Nostalgia y tristeza

El Bar Noir parecía ser su via de escape en el último tiempo, como una casa que sabes que no es tuya pero que siempre está abierta para ti. Se sentó en la barra, principalmente porque odiaba estar solo y en ese lugar nunca lo estaría, y pidió un trago. Inmediatamente comenzó una divertida conversación con las dos personas a su lado, pero cuando vio que alguien se paraba de su asiento en dirección al piano se centró en esa persona. Se sorprendió al ver a Sebastian, pero se sorprendió más al ver su mirada, una que Axl conocía bien y llevaba a diario; la mirada de alguien que está enamorado de una persona a la que no puede tener.

Parace que él está sufriendo algo parecido... ¿verdad, amo?

Se dedicó a escuchar la canción, cerrando sus ojos para centrarse totalmente en ella. Estaba tan llena de sentimientos, era tan triste. El peliazul no pudo evitar que una fugaz lágrima rodara por su mejilla, una que limpió enseguida.

Vine a divertirme, no a llorar...

Sonrió y se paró del asiento de la barra para cambiarse de puesto a una de las mesas pequeñas. Sacó un lápiz y un papel. En el escribió: "Sebastian, quiero que adivines quién soy y toques una canción para mi". Le entregó el papel al mesero.

- Entrégueselo al pianista y no le diga de parte de quién es- le dijo, y observó como el empleado partía en dirección al pelinegro.

Rió. Rió como acostumbraba a hacerlo cada vez que escuchaba algo salir de la boca del menor. Se dedicó a escuchar la ya conocida melodía y, después de un tiempo, llamó al mesero, coqueteando con él unos instantes, riendo y encargándole dos "Tom Collins". Cuando los tuvo, colocó uno frente a él, esperando a que Sebastian, una vez terminada la canción, entendiera el mensaje. El suyo lo dejó allí, sin beber, simplemente esperando a que el otro llegara a su lado. Apoyó su cabeza en la palma de su mano, cerrando sus ojos, como para soñar, soñar que estaban sólo él y Sebastian en ese lugar, que el joven tocaba para él y nadie más podía oirlo. Abrió sus ojos una vez terminada la canción, posando sus esferas azules en el pelinegro, sonriendo, esperando a que se sentara junto a él.

Tal vez... tal vez todo sería más simple si hubiese conocido a alguien que me amara desesperadamente como yo amo a mi príncipe... alguien que soportara todo por mi... pero supongo que eso es muy egoista...

Se cuestionó el por qué de sus propios pensamientos, como si la mirada gris de Sebastian le advirtiera algo, lo llevara a pensar algo en lo que no tendría que pensar en ese instante.

sin mediar palabra acabó las notas del piano al principio parecia que iba a tocar cualquier otra melodia, pero ya no tenia motivo alguno para hacer esperar a lapersona por la que haria cualquier cosa, era extraño, el amor y sus caminos insospechados pero mas que amor deberia de ser aprecio, deberia de ser ese sentimiento era lo unico que podia pensar en esos momentos cuando se levanto y agradeció algunos aplausos que habia recibido no le importaban que siguieran aplaudiendo o que alguien quisiera hablar con el, solo se sentó al lado del mayor, de axl, pasando el dedo por los bordes del vaso, sin tocar la bebida, solo posando sus dedos en la claridad del mismo, volteando su rostro hacia el, mientras sonreia de medio labio, casi sin ganas de la palabra sonreir - vaya..es bueno encontrarte aqui

- " eres quien mas deseo ver " sus pensamientos iban a un rumbo distinto que su rostro impasible ya mojando sus labios en la bebida colocaba en codo en la madera de la barra, cruzaba las piernas dando oportunidad a ver su vestimenta simple pero asi mismo atractiva, sus mechones caian por su rostro sin ser gobernados, sus labios se habian humedecido y brillaban bajo las luces al solo haber mojado los mismos, y su mejilla reposaba en la palma de la mano derecha, deslizando casi automaticamente su mano izquierda al rostro del mayor, deteniendo su recorrido en sus labios, y finalmente volvia la mano izquierda a sus muslos sin mediar palabra, solo fundiendo sus ojos grises no con los azules de él, sino con el alcohol que habia ocupado los roces de sus dedos de la mano izquierda

Sonrió al sentir las manos de Sebastian en su rostro, en sus labios, pero se extrañó por la falta del típico beso. Se quedó mirando como el otro observaba el trago, un poco preocupado por la triste mirada gris. Deslizó su mano hacia la del pelinegro, tomándola con cariño y acariciándola con el pulgar, todo muy protectoramente. Sus ojos azules adquirieron cierta ternura compasiva, sincera, siendo la primera vez que miraba de esa forma al joven. Una leve sonrisita brotó de su rostro.

