Comprando cosas nuevas (privado / Sume)

Se bajo primero del automóvil para después caminar animadamente para abrirle la puerta a su acompañante ayudándole a bajar

-ven aquí te compraremos la ropa nueva, y el estuche para tu flauta que te prometí-

Había sido incapaz de borrar la sonrisa de su rostro en todo el transcurso hacia aquel lugar, aquella situación lo estaba volviendo mas animado de lo habitual, no había podido evitarlo, extrañamente la presencia del pequeño le agradaba demasiado, alejo esos pensamientos de su cabezo en un intento de concentrarse en las acciones que estaba llevando a cabo, paso su brazo por detrás del de cabello negro tomándolo por su hombro conduciéndolo hacia una enorme tienda de diversos accesorios

-Primero iremos por tu ropa-

Llegaron rápidamente a la abundante sección de ropa la cual señalo con la palma de su mano abierta

-escoge lo que tú quieras, no importa el precio, si te gusta te lo comprare-

Soltó al menor para dejar que fuera a ver la ropa mientras el mismo miraba algunas prendas tanto para el como para el zorrito

Se mantuvo bastante entretenido mirando a través de los cristales polarizados del automóvil de su amo, los asientos de cuero negro le eran bastante cómodos y suaves, así que estaba disfrutando esto. Observaba el agitado transito del centro de la ciudad y a las personas con sus apariencias tan distintas y normales, algo muy alejado de las características estrafalarias de sus otros compañeros. Los enormes edificios le provocaron vértigo, pero su interés no desaparecía.

Bajaron del auto en el estacionamiento del centro comercial, una vez dentro, los ojos del zorrito se abrieron de par en par al observar lo enorme del lugar y lo variado de los establecimientos. Su amo lo condujo hasta una enorme tienda en donde se vendía variedad de artículos, aunque ellos estaban más interesados en la ropa.

Después que su amo lo soltó se sintió un poco inseguro y la timidez lo invadió. Había otras personas escogiendo entre la ropa, los observaba curiosamente mover las prendas colgadas buscando alguna que les llamara lo suficiente la atención como para comprarla. Lo paradójico de la vida, ahora le tocaba a él ir de compras. No muy seguro comenzó a observar algunos de los modelos en los maniquís, la ropa esta por un lado, y el no tardo en encontrar algo que llamara su atención, además de que encontró justamente lo que estaba buscando, o al menos eso pensó él, no savia que era pero se veía lindo y esponjoso. 2 ojos negros brillantes lo observaban sin vida, y las largas orejas caían a los lados, se dio cuenta de que eran unas pantuflas con forma de conejo, eso quería él, así que las tomo encantado por su adquisición y siguió observando entre la ropa.

Noto rápidamente la inseguridad del pequeño en el momento en que se separo de el, aunque decidió no interferir por ahora, realmente quería que el menor eligiera por si mismo y perdiera la inseguridad

Se distrajo de su tarea y siguió con la mirada a su acompañante, la sonrisa había regresado a su rostro cuando pudo ver las pantuflas de conejo que el chico había tomado con tanta emoción

Espero unos minutos más y después se acerco desde atrás al zorrito colocando sus manos en sus hombros, bajo un poco su cabeza a la altura de una de las peculiares orejas de zorro del otro y susurro suavemente

-algo que te agrade Sume?-

Le sonrió con amabilidad al momento en que dijo aquello, miro a su alrededor mientras esperaba con ansiedad la respuesta del de cabellos negros, fijo su mirada en las pantuflas animadamente

-hay que encontrar algo que convine para cuando uses esas pantuflas-

¿Ha? … - El tacto sobre sus hombros lo sorprendió un poco, pero pronto se dio cuenta de que se trataba de su amo. – Si. – sonrió tímidamente asintiendo con su cabeza. Aunque para unas pantuflas combinaría un pijama pensó rápidamente el zorrito ante las palabras de Narel, pero también podría usarlas para estar en casa, así que algo de ropa ligera estaría bien. Observo unos shorts color beige que aparentaban tener doblada la bastilla, un par de bolsas en cada lado con hebillas. Eso le gustaba, el cálido clima de la primavera había comenzado y seria ropa muy cómoda para andar, así que tomo la mano de su amo y lo llevó hasta donde estaba la prenda para poder tomarla. – Amo, ¿le gustaría que usara estos? – pregunto tomando la prenda y sobreponiéndola en su cintura para mostrar como podría llegar a verse con ellos.

