Y los problemas... no cesan?

Durante toda la noche no pudo conciliar el sueño. Había estado en vela toda la noche. Pensando y dando vueltas en la cama acerca del problema que tuvo en la tarde con el rubio pianista en el departamento de éste. La forma en la que fue tratado, y lo que mas no asimilaba era que lo habian besado y no solo una vez, sino dos veces. ¿Por qué le había besado y se había puesto tan furioso, al grado de nombrar a su jefe?, ¿Qué tenia que ver Richard en todo esto?

Se llevo inconsientemente uno de sus dedos a sus labios, recordando nuevamente los besos posándolos suavemente recordando aquella sensación que le había despertado en aquel momento. Fue ahí entonces que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y de lo que estaba pensando. Se levanto bruscamente de la cama, revoloteando las sabanas que se encontraban cubriendo su pequeño cuerpo, despeinando sus cabellos y emitiendo un pequeño grito de enfado.

-Estúpido Ezekiel… -observaba los pequeños moretones en sus muñecas.

Esa misma mañana se dirigía al restaurante. Iba de muy mal humor y con prisa, ni le había dado tiempo de desayunar esa mañana, pues tenía que arreglar unos documentos importantes sobre los gastos y que tan bien iba el negocio y su jefe los quería listos esa misma tarde. Al llegar al restaurante y quedar enfrente de la entrada, se quedo un instante parado, pensado muy cuidadosamente si entraba, pues lo que menos quería esa mañana era encontrarse a esas horas con el rubio ojiazul.

Entro, dirigiéndose a la oficina de su jefe, esperaba que ahí no estuviera el rubio.
Toco y espero que le dieran permiso a entrar.

Se la había pasado a gusto con los chicos, solamente que le hacia falta a su pequeño Tatsuya, le gustaba que entre bromas hubiera una persona que en realidad fuera seria y amaba eso del pelivioleta, aquella serenidad en su rostro, tranquilidad y madurez, le gustaba, todo aquello, de su asistente... algo que Ezequiel no tenia ya que el rubio era travieso, bromista, alegre e inmaduro, claro que eso dependía de la situación que tratara.

Se levanto y se dirigió a su otro hogar, dejando dormido al pequeño y a su amigo, no quería levantarlos habían platicado demasiado y la noche estuvo pesada así que era mejor dejarlos descansar; esa mañana le tocaba al cuarteto cantar así que Eze no tendría ningún problema de llegar tarde. Entro en la oficina saludando a la gente que se encontraba por los alrededores, estaba contento y lo único que esperaba era encontrarse con aquel pelivioleta, en realidad que lo había preocupado, no había contestado el teléfono y eso lo dejo muy intranquilo, miles de cosas habían pasado por su cabeza que en realidad deseaba verlo. Siguió caminando llegando hasta su oficina observando aquella pequeña figura tocando la puerta, no pudo contener más y fue casi corriendo al encuentro con el pelivioleta.

"Tatsu... gracias" susurro abrazándolo fuertemente y besando su frente, parecía un padre que había encontrado a su hijo después de muchos años de no verlo, pero en realidad que amaba demasiado a aquel pequeño que se preocupaba por su bienestar; aquel amor solamente era de hermanos, de familia; Richard no se fijaría en Tatsuya, su abuelo se lo había presentado y siempre lo miraría como el hermano pequeño que no tuvo.

"Me preocupaste, te estuve llamando al celular y no contestaste..." dijo mientras revisaba que todo anduviera bien en él, claro que en el exterior por que en interior no sabia nada.

"Dame una explicación creíble para eso, Tatsuya" no sabía la razón de aquello pero no le gustaba que la gente lo dejara preocupado por algo insignificante y más que dejaran que su mente volara y se imaginara cosas que en realidad no estaban pasando, pero verlo ahí parado enfrente suyo le tranquilizaba el corazón y ahora si podría trabajar a gusto esa mañana.

