Todo estaba muy oscuro, no se escuchaba un solo ruido en todo el pasillo. Solo una figurilla temblorosa permanecía encogida usando la pared como respaldo. Tenía en las manos un objeto alargado que tomaba con los 2 puños a la altura de su pecho, como si se tratara de un tesoro valioso. Para muchos de los esclavos, había un objeto especial, algo suyo, mejor dicho lo único que realmente era suyo, y serian capases de mucho por conservarlo. De eso se trataba lo que el pequeño esclavo tenía entre sus manos, pero no era un muñeco de peluche como la mayoría tenia, tampoco un accesorio, sino un instrumento, una flauta de madera que se le había permitido tener, pese a que en sus clases de música instrumental le asían usar una flauta profesional, también tenía su preciada flauta de madera con él.
Esa tarde antes de ir a dormir, se había dado cuenta de que no la llevaba, recordaba haberla usado en el área de recreación, quizás allí se habría quedado por descuido suyo. No estaba seguro de que lo había impulsado en verdad a salir de su habitación para buscarla, si el cariño que le precisaba al instrumento de madera o el temor de ser castigado por perderla. Nunca había sido la clase de esclavo problemático que hacia esas cosas, pero ahora allí estaba, sentado en medio del pasillo, temblando porque el fugaz momento de seguridad que le había permitido realizar tal proeza se había desvanecido y ahora tiritaba hecho un manojo de nervios. Sume odiaba la oscuridad y ahora por descuido se encontraba inmerso en ella.
No era muy tarde pero el movimiento en esa área se había detenido. Cerró los ojos con fuerza y trago saliva, pero justo entonces una luz azulada le dio en la cara. Por una de las ventanas altas del edificio entraba radiante la luz de la luna llena, iluminando parte del pasillo. Unas cuantas nubes se habían apartado y ahora la luna brillaba en su esplendor. Aprovechando su racha de surte se levanto con precaución y se coloco donde había más luminiscencia. Ahora volvería silenciosamente hasta su cama sin buscar problemas, solo esperaba no toparse con alguien en el camino, aunque eso era poco probable.