Un lugar tranquilo nunca hace daño

Cuando la idea de ir a caminar apareció en su cabeza no se atrevió a ignorarla, así que allí se encontraba totalmente despreocupado mirando a su alrededor a la vez que seguía caminando, llevaba muchas hojas de papel agarradas en una mano y llevaba una pluma en la otra, después de todo no seria extraño que de alguna u otra manera la inspiración le llegara al estar en aquel lugar

-veamos....-

Se decidió por sentarse a la sombra de un árbol recargando su espalda en el tronco de este mirando a su alrededor y a los pocos minutos empezó a escribir unos cuantos garabatos en una de las hojas

-entonces....-

Tenia el mal vicio de hacer eso, decía alguna palabra en voz alta y la demás frase la redactaba en el papel, escribió por un muy buen rato y después dejo las hojas de papel junto con la pluma aun lado de el y cerro los ojos un momento, escuchando lo que pasaba a su alrededor

Estaba paseando por el parque, como ya se haía hecho su costumbre, cuando escuchó unos leves murmullos que le llegaban de un lugar cercano. Curioso como siempre había sido, se acercó a obserbar y se quedó perpelejo al descubrir a un hombre que escribía ensimismado en su obra, tal y como él lo hacía hace años atrás en la secundaria, cuando se escapaba de las clases de matematicas para ello.

Sonrió. No esperaba tener tal descubrimiento en la tarde, quedándose de pie, a un costado de la banca sin saber que hacer o decir. Temía molestarle, pero si se trataba de un colega no deseaba perder esa oportunidad.

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Nota: perdón, espero que no se haya molestado por mi atrevimiento en contestarle el post.

Escucho algunos pasos que se acercaron bastante a el pero continuo en su silencio, esperaba que aquella persona hablara primero pero cansándose rápidamente, miro por el rabillo del ojo el recién llegado, se quedo un breve momento pensando en que decir, nunca había sido bueno comenzando las conversaciones o al menos desde su punto de vista, así que se encontraba pensando meticulosamente en una frase para comenzar con la conversación que tenia al parecer el otro ganas de entablar, se indio tanto en aquellos pensamientos que por un momento olvido la razón de aquello, al caer de nuevo e la realidad, se olvido de todo lo pensado anteriormente y dijo lo primero que se le vino a la cabeza

-buenas tardes-

Sabia que no había sido el comentario mas brillante pero al menos ya había podido decir algo, se giro un poco mirando fijamente al que estaba frente a el

-mi nombre es Narel, y tengo el placer de conocer a?-

Dijo lo mas cortésmente que pudo, para después dibujar una de sus clásicas sonrisas amables

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Nota:no, no me molesta en absoluto, de hecho, gracias por contestar

Me sorprendí al ver que no sólo había notado mi presencia obvia, sino que además me saludaba. Por un momento me sentí tonto con la situación.

- Buenas tardes - correspondí el saludo, acercándome un poco más - Me llamo Arael Vermonth y soy nuevo en la ciudad - y acerqué mi mano de manera de saludo - Mis disculpas si le he incomodado en algo.

Y esperé pacientemente su reacción.
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Perdón por la demora...