Ponme la cadena y ....sacame de aqui.

Se había sentado en el frío suelo de la sala de ventas, apoyando su espalda en la pared, su habitáculo era parecido a una habitación simple, con una cama y una pequeña mesa, donde estaba aún su desayuno desde hace horas,sin tocar, no pensaba comerlo.
Le habían vestido muy precariamente, apenas un top negro muy ajustado y unos shorts igual de ceñidos que no dejaban casi nada a la imaginación: Se moría de frió.
Abrazado a sus propias rodillas, su cabello le cubría casi por entero, quiso agarrar una de las mantas para cobijarse,pero se las retiraron,claro, el objetivo de tenerle allí era que le vieran y se interesaran por él ,cosa que era aún mas improbable si este estaba cubierto por una gran manta.


Era la primera vez que le exhibían desde hacía semanas por un resfriado que se había complicado mas de lo habitual.
Observaba de reojo a través de ese cristal ,mirando a todos aquellos que ni le miraban.-...No les culpo...- murmuraba para si mismo, presionándose los brazos hasta clavar sus uñas en su pálida piel, dejando marcas, era su manera de “castigarse” por ser tan imperfecto.

Deslizó su diestra hasta su nuca,palpando ese chip que le designaba como esclavo-...je...nunca saldré de aquí...- Sonrió sarcástico,dejándose caer en el piso y hacerse un ovillo,tiritando aún y esperando a que llegara la noche y poder regresar a los dormitorios,donde al menos no pasaría tanto frío,pero de mientras quedaría allí , a la espera de algo que estaba seguro que tampoco ocurriría hoy.

Había llegado allí buscando un especimen que valiera la pena. Era la primera vez que veía un mercado de esclavos, aunque bien protegido por uno de sus largos abrigos con capucha, mascarilla y gafas de culo de vaso, para evitar ser grabado directamente por el complejo sistema y cámaras de seguridad de Hanori, pero el panorama no le alentaba demasiado: demasiados esclavos con colas y orejitas de peluche de zorrito y conejito, cuyos ojos enormes y cristalinos le miraban con anhelo desde detrás del cristal, esperando ser rescatados. Lenny ni los miró, no eran ni su tipo de hombre ni le apetecía demasiado tener que cuidar y experimentar con algo lo sufiecientemente adorable para producirle dentera.
Algo le llamó la atención a lo lejos, un esclavo de largo pelo blanco arañándose a sí mismo. Por primera vez en el día sonrió: había encontrado a una persona con el grado de desesperación por salir perfecto.
Se plantó delante de la vitrina, mirando fijamente desde detrás de las gafas al esclavo encogido delante suya con apariencia de estar muriéndose de frío.
-...a mí tampoco me gusta...el frío...- murmuró, se quedó un momento en blanco, mirando la información del esclavo- ...Hayden, 18 años...pareces perfecto...quizás demasiado delgado para mi gusto...pero la estructura ósea...parece - se quedó en blanco, había olvidado lo que iba a decir-...4..5..quizás hasta 6...me encargaré de comprobarlo...creo que definitivamente te compraré - finalizó mirando hacia el techo distraido, la verdad es que no le importaba demasiado si al otro le parecía bien o mal que quisiera llevárselo, había encontrado finalmente lo que quería.

Giró sobre sí mismo cuando se percató de la presencia de alguien más al otro lado del cristal, tenía la esperanza de que se tratase de alguno de los cuidadores para llevarlo adentro, pero recordó que aún era demasiado temprano para ello.
No , el hombre que se encontraba del otro lado no era nadie que hubiese visto antes en Hanori, de hecho nisiquiera podía verle bien en ese momento ya que ese sujeto parecía ir escondido en sus atuendos, por mucho que se fijara el peliblanco apenas alcanzaba a distinguir alguna facción de su rostro.