Estuvo un par de segundos tocando a la puerta y no hubo respuesta alguna. Acaso será que su jefe aun no llegaba? Bueno era de suponerse si no le habían contestado. Tal vez se le había hecho tarde.

Al cabo de unos minutos sintió como una persona lo sujetaba rápidamente hacia ella y le besaba la frente. Era su jefe, le sorprendió pues desde hace tiempo el no se comportaba así, solo en una ocasión que sucedió hace mucho, cuando por descuido de el mismo Tatsuya se perdió en la misma casa de Richard, pero pues Richard es de las personas que se preocupan demasiado, bueno además no era una casa cualquiera, si era más grande que un parque.
Sentía aquella preocupación de hace tiempo, sonrió levemente.

-estoy bien, disculpe por preocuparlo. – le dijo mientras se alejaba un poco de él pues comenzaba a marearse.
– Am, al celular?... pues no he escuchado nada. De seguro se apago… -empezó a buscar entre sus cosas.
– No está… - susurró mientras lo buscaba con más ansias en su mochila.
Se dio cuenta de que si, realmente estaba preocupado por él. Se sentía bien pues a decir verdad era casi la única persona que se preocupaba de su estado.

.-No está... – volvio a añadir alzando su cabeza para ver a su jefe, esperando un regaño de su parte, pues conociéndolo se había imaginado lo peor por no contestarle.

Lo soltó después de unos segundos de comprobar su estado, era raro que Richard se preocupara por alguien, pero si se trataba de la gente que apreciaba podía ser hasta molesto y obsesivo.

Observo que buscaba el celular, al parecer Tatsuya estaba distraído esa mañana, sonrió y le revolvió los cabellos.

"Sabes tendré que reprenderte por esto... me dejaste preocupado, marque miles de veces a tu celular y nadie llamo... me imagine lo peor... ya te hacia tirado en un río contaminado flotando y sin vida" comentaba despacio intentando no molestarse con el chico.

"Pero bueno lo importante es que estas bien... eso me alegra" dijo observando el rostro pálido de su asistente, coloco una mano sobre su frente asegurándose que no tuviera fiebre, pero si la tendría estaría ruborizado y por el momento el joven estaba pálido.

"¿Te sientes bien?" pregunto preocupado por aquel rostro sin color, nuevamente la preocupación invadía su cuerpo y eso no le gustaba para nada.

Segundos después de que su jefe le decía cosas que realmente sonaban descabelladas, pues, era demasiado pensar en encontrarlo en un rio contaminado y sin vida, eso le había causado algo de risa, con eso era de suponerse y conociendo bien al mayor que se encontraba demasiado preocupado para pensar una cosa así.

Lo miro detenidamente con esos grandes orbes violetas. Le agradaba estar con ese sujeto aunque no se lo dijera. Pues no era de las personas que decían lo que sentían. A lo lejos escucho la voz de su jefe de nuevo, sacándolo de sus pensamientos.

-Si… si estoy bien… -tomaba con una de sus manos su rostro.
Tal vez Richard se dio cuenta de que estaba algo pálido, pues él se dio cuenta cuando venía de casa, últimamente no había estado comiendo bien, seguido de que le anunciaron de la muerte de su abuelo paterno y aunque no eran muy unidos le habia afectado, la noche anterior no habia dormido y por último el detonante fue lo sucedido con el rubio, obviamente esta era la razón por la cual no habia consiliado el sueño.
De nuevo comenzó a sentirse mal, todo le daba vueltas. Tatsuya sintió que el piso se le iba, trato de tomarse de algo, pero su mano no alcanzo.
Escuchando seguido de un grito.

Todo oscureció y no supo nada más de él.

Retiro su mano de la frente del pelivioleta observándolo inseguro de lo que le decía.

