Esperando… (libre)

El automóvil se detuvo en una luz roja que había marcado el semáforo, fue en ese momento que su señor le dijo su nombre… Sebástian Lever, el cual repitió para sí mismo y así no olvidarse jamás del nombre. Sonríe, estaba contento por saber algo más del dueño del casino.

Ladeo su rostro para sonreírle mientras lo acariciaba suavemente. Asintiendo a lo que le dijo, de ahora en adelante le preguntaría todo pues ya tenían una promesa hecha; fue justo en ese momento que recordó que su amigo en Hanori antes de irse se habían prometido mutuamente no olvidarse de su amistad para ello hizo un tipo de conjuro…, lo recordaba bien.

-Mi amo, hagamos el conjuro del dedo meñique, si?... así no me olvidaré de preguntarle cuando tenga curiosidad por saber más de mi señor al igual que usted puede pedirme lo que desee...-Kenneth se acercó a él, y extendió su dedo meñique haciendo que se entrelazara con el del mayor. Le sonrió tiernamente, agitando un poco lo brazos mientras recitaba la promesa del dedo chiquito. – Ya está!!!.- sus labios se curvaron en una de esas sonrisas traviesas tan hermosas que el menor tenía.

Después de haber hecho el conjuro del dedo chiquito, su señor lo desconcertó debido al comentario. El menor sabía para qué había sido comprado pues en Hanori se habían encargado de educarlo bien para complacer a quien lo comprase; no dudaría en hacer lo que le requiriera mas todo dependía de su señor.

-Mi señor, si usted desea no tocarme, yo no puedo hacer nada en contra de lo que decida….-aclara la voz.-yo haré todo lo que usted me ordene….- toma el brazo de su amo con ambas manos.-pero…por favor, no me considere de esa forma….- lo mira suplicante.-…no crea que no me han educado bien para servirle…sólo le pido…le pido…- tratando de mostrar valor, a pesar que la idea lo atemorizaba.- le pido que me tome en cuenta.- confiesa, escondiendo su rostro ligeramente ruborizado. El menor tenía miedo de que lo regresara a Hanori.

Muchos miedos recorrían su mente, pero el principal de ellos era el regresar a Hanori, su señor no tardó en aclararle las cosas diciéndole que no pensaba regresarlo mas hubo algo que llamó su atención… su señor…¿tenía un hijo? Y cómo era eso de buscarlo? Kenneth sabía que los señores solían tener una familia y no se separaban por nada, eso lo sabía … en teoría ….Ahora estaba confundido, no llegando a comprender cuál sería su obligación, si ser su esclavo o sólo buscar al hijo de su amo.

El menor estaba inquieto, pensando todo lo que le había dicho, sus manos daban cuenta de ello no dejando de jugar entre ellas. Fue cuando el mayor detuvo el auto, provocando que el moreno saliera de sus pensamientos para girarse hacia su señor. Sus ojos azules sostenían su curiosa mirada. Su señor se acercaba hasta que terminó a pocos centímetros de su rostro para besarlo suavemente. Tenía los nervios a flor de piel. El menor se quedó inmóvil. Deja caer sus manos mientras cierra suavemente sus ojos. El roce de sus labios produjo que un ligero escalofrío recorra todo su cuerpo, una sensación desconocida para el menor. Abre sus ojos al separarse, sintiendo como el rubor se apoderaba de sus níveas mejillas. Corresponde tímidamente a su sonrisa.

-Gracias…mi señor.-dijo suave con voz aterciopelada.- no se preocupe, ya no estaré triste.- sonriéndole tiernamente.

Le acarició la mejilla, antes de echar a andar el vehículo otra vez.

En silencio, y sin borrar esa cálida sonrisa, prosiguió si camino hacia el centro comercial. Esa tarde sería larga y entretenida y sería una especie de descanso para él y un aire de libertad de su esclavo.

Sonó su celular y contestó. Como llevaba el manos libres, no tuvo necesidad de cogerlo para responder.

- Sí... - decía atento al volante - No... voy al centro comercial... ¿que te parece extraño? En la casa te explico... si... - quedó en silencio algunos segundos - Ya veo... así que de verdad estaba en zados... de acuerdo. Adios.

Y siguió manejando.
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por favor cierra tu el post para luego yo abrir el del centro comercial. Gracias.

Ladeó el rostro ante su caricia, le gustó sentir el roce de su cálida mano sobre él. Después de eso, no dejó de mirarlo muy entusiasmado. Su rostro denotaba alegría por aquella caricia, era la primera que había recibido y le gustaba mucho.

Su amo prosiguió con el recorrido mientras que el menor se giró viéndolo de reojo. Le llamaba mucho la atención. Cuando recibe una llamada, fue extraño, pensó el menor pues no tomó el móvil para responder, al contrario, hablaba como si lo estuviese haciendo con él. Kenneth calló, sabía que no hablaba con él pero no dejó de escuchar lo que decía; entendiendo que irían al Centro Comercial.

-Mi señor… iremos de compras?.- le pregunta emocionado cuando termina su conversación, a lo cual Sebástian asiente, volviéndole a sonreír. El menor estaba más que emocionado, no hacía poco que había salido de Hanori y ya conocería otro lugar, la idea le gustaba y mucho; de antemano sabía que lo pasarían bien.


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CERRADO