Nombre: Felix Crespo Hanichi
Edad: 18 años
Cumpleaños: 4 de febrero
Condición social (rango): Libre
Condición: hombre procreador
Ocupación: Violinista
Inclinación sexual: Seme
Características Físicas: Posee un perfil delgado. Pese a comer bastante, siempre se ha mantenido en una línea delgada tirando al raquitismo, pero sin llegar a esos extremos. Sus ojos azules, muestran una mirada seria y dura, y normalmente observan con cierta curiosidad todo lo del alrededor. Su pelo es azulado y liso, medianamente largo. Posee un tatuaje de unas huellas de gato subiendo por su tobillo.
Se decanta por las ropas oscuras y los colgantes góticos. Siempre lleva su violín guardado en una funda que lleva a la espalda. Sus muñecas están adornadas con cadenas de plata, muñequeras y alguna pulsera de tachuelas.
Características Psicológicas: Podría decirse que es algo bipolar. Normalmente se muestra sereno y callado. No le gusta llamar la atención y prefiere vivir como una sombra ante los ojos de los demás. Cuando está con algún "amigo" (el no cree en los sentimientos de amistad y amor) se muestra afable y simpático, pero siempre guardando las distancias. Le encantan los argumentos contradictorios y crear confusiones en los demás. Suele ser esquivo y distante, pero a veces es melindroso y muy cariñoso, conceptos que resaltan su personalidad bipolar.
Le gusta: Desde muy pequeño ha estado conviviendo con la música, lo que ha hecho que sienta un gran afecto hacia ella. Siempre que se siente nervioso, con miedo, aburrido y feliz, escucha música. Es una manera que él tiene para evadirse de los difíciles obstáculos de la vida.
También, tiene una extraña pasión por los gatos. Tal vez se deba a que su padre no podía verlos ni en pintura y el hecho de llevarle la contraria a su padre, hizo que le gustaran los felinos. Nunca le permitieron tener un gato, así que cuando vivió solo, adoptó a gatos de la calle, de los cuales tres se quedaron a vivir con él.
Por último, cabe señalar su obsesión por encontrar historias con finales trágicos. Los típicos cuentos de héroes y princesitas le aburren, ya que nunca hay un final feliz. Pare él, la vida siempre se encargará de fastidiar los planes, para llevarte por diferentes caminos a la muerte.
No le gusta: Pese a tener fama de golfo, pandillero y rebelde, nunca ha sido partidario de la violencia. No recuerda cuando fue la última vez que se peleó con alguien, quizás porque nunca ha estado envuelto en alguna pelea. Discutir, insultar y ridiculizar se le da de miedo, pero nunca levantará la mano ni permitirá que se la levanten. Es lo único que ha aprendido de su padre.
El tabaco le disgusta, hasta tal punto de no soportarlo. No porque sea algo malo para la salud, ya que a él le importa bien poco la salud, sino que el tabaco hace que recuerde cosas que prefería olvidar para siempre,
Por último, lo que más le disgusta es la lluvia. En este caso es donde se resalta más su tendencia a la contradicción. Le encantan los días nublados, grises y con frío, pero en el momento en que empieza a chispear ya todo está mal. Su buen humor cambia de un plumazo y es preferible no estar cerca de él cuando hay una tormenta.
Virtudes: Tocar el violín. Puede reproducir cualquier melodía con haberla escuchado un par de veces. Posee una memoria para la música increíble.
Pese a ser una persona bastante solitaria, sabe perfectamente quién es importante para él y es capaz de hacer cualquier cosa por esa persona. En este caso podía decirse que es un buen amigo.
Nunca lo reconocerá, pero tiene muy buena mano para los niños. Se le da bien cuidar de ellos y hacerles reír. Siempre le han gustado, dentro de unos límites, claro. Tal vez, sean las únicas personas que le caen bien a primera vista.
Defectos: Es de la personas que plantean muchos proyectos e ideas, pero que dejan las cosas a la mitad o nunca inician eso proyectos por falta de motivación. Se rinde con facilidad cuando algo no le sale como lo había planteado.