Después de la respuesta del menor noto que se detuvo un momento a pensar, guardo silencio dejando que pensara en todo le que quisiera, no tenia prisa, de hacho tenia todo el tiempo del mundo

Cuando su esclavo le tomo de la mano este sonrió ante la confianza que este al parecer se había generado, camino siguiendo al menor asta quedar viendo detenidamente la prenda, se imagino al zorrito usándola cosa que se le facilito cuando la coloca encima de su cintura, a su vista se le veía bien al de cabellos negros

-se te ve bastante bien, además con la temporada que es, creo que estarás cómodo con esto-

Sonrió amablemente al momento de decir esto, fingió un momento un gesto pensativo y miro a su alrededor

-hay que buscar algo que combine, alguna proposición?-

Se escucho un tono divertido en su voz mientras trataba de analizar las expresiones que se aparecían en el rostro de su acompañante

Le sonrió a su amo asintiendo con la cabeza y finalmente abrasando la prenda. Narel tenía razón, no podía andar por ahí con un par de pantuflas de conejo y un short. Por suerte, a su derecha estaba una sesión plagada de camisas de muchos colores con estampados variados, algunos más discretos que otros. Sume las observo rápidamente, algunas de ellas por sus colores y diseños captaron su atención, después observo a su amo y nuevamente a las camisas.

- Esto… ¿Le parece amo si vamos a observar algo de lo que está por allá? – tomando de nuevo la mano de Narel con sus deditos entrelazados con los del mayor, lo dirigió hasta 4 maniquíes que con sus posturas torcidas mostraban la ropa estéticamente. Sume tímidamente se paro frente a las 4 figuras, dejando atrás a su amo, junto sus manos al frente.

- Amo, ¿Cuál de estas le gusta? – a lo que se refería era a cual le gustaría ver en él, pero sintió un poco de pena decirlo de ese modo. Había una color naranja con las mangas en color negro al igual que el diseño. Otra azul claro con el nombre de la marca en color azul marino. Otra más verde militar con las mangas color caqui, y la sombra de la cara de un lobo de un verde más obscuro. Otra mas que era roja y negro con un diseño distorsionado en él la mitad de la camisa. El zorrito espero paciente la respuesta de su amo, con un leve rubor en las mejillas.

Camino despreocupadamente siguiendo al pequeño mientras apretaba mas fuertemente el agarre de sus manos, cuando llego frente a los maniquíes se quedo mirando atentamente a cada uno de ellos imaginándose a su esclavo en el lugar de estos divirtiéndose un poco, después de un rato noto cual era el que a sus ojos le quedaba mejor

-es demasiado difícil decidir, estoy seguro que te verías bien en cualquiera, pero........-

Se acerco al zorrito y todo entre su mano derecha un mechón de cabello de Sume e inclinándose poco deposito un suave beso e el

-creo que quedaría muy bien ese azul con tu cabello, aunque como ya te he dicho, realmente es imposible que no te veas bien con cualquiera-

Se acerco nuevamente a los maniquíes y uno por uno fue mirando los precios de los atuendos sin dejar que su acompañante los viera, sonrió y se giro

-pero si te gustan, podemos llevarlos todos-

Dijo con aquel tono de alegría aun impregnado en su voz

El rubor no tardo en aparecer en sus mejillas con la cercanía de su amo, su rostro tan próximo al suyo lo intimidaba aunque los dedos del mayor entre sus cabellos eran algo agradable. El zorrito apretó los ojos cuando lo vio acercándose aun mas, sintiendo el rose cálido de sus labios, cuando lo percibió un poco más alejado abrió un solo ojo para poder observar la esplendida sonrisa del rubio y después abrir el otro.

Vio como se acercaba a cada uno de los maniquís, tal vez revisando las prendas más de cerca para cambiar su opinión, supuso el esclavo. Las palabras de su amo lo sorprendieron mucho, se trataba de una persona muy generosa. El estaba impuesto a tener muy poco y conformarse con ello, pero su amo no tenia reparo en comprarle lo que a él le gustara, ya se lo había dicho antes, sin importar el precio él podía escoger.

- Muchas gracias amo, es realmente una persona muy generosa. – dijo inclinándose levemente en una respetuosa reverencia. No savia bien como demostrar su gratitud, así que tenía planeado complacer a su amo en todo lo que le pidiera, así le pagaría su amabilidad, e intentaría no ser rebelde.

