Día de compras. {Privado-Abel-Lemon.}

Siguió de nuevo al menor para que escogiera nueva ropa, ¿cuánto rato llevaba sin fumar ya?, apenas salieran de esa tienda iba a ponerse un cigarro en la boca; Allen eligió de nuevo unas cuentas cosas y fue a probarse todo, Thor se quedó con Abel mientras ambos esperaban a que el peliplata saliera.

Se acercó cuando el pequeño lo llamó y pudo verle puesto el conjunto que él había elegido, sonrió sin querer, le quedaba bien, Allen tenía un cuerpo menudo y delicado, simplemente precioso; von Bremen se sintió un poco receloso porque los demás podían ver al menor así que entró con el al probador y jaló la cortina.

-Creo que voy a elegirte más cosas.- se agachó y le besó suavemente la mejilla a Allen.- cámbiate que hay que elegir más cosas...aún necesitamos comprarte calzado, ropa de dormir y batas.- le dijo mientras se iba acordando. Se quedó ahí dentro junto con Thor, el pequeño iba a tener que aprender a vestirse y desvestirse frente a él; pero lo notó un poco indeciso.

-¿Quieres que salga?

Una vez que el otro se le acercó le sonrió pero se le quedó mirando en cuando este entró con él, ¿Y eso a qué venía? Se le quedó mirando sin comprender incluso ladeó un tanto su cabeza hacía la diestra, parpadeó para después al escucharle asentir mientras que sonreía un poco, para después notar aquellos labios por encima de su mejilla, haciendo que estas llegaran a coger un color carmesí.

De nuevo, al escucharle asintió, esperando quizá que el otro saliera para poder cambiarse, pero al ver que se quedaba allí se le quedó mirando para después bajar la mirada un poco avergonzado, ¿no saldría, tenía que cambiarse delante de él? Empezó a ponerse nervioso, aun que… Después de lo de anoche…
Al recordar eso se encogió un tanto, después ante su pregunta le miró sin saber muy bien que decirle…

Miró a su alrededor para después bajar la mirada y negar con el rostro, quizá no estaría bien decirle que se marchara de allí, así que… Después de decirle con un simple gesto de cabeza que se quedara empezó a quitarse la camisa con algo de vergüenza y nerviosismo.

No había que ser demasiado observador para notar lo nervioso que estaba el menor, y a Abel realmente le incomodaban esas cosas, si no era capaz de cambiarse frente a él, entonces no podrían hacer muchas cosas sin que el dueño del Melia se sintiera culpable. Soltó un suave suspiro y salió del probador sin mirar atrás, con Thor quien no terminaba de entender bien lo que pasaba, sobre su cabeza.

Necesitaba calmarse un poco, pensar bien las cosas, y volver a esa actitud serena que siempre tenía; Abel no era de sufrir ataques impulsivos ni de histeria, por eso siempre se tomaba su tiempo en contar hasta diez para poder calmarse. En segundos estaba fuera de la tienda, y automáticamente sus manos le llevaron un cigarro a la boca, el cual recibió con gusto y fumó hasta la mitad porque sabía que tenía que entrar pronto para que Allen lo encontrara cuando saliera del probador.

Antes de regresar a la tienda, le compró unos caramelos a Allen y otros a Thor; entró y fue directamente a los probadores, no se había demorado demasiado, el peliplata debía de estar terminando ya, o había terminado hace poco.

En cuando por fin pudo quitarse la camisa decidió ponerse las otra prendas pero antes de ello se fijó que el otro se iba. –Ab…- Murmuró, entrecerró su mirar para después irla bajando hasta encontrarse con el suelo, resopló, claro está que había hecho mal al comportarse de esa manera, ¿cómo podría compensarlo…? Sin embargo lo único que se le venía por la cabeza es lo de ayer noche.
Sus mejillas se sonrojaron por momentos para después sacudir el rostro con brusquedad, haciendo que su cabello se moviera de un lado a otro, ¿por qué diantres estaría pensando en aquello en una situación igual? Era un idiota…

Curvó los labios para después ir poniéndose las prendas restantes que le quedaba por probarse, y como siempre, algunas bien y otra no tanto… Apartó de nuevo las que se iba a llevar mientras que salía de allí con su ropa ya puesta, observó a su alrededor, ¿dónde estaba…? Alarmado miró a su alrededor con las prendas en mano mientras que sus parpados intentaban visualizar al mayor.
Pero no tardó en encontrarle, cosa que suspiró de alivio, dejó las cosas que no se iba a llevar a su sitio para después volver a colocar las prendas que se iba a llevar conjunto a las demás.

