Zados: La Isla del Pecado
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 Encuentro de maestros (priv-lemon)

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MensajeTema: Re: Encuentro de maestros (priv-lemon)   Encuentro de maestros (priv-lemon) - Página 2 I_icon_minitimeVie Feb 06, 2009 7:38 pm

Era como si en lugar de decir "alejate" le diera ánimos de seguir insistiendo en lo mismo, simplemente ya no podía soportarlo!, Alexander estaba actuando de una manera bastante extraña y se sobrepasaba de pervertido, de atrevido, no podía creer que le tuviera en aquellas situaciones porque era como si el alcohol le hubiese hecho cambiar la personalidad o algo peor, no lo reconocía y realmente había pensado que era otro tipo de persona, lo que estaba haciendo, seguro pensaba erroneamente de ello porque Demian ya estaba arto de seguir forcejeando sin lograr hacerle entender cuando creyó que aquel hombre era el contrario a otros que había conocido mucho antes.

Y ahora lo odiaba, un poco al menos, porque le tocaba de esa forma tan descarada y con eso mismo decir que le deseaba en tactos sin la necesidad de utilizar obvias palabras, hacer que su rostro se cubriera de un suave color rojo en las mejillas sin poder evitar que apareciera, el alcohol conbinado con aquellas caricias lo estaba desbaratando lentamente, Demian reaccionaba dejando escapar varios sonidos y gestos, mismos que nadie nunca alzanzó a ver y que ahora por desgracia alguien podía admirarlos, le inquietaba mucho y sobre todo por el hecho de... ¿Qué estara pensando?

Se tensó ligeramente cuando Alexander comenzó con su libre masaje sobre la intimidad notoria del literato, joder!, de plano Alexander se estaba pasando y en serio no alcanzaba a pensar bien que podía estar haciendo reaccionar así al otro, además del alcohol nada más era tan fuerte como para esas cosas. Las manos de Demian no dejaron de ejercer presión contra el otro, al contrario empujaban cada vez más, sentía un ligero temor de no poder o lograr detenerle a tiempo, pero estaba perdiendo fuerzas constantemente y ganaba más mareo.

.- Basta! Alexander detente de una buena vez!... si sigues con esto... yo...

Pero dejó de hablar en esos momentos, apretando sus labios tan fuerte para que no lograra salir ni un solo sonido de su boca, desde la garganta ardía bastante por resistirse a soltar aquellos ruidos varios y negar con su cabeza varias veces, dolía la garganta fuerte y le raspaba todo el interior de esta pero no dejaría que se alborotara más, aún así eso pasó antes de sentir directamente aquella mano sobre su pecho, se mordió el labio y se sacó sangre, cuando aquellos dedos jalaron su pezón así su miembro reaccionó aún más, eso estaba muy mal.

Respiraba con agitación, sus labios se abrieron sin hacer ruido cuando se detuvo de masturbar, sus ojos quedarón por un segundo perdidos con la mirada hacia el techo, su expresión fue sumisa sólo unos segundos, sin dejar que el otro le hubiese notado o esperando que asi fuera, volvió a las andadas de apartarlo, pero la sorpresa no se detuvo ahí cuando Alexander decidiera atacar por su parte, la camisa ahora era su trampa, sus manos atadas con esta tan de repente y sus labios tocando el cojín de aquel sofá, su pecho pegado un poco al asiento del mismo, sus brazos a la espalda atados, no podía creer como había pasado tan rápido.

.- Cómo puedes decir algo como eso??!, maldito bastardo!... cuando este libre verás como te agarrare y te dare tu....aagh!...

