No hay mejor sexo que el pagado (Yuki-Lemon)

Respiró unas cuantas veces más de forma agitada, tratando de recuperar el ritmo normal de la respiración. Sonrió ligeramente cundo terminó el mayor y le pasó en una leve caricia la mano por su cabello cuando cae sobre él. Se apartó después con una mano algunos mechones de su largo cabello de la cara, algo húmedos del sudor.

Se incorporó en la cama, quedándose sentado y estirándose un poco cogió su ropa interior y sus pantalones, poniéndose sin prisas la ropa interior y luego los pantalones pero isn abrochar. Volvió a recostarse en la cama, para recuperar fuerzas y devolvió la sonrisa coqueta al mayor, sonriendo como él solo sabía.
-Un poco, estas actividades siempre cansan, ¿no?. -río suvamente y observó como jugaba con el piercing que llevaba en el pezón, parecía que le había gustado.- ¿Te gusta?. -preguntó divertido, apoyando después la cabeza en la almohada y cerrando los ojos unos segundos, siempre se quedaba un poco somnoliento después del sexo.-Uhm..Gracias por el ofrecimiento.-dijo sin abrir aún los ojos.

Observaba con una suave sonrisa en los labios los movimientos del menor, lástima que ya se había puesto su ropa interior y pantalón porque lo que veía no estaba nada mal; le dio una nueva calada a su cigarro antes de responderle.

-Sí...- respondió suavemente, aunque él tenía energías para volverlo a hacer, pero Yuki parecía cansado, bueno...tampoco sabía si había estado con alguien antes. Dejó el cigarro y el piercing un rato para ponerse su pantalón y abotonarlo.- sí...me gusta mucho.- pero apenas tuvo el pantalón puesto no pudo evitar que su traviesa mano regresar a jugar con aquel objeto que lo tenía casi hipnotizado.

-No es nada.- reaccionó por fin y retiró la mano, después recuperó su cigarro y se levantó de la cama para buscar el dinero. No tardó demasiado en regresar con los billetes para pegarle a Yuki, había decidido darle más de lo acordado, porque sí lo había valido. Se sentó en la cama a su lado y lo miró un rato mientras seguía fumando.

Abrió un ojo al sentir que Gabriel se levantaba de la cama y observó su cuerpo una vez más, recreándose un poco más de tiempo en la fuerte espalda. Ahogó un bostezo tapándose la boca con una mano y observó divertido como volvía a jugar con el piercing. Dió un leve jadeó, pues a causa del piercing, el pezón se había vuelto mucho más sensible.

-Podrías hacerte uno, te quedaría bien y siempre podrías jugar con él. -bromeó, pasando mientras el dedo índice de su mano por el pecho del mayor, rozando primero un pezón y después el otro. Cerró de nuevo los ojos cuando se levantó de la cama y se acostó de lado, a esperar a que Gabriel volviera.

Cuando volvió a sentarse en la cama Yuki se acercó a él entreabriendo los ojos y se incorporó, quedándose sentado a su lado. Acercó su rostro al cuello del mayor y pasó la nariz por él, sintiendo el aroma que desprendía y le dió después varios besos por detrás de la oreja, siempre tenía fijación por esa parte del cuerpo de las personas.

No, él jamás se pondría un piercing ahí, simplemente no era su estilo, así que sólo sonrió por lo que le había dicho y se llevó la mano a la oreja.

-Me basta con este, gracias.- se movió un poco el cabello y le mostró el piercing, se lo había hecho de bastante joven y terminó dejándoselo después.

Cuando se sentó en la cama, Yuki se acercó a él y le empezó a dar besos detrás de la oreja, Gabriel sonrió mientras pensaba que le gustaba que el servicio fuera completo. Le dio el dinero y se alejó un poco de él, fue hasta tu mini refrigeradora y sacó una cerveza de ahí; tomó un poco.

-Es un poco más de lo acordado.- dio otro sorbo.- pero creo que lo vales precioso... ¿quieres?- le preguntó coqueto mientras le extendía la cerveza; con la otra mano se acomodó un poco el cabello que caía sobre su rostro.

Recorrió la nuca de Gabriel con pequeños besos hasta la oreja en la cual tenía el piercing y lamió el lóbulo agujereado, jugando un poco con el piercing al igual que había hecho el mayor antes con el que él tenía en el pezón.

