| Zados: La Isla del Pecado Foro de temática Yaoi |
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| ¿Ve algo que le guste? (Priv.) | |
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Angelo Cieco Esclavo en venta
Mensajes : 23 Precio : 35 mil $ Edad del personaje : 16
| Tema: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 7:44 am | |
| …otro día más expuesto en Rozen… era verdaderamente aburrido… notaba, por el leve retumbar del suelo, y el leve sonido de los pasos que le llegaban a través de la vidriera, como la gente caminaba ante él… pero no llegaba a percibir que nadie se detuviera… mejor para ellos. Ya estaba harto de ir de en viejo verde a otro viejo, aún más verde, y darles una buena lección… ¿Por qué la gente era tan estúpida? ¿Creían que por ser ciego ya podían hacer lo que quisieran?… ahh… tan estúpidos… como disfrutaba cuando oía sus gritos de terror cuando una nueva desgracia inundaba sus casas. Era mejor que cuando oía los gritos de las películas de terror, porque eran en vivo y en directo, y él, de una forma u otra, era el causante. Pero con la práctica cada vez se estaba volviendo más hábil y sibilino, y sus ex dueños no tenían pruebas para echarle la culpa. “Después de todo, soy un pobre ciego… ¿verdad?” pensó, sonriendo para sí. En verdad eran estúpidos.
Acarició suavemente su báculo, que era su único instrumento para guiarse, con agradables pensamientos de tortura y sangre para su exdueños, pero sin variar un ápice su expresión. Llevar su báculo en Rozen era ya más un costumbre que una necesidad, pues con el tiempo que llevaba allí, lo conocía ya como la palma de su mano.
Ya hasta se conocía toda la variedad de ropas que había allí. Y eso que no podía verlas, pero podía sentirlas, tocarlas, e incluso olerlas… hoy por ejemplo, le habían puesto un modelo que era bastante agradable de llevar si se hubiera estado asando de calor, pues era “muy ligerito”, pero no era el caso: las instalaciones tenían una aclimatación perfecta, para el bienestar de los clientes y de los esclavos. Nadie quería un esclavo constipado o sudando como un pollo.
Suspiró, y se apartó un largo mechón de su cabello que se había escurrido hacia su rostro, haciéndole cosquillas, y se lo llevó hacía detrás de la oreja. “Que aburrimiento…” pensó. “Si por lo menos pudiera torturar algo u oír alguna película de terror” pensó desanimado. A veces, cuando estaba muy desesperado, y le daban algún peluche para realzar su aspecto inocente y puro (nada más lejos de la realidad), era tal su desespero que les arrancaba la cabeza a los peluches, ganándose una buena bronca, pero logrando entretenerse aunque fuere un poco.
Notó como una de las tiras de su top caían por su hombro, y se apresuró a ponerlo en su sitio, ya que le ponía nervioso. Sobre todo, porque notaba que con lo fina que era la tela sería bastante transparente, mostrando buena parte de su torso. “Esto y llevar nada es lo mismo” pensó, distraídamente. Y que decir de lo que llevaba puesto en su parte inferior… era una falda larga, pero abierta enormemente a los lados, mostrando la blancura de sus piernas, y de ropa interior… casi agradecía ser ciego al no ver algunas cosas. Era un maldito tanga. Los detestaba. Además, ¿algún día le vestirían de negro? No lo podía ver, pero sabía que siempre le vestían de blanco. Y le faltaba poco para que el blanco le produjera alergia… era un color tan… tan… puro. Todo lo contrario a él.
De repente, se quedó muy quieto al notar unos pasos que se acercaban a su zona de muestras… era pasos muy leves, más leves que los habituales, por lo que quería decir que era una persona o muy delgada, o muy pequeña, o muy joven… o un poco de todo. El ruido se detuvo, indicándole que alguien se había parado justo en frente.
-… ¿ve algo que le guste, señor?- preguntó, en un tono tan vacío e indiferente, como lo que transmitían la blancura lechosa de sus ojos ciegos. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 8:30 am | |
| ¿¡Qué!? ¿Ir a comprar un esclavo? ¿A qué venía eso y por qué? No necesitaba nada igual teniendo sirvientes y mayordomos, ¿para qué querría uno de esos? ¿De qué le serviría? Chasqueó la lengua y colgó el teléfono de mala manera. Había estado hablando con su tío, sí, ese que siempre le decía que se comprara un esclavo, pero aun se preguntaba la razón del por qué quería que se comprara uno, ¿de qué le serviría? Se quedó con el entrecejo fruncido y cruzado de brazos y piernas, sentado en su sillón negro, mientras que sus sirvientes iban arreglando la mansión, como de costumbre, aun que su mayordomo se encontraba a uno lado de él. ¿Por qué estaba inquieto? Si estaba bien claro que no quería ir a comprarse ninguno... Al menos no el.
-¿Sabe joven amo?- Empezó hablar su mayordomo con voz tranquila y pacifica. -No estaría mal que fuera a mirar, al menos solo a eso, así, puede que su tío no le vuelva a llamar más por esa razón.- Le quiso aconsejar mientras que sus ojos negros se posaban encima del único parpado visible del menor.
Se quedó mirando a su mayordomo, bueno, quizá vaya mirase y se fuera, así podría decir que no le interesaba ninguno y eso era, pero puede que por mirar tampoco estaba demás, aparte que... Nunca había ido a ese lugar, y cierta curiosidad le revolvía el estómago. Asintió y se levantó del asiento, observó a su mayordomo y le indicó que vaya preparando el auto para partir allí. Bien, si quería que mirase lo haría pero no compraría nada... A los minutos ya se encontraba sentado en el asiento de atrás de su vehículo, con los brazos cruzados y su pupila clavada en la ventana, observando como todo pasaba con velocidad. Parpadeó pesadamente, diciéndose una y otra que vez que solo iba allí a mirar no para nada más... Solo eso, es más, aun seguía diciéndose así mismo que para qué quería un esclavo... Supuestamente era lo mismo que tener un sirviente, ¿no? Rodó su pupila en otra dirección, llevándola hacia delante, cual ya hacia su mayordomo conduciendo con precaución.
Dos semáforos más y el auto se detuvo delante de una tienda, había oído hablar de la tienda de Hanori, pero como nunca le había interesado... En cuando salió del coche se fijó mejor en donde estaban; Rozen. ¿Rozen? ¿Rozen no era el lugar donde estaban los esclavos “inútiles”? Miró al mayordomo de mala manera, pero poco le apetecía discutir por una tontería, de igual modo no importaba, solo era ver e irse... no más. Un, dos, tres pasos más y ya se encontraba dentro de la tienda, un lugar iluminado, en donde la gente pasaba miraba lo que había dentro de aquellas cajas de cristal, observando en su interior los esclavos que pedían que le sacaran de allí, una escena ridícula... Fue mirando con desinterés las cosas que habían, algunos intentando llamarle su atención pero ni modo... Sin embargo, escuchó una voz al pasar delante de una vitrina... Una voz que llegó a llamarle la atención, cosa que llevó su pupila hacia el rabillo del ojo, mirando con cierto desdén a aquel quien había hablado. Encontrándose con un joven de cabellera larga y rubia. En un principio pensó que esas palabra no iban dirigidas a el, pero al no ver nadie más en aquella vitrina entonces supo que eran para el.