Miró al mayor y bajó la mirada, tenía que dejar de ser así, si no… ¿Qué quería regresar allí? No, eso sí que no…
Por una vez más le miró y sonrió. –Ya me probé todo.- Anunció, su sonrisa seguía permaneciendo sus labios, quería dar una nueva imagen, haber sí al otro le gustaba más o algo… Igualmente, tendría que cambiar, porque así uno no llega a ninguna parte…

Miró al menos dejar la ropa que se iba a llevar con las demás y dejar lo que no quería en otro lado, por la cabeza del más alto pasó un “esté será un largo día”, mientras rodaba suavemente los ojos, parecía que Allen sabía muy bien lo que quería; el menor le sonrió y le dijo que ya se lo había probado todo y von Bremen le devolvió al sonrisa, un tanto sorprendido, porque el peliplata había estado muy serio todo el día.

-Qué bien, sigamos entonces.- dijo tranquilamente mientras le indicaba al más pequeño el camino que debía de seguir, no pudo evitar sentirse un poco feliz, la sonrisa de Allen de verdad le había hecho sentir bien, ¿tal vez el pequeño ya estaba más cómodo?

Se fue detrás del menor para que éste siguiera escogiendo las prendas y entonces recordó que le había comprado unas golosinas, las sacó del bolsillo de su chaqueta y le entregó la bolsita al más pequeño.

-Toma Allen...espero que te gusten.- se imaginaba que a cualquier chico le gustaban las golosinas, a él le gustaban bastante de niño al menos, ahora comía las cosas dulces, pero muy moderadamente, en realidad, prefería cualquier alimento salado, pero a veces tenía ganas de algo dulce. Le sonrió suavemente y después vio otro conjunto que le pareció que le quedaría bien al menor, así que se estiró para tomarlo.

Al ver como el mayor le devolvía la sonrisa, se sintió mucho mejor, al parecer había acertado, mejor seguir así, es más... Tampoco desagradaba el hecho de estar así.
Mantuvo su sonrisa en sus labios y asintió, volviendo a mirar la ropa que le llegaba gustar, quedándose indeciso por una prenda que había, curvó un poco los labios a la vez que ladeaba un tanto la cabeza, llevárselo o no… Ante su duda prefirió mejor, total, tampoco le había convencido mucho por los pliegues que tenía el pantalón.

Miró más ropa de su talla al mismo tiempo que volvía a coger algunas y en cuando ya tendría suficientes volvería a probárselo, pero en cuando escuchó su nombre se giró en dirección al otro, cual observó como le entregaba la bolsita de dulces, se le quedó mirando para después abrir sus parpados llenos de alegría.
Sujetó la bolsita con la mano libre. –Muchas gracias.- Agradeció de corazón ante tal apetecible manjar.

Era realmente lo que quería una buena bola de dulces, se relamió los labios, pero mejor aguardarlo y comerlo más tarde, así que lo aguardó se podría decir que casi inquieto al saber que podría comer dulces.
Sin embargo se fijó como este agarraba otro conjunto, cual esperó a que se lo entregara, cosa que una vez que lo hizo se dispuso a cambiarse. –Me iré a cambiar, si quiere puede venir conmigo.- Afirmó sonriente y dirigirse al cambiador por una vez más.

Sí, ahora con ese carácter incluso no se reconocía, bueno que se le iba hacer, desde que llegaron a capturarle que nunca había estado de esa manera, ya que antiguamente se comportaba más o menos igual.

Se alegró más cuando el pequeño recibió aquellos dulces tan gustosamente, le gustaba hacer algo por él y más que éste lo disfrutara, porque esos días, aunque sólo habían sido dos, parecía que todo lo que hacía el alto, terminaba confundiendo o apenando al pequeño y a veces hasta no gustándole.