Aceptó el dinero que le dió Gabriel y le dió un beso en el cuello, como si le estuviera dando las gracias. Se separó un poco de él y se sentó en el borde de la cama para contar el dinero. Sonrió de lado al comprobar que decía la verdad, le había dado más de lo acordado. Se lo guardó en el bolsillo del pantalón, para después observar los movimientos que hacía Gabriel cuando fue hacia la refrigeradora.

-Gracias. -agradeció con una encantadora sonrisa y echó el peso hacia atrás, aguantando el peso con sus brazos.-Y claro que lo valgo, sino ya me habría muerto de hambre. -bromeó y aceptó con la cabeza el ofrecimiento, cogiendo la cerveza y dándole un sorbo después. Se la devolvió después de darle otro pequeño sorbo.- ¿Y en qué trabajas tú? Si se puede saber claro. -preguntó curioso, muchas veces hacía esa pregunta a sus clientes y pocos de ellos se la respondían.

Se rió un poco, probablemente era cierto, pero también se ponía a pensar que había conocido a mucha gente desesperada que pagaría por sexo aunque no fuera bueno. Le dio la cerveza al chico y lo observó callado mientras bebía, después recuperó su trago y empezó a tomar tranquilamente. Sonrió por la pregunta, no la había visto venir definitivamente.

-Bueno, eso depende.- dijo suavemente y casi arrastrando las palabras. Miró despreocupadamente cuánto licor quedaba e la botella y después miró al prostituto.- por las mañanas trabajo como administrador de Rozen.- hizo una pausa para darle otro sorbo a su cerveza.- y si te cuento qué hago por las noches tendría que mantenerte secuestrado aquí, así que no creo que quieras saberlo.- se acercó a la cama mientras seguía mirando a Yuki.

-Ahora es mi turno de hacer una pregunta, ¿verdad?- lo miró a los ojos y le sonrió coqueto; después de todo Yuki había empezado preguntando y él no tenía nada mejor que hacer.- ¿o también cobras por eso?

Observó como el mayor bebía y mientras es se recogía el largo cabellos en una alta coleta, pues muy pocas veces se lo dejaba suelto. Cuando terminó de atársela se estiró un poco sobre la cama para coger con una mano su olvidada camiseta y la dejó a su lado, sin ponérsela aún.

Le miró entre sorprendido y curioso al oir en que trabajaba por las mañanas. Sabía que era Rozen y lo que se vendía allí, pero tan solo lo había escuchado de oidas y nunca había pasado por delante de él y dudaba que mucho menos entraría. Río entre dientes ante lo segundo que dijo y asintió después con la cabeza, nada molesto porque no se lo dijese, él mismo guardaba varios secretos que nunca diría a nadie.-Entonces me quedaré con las ganas de saberlo, no me gustaría que me secuestraras. -río de nuevo por lo que él había dicho.

Se acomodó mejor en la cama, manteniendo aún la misma posición de antes y asintió simplemente con la cabeza ante la pregunta de Gabriel.-Tranquilo, que por preguntas no cobro...aún. -sonrió ante lo que él había dicho y volvió la mirada al rostro del mayor.-Así que, dispara la pregunta.

Yuki le había mirado algo sorprendido por lo de Rozen, pero era normal, bastantes se sorprendían cuando decía que se dedicaba a eso, aunque la mayoría de sus conocidos se sorprendían de lo fresco que podía ser el narcotraficante al trabajar tan tranquilamente en un lugar tan conocido y tan cercano a la ley.

-Sí...porque si te secuestro te violaré todo el día.- añadió en forma de broma, “aunque pensándolo bien...no sería una mala idea” pensó. Bien, si no cobraba entonces podía hacer preguntas, lo pensó un rato, no quería preguntar alguna tontería ni nada que fuera tan personal que incomodara al otro.

-Bueno...- tomó un nuevo cigarro y se lo llevó a la boca, lo prendió y miró de nuevo a su acompañante.- ¿hace cuánto tiempo te dedicas a esto?- le pregunta le interesaba no necesariamente por saber la cantidad de años, en realidad Yuki se veía muy joven y eso era lo que le intrigaba.