Se giró para poder contemplar al otro, cual no le prestó mucha atención solo que no le había gustado eso de que le llamara “señor” ¿tan grande se veía? Alzó una ceja y se cruzó de brazos. -¿Tan mayor me ve...?- Pero se detuvo al darse cuenta de los ojos ajenos, vaya... estaba... ciego. Resopló y se aguardó el comentario para sí mismo, pero volvió a despegar sus labios ante la pregunta del otro. -No, no veo nada interesante ni que me guste.- Contestó secamente, como de costumbre en el, observando con desinterés al chico que se encontraba al otro lado del cristal. Miró a aquel chico algo aburrido, pero más bien se fijaba en aquellos ojos sin vida, cual fueron esas pupilas que le llamaron la atención, pero no tardó mucho en retirar su pupila a otra dirección. | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 9:03 am | |
| -¿Tan mayor me ve...?-
Le oyó decir hasta que su voz se cortó súbitamente. “Ah, se acaba de dar cuenta de que soy ciego…la misma historia de siempre… ahórrate las delicadezas: que no digas la palabra ciego no hará que vea aún menos…” suspiró para sí, algo irritado. No quería la lastima de nadie, ni su consideración. “O no es muy observador, o no es muy listo” resumió mentalmente.
Además era joven. Su voz le delataba, así como su carácter. Lo notaba entrañablemente voluble a sus emociones y sentimientos. Y con poca paciencia… en fin, quizás se había separado “de papa y de mama”. Pobre muchacho… buah… sentía ganas de vomitar.
Pero como siempre, ninguno de esos pensamientos se mostró en su rostro, y siguió con esa pasiva expresión de indiferencia y hastío absoluto.
-No, no veo nada interesante ni que me guste- contestó a su pregunta, tras oír como resoplaba.
“¿Entonces que haces aquí, y parado ante mi vitrina?” le hubiera gustado decir, cargado de ironía, pero seguía en Rozen… y había que aparentar las formas.
-Entonces se debería dedicar a hacer otras tareas que estar aquí, joven señor- le aconsejó, en un tono meloso. –Y además, perdone mi indiscreción, pero no creo que alguien de su… edad, deba gastar el dinero de sus padres, en esclavos de Rozen- comentó con suavidad. –Debería irse a Hanori si quiere esclavos de calidad-
“Vete, y déjame aquí, con mi hastío habitual” deseó mentalmente, algo irritado de esta absurda conversación. Casi prefería el aburrimiento que hablar con ese crío mimado. Si tuviera algunas velas negras, un muñeco de paja y un mechón de pelo de ese chico, ya lo estaría maldiciendo. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 11:07 am | |
| Alzó una ceja ante tal inesperada respuesta, oh, al parecer aquel joven iba de “malas” por la vida, eso era lo que menos le gustaba. Frunció el entrecejo a la vez que negaba con el rostro y se encogía de hombros. -Poco me interesas para poder mirarte fijamente.- Mencionó con cierto toque de sarcasmo en su voz, cierto era, no le interesaba, así que poco le miraría pero daba la casualidad de que se había fijado en aquellos ojos sin vida, solo eso, pero... ¿lastima por él? Para nada, ¿por qué iba a sentir lástima por un “mocoso” como ese? Rodó su pupila hacia otro lado de aquella vitrina en donde el otro estaba, sin embargo, esa voz suya hacia que le volviera a mirar pero no de muy buen gusto. De otra grosería, ¿qué pasa es que no le enseñaban modales a ese tipo o qué? Bueno, si tenían que hablar de modales... Que digamos el no tenía muchos pero que se le va hacer. Pero ahora que escuchaba su pregunta se quedó pensativo, tenía razón, ¿Qué demonios hacia delante de su vitrina? Ah claro... -Por qué será...- Masculló como si estuviera buscando alguna respuesta, pero lo único que hacia era para “burlarse” del otro. -Oh, claro, no pensaba que hablabas solo.- Mencionó encogiéndose por una vez más de hombros, refiriéndose a lo de antes, claro, el no se hubiera detenido si el otro no le hubiera preguntado y ahora no estaría allí “discutiendo” con ese... .
Sin embargo, ante dicho comentario ajeno llegó a fruncir más el entrecejo, llegando a arrugar la nariz, ¿De qué iba diciendo dónde debería gastar su dinero? El otro no tenía derecho a decir esas cosas... No tenía derecho a nada... -Yo gastaré el dinero en donde quiera, como quiera y cuando quiera.- Contestó con la voz severa y algo malhumorada, sí, con aquello se había molestado, no le gustaba que le dijeran las cosas como las tenía que hacer, ya era suficiente mayor para saber cuidarse de sí mismo y poderse gastar el dinero con lo que le venga en gana, no un simple esclavo le irá dando “consejos” a alguien como el. Chasqueó la lengua y caminó un paso hacia delante, quedando un poco más cerca de la vitrina de cristal, observando con desdén al esclavo que había dentro. De nuevo esa voz del otro, cual se clavaba en sus tímpanos y resonaba por su cerebro una y otra vez. Ahora sí que se había pasado, ¿le había dicho que se marchara? Eso sonaba una “orden” y sin más pasó su diestra por sus cabellos plateados, colocándose bien aquella coleta que colgaba de su hombro izquierdo, cerrando por un segundo su parpado y volverlo abrir con tranquilidad. -¿Y qué pasa si no quiero irme?- Preguntó pero no esperó respuesta de parte del otro ya que prosiguió con lo suyo. -Al fin de cuantas... Puedo hacer lo que yo quiera, y tú...- Masculló llevando su mano derecha hacia el cristal, en donde con sus nudillos golpeo suavemente esta. -No puedes hacer nada.- Finalizó.