Le entregó el conjunto al menor, y después de tomarlo, Allen le dijo que iría a cambiarse, además le dijo que podía ir con él si quería; Abel lo pensó un rato, entrar al cambiador con el pequeño sería un gran paso, pero también sería algo incómodo y la verdad sabía que el peliplata sólo lo hacía porque quería complacerlo, lo cual no le molestaba, pero prefería quedarse afuera esperando.

-Creo que paso por esta vez.- le dijo suavemente mientras caminaban hacia los probadores.- pero Thor te acompañará.- el animalito se posó sobre la cabeza de Allen y ambos entraron para que el esclavo se probara la ropa; von Bremen se quedó afuera de los probadores esperando a que el pequeño saliera con la ropa que le había gustado más. No era un rechazo hacia el menor, más bien quería tenerlo cómodo.

Al escuchar las palabras del mayor se detuvo, cosa que giró un tanto su rostro mientras sonreía. –Esta bien.- Afirmó y sintió que el pequeño animal se posaba sobre su cabeza. –Bien Thor, vamos allá.- Dijo alegremente mientras que volví a caminar, entrando en los probadores y volviéndose a cambiar, pero ahora aprovechó que había dejado la ropa a un lado para poder coger un dulce, y también dar uno al animal.
Se lo llevó a sus labios y lo saboreó, era realmente delicioso, quizá por esa razón se comportaba así, ya que se había puesto muy contento con la bolsa de dulces, y claro esta que quizá una de sus personalidades hubiera salido ante ello.

Después, volvió a dejar la bolsa y empezó por ponerse el conjunto que le había entregado el mayor, cosa que al ponérselo se quedó mirándolo en el espejo, curvó un tanto los labios, no sé… No estaba muy convencido de ello, así que para comprobarlo abrió un poquito la cortina para ver donde estaba el otro y al localizarlo le llamó en un susurro. –Mire… ¿Me queda bien?- Preguntó no muy convencido de ello.

Extendió sus brazos a cada lado de su cuerpo para que el otro pudiera verlo mucho mejor e incluso se giró para que también pudiera verlo.
Era de pantalones cortos, cual se podría decir que enseñaba mucho las piernas, al mismo tiempo que la camisa era blanca, cual altura era del ombligo.
Era realmente atrevido lo que llevaba puesto y quizá por eso no le convexa mucho…

Sin duda Allen se veía bastante más cómodo y feliz que anteriormente, aunque Abel no sabía si atribuírselo al pequeño regalo a un cambio por propia iniciativa del más pequeño, aún así, se la pasarían mucho mejor que el peliplata seguía con esa actitud. Los vio alejarse y meterse a los probadores; él se quedó viendo alguna otra ropa que le gustaba para Allen, no haría que se la prueba, simplemente se la llevaría, así que la junto con la demás, estaba seguro de que le iría bien.

Estaba bastante entretenido viendo la ropa para el pequeño cuando éste lo llamó para preguntarle si le iba bien el conjunto que el alto había elegido; von Bremen lógicamente se le quedó mirando el cuerpo, para ver qué tal le hacía y la verdad era que le iba bastante bien, y el diseño estaba hecho para mostrar un poco más de lo normal.

-Sí, te queda bien...¿no te gusta?- hasta le parecía un poco gracioso que al menor no le gustara ponérselo, porque le iba realmente bien y tenía un hermoso cuerpo, así que seguramente lo hacía porque le daba pena; rió un poco, la verdad sí estaba un tanto atrevido, seguramente Allen no querría que el dueño del hotel viera cuando comprara su ropa interior.

-Llévalo, te va bien.- le aseguró.

Al escucharle se le quedó mirando, así que le quedaba bien… Vale, no estaba acostumbrado a ponerse ese tipo de ropa, por esa razón se sentía un tanto incomodo ante ello, sin embargo… Al parecer el dueño del hotel quería que se lo llevara… Pues no habría más remedio.
Se volvió a mirar así mismo para después mirar al otro y asentir con el rostro. –Esta bien, me lo llevaré.- Aseguró para después volver a cerrar la cortina y volverse a cambiar.

