Escapando....(libre)

Iba a ser un tranquilo día de compras. Alec había salido camuflado como siempre, con la intención de llenar su vacío existencial con unas cuantas toneladas de ropa nueva.

Todo iba muy bien; tenía sobre el hombre cerca de treinta prendas entre pantalones, remeras y casacas e iba a probárselas cuando un idiota pasó demasiado cerca de él y le botó la gorra. Nada más fue necesario. En un abrir y cerra de ojos media tienda estaba al tanto de su presencia, y casi una docena de chiquillos se le fueron encima por un autógrafo. Era demasiado. El rubio logrño distraerlos señalando algo y apenas con un segundo de distracción por parte del grupo pudo salir corriendo en busca de refugio. Su gorra y la ropa que estaba por comprar quedaban como rastro a seguir de su huída, pues iban cayéndose mientras el desdichado vocalista corría por su vida.

Al fin, pudo ver los probadores cerca. Sin pensarlo dos veces abrió de golpe el primero que encontró y se metió en éste para evadir a sus fans, con tanta mala suerte que el pequeño cubículo ya estaba ocupado.

-Oh!! Lo siento!!!...por favor...silencio!

Estaba acostumbrado a pensar que la imagen lo era todo. Algo importante, algo indispensable. Y sin embargo, se había dicho a sí mismo que iba a cambiar eso, porque ahora deseaba ser diferente, ser un poco más auténtico. Pero seguía, por más que se esforzaba, pensando lo mismo y ahí estaba ahora, de compras, buscando aquella ropa de marca cara, parte de los llamados gustos refinados en el vestir y tratando de localizar incluso aquellas corbatas de seda que no le gustaban mucho, pero que eran muy bien vistas por los demás.

Terminó pronto de escoger las ropas que deseaba comprar, ahora sólo faltaba probárselas para ver si le quedaban bien, lo cual era casi siempre. Mientras se viera bien, la comodidad no importaba demasiado, siempre y cuando no fuese algo verdaderamente insoportable. Llevando consigo un par de pantalones de vestir de un color negro profundo, tres camisas de diversos colores, buscó los probadores masculinos, entrando dentro del pequeño cubículo con espejo de cuerpo completo, colgando la ropa y comenzando a vestirse con las nuevas prendas. Se puso uno de los pantalones negros y se miró en el espejo. Perfecto. Comenzó a desabotonarse la camisa, aprovechando para observar su pecho descubierto mientras se la sacaba. No estaba tan mal, no se veía demasiado viejo o al menos eso esperaba, aunque tener veintisiete años no era tanto. Hasta cierto punto, se podría considerar guapo, ¿por qué entonces andaba por la vida en solitario?

Le distrajo un sonido exterior. La gente hacía demasiado alboroto incluso ahora y por un momento se preguntó si habría una oferta o algo. Escogía qué camisa de las tres ponerse para medirla primero, optando por una de un color rojo quemado, cuando sintió, repentinamente, sin un aviso previo, un cuerpo contra el suyo. Un jovencito. No reaccionó al principio, bajando la vista un poco para verle. Parecía agitado, como si le persiguieran, ¡pero eso no le daba derecho a invadir su privacidad! Frunció levemente el ceño, calificando al mocoso ese de maleducado. Y encima le pedía silencio. Definitivamente, no entendía nada.

- Sal de aquí, mocoso - Soltó entonces, soltando un pequeño suspiro, tomándole del hombro para apartarlo un poco, acercándose a la puerta del probador para abrirla, aún sin hacerlo. Quizá el chico era un ladronzuelo a los que los de seguridad buscaban, quién sabía. Y sin embargo, por un instante, al verle el rostro, creyó que aquella no era la primera vez que le veía.

El tipo lo tomó del hombro y empezó a empujarlo fuera del probador. Alec era consciente de lo mal que podía interpretarse su entrada intempestiva en el pequeño cubículo, pero la educación y lo que aquel hombre pensara podían irse mucho al cuerno. La última vez que se había dejado atrapar por un grupo de fans había quedado adolorido de tanto escribir autógrafos, y le costó un mundo deshacerse de ellos y llegar a su hotel sin que lo siguieran. No, no iba a salirse.

