De regresó del trabajo, era el primer día que lograba salir un poco temprano de su turno por haber liberado algunas citas y otras que de la nada le habían cancelado. Sus pasos eran ligeros comparados a otros días que ante el cansancio simplemente ya no podía, pero en esta ocasión era todo lo contrario, iba con pasos relajados y con la frente en alto, tal vez la mirada baja porque iba leyendo aprovechando su tiempo de sobra.
Entonces fue que dentro de poco se dió cuenta de la llegada al parque tan inesperada, por ahí pasaba a diario pero ya no era tan noche como otras ocasiones, soplaba un vientecillo fresco y bastante agradable, sonrió para sus adentros cuando observo una banca sola, volvió a clavar la vista en el libro y avanzó en aquella dirección sin percatarse de que de lejos venían otras personas, se sentó comodamente y al parecer al mismo tiempo, un poco distraído, con otra persona.
Escuchó una voz hablar sobre la brisa y alzó la vista en busca de quien había dicho tales palabras, contiguo a él se encontraba un hombre de pelirroja cabellera, sus ojos se clavaron en cada hebra si es que podía, le gustó el color de su cabello pero más le agrado aquel comentario hecho.
.- La brisa ayuda mucho a olvidarse de muchas cosas, no lo cree así?
Conversó con aquel hombre, sonríendole cálido y amigable, sólo como él era, aunque le parecía curioso aquel dato ajeno sobre una calma que se sentía, relajamiento mejor mencionado.
.- Disculpe la intromisión, ha laborado mucho este día?, por su expresión en las palabras, considero que debió de pasar un día pesado.
Añadió, amable y un poco avergonzado, dejando el separador en el libro para cerrarlo y poner atención a aquel hombre que hablaba tan de repente.