x Si tu mueres; Yo también. {*Lemon*}

Roce provocador y que lo hizo temblar en su interior... en su piel, la dermis erizada con cada una de las caricias que regaba por su humanidad, y así como la primera vez, se deshacía en suaves y ondulantes movimientos como acto reflejo a lo que su "amo" realizaba con su cuerpo.

- Ahhm... - suave gimoteo al sentir nuevamente sus dedos deambular lentamente, jalando a penas aquella prenda que lo alejaba de su señor, la lengua que salió para deambular por el pómulo adyacente cuando sintió el tintineo de los dientes que rozaban su cuello suavemente, provocándole excitación sin remedio - ... t... tómame... -

Los dedos, entonces, se enterraron en la espalda del muchacho que lo cubría con su humanidad, pareciendo tan inmenso que él se doblegaba ante sus deseos como hoja contra el viento.

Sentía como su cuerpo reaccionaba a pesar de estar débil, pues... le pertenecía al otro, de la forma en que estuviera, en el lugar en que se encontraran, todo él deseaba estar en profundo contacto con el padre del que llevaba en su vientre.

Trataba de ocultar la evidente excitación que el otro provocaba incidioso, tratando de que los cabellos cubrieran su ruborizado rostro, no obstante, el aliento cada vez iba aumentando su temperatura y sus dedos jalaban impacientes la tela de la camiseta ajena - Pides demasiado a un ser poco recatado... - una mínima sonrisa apareció pícara por debajo de los mechones que cual cascada bañaban los pómulos.

Entonces, se acercó un poco más, necesitando de su calor a pesar de que su piel estuviese febril, sus dedos inquietos resbalaron por la espina con caricias que parecían derramar calor a cada centímetro que avanzaban, hasta que sostuvieron el borde de la prenda y nervioso los deslizó por ella, hacia los costados y luego de nuevo hasta la parte trasera.

- Ahh... n... no me dejes así... - pegó su pelvis a la contraria para que notara lo que ya tenía allí, endurecida y caliente, un poco más que el resto de él. En aquel momento, los dedos se colaron por la prenda y se deslizaron por la dermis oculta bajo la prenda del chico que lo mantenía perdido entre el calor y las caricias - por... por favor... - girmió frotándose nuevamente.

Imperioso era sentirlo, como aquella noche.

Sobre la cama yacían dos cuerpos, uno más pequeño siendo cubierto por un rubio, que se movía apenas bajo su dueño tratando de parecer sereno, mas... todo era inutil pues borracho de excitación permanecía inquieto y falto de aire.

Los labios entreabiertos se separaron aún más cuando sintió aquella sutil pero provocadora caricia, aquel roce sobre la piel sensible y erecta, aquella que aún permanecía cubierta le provocaba elevar su espalda cuando su espina como por obra de magia se curvó en forma ascendente - ahhhhhh~........ - suspiro largo y caliente que rozó los cabellos del que lo atacaba implacablemente.

Como un conejo prisionero del lobo se encontraba a merced de lo que le hiciera su señor. Entonces sintió como el otro continuaba con aquellas lamidas que movían el metal que atravesaba su piel afiebrada - o.. onegai... - sus piernas lentamente se remecieron, encorvando los dedos de las cuatro extremidades.

Las piernas se separaron a medida de que necesitaba sentir como recibía a Jasper y así sostenía con su cuerpo la pelvis ajena, abrazándolo con la parte inferior para que el cuerpo que lo aplastaba se decidiera a embestir.

- Hhhhhhhhhhhhhhhh.... - El gemido se hizo asonoro mientras la columna se arqueaba mucho más elevando el cuerpo de Jasper junto con él.

Dolía la costura pues los puntos jalaban y hacían que la sustancia roja tiñera los delgados hilos que unian ambos extremos de la piel separada por el cuchillo.