Le estaba tratando como si fuera un animal encerrado en una jaula, intentando provocarle golpeando el cristal, como algunos animales que se enfurecían cuando hacia eso, pero en este caso venía acompañado de palabras indeseables. Ahora, en vez de los nudillos colocó el dedo índice y empezó a trazar dibujos sin sentido, mientras que en su rostro se dibujaba una pequeña sonrisa burlona del cual iba dirigida al otro, pero claro, como no podía ver... -Que lastima... ¿verdad? No puedes salir de aquí... Y si sales será para obedecer a alguien, es una pena no poder disfrutar de tú propia vida...- Lo último lo dijo con desdén, sin importarle mucho. Ahora estaba de ese modo por que el otro le había echo enfadar y claro, lo que el hacía era pagar siempre con la misma moneda... Resopló y apartó el dedo del cristal para poder llevar sus dos manos detrás de su nuca. -En fin... Ahí te quedas... Ya me empiezas aburrir...- Soltó un bostezo descaradamente, pero haciéndolo en voz alta para que el otro le escuchara y sin más retrocedió un simple paso, se giró hacia la izquierda y caminó dos pasos, dispuesto a pasar de aquella vitrina. Ahora no sabría decir si se había quedado bien al decir todo aquello a ese “mocoso” pero que se le va hacer, se lo merecía por haberle dicho semejantes cosas... | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 11:46 am | |
| -Poco me interesas para poder mirarte fijamente-
“Pues lárgate…” pensó. Ojala hubiera tenido un peluche entre sus manos… se hubiera desahogado destrozándolo, imaginando que es impertinente chaval era su victima de torturas.
-Lo que tú digas…- concedió en voz baja, con un leve cabeceo, en tono conciliador. De engaños vivía, después de todo. Y ese chaval solo otro al que estaba engañando.
-Por qué será… Oh, claro, no pensaba que hablabas solo-
Estaba visto que el chaval no sabía engañarlo muy bien, si eso era lo que pretendía. Realmente era pésima esa explicación. Si hubiera quitado el sarcasmo, principalmente hubiera sido más creíble. Aunque por encima de todas las cosas, hubiera preferido que ese pobre niño rico no hubiera abierto la boca. Eso sería lo perfecto…
-No estaba hablando solo, joven señor… oí como os parabais ante mi vitrina, por eso os pregunte- respondió, en tono educado. “Capullo… soy ciego, que no imbécil” pensó, mientras le decía esas palabras. Le hubiera estampado con gusto el palo de su báculo en la cabeza… a ver si así le surgían las ideas: a base de golpes… e incluso podría hacerle sangrar, e inundar el lugar con el olor metálico de esa sustancia vital que hay en todos los seres humanos… incluso en los que parecían más inhumanos, y que le parecía tan atrayente desde pequeño.
-Yo gastaré el dinero en donde quiera, como quiera y cuando quiera-
Levantó las manos, en gesto inocente e indiferente, dándole la razón en silencio. “Hmf… poderoso caballero es Don Dinero…” pensó son verdadero desprecio. ¿Y porque seguía hablando con él? Y si ese chaval lo encontraba tan irritante, como irritado sonaba, que se diera media vuelta y que no volviera, ¿os que no tenía nada que hacer? Algo normal, en los de su calaña. Tenían montañas de dinero, pero la mayoría de las personas no sabían como lo acaban obteniendo.
-¿Y qué pasa si no quiero irme? Al fin de cuantas... Puedo hacer lo que yo quiera, y tú... No puedes hacer nada- cuando golpeó el cristal retrocedió un poco sorprendido por el súbito ruido. Pero rápidamente se enderezó, y sin mostrar una variación de expresión en su rostro. Pero por dentro estaba que bullía de indignación e ira. Dios, estaba en plena contradicción: no quería que le comprara un bastardo como ese, pero por otro lado, quería que lo comprara… y aunque le costara caro pensaba darle una buena lección de humildad. Una muy buena…
Oyó como su mano, o su dedo, seguía tocando el cristal de la vitrina, haciendo un ruido muy molesto para sus finos oídos.
-Que lastima... ¿verdad? No puedes salir de aquí... Y si sales será para obedecer a alguien, es una pena no poder disfrutar de tú propia vida...-
Corrección: esa voz y esas palabras, resultaban aún más irritantes que el ruido que generaba en el cristal.
-En fin... Ahí te quedas... Ya me empiezas aburrir...-
Por primera vez hubo un amago de expresión en su rostro, al crearse una leve sonrisa que haría palidecer al diablo.
-Ohh…- se acercó al cristal, gateando como un felino cazando, al oir como se alejaba. -¿Qué no tengo vida…y que te aburro? - susurró, peligrosamente suave, riéndose por lo bajo de manera escalofriante –Cierto, no tengo vida… pero no hay nada que me haga disfrutar más que maldecir la vida de otros… ¿lo sabías? He sido devuelto multitud de veces… dicen que estoy maldito- sonrió por ultima vez, y retrocedió hasta su posición inicial, borrando de nuevo toda expresión en el rostro. –En fin… que tengáis un buen día, joven señor… pero después de conocerme, dudo que lo tengáis… y me alegro por ello- le auguró, sombríamente. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 12:55 pm | |
| Otro paso más y escuchó de nueva cuenta la voz ajena, ¿otra vez en sus andadas? Se paró en seco y giró un poco la cabeza para mirar el cristal por encima del hombro, fijándose en como este mismo gateaba como si de un depredador se tratase, apunto de abalanzarse contra su presa. Alzó una ceja y se le quedó mirando, ladeó un poco la cabeza al ver aquella... cínica sonrisa en esos labios para después escuchar aquella risa que parecía que su piel se erizara por completo. Sacudió un poco la cabeza y volvió a dar pasos hacia atrás para poder quedarse delante de él, pero se puso de cuclillas para estar a su altura. ¿Maldecir? No, en esas cosas no creía ni le importaba, así que se encogió de hombros a la vez que cerraba su parpado. -Poco me importa.- Aclaró confesando como si nada mientras que desde sus labios se le escapaba un pequeño suspiro. -No creo en esas cosas y tampoco me interesa tu vida.- De nuevo llevó sus dos manos detrás de su nuca, acariciando por encima su cabello, tan solo un fino tacto de la yema de sus dedos pasar por su piel y cabello, así seguidamente, como si de un masaje se tratase.
