Un trago

Vagando por la ciudad se había topado con un bar que parecía de buena categoría, tal vez un lugar donde podría relajarse un poco y beber algunas cuantas copas.

Entro al lugar con paso lento, su mirada serena recorría discretamente el establecimiento, sus cabellos danzaban juguetonamente en su espalda al mismo compas que su andar.

Al poco tiempo llego hasta la barra, donde tomo asiento y observo las bebidas, buscando una de su agrado decidiéndose al final por un wishki.
Se dio media vuelta quedando de espaldas a la cantina apoyando su espalda y codos en esta.

La sonrisa hipócrita y de satisfacción se le formo en el rostro justo después de recibir su bebida, vagando en sus pensamientos pervertidos, disfrutando de los recuerdos que rápidamente llegaban a su cabeza.

Era la segunda vez que se pasaba por ahí. En la primera ocasión la había pasado bastante bien, y la verdad era que había logrado relajarse, así que esa noche cuando salió de la oficina y pensó que no tenía ánimos de volver a casa aún el bar Noir fue lo primero que le vino a la mente.

No tenía planes de emborracharse; tan sólo quería tomar unas copas y con suerte encontrar una conversación agradable. Entró al bar mirando a todas partes como buen neurótico, y luego de pensarlo un rato decidió sentarse, como en la última ocasión, en la barra. En ella, sólo estaba un chico de cabello blanco, así que sería lo suficientemente tranquilo. Se sentó a unos asientos de éste y pidió un whisky.

Sacó sus cigarrillos y luego de rebuscar en sus bolsillos se dió cuenta que había olvidado el encendedor....tomó nota de que de ahora en adelante tenía que amarrarlo a la cigarrera.

-Discúlpame.-le dijo al hombre a su lado.- tienes fuego?.-preguntó mientras jugaba con el cigarro entre los dedos.

El cristal frio hiso contacto con sus labios mientras daba un pequeño trago a la bebida, dejo de lado el baso y buscando en su chaqueta, saco un cigarrillo el cual mantuvo entre sus labios, sin encenderlo.

Sus orbes grises que paseaban por el lugar se posaron rápidamente en un joven no mayor a el, mirándole apenas de reojo puesto que no necesitaba mas para reconocerle, sabia perfectamente quien era, si no fuera así la corporación Hanori no seria tan famosa e importante.
Varias veces había trabajado para hombres asociados ha dicha corporación, pero nunca había tenido el gusto de conocer al dueño en persona.

“Tienes fuego?” -se sonrió ante tal pregunta, aun con la cabeza llena de sus pensamientos lujuriosos.

-Claro- respondió, sacando el encendedor de la bolsa frontal de su camisa, colocándolo con sutileza frente al joven para que pudiera utilizarlo libremente, su mirada aun ahora clavada al frente dándole poca importancia al recién llegado.

-Gracias.-dijo, e inmediatmente estiró el brazo para tomar el objeto. Encendió el cigarrilo tranquilamente, aunque hacía rato que moría de ganas por fumar, pero al haber estado manejando no había podido; era muy prudente para esa clase de cosas.

Luego volvió a dejar en el encendedor en el lugar que el extraño lo había hecho antes, mientras le daba una larga calada al cigarro, como si con eso se liberara de todo el stress acumulado esa semana. El trabajo en Hanori lo estaba volviendo un anciano antes de tiempo. Ojalá, pensaba, tuviese la libertad de otros para salir a divertirse; pero, era un hombre de muchas responsabilidades...

Se dió cuenta de que no había vuelto a agradecer por perderse en sus reflexiones, así que volvió a mirar al tipo y le sonrió un poco, como para disculparse.

-Perdona por haberte molestado, pero cuando uno tiene un vicio como éste no piensa en esas cosas....verdad?.-dijo, señalando el cigarro que el hombre sostenía en la boca.- aunque no creo poder tener uno en la boca tanto tiempo sin poder hacer nada con él...que envidia.

Dicho lo cual revolvió un poco los hielos del whisky para luego mojar sus labios con él.

Sonrió alejando el cigarro de sus labios para volver a dar un sorbo a su bebida, tomo distraídamente el encendedor con el cual jugueteo, pasándolo entre sus dedos colocando de nueva cuenta el cigarro entre sus labios.