Después de quitarse la prenda la dejó a un lado para llevársela y poder probarse lo demás.
Como siempre escogió la ropa que se iba a llevar, dejando a un lado y al otro lado colocando la ropa que no se llevaría a casa.
Bien, ya estaba todo preparado… Así que sin más salió con su ropa habitual y con prendas en mano, volviendo a dejar lo que se llevaría donde estaban los demás y dejar lo que no a su sitio.

Se acercó al mayor con una pequeña sonrisa en sus labios. –Eh… ¿Vamos a buscar más?- Dijo a la vez que ladeaba la cabeza hacia su diestra, esperando que el otro empezase a caminar para ir tras él y coger más ropa.
Claro esta que el pequeño animal se encontraba junto a ellos y al acordarse de nuevo, sacó la bolsita de los dulces y se llevó una a los labios para después dar otro al animal.

Miró nuevamente al mayor y sonrió, extendió su extremidad que tenía sujeta la bolsa de los dulces para ofrecerle. -¿Quiere?- Preguntó un tanto sonriente en espera de su nueva pregunta.

El menor aceptó llevarse aquella ropa aunque no le gustaba demasiado, pero a Abel realmente le gustaba...y además le recordaba que su pequeño tenía un cuerpo muy bonito. Esperó nuevamente a que el peliplata se probara todo, sonrió al pensar que era casi como salir a comprar con Alec, porque también se la pasaban horas buscando y probando la ropa, y como siempre, el de cabello lila iba cargando las prendas detrás. Asintió cuando el menor le dijo para ir a buscar más y fue detrás de él.

Después de caminar un poco, notó que Allen sacaba un caramelo y se lo llevaba a la boca, después le daba otro a Thor, eso le arrancó una sonrisa al dueño del Melia, pero se sorprendió un poco cuando el más bajo le ofreció un caramelo a él; en realidad no tenía ganas de probar nada dulce, pero rechazarlo sería mal educado, tampoco era que no le gustaran los dulces.

-Claro, gracias.- recibió el caramelo que le daba el peliplata y se le llevó a la boca para después acariciar suavemente el cabello plateado del menor muy cariñosamente. Continuaron comprando la ropa para el pequeño hasta que se les hizo de tarde, ya tenían bastante, o al menos así le parecía a von Bremen.

-¿Vamos a comer algo y luego continuamos?- preguntó mientras desviaba el camino hacia una de las cajas para poder pagar todo, incluso Thor estaba ayudando a cargar algo.

En cuando el otro aceptó el alimento y agradeció por ello su sonrisa se sancho más, a la vez que negaba con el rostro. –No es necesario que agradezca.- Afirmó sin llegar a es borrar aquella sonrisa que cubría todo su semblante.
Iba a volver en marcha de buscar ropa pero al escucharle ladeó ligeramente la cabeza hacia su diestra para después parpadear.
Claro, ya había mucha ropa, así que mejor parar ya y descansar un rato, que tampoco estaría mal ir a comer algo…

Asintió con el rostro, haciendo que su cabello se moviera. –Vale.- Volvió afirmar para después estar dispuesto a dirigirse hacia la cola para pagar la compra, se encaminó allí y una vez esperó a que el otro también fuera, pero….
Se le quedó mirando al ver lo cargado que se encontraba y no solo él, si no…. Thor también ayudaba…
Entrecerró sus parpados y volvió a acercarse a él. -¿Pu-puedo ayudaros?...- Preguntó, realmente se sintió mal al verle de esa manera, al menos quería ser de ayuda en algo…

Miró a Allen por sobre la ropa que cargaba, el pequeño quería ayudar con algunas cosas, pero en realidad Abel y Thor bastaban, así que negó suavemente con la cabeza y le sonrió mientras llegaban a la caja.

-No es pesado, no te preocupes.- dejó todas las cosas y mientras comenzaban a pasarlas, von Bremen sacó su tarjeta para pagarlo todo. Pronto, la ropa estuvo en bolsas y ellos estaban listos para irse, empleados del lugar les ayudaron a llevar las cosas hasta el auto y cuando ya estuvo todo guardado, el más alto comenzó a buscar un lugar para comer con la mirada.

-¿Pizza está bien?- suponía que sí, porque a casi todo el mundo le gustaba la pizza, al menos eso le parecía al dueño del Melia porque jamás había conocido a alguien que rechazara un pedazo de pizza. Tomó la mano de Allen y comenzaron a caminar junto con el animalito hacia donde se encontraban los restaurantes.- ¿o prefieres algo más?

