Tatoos.

En el seminario ni siquiera permitían conducir, de hecho la visión de la orden religiosa a la que pertenecía era bastante retrograda incluso para la iglesia católica del nuevo siglo. Definitivamente los ángeles custodios vivían en la edad media y lo más probable es que ahora quisieran quemarlo…se preguntaba si el otro alguna ves lo acompañaría a ver a sus ex compañeros, pero sería mejor que no, no quería que el otro rubio les escupiera.

Moses no se había percatado lo bien que lucía el otro manejando, con lentes negros y el cigarro en la boca. Aún no podía asimilar del todo que estaba al lado del vocalista de Luzbel y que se estaba encariñando demasiado rápido con él, no de la manera en que sus fans lo veían, sino de una manera mucho más realista, mucho más verdadera.

El médico agradecía salir de la autopista y por fin ver casas, aunque luego se arrepintió, ya que el lugar en el que se encontraban era muy pobre y degradante. Le recordaba a las antigua favelas y a tierra de nadie.

-Oye…no quiero salir sin el brazo de aquí, espero que sea el lugar correcto.-Dijo contemplando la tienda, que era igual o peor que el barrio, por lo que entró rápidamente en ella, creyendo que la vista sería un poco mejor, pero se equivocó.

-Ya sabía que ibas a llorar

Alec entró detrás de él, aún con su cigarro en la boca. El local de tatuajes consistía en un cuarto lleno de escaparates de piercings, posters de rock, algunos de pornografía, dos sillas de madera y una pequeña mesa en la que se encontraban los catálogos. Al fondo, una cortina separaba el "recibidor" de la "zona quirúrjica". Cuando ambos hombres llegaron el local estaba vacío, excepto por el dueño, quién al principio mostró sorpresa por ver al vocalista ahí dentro, pero luego le sonrió y le dio la mano efusivamente. Pnesé que ya no recordabas a los amigos, le dijo.

-Sólo cuando necesito algo de ellos.- respondió Alec con una sonrisa sínica en el rostro, para luego señalar a Moses con la cabeza.- quiere tatuarse mi nombre en el trasero...

Ambos hombres se rieron. Luego el dueño de la tienda saludó a Moses con la cabeza "los amigos de Alec son míos" le dijo, y fue detrás de la cortina, a preparar los instrumentos. Alec entonces volvió la atención a su amante y lo llevó a los sillones de la mano.

-Vamos a buscar tu estrella de David

-Pff….-En ese momento Moses recordó una frase cliché que su padre siempre utilizaba para atacarlo, “todo lo que digas puede ser usado en tu contra” y eso era exactamente lo que Alec hacía, quizás sus instintos sádicos lo superaban, o sólo quería ver como reaccionaría el médico a sus provocaciones.

Si el lugar era degradante, el dueño lo era aún más, pero Moses fingió una sonrisa de agrado como respuesta a su saludo.

-Tengo un dibujo del tatuaje que deseo…-Dijo sacando de su bolsillo un papel, que contenía un boceto bastante bien hecho en el que se encontraban en orden: el número 119104, abajo un rectángulo negro, un triángulo rosado invertido y al final un círculo negro.-¿Puedes hacérmelo?.-Esbozó la mirada más jovial que se le ocurrió, mientras soltaba la mano que Alec le sostenía, sentándose en el sillón.

El vocalista a veces podía ser muy desagradable y, por más que Moses tuviera paciencia para aguantarlo, se le pasaba la mano.

-Si crees que porque alguien esté interesado en ti puedes tratarlo como tu esclavo estás muy equivocado…Cariño.-La última palabra fue imitando el timbre de voz de Alec, que usaba ese vocablo casi como una muletilla.

Puedo hacer cualquiera cosa. Se escuchó de atrás de la cortina, lo que fue corroborado por Alec que asintió.

-Es un artista.-dijo, mientars Moses se soltaba de él y se sentaba en el sillón de madera ¿Qué acaso se había molestado? Alec sonrió para sus adentros al comprobar por las palabras de éste que sí, efectivamente, estaba molesto. Aunque que lo imitara si no le había dado nada de risa.

-Bien! Tienes mal genio sabes?.

El rubio se sentó frente a él y tomó una revista para ignorar al doctor olimpicamente. Su esclavo...humillar...pero que exagerado...Luego de un rato el dueño de la tienda volvió para hacer pasar a Moses. El vocalista buscó la mirada de su amigo y le susurró, lo suficientemente fuerte para que el ex monje escuchara

-Has que le duela...

