.El comienzo de los cambios. (PRIVADO/Mokuro)

Al estar sentando en un enorme cojín de exagerados adornos de colores rojos y dorados. Arrancó un pedazo de tela entre cosida del mullido mueble para empezar a juguetear con ella entre sus dedos. Estaba aburrido y más que cansado al estar precisamente en ese lugar. Otra vez como muestrario de "mercancía". No era que le molestara demasiado, al menos miraba gente nueva. Aunque siempre se marchaban sin volver a ver un rostro para recordar.

Continuó con el entrelazado adorno dorado entre sus dedos para con una sonrisa elevar un poco su rostro y dejarlo sobre sus ojos cerrados. Se había cansado de mirar hacia fuera de su pequeña habitación que a diferencia de los demás esclavos, la habitación de muestras que le habían designado nunca cerraban el vidrio protector que poseía. Lo menos que pensaba Tahir era huir de la corporación. Y por supuesto, debido a su timidez y personalidad silenciosa, nunca provocaba problemas.

Soltando un largo suspiro, recargó del todo su cabeza a la pared de sus espaldas, mientras se acomodaba en el sillón. Ese día iba a ser como los monótonos días de siempre. Sentía un poco de pena por las "lindas" ropas que siempre le hacían ponerse cuando entraba al cuarto de exhibición. Ignorando los lindas al ser en realidad ropas bastantes sugerentes que dejaban poco a la imaginación. Aunque ignoraba sus propias ropas, lo que no esperaba era que ese día daría un radical giro a su vida. Haciéndole tal vez empezar a desear estar fuera de la corporación…

Era uno de sus días libres, le había picado la locura de comprar un esclavo hacia tiempo, pero era como que ninguno de ellos era de su interés, eran muy lindos o incluso parecían muy tontos o dulces, odiaba a los empalagosos o a los que parecían bebes, no parecía interesado en nadie hasta que vio a un chico allí sentado sobre un sillón, aquel había llamado su atención sin dudarlo se acerco a el y le agarro del mentón mientras le miraba detenidamente.

- Lindas facciones, sin duda eres una belleza- pensó en voz baja mientras le dedico una sonrisa un poco irónica, luego toco una de las mejillas del muchacho, una piel sin imperfección aun así no parecía ser tan delicado, le parecía mas que perfecto en el físico del muchacho pareció interesarse aun así, no sabia cual era su manera de pensar, no le gustaba tener como pasatiempo hablar con alguien que se ponía nervioso con facilidad o tartamudeaba, odiaba que una persona al hablar fuera insegura.

- ¿como te llamas?- le pregunto directamente, sus ojos eran bicolor no sabia si el chico se concentraría mucho en el color de sus ojos, le daba igual mientras le contestara tal y como Mokuro quería.

Al estar en su adormecido aburrimiento, no se percató de cuando tenía a menos de un palmo un extraño joven tocándole el rostro. Abrió los ojos mientras soltaba el adorno del sillón por la sorpresa, dando un pequeño respingo para mantenerse inmóvil después. En verdad lo había tomado descuidado.

Tenia demasiado tiempo acostumbrado en ver a los demás esclavos ser comprados por los clientes o mirar como sólo se paseaban los compradores por la sala. Entraban y salían. Lo mismo de siempre. Pero nunca había estado en una situación como la de estar cerca de un hombre libre. Un hombre que en realidad tenía un aspecto demasiado joven y sin duda muy atractivo. La peculiaridad de sus bicolores ojos resaltaba mayormente en su rostro.

-.....Tahir.-

Manteniéndo la mirada en los curiosos ojos del joven, procuró no mover ni un músculo de su cuerpo. Comenzaba a sentir una extraña sensación en su estómago al sólo estar sosteniendo la mirada al pelinegro sin apartarla ni un instante.

Lo miro fijamente a aquel joven, estudiando la expresión de su rostro. Parecía algo sorprendido, el pelinegro sonrió levemente al ver aquella expresión que por momento le pareció un poco linda, se sentó al lado de aquel joven con suma tranquilidad mientras le miro fijamente, aun estudiando la expresión de su rostro con detenimiento.