Se sentó pesadamente con la vista fija en aquella persona, parecía hablar por lo que se acercó un poco más a la vitrina, apoyando las manos allí y escuchar lo que el otro decía aunque era casi inaudible por el cristal.
-"...Te compraré"- Le pareció oir entre el barullo exterior de otros compradores y esclavos que había en esa galería de exposición.
Se incorporó mirandole fijamente tratando de escudriñar a traves de los gruesos cristales de esas gafas que llevava aquel posible comprador pero sin ningún exito.
De pronto estaba nervioso,¿podria salir de Hanori? No le importaba quien fuese su amo, ni su aspecto , ni su caracter, ni su profesión, solo quería salir de alli.

- Llévame- Le dijo muy serio con la mirada fija, no estaba muy seguro de si le habría podido escuchar bien a traves de la vitrina, pero esperaba que así fuera.- Llévame...- repitió comenzando a tiritar de nuevo.

"¿Llévame?"
Tenía razón. definitivamente estaba delante de una persona desesperada y en cierto modo deshecha: eso simplificaría enormemente las cosas. Sonrió para sí debajo de la máscarilla, mientras se acercaba a la vitrina para que el otro le escuchase mejor:
-...estas haciendo un pacto con el diablo...la serpiente se comió al buey hasta los cuernos...¿lo sabías?, pero si es tu deseo...no me negaré a complacerte...-Lenny lo volvió a mirar de arriba a abajo, evaluándolo-...vuelvo...- dejó la frase en el aire y se alejó a rellenar el papeleo.
Pagó sin problemas el dinero solicitado, recogió un paquete con ropa para su esclavo (visto lo visto en esa exhibición de esclavos, casi prefería ni mirar el contenido), dió órdenes de que le dejasen llevar cualquier objeto personal que le viniera en gana, y volvió hacia donde se encontraba Hayden.
Observó distraido como sus cuidadores le sacaban de la vitrina y volvió a quedarse en blanco, mientras algún lado extraño y no identificado de su cerebro le pedía de forma cada vez más clara un cigarrillo en cuanto salieran de allí.

Entendió a la perfección las palabras de aquel sujeto al otro lado del cristal y por un momento se le pasaron por la mente recuerdos de esos rumores que desde siempre circularon entre los esclavos en Hanori, siempre hablaban de los "tipos de amos" , todos ellos fantaseaban con encontrar un buen hombre que los consintiera en todos sus caprichos y temian encontrarse con algún ser despiadado, que llegase incluso a maltratarlos, tal y como decían aquellos rumores de esclavos que habían acabado realmente mal tras salir de Hanori.

En lo que a Hayden respectaba todo aquello le importaba muy poco , saldria de alli y no le importaba con quien, sentía como le temblaban las piernas a medida que se iba acercando al que sería su dueño a partir de ese momento "escoltado" por dos empleados , no estaba seguro de si aquel temblor era producto del nerviosismo o del frio.
Una vez le tuvo delante y quedaron solos volvió a intentar verle los ojos a través de los oscuros cristales.

- Encantado de conocerle...- comenzó a decir en un tono lo mas respetuoso posible.- Me llamo Hayden y...- continuaba haciendo una pequeña reverencia ante él, cosa que hubiese preferido ahorrarse de no estar siendo vigilado aún por los de Hanori a escasos metros de donde se encontraban.- ...Estoy para servirle...-
Concluyó incorporandose de nuevo y mirarle fijamente, aunque no podía evitar que sus ojos se desviaran hacia la salida, no queria estar en ese lugar ni un segundo mas.