- ¿Qué ocurre, gatito?- preguntó, calmado pero claramente preocupado- ¿algo ha salido mal? ¿Está bien tu amo? ¿Alguien te ha hecho daño?- lo que estuviera pasando el menor quería saberlo, le importaba.

Acercó su rostro al de Sebastian, sin soltar su mano, para depositar un sutil beso en los labios húmedos del otro. Aquel chico le importaba, le importaba de verdad. Nunca imaginó que al llegar a Zados encontraría a alguien tan importante. Sonrió en una mueca infantil, llena de inocencia e ingenuidad, poco típica en el peliazul, pero que no dejaba de ser adorable.

- Puedes contarme lo que sea.

" estoy enamorandome sin remedio de ti " de verdad quieres que te diga eso? esos eran sus pensamientos, su mente quedaba ausente, aunque observaba sus ojos, y notaba como el mayor tomaba protectivamente su mano, a la cual enredaba los dedos con los de el, manteniendo una sonrisa muy suave, como si no tuviera motivos, si se pudiera observar su cuerpo estaba relajado pero a su vez tensionado, no podia decirle lo que estaba pasando era la primera vez que le pasaba y sabia que el rechazo seria el unico recuerdo que le quedaria - hm? no nada, julien me robo mis cigarrillos aha..

- era cierto que habia vuelto a recaer a tomar mas humo que azucar, pero eso no le importaba demasiado y solo sonrió con aquella mentira ya que guardaba sus cajetas de cigarrillo para eso mismo que su amo no le descubriera, iba a decir algo mas pero se perdia en el poder de los ojos azules del mayor, observaba sus orejas, el atractivo que sentia nada mas que mirarle pero no deseaba sentir tantos celos a veces no podia dominar aquellos celos- ax

- no podia acabar sintiendo que adelantaba su rostro besando sus labios un beso corto leve en donde la respiracion jugaba con la de axl sonriendo mientras deslizaba su mano derecha en la nuca de axl, apoyando su frente en la de el, observando sus ojos de forma fija, sin nada mas que decir, rozando su nariz- sabias que te quiero..?

Sabía que eso era una mentira, pero no quizo seguir preguntando, no por ahora. Simplemente, gracias a que Axl llevaba esa mirada consigo siempre, la identificaba perfectamente y tenía claro lo doloroso que era llevarla. Cuando juntaron sus frentes sonrió, cerrando los ojos lentamente, con ternura.

- Lo sé, Sebastian, lo sé- respondió, con calma y en un susurro- y no olvides, que yo también te quiero y necesito.

Se separó unos instantes del menor. Deseaba saber que ocurría con el joven y estaba dispuesto a sincerarse y revelar algunos secretos por conseguirlo. Bebió algo de su trago para después quedarse mirándolo.

- Yo cargo con tu mirada a diario- comenzó a hablar, ya más serio- la mirada de alguien que está enamorado y siente que lucha una batalla perdida. Pero la sigue luchando- sonrió con cierta tristeza- desde los cinco años que estoy enamorado de la misma persona. Puede resultar una locura o una tonteria, un caprichoso, pero no lo es. Estuve mucho tiempo con esa persona, pero luego nos separamos y ahora veo imposible estar con él, pero sigo luchando, por más inútil que sea sigo luchando, porque vale la pena, porque cada vez que estoy a su lado me vuelvo a serntir como un niño- hizo una pausa y volvió a posar sus ojos en los grises- tu persona tiene que ser muy especial como para haberte conquistado- pasó su mano por la mejilla del otro- lucha por él, si vale la pena, lucha por él... porque cuando estes a su lado, te darás cuenta de que todo tu dolor valió la pena.

