Noche de trabajo. (libre)

Ya estaba oscureciendo y se estaba aproximando la hora en que debería comenzar a trabajar.
Se dispuso entonces a elegir una de las tantas mudas de ropa provocativa que tenía en su armario, las cuales, según le habían enseñado, le servirían para atraer a clientes.
Se decidió por un conjunto que constaba de una bata blanca algo transparente con un solo botón y un sleep de lycra negro, bien apretado al cuerpo. Se quitó su ropa de todos los días y procedió entonces a cambiarse. Le daba algo de frío pues al ser otoño se le ponía la piel de gallina porque debía estar semidesnudo y la temperatura no lo ameritaba tanto. De todos modos terminó por abrocharse la bata, la cual dejaba a la vista su pecho lampiño y blanquecino… si bien ya de por sí se veía a través de ella que solo llevaba eso e interiores puestos.
Ya vestido aguardó a que se hiciese la hora de comenzar su jornada laboral y al cabo de un rato bajó las escaleras, dirigiéndose hacia donde el bar.
Al entrar el lugar ya estaba repleto de posibles clientes.
A Heimdall ya no le daba pudor lucirse, se había acostumbrado a las miradas después de un tiempo de trabajar en esto.
Se paseaba por entre las mesas del bar, sonriendo a cualquiera que le mirase… esperando a captar la atención de alguien.

despues de una latera jornada . kaname tomo su auto BMW , y decidio ir a divertirse por que no lo hacia desde hace mucho ...
a el le habian contado de un lugar , un bar donde la gente se entretenia por la cantidad de dinero que les dieran.
llego , se estaciono , muy bien de hecho , y entro en aquel lugar y dirigio la vista donde estaba un muchacho...

Heimdall se percató de alguien que recién entraba al lugar, quien ni bien lo había hecho le había clavado la mirada.
Por eso el pelipúrpura le sonrió con amabilidad como hacía con todos quienes lo miraban, siendo esa su estrategia para conseguir algún cliente.
Al principio no le prestó más atención y siguió ambulando por entre las mesas haciendo su desfile habitual, hasta que se percató nuevamente de que ese alguien todavía seguía mirándolo… “probablemente estaría interesado” pensó.
Así que disimulando, como si no se diera cuenta de que se acercaba a donde el pelirrojo que lo observaba, continuó caminando, ondeando aquella bata blanquecina y translúcida que dejaba ver todo el cuerpo aniñado de Heimdall… hasta que eventualmente, llegó hacia donde su observador. Pero no se detuvo, simplemente volvió a sonreírle, mirándole fijamente a los ojos, con esa particular expresión encantadora e inocente.
Si el hombre quería conocerle, entonces lo detendría…

Kaname, viendo al menudo chico que le hacia una sonrisa, y esa expresión en los
ojos, que casi le deja parapléjico .Noto que esa sonrisa llevaría algo fuerte pero profundo…
Así que cuando el muchacho se le acerco, noto que era su oportunidad de pagar por sus servicios, ya que se percato que otras personas querían hacerlo. Lo tomo de su bata (…)
- ¿a donde crees que vas? - mirándolo tiernamente, pero con un fuego abrasador en las pupilas, que hacían que pareciera todo un semental.

Ni bien pasó por enfrente del pelirrojo, las sospechas de Heimdall se constataron ya que el interesado lo tomó por su bata y le habló.
Ni bien centró su vista en la mirada del desconocido, notó en sus ojos una mirada llena de lujuria que lo examinaba con descaro así que Heimdall se sintió satisfecho porque había conseguido llamar su atención.
-Buenas noches, señor, en qué puedo ayudarle? – habló con suma inocencia sonriéndole, haciendo esa pregunta obvia. Su perfil sumiso e ingenuo era buen material a la hora de llamar la atención de los que visitan el prostíbulo.