Le miró con indiferencia y sacó un objeto de debajo del abrigo: un precioso collar negro de perro, que pasó rápido y sin demasiado cuidado por el cuello del otro, enganchándole a través de una fina cadena al cinturón de lo que parecían ser unos pantalones de cuero negro, casi ocultos debajo del abrigo. Empezó a andar indicándole al otro con un gesto de la cabeza para que le siguiera, aunque no tardó en ver que no hacía falta, porque al moverse el collar ejercía una incómoda presión en el cuello del otro.
Se dirigió con decisión a la salida, pasando de las miradas curiosas, lascivas e indiganadas del resto de compradores que contemplaban la escena, y las expresiones de terror y sorpresa del resto de los esclavos desde sus vitrinas.
Abrió con fuerza las puertas de la calle y una ráfaga de viento frío les abofeteo la cara.
Miró hacia los lados nervioso y avanzó rápidamente, con esclavo incluido, habían llegado a la entrada de un callejón cercano cuando una voz fuerte le empezó a llamar, un hombre enorme como un armario con gafas estaba sentado al volante de una furgoneta negra: -¡Lenny!, ¡eh, Lenny!...¡aquí, gilipollas!Soltó lo que parecía un insulto enorme en otro idioma , y obligó a subir al asiento de atrás a Hayden sin demasiado cuidado, dejándose caer a su lado y cerrando fuertemente la puerta, echando a su paso el pestillo.
-Empieza a conducir...si haces...algo...no hay trato...ni mañana...y quita el aire...ya hace demasiado frío...fuera-dijo amenazador, el conductor pareció a punto de decir algo, pero se calló y miró fijamente hacia delante. Por primera vez desde que salieron, miró con curiosidad a su esclavo:
-...llegaremos...un rato...¿qué...habilidades...tienes?...creo que definitivamente 5....tienes 5 litros...y estas demasiado delgado...para tu altura...me llamo Lenin...,para tí...Amo...hasta que...diga lo contrario...no puedo...hablar...libremente...ahora; ¿tienes...frío?...llevas poca ropa...¿quieres mi...abrigo?

Se dejó hacer sin poner ningún tipo de resistencia, si, aquello era humillante , no era la manera en la que esperaba salir de allí pero no pensó mucho en eso cuando se abrieron las puertas y pudo ver el exterior por primera vez en su vida.
Miraba a todas partes , curioso, ni siquiera había notado el gélido aire que había en el exterior, aunque si, tiritaba, pero por primera vez no le molestaba ese hecho.
Una vez dentro de la furgoneta, el peliblanco seguia mirando todo lo qe le rodeaba, tanto dentro del vehiculo como por fuera de aquellos oscuros cristales, todo era nuevo y extraño, se sentía como un niño algo asustado, debia admitirlo.

Salió de su estupor cuando escuchó las palabras de su amo, girandose para verle y pensar en lo que le había dicho.- No....gracias, estoy bien, amo.- respondió serio a su ofrecimiento en cuanto al abrigo, un detalle por su parte teniendo en cuenta la manera en que lo había tratado.
Quedó pensativo por un momento, pensando en que debía decirle, sin duda le decepcionaría, pero estaba fuera al fin , eso era lo que mas le importaba.

- No tengo ninguna habilidad fuera de lo normal, pero cumpliré lo que se me mande sin objeciones...- decía volviendose a perder en lo que apenas veía afuera.- y...si, amo...estoy demasiado delgado...- resoplaba algo frustrado,- si con lo de los 5 litros se refiere a sangre...le diré que he sufrido varias anemias en los ultimos años...- Se sonrió para si mismo pensando en esto, realmente era un espécimen bastante patetico en comparación con otros esclavos mas carnosos y saludables que seguian en Hanori aunque tambien , claro. mucho mas caros.

-...no te compraba nadie...por eso valias poco...todos..quieren algo...menos deprimente- murmuró, con grndes esfuerzos para procesar la información-...saldrá...más barato...medicarte...que otro...y siempre puedo...ignorarte...o puedes acabar en el...sotano...o quizas te rape el pelo...y lo venda para..pelucas...y lo peor.. es que ahora tu vida...-se quedó en blanco unos instantes, olvidándose de lo iba a decir.