Le miro de reojo y una media sonrisa se formo en sus rostro –No hay de que- respondió haciendo una pequeñísima reverencia con la cabeza.

Le extrañaba que alguien tan joven ya tuviera vicios como esos, para el era algo reprobable, pero, siendo realistas, ese mundo estaba tan maltrecho que algo así era de los mas normal.

Ladeo la cabeza para verle mejor dejando que su larguísimo cabello se meciera a un costado de su cuerpo.

-No tiene por que disculparse, en cambio, alguien como tú debe tener muchas ocupaciones, darse un placer como estos de vez en cuando es un privilegio- después de tanto jugar con el encendedor encendió el cigarrillo dándole una larga calada para luego expulsar el humo lentamente.

-¿A que se debe que alguien de su categoría le hable a un pobre ciudadano como yo?- pregunto con algo de sorna y sarcasmo.

Frunció el ceño ante el comentario del otro...cómo podía saber sobre sus ocupaciones un completo extraño??...luego lo entendió, y maldijo a las revistas y periódicos por publicar su rostro en sus páginas al menos una vez al mes...

-¿A que se debe que alguien de su categoría le hable a un pobre ciudadano como yo?- -preguntó el otro, y Jun sintió que estaba enrojeciendo...le molestaba que lo etiquetaran sin conocerlo, pero lamentablemente estaba expuesto a eso a diario y tenía que vivir con la situación...

-Veo que lees periódicos...-dijo al final, fumando y mirando hacia la barra, con la cabeza un tanto agachada; pero luego miró al otro y decidió no dejarse amilanar por el sarcasmo...una por otra.- bueno...alguna vez tengo que bajar a la realidad...a ver el pueblo...

Se rió. Obviamente estaba bromeando, y así quizo hacerlo notar. Bebió un poco más de su vaso, sin quitarle la mirada al extraño.

-me llamo Jun, y tú?

No –le corrigió- no acostumbro leer los periódicos…..mas bien trabajo para varios de sus socios o clientes frecuentes –le explico dándole otra calada a su cigarro, una muy larga, retuvo el humo para luego expulsarlo por nariz y boca, lejos de ellos.

Supongo que no esta de mas mezclarse de vez en cuando con las clases bajas–rio y tomo de un sorbo lo que aun quedaba en el vaso sintiendo perfectamente como el liquido le raspaba la garganta….pero ese era su encanto.

Le resultaban divertidos sus propios comentarios por que claro estaba que en aquella ciudad mas de la mitad de los hombres que la habitaban eran gente poderosa y adinerada.

-Puedes decirme K´- respondió dejando caer la ceniza del cigarro en el cenicero –me reservo el derecho de revelar mi verdadero nombre- agrego mirándole rápidamente, recorriendo de pies a cabeza el juvenil cuerpo.

-Dime Jun, bien sabido es que odias a los esclavos, ¿es por eso que a partir de ellos mantienes tu fortuna y la economía del país?-

Luego de la respuesta; Jun se detuvo a ver al otro más cuidadosamente de lo que lo había hecho hasta el momento...aún así no podía recordar haberlo visto en ninguna parte, y le parecía extraño que alguien que trabajara para gente tan cercana a él no le fuera familiar...quizás se habían cruzado, pensó finalmente, y era Jun el que no había reparado en él ni un poco...

-K.-repitió, aunque no iba ser fácil olvidar un nombre tan sencillo; el por qué no daba el completo era algo extraño, pero el moreno estaba acostumbrado a las excentricidades y no le dió mayor importancia al asunto.- será K entonces...


Jun tardó algo en responder. Luego bebió lo que quedaba de su trago de un sólo sorbo y pidió otro, apagando el cigarrillo a medio fumar en el cenicero de la barra.

-Te equivocas...la razón por la que trabajo en esto es porque se trata de un negocio familiar...además, no sería responsable dejar de hacerlo...-el barman le alcanzó el nuevo whisky y el más bajo tomó un trago largo.- no te dejes llevar por lo que puedas oír de tus clientes...

El hombre le había hecho recordar a su padre, así que tal vez esa noche si iba a emborracharse después de todo.