Se le quedó en cuando este negó, vaya… Entrecerró su mirar a la vez que dejaba escapar un ligero suspiro para después seguir al mayor sin decir palabra alguna, quería ayudar, pero… Cerró por unos breves segundos sus parpados para después abrirlos, cosa que no tardó en sentir como su estomago reclamaba algo de comida.

Alterado llevó sus manos encima de esta, como si así fuera a evitar que siguiera quejándose, se sonrojó un poco para después observar que ya las cosas se habían pagado y ya estaban dispuestos a marcharse de allí para ir a comer, ¡que bien!
Se quedó a un lado para no molestar a las personas que llegaban a aguardar las cosas en el vehículo.

Una vez que escuchó al mayor se relamió los labios, pizza… Hacia tiempo que no comía aquel delicioso manjar.
Su mano fue agarrada, cosa que no tardó en entrelazar sus dedos con los contrarios, si algo vergonzoso pero se sentía bien ante ello.
De nuevo, con la segunda pregunta del mayor negó ligeramente el rostro. –No es necesario, con la pizza ya es suficiente.- Afirmó un tanto sonriente.

No notó que el estómago del menor sonaba reclamando comida, pero supuso que ya debía estar hambriento por la hora que era, además recordaba que el peliplata era de comer bastante para su tamaño.

-Está bien.- tomados de la mano fueron hacia una pizzería y entraron tranquilamente, Thor era un ser extraño y no llegaba a ser ningún animal conocido por los hombres, por lo que usualmente le dejaban pasar también, sin contar que estaba sobre el hombro de su dueño y Abel parecía una persona muy imponente.

Se sentaron en un lugar desde donde se podía ver el patio central del centro comercial, y podían ver las diferentes tiendas y a las diferentes personas pasando un buen rato y comprando. Abel pidió una pizza para los tres, además pidió vino y un refresco para el menor. Pronto les pusieron lo platos y von Bremen les sirvió a cada uno para que pudieran empezar a comer.

-Después podemos ir por unos helados.

En cuando entraron dentro de la pizzería observó su alrededor al mismo tiempo que olisqueaba el aire, un aroma deliciosa, lo normal de una pizzería.
Se relamió los labios solo más pensar en comer una gran pizza, sí, era un estomago sin fondo, le encantaba comer, sin embargo, nunca llegaba a engordar, ya que siempre se quedaba como estaba.
Miró su alrededor, observando como los demás hombres ya hacían sentados, charlando ente ellos mientras comían, lo normal de alguien.

Después ellos se sentaron, quedando delante del mayor mientras que deslizaba su mirada hacia la ventana, observando como la gente pasaba de un lado a otro, entrando y saliendo de las tiendas.
En sus labios ya hacia una sonrisa, quien iba a decir que poco a poco se fuera acostumbrando a ello…
De nuevo, deslizó la mirada hacia aquel quién les tría la comida, ni se había dado cuenta que el mayor ya había pedido.

Sin embargo, en aquel sitio iban muy rápidos en servir la comida… Mejor. Sonrió anchamente al ver como le entraba su parte. –Que aproveche.- Mencionó para después empezar a comer su parte, pero al escuchar al otro asintió felizmente. –Sí, eso estaría muy bien.- Afirmó para después a comer e ir bebiendo de vez en cuando.

Él también estaba de buen humor porque Allen parecía estarlo, sin duda era mucho más fácil tratar con el menor cuando éste no estaba tan cohibido; los tres comenzaron a comer y el dueño del hotel miraba al pequeño tomar su refresco cada cierto tiempo, por lo que se le acabó del vaso rápidamente, el alto estaba por servirle un poco más pero miró su copa de vino, se preguntaba que el peliplata habría probado licor alguna vez, seguramente sí porque no se veía tan menor tampoco.

-¿Quieres un poco de vino?- preguntó mientras le acercaba su copa al más pequeño, luego le serviría más refresco, pero por alguna razón quería que Allen probara del vino, tal vez porque tenía la costumbre de siempre invitar. Thor y von Bremen se quedaron expectantes para ver qué hacía el menor, si tomaba del vino o no.