“¿Seguro que es…” pero en ese instante observo que el chico se desvanecía enfrente de sus ojos; por reflejo lo sostuvo como pudo, para que no se golpeara; sabia perfectamente que el menor se encontraba mal, que algo malo había pasado y Tatsuya no le quería decir, tendría que interrogarlo cuando se sintiera mejor, no lo hostigaría en ese momento, comprendía su estado y lo mejor era que se recuperara. Lo cargo en brazos entrando a la oficina y recostándolo en el sofá-cama que tenia en ese lugar; llamo a uno de sus trabajadores y le pidió un poco de agua fría, algodón, alcohol y una toalla.

“Tatsu” susurraba intentando que reaccionara; Richard se encontraba sentado en la horilla del sofá acariciando el rostro del chico; se miraba tan tranquilo, pacifico y ya no mantenía aquella expresión de preocupación en el rostro; sonrió para si, tomando las cosas que el chico, que acababa de entrar, le había traído.

“Muchas gracias, si te necesito te llamo de nuevo” le dijo al chico que después de una reverencia se retiro del lugar. Se levanto y arrimo una silla para colocar las cosas, después se acomodo nuevamente y remojo la toalla en el agua exprimiéndola y colocándosela en la frente al chico, después con un algodón humedecido de alcohol lo paso por la nariz del menor esperando que reaccionara.

-Eres torpe o que te sucede!!? –la fuerte voz de ese hombre hacia temblar a cualquiera. – te he dicho mil y una vez que dejes de molestarme cuando trabajo… o a caso estas enfermo para que no me entiendas!!

- …. – un pequeño niño de no mas de 8 años y de orbes violetas lo miraba con miedo. Sin poder contestarle.

-Por qué no me respondes?, acaso también eres mudo… lárgate, no te quiero ver, fuera de mi vista!! –hacia ademanes con fuerza indicándole al menor que era mejor que se fuera y en su rostro mostraba furia y desprecio hacia ese pequeño niño.

Que le había hecho a su padre, que desde que recordaba siempre lo trato asi, ahora que es grande aun no lo comprende… Su hermano, su querido aniki jamás, jamás se preocupo por el, aunque en el caso contrario fuera diferente… ahí estaba una de las razones por las cuales el dejo de mostrar esa parte de él, la que quería que lo amasen y que nunca lo dejaran.

Todo estaba completamente oscuro.
-seguramente me desmaye… -decía entre pensamientos. De pronto el rostro de su padre se hizo presente diciéndole las palabras mas duras que había escuchado en toda su vida…

-Tan solo eres un estorbo… No te preocupes no tendrás la pesada tarea de heredar… Tu hermano no es un fracasado como tu…

Era mejor esa oscuridad, no queria volver a despertar... era lo mejor para todos... asi no seria un estorbo

Pero, Por qué ahora recordaba todo eso?... si ya se había hecho la idea de que eso jamás le importaría. Pero aun asi, ahora se daba cuenta que no era cierto, que aun cuando se hiciera el fuerte… esas cicatrices jamás sanarían.

...

Inconscientemente derramo una lágrima... que de seguro no paso desapercibida de aquel mayor que se encontraba junto a él minutos antes.

No tenia alguna respuesta del chico y eso le comenzaba a preocupar; permanecía pasando el algodón húmedo por su nariz pero nada, lo dejo un lado y le quito la toalla de la cabeza depositándola dentro del recipiente de agua, observando aquella lágrima surcar la mejilla del menor, suspiro sintiendo un nudo en la garganta considerándose inútil en ese momento.

"Como deseo calmar tu dolor... pero... no se como" susurró limpiándole la frente y la lágrima. Tenia tiempo que conocía a Tatsuya pero nunca lo había visto derramar alguna lágrima, aun que sabia que sufría por alguna razón pero no estaba seguro del todo, eran vagas sus sospechas, pero aquel carácter que poseía tenia una explicación razonable.