En cuando el otro volvió a su posición normal el hizo lo mismo, se puso en pie y colocó su mano izquierda sobre su cintura a la vez que ladeaba la cabeza, maldiciones... chorradas, eso no existía, o puede que si, quien sabe. De todas formas no le importaba, y al escuchar la “cálida” despedida del otro no pudo evitar sonreír de manera burlona. -Oh, claro... Bueno, de seguro que lo tendré mejor que tú.- Se volvió a reír de él, normal, a aquellas personas con quien osa atreverse a meterse con el “sufrirá” sus irritantes palabras, y por supuesto que no será una excepción aquel esclavo, sobre todo sabiendo que era de esa categoría, una de las más bajas. Aun así... Pese que ese “mocoso” le sacaba de sus casillas seguía “hablándole” pero no de la manera más adecuada, pero aun así permanecía delante de la vitrina a pesar que hablar con aquel tipejo le era sumamente inútil, al fin y al cabo... ¿Para qué quería hablar con alguien como él? Arrugó la nariz y deslizó su pupila por los alrededores, encontrándose con uno de los guardias de seguridad, sonrió de manera picara y miró al esclavo para después irse hacia el hombro, del cual le susurró cierta cosa. A los segundos volvió a donde estaba el otro pero en este caso con cara de decepción. -Angelo...- Masculló suavemente mientras que volvía a repetir ese nombre. Se cruzó de brazos y negó con el rostro. -Efectivamente ese nombre no te queda...-
No, claramente aquel nombre no le pegaba a ese pequeño demonio, es más, si llega a ser por el le hubiera llamado devil o algo por el estilo... Agitó un poco sus alas para después llevar su mano derecha sobre su mentón, sí se aburría y tampoco tenía nada que hacer, así que se quedaría allí un rato más, molestando al otro, así que de nuevo su dedo pasó por el frío cristal, trazando de nuevo extraños dibujos que ni el mismo sabía lo que eran. -Oye... ¿Qué se siente al estar encerrado?- Preguntó con curiosidad pero más bien para fastidiarle un rato, estaba claro que no se irá de allí hasta haberse “divertido” un rato más con aquel joven o al menos quedarse satisfecho ante sus palabras. -No es divertido, ¿verdad?- Habló de nuevo sin esperar respuesta de la primera pregunta, además... ¿Qué sabrá el mismo de diversión? Si se pasaba la mitad del día haciendo su trabajo para pensar en divertirse... Pero bueno, daba igual, solo lo decía para poder fastidiar un rato a aquel que se encontraba dentro del otro lado del cristal. Dicho eso, inevitablemente sonrió de nuevo, pero una sonrisa burlona y llena de sarcasmo, estaba claro que quería pagar a aquel chico por lo que le dijo, sí, en cierto modo era vengativo. | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 2:01 pm | |
| -Poco me importa… No creo en esas cosas y tampoco me interesa tu vida-
-Eso dijeron todos mis antiguos dueños… hasta que me devolvieron…- se encogió de hombros. Divina inconsciencia la de ese joven señor. Le haría ver cual grande era la maldición si le compraba… había tantas formas de hacer sufrir a las personas, que con solo estar un tiempo a su servicio sabría las consecuencias de menospreciar a las personas malditas. Ya se estaba deleitando mentalmente ante lo que le podía hacer…
-Oh, claro... Bueno, de seguro que lo tendré mejor que tú.-
“Yo no estaría tan seguro, niño pijo” pensó malicioso para sí. Además, él estaba metido dentro de ese sitio, ¿Cómo iba a tener u buen día? Todos los días eran lo mismo, aburridos, oscuros, monótonos… pero no tenía desgracias, como auguraba a ese chico, y deseaba que tuviera.
Le oyó alejarse, y alzó el rostro, extrañado de que tan altivo personaje ya se fuera y se diera por vencido. Pero bajo de nuevo el rostro al oír que volvía… y le oyó susurrar su nombre. “Ah… debe haberlo preguntado…” pensó, con el mismo interés con quien ve el tiempo del día. ¿Cuál sería el suyo? Saber el nombre de sus victimas era algo básico a la hora de maldecir en los rituales de magia negra… bueno, ya se lo sonsacaría, por ejemplo ahora, tras sus últimas palabras:
-Efectivamente ese nombre no te queda...-
-Lo sé, pero es lo que hay…- se encogió de hombros. –Si no es indiscreto preguntar… ¿Cuál es el vuestro, joven señor?- preguntó, inocentemente.
Oyó el suave batir de unas alas y eso le dejó algo extrañado. “¿Un pájaro?... No… lo pájaros huyen de mi…” pensó, algo intrigado. ¿Entonces de donde procedía ese suave sonido que se producía cuando las livianas alas de los pájaros aleteaban contra el aire? “A lo mejor tiene un loro al hombro… de esos que hablan, y por eso es tan charlatán este crío…” suspiró, para sí, dándose por vencido. Tenía sus límites a la hora de averiguar ciertas cosas, y no servia de nada frustrarse por ello. A cambio de su ceguera podía oír cosas que a la gente normal le pasaba desapercibidas. Como conversaciones privadas… y ese tipo de cosas, de hecho se entero gracias a eso de los negocios ilegales que tenía uno de sus antiguos dueños, con el contrabando de cuadros famosos que habían sido robados… luego al día siguiente, y misteriosamente, esos cuadros habían aparecido pintados con sangre y rasgados. Ángelo fue devuelto a los pocos días. Y no hubo nada que le alegrara y satisficiera más que eso, aún a pesar de la bronca y el castigo que se llevo, por haber sido devuelto ya por incontable vez. Eran efectos colaterales, que estaba dispuesto aguantar para su disfrute personal.
Y hablando de efectos inesperados… ¿Por qué no se iba?
Es más seguía haciendo esos ruiditos en el cristal… y haciendo preguntas estúpidas como esta:
-Oye... ¿Qué se siente al estar encerrado? No es divertido, ¿verdad?-
-Me lo paso genial, ¿no lo ves? Sobre todo con la charla que estoy teniendo contigo, capaz de revivir a un muerto- respondió en un tono tan serio que sino fuera por su suspiro uno hubiera pensado que hablaba en serio. –Desde luego no es lo mismo a estar en una de las fiestas que organiza la alta sociedad, ¿verdad? Aunque se ve que tengo tanto tiempo libre como tú… lo digo por la manera en la que lo pierdes aquí conmigo… en serio, si no vas a comprar nada, lárgate- agitó la mano, para que se fuera, ya harto del chaval. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 3:00 pm | |
| De nuevo con su nombre... Pues... ¿Y si le pone uno el mismo? Bueno, no, que eso sería como tenerlo de su propiedad, y claramente no lo quería... Pero alzó una ceja ante su pregunta, ¿su nombre? No se lo dirá, no tenía por que saber su nombre, así que para que decírselo a alguien que solo estaría un rato allí para “hablar” y luego se iría, realmente lo veía como una perdida de tiempo aunque.. ¿lo que hacia no lo era? Sonrió por lo bajo y volvió a negar aun haciendo ruidos con el dedo índice en el cristal, como esos niños pequeños y curiosos que siempre golpeaban los cristales de las peceras. -No te lo diré.- Aseguró sonriente. Sin embargo su pupila bagaba por los alrededores, observando aquellas personas que se detenían delante de las vitrinas, observando a los esclavos, incluso algunos se paraban delante de aquel chico ciego pero solo por segundos, ya que rápidamente se marchaban de allí. ¿Tendrá razón el de cabellera dorada? ¿estará maldito...? ya que la gente rehuye de él. Se los quedó mirando, para después mirar al ciego, cual alzó una ceja y resopló, sí, ya empezaba a hartarse de quedarse allí mirando al otro sin hacer nada...
