Decepciones...(privado)

Ya estaba bastante tranquilo, había hablado con una persona para mandar a investigar a ese tal Moses y luego de eso sólo se había dedicado a ver televisión con Thor, el pequeño animalito rara vez se estaba quieto, así que viaja del regazo de su dueño a su hombro, y de ahí a su cabeza, pero Abel ya estaba acostumbrado a todo ese movimiento, así que se acomodaba cada vez que el cerdito también lo hacía.

De pronto entró Alec y le lanzó chocolates a Thor, el animalito por supuesto los agarró antes de que le diera a su dueño, tenía buenos reflejos; von Bremen volteó a ver a su amigo y después miró la hora.

-Bienvenido.- le respondió cuando Alec le dijo que ya había llegado; el rubio se metió a la cocina y Abel pudo escuchar el movimiento, parecía que había pasado algo malo, pero cuando estaba a punto de averiguarlo, el cantante se encerró en su habitación, cosa que hacía pocas veces. Se paró inmediatamente y dejó a Thor comiendo el dulce, mientras él tocaba suavemente la puerta.- ¿Alec?, ¿pasó algo malo?- esperaba que no...porque seguro era su culpa.

El vocalista realmente lo había agarrado de sorpresa, sí...su cara era la de un completo idiota, no entendía a qué se estaba refiriendo con eso, parecía que ese día el mundo estaba en su contra, no creía haber hecho nada para retar al karma. Estaba pensando en una respuesta, sería más fácil si entendiera a que se refería el rubio, pero lamentablemente no leía mentes; de pronto, Alec le dijo qué el más alto no quería enamorarse de él, porque pensaba que era una puta barata...¡¿cómo podía Alec decir algo así?!, si el mismo Abel le había confesado considerarlo un hermano.

Lo que vino después le hizo creer que alguien le había dicho algo feo y había lastimado los sentimientos del rubio, pero ¿quién podría ser tan idiota para tratarlo así?, sí...Alec no era perfecto, nadie lo era...pero el cantante era un amor de persona, y Abel se sentía muy a gusto a su lado.

Se sentó a su lado en la cama y le quitó la botella de licor con cuidado.- te equivocas Alec.- le acarició el cabello muy tiernamente, como si de verdad fueran familia.- no lo hacemos porque nos respetamos mutuamente...- al menos Abel respetaba a Alec y respetaba su cuerpo.- porque en el fondo sé que de verdad no quieres hacerlo.- le dio un suave beso en el cabello.

-Ahora dime...¿quién te dijo puta barata?, porque voy a ir a darle una lección.- nadie...nadie tenía permitido meterse con Alec, eso era firmar sentencia de muerte.

Alec ya decía incoherencias, pero Abel era muy caballeroso como para tratar mal al rubio, por más que a veces éste lo molestara un poco con sus palabras; aunque tenía que admitirse algo a él mismo...cuando conoció al vocalista, lo había deseado...y los años sólo lo habían hecho verse mejor.

Él solo se había puesto ese apodo, entonces no había nada que hacer, pero así nadie lo hubiera llamado así, había una razón por la cual el rubio estaba tomando y estaba tan deprimido, algo tenía que haber pasado...y el último con quien lo había visto era Moses...¿habría sido capaz? se negaba a creer que el otro rubio hubiera dejado en ese estado a su amigo.

Entonces Alec le dijo que tenía razón sobre Moses, pero lo que le sorprendió bastante fue lo del hijo.- Alec, lo siento.- de verdad que sí lo sentía...había notado que el rubio tenía especial interés en el ex monje, por algo los había presentado...pero un hijo no era un esposo del cual se podía divorciar...un hijo era...muy distinto, él lo sabía bien.

-De verdad me hubiera gustado averiguar que el tipo era una buena persona...- le quitó la botella, no más licor por ese día.- yo...¿quieres que hable con él? - ¿hablar? En realidad tenía ganas de decirle un par de cosas, que no se podría calificar como hablar, pero...Alec estaba primero.