Al de cabello lila no le preocupaba demasiado, porque una copa no le hacía daño a nadie, o al menos eso creía él, porque al dueño el Melia tenía que tomarse varias copas para empezar a sentir que ya le estaba haciendo efecto el alcohol.

Finalmente acabó por terminarse el refresco, cosa que infló un poco sus mofletes infantilmente, ahora no podría tomar más…
Pero al escuchar la pregunta del mayor dio un gran bote, cosa que se le quedó mirando, y negó rápidamente con el rostro, sabía lo que le sucedería si bebía… Sin embargo… Es algo curioso por que después de beber no llegaba a recordar muy bien lo sucedido solo de pequeñas cosas… Pero por sí acaso prefirió que no. –N-no… Gracias….- Murmuró suavemente bajando la mirada y volviendo a comer pero en este caso pausadamente.

No bebería… No y no, así que mejor pedir de nuevo su refresco para poder saciar la sed que sentía en aquel momento. No tardó en llamar al camarero diciéndole con modales que si podría traerle un refresco igual que el que había bebido, el otro asintió y fue a buscarlo, mientras fue acabando lo que tenía por que comer.
Al rato no tardó en venir aquel chico con su pedido, le agradeció y le dio un pequeño sorbo y dejarlo encima de la mesa, conjunto a los demás.

Poco a poco fue terminando lo suyo, hasta que lo terminó, se relamió los labios, se limpió estos mismo con la servilleta, pero deslizó su mirada hacia la ventana, en donde observó allí la gente pasar, o más bien el cielo, mientras que su mano diestra buscaba su bebida, cosa que al encontrarla no tardó el llevarla a su labios y beber todo lo que quedaba de esta de solo un sorbo.
Pero… Sabía extraño... Su cabeza… Entrecerró sus parpados y miró hacia donde estaba el mayor, cual le miró, ladeó la cabeza y observó el supuesto baso, al parecer se había equivocado de baso y había cogido el que contenía vino….

Alzó una ceja, no estaba mal… Se relamió los labios y miró hacia la botella, quería más… Cosa que extendió su mano en donde tenía el baso, haciendo un gesto con ella, diciéndole a base de señales que quería que le pusiera más.

El pequeño rechazó la bebida y el alto no dijo más, tal vez ya había probado y no le gustaba el vino, se convenció de que así era mejor y después de que Allen pidiera un nuevo refresco continuaron comiendo. Al poco rato el menor tenía un vaso lleno de nuevo y seguían disfrutando de la comida, aunque aun tanto callados en realidad; el peliplata terminó con lo suyo un poco después de que lo hizo el dueño del hotel, él no pensaba que se apuraba comiendo, pero en realidad estaba acostumbrado a dar grandes tragos, en parte por culpa del entrenamiento militar.

Él también miraba el paisaje así que no se fijó cuando el menor tomó la copa de vino y se tomó lo que ahí quedaba; sólo se dio cuenta hasta ver la expresión del más pequeño, parecía confundido, pero al poco rato le pedía que le sirviera más. Notó su copa vacía y supo lo que había pasado, sonrió suavemente.

-¿Te ha gustado?- le sirvió un poco de vino pensando en que no le haría daño, realmente dudaba que un vaso fuera a hacerle efecto al menor; también se sirvió un poco de vino él mismo para poder acompañar a Allen.- ¿antes tomabas vino?- preguntó sólo para buscar conversación mientras se llevaba su copa a la boca y tomaba lentamente.

En cuando el otro le llenó la copa no dudó en conducirlo hacia sus labios, en donde le dio un gran sorbo, claro esta que dejando un poco, respiró hondo notando como aquello le subía a la cabeza, en realidad era sensible ante la bebida, en cuando bebía un poco aquello le subía mucho a la cabeza y hacía cosas que… Bueno cosas realmente vergonzosas... sin embargo, nunca era consciente de ello.

De nuevo, volvió a tomar lo poco que le quedaba, volviendo a pedirle que le pusiera más y al escuchar su pregunta alzó una ceja, ¿beber antes…? Se quedó un rato pensativo para después volverle a mirar y sonreír coquetamente. –Bueno…- Murmuró aun sin desvanecer esa sonrisa de sus labios, después sin mero aviso, cogió la botella de vino y se sirvió el mismo, volviendo a beber casi todo de golpe.