-Espera!! ¿Qué no ves que es una emergencia?.-dijo, mientras se resistía a ser echado.- ten un poco de piedad!

El otro no había abierta la puerta aún, así que el rubio, inteligentemente, se apoyó en esta y miró a su acompañante con una mezcla de ruego; ojalá todas las personas supieran que era que te acosen a donde quiera que vayas.

-Sólo un momento...-el vocalista pegó el oído a la puerta; el alboroto continuaba y no era seguro aún.- no te preocupes que no soy un ladrón ni nada parecido...sólo un perseguido...dame cinco minutos y te dejo en paz

¿Emergencia? Él lo único que veía era que un chico se había metido al probador mientras él se vestía, violando toda privacidad. Suerte que le había encontrado sin camisa, en lugar de sin pantalones, que menos decente se vería aún. Esos chicos de ahora, tan... extraños, por no decir raros. Ni les comprendía y ya se había rendido en tratar de hacerlo. Soltó un suspiro, soltando el hombro del chico, con la mano en la perilla, sin girarla, pero entonces el jovencito se apoyó en ella, impidiéndole abrirla cuando lo hiciera. ¿Qué diablos era eso? ¿Secuestrado por un mocoso o qué?

De nuevo un suspiro cansado escapó de sus labios, mitad ese ligero hastío, mitrad franca resignación. Bien, mientras el chico no empezara a molestarle, esperaría, supuso, mientras aquello se quedase así, no pasaba nada malo. Observó la mirada del chico, la expresión suplicante y finalmente escuchó esas palabras, forzándose a ceder, regañándose a sí mismo mentalmente por ser tan odiosamente blando, incapaz entonces de imponer su autoridad. Apartó la mano de la perilla, retrocediendo un paso, para crear al menos una distancia, ahora que notaba repentinamente que la misma era bastante corta. Había fuera aún un alboroto, causado seguramente por el muchacho que tenía ahí enfrente.

- ¿Entonces por qué te persiguen? - Preguntó, alzando una ceja, acusando con su mirada y buscando una pronta explicación, porque para él, o era un ladronzuelo o quizá acababa de hacer algo muy muy malo y la gente de afuera esperaba un linchamiento. - Anda, quiero explicaciones y no me mientas - Agregó, como una orden, con tono de voz un tanto neutra, sin sonar irritado aunque comenzase a estarlo. Y cuando más miraba esos ojos, se daba cuenta de que lo reconocía de algo, pero no recordaba el qué. ¿Un alumno suyo? No, no, a ellos sí los conocía. Ni idea, quizá le había visto en la calle alguna otra vez, sí, seguramente.

Sonrió al ver que el otro se alejaba de la puerta. Al menos su escondite era seguro por unos minutos más. Afuera se cansarían pronto, pues lo más seguro era que todos asumieran que había logrado huir de la enorme tienda. Era obvio que estaba molestando al otro, pero había que sacrificarse por las buenas causas, sobretodo sie esa buena causa era suya.

El más alto le preguntó entonces que hacía ahí. Alec no pudo evitar molestarse un poco. Odiaba que no le reconocieran. Además, recordó, el otro le había llamado mocoso. Hubiese hechos algunos comentarios sobre el poco conocimiento del otro sobre la moda juvenil pero se tuvo que tragar sus palabras. No iba a pelearse con el que le estaba dando cobijo. Además, el hombre que tenía al frente no se veía para nada viejo, al menos a su parecer. Otra cosa era que sus continuos tratamientos de belleza le hicieran ver como un puberto.

-No me mires así..me recuerdas a mi padre...y no nos llevamos tantos años para eso.-trató de sonreír, como fuera, su intención no era parecer antipático, aunque la realidad era que lo era y bastante.- mis fans me están persiguiendo...veo que no tienes idea de lo que hablo...-su ego se inflababa cada vez que iba a presentarse, sin duda era un engreído.- te ayudaré. soy vocalista de un grupo...y mi nombre es Alec...así que gracias por salvarme del acoso adolescente

No le quedaba sino resignarse, al parecer, esperando a que el alboroto de las afueras se calmase y el chico se fuese, dejándole al fin terminar de probarse aquellas prendas que aún le faltaba de probar. No tenía tanta prisa al menos y le había atrapado en un día de relativa calma y tranquilidad. El chico seguía pareciéndole conocido. Era, además, bastante lindo. Parecía de esas personas que resaltaban por su belleza donde quiera que fueran. Lindo en su opinión, guapo y sexy para los jóvenes de la misma edad que el joven.

