Nombre: Jin Huo.
Edad: 28 años.
Cumpleaños: 16 de diciembre.
Condición social: Libre.
Condición: Hombre.
Ocupación: Investigador privado.
Inclinación sexual: Suke (tendencia seme).
Características Físicas: Mide 1,77. Puede parecer tener una complexión delgada, pero es bastante fuerte, y se entrena mucho para mantenerse, debido a su trabajo. Tiene el pelo muy largo, negro como el ébano y tremendamente liso. Como a veces le molesta se lo suele recoger, pero no pasa por su cabeza la idea de cortárselo. Tiene la piel pálida, por eso no le gusta ponerse al sol, porque se la quema rápidamente. Sus ojos son rasgados y tienen un color a miel, pero no suelen expresar dicha dulzura. Suele vestirse de manera formal y elegante, ya que le gusta ir arreglado y aseado. Tiene una cicatriz en el pecho, fruto del accidente que sufrieron sus padres.
Características Psicológicas: Tiene un carácter incisivo, y una lengua más hiriente que sus puños, que ya es decir. Es de extremos: o no le interesas para nada, o antes de que te des cuenta ya estas en su cama. Pero sólo es eso, si tiene pareja, después de una noche de desbocada pasión, si te ha visto ni se acuerda. Sólo hubo una persona en el pasado que quiso, pero esta le traicionó, por eso no confía en sus parejas, así que prefiere abandonarlas antes de que le hagan daño. Así, las relaciones se reducen para él en pasar un buen rato. Nada más.
Es por lo demás, es bastante tranquilo y meticuloso, ya que su trabajo lo requiere. Puede llegar a ser muy persistente si se lo propone, tanto como en su vida profesional como en su vida privada. No es un gran hablador, pero cuando lo hace la indiferencia y el sarcasmo es lo que marcan su conversación. Educado y amable… si el otro lo es.
Le gusta: El sosiego y el ajedrez. También se suele evadir de lo que le rodea en el gimnasio, a veces llegando al borde de la extenuación. Le gusta una buena lata de cerveza por las tardes, y cuando esta nervioso, o no duerme bien, no es raro verle fumando. Le gustan las serpientes. De hecho, su ex le regaló una serpiente pitón albina, a la que llamó Orochi. Aún la mantiene en un gran terrario en su casa, y ya mide más de un metro y medio.
No le gusta: La infidelidad y el compromiso. De hecho, lo último ha llegado a pensar que le aterra o que le produce alergia. De hecho, cuando algún escamante se ha quedado bien prendado de él, olvidando la primera regla de Jin sobre las relaciones de una noche, suele hacer tres cosas: huye, por su bien y por lo del otro, o si esta algo irritado contesta de forma muy cortante, y si esta muy enfadado puede acabar dándole una paliza al otro.
Virtudes: Ninguna a simple vista. Como ya se ha dicho, tiene miedo de que le vuelvan a traicionar y abandonar, por eso suele cerrarse cal y canto y mostrar ese carácter tan encantador. Pero en realidad es muy apasionado y sensible, y cuando quiere alguien lo da todo por él, volviéndose muy posesivo.
Defectos: He de hacer de nuevo mención a su carácter. Así mismo, su manía de ir de flor en flor; su poca paciencia respecto al compromiso, o sus hábitos de fumador y bebedor empedernido de cervezas. Si alguien llegara a gustarle de nuevo, y se viera correspondido, se volvería extremadamente posesivo y celoso, por temor a que le abandonara de nuevo.
Historia: Su infancia estuvo marcada por sus dos amigos de travesuras. Dave, Jin y Kyo. A los tres les encantaba jugar a polis y cacos, y no paraban quietos en ningún lado cada vez que se juntaban para dolor de cabeza de sus padres. Hubo posteriormente dos hechos que lo marcaron mucho: uno de sus amigos, Dave, se mudó de la zona, y no volvieron a saber de él, quedando el grupo reducido a dos, y el segundo hecho, fue la pérdida de los padres de Jin en un accidente. De ahí salió esa cicatriz que tiene en su pecho. Como sus familiares estaban muertos, o no quisieron hacerse cargo de él, los padres de su amigo Kyo decidieron acogerle, y eso le alegró un poco. Jin y Kyo se volvieron inseparables, y así crecieron, hasta que cuando entraron en la Academia de Policía empezaron a salir juntos. Ambos lograron graduarse, incluso Jin logró destacar entre su promoción.
Nada parecía ir mal, y Jin se sentía enormemente feliz. Encontró trabajo rápidamente en una comisaría de la ciudad, mientras que Kyo lo lograba, con algo de más esfuerzo, en una zona más conflictiva. Vivían juntos, pues se independizaron de los padres de Kyo, pero debido al trabajo se empezaron a ver menos, hasta que, finalmente, se veía ocasionalmente, y muy fugazmente. Las veces que Jin veía a Kyo lo veía mas ojeroso y demacrado, pero cuando le preguntaba si le pasaba algo, Kyo se desembarazaba de él, estresado, y Jin no volvía a preguntarle, temeroso.
Al cabo de unos meses, Jin ya no le veía aparecer por el piso, y cuando le llamaba o no contestaba o le decía que estaba muy ocupado. Finalmente, un día que le dieron un descanso a Jin en su trabajo se decidió a ir hacerle a Kyo una visita a su comisaría, a ver si podían hablar de lo que estaba pasando entre ambos. Pero cuando entró en el despacho de Kyo vio que este no estaba, y su secretario le avisó de que había salido. Revisando los papeles de la mesa de Kyo, descubrió uno que notificaba que estaría ese día en el puerto, en el muelle 45. Se encaminó hacía allá, y lo primero que le puso nervioso al llegar de puntillas fue ver dos coches de cristales negros, muy lujosos, con hombres armados a sus lados. De uno de esos coches bajó un hombre que Jin reconoció de haberlo visto en uno de los archivos de corrupción de la policía, y vio que se había dirigía a hablar con Kyo, que estaba esperando, algo separado de los coches. Por lo que pudo oír Jin, estaban hablando de ciertos “negocios” para que la policía no investigara el muelle 45, y Kyo, muy solicitó, aceptaba tales negociaciones, sonriendo cuando le pasaron una maleta llena de dinero. Jin no daba crédito. Si no actuó entonces, es por el miedo de salir mal parado, peo en cuanto los coches se fueron, salió de su escondrijo y se encaró con Kyo. Este, furioso al verse al descubierto, despreció a las malas a Jin, diciéndole que no sabía lo mal que lo había pasado estos meses, fruto de las amenazas que había recibido, y que estaba harto de él y de su buena fortuna; él también quería algo de su buena suerte. Sacó su arma, apuntando a Jin, pero este, fruto de su educación y reflejos, sacó antes su pistola y disparó. Hirió a Kyo, entre lágrimas, no dando crédito de que hubiera querido dispararlo, y sintiendo todo el dolor de haber sido traicionado llamó a la policía, y Kyo fue arrestado y llevado a la cárcel. Sintiendo un gran lastre en su alma, Jin decidió abandonar el cuerpo de policía, y se convirtió en investigador privado, convirtiéndose en uno de cierto renombre con el paso del tiempo, cambiando completamente de forma de ser.
Otros: Los padres de Kyo, muy arrepentidos por la conducta de su hijo, de vez en cuando llaman a Jin, para ver como le va.