- Dime Tahir, ¿cuantos años tienes?- le pregunto mientras le agarraba de uno de los mechones de su cabello, tenia un lindo cabello. De un color bastante peculiar aunque bastante común. Comenzó a jugar con los mechones de aquel chico tranquilamente mientras seguía analizando la textura de estos. Estaba siendo un poco detallista.

- Puedes hablarme un poco de ti.- le dijo mientras dejaba de jugar con los mechones de su cabello, ahora solo quería escuchar a aquel chico hablar, era de su interés saber sobre como hablaba y como se expresaba al frente de el. En parte a Mokuro le agradaba hablar, aunque raramente le interesaba saber sobre otra persona, al parecer parecía un poco interesado en aquel muchacho.

Al momento de tener a su lado al desconocido joven, aprovecho el momento para mirarlo más detenidamente. El que se sentara junto a él en el pequeño sillón de la habitación había sido un nuevo y sin duda admirado trato del pelinegro. Comenzaba a interesarse por el extraño joven.

La peculiaridad de los ojos del pelinegro era más notable al tenerlo sentado junto a su lado. Como al igual que su atractivo rostro. Resopló alzando la mirada por unos momentos al techo en cuanto sintió un calor en sus mejillas. Ahora entendía la molestia de su estómago. El desconocido joven era demasiado atractivo y comenzaba a ponerse nervioso. No era que no conociera a chicos apuestos. Al estar viviendo en la corporación con hermosos esclavos de diferentes bellezas, estaba acostumbrado a ver jovenes que quitaban sin duda el "aliento". Pero con el desconocido pelinegro a su lado era diferente. Tal vez se debía a que era el primer hombre libre que se le acerbaba con esa familiaridad.

Aunque sospechaba que fuera eso en realidad...

-Tengo 19 años....No, no se que decir. Nunca he hablado con un clien-joven libre....-

Cortándose en terminar de decir la palabra "cliente" por el simple hecho de que al él mismo no le gustaba ese término, dejó que el pelinegro jugara con su cabello empezando a sonreír más confiado...

-....No es muy interesante la vida aqui adentro....Me sentiría algo avergonzado contarle las pocas "actividades" que realizamos los esclavos de la corporación....Aunque.....- Volvió la mirada al joven, pegando "intencionalmente" su hombro con el otro en un gesto juguetón, a pesar de que podría considerársele de imprudente al hacer ese tipo de confianzas con un joven prácticamente desconocido. -.....Es nuevo ver a alguien de "afuera" acercársele así a un esclavo. Quiero decir, al menos en mi caso, nunca había estado con un hombre libre....-

Parecía estar poniendo un poco nervioso a aquel chico, noto el rubor de las mejillas de aquel joven, si toda su expresión. Parecía estar nervioso, le miro atentamente cuando le contesto a la pregunta que le había hecho con anterioridad, era un año mas pequeño que el. Seria interesante tener a un chico casi de su misma edad viviendo con el... al parecer aquel joven nunca había hablado con alguien del "mundo exterior", vaya aquello debía ser algo aburrido. Hasta el con tan solo pensar en estar en aquel lugar todos los días a las 24 horas allí esperando a que alguien lo comprase parecía bastante aburrido.
Le siguió escuchando todo lo otro que decía, incluso sus acciones resultaban interesantes, sus ganas de comprarle eran cada vez mas grandes, raramente se estaba interesando por algo y una vez que se interesaba por algo nadie podría hacerle la contra.

- Debe ser aburrido vivir aquí y además que nadie se te acerque... deben ser muy ciegos, tienes unas bellas facciones y además pareces tener un buen cuerpo- dijo con total sinceridad, mientras le acaricio la cabeza revolviéndole algunos cabellos, era un chico bastante lindo. Debía preguntar mas cosas sobre el, le estaba interesando demasiado.