- ¿Eh? Ah... - Se sintió, sin haberlo deseado, un poco avergonzado cuando escuchó que le comparaba con un padre. Vale, no estaba tan joven y quizá debería tener ya una pareja estable y quizá un hijo, pero no era así y el chico tenía razón al decir que no se llevaban tantos años. Sonrió apenas un poco, asintiendo, llevándose la mano al cabello, revolviéndolo un poco como simple acto reflejo. - Ya, no tantos años. Deben ser... unos... ¿cinco o seis?

Le estaba mintiendo. ¡Por supuesto que le estaba mintiendo! Miró fijamente al joven en ese momento, como queriendo arrancarle la verdad del rostro, como deseando saber si era cierto. Vocalista. Fans. Palabras que se arremolinaban en su cabeza. ¿Era ese jovencito un vocalista famoso y él ni siquiera lo había reconocido? "mal, muy mal, Alexander" se regañó mentalmente.

- Alec... - Musitó, repitiendo el nombre. Y como un chispazo, se iluminó en su mente el recuerdo. Alec, el vocalista del grupo LUZBEL, famoso en toda la ciudad, famoso en muchísimos otros lugares. Famoso. Y ahora estaba ahí, encerrados en un probador. - Ah... - Vaya suerte extraña la suya. Sonrió de nuevo. Encerrado con un cantante famoso. Y la pequeña risa comenzó a aflorar, sin ser capaz de detenerla, aunque se cuidó de cubrirse la boca con una mano, para acallarse. Duró así varios segundos, hasta que pudo contenerse y volvió a ver al muchacho. - Dis-Disculpa, es que... vaya, de verdad que no me lo esperaba. Y, además, sabía que hay artistas que son acosados, pero no sabía que era tan cierto.

-eh! que no tiene nada de gracioso!

Dijo Alec gritando en susurros, con una de sus muecas de niño engreído que le sentaban siempre muy bien. Pero la verdad era que la risa del otro hombre resultaba bastante contagiosa, sobretodo por el hecho de que la trataba de contener. El rubio terminó por reírse también, aunque con un poco menos de disimulo. Después de todo, él tenía el derecho de reírse de sí mismo si le daba la gana.-me alegro de haberle puesto la nota de humor a tu día...-sentenció finalmente con un dejo de ironía simpática; ya se sentía mucho más cómodo, pues estaba seguro de que podía quedarse ahí todo el tiempo que le provocara...


El vocaliste le guiñó un ojo y volvió a escuchar por detrás de la puerta. El alboroto seguía, aunque ahora un poco más lejos; salir era una idiotez, pero con suerte no tardarían más de otros diez minutos para aburrise de cazarlo.

-Pues ya lo vez, mucho dinero, peor muchas incomodidaes también...al principio estaba de lo más bien, pero al final llega a cansarte...-dijo, mientras entreabría la puerta y volvía a cerrarla inmediatamente, pues le había parecido ver a alguien sospechoso buscándolo sigilosamente.- malditos mocosos...-para aguantar a las multitudes odiosas siempre se recordaba que a ellas les debía su auto, su departamento, su ropa costosa y en resúmen todo lo que tenía.- creo que nos quedaremos aquí un rato...uhmm tal vez quieras ponerte la camisa.

Lo último lo dijo mirando al tipo a los ojos con coquetería. La seducción simplemente venía con el paquete de su personalidad. Se apoyó contra la puerta de nuevo, los brazos tras la espalda y sonriendo.

-¿Cómo te llamas?