Alzó las cejas ante la contestación del mayor, pero terminó riendo al ifn y al cabo la broma le había hecho gracia. Hundió las manos en sus bolsillos y sacó después de un tiempo un caramelo de uno de estos. Lo miró durante unos segundos para depués desenvolverlo y llevárselo a la boca, sin tener nada mejor que hacer.

-Aunque sea tentadora la oferta, creo que desistiré de preguntar para que no me secuestres .-bromeó él ahora, aunque si alguna vez tuviera que ser violado preferiría a alguien como Gabriel, aunque no es que deseara ser violado ni mucho menos.

Se tomó unos segundos en responder la pregunta del mayor, no es porque estuviera calculando cuanto tiempo llevaba siendo prostituto, pues él se acordaba perfectamente; sino se quedó pensando en los motivos por los que acabó siéndolo. Sacudió la cabeza para sacar esos pensamientos de ella y sonrió después.-Llevo dos años dedicándome a esto, aunque pronto serán tres. -terminó por contestar.

Sólo asintió mientras reía con lo que le dijo Yuki, eso era lo más sensato, porque no sólo él lo iba a violar, si no también su “preciosa” mascota, y seguramente no iba a gustarle. Se quedó viendo un rato los labios del menor cuando éste comía el caramelo, o él era un pervertido o el de cabello morado era bastante sexy...tal vez un poco de los dos.

Esperó pacientemente la respuesta del otro, tres años ya...y el chico debía de tener unos 18 o 19 años seguramente, según lo que él le calculaba, si era así, entonces había empezado bastante joven...era una lástima que alguien de su edad se vea obligado a hacer algo así, pero a veces la vida era una porquería, él lo sabía bien.

-Ya veo por qué sabes tanto.- bromeó, tratando de huir de algún tema serio; se sentó al lado del de cabello largo y dejó la botella de cerveza que acababa de terminar en el suelo. De pronto la serpiente se acercó a ellos y empezó a subir por la pierna del narcotraficante, quien la recibió más que gustoso.- bien...espero tu pregunta.- dijo finalmente mientras acariciaba cariñosamente a aquel animal.

Jugó de forma distraida con el caramelo en la boca, degustando el dulce sabor que dejaba en ella. Se pasó la lengua por los labios, un gesto incosnciente y siguió jugando después con el caramelo.

-Aparte de por el tiempo es porque soy un muy buen aprediz .-dijo en un tono sensual, riendo después por lo que había dicho, aunque no era para nada una mentira. Se recogió uno de los dos mechones de los que caían sobre su cara detrás de la oreja y volvió la mirada al mayor.

Observó los movimientos de la serpiente de Gabriel, con la mirada fija en ella. No se movió de donde estaba cuando trepó por la pierna del mayor, aunque estaba vez no se le había acercado a él, el tamaño del animal no daba mucha confianza.- ¿Cúantos años tienes? .-preguntó más bien por preguntar, pues no sabía muy bien que podría preguntarle por ahora, quizás dentro de unos minutos se le ocurriría otra cosa.

Seguramente sí era un muy buen aprendiz, eso Dantes no se atrevería a negarlo jamás. Mientras acariciaba a su animal apagó lo que quedaba del cigarro y miró a Yuki, ¿su edad?, usualmente la gente le preguntaba por la princesa, pero aún así respondió.

-Tengo 28 años, pero mi cumpleaños está cerca.- le guiñó un ojo y después rió.- ¿sabes? usualmente me preguntan por mi princesa.- le comentó mientras miraba a su serpiente.- supongo que les impresiona demasiado, aunque a mi me encanta.- no por nada tenía tatuada también una serpiente en espalda y pecho. Pero lo mejor de su preciosa era lo útil que podía llegar a ser.

-¿Tu familia sabe que andas acostándote con tipos malos como yo?- después de decir eso dejó de mirar a su mascota para mirar al chico, no creía haber preguntado nada malo, al menos no demasiado.

Asintió lentamente con la cabeza, en verdad tenía razón y él mismo tenía curiosidad de donde había conseguido ese ejemplar y más concretamente, si era venenosa. Acabó por sonreir ligeramente al recordar la edad que me había dicho que tenía.