Decía, hablaba mientras aquel hombre le acomodaba o algo así pero su frase se corto justo cuando sintió la erección de aquel adulto contra sus gluteos, justo en esa zona tan... solicitada por el otro al parecer, era suave su movimiento pero el sólo hecho de hacerlo ocasionaba reacciones en el pelilargo, bastante inesperadas. Ahora esas manos libres no tenían barrera teniendo las del literato sujetas, las sintió pasearse por su pecho y una que le tenía arto tocaba ya directamente su miembro erecto, palpitante, rojo de color por la desesperación y presión que en éste residía. Entonces lo inesperado pasó, Demian gimió suavemente mientras le tocaba el otro, sus piernas se movían en un intento insuficiente de quitarlo, de apartarlo pero nada de ello funcionaba, contrariamente aquellos movimientos de mano y caderas sólo intensificaban la desesperación del cuerpo de tan serio profesor.
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MensajeTema: Re: Encuentro de maestros (priv-lemon)   Encuentro de maestros (priv-lemon) - Página 2 I_icon_minitimeDom Feb 08, 2009 1:09 am

¿Si sigues con esto? Eso había dicho Demian, en aquel tono amenazante al que poco le creía Alexander, ¿qué sucedería si seguía con eso? Si lograba cumplir y llenar aquel deseo que le quemaba por dentro, como un fuego abrasador y doloroso que le pedía ser sofocado de inmediato. No era posible que pudiese resistir más sin tomar aquel cuerpo a su entera voluntad, el sonido de la respiración del otro, los espasmos que lograba sentir que provocaba, aquella ola de sentimientos que no sabía identificar que le inundaban a él, la fuerza y viveza del otro al tratar de desasirse de su cuerpo y alejarse, todo aquello le hacía llegar a un punto cada vez más lato, más crítico, orillándolo a tomar acciones, a hacer lo posible para dejar en claro que era él quien mandaba, el dueño de la situación. Una que, por cierto, aunque ahora Demian se resistiera, Alexander sabía terminaría sucumbiendo.

Escuchó con un fastidio pequeñísimo las palabras que el otro profería, aquella pseudo amenaza que Alexander no llegaba a creerse del todo. Y no pudo evitar sonreír ampliamente al escuchar el sonido del corte, aquella falta ya de aliento para seguir reclamando. Y pensar que eso lo provocaba él, que poco a poco el cuerpo de Demian parecía estar cediendo, cayendo en aquel abismo de sensaciones deliciosas que le invadían. Oh, sí, Demian pronto se vería contagiado y gemiría, jadearía y gritaría por sus acciones. Se mordió los labios, imaginando la situación y cerrando los ojos se centró en seguir sintiendo cómo en su mano el miembro del literato se endurecía, pidiendo más atenciones, exigiendo con su calor ser aliviado.

El gemido que llegó a sus labios le enloqueció, nubló sus sentidos. Necesitaba escucharlo más, ansiaba hacerle más. Separó ligeramente su cuerpo del de Demian, observándole. Su espalda blanca parecía llamarle y tuvo el impulso irrefrenable de lamerla, de descender hasta sus piernas, saboreando cada centímetro de piel expuesta. Pero, no había aún suficiente piel expuesta. Apartó en ese momento la mano que trataba el pecho del otro y con ella, casi bruscamente, bajó por completo la ropa interior, hasta las rodillas. Admiró por segundo los glúteos redondos, las nalgas blancas que habían quedado al descubierto. Alexander no pudo evitar un suave jadeo de excitación anticipada. Volvió a pegarse, a rozar su entrepierna con aquellas nalgas con al única barrera de su propio pantalón y con la punta de sus dedos rozó los testículos de Demian al bajar hasta la base de su miembro, mientras le masturbaba, condenadamente despacio.

Fue en ese momento cuando, al girar un poco el rostro, alcanzó a divisar el vaso sobre la mesa cerca de ellos. Aún su líquido se conservaba en el interior. ¿Whisky? ¿Ginebra? ¿Vodka? ¿Qué sería? la idea pasó fugaz por su mente y la atrapó, sonriendo de medio lado, conocedor de lo divertido que sería. Con la mano libre y separándose un poco, tomó el vaso y tras mirarlo a contraluz por un instante, derramó el contenido a la altura de la nuca del otro, dejando que el líquido escurriera, gran parte surcando el pecho y cayendo hasta el sillón, pero la otra parte deslizándose por la espalda, trazando pequeños caminos que se perdían más abajo. Un pequeño río bajaba por sus caderas y había comenzado a viajar por sus piernas, pero otro había descendido, más recto, y se perdía entre las nalgas de Demian, haciéndole a Alexander una invitación que no podía rechazar.

