Puesto a la venta...por primera vez.

- Sólo quedate ahí... Le habían dicho los dependientes que le había ido a buscar a su dormitorio. Desde que sus padres le habían abandonado había estado muy triste, pero la compañía no podía mantener a un esclavo que no era productivo así que fue puesto a la venta.

Lo dejaron en su aparador mientras Kudo intentaba salir de ahí golpeando la puerta y llamando a sus supuestos padres, auqnue sabía que no vendrían por él. "Una vez que entras aquí pueden que te compren" pensaba mientras miraba con algo de miedo hacia la sala de venta.

Miró su aparador y suspiró aliviado de que no fuera tan pequeño debido al temor que tiene a los lugares cerrados. Estaba decorado con enormes cojines, también había un sin número de cintas sueltas. Esto último llamó la atención de Kudo quien se tiró cuan largo era encima de los cojines y empezó a jugar con las cintas, las trenzaba y las deshacía, se enredaba en ellas y luego trataba de salir del enredo. Entre juegos se fue olvidando que estaba en un lugar cerrado y que estaba en venta.

Después de jugar por largo rato se sintió algo cansado acurrucándose entre los almohadones y mirando a los compradores que se paseaban por la sala sin ni siquiera reparar en él.

- Qué pereza ñiaaaaaa......- Estiró sus manos hasta que tocaron el cristal.- Parece que nadie quiere comprarme.- Dijo para si mientras se acercaba gateando al cristal e incorporandose en sus rodillas apoyó sus manos y acercó el rostro para mirar mejor quien estaba en la sala.

Al estar de rodillas con las palmas de las manos apoyadas en el cristal se podía ver bien la contextura del muchacho que no era muy delgado ni frágil. Los pantalones cortos de jeans dejaban ver unas piernas firmes y bien formadas además de una esponjosa cola que se meneaba lentamente de un lado a otro. Su vientre plano y firme quedaba expuesto ya que la camiceta que llevaba era corta mostrando también su cintura, no muy estrecha, pero si delicada que daba la impresión de flexibilidad y agilidad. Encima llevaba una camisa que le venía algo grande y eso le dabe cierta apariencia infantíl y de juguetón, su rostro era de infinita curiosidad y estudiaba a cualquiera que se le acercara o pasara cerca de su aparador como si él fuera el comprador.

Esa era la seguridad que había llamado la atención de "Sus padres". A pesar de saber que es un esclavo tiene la presencia de una persona libre aunque él no sepa ni como es eso.

Aquel día había decidido empezar llevar a cabo una idea que estaba rondando por su cabeza por un buen tiempo independizarse, tenía el dinero mas que suficiente para hacerlo solo había un pequeño problema, tenia que conseguir alguien más para el trabajo y casi no conocía a nadie. Después de pensarlo mucho tiempo llego a la conclusión que lo mejor era comprar una esclavo, podía sonar extraño lo que iba hacer, pero se convenció a si mismo que hacia algo bueno ya que tenia pensado darle la oportunidad de comprar su libertad después de un tiempo tal como su ultimo amo había hecho, se repitió a si mismo mas de mil veces que lo que hacia estaba bien ya que libraría a aquel esclavo de un amo abusivo.

Así fue como termino en los pasillos buscando al primer esclavo con el cual pensaba llevar a cabo aquella idea. Paso por los aparadores mirando detenidamente a los chicos que se encontraban allí, estaba indeciso sobre cual escoger.

De repente se sintió como observado como seguido por una mirada, volteando casi instantáneamente a ver de quien se trataba volteando a ver de quien se trataba encontrándose con los ojos del gatito.

Sonrío, hacia estuchado que los gatitos que el instinto felino de los gatos y su especial encanto los hacían algo codiciado.

- los clientes pagarían mucho por un gatito bien entrenado- murmuro para si mismo, luego se acerco a si mismo posando aquella típica sonrisa falsa que solía usar con sus clientes.

- Hola, como te llamas?- pregunto haciendo una voz sumamente dulce

Ya se estaba aburriendo de estar ahí sin que nadie le mirara si quiera. "Tan mal me veo?..." pensó algo desanimado al ver que los compradores miraban otros aparadores escepto el suyo.

De pronto un destello llamó su atención y al voltear hacia la puerta vio que el destello venía de un arete en forma de cruz que usaba un apuesto sujeto."Que lindo, pero de seguro que pasará de mi" suspiró algo resignado, pero cual sería su sorpresa al ver que el sujeto le miraba directamente y se acercaba a él.

"Ah! Viene hacia aquí!!!...que hago, que hago!!!" Pensaba nervioso ante la mirada del sujeto que ya casi estaba junto al cristal.

Citación :

Hola, como te llamas?

Le miró esa sonrisa algo fría y distante e instintivamente el neko bajó las orejas algo entristecido "Esa sonrisa es falsa...Tal vez sólo viene a mirar..." pensó mientras le miraba a los ojos con profunda intensidad.