Pese a la reclamación del muchacho, no había podido evitar del todo la risa, habiéndose visto repentinamente invadido por ella, dominado por completo por eso. Y no que fuese algo verdaderamente gracioso, pero había ahí cierta hilaridad sutil que no había podido obviar y que aunado a la ironía y cosa extraña que resultaba ser aquel suceso, no había habido forma posible de tragarse esa risa que él mismo supo que era grosera, una completa falta de respeto. Iba a disculparse, acallándose como pudiese, pero en los labios del joven rubio alcanzó a ver una pequeña sonrisa y de pronto logró escuchar el débil sonido de una pequeña risa que afloraba de la boca de aquel cantante. Supuso que lo melodiosa y agradable de la misma se debía a que el chico era justamente eso, un cantante y por tanto, en su voz existía armonía.

Negó suavemente con la cabeza, manteniendo una sonrisa en sus labios, un tanto arrepentido por la risa imparable anterior y sintiéndose incluso algo avergonzado al escuchar las palabras del otro. - Lo siento, no he podido evitarlo - Se disculpó, aunque sabía que Alec no estaba enfadado, pero igual era mejor pedir las disculpas pertinentes. - Es que me pareció... gracioso. Más bien, extraño, todo esto. Nunca me había encontrado con una celebridad del medio del espectáculo y menos en circunstancias... como estas. - Añadió, sin poder ocultar el tono de diversión en la voz, extrañamente algo más cómodo.

Al parecer el alboroto estaba ya mucho más aplacado, pero aún pensó, él mismo, que sería peligroso que el joven saliese del probador, puesto que aún debían estar algunos fans rondando por ahí. No le molestaba ya, después de todo. Todo sea por una buena causa y esa era evitar que los fans acosadores llegaran al vocalista. Por un momento pensó en lo fastidioso que resultaría todo eso y asintió en un gesto de comprensión al escucharle. Incomodidades. Fans que persiguen, cansancio, falta de privacidad. - Es el precio a pagar por la fama- Musitó, completando su propia idea, respondiendo a la vez al comentario del joven rubio y luego, tras verle cerrar la puerta nuevamente, sonrió al escuchar aquel 'mocosos' nacido de labios del otro. Gracioso, sin duda alguna.

- ¿Eh? - Oh. La mirada que el otro le lanzó, con ese toque coqueto, casi pícaro, le hizo bajar un poco la visa, recordando que, ciertamente, no tenía puesta la camisa. Hablando con un artista, medio desnudo, qué vergüenza. - Ah, sí, ya - Habló con monosílabos, buscando entre las camisas la propia, aunque se decidió a aprovechar para probarse una camisa de un color azul claro, comenzando a ponérsela aparentando tranquilidad. Aunque podía sentirse observado, fuese eso cierto o una simple alucinación suya, pero le resultaba, más que incómodo, extraño y le causaba un poco de vergüenza. Tal vez era porque hacía demasiado tiempo que no estaba con alguien en confianza, que sus únicos polvos eran prostitutos y uno que otro esclavo que sus compañeros autodenominados amigos suyos le dejaban al alcance. Y toda intimidad quedaba en el sexo y luego esperaba a que el otro se fuese, él se recostaba a descansar un poco y cuando ya era hora de marcharse, se cambiaba y vestía, todo en la más pacífica soledad.

Pensaba en eso cuando el otro le habló. Cierto, no lo había mencionado aún. Sonrió nuevamente, abotonándose un par de botones, sin terminar de hacerlo por extender la mano hacia el muchacho. - Alexander, doy clases en la Universidad - se presentó, sencillamente, esperando el consabido estrechón de manos al que estaba acostumbrado.

(( n_ñ perdón por la extensión ))

-oh, un catedrático.-dijo Alec, estrechando aquella mano que se le ofrecía, suavemente, con sus dedos largos.- es agradable conocer a alguien instruido, para variar...

La profesión del rubio no era exactamente una de las que te permiten rodearte de personas que se considerasen cultas; la mayoría de sus amigos sólo tenían grandes conocimientos de licores y de los mejores lugares para divertirse. Por otro lado, la ocupación de Alexander explicaba perfectamente bien porqué no le había reconocido inmediatamente como generalmente ocurría pues, ¿Cuándo se veía a un maestro paseandose por la universidad prendido de un Ipod?

