En busca de respuestas (Lemon/ Caín)

Habían pasado ya varios días que no veía a Caín. Era extraño, reflexionó el menor; pues muy difícilmente Caín se alejaba de él, al contrario, siempre estaba muy al pendiente de cada cosa que le pasara. Suspira mientras miraba como sus empleados atendían a sus clientes.

Ese día tenía una reunión pero el pequeño no tenía ni la más mínima intención de ir a ella, estaba triste por lo que pasaba y peor aún que cuando trataba de contactarse con Caín, éste no respondía. Christopher estaba preocupado, pensando que quizá el mayor se había cansado de él. Sabía que debía verlo y eso planeaba hacer sin importarle lo que fuese a pasar con sus negociaciones, ya que lo único importante era verlo y saber qué era lo que sucedía entre ellos y por qué su alejamiento. Dejando de lado sus reuniones fue sin ninguna escolta a donde siempre paraba Caín, su casino.

En muy poco tiempo, el menor había llegado; los dependientes que yacían en el lugar y que ya lo conocían se acercaron al menor para decirle que el señor se encontraba en su despacho como siempre. Con una sonrisa gentil, el menor dejó el lugar para encaminarse hacia el despacho. Estaba nervioso y más por saber qué era lo que sucedía pues éste no entendía el por qué de su distanciamiento. Temblaba, sintiendo como sus manitas sudaban ansioso por verlo y escuchar su verdad.

No tocó la puerta antes de entrar, pues si el mayor estuviese con alguien sería mejor verlo y que termine de una vez todo entre ellos, aunque Chris no estaba muy seguro que era lo que sucedía entre ellos, si era una relación sólo por el hecho de ser su protector o sucedía algo más. Ese día lo descubriría y estaba dispuesto a todo para quitarse esa angustia que tanto lo embargaba.

- Hola.- saluda sin más esperando que el otro le explicara el por qué de su alejamiento o al menos le demostrase que lo había extrañado.

Caín se encontraba cansado. La cabeza le seguía dando vueltas. Sabía que hacia mal al estar allí, trabajando, en vez de recostado en su cama, terminando de recuperarse de las fiebres altas ocasionadas por el poco dormir de las semanas anteriores. Tenía una mano en la cabeza, la otra sujetaba una pluma con la que intentaba firmar uno de los documentos que se apilaban a un lado de su escritorio. El pulso le temblaba notoriamente. La cabeza le volvía a dar vueltas. En definitiva, seguía estando enfermo.

Por megafonia, le avisaron que Christopher subía a verle. Aquello lo alteró un poco más, pues no quería que el menor lo viese en ese estado. La causa de su desaparición era la de evitar preocupar al chico. Sabíendo que no podía echar de allí al joven, dejó la pulma sobre el documento, se recolocó las ropas y giró el asiento 180º para quedar de espaldas a la puerta, con el respaldo del sillón como escudo para que no lo viese directamente.

-Adelante. Ya me avisaron de que subias.- Dice con la voz más calmada que pudo poner.

Lleva la mano cubierta al cuello. Incluso el hablar le dolía todavía.

Caín sabía antes de que Chris diga algo, que era él quien entraba a su despacho. Desilusionado por el mismo hecho de que ni siquiera le daba cara para verlo, ni se movió de donde se encontraba, nada… tan sólo sus cortantes palabras, las cuales resonaban repetidas veces en la cabeza del menor sintiendo como si cada una de ellas le arrebatara un poco de su vida.

Suspira. Esa situación le era del todo difícil y es que pensar que ya no le importaba terminaba atormentándolo aun más.
No le importo, pensó el menor y es que si no fuese así al menos se hubiese contactado con él o un mensaje siquiera… pero eso no sucedió. Tuvo que buscarlo para saber de él. Era tan injusto.

- Caín!.- le llamó por su nombre, estaba en un conflicto de sentimientos, lo amaba pero tenía mucho miedo de no ser correspondido, a la vez sentía que saber la verdad lo terminaría deprimiendo.- Qué demonios te sucede?.- inquiere entre sollozos los cuales trataba de reprimir pues sería muy vergonzoso terminar llorándole y que por lastima terminará haciendo lo que el menor quisiese.-Por qué no me miras? Por qué me rehuyes?.- golpea el escritorio muy fuerte a pesar que eso le costó lastimarse un poco.- Demonios, respóndeme!!...