Sentía la necesidad de proteger a aquella persona, la quería, deseaba que estuviera bien y sobre todo que fuera feliz, que estuviera tranquilo consigo mismo y con la gente cercana a él; le dolía verlo sufrir, un sufrimiento que era en silencio, un sufrimiento que solamente él sentía y que parecía no querer compartirlo, algo que le molestaba a Richard aunque no podía juzgarlo, él también lo había hecho y aun lo hacia. Suspiro despacio y se acerco al rostro del chico recargando su frente sobre la de Tatsuya, sintiendo el calido aliento del pelivioleta.

"Levántate Tat" susurro esperando a que reaccionara...

Toda la noche había sido genial, se olvido de lo que paso con Tatsuya, no era del todo pero por lo menos había conseguido olvidarse por un rato... todo estuvo genial y se alegraba por Richard por haber encontrado a alguien, aunque aun no le quedaba muy claro algo, el hecho de Tatsuya le molestaba... para Ezequiel ya le había quedado muy en claro sus sentimientos por el pelivioleta y lo único que deseaba era que el menor no le odiara y sobre todo siguieran con esa relación aun que ahora no sabia si podía ser posible.

"Hare que Richard comprenda su muerte, señor" susurro y salió de aquel lugar dirigiéndose a su departamento para poder cambiarse e irse a su trabajo.

No pasaba más de las 9 de la mañana cuando iba entrando a su trabajo, estaba algo lleno, no del todo pero la orquesta ambientaba muy bien el lugar y eso le tranquilizaba; se había olvidado que ese día solamente tenia que trabajar parte de la tarde y noche. Entro dirigiéndose directamente a la oficina del peliverde; al llegar se sorprendió ver que el lugar de Tatsuya estaba vacío, no parecía haber llegado esa mañana, su escritorio estaba como siempre lo dejaba, limpio, el ordenador apagado, la silla bien colocada por dentro del escritorio y ni un solo papel sobre este; suspiro y fue directo a la oficina de Richard, tomando la perrilla y abriendo la puerta, sonriendo como siempre.

... Se que no te tendré pero me consuela trabajar contigo... pensó cuando contemplo el escritorio por unos segundos.

"Anoche es...tuvo genial" al principio su voz era alegre pero poco a poco fue cambiando, bajando de volumen y modificando de tono; no podía creer lo que estaba presenciando; nunca había pensado en poder encontrarlos de esa manera; su cuerpo estaba petrificado y parecía que iba a salirse de sus casillas en cualquier momento. Llevaba una mano en el bolsillo de su gabardina y era el lugar donde albergaba el celular del pelivioleta, lo apretó, no podía moverse, parecía que iba a explotar del coraje; cuando pudo cerro y abrió los ojos, no tenia mucho control de su cuerpo y parecía que no iba a reaccionar.

Coraje, tristeza, celos, rabia... muchos sentimientos invadieron su cuerpo; no sabia que hacer, solamente deseaba que la tierra lo tragase, deseaba golpear a Richard pero no podía, no tenia el derecho a hacerlo, no era nada del menor, ni siquiera se consideraba su amigo, era un simple compañero de trabajo y no sabia si él lo consideraba de esa manera ya que no estaban en la misma área; tenia ganas de llorar, pero por el coraje y lo impotente que se sentía en ese mismo momento, por no poder decir nada aun que deseaba hacerlo; no escuchaba, no sentía, no sabia que es lo que estaba pasando a su alrededor, solamente seguía observando aquella escena y en su mente se dibujaba los sucesos que habian pasado el dia anterior con Tatsuya.

Había intentado y juntado mucho valor para llegar y poder afrontar a Tat pero ahora todo era confuso y borroso... añoraba al chico y eso le afectaba, nunca antes le había pasado, siempre había estado pensando en sus padres y como algún día se lamentaría de todos sus errores; pero ahora era así, sus pensamientos eran solamente enfocados a Tatsuya y no sabia si podía superarlo, tenia miedo a perderlo y sobre todo no poder olvidarse de él. Sentía que su vida se iba por el drenaje. No podía ver mas, solamente a aquel chico trabajando en su escritorio, marcando algunas teclas del aparato, observando su comportamiento, su forma de trabajar, su complexión, su cabello, sus ojos, sus labios, sus manos, todo, absolutamente todo de él.