Bien, entonces se haría lo que el rubio quería, todo menos devolverle su licor, así que cuando Alec trató de alcanzarlo, Abel sólo hizo un mínimo esfuerzo para no permitirlo. Miraba a su amigo y le preocupaba su estado, estaba realmente muy deprimido...¿hablaba de hacerse monje? El vocalista le dijo que sólo quería un poquito de cariño, y Abel, como siempre, lo tomó de la manera inocente, estaba a punto de decirle que él le iba a dar todo el cariño del mundo, pero el menor lo sorprendió con un beso.

-No...eres patético.- fue todo lo que alcanzó a responder, claro que lo haría...si esa era la clase de cariño que quería Alec, entonces no iba a negárselo, haría lo que estuviera a su alcance sólo para no ver esa mirada tan triste en el rubio. Cuando el más bajo lo volvió a besar y cayeron en la cama, soltó la botella de licor, provocando que el líquido se derramara en la alfombra...al día siguiente compraría otra.

Ahora ambas de sus manos estaban libres, y las uso para acariciar el cabello del rubio...su hermoso cabello; se trató de convencer de que eso lo estaba haciendo por Alec más que por él, y aunque era verdad, él era de los que siempre se sentían culpables. Empezó a desabotonarse la camisa.

Todo eso lo hacía por Alec, sólo esperaba estar haciendo lo correcto...quería mostrarle su cariño y aprecio, quería que el rubio supiera lo mucho que el dueño del hotel lo amaba y que siempre estaría ahí para él, incluso si tenía que hacer eso, él siempre lo haría por el cantante. Abel iba a recordarle a Alec lo que era el cariño...la comprensión...y el amor, iba a darle todo eso en una sola noche, iba a darle un poco de su alma.

El vocalista mencionó lo bien que besaba, aunque al lado del más bajo, Abel no era el mejor, al menos así pensaba él.- es que soy bueno escapando.- contestó mientras sonreía un poco, nadie lo había atrapado porque se negaba a que lo hicieran, muy en el fondo hasta ese momento no había querido comprometerse con nadie; pero eso tenía sus consecuencias, al igual que Alec...también se sentía solo.

Terminaron por abrir la camisa y en un movimiento se la quitó y la dejó despreocupadamente a un lado; sintió el beso de Alec y le respondió con la misma pasión que el rubio. Ahora era el turno de la ropa del vocalista, el mayor empezó a quitarle la parte de arriba.

-Has bebido mucho...- comentó por el sabor, aunque lo había sentido bastante antes.

Alec le dijo que eran un par de cobardes, eso Abel no lo discutía porque sabía a qué se refería el menor, dos personas que habían sufrido tanto...y que prácticamente se habían prometido no volver a sufrir de esas manera, eran dos cobardes, porque vivían con el miedo de la decepción amorosa.

La ropa del más bajo cayó en la cama mientras los dos seguían besándose, entonces Alec comenzó a acariciarle la espalda muy delicadamente, von Bremen se relajó con esas caricias. Dejó que su amigo le besara el cuello y después el resto de su cuerpo, mientras que las manos del más alto acariciaban la espalda del rubio y uno de sus muslos.

-La próxima vez ven conmigo para que yo te emborrache con algo que no te mate...- después de decir eso, fue Abel quien ahora buscó los labios de su amigo, ya no había marcha atrás, eso lo supo cuando se encontró él mismo bajando el cierre de su pantalón.

-Tonto...- fue lo que respondió cuando Alec dijo lo de sus raíces, él lo había entendido por lo del licor.- ¿por eso tomas veneno?

El rubio estaba divertido con la excitación del dueño del hotel, era obvio que iba a excitarse, el vocalista era una de las personas más sensuales que había conocido von Bremen, y si cuerpo simplemente respondía, bloqueando los mensajes de razón que le mandaba el cerebro. Suponía que seguía del mismo tamaño, sería extraño que se redujera...¿a qué se refería con eso?