-Uhm...Pareces unos años más joven .-dice sin pretender ser adulador, simplemente remarcaba lo que él había creido a primera vista.-La verdad es que si tenía curiosidad por tu serpiente, pero ha sido la primera pregunta que ha pasado por mi mente. -admito con una despreocupada sonrisa, volviendo a observar la serpiente de Gabriel, era imponente desde mi punto de vista.

No puede evitar poner un semblante más serio de lo que él suele dejar ver después de oir la pregunta que le hacía el moreno. Acaba por sonreir levemente, y responde de forma despreocupada.-Mis padres están muertos y mi hermano hace años que no lo veo.-responde finalmente.

Se lo habían dicho un par de veces aunque él en realidad no lo creía así, según Gabriel, aparentaba la edad que tenía. Yuki admitió que tenía curiosidad por saber de la princesa pero que la otra pregunta se le había venido primero a la mente.

-Sí...me lo dicen mucho.- dijo con expresión casi de fastidio, porque detestaba que las personas siempre dijeran lo mismo, más que nada porque odiaba que le repitieran una cosa varias veces. Notó la expresión del de cabello largo, tal vez había hecho una pregunta que no debía, pero aún así el menor respondió.

-Lo lamento.- dijo pro reflejo cuando escuchó lo de los padres, seguro él se deprimiría si sus padres morían, y estaba seguro de que cuando eso pasara se pondría muy mal.- deberías de hablarle.- se imaginaba que tal vez Yuki era el que no quería saber nada del hermano por la frialdad con la que hablaba.- después de todo...lo único que queda al final es la familia.

-Tu pregunta...- prendió un nuevo cigarro y le ofreció otro al prostituto.

Negó con la cabeza suavemente, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia al asunto, cuanto menos recordara mejor. Aunque nunca admitiría lo solo que se encontraba, prefería guardarse esas cosas para él mismo. Acabó por sonreir y de un mordiscó, rompió el caramelo y se lo comió.

-Le hablaría si supiera donde se encuentra. Mi hermano lo convirtieron en esclavo y hce un par de años que fue comprado .-explica lo sucedido, pasándose después una mano por la nuca. Aceptó con una coqueta sonrisa el cigarro que le tiende Gabriel y cuando se lo prende se lo lleva a los labios, dándole una profunda calada.

Se tomó unos minutos para pensar la pregunta y al final opta por preguntarle lo que antes le había pasado por la cabeza.- ¿Dónde la conseguiste? .-pregunto finalmente, señalando con la cabeza al reptil. Le dió una nueva calada al cigarro.

-Oh...- eso sí que no se lo había imaginado, aunque le parecía extraño que el hermano hubiera terminado de esclavo y él no, ¿qué demonios había pasado con esa familia?- si me dices su nombre puedo ubicarlo por ti.- no sería difícil para alguien como él, especialmente porque trabajaban en Rozen, tenía acceso a todos los esclavos de Hanori también.- ya sabes, para que te de los regalos de tus cumpleaños pasados, después puedes botarlo de una patada.- bromeó para no hacer más incómodo el momento.

-Me la trajeron para experimentar con ella, pero le tomé cariño...y obviamente ella a mí.- dejó que el animal paseara libremente por su gran cama.- te daré un bono.- sonrió.- por si te lo preguntabas...sí, es muy venenosa...y muy mal humorada también.- la acarició suavemente.- pero lo mejor de todo es que puede usar 7 tipos de “venenos”.- aunque en realidad eran drogas pero eso no lo iba a decir tan fácilmente.

-Me toca...¿te dolió?, ¿gritaste?...- preguntó mientras tocaba el piercing.- y si gritaste...- le habló al oído.- ¿recreas ese día para mí...?- quería que Yuki gritara como si le estuvieran causando dolor...y placer.

Sonrió con dulzura, sonrisa que demostró por primera vez en lo que llevaba de tiempo con Gabriel. Tardó unos instantes en responder, pero al final lo hizo.

-Se llama Ryo Murakami, aunque la útima noticia que supe de él fue que había sido comprado. -dijo y al final rió un poco al oir su comentario.-No estaría mal que ocurriese eso, desde la fecha me debe unos cuantos. -rió de nuevo, dándole una calada después al cigarro y tirar las cenizas al cenicero.