Una guerra de pensamientos pasaba en su cabeza, parecía estar en el infierno en ese momento; el cariño que le tenia a Richard contra el amor que profesaba por Tatsuya, esa batalla campal lo estaba matando en ese momento, sentía que estaba ahogándose y necesitaba aquella mano que siempre le ayudaba, aquella mano grande de dedos largos y delgados, aquella mano pálida y fría que poseía Richard. Sus ojos comenzaban a verse cristalinos y su miraba empezaba a ser borrosa, deseaba llorar pero no podía en ese momento y mucho menos en ese lugar así que mejor se contuvo.

Acariciaba cariñosamente los cabellos violetas de Tatsuya, eran suaves y sedosos, eso le agradaba; ya no sabia que hacer y lo único que esperaba era que se despertara por si mismo.

... por que hemos llegado a esto... pensó y se levanto cuando escucho que abrían la puerta y la voz de Ezequiel se dejaba escuchar; dirigió su mirada en dirección a la puerta y solamente observo al rubio petrificado, observándolo con un poco de dolor y coraje en el rostro.

"Eze, ¿que te pasa?" le pregunto cuando no vio movimiento en su amigo.

No comprendía el por que del comportamiento de su amigo y sobre todo no entendía su molestia, la único que podía concluir era que entre ellos dos pasaba algo mas que una simple relación de compañerismo. Definitivamente lo único que deseaba era la felicidad de esas dos personas, añoraba que entre ellos hubiera una relación de amigos o más, ya que no quería perderlos, como lo había hecho con su abuelo.

"Eze, te estoy hablando..." dijo por ultimo esperando una reacción de su hermano.

No podía moverse y solamente sentía el coraje recorrer sus por sus venas; no escuchaba, no reaccionaba, solamente pasaban pensamientos y recuerdos sobre Tatsuya y él, sobre todo sobre la noche anterior, sintiendo los labios del pelivioleta sobre los suyos, correspondiéndole el beso; ya no entendía nada, ya no quería saber nada sobre lo que estaba pasando.

"¿¡Ah!?, si, disculpa..." le dijo despistada, sonriendo de medio lado, intentando mostrar su alegría de siempre, pero fue inútil, no lo había conseguido; no sabia si aguantaría mucho pero en cualquier minuto explotaría.

"Creo que estoy… Estoy interrumpi-interrumpiendo algo... no era-era mi intención mo-molestarlos..." dijo entre trabas comenzando a retroceder, no quería permanecer ahí, no deseaba sentirse de esa manera, solamente intentaba salir corriendo pero su cuerpo no se lo permitía, parecía que no caminaría, aun que él lo deseaba.

Terminar su relación con Tatsuya o con Richard, ¿una relación de amistad de años o una que en realidad no le miraba futuro?. No conocía los verdaderos sentimientos de Tat y no sabia que es o que pensaba sobre él, aun que no era muy difícil descubrirlo, siempre le decía que le molestaba su presencia y sobre todo mirarlo, pero recordando los últimos sucesos en aquella noche, parecía no haber mucho futuro en eso. Solamente había un hilo de odio hacia Ezequiel por parte del pelivioleta.

"Yo-yo... yo en realidad... ah! discúlpenme..." pero su cuerpo seguía sin reaccionar y comenzaba a desesperarse, solamente, solamente aguantaba su coraje apretando aquel celular que guardaba en su bolsillo.

En un momento a otro. Escuchaba una pequeña voz, que le decía que despertara. Se encontraba en el vacio. Se veía a lo lejos un punto negro, decidido camino hasta ese punto de su mente, veía sus pasos era como si el no se moviera sino el suelo mismo. Al llegar vio, una manija. Tomo sus dos manos entrelazándolas. Era un manojo de nervios. Tomo la perilla. La giro. Respiro profundo y cuando la abrió fue como si un hoyo negro grandísimo se lo tragara. Sintió que en aquella adversidad flotaba.