Cierra los ojos al oír el golpe resonar en su cabeza. Un leve gemido quedo escapa de sus labios; era realmente doloroso oirlo. Cogiendo aire por la boca, volvió el sillón giratorio para encararlo... para dejarle ver el estado en que se encontraba.

-¿Satisfecho?- Pregunta antes de toser de forma ronca.- Me figuraba que terminarías viniendo, por eso y porque he estado en cama estos días con fiebre, no he contactado contigo.- Explica el motivo de su situación.- Te pido, cherry, que no des más golpes. Los ruidos fuertes me molestan todavía. Si pedí que me aplazaran todas la reuniones, era para evitar forzar mucho la voz. El médico me dijo que me quedará en cama por espacio de dos semanas para reponerme completamente.- Susurra. Pasa saliva haciendo un leve gesto de dolor con el rostro. Aunque sentía el cuerpo más mejorado, aún se hallaba algo débil y agotado.- Mi pequeño Cherry.- Se levanta del sillón para acercarse a él y abrazarlo.- ¿Has sido un buen niño durante mi estancia en cama?

El mayor volteó para encararlo, cuando, Chris ve su estado. Se veía muy decaído y el hablar le costaba tanto que por un momento llegó a sentirse culpable de lo que había sucedido. Sabía que no estaba bien dejarse llevar por sus malditos celos pero no podía, lo quería tanto y tenía tanto miedo de perderlo.

- L-lo… s-siento.- llega a musitar muy despacio, agachando su cabeza, no podía verlo. Estaba tan avergonzado.

El sentir el abrazo de Caín provocó que en el pequeño se esbozara una sonrisa, estaba feliz de sentirlo tan cerca, le había hecho tanta falta.

- Pues… .- lo mira con cierta travesura.- me he portado bien… aunque…. me has hecho falta … y mucho….- comenta para luego besar sus labios. Acaricia su rostro. Lo mira embelesado, lleno de devoción a él y es que para Chris ninguna persona era tan importante en su vida como la que tenía frente a sus ojos, por él haría cualquier cosa sólo tenía que pedírselo.- ¿quieres que haga algo por ti?.- sonríe.- pídeme lo que desees, gustoso lo haré.

-¿Cualquier cosa?- Pregunta con suavidad. Una pequeña sonrisa cariñosa aparece en sus labios, aunque pronto se convirtió en una traviesa.- Hace un par de días fue mi cumpleaños y no pude celebrarlo como era debido contigo. Me gustaría que me dieras un regalo improvisado, para dejar de sentirme abandonado.- Con lentitud, lleva a Chris hasta el sofacito de la estancia. Una vez allí, tumba al menor en él, sonriendo de forma cálida y maliciosa.- Pero, más que tu regalarme a mí, te daré yo algo bonito que no olvidaras nunca.

Ni perezoso ni tardió, le abrió las ropas al menor, deslizando su boca por todo el cuerpo de Chris, devorandolo, dandole placer con su lengua húmeda. Con una de sus manos, mantenia inmovilizada las muñecas del pequeño, mientras que la otra la utilizaba para acariciar su miembro lentamente, con tranquilidad y cariño.

-Dejama mostrarte cuanto te quiero y necesito, Christopher...- Susurra.

Sonríe de manera nerviosa ante la pregunta que le hizo el mayor, tenía miedo y es que el ver esa travesura dibujada en los labios de Caín, lo hizo temblar un poco. El menor entendía a la perfección qué era lo que quería el otro, sabía muy bien que tarde o temprano terminarían haciéndolo y es que había algo especial entre ellos que, a pesar de la distancia, aún se mantenía.

Muy sonrojado por lo que sucedería, Chris se abraza del cuello de Caín mientras lo llevaba al sofacito que había en la estancia, escuchando atentamente lo que le decía.

Lo mira fijamente, sintiendo como se hundía ante aquellas negras pupilas, estaba hechizado a su mirada, tanto que se dejó guiar por el otro. Siente como es desprendido de sus trajes para luego sentir la lengua cálida y húmeda del otro. El menor se contraía debido al pequeño placer que ésta le producía. Unos pequeños gemidos escapan de sus labios. Se sonroja y más porque no podía evitarlos pues sus manos estaban cautivas en la mano del mayor, la cual las sujetaba mientras que la otra acariciaba gentilmente su miembro, sintiendo como empezaba a sentirse húmedo. No entendía el por qué pero si eso sucedía al lado de Caín, sabía que todo estaría bien.