Volvió a clavar la mirada en la serpiente, ahora esta se encontraba vagando libremente por la cama, pero si no se equivocaba, Gabriel había dicho que le había gustado, así que no tenía porque tensarse ni inquietarse.-Vaya...así que tienes todo un arma letal y de defensa. -bromeó, con una sonrisa divertida en los labios.

-La verdad es que dolió bastante a mi parecer y sí, grité aunque ahora me avergüenzo de ello .-dice de forma sincera. Cambió su sonrisa por una más pícara ante el comentario del moreno y acercó sus labios al oido del mayor, apoyando además una mano entre el espacio de sus piernas. De sus labios salieron pequeños gritos, que no se podrían catalogar como de dolor o placer, pero con el tono qu usaba se podía interpetar como gustase.

Escuchó el nombre y lo apuntó mentalmente, esa noche buscaría en la computadora de su oficina en Rozen, a ver si había noticias de aquel chico; después rió junto con el más bajo. Asintió por lo de la serpiente, si ese chico supiera todas las cosas que hicieron juntos, tal vez no estaría tan tranquilo.

No había que ser demasiado observador para darse cuenta de la cara que tenía Gabriel mientras escuchaba a Yuki, se estaba imaginando estar con el pequeño debajo y haciéndole gritar así, era tan sexy que costaba creer que era tan joven, aunque en realidad no le había preguntado su edad. Esperó a que el menor terminara con su demostración y entonces ahora fue él quien le habló al oído mientras le acariciaba el vientre “cariñosamente”.

-Tú sí que sabes cómo animar una fiesta...- le lamió y besó el cuello, a pesar de todas las cosas que pasaban por su cabeza, ese día no tenía ganas de hacer las cosas a la fuerza.- tu pregunta.

Amplió sus sonrisa al ver de reojo la expresión del mayor y volvió a emitir un repertorio de grititos entre dolor y placer, rozando el lóbulo de su oreja con sus labios al mismo tiempo. Se separó unos centímetros del mayor y cesó la demostración, sonriéndole de forma sensual.

Entrecerró los ojos al sentir la mano del mayor en su vientre y respiró un poco agitado, pegándose un poco más al mayor. Rió suavemente ante el comentario del mayor y echó la cabeza hacia un lado, para darle más acceso a la terna y blanca piel de su cuello.

- ¿Quién te trajo la serpiente?. - al igual que antes, era una pregunta que le rondaba por la mente, aunque no estaba muy seguro que le fuera a contestar, a lo mejor también le respondía que si se lo decía tendría que secuestrarle. Sonrió ante sus pensamientos y paseó después su mano por una de las piernas del mayor, de forma distraida.

Estaba ocupado besándole el cuello cuando escuchó la pregunta del menor, el nombre de quien se la había llevado rápidamente se le vino a la mente, pero tardó un poco recordando cómo había sido ese día. Querían experimentar con el veneno del animal, y después de hacerlo lo lógico habría sido matarle, pero a Gabriel se le habían ocurrido muchas ideas...¿y si además de veneno este animal inyectara droga?, fue todo lo que necesitó para empezar con los “crueles” experimentos, que terminaron por hacer dócil, sólo con él, al animal, y terminaron haciendo que el narcotraficante le tomara cariño.

-Me la trajo un buen amigo...si quieres saber su nombre se llama Mikael.- dijo refiriéndose a su amigo.- la tuvo que meter de contrabando.- rió un poco, aunque claro que eso no era problema para su amigo, sólo hablar con las personas indicadas era suficiente.- pero él es un experto en eso así que no tuvo problemas.- dijo despreocupadamente, de todas maneras no le buscaba problemas al otro porque Yuki jamás iba a conocerlo.

-Me toca...¿verdad?- lo pensó unos momentos y después sonrió.- ¿ahora sí me dejas alimentarte?

Después de escuchar por completo lo dicho por Gabriel, asintió con la cabeza complacido, no pensaba que se lo fuese a decir. No se sorprendió cuando dijo que había metido a la serpiente de contrabando, Yuki tenía algún que otro cliente que se dedicaba a meter de contrabando desde drogas o cualquier otro tipo de cosas.

