al baño, dejándolo sobre uno de los sofás, para desnudarlo con cuidado y cariño, acariciando todos los trozos de piel que iba descubriendo, cuando hubo acabado le tomó de la mano y lo arrastró suavemente hasta la bañera, entrando y encendiendo la manija del agua caliente, dejando que el agua los cubriera suavemente mientras empezaba a besarlo con deseo y lo atraía hasta él, pegándolo a su cuerpo, ahora húmedo.

Se dejaba cargar cómo si nada, recargando su cabeza en el hombro del narco, aún estaba "extañamente" relajado y no podía evitar reir muy por lo bajo sin razon aparente.
Colaboró como pudo en desvestirse o más bién se lo puso facil, notando cómo se le erizaba la piel al contacto con las manos ajenas ¿ sería también por el efecto del porro que aún perduraba?
Le siguió hasta la bañera, aún con esas risas, todo aquello le estaba pareciendo deliciosamente divertido, en aquella peculiar relación era Hayden el que hacía el papel de la memoria y en todo el tiempo en el que conocía a Lenin, esa era la primera vez en el que se mostraba de ese modo y el esclavo no dudaría en disfrutar de ello mientras durase.

Se le abrazaba despacio a medida que ambos cuerpos se acercaban, imitando ese gracioso ronroneo tan típico del narco cuando algo le gustaba.
Sin romper la unión de sus bocas la cual había callado del todo el murmullo de su singular risa, pasaba ambas piernas al rededor del cuerpo ajeno, pegando así ambas caderas y pelvis.- ¿...Qué me va a enseñar, mi tutor personal?...-Le susurraba entre besos, practicamente en su misma boca, algo entrecortado por los suaves jadeos y con un claro deje de lascivia, sin cortarse en mirarle directo a los ojos, ni en ocultar su rubor, propiciado también por aquel ambiente húmedo y cálido en el que estaban, para Hayden dificilmente podría darse una situación mejor que esa.

-...Tácticas...submarinas de...seducción...o lo que..es lo mismo..."cómo...hacerlo...en la ducha..."...-respondió seductor, aunque con un tono más propio de un anunciante de un cursillo por correspondencia-...alguna...vez tendrás...que hacerlo...con otros hombres... a parte de ...mí...y quiero...que los tengas...comiendo...de tu...mano...y no...dejes...a tu..."profesor particular"...en..mal lugar...-mordió suavemente sus labios-...tienes...todo lo que...hace...falta...para ser...el "chico...malo"...que suele volver...locos a los...hombres...-susurró divertido...sí...son así...de idiotas...,...así que vamos...a...explotarlo...al...máximo...¿para...eso...estamos..."juntos"...en este negocio...,no?
Se quedó mirando unos instantes los botes de champú, intentando entender las etiquetas o recordar cuál era el de las características del pelo de Hayden, al final cogió el que le parecía que más se acercaba. Para una persona acostumbrada a lavarse el pelo con lo primero que pillaba la palabra serum era todo un misterio...
Le dió la vuelta suavemente y empezó a enjabonarle la cabeza, aprovechando sus conocimientos médicos para tocar los puntos más relajantes de la cabeza.
-...básicamente...el acto de lavar...el pelo...sirve...para toquetear...el cuerpo...ajeno...y meter...mano...-hizo una demostración práctica, pegando su cuerpo a las espaldas del esclavo y creando un poco de fricción, mientras besaba y lamía el microchip-...como...la mayoría...de las...acciones...-frotó su nariz contra su nuca-...todo está...en los juegos...presexuales...¿estás...tomando...nota...?

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