- Me llamo Kudo, señor.- E inclinó la cabeza en señal de saludo, para luego mirarle alco curioso.-Se siente bien?...es que pareciera que le duele algo aunque sonría.- Hablo casi sin pensar lo que decía, pero al darse cuenta se apresuró a inclinar la cabeza en forma de disculpa.-Lo siento!... Si le molestó mi comentario le pido disculpas, en ocasiones no pienso lo que digo...

En verdad sonaba arrepentido y sincero.

Lo miro confundido mientras al escucharlo ¿acaso los gatitos tenian el sexto sentido tan desarrollado?¿acaso podia ver a travez de aquella sonrisa creada despues de muchas años de llanto que ahora consideraba sin sentido?, no eso definitivamente debia de ser imposible.

- es algo bueno que digas lo que piensas - sonrio queriendo hacer denuevo aquella sonrisa falsa que siempre hacia sin percatarse que esta empezaba a tener algo de verdadera.

- la mayoria piensa que los esclavos no tienen el derecho de ser escuchados, pero soy diferente- le dijo, despues de todo el no era como los demas que consideraba a los esclavos como menos ya que el tambien en un tiempo habia sido uno

- a mi me gusta escuchar- no mentia ya que una parte de su trabajo consistia en escuchar los problemas de sus clientes y hasta en algunos casos hasta darles consejos, aunque por su puesto eso no lo especificaria al neko por ahora.

Lo miró aliviado al ver que sus palabras no habían hecho que se alejara, sonrió ampliamente y sus orejas se levantaron rápidamente para orientarse hacia él.

-Pero el decir lo que uno piensa no siempre es grato para la otra persona...- Decía mientras recordaba las veces que había sido castigado por "decir lo que pensaba".- Supongo que esta bien tener libertad de opinión si eres...-Volvió a guardar silencio ya estaba hablando más de la cuenta nuevamente y cambió de tema.Así que cree eso?... Cree que tenemos derechos?-Sus ojos se ilumiraron y su sonrisa se hizo más amplia.- Que genial! Nunca creí conocer a alguien que pensara así!!!- Exclamó emocionado dejandose caer sobre los mullidos cojines entre risas.

De improviso se levantó mirandole nuevamente, pero ahora su mirada era diferente...era cálida y soñadora.

- Né. señor...cómo se llama?.- Le preguntó son voz suave.

- me llamo Jahi, Jahi Turiel- respondio a su preguntado consentrado un momento en la mirada inocente del gatito, la cual por unos momentos le trajo a la mente a la figura de su hijo Arthur, de su hijo el cual era todavia un infante la ultima vez que lo vio. Movio ligeramente su cabeza tratado de apartar aquellos pensamientos de su mente, se repitio a si mismo estaba alli solamente por negocios, solamente por eso como tratando de enfocarse nuevamente en su objetivo.

- Jahi Turiel...-Susurró el pequeño para si.- Que lindo nombre! suena como árabe o algo así, que bonito.- Le dijo sonriente.

Sonrisa que se fue esfumando poco a poco an verle tan absorto en sus pensamientos, la mirada de Jahi parecía nostálgica como si recordara algo con añoranza, cosa que entristesió al sensible neko quien se acercó todo lo que pudo al cristal y le sonrió dulcemente.

-Né...No se ponga triste.- Le susurró tiernamente.-Tiene un lindo nombre.-Sabía que esa no era la razón, pero no se le ocurrió nada más para intentar hacerle sentir mejor.

- mi nombre viene de un lugar muy lejano- explico sin evitar sentir algo de nostalgia al recordar a su padres, para volver en si luego de escuchar el comentario de Kudo, recordando que hacia alli y cual era su objetivo.

- ¿quieres venir conmigo? - pregunto, mirandole mientras trataba de aquellos conflictivos pensamientos que le decian que quizas no hacia lo correcto.

"Se ve solitario y triste...Me gustaría que me comprara y acompañarle siempre, se ve bueno y amable" pensaba algo emocionado ante la idea, aunque también sentía algo de miedo el dejar el único lugar que conocía. "Pero el irme significaría que dejaría mi "Hogar" y a mis padres-científicos...pero para eso estoy no? tengo que ser vendido si no, es por que no sirvo...o no?" se cuentionaba inquieto moviendo su cola de forma esporádica de un lugar a otro.

Citación :

¿quieres venir conmigo?

La vos de Jahi le sacó de sus pensamientos y le miró algo sorprendido.

- Me gustaría acompañarlo, pero me gustaría saber...- Dijo algo dudoso, temía que si su pregunta le molestaba se iría dejandolo sólo.-... Porqué me escoge? hay tantos de los cuales escoger, unos más sumisos y lindos que yo...- Quería saber la razón, tal vez si supiera el porque, podría sentirse un poco a salvo.- eto...sé que no tengo el derecho de cuestionar...usted es el comprador y yo sólo soy la pieza a adquirir, pero...realmente quiero saber...