Alejó la mano del miembro de Demian, tomándole de las caderas con ambas manos. Subió hasta la nuca, apartando el cabello y besó, pasando al lóbulo, el cual mordió suavemente.

- Te haré sentir como nunca te has sentido.- Susurró.- Te haré jadear. Te haré gritar. Haré que sólo puedas recordar mi nombre y sólo puedas gemir por más.

Fue la promesa soltada con voz ronca, mientras lamía la piel y se deslizaba nuevamente a su nuca, descendiendo suavemente por la espalda clara. Lamió con deleite cada palmo, saboreando el sabor de Demian mezclado con el alcohol, un regusto amargo pero delicioso que no deseaba dejar de beber. Descendió a sus omóplatos y mordió ligeramente, sin causar daño, antes de bajar un poco más. Se entretuvo en la ligera depresión antes de llegar a sus nalgas y después llegó hasta su trasero. Lamió y besó, con devoción temblando ligeramente por el deseo y finalmente, tras terminar de hacer su deseo, separó sus nalgas para terminar de beber aquel camino. Su lengua acarició aquella entrada estrecha, apenas por encima, mientras limpiaba el alcohol y succionó un poco para drenarlo, hasta dejar el área seca de licor, pero llena de saliva.

- ¿Te gusta, eh? Dime, ¿te gusta cómo se siente?

Preguntó, juguetón e hizo la punta de su lengua presionar la entrada. Eso era, iba a follárselo con la lengua. Iba a follárselo con los dedos, y con la lengua y con todo su ser, para marcarlo suyo, sin tregua hasta hacerle correrse como nunca antes, repetidas veces. Sus fantasías se disparaban y su deseo crecía con cada instante sucedido. Volvió a presionar, penetrando ligeramente. Iba a volverle loco, iba a hacerle sentir tan caliente, tan necesitado y ardiente como él mismo.
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MensajeTema: Re: Encuentro de maestros (priv-lemon)   Encuentro de maestros (priv-lemon) - Página 2 I_icon_minitimeJue Feb 19, 2009 7:28 pm

Era un error, aquello no podía ser tomado de otra forma sino de esa solamente, Demian intentó separarle varias veces, le amenazo y le hablaba bien de cortos tiempos, pero Alexander parecía cegado completamente por la bebida, por el deseo y por el ente perverso que le estaba poseyendo más y más cada vez más rápido. Era imposible que aquello resultara simplemente por ver quien era el más hombre o por la estupidez de aquel profesor en querer demostrar sus intenciones tan pronto, por dios!, aquello no era sino un gran error, pero parecía que con nada podría hacer entrar en cabeza al otro. Cómo si el destino ya hubiese fijado los eventos para ambos, algo así, pues ni con palabras o actos parecía deshacer aquellas ansias.

¿Qué pensaba Alexander?, ¿Qué corría por la cabeza de aquel hombre?, ¿Es qué acaso no había posibilidad ya?... simplemente parecía que la única respuesta existente era un no, siendo está al final certera cuándo Alexander cogiera de aquella forma, con su mano, el miembro erguido del literato y continuara con la dolorosa tortura. Suspiró para si mismo y tembló ligeramente al sentirse observado, era imposible que aquello no ocurriera si tenía aquellos ojos tan cerca de su cuerpo semi-desnudo, agradecía que...

.- Alexander!!!... Qué crees que... JODER, sueltáme de una buena vez!!... maldito bastardo!...

Aquello que parecía por momentos una ligera salvación desapareció por completo cuando la prenda única e interior fue "desecha", pues aquel hombre la aparto del lugar dónde debiera de seguir, sintió el frío del ambiente recorrer su piel completa erizandose la piel de su cuerpo por completo y en su rostro, marcarse con notoriedad aquel sonrojo, en parte avergonzado, en parte enojado. Demian calló la siguiente sensación al tener aquellas caderas pegadas a sus caderas, los dedos pasar por su piel desnuda, justamente el área que menos deseaba que tocara, casí, pues había otra que no deseaba que ni siquiera mirara.