El cuerpo cayó sobre el colchón una vez más mientras el pequeño jadeaba, estaba demasiado caliente como para poder responder, sólo movía su cuerpo en silenciosa danza mientras el otro sólo notaba el golpeteo de las redondas y pequeñas nalgas contra el lecho, azaroso cuerpo que acogía al rubio mientras una muda danza ondulante les obligaba a frotarse rítmicamente.

Sabía que debía calmarse, pero si sólo le ayudase con su erección, pues estaban a punto de reventar sus testículos de tanta excitación.

- Cómeme amo... cómeme... - jadeó moviendo su pelvis arriba y abajo para que entendiera lo necesitado que se encontraba, si no le daba alivio terminaría con más dolor del que ya padecía.

Entonces lo supo, ahora que llevaba a su cría en el vientre, ya no llamaba su atención, a pesar de que lo calentara, no lo tomaría.

Las heridas parecían excusas bobas, el lugar igualmente, cuándo se habría visto que un seme dejara así a su esclavo.

Su cabeza yació sobre la almohada al igual que las extremidades, sin hacer movimiento alguno para no molestarlo - como ordene mi señor... - giró el rostro hacia un costado, no deseaba ni procurarse atención a él mismo, grave falta le parecía si su amo no se lo permitía con una orden expresa.

Por lo que se quedó allí, como un muerto para así bajar la temperatura que él, osadamente, había elevado hasta aquellas alturas.

Mas... su parte baja no respondía, pues el miembro no dejaba de rozar la tela que lo cubría, provocándole agudo dolor lo que le hacía arrugar la nariz y el sudor corporal que perlaba su piel aún sin desearlo.

Repentinamente sus mejillas parecían manchadas de tinto mientras jalaba la piel que bordeaba su labio inferior con el fin de no emitir sonido, sabía donde estaba, sabía que estaba adolorido. No obstante, su amo no deseaba hacerlo por miedo a dañarlo y él respondería siendo sumiso.

Acatar las reglas de Jasper era su cometido, por lo cual no movió un dígito siquiera a la hora de sentir el gentil aliento resbalar por su vientre febril. Sólo apretó los ojos que permanecían cubiertos por los mechones húmedos de sudor.

Sintiendo como las gotas de rocío rodaban por su cuerpo, sintiéndose más débil a cada momento por lo que le hacía el de rubia cabellera, era una prueba, debía mantenerse indeleble ante sus acciones, de modo que no le golpeara una de sus mejillas por caer ante la tentativa de ser nuevamente tomado por él.

Tragó saliva, su voz, el sonido de sus labios unirse para dejar escapar aquel aire caliente sobre su dermis era irresistible, deseaba tenerlo jadeando, gritando complacido, pero orden era orden y él permanecería silente hasta que su amo diera orden de proseguir con el cortejo, a hurtadillas de los paramédicos y especialistas de la salud, que sólo deseaban recuperación pronta de aquel que había tratado de liberarse a la fuerza.

Qué intentaba hacer, le ordenaba que se detuviera y luego... de improvisto proseguía sin siquiera dejarle expresar aquellas sensaciones que le mantenían borracho, no sabía si era por aquel muchacho que lo mantenía sujeto a la cama o eran las medicinas que recorrían sus venas. Lo claro aquí era que estaba a punto de derramarse aún sin que pudiese ofrecerle atención a su propietario.

Sentía aquellos labios resbalar tan sutilmente por su piel que parecía estar a punto de gritar cuando sus dientes frenaban cualquier intento por exteriorizar el azaroso cosquilleo que lo embargaba, más aún cuando los pliegues de su intimidad eran acariciadas por la piel contraria, calentadas por la respiración ajena provocando que sus vellos púbicos, de igual pigmentación que las hebras lacias que cubrían parcialmente sus ojos, se mecieran al igual que sus caderas.