Le miró con ojos suplicantes y temerosos.

Le sorprendio que Kudo lo cuestionara, mas no se enojo despues de todo el hizo mas de eso, en su caso tuvieron que sedarlo para llevarlo con su primer dueño.

- por que los gatitos son especiales y tu llamaste mi atencion- respondio, era verdad no toda la verdad pero era verdad.

La respuesta no le daba mucha seguridad, pero sabía que quizas esta era "SU" oportunidad de ser comprado ya que no era un esclavo muy cotizado que digamos.

- Ahhhh, así que somos especiales?.- Preguntó con su curiosidad habitual y su amable sonrisa.- No nos habían dicho que eramos especiales, aunque si no lo fueramos...no nos harían, né? Así que me quiere comprar por que soy especial?.- Le volvió a preguntar con brillante mirada...como un niño ilusionado.

Parecia un gato listo, Jahi penso que no seria dificil enseñarñe lo que tenia que enseñarle.

- si es por eso, es porque eres especial- respondio, de alguno modi decia la verdad pero quizas en una forma diferente de la que pensaria Kudo, pero era especial despues de alguna forma habia logrado que lo eligiera de entre tantos chicos de ese lugar, eso definitivamente era ser especial.

-Soy especial !.- Celebró el neko.- Já! y decían que sería dificil que me compraran.- Decía con aire victorioso hacia la puerta del aparador, luego se volvió frente a Jahi.- Decían que por mi carácter nunca nadie me querría ni me compraría...- Se encogió de hombros.- Luego apareció usted...- Le sonrió esperanzado.- Y me dice que me quiere comprar...

Se puso de pie y caminaba un poco inquieto por el aparador, al mirar hacia la puerta había recordado que estaba encerrado. Lo cual le inquietó.

-Muchos de ellos no dan un centavo por mi...sólo mis padres tuvieron fé en que sería comprado por alguien bueno... pero se equivocaron- Comentó mirando la puerta como si se tratara de un insecto peligroso.

- yo tenia caracter mas fuerte que tu y...- detuvo abruptamente sus palabras dandose cuenta de lo que iba a decir.

- ¿entonces vendras conmigo? - pregunto nuevamente al gatito, ya tenia ansias de salir de aquel lugar, aquel lugar le traia malos recuerdos.

-Claro que quiero!- Exclamó pasando por alto el comentario de Jahi, aunque lo había escuchado perfectamente decidió que sería imprudente de su parte si preguntaba al respecto.- Y como es allá afuera? hace calor? hay mucha gente? muchos automóviles???.- Hablaba de manera rápida debido a la emoción que sentía al pensar que saldría y vería el mundo por primera vez fuera de un aula de clases.

Trato de dirigirse inmediatamente a realizar la compra pero de repnete las preguntas le detuvieron.

- a veces hace calor, otras frio, hay muchas personas y tambien automoviles...pero sera mejor que lo veas por ti mismo- Jahi se dirigio a la oficina he hizo todos los tramites despues de eso le enseño al encargado que abriera la puerta del lugar donde estaba Kudo.

Por un instante penso en entrar a sacarlo pero se detuvo solamente al pisar el umbal de la puerta, como si inconcientemente su cuerpo repeliera aquel lugar.
- Kudo, ya puedes salir- dijo en voz, esperandolo afuera con impensada emocion.

Cuando se alejó hacia el encargado el neko se inquietó y empezó a pasear "Como león enjaulado" de un extremo a otro del aparados "Y si se va?...y si me deja aquí?...no quiero que se vaya!" pensaba alarmado al ver que no volvía.

De pronto sintió ruidos del otro lado de la puerta, se quedó quieto atento a cada ruido que venía de los cerrojos al descorrerce. Estaba tan nervioso que sintió que hasta el corazón se detenía ante la espectación."Me habrá comprado o vienen para llevarme de vuelta a mi cuarto?"

Citación :

Kudo, ya puedes salir

La voz que escuchó lo relajó y casi llora al verle esperando del otro lado, sin crital que los dividiera. Se acercó al humbral, sus orejas bajas delataban lo asustado que se sentía. Pero poco a poco fue apurando sus pasos hasta casi correr hasta abrazarce a Jahi.

Se sentía extraño tenía miedo y estaba feliz al mismo tiempo. Sentía una extraña calidez, pero temblaba violentamente.

Abrazo a Kuro al sentir que era abrazado, hacia años que no era abrazado de esa manera, sin interes de pormedio, un simple abrazo como muestra de cariño, aquello se sentia bien, tan bien que se quedo un momento asi estrujandolo sin decir nada y sin saber porque lo hacia.

Despues de un casi en minuto su mente volvio a la realidad separandose con cuidado de aquel abrazo.
- vamos a casa- lo tomo su mano, para salir de alli y llevar kudo a lo que seria su nuevo hogar.

(abro en los suburbios)
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CERRADO