Sonrió para sí. El chico pensó que tal vez alguna persona estaría compartiendo la casa.
-Seguro que les agrada ti presencia. Son bastante cariñosos con la gente.-contestó, dejándo a la imaginación de Yvez qué tipo de personas podrían ser. Recordó lo contento que se puso cuando le dijo que tenía gatos, seguro que sería una grata sorpresa para él.
Se quitó la cazadora y se la puso sobre los hombros a Yvez. Esas ropas que llevaba no tenían pinta de abrigar mucho.
-Creo que mañana iremos de compras. Necesitas algo más que cuatro trapos.-contestó riendo.-pero hasta el momento, te presto mi cazadora.
Se dio cuenta de un detalle. Solo había una cama en casa... típico de él, no caer en esas cosas hasta el último momento. Bueno, ya improvisaría algo.