Sacó un arrugado paquete de cigarrillo y bajó la mascarilla de su cara, echándose para atrás, bastante más relajado, desde alguna parte extraña de su cerebro alguien se lo agradeció. En un par de caladas volvió a mirar a Hayden:
-...quizás debéría devolverte...y sustituirte por algo...más seguro..., ¿al menos...aprendes rapido..., se te da bien...las cifras...largas?

Independientemente de lo que dijera o hiciera,sabía por qué lo había escogido: era su tipo de hombre ideal, fisicamente hablando.

Siguió con la mirada aún fija en el exterior , aunque ahora su mente ya no estaba concentrada en lo que veía si no en las palabras de su amo, tenía razon en todo cuanto decía, nadie quería comprarle, era debil ,su asfecto famelico no resultaba muy saludable y rara vez sonreía a quien se paraba al otro lado del cristal o mas bien, había dejado de hacerlo a medida que se debilitaba, era obvio que cualquier comprador preferiría a un lindo chico-gato o silimar, siempre sonrientes , cariñosos y bien alimentados, Hayden simplemente no era asi.

Se giró rapidamente viendole con expresión alarmada cuando nombró su pelo, se lo sujetó a un lado como si quisiera protegerlo, era su blanca melena lo único que le agradaba de si mismo, lo habia dejado crecer durante años, llegandole ahora por la altura de las rodillas, no suplicaria que no le rapase, pero haría lo posible por conservarlo.

De pronto toda su euforia por haber salido de Hanori se iba esfumando poco a poco, las palabras de su amo no le auguraban un futuro muy halagüeño precisamente, pero no podía dejarse amedrentar tan pronto, debía sobrellevarlo lo mejor que supiera, sim embargo cada vez que Lenin abría la boca le hundía un poco mas , ¿devolverle?,¿aprendizaje?, era un puñal tras otro, Hayden había tenido problemas por su lento ritmo de aprendizaje hace años, pero por suerte eso ya estaba solucionado, aún asi le seguia acomplejando.

- Yo...- pensaba que responder ante aquello, sentía que debía escojer cuidadosamente sus palabras para no regresar al frio de Hanori apenas unos horas despues de haber salido de allí.- Yo...no le decepcionaré.- Se limitó a decir aún sosteniendose el pelo, cumpliria con los deseos de su amo, fueran cuales fueran, en ello iba su orgullo y su "libertad".

No le pasó desapercibido, como Hayden mantenía su pelo a un lado, ya tenía un elemento de coacción para el futuro. Apartó el cigarrillo de los labios y tras varios intentos y botones fallido, dió con el adecuado, que cerró con un pequeño separador la zona del conductor del asiento trasero, ante una réplica y un insulto del enrome conductor, que no pudo hacer de todos modos nada para evitarlo.
-...no lo soportó...-susurró molesto-...el tio se cree...que sere suyo...solo por...esto...maldito pervertido...tampoco sabe la historia...de la serpiente y el buey...
Miró distraidamente los ojos celestes del chico, mientras se volvía a repantingar en el asiento cn el cigarrillo en la boca:
-¿decepcionar?...te falta...autoconfianza...tambien...es la primera vez que...veo esclavos...no soy...de zados...pero...no creo que pudieras volver...facilmente...a hanori...rozen...seria lo probable...-comentó, aparentementemente indiferente-...¿sabes?...me gustas...eres sexy...pero no como esos nekos...atolondrados...y tu clavícula me recuerda...a los aviones de guerra...no te devolveria...quizas te mataria...pero no te devolvería...Quiero saber...más cosas sobre ti...qué te gusta...te disgusta...quiero que seas mi memoria...y mi mano derecha...en el negocio...