Kaname, le sonrío apoyando la mano en el mentón del menudo chico -¡guauuu! No entiendo como lo haces, al tener esa carita tan mona e inocente, y ese cuerpo que deslumbra la total atención…pero vallamos al grano del asunto ( sin ser discordial)
Quiero pagar por tus servicios …

Heimdall no dejó de sonreír encantadora y cautivantemente mientras escuchaba los halagos del cliente, quien no se anduvo con rodeos y le comentó que estaba interesado en los servicios que el esclavo sabía brindar.
-Gracias, señor, dice cosas muy bonitas – respondió primero al cumplido centrando su vista en los ojos del mayor, sin titubeo alguno.
-Y gracias también por elegirme, señor… será todo un gusto ser su acompañante esta noche.
Sin dejar de dirigirle la mirada Heimdall, con movimientos sensuales y provocativos lo tomó de la mano y comenzó a dirigirlo por el prostíbulo mientras charlaba.
-Y dígame, señor… quisiera que nos dirijamos inmediatamente a un lugar más íntimo o prefiere que nos entretengamos un rato por aquí antes de pasar a los asuntos importantes.
Procuraba moverse de manera sexy con el fin de deleitar a la vista a su cliente, más que lo que su apariencia y su vestimenta ya lo hacían.
-Oh dónde están mis modales... mi nombre es Heimdall - concluyo el pelipúrpura

-Heimdall?... es un nombre muy atractivo, pero no me digas señor, mi nombre es kouran kaname… y cuando el chico le dijo la propuesta de divertirse primero kaname detuvo al chico que iba adelante , este quedo frente del, le toco el cabello en direccion hacia la mejilla y contesto- la noche es joven, tengo todo el tiempo del mundo y por el dinero no te preocupes …pero me gustaría brindar primero, por los dos…- kaname lo miro fijamente a los ojos, mientras le tocaba las delicadas mejillas a Heimdall.

Sonrió complaciente ante la elección de quien se presentó como Kaname.
-Kaname también es un nombre muy bonito – dijo mientras cerraba levemente los ojos en vista de que la mano del cliente pasaba cerca de los mismo, acariciándole los cabellos y posteriormente la mejilla.
Acto seguido, lo tomó de la mano y lo dirigió hasta una mesa y le corrió la silla para que se sentase… una vez ubicado Kaname, Heimdall se le sentó encima y lo rodeo con sus brazos, colgándosele del cuello y acariciando su mejilla con su mano, a la vez que sus caras quedaban “peligrosamente” cercanas…
-Y qué quisiera tomar Kaname? Dígame y con gusto se lo traigo

Kaname se sonrojo por un momento al ver con que rapidez y sensualidad se había sentado heimdall, y mientras que heimdall se entretenía con los cabellos de su verdugo…- no, por ahora estoy bien- respondiéndole la pregunta .Lo miro fijo, con sus ojos brillantes y con una sonrisa tentadora…y se dispuso a agarrar a heimdall por sus mejillas sonrojadas de pasión, para sellar su compromiso de una noche…con un beso, calido, sensual y sobre todo excitante.

Respondió al beso de la mejor manera, dejando al mayor adentrarse dentro de la cavidad contigua con su lengua, y atrapando la misma con la propia, dándole un fogoso masaje y sintiendo la calidez y humedad que entre sus labios envolvía a ese apasionado y prolongado beso que se dieron.
-De acuerdo… - dijo Heimdall una vez concluido el beso – ya que aún no va a tomar nada, dígame cómo puedo hacer más agradable su velada, Kaname? – respondió a la mirada fija del pelirrojo con una igual de penetrante, sin dejar de entretenerse con una de sus manos, con los cabellos rojizos del cliente, y con la otra comenzando a acariciar su pecho.
-Usted solo pídame lo que quiera y yo con gusto lo haré – finalizó con una media sonrisa que demostraba la habilidad para seducir que el esclavo había adquirido durante el tiempo que estuvo trabajando en el prostíbulo.

Kaname respondió de la mejor manera, jalando delicadamente del brazo de Heimdall que jugaba con su pecho, y la mano del menudo la dirigió hasta sus labios y se logro ver el beso de todo un caballero, mirándolo a los ojos dijo – me contempla observar tu bella mirada, pero creo que he sido egoísta contigo, al no expresarte lo que deseo…
Me gustaría que me hicieras disfrutar mi velada a tu gusto…. Lo dejo en tus manos.
finalizando lo aquello, le dio por tocar a Heimdall; su pecho sus mejilas sonrojadas y por último sus labios.