-Estás bastante bien informado en parte...para alguien que no lee periódicos...

No hay mayor peso que el de trabajar en algo que nos desagrada –exclamo, por suerte su atrabajo era de su total agrado y no lo hacia solo por el negocio familiar- debería ver mas por sus propios ideales –dijo, simplemente aconsejando antes de darle la ultima calada a su cigarro y apagar la colilla en el cenicero.

Con un movimiento de mano pidió al barman una nueva bebida, la que fuera estaría bien en esos momentos.

Hay muchas formas de conseguir información –explico colocando un nuevo cigarro entre sus labios- y mi favorita es, a base de amenazas o tortura –dijo como si fuera lo mas común- de esa manera se suele conseguir mas información y mucho mas certera de la que aparece en los periódicos.

Ese hombre lo estaba desencajando. No sólo le había hecho recordar a su padre, sino que ahora le hablaba sobre ideales. Sí, hubo una época en que Jun los tenía, y grandes. Pero trataba de no pensar en eso. Inconscientemente miró sus muñecas cubiertas por los guantes...no podía olvidarse de la maldad del mundo...

Esscuchó la respuesta del otro con el whisky en los labios; ya estaba empezando a beber irresponsablemente. No pudo evitar toser al oír lo que el otro le decía. Al principio pensó que estaba bromeando, pero K parecía bastante serio y además...sabía bien que la gente poderosa de Zados tenía algún tipo de trato con personas que se dedicaban a "resolver" sus problemas. Jun había estado en varias ocasiones propenso a buscar ese tipo de servicios, peor jamás había terminado por atraverse...sus ojos rojos se abrieron de par en par y terminó por sentir una gran curiosidad por la persona a su lado...

-¿En què es exactamente que trabajas...si se puede saber?

Si K era la clase de persona que el moreno pensaba, lo más probable era que no se pudiera saber, y sin embargo, no estaba de más conocer a alguien como K...no se sabía cuando podría necesitarse...o cuando estaría detrás de uno...mientras más dinero se tiene, pensó, más enemigos también.

Totalmente consiente de todas las reacciones del menor se sonrió con satisfacción, nunca era su intención pero siempre terminaba causando ese tipo de reacción en las personas.

Dando un sorbo a su nueva bebida (y sin ser consiente de que era hasta que el liquido llego a su paladar) escucho la ultima pregunta restándole algo de interés, era muy común que se lo preguntaran y mas común aun era que mintiera.

Pero sentía que en ese caso haría una excepción, ¿Qué podría suceder? Con sus habilidades podría matar a cualquiera que intentara meterse con el incluido, si era necesario, al mismo Hanori y a todos sus guardaespaldas.

Sonrió dejando el vaso de lado y le miro de reojo al muchacho –Soy asesino a sueldo- confeso directo y sin titubeos, no le importaba la reacción que pudiera tener el otro, aunque le parecía bastante entretenido hablar con el.

Un detalle llego hasta sus ojos, su acompañante estaba bebiendo mas de lo que el consideraría debido pero opto por no decir nada.

Soy asesino a sueldo, dijo el más alto, y Jun sólo respondió bebiendo más whisky y sin quitarle la mirada de encima; era de mala educación, pero no podía evitarlo...no se conocía a un mercenario todos los días, así que sí, era emocionante...por otro lado, K estaba empezando a recordarle a cierto esclavo con el que compartía sus días...así de directo...

Hacer más preguntas sobre el caso le pareció indiscreción, y asegurándose a sí mismo que mientras el tipo no estuviera ahí para matarlo todo esta bien, permaneció en su asiento...parecía que las cosas peligrosas le llamaban la atención, pero Jun no era consciente de eso; tal vez otra persona se hubiera disculpado y salido corriendo, pero el moreno tan sólo pidió otro trago y prendió otro cigarrillo...

-Ahora...voy a ser bastante mal educado...-dijo, mirando al tipo y hablando en voz baja.- pero la curiosidad me gana...-se acercó a él un poco.- K...qué se siente matar?...

Tal vez era una pregunta estúpida para las oídos del otro, pero era importante para Jun...no podía confiar de la repuesta que la razón de su interés le hubiese dado, así que iba a aprovechar la oportunidad y oír la respuesta que le diese ese extraño...si es que deseaba dársela...