Axl estaba seguro de que la mirada de Sebastian cargaba con mucho menos peso que la suya, pero también estaba seguro, de que si el menor no actuaba rápido, su mirada se podría volver aún peor que la suya.

sonreía de forma suave, no tenia animos para sonreir o para mirar de forma ironica, aunque su rostro solo se mantenia alejado de la mirada del mayor, deslizando los dedos por la madera, la cual temblaba, aunque por su mente pasaban muchas cosas, no queria perder la amistad que podia tener a pesar de que deseaba a axl, le gustaba decir que era solo de axl, aunque tuviera amo le hacia sentir importante, querido. Sabia lo que estaba ocurriendo debido a que le pasaba lo mismo pero con el propio oji-azul, le deseaba, queria abrazarte y decir todo lo que sentia, pero solo apoyaba su mano en la mejilla, para tener un apoyo y cerrar los ojos al tiempo que decia una de las verdades- no estoy enamorado de julien
- dejaba abrir sus ojos, para apoyarlos en los de axl, jugando con los dedos propios para beber aquella bebida que habia pedido el mayor de un trago, y pedir a continuacion un cafe bien cargado con whisky, una convinacion extraña que era lo unico que le gustaba, no sabia que decir y no deseaba decirlo- es especial, pero quiere a otra persona, prefiero tenerlo como amigo mio a tener tension y lejania, se que me entiendes - ante aquella afirmacion golpeaba con el codo a axl de forma cariñosa, para cruzar las piernas y dejar las manos en los muslos, observando como traian la extraña mezcla que habia pedido, para sacar un pequeño cigarrillo ya usado, pero el cual encendia, hsta darle la ultima calada y volver a observarle con una semi-sonrisa- no puedo decirte quien es, tendras que esperar

besaba la fente de axl sujetandole de la nuca, rozando su aliento con el delmayor, golpeando su nariz con la de el mientras volvia a su bebida, tomandola con elegancia y sutilidad

- Te entiendo- dijo, mientras sonreía sólo para Sebastian- está bien que te de susto perder su amistad, al fin y al cabo, eso es algo muy humano- bebió otro sorbo de su trago- aunque en mi caso, mi príncipe tiene muy claro cuánto lo amo. Se lo he dicho desde que éramos unos niños- rió levemente al recordar la belleza e inocencia de tales momentos- si hasta me acosté con él cuando tenía trece años- comentó la anécdota en tono de broma aunque era claramente cierta, pero incluso a él siempre le había parecido que era una temprana edad para tener relaciones con alguien- de todas maneras, supongo que para él ya soy como un hermano.

Al sentir el codaso amistoso, se quedó mirando la extraña mezcla del joven, riendo al pensar en que hasta para eso era distinto. No importaba si no le decía en ese instante de quién estaba enamoradao, le alegraba saber que el pelinegro se sinceraba con él.

- Aunque, debo reconocer que me sorprende un poco que tu amado no sea Julien- comentó, repentinamente- siempre imaginé que era él quien llenaba tu ser. Ahora me da mucha más curiosidad por saber quién es.

Quedó fijo en los ojos del menor, como en un trance, para después deciderse y besarlo, besarlo con pasión y ternura, jugar un instante con ese tacto. Cuando se separó de él desvió un poco la mirada, sonriendo de medio lado.

- Pero también debo reconocer que me molesta un poco- admitió- porque si hay otra persona aparte de Julien, eso significa que estoy como en tercer lugar- bromeó, encogiéndose de hombros con una sonrisa pícara.

en ese momento le dolia que el mayor le dijera cuando lo habia hecho o cuando no con su amo, era verdad que no le podia decir nada " está enamorado de el, al igual que yo de axl " sus pensamientos eran esos, su mente estaba ausente, en sus pensamientos, aunque sus ojos intentaban no mostrar el dolor de esos momentos, era bueno que el mayor se sincerase a menudo habia oido faltas como que era muy antipatico, muy rudo, muy brusco, pero a sebastian que le habia mostrado su lado tierno, sensible, apasionado, parecia desear a axl para toda la vida.