Se dejó hacer, permitiéndole al mayor jalar de su mano hasta que esta hizo contacto con los labios ajenos, siendo que después escuchó atento a lo que su cliente tenía para decir, ya que era su trabajo complacerle y debía oírle y hacerle caso a todo o que dijese.
-Muchísimas gracias Kaname – comentó primero agradeciendo el cumplido – de todos modos no puede compararse a la suya… tan penetrante y llena de misterio… verdaderamente cautivante… casi hipnótica diría – cometo a la vez que le sonreía de manera algo traviesa, contrastando con esa inocencia innata – y bueno… entonces… ya que prefiere que yo lo guíe a lo largo de esta velada, permítame asegurarle que no se arrepentirá de su inversión – terminó con un fugaz beso en los labios de Kaname, para luego levantarse de su falda y retirarse un momento.
Regresó al rato con dos vasos llenos.
-Espero sea de su agrado – dijo tras dejar el coctel sobre la mesa y volviendo a sentarse en la falda del mayor, procurando frotar su cuerpo contra la entrepierna contraria.
-Qué le parece si brindamos? Yo brindaré porque esta sea una de las mejores noches de su vida, y que no se arrepienta de haberme elegido como su acompañante… por qué brindará usted? –al finalizar la frase, mientras que con una mano sostenía el vaso, con el brazo contrario rodeó el cuello del mayor.

Mirándolo a los ojos con un fuego abrasador respondió – yo brindare…porque en una noche como esta, te he conocido, y te are conocer el verdadero placer…Heimdall, el placer de una relación mística, de una relación afrodisíaca.-y al terminar lo último, no se contuvo, le dio de probar su experiencia, su sensualidad, al tocar sus labios y frotar sus lenguas a través de un espectáculo emocional. Al finalizar este acto no dudo en tomar lo que Heimdall le había ofrecido…

El pelipúrpura escuchó atento adoptando nuevamente el semblante inocente que por un momento había perdido al adoptar uno mucho más seductor, cual contrastaba mucho con su apariencia aniñada, dándole un toque extra de sensualidad.
Cuando el mayor le propinó un beso, Heimdall le respondió habilidosamente, mas no llegando a la altura del excelente y espectacular beso que estaba disfrutando, lo cual era comprensible teniendo Heimdall solamente 16 años.
Una vez concluido el beso, acompañó a Kaname tomando él también de su propio vaso.
-Veo que confía mucho en sus habilidades a la hora de complacer, Kaname – comentó el menor empleando una sonrisa muy traviesa – espero estar a su altura llegado el caso.
Tras concluir ambos su trago, mientras el esclavo le acariciaba el pecho, le dirigió unas palabras al oído.
-Qué le parece si nos vamos a un lugar más privado?

-esta bien…el momento ha llegado, la sensualidad me acompaña esta noche, tu cabello pelipúrpura me emociona, tus ojos reflejan tu inocencia, pero tu personalidad se adapta a lo que haces, pero por primera vez, muéstrame como eres…-tocándole la cara del menor, mirándolo compadecido, por lo que ha tenido que hacer o pasar, kaname siempre ha sido atento con la gente que le gusta, entonces parece que heimdall, había pasado de un completo desconocido a una persona importante en la vida del mayor.

Heimdall no dijo nada… solo sonrió de lado sin dejar de actuar el rol que le corresponde, ese rol con el cual contribuye a la felicidad de su amo…
Tomó de la mano a Kaname y comenzó a caminar ondeando su bata translúcida, atrayendo así las miradas de envidiosos que hubiesen querido estar en el lugar del pelirrojo.
-Por aquí Kaname, sígame – Heimdall abandonó junto a su cliente el bar y caminó por el hall hasta encontrarse frente las escaleras, las cuales subieron para lelgar a un pasillo en la planta alta, repleto de puertas, las cuales era habitaciones donde se atendía a la clientela.
El silencio del pasillo era interrumpido por algunos gemidos que lograban traspasar los límites impuestos por las puertas.
Eventualmente Heimdall abrió una de las mismas e ingresó con Kaname, procurando colocar un cartel que indicaba que la habitación estaba ocupada, en el pomo de la puerta.
-Espero sea de tu agrado… - dijo y esperó la respuesta pacientemente, tras sentarse en el costado de la cama, cruzado de piernas, con la bata cayendo a ambos costados de su cuerpo.


CERRADO

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U: Si te parece, creá el topic en las habitaciones, como respuesta a este ^^