Aquello hizo que finalmente se quedara atontado… Rió suavemente sin sentido alguno, ocultando su mirada con su cabello, ya que hacia su cabeza agachada.
Al poco rato se sirvió un poquito más y bebió suavemente, dejó las cosas sobre la mesa y se levantó con algo de dificultad… Se movía de un lado a otro, sus mejillas hacían enrojecidas mientras que sus luceros entrecerrados.

Se acercó al mayor y se recostó encima de su regazo, pasando su mano diestra por el rostro del otro, acariciándole suavemente. –Eres muy lindo mí… Amo.- Susurró sensualmente acercándose a su rostro hacia cierto punto de poder sentir su respiración sobre sus labios.
Realmente no le importaba los que les estaba mirando, solo siguió allí como si fuera lo más normal del mundo.

El pequeño no le respondió, en vez de eso se sirvió más vino sin que von Bremen pudiera hacer algo para evitarlo, eso había sido demasiado rápido y lo había tomado por sorpresa, jamás se imaginó que el peliplata fuera a servirse él solo. El menor se tomó todo lo que se había servido, y por si fuera poco se sirvió un poco más para seguir tomando, el dueño del Melia estaba algo sorprendido, casi no podía creer lo que estaba haciendo el esclavo.

Lo miraba expectante cuando se paró y se acercó a él, apegándose al alto y acariciándole el rostro para decirle que era muy lindo, fue cuando von Bremen entendió que Allen estaba borracho y que tendría que llevárselo de ahí; suspiró...esas cosas sólo podían pasarle a él. Discretamente pidió la cuenta, aunque estaba muy consciente de que todo el mundo le veía.

-Estás borracho Allen.- le comentó al ver las mejillas sonrojadas del pequeño; pero por otro lado el chico se veía bastante lindo y provocaba besarlo, así que el dueño del hotel no se quedó con las ganas, le dio un suave beso a su amante en los labios y cuando el mesero llegó con la cuenta, le dio bastante dinero sin importarle cuánto dejaba de propina y salieron.

Abel llevaba de la mano al menor, ayudándole un poco a caminar porque parecía un tanto mareado, esperaba poder llegar al auto rápidamente, Thor los seguía volando detrás de ellos. Cuando estuvieron frente al auto, el alto dejó al peliplata apoyado sobre este y buscó la llave del auto.

-¿No sabías que el alcohol te choca?- preguntó entre medio divertido y preocupado mientras intentaba abrir su auto.

Mantuvo su mano en la mejilla ajena, haciendo leves caricias en esta, rozando con la yema de los dedos la piel del mayor, mientras que en sus labios ya hacía una pequeña sonrisa.
Sin embargo al escucharle alzó una ceja mientras que se le quedaba mirando. –No… Yo no…- Afirmó aun quedando a escasos centímetros de los labios ajenos, haciendo un pequeño roce en ellos, hasta que finalmente los mismos llegaron a sellarse por los ajenos, cosa que no tardó en corresponder.
Sin embargo poco duró.

Infló mofletes infantilmente al ver como se iban de allí, no quería irse, quería estar un ratito más…
Pero, fue caminando torpemente cogido de la mano del otro, aun así, un vez que el otro le dejó apoyado en el vehículo se le quedó mirando, para después ladear la cabeza ante su pregunta y encogerse de hombros.
Aun así… Desde sus labios se dibujó una sonrisa, y decidió acercarse más al mayor. -¿Sabes…?- Preguntó coquetamente acercando su rostro al oído del mayor. -¿No te apetece… Divertirte…?- Susurró suavemente.

Su sonrisa se sancho más para después lamer por encima el óvulo de la oreja del mayor, acto seguido de un pequeño y sensible mordisco.
-¿No te apetece…?- Volvió a murmurar cerca de su oído como si de un secreto se tratase.
Aquello le solía pasar cuando tomaba alcohol, por esa razón nunca toma, aparte que aun es menor para ello, sin embargo… La primera vez que tomó le pasó lo mismo pero por suerte llegaron a detenerle, ya que aquel “juego” se iba más allá de lo esperado.