Bostezó de manera descarada y ante su respuesta sarcástica le miró y ladeó la cabeza nuevamente, para después, sin poderlo evitar, dejó escapar una pequeña risa, cual se cubrió sus labios con el dorso de su mano derecha. Ahora sí que le había echo gracia eso. Paró de reír en cuando escuchó lo último, de nuevo aquel mandato... Maldito crío... ¿De verdad que pensaba que le haría caso? Gruñó por lo bajo y dio un último golpe al cristal. -No me iré... ¿y... qué pasa si no quiero irme?- Preguntó mientras que se le quedaba mirando, como siempre con su típica expresión de malhumorado. No esperó respuesta y de nuevo golpeó el cristal, se notaba que se aburría. -Oye..- Le llamó de nuevo aburridamente, pero se le había ocurrido cierta idea que puede que se divierta con eso... -Te compraré.- Mentira, solo quería saber que tipo de reacción tenia el otro, solo por pura diversión...
¿Cómo actuará ante semejante afirmación, se lo creerá o no? Eso se tendría que ver, pero para hacerlo más realista llamó a uno de los encargados, pidiéndole que abriese la puerta del cristal y poder entrar el mismo allí. Y así hizo, una ven dentro el encargado cerró la puerta por si el esclavo se escapaba. Dio un paso hacia delante mirando ahora perfectamente al otro, ¿le interesaba? Para nada, solo quería divertirse un rato más, después se iría de allí con las manos vaciás, total desde un buen principio no iba a comprar nada, y no haría... -¿qué te parece la idea?- Le volvió a preguntar sonriente, acercándose un mero paso más, pero solo lo suficiente y manteniendo las distancias. Aun así, iba fijándose en lo que había en aquella sala, cierto que desde fuera se podía ver pero mejor era verlo en cuando estabas allí. Curioso miró lo que el otro contenía en aquel pequeño cuarto de cristal, tampoco era gran cosa, no sé como demonios podían convivir los esclavos en un lugar igual, de seguro que sería agobiante, aun que no hacía nada de calor, ni frío, se podría decir que se estaba bien allí. Después de mirar por encima de la “habitación” su pupila volvió a por el otro, cual se le quedó mirando con cierta sonrisa en su rostro, una sonrisa burlona pero como el otro no le podía ver, no sabía cual eran sus verdaderas intenciones... molestarle un rato.
Pero... no sabía si había echo bien en entrar en territorio del otro... Bueno, ¿Qué podía hacer un chico ciego? Que el sepa... nada. Llevó sus brazos detrás de su espalda y ladeó la cabeza en espera de alguna respuesta o reacción de parte del otro chico de cabellos rubios. | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Miér Jun 24, 2009 4:38 pm | |
| Ya sabía que por las buenas no le diría su nombre. Estaba empezando a pensar que le gustaba llevarle la contraria porque sí. Y por supuesto, con ello fastidiarle.
Pero le oyó reír y fue un sonido nuevo… hasta musical, saliendo de la boca del muchacho. No estaba acostumbrado a las sonrisas, más que nada es que no las podía ver, y menos a las risas. Y era un sentimiento que siempre le descolocaba.
Pero fue tan hermoso como efímero, por que rápidamente volvió a oír su gruñido. Algo a que ya se estaba acostumbrando. Como a su carácter… y este no sabia con que persona se estaba enfrentando… si le dieran 24 horas, una habitación, una cama, unas cuerdas o esposas, y algún que otro cuchillo, ya le enseñaría como era un verdadero carácter. Y de paso la definición de tortura y dolor.
-No me iré... ¿y... qué pasa si no quiero irme?-
Se encogió de hombros. No quería hablar, ya que se estaba hartando de su charla, y tenía la esperanzas de que si se callaba el otro chico también se callara y le dejara en paz, por aburrimiento.
-Oye…Te compraré-
Eso ya si que le descolocó. Alzó su mirada vacía hacia la dirección donde salía la voz del joven, y soltó un suspiro.
-Pero a ver… si te aburro, me lo acabas de decir, ¿qué ganas comprándome? Si quieres un juguete, te has equivocado de tienda- le soltó, lo más delicadamente posible.
Estaba bromeando. Si, sería eso. Un chico con un peculiar e irritante sentido del humor. Pero le alarmó un poco oír como se alejaba y se acercaron esta vez dos pares de pasos… y oyó como abrían la puerta de su vitrina.
Tsk… ¿iba en serio el chaval? ¿Tantas ganas tenía de provocarle? ¿Creía que meterse con un ciego era divertido, más que nada porque no esperaba una respuesta contundente?... agarró con firmeza su báculo, sonriendo sombríamente para sí. Le iba a enseñar el jarabe de palo que le podía llegar enseñar un ciego…
Notó por sus pasos, que estaba algo alejado, y comprobó satisfecho que cerraban la puerta tras el joven inconsciente.
-¿Qué te parece la idea?-
-¿Qué que me parece? Que sin duda habrás tenido mejores ideas que esta- negó levemente con la cabeza. –Ya te lo dicho… traigo desgracias a las personas… y tú no serás menos, te lo aseguro.- Y tanto que pensaba traerle desgracias si le compraba.
–Y si quieres fastidiarme, créeme que lo estas logrando… y nadie logra nada bueno fastidiándome… pero por fortuna para ti, aquí no puedo hacerte nada serio- suspiró apenado. Ojala tuviera esas 24 horas y los demás ingredientes de hacerle pasar una velada inolvidable al chico… ahora solo tenía su báculo, que podría utilizarlo para darle un buen golpe a su orgullo y a otra cosa… como su pierna. Atacó como una serpiente, tras haberse asegurado, a través de los ruidos que hacia el joven señor, de su posición. Su báculo golpeó por detrás de la pantorrilla del chico, haciendo que doblara la pierna, y cayera de frente, hincando la rodilla a tierra.
-Déjame recordarte algo… soy ciego, que no estúpido- dijo suavemente, como si fuera un niño pequeño.
Volvió a recoger su báculo y se volvió a quedar tan tranquilo, sentado en su sitio. Más tarde le echarían la bronca por su comportamiento… últimamente le estaba costando mucho contenerse a este tipo de provocaciones. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Jue Jun 25, 2009 5:26 am | |
| -Y no digo que no me aburras, pero despertaste mí curiosidad.- Mencionó encogiéndose de hombros mientras que se quedaba en donde estaba, parecía ser que aquello funcionaba, ¿el otro se lo estaría creyendo o simplemente le seguía el juego? Sonrió de manera burlona, como solía hacer siempre en cuando llegaba a “divertirse” Y de vuelta eso de las desgracias... Resopló y negó con la cabeza algo cansado de escuchar eso, vale, “traía” mala suerte y que, realmente le daba igual si estaba maldito o algo... Total como no se lo llevaría, le daba igual. ¿”Nada serio”? ¿Le estaba amenazando ese mocoso? Arrugó la nariz a la vez que fruncía el ceño, ¿de qué iba? Eso sí que no le había gustado nada, como la mayoría de cosas, pero eso de que le vayan amenazando... no lo soportaba, para nada. Gruñó un tanto, observando con sumo desdén al otro, realmente era odioso... Aun así todo pasó demasiado deprisa, tanto que no le dio tiempo a actuar como era debido. Observó como el otro a ciertas velocidades, hasta que cierto golpe detrás de la pantorrilla, haciendo que su equilibrio se perdiera y cayera hacia delante, cual se quedó “arrodillado” Todo había sido rápido, se quedó completamente aturdido por ello, pero a los segundos reaccionó, sacudiendo la cabeza y volviendo a quedar en pie. Maldito mocoso....