Su rostro no mostraba ningun sentimiento, volteando el rostro hacia axl, cuando se creia que habia un tercero " bravo " pensó sebastian " ahi alguien mas denso en el amor " sus ojos se mantuvieron sobre los de el, comenzando a reir suavemente, nunca se podria ver a sebastian de esa forma, era una risa no verdadera, pero tampoco forzada, como si se quisiera quitar aquellos pensamientos, mientras cubria su boca al reir, y habia algunas personas que lo miraban, la fama del esclavo era simple, seria, sofisticada e inaccesible, aunque con el mayor se mostrase de otra forma, murmurando entre risas, en voz baja para que no le oyeran - si solo hubiera un tercero seria mas facil enamorarse

daba a entender que no habia nadie más que axl, ni primero, ni segundo, aunque no se dio cuenta de esas palabras, las habia dicho en un sentimiento que no podia remediar, apoyando sus dedos en el menton, observando su bebida, para beber un poco mas, y cerrar los ojos, aun con una sonrisa en su rostro, recordando las ultimas palabras de axl, en verdad seguia recordando sus pensamientos, seria bueno que axl no " reconociera " su amor, porque era alguien importante.

como si hubiera dicho algo normal observaba al mayor y luego volteaba a las parejas que bailaban, moviendo su dedo en el centro del cafe, aun conservaba su mano vendada, debido a los golpes que habia dado en algunas puertas o algun muro que habia satisfecho su furia, sin darse apenas cuenta, cruzaba las piernas, volviendo a un rostro sereno, pero ausente

La risita de Sebastian lo desconcertó; estaba tan llena de pena e impotencia que parecía llenar aquel lugar, aunque sólo Axl parecía escucharla. Después la frase, que sólo logró confundirlo todavia más. No entendía o no había querido entender, no lo sabia. ¿El menor lo amaba al punto encontrarse en ese estado? ¿O es que era imaginación suya? ¿Una broma, tal vez? No entendía, tampoco deseaba demasiado entender, no deseaba ser la causa del sufrimiento ajeno, no le gustaba la idea.

¿Te enamoraste de mi, Sebastian? ¿De este bastardo que abandona a quienes lo aman? ¿De este sádico egoísta? Sólo doy problemas... yo... yo... ya estoy cansado.

Terminó de beber su trago, en silencio y con cierto nerviosismo que ese notaba desde lejos para quienes lo conocían. Se sintió algo mareado por haber bebido tan rápido, normalmente no le ocurria, pero de cierta forma era lo que buscaba, alejarse un poco de todo, mas no lo consiguió, seguía tan estable y cuerdo como siempre. Miró la mano vendada del pelinegro y enseguida supuso que se lo había hecho él mismo, principalmente porque el menor era demasaido cuidadoso como para dañarse de la nada. Tomó aquella mano, con delicadeza, y la llevó hasta sus labios, inclinando un poco su cabeza hacia abajo, besándola, para luego ponerla en su propia mejilla, cerrando los ojos.

- Cuando te conocí en el museo, unicamente deseaba divertirme, pero luego me comenzaste a gustar, te comenzé a querer...- tenía unas enormes ganas de llorar, pero no podía, no podía llorar frente a nadie, aunque muchas veces lo había intentado no podía- lo siento. Gracias a mi caprichoso de ese día, lo único que he conseguido ha sido dañarte. En verdad lo siento.

observó los ojos de axl, sonreía levemente mientras ya habia ocurrido lo que siempre habia dicho que no, en varios segundos habia pensado en que habia dicho y en que ahora el dolido era el mayor, le miraba a los ojos cuando deslizaba las manos por el menton del mayor - quien ha dicho que este herido ah?

- su actitud era la misma la siempre, al ver la seriedad y como el mayor actuaba de esa forma revolvia los cabellos del peliazul con un leve gruñido mientras su cuerpo parecia no poder respirar, pero solo en apariencia, mientras que en el fisico se mostraba como el sebastian de siempre, pareciendo haber recuperado la cordura cuando mostraba la mano vendada de forma torpe encogiendo los brazos- esto es solo un precio por abrir una puerta a la fuerza y cuando julien me quito mis cigarrillos -encogio sus hombros, mirando hacia las botellas que pendian de las estanterias, pasando sus manos por las mejillas de axl