Sonrió con tranquilidad e incorporo al menor desde el mentón con su dedo índice quedándose en silencio un momento sin dejar de ver con interés y ternura los ojos de su acompañante

-no, solo quiero que seas feliz, quiero que si sufriste en aquel lugar lo olvides y puedas disfrutar-

Aquella frase salió de una manera demasiado especifica para su gusto cosa que provoco que se sintiera algo tonto, "desde cuando se dejaba llevar de esa manera?" extrañamente se le hacia muy fácil hablar con el zorrito, cosa que nunca le había sucedido con nadie

-perdona Sume, creo que me deje llevar-

Se rio un poco de si mismo intentando dejar en paz el asunto pensando en su próxima contestación

-pero, nunca hagas reverencias ante mí, porque recuerda que yo solo quiero ver tu rostro sonriente, y si te inclinas no puedo verlo-

Nuevamente se había dejado llevar pero esta vez no se dio cuenta

La contestación de Narel solo confirmo lo que él pensaba, que su amo era una persona generosa y amable. Pero sonrió felizmente con el rostro bien en alto para que su amo lo mirase, si eso lo hacía feliz entonces le dejaba la tarea bastante fácil, a Sume le parecía muy sencillo sonreír estando con su amo, él le daba siempre la confianza necesaria para que lo hiciera.

Detrás del rubio al fondo de la sala, Sume pudo distinguir unos trajes elegantes en tonos oscuros que sin tener que acercarse a ver la etiqueta se podría decir que eran caros. El zorrito giro sus ojos de vuelta a Narel, tratando de imaginar cómo se vería su amo con alguno de ellos. Sus mejillas se encendieron enseguida. Su amo era un hombre muy atractivo, en su opinión cualquier traje le quedaría bien. Sacudió su cabeza un poco para despejar sus ideas y le volvió a tomar la mano al rubio.

- A-amo, ¿D-do-donde podemos comprar el estuche para mi flauta?

Se sintió algo apenado al percatarse de que había tartamudeado al inicio de su frase. Todo lo que él quería era disimular sus torpezas y parecía hacerlas notar mas, era algo normal en el.

Siguió discretamente la mirada de su esclavo extrañándose un poco, no creía que a el zorrito le gustara usar trajes de ese tipo, aunque debía admitir que a su vista esos trajes eran bastante elegantes y atractivos, tal vez se tomaría un rato para observarlos mas de cerca

Sonrió de medio lado cuando al regresar su vista al pelinegro pudo percatarse de aquel rubor que iluminaba su hermosas mejillas claramente algo se había imaginado al ver aquellos trajes tan caros y su objetivo seria descubrir la razón lo mas discretamente posible, por un momento fingió no darse cuenta del tartamudeo del menor al hablar mientras pensaba en algún plan para llegar a su objetivo

-pues, cerca de aquí hay una tienda de instrumentos musicales, ahí compre un piano hace poco y si venden estuches para flautas de la misma calidad apuesto a que te encantaran.........pero primero tenemos que pagar tu ropa-

Dijo sonriendo al momento en que colocaba en su brazo todas las prendas que comprarían exceptuando las pantuflas de conejo que dejo que el pequeño continuara llevando

En aquella ocasión el llevo de la mano al pelinegro por la tienda en una serie de movimientos transitados que terminaron cerca de los lujosos trajes a lo cual nuevamente fingió que era la primera vez que los veía parándose frente a ellos

-que piensas de estos trajes Sume?-

Fue directo al decir aquello, dijo exactamente lo que quería saber, un rubor de parte de su esclavo no podía quedar sin explicación para el

O era verdad, antes debían pagar por la ropa que eligieron, se había puesto tan nervioso que lo había olvidado, ahora un poco más calmo asintió con la cabeza. Su amo lo guio por la tienda para llegar a las cajas de pago, aunque se detuvo antes de llegar a ellas. Sume no entendió el porque hasta que observo los elegantes trajes que había visto antes. ¿Su amo querría comprarse uno? El rubor volvió a aparecer aunque en un tono no tan elevado como antes, era algo más discreto, eso hasta que escucho la pregunta de su amo que lo hizo saltar nervioso y sus mejillas tomaron un intenso color carmín. ¿Por qué le preguntaba una cosa como esa? O tonterías pensó, estaba haciendo un gran escándalo solo por una simple pregunta, su amo solo quería su opinión, aunque la verdad fuera algo tan vergonzoso de decir.

- Es… - miraba sus manos jugando con sus dedos nerviosamente. “Vamos responde, es solo una pregunta” se decía a sí mismo. Echó una rápida mirada al rostro de su amo pero regreso su vista al suelo. – Es que… y-yo c-creo. – cerro los ojos con fuerza para decir lo que seguía. - Que mi amo se vería muy bien con ellos.