Las rodillas se intentaban de unir en un frenético ir y venir de espasmos que jalaban de los tendones de sus extremidades inferiores. Mientras sus ojos eran cubiertos por un antebrazo y los labios temblaban mudos ante tanta excitación, muda súplica de que diera fin con la tortura impuesta, aunque los vieran, aunque luego lo castigara no pudo más que soltar un largo suspiro que supo a profundo deseo por ser poseído. Sacudió sus nalgas alzándolas y dejándose caer de improvisto para producir un sonido carnal contra los labios de Jasper y luego contra el colchón nuevamente.

Cuando su brazo directo cayó entre las sábanas y sus ojos se abrieron como platos, había sido cazado con propiedad y ahora su orgullo mancillado con tanto ahínco que no podía más que solicitar sumiso y tembloroso - Có... cógeme on... onegai... - movió su cabeza azotando los mechones de costado a costado intentando no ser escuchado pero ya sus gimoteos eran más que evidentes para cualquiera.

- AHHH~ - El cuello se había arqueado al igual que la espina dorsal al momento en que su entrada llena se encontró de los dígitos del contrario, sus orbes en pleno explayadas a pesar de no ver nada, sólo un par de lágrimas resbalando por los bordes de éstas mientras los dedos se enterraban con desespero en las sábanas, mudas espectadoras de lo que se llevaban aquellos dos.

Movimientos bruscos hizo aquel chico tratando de no gruñir con tanta pasión, mas su cuerpo ya no le pertenecía, más parecía un títere siendo manejado por el chico que urgaba sus entrañas, manipulándolo, provocándole escosor, dolor y placer, recogiéndole el corazón y expandiéndolo al momento en que Hund sacudía su cuerpo como intentando obligarse a mantener la calma, pero sólo sollozos brotaban de su cuerpo, como el sudor y el semen que comenzaba a salpicar a pesar de mantenerse renuente a terminar tan rápido con lo que el otro deseaba realizar, con lo que él mismo deseaba que hicieran con él.

Cayó pesada su espalda en el colchón y alzó a penas la cabeza para que las pupilas ciegas se clavaran en la dirección en que el otro movía los dedos, haciendo que su recto succinara al chico para que no se atreviera a salir, para que calmara su calor, para que lo obligara a verter el caudal de pasiones que sentía por él.

No obstante, deseaba más de Jasper, por lo que su mano derecha, trémula avanzó por su pecho, pellizcando sus propios pezones y jalando de los piercings - ahhhmo.... - jadeó llevando un dígito mojado en sudor hasta sus propios labios y dejar que la lengua deambulara en círculos por la yema que él mismo presentaba para recoger lentamente su propio sabor.

Después, aquel mismo dedo resbajó desde su mentón, pasando por el cuello, por el torso, delineando su ombligo y acariciando su vello púbico mojado en líquido transparente, hungido en los humores que el mismo Jasper provocaba aflorar sin remedio para quien era afectado tan tortuosamente como lo era Hund.

Alzó el dígito en el aire adivinando la dirección del rostro contrario hasta que llegó a los labios dle rubio y allí lo posó suavemente, hundando la boca de su amo con la sustancia que le pertenecía pues no se la daría a nadie más en el mundo - a... mo... -

- Ah... Ahhh... - ya lo tenía falto de aire... necesitaba que lo deborara pronto antes de deshacerse en el líquido que a penas se desbordaba por el glande, sus encantos lo obnubilaban, lo dejaban sin control sobre su cuerpo mientras él hacía lo imposible por mantenerse fresco y consciente para aquel que le quitaba los resquicios de noción de su ser, que le desgarraban el poco orgullo que tenía por él mismo.

Todo se lo ofrecía, como si no dependiera de él la existencia y lo hiciera a través de Jasper. Una, otra y otra vez... pedía que lo comiera, que lo marcara como suyo nuevamente, que roceara su semilla como si se tratara de miel sobre su piel, embadurnándolo sin siquiera preguntar si le gustaba, pues eso era lo que deseaba, que todo el mundo supiera que no pertenecía a nadie más a pesar de ambos ser sólo esclavos.