Miraba de reojo al menor mientras buscaba su llave, a veces cuando se ponía “nervioso” le costaba encontrarlas, sin duda Allen cambiaba mucho cuando tomaba, y eso que había tomado realmente poco; había ya logrado abrir la puerta de su auto y estaba a punto de decirle al pequeño que entrara cuando éste se le acercó para hablarle al oído y después morderle el lóbulo suavemente; aquello provocó que von Bremen abriera los ojos de la sorpresa, del peliplata no se esperaba algo así.

Entraron ambos a la parte trasera del auto con lunas polarizadas, mientras que Thor prefirió irse a dar un paseo por el centro comercial, casi intuyendo lo que podía pasar con los dos ahí dentro y con el menor borracho. Entonces volvió a pensar en las cosas que le había dicho su esclavo, claro que se quería divertir, pero ¿estaría Allen dispuesto a lo que el alto quería?, porque en la noche se había mostrado un poco reacio hasta el final; por otra parte, no le parecía bien hacer algo así cuando el otro no estaba completamente consciente, pero...tal vez en otra ocasión el peliplata no participaría tanto, al menos no por el momento.

Buscó los labios de su esclavo y le dio un beso lleno de deseo, explorando la boca del menor.- ¿cómo te quieres divertir?- le preguntó después de haber roto el beso, y luego, le lamió los labios suavemente. Allen estaba sentado sobre el regazo del mayor y el alto lo tenía bien agarrado.

Sin duda no dejó que aquella sonrisa que poseía en sus labios se desvaneciera, en cuando entró en la parte trasera del auto conjunto al otro, cual este se situaba debajo de él, no tardó en rodear el cuello del mayor con sus brazos, haciendo así un poco más de presión ante aquel beso casi desesperado.
Pero en cuando se separó y preguntó sonrió de manera divertida a la vez que algo coqueto.
Llevó su mano diestra por encima del pecho del otro, aun su rostro cercano al suyo, casi rozando los labios ajenos. –Mmh… Quizá… Jugando un poco, ¿no crees?- Rió suavemente para después lamer los labios del otro, tal y como este le había echo.

Después, bajó desde los labios contrarios hacia su mentón en donde allí depositó un suave beso para después bajar más y encontrarse con el cuello, cual empezó a besar y en vez en cuando a lamer.
Mientras, su mano diestra aun seguía en el pecho del otro mientras que la otra se situaba en el vientre del otro, no podía ir más abajo, ya que él mismo se encontraba encima del mayor, así que se le sería un tanto difícil de hacerlo…

Al cabo de un poco rato volvió al rostro ajeno en donde le robó un pequeño beso mientras que sonreía picadamente, lamió la mejilla contraria, como si de un animal se tratase para después acercarse a su oído nuevamente. –Dime… Mi amo… ¿Qué te gustaría que hiciera?- Preguntó sensualmente, volviendo a morder un poro el óvulo contrario.

El cambio era totalmente radical, ahora Abel sabía por qué Allen había rechazado el vino al principio, seguro tenía conciencia de que se ponía así; las cosas que le decía el menor, lo dejaban entre deseoso por ver más y un poco culpable porque todo eso se debiera solamente al alcohol, no sabía si esa era la manera correcta de hacer las cosas, pero se sentía tranquilo por la parte en que él no había sido quien había emborrachado al peliplata.

Las acciones del pequeño y esa última pregunta, hicieron que von Bremen se olvidara de todo y se concentrara solamente en el delicioso cuerpo que tenía delante de él y a su disposición, después de todo era su esclavo y era normal que hicieran esas cosas.

-¿Qué sabes hacer?- preguntó con una suave sonrisa en los labios mientras pensaba que hacía bastante tiempo que no lo hacía en su auto, y ya se merecía que le diera un poco de atención al objeto; comenzó a besar a Allen y después bajó hasta su cuello, dejando evidencia de que el menor era suyo. Sus manos se dedicaban a quitarle la ropa al más bajo, lo hacía suavemente...sin apuro, porque el dueño del Melia estaba bastante acostumbrado a sacar prendas.

Ahora el pecho de Allen estaba desnudo y Abel lo lamía y besaba, una de sus manos jugaba con la tetilla derecha del menor y la otra buscaba el cierre de su pantalón.