Apretó los dientes mientras que le observaba con rabia, y ante el comportamiento del otro le hacia que se enfadase más ya que el rubio se comportaba como si no hubiera echo nada... Arrugó la nariz para después observar a su alrededor, no, no había... nada... por un decir, nada que pudiera utilizar... Pero... miró de nuevo al otro y observó el báculo que poseía, aquel objeto con que le había golpeado segundos atrás. No estaría mal si se lo arrebataba, pero, ¿cómo? Vale que el otro no podía ver pero si escuchar... Así que tendría que “jugar” a su contra... Sonrió ampliamente de manera maliciosa, sí, ahora lo que tendría que hacer era causar ruidos por varios lados para que el otro se confundiera y no pudiera escuchar sus verdaderos pasos. Bien, podía hacer ruido con sus llaves, así que las sacó y las removió, como si de un cascabel se tratase. A medida que fue haciendo ruido con las llaves se fue acercando paso a paso al otro, pero claro, el otro podía saber que se le estaba acercando por el sonido de las llaves al estar de cerca. Entonces lanzó las llaves contra el cristal, aprovechando los murmullos de la gente ante el susto que se habían dado, y ya....
Lo tenía a un palmo cosa que extendió sus manos y de un rápido movimiento le arrebató el báculo, cual lo sostuvo entre sus manos y se lo quedó mirando, oh, claro esta que después de poseerlo retrocedió para que el otro no se le ocurra nada estúpido. Miró por encima ese objeto, era raro... ¿para qué quería tener un báculo de esos? Alzó una ceja mientras que caminaba en dirección a sus llaves. -Eres raro... ¿Para qué quieres esto? ¿Para golpear?- Le preguntó refiriéndose al objeto que poseía en esos momentos. Bien, le había arrebatado su “arma” así que ahora poco podía hacer, así que más le vale que no le moleste mucho, si no, utilizará el báculo contra su propio dueño; el rubio. | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Jue Jun 25, 2009 1:08 pm | |
| Se había quedado muy calladito con el golpe de humildad que acaba de recibir. A lo mejor se había hecho daño… no, por desgracia, el metálico y característico olor de la sangre, que tanto le fascinaba, no llenaba el aire.
“¿Ha sido demasiado para su orgullo? Oh, pobrecito…” pensó con malicia. Pero tampoco oía el ruido de llantos, y tampoco el olor salino de las lágrimas…
Creyó percibir como se levantaba, y a los pocos segundos el ruido escandaloso y metálico, llenaba el aire. Esbozo una leve mueca de fastidio. ¿Qué pretendía? ¿Pensaba vengarse creándole un dolor de cabeza? A este paso lo lograría, pero antes le daría otro buen palo, esta vez en la cabeza… porque a pesar del ruido notaba como se acercaba, y su posición… demasiado cerca para su gusto. De repente el ruido cesó, pero algo silbó en el aire y golpeo contra el vidrio, sobresaltándolo a él, y a la gente que caminaba afuera del lugar, por los gritos que oyó.
-¿Pero que…?- le iba a regañar, como haría con un niño pequeño y especialmente tonto e irritante, cuando sintió como su báculo era arrebatado de sus manos.
-¡Eh!- protestó. Oyó como se alejaba y chasqueó la lengua, con fastidio y resignación… si hubieran estado a solas se hubiera acercado a él y le hubiera dado una buena, pero aunque no veía notaba que había demasiado público cerca… se llevó una mano a la cabeza, no creyendo que fuera tan infantil, provocando que algunos mechones rubios cayeran en su rostro.
-Eres raro... ¿Para qué quieres esto? ¿Para golpear?-
Soltó un suspiro ante su pregunta, que le confirmó, por su lejanía, que no estaba fácilmente a su alcance. Se apartó en un gesto paciente y delicado el pelo que había caído sobre su cara y contestó:
-Bravo genio, ¿de que prestigiosa universidad has salido?- felicitó con sorna. –Solo golpeo con eso a los chicos mimados, irritantes y prepotentes… por lo demás es un mero instrumento de guía, ya sabes, aparte de raro y maldito, soy ciego así que… ¿me lo devuelves, por favor? No es un juguete- explicó con la suavidad del terciopelo, pero con la dureza de un látigo.
“Viva el futuro de esta sociedad… encontrarme con gente como él no hace sino motivarme de que hago lo correcto al infundir el terror en sus vidas” pensó. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Sáb Jun 27, 2009 8:32 am | |
| Pese al comentario del otro ni le miró, ¿para qué? Solo observó el objeto que poseía entre sus dedos, mirándolo con cierta curiosidad hasta que escuchó su pregunta, ¿devolvérselo? No, no se arriesgaría a ello, le había golpeado antes, que por cierto, estaba claro que le había echo daño, pero se lo aguardó para sus adentros. Y ahora no cometería el mismo error que antes, así que no le devolvería el báculo, además, poco lo utilizaría encerrado en una vitrina de cristal. Sonrió para sus adentros y soltó un quedo suspiro. -No te lo devolveré, no hasta que me vaya.- ¿Y cuando pensaba irse? Ni el mismo lo sabía, solo hasta que el otro haya aprendido la lección, aun que... tampoco podía hacer gran cosa, no al menos allí, que la gente se les quedaba mirando curiosos, esperando a que hicieran alguna cosa como si de animales de circo se tratasen. Eso no le gustaba así que decidió irse mejor de allí, solo quería molestar al otro, pero quizá ya era “suficiente” ¿suficiente? no...no había tenido suficiente, ¿pero qué podía hacer allí? Nada. Arrugó un poco la nariz para después resoplar pesadamente, que se le iba hacer...
Se giró un poco para poder contemplar mejor al esclavo, del cual le miró con ciertos aires de superioridad y de grandeza, por supuesto, el era mucho mejor que ese simple esclavo y no había más que hablar. Observó por última vez el “bastón” y se lo lanzó al otro, con ciertas intenciones de que le golpeara con su propia arma, por esa razón se lo lanzó con algo de fuerza y brutalidad. -Hay lo tienes.- Mencionó sin importancia para después irse hacia la puerta de salida, cual le hizo un gesto al señor de seguridad para que le volviera abrir la puerta, y en cuando lo hizo miró por última vez al otro y salió de su “territorio” Avanzó y otro hombre se le acercó, cual con su pupila visible se fijó en como aquel se frotaba las manos, eso quería decir que sería uno de los vendedores de eso sitio... Hizo una mueca de fastidio, de seguro que intentaría convencerle para que se lleve alguno, pero como no se llevaría ninguno...