- lo que tu ves como un capricho, yo lo he visto como una salvación y si te fueras de mi lado, eso es lo que me haria daño, solo deseo tu amistad y asi es como soy feliz sin que llegues a darte cuenta, asi que por favor...ofreceme tus labios como siempre..o me obligarás a hacer cosas malas..- aunque su tono era un poco infantil, cosa que solo usaba cuando iba en serio, dijo la verdad, observaba los ojos del mayor, mientras apartaba el trago de su lado y lo sustitua por un suave beso de los labios del mayor, mirando sus ojos fijamente cuando colocaba su frente sobre la de el - miller, eres mi apoyo en zados y si me abandonas supongo que no habria motivo para quedarme - se sentó en el regazo de axl, gracias a la corpulencia del mayor, no le era demasiado complicado, era mas que sencillo, no lo hacia para exitarle o para conseguir alguna otra cosa, simplemente le miraba a los ojos, colocando su frente sobre la de el, para que no le evadiera, acariciaba solamente su mejilla, mirandole con ese orgullo y salvajismo de los que nunca son dominados pero a su vez son sumisos, deslizando sus dedos por el contorno de su rostro, rozandolo y mimandolo con los dedos- el amor es hermoso y tal vez su nectar ciego pero la razón es sabia y se pierde entre las palabras que juegan con el mismo hilo del amor, si imitara a la razon y mi corazón se enfriase o si el amor caldease mi ya temido infierno, supongo que seguiria pidiendo a gritos un cigarrillo... - murmuraba algunas frases de su libro de poemarios, sin dejar que axl se escabullera de su mirada, sincerandose con el hasta tal punto que no creia que nadie lo conseguiria, cambiando de su estado a como estaba ahora

En un comienzo, cuando escuchó todo eso de que era el apoyo de Sebastian, quizo escapar de su mirada, mas le fue imposible. Abrazó al joven que ahora se encontraba en sus brazos, riendo levemente ante las frases poéticas, pero aún reflexionando sobre lo que haría, sobre lo que deseaba.

- ¿Sabes? Había pensado en marcharme de Zados- comentó, con cierta tristeza, pero sin dejar de mirarlo- en volver al extranjero, en irme lejos, lo más lejos posible- esta vez apoyó su cabeza en el pecho del pelinegro- desde que llegué, eres el único que me ha dado momentos entretenidos y bonitos sin hacerme sufrir. La he pasado horrible- suspiró, con increible pesadez- nunca me he arrepentido de nada y, ahora que me arrepiento, no sé de lo que me arrepiento- su cabeza estaba llena de ideas confusas- tal vez, nunca debí haber dejado Zados; tal vez, nunca debí haber dejado el tenis y volver a Zados- aferró sus manos a la camisa del joven- sé que mi amo me ama... pero también sé que nunca va a dejar a la criatura que está esperando Estephan- sintió su pecho oprimido y no era capaz de levantar la cabeza. Odiaba a ese hombre, no podía evitar odiarlo- aunque no lo había querido admitir, aunque me negué todo lo que pude... he... he perdido- se le escapó una visita de esas que parten el alma- tengo mi equipaje básco listo, al igual que la carta en nombre de mi príncipe. Pensaba irme mañana, a escondidas, sin que nadie se enterara. También tengo una carta para ti- por fin levantó el rostro, mirando al pelinegro y sonriendo- pero ahora que me dices esto... ya no puedo irme- pasó una mano por la mejilla ajena- no quiero hacerte sufrir a ti también. No quiero que pases por lo mismo por lo que estoy pasando. Ya no- lo besó, con ternura.

En parte estaba destrozado, pero, aún así, no podia evitar sentirse feliz de haber encontrado a alguien como Sebastian, alguien que lo amara y lo necesitara. Quizo creer que todo ocurría por algo y, que tal vez, aún no era tiempo de dejar Zados.

no sabia que decir no queria que aquellas lagrimas salieran del rostro y de sus ojos como estaban pensando en salir en ganar aquella batalla que estaba perdiendo acariciaba sinceramente el cabello del mayor enredandolo entre sus dedos como si fuera lo más precioso que contuviera, como si el mero hecho de tenerle le hiciera volver a respirar, cierto era que no deseaba perderle y sabia que si eso sucediera seria el unico que no viviera - no sufriré, solo te perseguiré una y otra vez hasta que vuelvas
- lo que deseaba decir era que no le iba a volver a molestar, solo acariciaba sus cabellos sin mucha mas gana de hablar solo cerrando los ojos para que sintiera el corazon y como latia para observar hacia unas ventanas altas puiendo evitar asi que algunas lagrimas salieran, ese sentimiento extraño, casi odioso, de verse asi de sumiso, no lo mostró ya que estas se negaron a salir y elevaba el mentón del mayor observando sus ojos- vamos a dejar las penas por una noche aha? estaras de acuerdo en que somos demasiado atractivos para ponernos tristes