- Veamos... ¿En que eres bueno? y sobre todo ¿haz usado a tu amiguito o a cuevita alguna vez?- le pregunto directamente, ya le estaba preguntando si era casto o no, sabia que en esa corporación había vírgenes pero se quería asegurar bien, igualmente le daba igual si era virgen o no. En todo caso lo volvería un experto en la materia.

Parpadeo un par de veces al terminar de oír las últimas palabras del pelinegro. Comenzando a formarse una especie de "tic" nervioso en las comisuras de sus labios al hacer un profundo eco en su cabeza en una de las palabras mencionadas por el joven. Terminando en inclinar su cabeza para soltar una peculiar risa llevándose las manos hacia su estómago al aumentar sus carcajadas.

-...jeje, lo siento, lo siento. Jeje, es que, jeje, no lo pude evitar....-

Tratando de medirse un poco en sus risas, apoyo la frente en el hombro del pelinegro con una sonrisa más que divertida calmándose un poco...-Lo siento, jeje, pero se me hizo curiosa esa pregunta, jajaja...-Llevándose una mano hacia sus cabellos, despejó de su vista algunos largos mechones para acomodarlos hacia atrás volviendo los rebeldes cabellos a su mismo lugar.

-Eso sí que es ir al grano. Se cuál es mi posición al ser esclavo. Pero una cosa si le anuncio. No soy como los demás chicos sumisos de la corporación....En cuanto a sexualmente estamos hablando....-

Entrecerró sus ojos posando su mirada fijamente en el pelinegro. Tal vez lo estuvo "subestimando" al ser un esclavo. Pero conocía muy bien el tema sexual a pesar de nunca vivirlo. Siendo un esclavo de esa empresa, no era un ignorante del porqué lo vendían...

Mokuro vio la actitud del joven, enserio que parecía confiado. Parecía ser bastante bravo u no parecía ser de los que cumplían el rol pasivo, vio como se reía de aquella manera sinceramente a Mokuro no le molesto en cambio también pareció divertirle solo sonrió de manera irónica, al escucharle decir todo aquello, lo había convencido completamente, lo compraría aquel chico tenia el tipo de actitud que a el le gustaba tanto.

- Haz pasado el examen- le dijo con tranquilidad, mientras le dio unas palmaditas en la cabeza que ahora estaba apoyada en su hombro, aquel niño era muy confianzudo. No hacia falta domesticarle, le gustaba tal y como estaba... para jugar con el, seria bastante divertido.

- Vas a ser un juguete muy divertido- dijo mientras soltó una risita un poco irónica, aquello definitivamente significaba una cosa. Iba a comprarlo ya estaba lo suficientemente convencido como para hacerlo, esa era la actitud que quería que tuviera el esclavo que fuera a tener, no le servia alguien que fuera débil, sino alguien fuerte, terco y rebelde. Con esos podía divertirse al máximo.

- Bueno, me haz convencido por eso te comprar Tahir-kun- dijo mientras se paro y le revolvió los cabellos de la cabeza mientras sonreía.

Sin apartar la vista del joven, miró como se levantaba siendo conciente de sus palabras. "¿juguete?", "¿compraré?". Abriendo un poco los ojos al entender su nueva situación, elevó uno de sus brazos para tomar la mano del pelinegro. Deteniéndolo al instante de cualquier otro movimiento.

-....¿Ah?...¿Que-qué dices?....-

Sin duda no era ningún un día parecido a la rutinaria monotonía de su vida en Hanori. Era la primera vez que un cliente anunciaba en comprarlo. Al no saber como actuar en tan drástico cambio de simples decisiónes, se había prácticamente "congelado" sin saber que decir...

-...¿Vas a comprarme?....-

El peliazabache le miro mientras alzaba una ceja, ¿acaso aquel chico no le creía?, le compraría aunque no quisiera, le daba igual que pataleara, llorara o armara una rebelión, le compraría. Ya lo quería tener para su uso personal, seria entretenido tener un chico como aquel.

- Si te comprare, no vas a poder negarte pequeño- le dijo con una sonrisa entre sus labios, ya tenia el dinero suficiente solo tendría que decirle al vendedor que lo quería a ese chico, pagar por el y ya lo tendría entre sus garras para hacer lo que se le plazca con el.