No entendía del todo a qué se refería Alec, lo único que sabía era que tenía que quitarse la ropa porque su erección ahí atrapada le estaba molestando; se quitó el pantalón e hizo lo mismo con su ropa interior, ahora estaba completamente desnudo al lado del rubio.

-¿Que soñaste qué...?- preguntó inocentemente mientras llevaba sus manos hasta le pantalón de Alec para quitárselo; su erección chocaba con el vientre del menor...eso se sentía bien.

Aún se mantenía algo inocente, Alec le había dicho que le había parecido soñar con que el más alto era el tipo mejor proporcionado con el que se había acostado, ¿le estaba diciendo que era lo mejor que había visto?

Por fin los dos habían quedado desnudos, estaban jugando en la cama, disfrutando del cuerpo del otro, amándose...como pareja, aunque el verdadero amor ahí era de hermanos...o al menos eso siempre había pensando el más alto.- ¿alguna vez me he aaah...quejado?- porque no recordaba haberlo hecho, en realidad...tenía muy buenos recuerdos de Alec en la cama, además de hermoso, muy atento y muy experto.

Cerró los ojos y arqueó un poco la espalda...sí, muy experto, había olvidado todas las sensaciones que el vocalista despertaba en él, tal vez las cosas habrían sido distintas si las circunstancias hubieran sido otras, si él no la hubiera conocido, no se habría deprimido...no habría cerrado su corazón, y tal vez se hubiera permitido enamorarse de la joya que tenía en frente en esos momentos, tal vez en ese momento los dos no se sentirían tan desesperados por una caricia sincera.

-Alec...¿no debería estar yo mimándote a ti?- después de decir eso, hizo que el rubio dejara lo que hacía y Abel lo hizo recostarse en la cama para ponerse encima de él, bajó y bajó hasta que estuvo frente al miembro del cantante, se lo metió a la boca y comenzó a atenderlo; una de sus manos se entrelazó con una de las de Alec mientras que otra acariciaba su abdomen.

El rubio le respondió que sí debía de mirarlo un poco más y eso sólo motivó más al dueño del hotel para hacerlo. Alec lo llamaba de manera un poco graciosa, además era extraño que lo llamara por su nombre y apellido juntos; el menor apretó un poco más la mano del de cabello lila mientras le decía que él sí sabía animarlo. Von Bremen hubiera deseado decirle unas cuentas cosas cariñosas a su amigo pero se limitó a sonreír con la mirada y a seguir con lo que estaba haciendo.

El más alto siguió así un poco más y después retiró suavemente sus labios para subir hasta la altura de Alec, una vez así, le dio un suave beso en la frente, un beso lleno de amor hacia su amigo; su mirada mostraba entre deseo y amor, porque así estaba su cabeza en esos momentos, sus emociones habían entrado en conflicto. Empezó a besar el cuello del vocalista, sin hacer que sus manos se soltaran, pero aprovechando para acariciar con la mano libre la entrada del rubio; mientras también se seguía moviendo un poco para hacer que la erección de Alec siguiera siendo atendida con los roces de su abdomen.

Después de acariciar un rato la entrada del más bajo, se decidió a penetrarlo suavemente con un dedo, mientras ya empezaba a recordar dónde había dejado el lubricante y las pastillas.

Alec sintió el primer dedo de Abel dentro de él y la piel se le escarapeló. De pronto se sentía nervioso. Se trataba de Abel después de todo. Su cabeza al fin estaba logrando ordenar los pensamientos, y una voz en su interior le gritaba que todo eso era un error enorme. Pero su cuerpo no quería detenerse, y no iba a consegur su objetivo si le daba mas tiempo al cerebro para pensar. Tenía que actuar y rápido...