-Nunca lo he hecho...pero...lo han hecho por mí...

Su sonrisa, que al parecer no se borraría, cambio a una melancólica pero auto suficiente –Si…por mi también han matado….tanto por mi culpa como por amor…..y he de decir que en el segundo caso me sentí alagado- comento antes de responder, soltando una pequeña risita que dejo ver sus afilados colmillos.

Jugueteo un momento con el cigarro que aun tenia entre los labios y continuo –
Bueno…primero que nada, y siempre lo mas importante, se tiene que tener la cabeza y sangre bien fría al momento de cometer el acto, de nada te sirve arrepentirte después o durante el suceso –explicaba a base de sus experiencias personales- Segundo, siempre sentirás algo diferente al momento de arrebatar una vida, nunca tienes la misma sensación dos veses.

Le miro de reojo y continuo –Cuando matas, por venganza o cuenta propia, la sensación de satisfacción que se siente es indescriptible, el orgullo te invade al ver el cuerpo de la persona que tanto odiabas a tus pies, por otro lado, cuando matas a alguien con quien ya habías frecuentado y en algunos casos sabes que esta persona en esencia no es mala, puedes sentir cierto remordimiento y desearías poder disculparte, pero siempre debes recordar que trabajo es trabajo- dio otro trago a su bebida y suspiro – la sensación de matar a alguien es algo que no puedes describir con solo palabras y le doy a razon a quien dice que la psicologia de un asesino es muy compleja…pero en mi caso, matar ya es algo tan mío que me es normal hacerlo, pero se que estoy marcado de por vida, empapado de toda la sangre que han derramado mis victimas.

Se detuvo al notar que estaba indagando en sus propios sentimientos, se aclaro la garganta y pregunto a fin de cambiar de tema -¿Por qué razón han matado por usted joven Jun?-

Estaba fascinado con la respuesta de K como un niño chiquito al oír un cuento fantástico pro primera vez. Sus pupilas rojas se dilataban cada vez más, y escuchaba lo que el otro le decía cada vez con más interés. Cada palabra del más alto era, una respuesta a muchas interrogantes que el mismo se planteaba al estar solo. Matar por amor y sentirse alagado...recordar que el trabajo es sólo eso...trabajo...

En parte estaba aliviado. O él no estaba loco, o su tipo de locura era compartida por muchas más personas de lo que él imaginaba; matar por amor...las primeras palabras del hombre aún rezonaban en su cabeza cuando el ping pong de preguntas volvió hacia él, desencajándolo un instante.

-No lo sé...-dijo, siceramente, pues el alcohol ya había hecho su efecto y le había soltado la lengua más de lo prudente.- no sé si fue por amor, pues no habíamos cruzado una palabra y sin embargo...lo hizo para estar conmigo...-miró a K con sus ojos brillantes.- por otro lado...no estoy seguro aún de que pueda llamarse amor un setimiento que nace de...de sentirse alagado por que una vida se sesgó...para uno...

Jamás había hablado del tema con nadie, y no podía creer que lo hacía en un bar...con un completo extraño....

-Tal vez sólos ea...vanidad...

Le miraba con cierto interés, complacido de que hubiera agarrado confianza, aunque tal vez solo fuera por el exceso de bebida.

-La vanidad y el Amor son cosas totalmente diferentes desde mi punto de vista- estaba encantado con el tema de conversación que se había dado, pues tal vez podría infundirle algo de su psicología al menor, claro, el amaba manipular a los demás.

-La vanidad es el amor a uno mismo por sobre cualquier cosa, entonces, si se mata por Vanidad es solo matar por amor y protección a uno mismo aunque no se tenga razón verdaderamente lógica- hiso una pequeña pausa- y el amor es un sentimiento que se puede sentir por cualquier persona o cosa, pero claro que hay amores enfermizos-

Se giro en la barra quedando de costado a esta, dándole la cara a Jun.
-Uno no puede controlar el amor y absolutamente nadie esta a salvo de sus efectos, cuando mataron por mi, fue por pleno amor, y eso lo puedo asegurar y me siento orgulloso de que lo hallan hecho por que tal vez esa era la única manera de esta persona de permanecer a mi lado, no lo dudo, y sin mas mato por mi-
Le sonrió al más pequeño, de verdad todo lo que estaba diciendo era algo meramente parecido a lo que en realidad pensaba, pero claro que no daría a exponer sus verdaderos pensamientos.