- sonrió lo que podía sentandose en su asiento nuevamente, mientras bebia un sorbo de chocolate que habia cogido disimuladamente de aquel que estaba al lado, colocando sus labios sobre los de axl, pasandole la mitad del chocolate, mezclandolo con su saliva para acariciar sus dedos enredando los dedos con los de el para alejar sus labios llenos de chocolate por aquello sonriendole por primera vez, cerrando los ojos y posando sus dedos en su pecho- me concederias el honor de bailar contigo..?

Las caricias en su cabello y aquella frase acogedora lo confundieron, sin saber si lo alegraban o lo deprimían aún más. No deseaba causarle tanto daño a Sebastian, pero incoscientemente lo estaba haciendo, estaba empeorando todo. Sonrió casi sin ganas a la broma de Sebastian, pero tenía razón, no era momento de ponerse triste, aunque ya parecía imposible. Observó como el otro le ofrecía bailar, asintiendo levemente con la cabeza.

- El honor es mio.

Se paró del asiento para así estirar su mano al pelinegro y poder sacarlo a la pista de baile. En ese instante la música de salón llenaba el bar y, numerosas parejas estaban en el centro, demostrando lo mucho que sabían de baile o simplemente divirtiéndose. Axl recordó su infancia, cuando su amo recibía clases de baile de salón y le estiraba la mano para que fuera su pareja de baile; ahora era él quien estaba estirando la mano a alguien para bailar. Sus recuerdos le parecieron lejanos. Pensó, que si no fuera por esos recuerdos estaría acabado. Los necesitaba para seguir adelante. Sus ojos azules se centraron unicamente en el menor. En ese instante, el azul profundo parecía pedir ayuda, parecía necesitar de Sebastian, como una especie de mensaje sólo para él, un mensaje que incluso no era entendido por el propio Axl.

este baile es especial, asi que claro que el honor es todo tuyo - murmuraba en su oido cuando aceptaba la mano de axl, esta vez deseaba ser ayuda para el mayor, era extraño, no le importaba que le dijera que no se sentia lo mismo pero le haria mas daño del que creia si se apartaba de su lado, era imposible pedirle que le amase, pero resultaba a veces mas imposible amarle, planeaba que fuera especial, que axl se dejase llevar aunque fuera un dia, cerró los ojos, estaban tocando una melodia instrumental, abrazó el cuello del mayor para apegar su oido a su pecho, acariciaba su cabello, sabia que el peliazul era mas alto que el y por constante le doleria la espalda, sonrio un poco cuando murmuro - espera..

- se metió en el baño, era raro, habia salido completamente distinto, habia conseguido unos zapatos mas altos y se habia puesto algo de papel en las suelas aumentando su altura, salia con el cabello mojado y su rostro igual por la torpeza de hacerlo todo rapidamente, se acercó hacia el mayor, y beso sus labios con tanta ternura que incluso parecia imposible para sebastian, apego ahora su rostro contra su pecho, acariciando sus orejas, tanto las de gato como las suyas, acaricio su cabello, memorizo su rostro cuando pasaba sus indices sobre los de el, claro que le iba a ayudar, le haria sentir especial, cerraba los ojos, mientras algunas gotas de agua caian por su menton y las secaba con la manta, moviendose segun la musica- mira..he crecido sin tu ayuda - le saco la lengua sin sonreir, mientrs seguia acariciandole y manteniendole en su pecho, sabia que, si no hubiera salido de los laboratorios lo mas probable era que se mostrase arisco y en vez de ayudarle le tirase el whisky a los ojos, pero al parecr ya no era asi, era todo lo contrario, un gato sumiso con aptitudes rebeldes que no se dejaba domar, mas que por dos prsonas, y una estaba ganado terreno a la otra