El otro sólo negó con la cabeza. No va a doler nada, le dijo a Moses he hizo que éste se sentara en la silla. A los pocos segundos Alec también estaba ahí, mirando con curiosidad.

-¿Dónde lo vas a querer, cariño?.- esta vez el cariño también fue reforzado, como si el más bajo estuviera diciendo "esta es la forma correcta de decirlo".

¿Mal genio?, si el que cambiaba de humor repentinamente era él, pero ya se vengaría cuando estuviesen a solas, la única arma e instancia con la que contaba Moses era el sexo y aunque aún estaba aprendiendo en esas artes, en la noche que pasaron juntos le enseñó muchas cosas, que estaba dispuesto a probar.

Hizo caso omiso al comentario de Alec, el dolor físico no era nada comparado con las actitudes del otro rubio, esas sí podrían dejarlo agónico cuantas veces quisiera, sólo tenía que hablar o acercarse a alguien más.

-Está bien si duele un poco…me gusta de esa manera.-Dijo mientras se iba a sentar, pasando a la “zona quirúrgica” que sólo poseía el nombre.

Moses rió al ver la pronunciación de Alec.-En el brazo, casi al llegar a la altura del hombro.-Dijo mirando al dueño del local.

-Amor…después podríamos tener sexo en el auto, así te gusta, ¿no?.-Dijo observando la marca que el otro llevaba en el cuello, cuando se borrara, le haría otra, sólo para que cuando lo miraran al menos pensaran un poco en él antes de tirarse a sus brazos.

-Y después te presento al que será el padre de mi hijo, podríamos vivir los cuatro como una familia.-Se puso serio, había olvidado decirle a Alec que su esclavo estaba embarazado.

Así le gusta sí, respondía el amigo de Alec riéndose mientras el rubio ponía cara de asesino en serie y se llevaba la mano al cuello...maldito Moses...ya le patearía el trasero luego...

Lo que no se esperaba era que el alto le dijiera...que iba a ser padre?!!!!! Incluso el dueño del local tosió por la sorpresa, casi hincando al rubio alto en donde no debía.Pero Alec...si antes tenía cara de asesino en serie...ahora tenía la cara del muerto....padre??!! ¿Qué acaso el idiota ese jamás usaba condón?!! El vocalista tenía ganas de usar todas aquellas agujas en el cuerpo de Moses hasta asesinarlo...me gustas, no? eso le había dicho, no? Me gustas y quiero seguir viéndote pero oh....tendré un hijo, no importa, no? ¿Y con quien carajos iba a tener al bastardito?...Seguramente con ese asqueroso esclavo...enfermo, cerdo cochino...comprando muchachitos y embarazándolos!!!!!!!...¿Qué acaso no era doctor, por todas las mierdas del planeta??

Sinceramente lo que más le molestaba era haber pensado si quiera por un instante que todo eso podía llegar a ser serio...

-¿Sabes que?.-dijo, ignorando a Moses y mirando al tercero de ahí.- tatúale la aorta a este hijo de puta...!

Dicho lo cual salió de la tienda como una tormenta y se subió a su auto sin importarle en lo absoluto dejar al otro en ese barrio asqueroso.

Le encantó la expresión de Alec, por fin había salido victorioso de un enfrentamiento verbal con el vocalista, pero su sonrisa se esfumó al escucharlo y ver como se alejaba.

-Mierda…-Había metido las patas hasta el fondo, pero necesitaba algo que le hiciera sentir seguro con respecto al otro y era una buena prueba, ¿no?, claro que su jugada había sido bastante estúpida, porque se imaginaba que ahora Alec lo odiaría por el resto de su existencia.

¿Qué haría?, el vocalista le importaba…demasiado, incluso podría dejar a su hijo, todo por él, sus palabras hirientes y sus besos.-No te preocupes por su actitud...y hazlo por favor-Dijo de pronto al dueño del local, obviando el hecho de que casi le enterraba la aguja por la sorpresa de su confesión.

Trató de relajarse, mientras el amigo de Alec procedía a trabajar sobre su piel. Mantenía la vista clavada en la puerta, con la esperanza de que el otro pudiera volver, pero era imposible. Cuando se resignó, su mirada se perdió en algún espacio de ese lugar horrendo.

Ya se había cansado de los juegos del vocalista y, aunque le gustara demasiado, no podía ni quería hacer nada más...Ahora sólo debía preocuparse por Aruan y el hijo que tendrían, ahora eso era lo único importante.