Bajó la mirada, volvia a tener razón, el peliblanco tenía la autoconfianza igual que la autoestima, por los suelos. ¿ cómo podía haberle analizado tan afondo con apenas una conversación entrecortada de unos minutos?
- Rozen?...prefiero estar muerto a ser revendido como un esclavo usado mas...-dijo relajando la espalda que había estado en tensión desde esa mañana por los nervios y el frio, ahora se estaba bien en esa furgoneta.Realmente nunca había visto Rozen, pero las historias eran muchas y para cualquier esclavo con un minimo de orgullo era preferible la muerte que acabar en ese lugar.

Parecia que su amo esperaba mas de Hayden de lo que el mismo Hayden pensaba en un principio y por un momento dudó, este tipo parecía irsele la pinza por momentos. ¿negocios? El peliblanco aún era demasiado "Puro" e "inocente" como para saber de que hablaba su amo, todo lo que conocía del mundo era Hanori, el lugar donde había vivido desde que fué creado hacia 18 años.
- Haré lo que mi amo desee...tengo buena memoria...y jamás se me ocurriría traicionar a la persona que me sacó de "la fabrica"- le dijo en un tono mas calmo , levantando la vista a la vez que se colocaba ese collar humillante que empezaba a molestarle.- je...me disgusta esta correa - le decía irónico en respuesta con una sonrisa que podía indicar ¿complicidad ? ,- No voy a escapar , amo....por cierto..- carraspeó.- Puedo saber donde vamos?

Se encogió de hombros:
-...la correa no...no es para que no te...ya sabes -comentó, con una maraña de pensamientos considerable-...siempre he querido...tener un perro...pero me dan alergia...tendras que acostumbrarte...ese collar es...compraré otro con...tu nombre... bien acolchado en el cuello...asi lo podré recordar...por repetición...además...será más fácil...si quiero atarte en la cama...-finalizó, como si diera por hecho que todo aquello era evidente; de todos modos desató el enganche de sus pantalones y acarició distraidamente puntos estratégicos del cuello del otro para relajar su cuello, antes de desenganchar también la cadena del collar.
-...tu cuello es suave...me gusta...-comentó pensativo. Apagó los restos del cigarrillo contra una de las puertas (evidentemente, la furgoneta no era suya, y por lo tanto le importaba un bledo lo que le pasase) y volvió a subirse la mascarilla, teniendo conciencia durante un momento, que por las pintas parecía uno de esos iluminados que dicen haber sido abducidos por extraterrestres- ...vamos a casa...en concreto a la mía...pero...creo ahora...casa en plural...vivo en la...Zona 0...en el 2º piso...de un antiguo tanatorio...allí vendo...todo el material...y...-se quedó un momento en blanco, mirando a ningún sitio en concreto-...eso...sí...eso

La cosa se volvía más y más humillante por momentos.-Un...perro...- murmuró para si mismo tratando de no mostrarse indignado frente a su amo, por muy orgulloso que fuera Hayden, un esclavo no tenía ese tipo de derechos a menos que su amo asi lo quisiera.
Suspiró algo frustrado por todo cuanto estaba pasando, estirando el cuello un momento mientras el otro retiraba la cadena aunque dejaba el collar y le palpaba al cuello, para sorpresa del peliplata fué una sensación bastante agradable, tal vez no sería tan malo, solo era cuestión de acostumbrarse.

- A la cama? - ese comentario le había desconcertado, aun siendo virgen y bastante ingenuo debido a su reclusión, Hayden igual que todos los demas en Hanori habian sido educados en diversas "artes" para con sus amos, por lo que sabía lo que podría pasar, aunque realmente no lo deseaba con una persona a la que ni siquiera le había visto el rostro.Estos pensamientos le provocaron un casi imperceptible rubor en sus mejillas, que desapareció casi de inmediato.
- Ah, tanatorio? Zona 0? - ladeaba la cabeza sin comprender, una vez mas las consecuencias de toda una vida de reclusión salian a flote , pero el peliblando de algún modo se sintió mejor con las palabras de su amo , iban "a casa" , donde quiera que fuera significaba una nueva vida para él.


[CERRADO]