sonrio con sus palabras susurradas a mi oido, y me encanta como me toca, haciendo despertar ostensiblemente mi hombria con su toque sobre las pocas ropas que la cubren.
mi mano sigue su camino hasta su cadera, la que acaricia de ahi marcha hacia las redondas nalgas, apretandolas suavemente, mientras reparto beso en su cuello y clavicula.
eres delicioso, tan contradictorio, fuerte y sensible... me gustas demasiado...