Tan rápido como eso pronto y sin darse cuenta, su cuerpo era lentamente elevado por la parte de su torso y seguidamente un líquido helado a la sensación le recorrió desde la nuca, creando caminitos en su viaje, tan distintos y estos mismos ensuciaban su mueble, su cuerpo, pasaban por zonas donde no deseaba ser tocado más ni menos, ni un poco si quiera, pero... abrió sus ojos con sorpresa al sentir un pequeño río atreverse a enterrarse entre sus nalgas, mojando aquella piel oculta y esperando con desesperación Alexander no hiciera algo más idiota.

Pronto llegarón una serie de besos, sosteniendole el otro de la cadera y Demian simplemente esperar a que el otro no hiciera más, pero...

.- Alexander... ¿Qué dices?... estás delirando Alexander!, detente de una buena vez, esto ya está siendo algo exagerado y lo sabes!...

Lo peor es que no sabía si el otro le escuchaba o no, pero estuvó claro que no cuando la lengua que sintió, porque era humeda y bastante escurridiza, recorría todo su cuerpo descendiendo desde su nuca hasta lugares que no tenía pensados probaría aquel hombre. Demian tembló, suspiro y evito algún sonido malo saliera de sus labios, pero eso no pudo ser por completo cuando su torso cayó un poco al sofá de manera semi-recostada; la lengua ahora recorría sus nalgas, las lamía, devorándoselas completamente hasta sentirlas enteramente humedas, tembló bastante en esos segundos cuándo aquel separó sus gluteos.

.- ¿Qué?!!

Volvió el silencio después de ello cuando sus ojos se abrieran por completo, encajando su cara contra el sillón y tensarse demasiado cuándo aquella extensión humeda y resbalosa se adentrara entre estas, acariciando con la propia humedad el ano contraído del profesor por mera reacción. Un suave "Hhaa!!" se alcanzó a escuchar cuando succionaba el otro, por su mente no podía pasar nada que no fueran maldiciones y signos desesperados, asustados un poco al mismo tiempo, fúricos!, preocupado y algo excitados. Para qué negarlos.

.- Si no... sacas tu cara de ahí... hhaa deja de hacer eso!!!...

Se desesperaba de no poder hablar, sus ojos estaban entreabiertos, ni siquiera podía pensar y actuar correctamente. Por Dios que Alexander le estaba sacando de quicio, no tenía idea de lo que estaba planeando ya, porque aquello en especial no lo espero, NADA y apenas sólo un respiro tuvo de todo. Pero no duró demasiado cuándo el moreno volvió a tocar y esta vez, penetrar con la lengua aquel orificio sutilmente dilatado por tanta saliba. Pero no le dejaría, Demian se defendería en esta ocasión y lo hizo, sin más, cerró sus piernas con fuerza descomunal y se ladeo en el sillón cayendo de lado, con el respaldo cubriendo su trasero y sus manos buscando desatarse, lo lograría, tenía que hacerlo... al menos, esperaba que Alexander no le moviera tan rápido, pero por si acaso, usaba uno de sus pies para mantenerlo a distancia, separado un poco.
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MensajeTema: Re: Encuentro de maestros (priv-lemon)   Encuentro de maestros (priv-lemon) - Página 2 I_icon_minitimeVie Mar 13, 2009 2:57 am

Demian temblaba, lograba sentirlo, lograba percibir cada uno de los leves y esporádicos espasmos que convulsionaban el cuerpo del profesor de literatura y cada uno de esos movimientos, sutiles e inconscientes, ayudaban a acrecentar el grado de tensión y ansiedad que marcaba en su pecho, el calor haciéndose más pesado, presente ahora en todo su cuerpo, pidiendo ser liberado en el cuerpo del otro. Quería quemarle, hacerle caer en el mismo delicioso infierno en que se encontraba sumergido y que Demian también sintiera sus pulmones colapsar y su corazón estallar dentro de su pecho. Oh, eso era, quería hacerle sentir de tantas maneras, llevarle a aquel cielo no pacífico, revolcarle en la lava quemante del infierno, hacerle perderle en el espacio indefinido del limbo de las sensaciones y en el clímax hacerle gritar su nombre, hacerle perder la cabeza por completo y que, aunque fuese sólo temporalmente, que Demian fuese incapaz de pensar en algo que no fuera él y su cuerpo, él y sus labios, él y el placer infinito prodigado.