Observo a su alrededor cosas que le habían sucedido en el pasado; Como su padre lo detestaba, lo aborrecía, lo odiaba, como su madre jamás fue linda, ni cariñosa con él, cuando le dijeron que solo lo tuvieron por razones políticas y de status, el que su hermano jamás le dirigía la palabra. Ni se intereso en aquel pequeño de ojos lilas que se inspiraba a ser como su hermano mayor. O cuando salió de casa, encontró a mucha gente mala, que llego hacerle mucho daño.
Aquellas cosas que le habían dejado muchas cicatrices hace mucho tiempo, aun le dolían. Tal vez jamás se recuperaría.
De pronto de la misma nada, se hallaba Richard y su Abuelo de éste, como si fueran un pedazo de luz en todo esa parte negra del abismo. Como fueron buenos y amables con él a pesar de que no era parte de la familia, pero lo hicieron parte de ella, que se sintiera parte de esa familia. Y de pronto en un pequeño espacio aparecía Ezekiel, jamás lo hubiera pensado pero ahí estaba, aquel rubio de ojos ambarinos, aquel que por alguna razón era la tortura del pequeño, razón de sus enojos por las mañanas o por las tardes cuando tan solo se veían. Era como… más bien no sabia que significaba ahí.

De pronto, todas esas imágenes se empezaron a cuartear, a caer dentro de esa habitación negra, a lo lejos alguien gritaba, alguien estaba enfurecido, eran dos voces quienes hablaban y gritaban, pero le era imposible reconocerlas. Trataba de despertar, pero no podía.
Ahora no podía moverse, no podía mover ningún dedo, luego apareció una puerta, quiso ir hacia ella, pero desaparecía, entre más quería acercarse a ella, era más pequeña.
Alguien… alguien estaba ahí…. Alguien… de eso estaba seguro...

Definitivamente no sabia que es lo que pasaba con Ezekiel pero lo que si tenia en claro es que aquella forma en la tenia acostado a Tatsuya estaba mal y cuando el pelivioleta se levantara estaría todo adolorido del cuerpo así que se levanto del lugar moviendo la silla y tomando al rubio del brazo y arrastrándolo donde estaba el sofá-cama.

"No estés ahí parado y ven ayudarme, Tatsuya esta mal acomodado así que quiero que me ayudes a recostarlo mejor" comento mientras tomaba al menor en sus brazos y se lo tendía al rubio; al observar que no lo tomaba se molesto.

"¿Que es lo que te pasa? no te va a comer" dijo y se lo coloco en los brazos soltándolo hasta que sintió seguro a Ezekiel. Richard comenzó armar el sofá extendiéndolo para poder acomodar mejor al chico y sobre todo para que estuviera más cómodo. No se percato que una de las orillas, de la sabana que mantenía ahí, había quedado atrapada entre rendijas, suspiro y con toda la paciencia comenzó a mover y ver por donde destrabarlo. Dejó a Ezekiel con Tatsuya en brazos sin saber que es lo que estaba sintiendo en ese momento.

"Joder, ya se trabó esta cosa" comento luchando con la sabana y el sofá.

"No me pa..." pero fue interrumpido cuando el mayor lo arrastro hasta dentro, suspiro y escucho lo que estaba diciendo y sin pensarlo le estaba entregando a Tatsuya en sus brazos, suspiro un poco, sintiéndose nervioso y sobre todo mal, tener al chico en brazos era como un ¿sueño?, si, ya que no sabia que tan cerca podría estar de él.

"Disculpa Richard" susurro mientras se acomodaba mejor al menor en sus brazos. Observaba que es lo que hacia Richard pero difinitivamente su mirada estaba clavada en el rostro pacifico del pelivioleta.

... me gustaría que nuestra relación fuera mucho mejor, pero creo que no será posible... pensaba, estaba sumido en sus pensamientos sin prestarle atención al mayor de cabellos verdes.