Mientras, el vocalista no le había quitado la mirada de encima. Tal vez fuese un poco rudo de su parte quedarse ahí mirando mientras el otro se cambiaba, pero a su parecer habría sido realmente una tontería voltear al rostro. Primero, porque a pesar de las concepciones que se tienen de los profesores, el que estaba en cuestión andaba por el mundo con un cuerpo bastante simétrico y agradable, y además, ninguno de ellos tenía nada que no tuviese el otro. Y con este alarde de frescura y poca verguenza, el rubio pudo captar que su acompañanete había aprovechado la oportunidad para probarse una de las camisas que había llevado consigo al cambiador. Muy práctico.

-No te queda nada mal.-al mismo tiempo que hablaba Alec se acercó un poco y empezó a acomodar el cuello almidonado, para que tomara la forma de su usuario.- resalta tus ojos y tu cabello...aunque creo que te hace ver un poco serio, ¿No quieres que tus alumnos piensen que eres un anciano verdad? Te he visto sin ropa y sé que no lo eres.- el má bajo abrió un par de botenes de la camisa y luego se alejó hasta arrinconarse contra la puerta de nuevo, con una de sus manos en la barbilla y la otra sosteniendo el codo de su compañera, observando su reciente creación.- así está mucho mejor...tienes suerte de haberte cruzado conmigo...así tendrás una buena segunda opinión...

Ya estaba en confianza. Y eso era algo peligroso, pues el vocalista tenía por naturaleza ser demasiado fresco. Con un poco de trabajo cambió sitios con Alexander y empezó a observar las prendas que había escogido. Había que aceptar que su gusto era impecable; ahora sólo se trataba de hacer que llevara las prendad con igual buen gusto.

-Me gustaría verte con esta negra.-dijo, mientras sostenía la camisa estirada frente a él.- no se trata de hacerte perder elotiempo tampoco, verdad?

(no te preocupes ^^)

Era innegable que existía una relación bastante estrecha entre ser un profesor y ser una persona instruida, incluso sabia, sin embargo, no había nadie que entendiese mejor que él que aquello podía ser erróneo en varios casos. Sonrió cuando sintió el estrechón, bastante más tranquilo y correspondiendo con esa sonrisa al halago que el otro le dirigía. Asintió suavemente, soltando poco después la mano del otro, suave bajo su tacto y cálida hasta cierto punto. Debía guardárselo en la memoria, supuso, todo el encuentro, pues no siempre se toparía con grandes personalidades de la música. Ahora, justo después de eso, ya no sabía bien qué hacer o qué decir. ¿Hablar sobre la música que el chico componía y cantaba? No, no lo consideraba adecuado, de cierta forma imaginaba que el rubio ya estaría cansado de preguntas de ese tipo e igualmente de estar repitiendo la misma información a todos los medios.

- Un simple catedrático. - Musito, de cierta manera orgulloso por su puesto y por aquel adjetivo que denotaba simpleza. Sí, realmente le gustaba bastante el hallarse así, sin ser popular, lejos del mundo en el que, sus padres decía, estaba destinado a permanecer. Ahora era lo que deseaba ser y eso le hacía feliz. Supuso que Alec también era lo que deseaba ser, aunque no se atrevió a asegurarlo.

No pasó desapercibida para él la mirada que el otro dirigía hacia él y aunque se sintió repentinamente analizado, prefirió no mostrarse incómodo, aunque realmente no estaba seguro de estarlo. Simplemente era raro, muy raro, el saberse observado por alguien más así. Y no sabía si eso era algo que le agradaba o no. Ah, así que el chico se había dado cuenta de sus acciones, ese aprovechar el tener que vestirse para probarse esa camisa. No pudo evitar sonreír casi juguetonamente al saberse descubierto, escuchando atentamente las palabras del vocalista.

- Oh, gracias. Ya sabía yo que tan mal gusto no tengo.- Dijo, tratando de mostrarse confiado y dejando que el otro se acercara y acomodase su cuello, en un gesto que consideró demasiado íntimo o más bien, demasiado familiar. ¿Cuándo había sido la última vez que alguien había hecho eso? Haría varios años, sí, algún esclavo de esos que pasaban por su casa de vez en cuando, juguetes de sus padres que le atendían a él. - No soy un anciano - Habló, rebatiendo aquel comentario aunque de inmediato se dio cuenta de que seguramente había sonado algo infantil. "Eso podría malinterpretarse", pensó de inmediato ante la mención de haberle visto sin ropa, pero no comentó nada al respecto, guardándose el comentario para sí, bastante divertido.