Las palabras y reclamos que escuchaba que salían de los labios de Demian no parecían, a sus oídos, ser verdaderas. Aquello no podía ser cierto y en realidad era todo parte del juego que jugaban, parte de los roles que les correspondían. A Demian tocaba hacerse el difícil, a él le tocaba el insistir hasta hacerlo derretirse y cambiar las negaciones por súplicas y los intentos de empujones y patadas por brazos rodeando su cuello y piernas atrapando sus caderas. Sonrió, divertido, sin dejar en ningún momento su labor, sin dudar en ningún momento de sus conclusiones. No deseaba, cierto era, que la relación quedara sólo en eso. No deseaba poseer sólo su cuerpo. El deseo de posesión llegaba más allá. Demian sería suyo, mente, cuerpo y también el corazón. Y por alguna de las partes debía comenzar.

¿Eso había sido un gemido de placer? "Comienzas a ceder", pensó, clamando victoria en su mente, sabiendo que faltaba poco para tener la rendición del otro, seguro de que pronto comenzaría a cooperar, a mostrarse más dócil, a ser un buen pasivo. Aunque... No. No imaginaba a Demian siendo como los otros, no podía imaginar en él comportamientos propios de aquellos infantiles e inocentes jovencillos que solían ser usados de esclavos en todos los ámbitos. Y no quería verlo así, tampoco. Demian era diferente y lo que le atraía de él era algo que ningún otro poseía. Algo que sería sólo suyo y que sólo él vería.

Repentinamente, se vio alejado del otro. ¿Qué había pasado? Recreó rápidamente en su mente la situación anterior, la actual y llegó a la conclusión de que Demian había cerrado las piernas, forcejeado y logrado darse vuelta, caer y así obstruir el trabajo de él. Alexander frunció el ceño. ¿Acaso el profesor le había cortado el rollo? Eso parecía, eso indicaba todo. Y justo en el momento en que pensaba que comenzaba a ceder.

- Shhh... - Susurró, acercándose, colocando ambas manos sobre la pierna del otro, al que le mantenía alejado y apartándola un poco, buscando cómo poder acercarse más y a la vez evitar que fuese a patearle, cosa de la que creía a Demian bastante capaz.- ¿Por qué has hecho eso? ¿No lo estaba disfrutando?

Aprovechó que el otro aún no había podido desatar sus brazos y con fuerza, tomó ambas piernas del profesor, separándolas y sujetándolas en sus rodillas, tratando de inmovilizarle, colocándose entre éstas con la rapidez que su estado de ebriedad le permitía y logró acercarse un poco más, lo suficiente para inclinarse y besar el cuello blanco de Demian.

- ¿Me dirás que no lo estabas disfrutando? ¿Piensas decirme que no lo deseas? - Murmuró contra su cuello, mordiendo ligeramente, lamiendo después, cerrando los ojos y embargándose de aquel ahora que desprendía el literato. Río, sofocando al risa contra la piel y manteniendo la sonrisa.- Tu cuerpo me dice otra cosa. Se te ha puesto dura...

Soltó en tono cantarín, ligeramente infantil, al tiempo en que soltaba una de las rodillas del otro y llevaba esa mano a tocar el miembro despierto de Demian, rozándolo con los dedos y divirtiéndose al presionar con el pulgar en la punta, masajeando en pequeños círculos. Demian podía negarse lo que quisiera, gritarle hasta de qué iba a morir, pero Alexander estaba seguro de que, al final de la noche, lo único que saldría de esos labios serían gemido de placer y súplicas obligadas en busca de más.
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