Ya sin poder contenerse, alzó su cuerpo jalándolo con rabia, calor y ahogo, llevándolo consigo y así cogerlo con las piernas para obligarlo a frotarse junto con él, pues lo necesitaba y ya no podía expresarlo en palabras.

A pesar del creciente dolor en su vientre, giró a la mala, dejando al otro bajo su cuerpo y así bordear su cuerpo con las manos que tiritaban de expectación, hasta encotrar el borde del pantalón, jalar con fuerza, aún sin quitar ni el cinturón ni abrir el cierre y deslizar la prenda con ferocidad por las contorneadas piernas.

Una sonrisa deseosa y un tanto lastimera surcó su rostro al momento de pasar a rozar con su palma la punta de aquella erección y lo que hizo fue frotarla lentamente para embadurnarla de líquido transparente. Ante los ojos de Jasper, llevó su mano hasta su propia boca y lamer el líquido preseminal como si se tratara de un manjar - ahhh... máahhhhhs.... - no obstante, ya no podía aguantar... o lo hacía o se quedaba con las ganas.

Y allí, en la cama de hospital no hizo más que senarse con fuerza sobre la erección empalmada y se la enterró el mismo, sin contemplación por sus heridas, el otro había logrado quitar todo resquicio de sanidad mental en el pequeño cuerpo que trémulo se movía de arriba a abajo encima de Jasper.

Se mantenía ergido sobre el cuerpo del chico, con mareos debido a que aún estaba convalesciente, no obstante, el deseo de ser poseído era mayor a cualquier razonamiento. Sus dedos se había aposentado fuertemente en los hombros ajenos para poder estabilizarse. Jadeaba fuerte tratando de llenar sus pulmones de aire, de conseguir un poco de alivio para el calor que le recorría el interior quemando las entrañas a medida que avanzaba y se acrecentaba sin permiso ni opción a eliminarlo por sí solo.

- Nghhhhh.... - tenía el rostro gacho con los ojos apretados, no recordaba que aquel miembro fuera de tal embergadura, parecía como si tuviese el doble del diámetro que en la vez anterior, por lo que a penas y podía respirar, tratando de relajarse, tratando de mantenerse calmo, tratando de no caer de la camilla, de no perder la consciencia.

Los movimientos del otro aparte de chocar justo donde lo derretían, menguando sus fuerzas, sus ánimos, su orgullo, haciéndolo sollozar como si de un niño se tratara ivan y venían con tal brutalidad que casi desfallecía, pero en aquel momento, en el que estuvo a punto de perder su poca fuerza en las manos, pues parecían dos hilos tratando de afirmar a un edificio a punto de estrellarse con el suelo, la voz de Jasper le hizo despertar y sus espesas pestañas plateadas se abanicaron con pesades descomunal dejando a la vista sus orbes blancas bañadas en miles de lágrimas que supieron a orgasmo puro cuando el chico desprovisto de visión curvaba su espalda tanto como para que su cabeza casi chocara contra las rodillas del otro - AHHHH~ - gruñó enterrando sus uñas donde pudo para no resbalar de donde se encontraba.

Ya sin fuerzas, su cuerpo tembloroso y asaroso comenzó a expulsar aquella semilla espesa en forma de chorritos calientes que viajaban por el aire hasta juntarse en una pocita sobre la piel caliente del que lo recibía: Jasper.

El cuerpo volvió a inclinarse hacia adelante, borracho en éxtasis y con los brazos lánguidos, caía sobre el tórax de su amo tan deseado mezclando así la sangre de su herida junto con el semen que había extraído el otro con tanta porfía.

- Ahm.... ahhhm.... amo... - susurraba con los ojos cerrados, moviendo la cabeza para intentar alzarse y reanudar las penetraciones con el fin de ofecerse ante el otro, sin embargo, el dolor de su vientre comenzaba a hacer mella en él, sus brazos trémulos no lograban alzarlo y sólo le quedó mover su cola como pudo para que las penetraciones se reanudaran.