-Y si los hubiera tenido solo tenía que haber soltado a la serpiente y ella lo arreglaba todo. -dijo medio en broma y alzó un poco la cabeza para acercar sus labios al cuello del mayor y dar un fugaz beso y una lamida la curvatura entre el cuello y su clavícula, volviendo a tomar después la misma posición de antes.

-Uhm... -hizo como si se lo pensaba pero no pudo evitar que una ligera sonrisa curvara sus labios.-Sí, ahora si que dejo que me alimentes. -finalizó con una coqueta sonrisa.

Ser rió un poco, era eso...aunque Mikael solía soltar dinero y cuando estuviera fuera de peligro cortar cabezas, no pudo evitar qué estaría haciendo su amigo en esos momentos, había dos posibilidades, podía estar trabajando...o podía estar en la cama rodeado de esclavos, la segunda opción definitivamente le parecía más creíble.

-Qué bueno.- respondió.- ya me iba a sentir mal, después de todo...me salvaste la vida.- le sonrió y después se paró de la cama.- mientras piensas si quieres comer aquí o prefieres ir a algún otro lugar yo me asearé un poco.- le dijo mientras se dirigía al baño, se metió y después asomó su cabeza.

-No me extrañes demasiado...pero si lo haces te doy permiso de empezar sin mí.- dijo en broma y después cerró la puerta, sin duda era una persona bastante confiada al dejar a un desconocido solo en su cuarto, pero Gabriel Dantes se creía intocable...

Rió suavemente al recordar de nuevo que le había salvado al darle la caja de cerillas para que prendiera su cigarro.
-De acuerdo, pero no me extrañes tú tampoco y si lo haces puedes llamarme para que te ahga compañía mientras te aseas .-bromeó, dejándose caer hacia atrás hasta apoyar su espalda en el colchón.

Se quedó en esa posición un rato, para después volver a incorporarse para cojer la camiseta negra que había dejado a su lado antes y ponérsela sin prisas. Se volvió a arreglar un poco el pelo y se puso por último sus deportivas.

Volvió a la gran cama de Gabriel y con cuidado de no molestar a la serpiente que aún reptaba por ella y se tumbó de nuevo bocarriba, cerrando los ojos después. En ningún momento se le había pasado el curiosear ahora que el otro estaba en el baño la amplia habitación, él respetaba el espacio de cada uno, además que no estaba tan desesperado como algún compañero suyo que andaba robando en las casas de sus clientes cuando ellos se despistaban.

-¡Lo tendré en mente...!- gritó desde el baño. No tardó demasiado en salir del baño ya completamente limpio, no podría soportar andar por ahí después de haber sudado tanto. Se acercó a Yuki que estaba echado en su cama.

-¿Me extrañaste?- sacó ropa de uno de sus cajones, se quitó al toalla que llevaba a la cintura, sin importarle que el otro le volviera a ver desnudo.- porque yo a ti sí.- dijo con una de sus ya características sonrisas coquetas y se puso ropa limpia y se sintió más tranquilo; después de eso se sentó en la cama al lado del menor y prendió un cigarro.

-¿Ya lo pensaste...?...- reflexionó por unos segundos.- entra al baño si lo deseas, te espero.- botó las cenizas en el cenicero que estaba cerca de él y con un suave gesto le ordenó al animal que saliera de su cama.

Yuki abrió un ojo al escuchar los pasos del mayor de nuevo en la habitación y observó sin disimulo alguno su cuerpo completamente desnudo, clavando la mirada concretamente en el tatuaje de la serpiente en su espalda.

-Mucho, no es lo mismo esta cama sin ti .-respondió con una pícara sonrisa, para después reir suavemente. Se medio incorporó en la cama, aguantando tan solo su peso con las manos y volvió a mirar a Gabriel, viendo como se cambiaba.- ¿Qué tal si comemos fuera? .-respondió con otra pregunta y sonrió de forma encantadora y coqueta. Le dio un beso en el cuello para después levantarse de la cama, aceptando el ofrecimiento del mayor de usar el baño.- Enseguida salgo y si te sientes solo ya sabes donde estoy .-dijo guiñándole un ojo para después entrar al baño. Se desvistió rápidamente y se duchó con la misma rapidez.

Al cabo de cinco minutos salió del baño casi vestido, con la camiseta en una mano y peinándose el largo cabello con la otra.-Listo.