-Buenas joven, eh visto que estaba mucho por ese esclavo de allí...- Dijo el vendedor señalando con la cabeza al esclavo ciego de cabellos rubiales. -¿Le interesaría comprarle?- Preguntó mientras que esbozaba una gran sonrisa en esos carnosos labios.
Lo sabía... sabía que ese tipo quería intentar convencerle para comprar uno de esos, solo resopló y colocó su mano derecha encima de su propia cintura y ladeó un poco la cabeza. -No me interesa, así que no lo intente.- Mencionó haciendo un pequeño gesto con la mano cual demostró así el poco interés que tenía ante comprar algo. Se echó a un lado para poder esquivar al vendedor y poder al menor irse de allí, si ni siquiera esperar a que el otro contestara, pero entonces se le ocurrió otra idea, claro, ¿no había dicho antes que le “compraría”? Pues... Sonrió de manera maliciosa y retrocedió de nuevo, quedando delante del vendedor. -Esta bien, me lo llevo...- Dijo en voz alta para que el otro le escuchase.
-Oh señor, de seguro que ah echo una buena compra...- Mentira, lo único que quería era librarse de ese esclavo, ya que eso de que estaba maldito no le gustaba mucho y siempre intentaba venderlo a cualquier costa.
Sacó la supuesta tarjeta que poseía, para hacerlo más realista, pero no quería comprarle solo era un simulacro. -Aquí tiene, la tarjeta.- Dijo pero no se lo entregó al otro, solo lo mantuvo en sus dedos mientras que miraba al esclavo para ver sus acciones, pero en cuando menos se lo esperó la tarjeta fue arrebatada de sus dedos, cosa que alarmado miró hacia el vendedor. -¡Oye!- Le gritó yendo tras él.
-No se preocupe señor, ahora acabaré, esperes allí.- Dijo el vendedor entrando en una sala cual cerró una vez dentro.
Maldijo en aquel momento su torpeza, pero no podía hacer eso, si no quería... Pero claro, al decir que si... ¡Genial, ahora tendría a “eso”! No, eso sí que no, no podría soportar la idea de tenerle en casa, en su casa.... Gruñó por lo bajo maldiciendo al hombre que le había “quitado” su tarjeta, pero al cabo del roto el vendedor salió con una gran sonrisa, pero al ver el rostro del menor se le cambió por completo. Le entregó la tarjeta y unos papeles por firmar. -Yo no quiero comprarlo, a sido usted quien me quitó la tarjeta.- Se quejó agarrando la tarjeta y aguardándola, efectivamente, no quería al otro.
-Lo siento señor, pero tiene al menos que esperar una semana para las devoluciones.- Dijo en un tono de “alegría” por haberse liberado de aquel esclavo. -Ahora mismo iré a que lo saquen de allí.- Y sin más se marchó.
¿y ahora qué... Tendría que esperar una semana entera para devolverle? Arrugó la nariz y frunció el ceño, bueno, lo dejaría en el jardín atado para que no se escapara, y en cuando pase una semana lo devolvería tal y como esta... Pero... ¿Por qué a el? Resopló y firmó los papeles de malhumor, ya verá... en cuando cumpla la semana lo devolverá... En cuando terminó se dirigió hacia donde el esclavo iba a salir, esperando a que este saliera de su vitrina. | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Sáb Jun 27, 2009 1:49 pm | |
| (U: la madre del cordero, que cacho post xDD siento que el mio no este a la altura)
-No te lo devolveré, no hasta que me vaya.-
“Genial…” suspiró.
Bueno, ya se lo devolvería, porque sino… pobre de él. Probaría a lanzarle un maleficio, aprovechando que se quedaba con su báculo, así la maldición sabría localizarle, ya que no tenía ningún pelo suyo ni su nombre… hmmm… hacia mucho que no maldecía a nadie. Estaba perdiendo práctica.
-Ahí lo tienes.-
Tan súbitamente como fueron dichas esas palabras, alzó las manos de manera instintiva y soltó un leve quejido de dolor cuando sintió como su propio báculo le golpeaba las manos.
“…le mato” pensó, con rabia muy mal contenida. –Os aconsejo que afinéis vuestra puntería, joven señor…- comentó, sin embargo en un tono muy comedido, y hasta amable.
Oyó como se iba y cerraban la puerta de su vitrina.
-Ah… se fue- suspiró aliviado, y un poco sorprendido de que se fuera tan pronto, cuando parecía disfrutar de lo molesta que era su presencia. Igualmente esta noche no se olvidaría, de que las oraciones que dirigía todas las noches hacia los Ángeles caídos ese chico fuera el protagonista de sus peores deseos.
Sin embargo, su fino oído captó que realmente no se había ido… estaba hablando con alguien.
“¿El encargado?” reconoció. Ese hombre estaba deseando librarse de él. “¿Le estará contando lo “malo” que he sido? El encargado se podrá feliz, ya que así tendrá una excusa para que me lleven a la Sala de los Castigos” pensó con una leve sonrisa de resignación.
-Esta bien, me lo llevo...- llegó hasta sus oídos.
“… ¿¡Qué?!” pensó incrédulo. ¿Pero acaso ese chaval tan repelente no había estado bromeando? ¿Es que iba en serio?
Y tan en serio. Notó como la puerta de su vitrina se volvía a abrir, y dos pares de pasos entraron, mucho más pesados que los de ese niño mimado, que se dirigían hacía él.
Le agarraron de los brazos y lo alzaron.
-Venga, que te han vuelto a comprar Ángelo, a ver cuanto duras esta vez- se rió uno de los que le sujetaba. –Mi compañero, aquí presente, dicen que te devuelven a la semana, pero yo apuesto a que esta vez te van a tratar con mano dura y te van a domesticar-
Hizo una mueca de desagrado al oír sus palabras, y se dejó guiar, sumisamente, hasta la salida… por fin, notó que el aire era diferente… había salido de la vitrina.
¿Cuánto hacía que no salía? Se agradecía salir… ¡pero no por el motivo por el cual salía!
-Aquí tiene, señor- dijo uno de los empleados.
“Mierda… ¿de verdad me ha comprado?... este no sabe lo que ha hecho” pensó siniestramente. Si quería joderle su patética vida, él se lo devolvería por 10. | |
| | | .Soun Libre
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Sáb Jun 27, 2009 3:29 pm | |
| [Nah, no es nada xD además, el tuyo también está muy bien.]