Así que el rubio llevó la mano que le unía al más alto hasta su boca y empezó a chupar sus dedos uno por uno, mientras le clavaba la mirada al dueño del Melia. De cuando en cuando cerraba los ojos, como si estuviese saboreando la piel del más alto. Su lengua envolvía juguetonamente a los prisioneros, y dejaba algunos rastros de saliva que brillaban a la luz de la media tarde que se colaba por las persianas.

-Espera...-murmuró, empujando al mayor hasta que él estuvo encima.- quiero que...cuando te pregunten sobre el mejor acostón de tu vida, te acuerdes de mí...

Luego besó a Anel profundo, apasionadamente, explorando cada milímetro de quella boca con algo de desesperación, intentado cambiar el ritmo que había llevado hasta el momento. Se había dado cuenta de que si deseaba llegar hasta el final tod tendría que ser mucho más violento, o su conciencia terminaría por ganarle la batalla.

Empezó a besar y morder un poco cuello y pecho de su víctima, hasta que luego de tortuosos segundos llegó hasta la erección de éste. Ahí bajó un poco la velocidad y luego de lamer delicadamente el glande se la llevó a la boca, tratando de tener semejante cosa adentro.

Dejó que Alec hiciera lo que gustara con su mano prisionera hasta que el más bajo lo llamó, levantó la mirada y sin darse cuenta el rubio estaba sobre él; abrió un poco los ojos en señal de sorpresa por lo que le dijo su amigo, vaya...eso iba en serio, sonrió. Respondió el beso, el cual sintió un poco más violento que los anteriores, pero sólo se dedicó a saborearlo.

-Está bien Alec...- respondió mientras una tonta sonrisa se había dibujado en sus labios por las caricias que le proporcionaba la deliciosa boca del vocalista en el cuerpo.- cuando me entrevisten...diré que me llevaste al cielo...y daré tu nombre completo...¡¡aaah!!- soltó un gemido sin querer, Alec sabía lo que hacía; inconscientemente se arqueó un poco para tratar de entrar más en la boca del rubio, el placer había terminado ganándole a la razón.

-Eres...cruel.- decía mientras sentía la deliciosa lengua de su amigo dándole semejante placer, ¿pero qué no era él quien debía de estar haciendo eso?, tal vez lo que estaba intentando el más bajo era sólo ponerlo más caliente. Se sentó sobre la cama, mientras el cantante seguía en lo suyo y estiró el brazo para de nuevo buscar la entrada de Alec, él no se iba a quedar sin hacer nada; acarició el orificio y después volvió a introducir un dedo en el menor.

-¿Cuánto tiempo más me vas a torturar así, eh?- preguntó con una sonrisa...quería pasar a lo siguiente ya, pero por otro lado quería seguir sintiendo la experimentada boca de su amigo dándole placer a su miembro.

Sonrió un poco, estaba por responderle que sí le parecía eso una tortura, pero Alec le dijo que iba a continuarla y entonces von Bremen casi se volvió loco; no había duda de que el rubio lo sabía atender, y Abel sentía que su amigo lo hacía llegar a otro mundo, como muy pocos lo lograban con él.

Por fin, no habían palabras para explicar lo bien que se sentía por fin estar entrando en el vocalista, pero eso pronto cambió por algo de preocupación al ver la suave mueca de dolor y al sentir el grito ahogado; al parecer había apurado las cosas, y Alec le estaba dando gusto, ¿cómo había sido tan egoísta? Cuando el menor se le acercó para besar su cuello, Abel lo abrazó y le acarició suavemente el cabello, para después besárselo.

-Lo lamento...vamos a tu ritmo.- no podía evitar decir esas cosas, porque así era él, hasta parecía un “papá” siempre se lo decían; trató de relajarse y comenzó a moverse suavemente, obedeciendo el ritmo que había marcado el rubio. Una de sus manos bajó hasta las caderas de Alec y la otra permaneció sobre el suave y rubio cabello.