Es bastante generoso. No gana mucho dinero, y lo poco que consigue suele regalarlo a cualquiera que se lo pida. Podía decirse que es algo idiota en este aspecto.
Varias veces ha estado a punto de ingresar en un manicomio, por su manía de discutir consigo mismo. Una parte de él dice una cosa y otra lo contrario. Con esto, hace unos monólogos increíbles, pero que con razón pueden clasificarse con algún tipo de demencia.
Historia: Sabe que tiene orígenes japoneses por su segundo apellido, pero eso es todo lo que conoce de su padre. Su otro padre, un policía de barrio, siempre se ha encargado de cuidarle el sólo. Nunca respondió a las preguntas de su hijo sobre su pareja y normalmente se ponía triste cuando recordaba algo. Felix llegó a deducir que estaba muerto, ya que no le encajaba que alguien tan decepcionado por la ausencia de su pareja, llegará a pelearse.
Su infancia fue fácil, pero no normal, pese a que su padre hacía muchos esfuerzos por sacarle adelante y que viviera feliz. Vivían en una casita acogedora de una pequeña ciudad. Su padre trabajaba a altas horas de la noche y regresaba por la tarde a casa. Felix estaba la mayor parte del día solo, por eso salía a jugar con los hijos de unos gitanos. Tal vez la zona, no era la más apropiada para unos niños de seis años: era la típica ciudad dividida por barrios y en cada barrio había una banda callejera. Las esquinas estaban pobladas de drogadictos y borrachos.
Aquellas influencias empezaron a cambiarle el carácter simpático e inocente de cualquier crío. Se hizo huraño, respondón y muy rebelde. Su padre trataba de hacerle razonar, pero no podía evitar lo evidente: cunado él se iba el niño salía de nuevo a la calle y volvía con peor comportamiento. Empezó a preocuparse verdaderamente por el futuro de su hijo. Al final, optó por poner un tutor privado que estuviera en las horas que él no estaba en casa. Pese a que tuvo que hacer horas extras para pagar el tutor, pensó que esa era la mejor solución.
Pero el tutor, no era la persona que decía ser en su perfil. Era un pederasta que se ocultaba bajo el humilde título de profesor y aprovechaba que estaba solo, para abusar del niño. Felix trató de decírselo a su padre, pero él no le creyó. Era la palabra de un niño contra la de un maestro cualificado.
Pasaba el tiempo y Felix empezó a tener serios problemas de conducta: su padre le llamaba mentiroso, tenía que aguantar al asqueroso tutor y sus “amigos” le llamaban cobarde porque ya no salía a la calle a discutir con los borrachos. Poco a poco, empezó a mezclar las cosas y se forjó dos personalidades: una buena y optimista y otra mala y rebelde. La optimista, para el tutor, porque necesitaba ánimos para aguantarle. La mala, para su padre, porque él le había convertido en eso.
Un día, su padre le regaló un violín y aquello hizo florecer su talento para la música, y en poco tiempo, Felix tocaba en auditorios con gente de muy alta sociedad.
Tras aquello, ya no hizo falta el tutor y aquello fue desconcertante. Felix pensó que ahora estaría mejor sin ese pederasta, pero en vez de alegrarse sintió añoranza. No sabía porqué pero cuando se fue el tutor sentía que le faltaba algo.
A pesar de aquello, se hizo famoso con su violín, pero sólo le duró la fama hasta los 12 años. Había llamado la atención por ser un niño prodigio, pero cuando creció ya no tenía tanto mérito su esfuerzo y cuando cumplió los 13 años su fama había muerto. Parte de esa fama se fue, debido a que le detectaron un brote sicótico y tuvo que estar bajo vigilancia durante un tiempo. Pero, salió a las tres semanas del centro de observación y continuó su carrera, pese a tener sólo mala fama.
Cuando se hizo mayor de edad, decidió hacerse autosuficiente y dejó la casa de su padre, echándole en cara todos sus problemas y jurando que jamás volvería a verle. Quería probar fortuna y puso rumbo a Zados.
Otros: Busca el significado de la palabra amor, a pesar de no creer en él.