Gruñó por lo bajo, ¿cómo podía ser? ¡Eso no se tenía que hacer! Era capaz de hundir el negocio de esos vendedores de esclavos por haberle echo algo igual, y realmente lo haría, ¿Cómo osaban quitarle la tarjeta y luego hacer eso? Solo más pensarlo iba enfadándose cada vez más y más, haciendo que arrugara la nariz, y frunciera el ceño hasta no poder. Sí se había enfadado más de la cuenta y encima no podía devolverlo de aquí a una semana... Bueno... pero... ¿por qué se preocupaba tanto? Solo era un mocoso, no tenía nada de que temer.... ¿temer? ¿Desde cuando el decía eso? Ya empezaba a delirar... Resopló y pasó su mano derecha por su rostro, ocultándose el único parpado visible, poco a poco fue deslizando sus dígitos por su propia piel y resopló por una vez más. Bueno, como bien pensó antes, si ese... esclavo le molestaba mucho lo ataría en el mismo jardín, así de seguro que no le molestaría. Más tarde se cruzó de brazos en la espera de que sacaran al otro, realmente no estaba de humor así que más le vale que a ese Ángelo no le haga enfadar más de la cuenta.
Vio como sacaban al otro, del cual los otros dos hombres que sacaban al esclavo iban hablando entre sí, no le dio importancia, solo miraba de mala manera al chico, que al fin y al cabo el rubio no tenía la culpa de que el otro le haya cogido la tarjeta... pero de todos modos como si la tuviera. Chasqueó la lengua y en cuando tuvo al esclavo delante lo miró con cierta repugnancia para después mirar a los empleados de la estancia. -Yo de vosotros no metería a otro esclavo allí.- Dijo mientras que avanzaba hacia la salida sin ni siquiera ir a por “su” esclavo para ayudarle. -Ya que lo devolveré.- Habló con mala gana para después hacer una señal a su mayordomo, cual le indicó que fuera hacia adentro. -Dentro.- Le dijo a su mayordomo. -Verás a un chico de pelo rubio, se llama Ángelo... Guiale hasta el coche.- Y dicho esto se adentró en el auto, dejando que su mayordomo se encargara del otro, como si el mismo no quisiera saber nada del esclavo.
Su mayordomo se quedó completamente sorprendido, sin creerse que en realidad su joven amo había comprado uno, pero sin rechistar ni nada se adentró tal y como le ordenó el otro. En cuando vio al supuesto chico sonrió y con una reverencia de cabeza le saludó. -Buenas, usted debe de ser de mí joven amo, Ángelo.- No esperó respuesta y prosiguió. -Acompáñeme por favor.- Pero se dio cuenta de los ojos ajenos, cosa que colocó una mano sobre el hombro del chico. -Por favor, déjeme que le guíe.- Le rogó con suavidad mientras que caminaba poco a poco para que el otro chico vaya seguro al caminar. Y una vez que llegaron frente al auto, abrió la puerta de esta y ayudó al joven rubiales que entrase dentro, después cerró la puerta con suavidad.
En cuando escuchó el sonido de la puerta miró a su lado derecho, encontrándose con su mayordomo ayudando al esclavo, eso hizo que frunciera más el ceño y mirase a otro lado, encima ahora tendría que estar a un lado de ese. Resopló e ignoró por completo al esclavo. -Vamos a casa.- Dijo a su mayordomo, quería regresar... Mientras, fue mirando por la ventanilla, observando la nada, e intentando creerse que en realidad el otro estaba allí... Vaya manera más tonta de haberle comprado... Estúpida broma.... -No te acostumbres mucho.- Mencionó al esclavo sin mirarle. -Te devolveré a la semana.- Le confesó, estaba bien claro, no le quería en casa, y no lo tendrá, como si se tratase de un animal, del cual el dueño no quería que entrase en casa por que ensuciaba, pues eso era casi lo mismo... | |
| | | Angelo Cieco Esclavo en venta
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| Tema: Re: ¿Ve algo que le guste? (Priv.) Sáb Jun 27, 2009 4:16 pm | |
| [thanks ^^]
-Yo de vosotros no metería a otro esclavo allí. -Le oyó decir. -Ya que lo devolveré.-
Bueno, eso no era ninguna novedad. Y a los dos empleados que le sujetaban tampoco lo encontraron muy raro. Ángelo notó como los “apostantes” hablaban entre ellos en cuchicheos, acordando la pasta de la apuesta, notando a uno más reticente que el otro a subir la cifra de dinero por las palabras de su “nuevo dueño”.
Notó extrañado como los pasos de su “amo” se alejaban, y notó como los empleados de la tienda le dejaban solo.
Apretó su báculo con fuerza, no sabiendo muy bien que hacer... Una sensación que no había tenido en mucho tiempo.
Oyó, como alguien se acercaba, de pasos más pesados y apresurados que los de su “amo”.
-Buenas, usted debe de ser de mí joven amo, Ángelo.- era una voz amable, pero no pudo evitar sonreír irónico para si, al oír sus palabras. “Pero eso de momento, ¿o acaso no has oído a nuestro mutuo y joven amo?” pensó, bastante fastidiado. Si ya de antemano sabía que lo iba a devolver y no lo quería, ¿para qué leches le había comprado? Que manera de complicarle la vida…
-Acompáñeme por favor.- siguió hablando el desconocido de voz amable. “Si, ¿Cómo?” pensó, para segundos después sentir una calida mano sobre su hombro. No le gustaba que le tocaran, pero se contuvo, ya que necesitaba un guía. -Por favor, déjeme que le guíe.- le pidió.
Empezaron a andar, y se dejó conducir sumisamente. Pero de sumiso solo era en el exterior, porque mentalmente ya estaba preparando unas cuantas maldiciones para el “joven amo”.
Abrieron una puerta frente a él, y con la ayuda del báculo, se sentó con menos problemas de los que hubiera tenido al no tenerlo. “…hacía tiempo que no montaba en coche” pensó, mientras el aroma de la tela y de combustible llegaba en mayor y menor medida hasta sus fosas nasales.
Oyó una respiración a su lado… ¿seria el “joven amo”?
-Vamos a casa.- sus “delicadas y amables” palabras lo confirmaron. Era ese mimado.
Notó como el coche arrancaba, oyendo el ruido del motor, y el temblor del coche acarició su piel.
-No te acostumbres mucho.- oyó decirle.-Te devolveré a la semana.-
“Oh, que detalle, si hasta me ha informado” pensó, con evidente desagrado.
-Tranquilo, ya te dije que me devuelven siempre, estoy acostumbrado- dijo, encogiéndose de hombros, para después quedarse muy quieto e impasible… como una muñeca de aspecto diabólico. Pero no decía esa frase con animo de dar lastima, no, eso nunca. Solo era un hecho evidente e inevitable. | |
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