- Bien, ahora solo debo ir a pagar por ti- dijo con una sonrisa que pareció algo burlona, luego dejo de sonreír y miro al chico con total tranquilidad, se paro del sillón y se dirigió a donde debía para decir a quien quiera comprar, después de tantos dias ya se habia decidido por alguien.

Al momento de ver como se marchaba el pelinegro, no pudo despegar sus ojos de la fina espalda del joven. Ni siquiera había escuchado las anteriores palabras que sin duda afirmaban lo que ya sospechaba. Lo comprarían. Tan drásticamente y sin darle tiempo de pensarlo habían decidido su nuevo destino. La velocidad de las decisiones por el desconocido pelinegro lo habían dejado en un estado de "inmovilidad" sin poder articular ni una sola palabra.

Levantándose algo inseguro del cómodo sillón, caminó unos pasos tambaleantes hacia la puerta de la habitación de muestras, la cual siempre permanecía abierta en el sentido de que nunca le habían puesto su correspondo cerrojo. Ya que no era necesario. Hanori era como su hogar, y tantos años de vivir en la empresa, le era incomprensible imaginarse una vida fuera de la corporación. El temblor de sus piernas subió hacia sus brazos al recargas las palmas de su mano en las vidrieras del mostrador. Simplemente el "exterior" le intimidaba de sobremanera...

-.........-

Ya estaba todo hecho, ahora solo debia buscar a su "juguete". Fue caminando con tranquilidad, hasta que vio que el menor no se encontraba en el sillón. Estaba parado y parecia verse algo palido y debil. Llego hasta el y le agarro para que no se callera al suelo. Puso la palma de su mano sobre la frente del joven para ver si tenia fiebre, no tenia... talvez estaria nervioso, era lo mas seguro si nunca habia salido de alli.

- Kufufu, eres un chico muy interesante- dijo mientras se reia levemente y le seguia sosteniendo, le acaricio la cabeza para tranquilizarle un poco. Estaba bien mimar un poco a su nueva "mascota, no queria tenerlo tan asustado o nervioso. No era de los que les gustaba intimidar demaciado.

- Ya eres mio pequeño- le susurro en el oido mientras seguia sosteniendole para que no callera al suelo, parecia estar un poco debil. DE seguro ese chico queria conocer el mundo de afuera, Mokuro no dudaria en mostrarle como era este.

Despertó de su pequeño "trance" al momento de sentir como el pelinegro lo sostenía entre sus brazos. Manteniéndose por unos momentos en completo silencio y sin despegar su mirada y atención de los ojos del otro. Se llevó una mano hacia su propia mejilla para pellizcarse la mejilla con fuerza...

-...hn-

Apenas emitiendo un pequeño gemido por "autopellizcarse" como rápido método de despertar sus sentidos. Retiró las manos del pelinegro para tomarlo efusivamente de los hombros y acercar ambas rostros a una corta distancia.

-¿Acaso me has comprado?-

Aquel chico seria divertido, parecía estar algo impresionado por lo que habia. El peliazabache solo sonrio levemente ante las acciones que hacia el menor, de verdad que le resultaba un tanto fascinante, era como haberse comprado una especie de mascota con la que podía hacer todo tipos de cosas. Sintió como le tomo de los hombros con algo de fuerza, como intentando averiguar si eso era real y ojiazul levanto una de sus manos y agarro la nariz del chico, apretandosela para que no pudiera respirar por la nariz.

-Si por supuesto, no miento- dijo con algo de seriedad y luego le solto la nariz para que pudiera respirar normalmente.Luego se rio entre dientes mientras miro al joven y le acaricio la cabeza levemente para que se tranquilizara un poco, de seguro estaría algo sorprendido o "asustado".

- Tranquilo cuidare bien de ti- se acerco con suavidad a una de sus orejas y se la mordió suavemente y luego le lamio el lóbulo, aquello si que habia sido rápido. Luego miro al chico y sonrio de una manera zorruna, Mokuro era todo un pillo.