Era raro. Esperaba sentirse mucho más... cohibido ante la presencia de alguien famoso, pero al contrario, quizá por cómo había comenzado el encuentro, encontraba cierta facilidad para mostrarse abierto y hasta reírse. Soltó un suspiro de resignación cuando el otro se alejó habiéndole dejado la camisa abierta, desabrochados los dos primeros botones. "Me ves como a un muñequito, eso. Bah." hubiera reído, pero se mordió la risa, manteniéndola dentro de sí.

- Así que opinas que mostrando algo de piel me veo mejor. Justificado, creo.- Habló, dejando que el chico se moviese dentro del vestidor y al mismo tiempo él se giró para verse en el espejo. Pues sí. Comparándose con antes, se veía un poco mejor, aunque no estaba seguro de que esa fuese la imagen que un maestro debiese mostrar. Asintió. - Bastante suerte, no siempre un famoso vocalista puede ayudarme a elegir cómo vestir. Ya ves, el mundo me sonríe. - Y sonrió él también, observando a Alec ver las ropas, al parecer calificándolas. Supuso que había pasado la prueba cuando le vio estirar una mano hacia él.

- Ya que estamos... - Dijo, sin poder ocultar el tono divertido, mientras comenzaba a quitarse la camisa y la dejaba a un lado, volviendo a quedar con el pecho descubierto y extendiendo la mano para tomar la camisa negra que el otro le daba. - ¿Tú estabas aquí de compras, cierto? -Preguntó, poniéndose la camisa, comenzando a abotonarla. - Es una lástima que te hayan descubierto y no hayas podido hacer tus compras en paz, Alec.

((^^u perdón por la tardanza))

(no hay problema ^^')

-jaaa, qué poco humilde...

El vocalista se reía , mientras escogía la camisa negra; pero era cierto, que fuera profesor no hacía imposible para Alexander vestirse algo más llamativamente, por no decir que al menos a chicos como Alec, un maestro que despidiera algo de sensualidad tendría que ser el de la clase más interesante...pero no quería incomodar al recien conocido hombre con esa clase de comentarios, así que se sentó en el minúsculo banquito del probador con las piernas cruzadas sobre ellas mismas, dándole la espalda al espejo y con la ropa del moreno encima, sosteniéndola como si fuera el empleado de la tienda; por un momento había olvidado que estaba ahí escondiéndose y había tomado muy en serio eso de ayudar al maestro con su ropa, aunque éste realmente no lo necesitara....

-ah...si...-dijo, suspirando resignado mientras cerraba los ojos y le quitaba la mirada a Alexander de encima.- compro para no aburrirme..no era nada necesario en realidad

Tal vez lo último que Alec necesitara fuera ropa; dado que el rubio iba a comprarla cada vez que estaba aburrido o se sentía demasiado solo, su armario estaba explotando de prendas que en su mayoría ni siquiera había usado; ya alguno de sus amigos le había reprendido por eso, tratando de hacerle ver que su afan de gasto tendría que ser una especie de patología; pero, pensaba el cantante, mientras tuviera el dinero eso no tenía ninguna importancia...podría estar loco de remate, pero gracias a Dios podía pagarlo.

Al fin el otro terminó de ponerse la camisa, y nuevamente tenía la mirada de Alec sobre él; éste se comportaba como un crítico de renombre y miraba a su acompañante fijamente, como tratando de estar total y absolutamente seguro de que esa camisa era para él....finalmente terminó por sonreír aprobatoriamente

-Bien, supongo que los hombres guapos como nosotros pueden ponerse lo que quieran.- guiñándole un ojo, el vocalista iba en tono de broma, pero sus palabras guardaban bastante relación con la realidad.- aunque estabas mejor sin camisa...no te permiten a enseñar con el pecho desnudo? te aseguro que nadie se perdería esa clase jajaa...