... no se como actuar sin poder molestarte, waaa!!! Soy un desastre y en lo único que pienso es en mi pero si tu eres feliz con Richard entonces no me opondré por que quiero tu felicidad... su cabeza era todo un lío y el único que estaba en su cabeza en ese momento era Tatsuya.

"¿por que tenia que ser las cosas así?" pensó en voz alta olvidándose que Richard estaba en ese lugar luchando con el sofá y la sabana.

Alguien… alguien estaba ahí…. Alguien… de eso estaba seguro...

Abrió lentamente sus ojos. Sus pupilas se acostumbraban a la luz que había. Llevo una de sus manos a su cabeza, con un leve gesto de dolor. Era como si una batalla campal hubiera estado ahí. Prácticamente le dolía todo. Y no sabia porque.

Después de acostumbrarse a la tenue luz, se encontró con un rostro que le resultaba muy familiar. Se le quedo viendo por un momento. La verdad es que su mente estaba totalmente en blanco, bloqueada. Era como sino supiera que pasaba. Tan solo se quedo ahí, observando ese rostro que parecía demostrar dolor.

Entonces una voz gruesa lo saco de sus pensamientos sin forma, sin estructura, sin nada...

Sonrió y solamente se limito a terminar de quitar la sábado atorada y sin mas logro hacerlo, triunfante sonrió y termino de acomodar el sofá-cama volteando a ver a Ezequiel que parecía que estaba sumergido en sus pensamientos, eso le sorprendió... parecía que algo le estaba pasando... su mirada solamente está en alguien y era aquella pequeña persona que mantenía en sus brazos.

No dijo nada solamente se limito a mirar lo que estaba pasando y esperaba a ver cuando el rubio se daba cuenta de que lo estaba observando, aquella escena solamente le produjo un pensamiento el cual era algo confuso aun que no sabía con mucha claridad.

Estaba muy pero demasiado sumergido en sus pensamientos lamentándose de la relación que ambos tenían, pensando que Richard no se merecía el cariño de esa pequeña criatura; suspiro resignado y en una mirada rápida se percato que el peliverde estaba observándolo, regreso su mirada al mayor y con una voz fuerte le dijo lo siguiente.

"¡¡¿Por que no me dices nada?!!" casi le gritó y con los nervios destrozado y las mejillas levemente sonrojadas camino donde estaba el sofá-cama y lo deposito ahí, acomodándolo delicadamente sin percatarse que Tatsuya ya estaba casi conciente.

"¿Que le paso?" pregunto, estaba interesado en que había pasado pero no quitaba que aun se encontraba celoso, de cierta manera Richard pasaba muchísimo más tiempo con el pequeño que con él y era obvio que su relación era mejor que la de él.

Tatsuya solo observo que lo acomodaba lentamente en el sofá o en algo blando, aun su mente estaba perdida en algún lugar.
-nhh....~

Apenas podía escuchar las voces de los dos jóvenes adultos. No quitaba la vista de aquel joven rubio que le gritaba eufóricamente con las mejillas ligeramente sonrojadas al otro que tenía enfrente de él, aquel hombre de cabellera negra. Por alguna extraña razón, Tatsuya no entendía aun lo que pasaba. Pero pronto recordaría Todo.

Y el problema ahora es que, al momento de recuperar "completamente la conciencia" tal vez se armaría una gran discusión entre los dos mayores, acerca de lo sucedido, bueno si es que uno de los dos involucrados suelta la sopa...

Ya que sino mal recordamos Richard quiere al mismo Tat como si fuera su hermano. Y enterarse que Ezekiel digamos que quiso "sobrepasarse" con él, esto sería como una bomba a punto de explotar...

"Pero no me grites" dijo en un tono un poco elevado. Definitivamente no se había percatado de que el pequeño comenzaba a recuperar la conciencia. Suspiró al escuchar la pregunta.