-Tal vez al principio fue mera obsesión….pero después se puede convertir en amor- no indago mucho en el tema puesto que el no sabia el tipo de relación que tenia el chico con la otra persona.

-Sin duda yo mataría por amor….pero aun no tengo a alguien por quien matar….-

-Y sin embargo...por lo que has dicho supongo que lo tuviste...

La cabeza de Jun ya estaba empezando a dar un poco de vueltas; tal vez era que no dejaba de tomar, o tal vez era que la conversación que había entablado era...demasiado profunda; y sin embargo, no podía eviatr sentirse satisfecho de estar ahí esa noche...era un desahogo que no se había dado cuenta, necesitaba con urgencia...

-Creo que nunca podré saber lo que es...-dijo al fin algo triste.- nunca me sentí tan bine como cuando supe que....alguien se interesaba tanto por mí como para matar...pero él...no es normal...y la verdad...a veces me da miedo...

Encendió un cigarro. Ya había ido muy lejos. Estaba comportándose como un borracho pesado.

-No crees que el amor es vanidad?...yo sí...después de todo, si quieres estar con una persona más que nada en el mundo...él que se hace final al feliz es uno mismo...

Jun se quedó mirando un momento su cigarrillo.

-Ten envidio si es que alguna vez has querido tanto a alguien como para ponerla por encima de ti mismo...

No sentía necesario indagar en lo que le había sucedido en el pasado con….cierta persona….es por eso que prefirió no responder al primer comentario.

Y no podía despegarle la mirada de enzima, al parecer el alcohol estaba comenzando a causar sus efectos, con discreción le alejo un poco el vaso para evitar que siguiera tomando.

-Si yo amara a alguien buscaría su felicidad antes que la mía, para mi esa es mi vaga definición de amor- tomo su propio vaso y de golpe tomo todo su contenido.

-Tal vez….te atormentas demasiado con lo mismo y no dejas que todo suceda de una manera natural…..no dejas que las cosas pasen y ya, estas muy preocupado por como van a pasar y quieres controlarlo….-

Notó que el otro alejaba su bebida de él, pero no se quejó. Si seguía tomando así no podría manejar, y llamar a alguien para que lo recogiera estaba fuera de discusión. No podía hacer aspamientos de su ebriedad...sería mejor dejar el trago...aunque tenía ganas de seguir, pero se conformó con encender un cigarro; lo haría de nuevo en un rato, pensó.

-Tal vez...-tal vez no, sino que era exacatmento lo que hacía.- pero ya...dejaré de molestarte con mis cosas...he sido un maleducado...lo siento, K...

Luego de eso empezó a fumar mirando al frente. No había logrado relajarse, pero sí que le había dado una buena mirada a su vida. Pero por algo pasaban las cosas; ese encuentro no había sido fortuito y de eso estaba seguro.

-¿Cómo puedo contactarte...tú sabes...por trabajo?.-control, eso era lo que necesitaba. Tener todos los frentes cubiertos.

Tranquilo…nunca había podido platicar de esta manera con alguien, te lo agradezco –la poca sinceridad que tal vez quedaba en el salió a flote, esa charla lo había entretenido bastante e incluso liberado de los pesos que significaba su trabajo.

Mientras se estiraba en su asiento escucho con satisfacción la ultima pregunta, no era algo anormal que le preguntaran donde contactarlo, pero raro si era lo que estaba a punto de hacer. De la manga de su chaqueta saco una tarjeta, pequeña con un número telefónico escrito, solo eso, no tenia ningún otro tipo de dato.

El numero de mi teléfono móvil….puedes contactarme ahí cuando gustes- se la entrego dejándola frente a el para que la tomara y no dijo nada mas.

Recibió la tarjeta con un gesto de agradecimiento formal y mientras la metía en su bolsillo se levantó. Estaba un poco mareado pero creía poder conducir tranquilamente a casa. Sólo susurró un "adios" y salió del bar.

(CERRADO)