Algunas veces había pensado que la mayoría de las estrellas eran engreídas y prepotentes. Había escuchado comentarios de conocidos que se topaban con luminarias y se quejaban de la manera hostil en que estas les habían tratado. Pero Alec no era así. No sabía si era porque lo que sus conocidos decían estaba basado en estereotipos y simples cosas estúpidas o si él se había topado con una de esas pocas excepciones. O quizá, sólo se había topado con Alec en un buen día y, por las circunstancias, había un aire más íntimo y más familiar, más cómodo, entre ellos. Mientras se ponía la camisa oscura, sus ojos se posaron en Alec, en la pose humilde que había adoptado, en la risa que se le escapaba, natural y agradable y también en su mirada. Al parecer ya parecía mucho más tranquilo y relajado que al recién entrar, cuando la muchedumbre le perseguía.

Escuchó la respuesta que le daba el artista y por un momento se sorprendió de escuchar tan... apagada. Con un aire de resignación, como si en realidad no fuese por placer, sino por algo distinto.

- Ya veo...- Musitó, suavemente, terminando de abotonarse la camisa, esta vez dejando sin abotonar los primeros dos botones, a imitación de lo que Alec había hecho con la anterior. Por alguna razón, las palabras anteriores se le habían antojado tristes, pero no sabía realmente cómo tratar de disipar esa tristeza o qué hacer para, al menos, saber la causa de ésta.- No sabía que los cantantes podían aburrirse, es decir, por lo general están muy ocupados o eso es lo que parece.

Sonrió a Alec, que ahora le miraba, como analizándole, descubriendo si aquella camisa era aprobada al igual que la otra o no pasaba la revisión. Divertido ante esa perspectiva, se atrevió a posar un poco, moviéndose para que el otro pudiese apreciar las vestiduras de varios ángulos. La escena parecía graciosa y seria a la vez y Alexander pensó en lo agradable que estaba resultando aquella compra en la cual había tenido tan pocas expectativas. Sonrió más ampliamente al ver la sonrisa aprobatoria y asintió, contento.

- Es un lujo que podemos darnos.- Comentó, contagiado por aquel chico, captando la intencionalidad de aquel guiño y sonriéndole todavía. Aunque parecía que las personas que perseguían al joven vocalista se habían ido, no sentía prisa en echar de ahí a Alec. Al contrario.- Oh, pero no creo que atendieran mucho a la clase.- Habló, con un tono falsamente orgulloso, divertido, bromeando.- Verme sin camisa sería demasiada distracción, aunque es verdad que la asistencia de todos sería perfecta.

-Sí es cierto, casi siempre estamos ocupados...-murmuró mientras veía al otro dejar los dos primeros botones abiertos, y se sentía satisfecho de haber dejado ya al menos una pequeña marca en la forma de vestir de Alexander, aunque tal vez fuera sólo por el momento.- pero cuando estás de vacaciones y te aburres de tomar y esas cosas...realmente pasa a ser algo solitario...

Luego Alec siguió bromeando de cómo sería la asistencia a una clase de Alexander si éste se decidiera por darla semi desnudo; mientras las palabras se escapaban de su boca llegó a pensar que estaba siendo ya demasiado vulgar, pero al ver que el profesor siguió con la broma el rubio se relajó nuevamente; se dejó caer en la pequeña banquita, apoyando su espalda en ésta, una pierna en el suelo y la otra en la pared del probador, estirada ya que a pesar de que el vocalista no era muy alto, el espacio que trataba de ocupara no estaba diseñado para que las personas se echaran precisamente. No quería irse. Hacía tiempo que no conocía a alguien de una forma tan espontánea y simplemente quería quedarse ahí, chralando tranquilamente...

-Eres una persona bastante graciosa...-le dijo, mirándolo a los ojos desde su refugio en la banquita.- oye...ya que todo te queda bien por qué no lo compras y luego..si no estás ocupado...vamos a tomar un café? y te pagaré las molestias...

Alec entonces dió un salto y volvió a sentarse, esta vez apoyando su mentón en las palmas de las manos, como un niño.

-Aunque si quieres, puedes probarte los pantalones, y así me entretienes un rato...-sentenció, para luego sacar la lengua y mordérsela, reforzando su travesura al mismo tiempo que evitaba el reirse de su propia broma.


(siento demorarme...pensé que ya estaba cerrado el post...gomen >.<)