"Estaba pálido y tenia ojeras... pero en un momento a otro se desvaneció frente a mi..." suspiró nuevamente y jalo su asiento, sentándose y observando los movimientos y expresiones del chico rubio.

"Sabes... me preocupa... Tatsuya casi no pesa..." susurró quedando un rato pensativo llegando a varias conclusiones pero eso lo discutiría mas tarde, por el momento tenían que velar por la salud de Tatsuya.

Aun no había logrado comprender todo lo que estaba pasando, en ese momento en su cabeza estaba el hecho de que Tat no estaba bien y que lo mas seguro era por su culpa por todo lo que había pasado la noche anterior. Amaba a esa pequeña personita pero se culpaba el hecho de no poder cumplir los aspectos indicado para poder estar de esa manera con esa persona.

... Richard... eres un... su coraje estaba a punto de estallar no sabia exactamente como decirle que estaba celoso de que conocía mejor al pelivioleta y que no valoraba lo que hacia. Cuando escucho que se había desmayado, que parecía tener ojeras y que pesaba poco pero sobre todo que parecía mas pálido y delgado de lo normal, por una parte sabia que era su culpa pero por otra sentía que Richard era también culpable de eso, odiaba admitirlo pero estaba celoso de su mejor amigo pero sobre todo que no valoraba lo mucho que valía Tatsuya; Ezekiel solía encerrarse en una idea y eso estaba pasando en ese mismo instante, se sentía culpable de eso pero no quería tomar la responsabilidad el solo.

"Lo has hecho trabajar hasta tarde, ¿Verdad?" preguntó en un todo un poco tranquilo aun que poco a poco esa inquietud comenzaba a apoderarse de su cuerpo y sobre todo de su mente. Al no recibir respuesta su coraje aumentaba aun mas, suspiró profundamente esperando no perder la compostura que había tomado.

"Te he preguntado una cosa así que quiero que me contestes" dijo un poco mas inquieto y en el tono de voz se podía escuchar aquella desesperacion y coraje que estaba sintiendo en ese preciso momento.

"!TE HE HABLADO RICHARD¡,!¿POR QUE NO ME CONTESTAS?¡" dijo desesperado al esperar un rato y no recibir respuesta alguna, odiaba que Richard hiciera eso y en ese momento no era el indicado para que sucediera esa situación. Definitivamente no se había percatado de todo lo que estaba pasando a su alrededor, en lo único que estaba concentrado era en los ojos del peliverde. En sus ojos se podía escuchar el coraje que quería descargar en ese preciso momento, en realidad que se había sentido mal llegar en ese momento.

Estaba inmerso en sus pensamientos, buscando una respuesta a aquella situación pero sobre todo a la forma de vivir del pelivioleta, era bastante obvia su delgadez pero no se había percatado por la ropa que utilizaba y, casi siempre, no se detenía a observarlo con detalle, hasta ese momento; suspiró y aun permanecía en sus pensamientos.... hasta que la voz del rubio lo saco de sus pensamientos observando aquellos encolerizados ojos, eso le sorprendió bastante tenia bastante tiempo que había presenciado a un Ezekiel enojado y al parecer esa seria su segunda vez; suspiró intentando estar tranquilo cuando una segunda vez y mas fuerte se escucho.

Tener que soportar a su amigo enojado no era algo que podía soportar, si intentaba no tener ese tipo de conflictos con las demás personas además de que Ezekiel sabia a la perfección por que no le gustaba que la gente se molestara, suspiró intentando no salirse de sus casillas y buscando una respuesta a su pregunta.

"Tranquilízate... solamente estoy atrasándome en mis respuesta, no es para que te molestes tanto" suspiró intentando ignorar el cólera de su amigo.

"Si, nos hemos quedado un tanto noche trabajando... ¿por que?" cerró los ojos y tomo un semblante serio, no deseaba ver aquel rostro enfadado y mucho menos ponerse al tu por tu con esa persona.