"Así que eso era", le pareció bastante dulce aquel comentario, tal como esperaba su esclavo se había ruborizado por su causa, le parecía tierno, le agradaba ser la causa de su rubor, tal vez fuera algo cruel pero le era muy satisfactorio

-entonces, me probare uno para ver si tienes razón, claro si tu quieres-

Sonrió amablemente al zorrito antes de girarse y mirar despistadamente uno de los trajes a la vez que esperaba pacientemente la respuesta del pequeño

-o tal vez, quieres que vengamos después de comprar tu ropa y tu estuche para tu flauta, lo que tu prefieras mi pequeño sume-

Esa era su mejor respuesta, quería que el pequeño decidiera, después de todo el haría caso sin objetar de lo que eligiera, quería que el pelinegro estuviera cómodo y sin presiones de su parte

Sume podía elegir, lo cual le era del todo Nuevo, había elegido su ropa, un lujo que le agradecía de todo corazón a su amo, pero Narel era tan accesible que ahora le permitía elegir qué hacer con su tiempo, a donde debían ir ahora. No había que pensar mucho aquella pregunta, a él le encantaría ver a su amo con alguno de esos trajes elegantes, se vería sofisticado como un caballero, aunque para el zorrito ya lo era, simplemente esas ropas lo harían notar mas. Estaría sonrojado durante todo el tiempo, eso pensaba el oji-miel, pero bueno, de cualquier manera lo haría.

- Amo, puedo esperar por usted. – bien, ya eran puntos a su favor, había dejado de tartamudear, aunque su tono de voz seguía demostrando timidez, era algo inevitable para él. Su cola se movió sinuosamente esperando respuesta, no como la de un perro, pues era un zorro, tenía los finos movimientos de uno, aunque la mayoría de las veces sus inseguridades lo hicieran actuar torpemente. – Quisiera poder verlo. – dijo animando al mayor para que se probara el traje, aunque después sintió un gran bochorno por lo que había dicho y se llevó las manos juntas a la altura de la boca para ocultar el rubor de sus mejillas. – E-eso… eso creo.

Su esclavo había tomado confianza, ya no tartamudeaba, aquello le alegraba además de que podía decidir mas fácilmente, tomo despistadamente uno de los trajes sin dejar de sonreírle al pequeño, para después poder mirar la medida del traje

-muy bien, iré a probármelo-

Tomo un momento la mano del zorrito y camino con el hasta los probadores mas cercanos, miro si había mucha gente por ahí soltando un momento, mirándolo fijamente, mientras pensaba un poco

-espérame un momento aquí mi pequeño-

Entro por unos minutos al probador para después salir luciendo un traje negro con un chaleco y una corbata blancas, era bastante sencillo pero se veía muy elegante como para alguna ocasión importante

-te gusta?, este es bastante simple-

Fue dirigido por su amo hasta los probadores, donde espero pacientemente a que este terminara de vestirse con el elegante traje que había escogido. Posiblemente se trataba de un traje sencillo no muy ostentoso comparado con los otros que había, pero para Sume era hermoso, un traje elegante y esperaba con curiosidad ver como se le veía a su amo.

Apenas Narel salió de los probadores luciendo las prendas, Sume se sonrojo de nuevo. Su amo se veía exquisito, con el porte de un caballero. Sus orejas zorrunas se movieron un par de veces. Mantenía las manos entrelazadas moviéndose con nerviosismo. No pudo evitar apartar la vista, se sentía muy apenado porque era consciente del sonrojo en sus mejillas.

- Le sienta… muy bien amo… - dijo con dificultad aunque no tartamudeo puesto que dirigía su mirada hacia otro lado.

Saco una sonrisa de satisfacción, aquel rubor en el rostro de su esclavo le había dicho todo lo que quería saber sobre como se veía con el traje, se acerco un poco y le acaricio los cabellos al zorrito sonriéndole amablemente

-entonces me comprare el traje-

Sin dejar la sonrisa se levanto completamente y se fue de nuevo al probador cambiándose a la ropa que traía lo mas rápido que pudo, salió rápidamente con el traje en uno de sus brazos, tomo la mano del pelinegro con la suya

-ahora vamos a pagar todo esto-

Comenzó a caminar sin prisa mirando por el rabillo del ojo de vez en cuando a Sume regresando la sonrisa a su rostro cada vez que lo veía, se sentía muy bien con todo lo que había hecho ese día, Estaba seguro que nunca se había sentido mas satisfecho de las decisiones que había tomado como en aquel día, el hecho de tener a Sume en su vida le venia de maravilla

El tacto de su amo en su cabello no paraba de ser una sensación agradable y tranquilizadora. Aunque al mismo tiempo su cercanía lo pusiera algo nervioso siempre conseguía hacer que Sume se sintiera bien con una linda sonrisa en su boca y la forma cálida en la que lo veía.

Su amo se compraría el traje después de todo. Y era una buena decisión, se le veía muy bien. El zorrito estaba muy feliz de haber podido ayudar a su amo a comprar un traje. También estaba muy feliz de tener un amo como él. Después de todo le había comprado tantas cosas, sin siquiera fijarse en el precio.

Espero paciente a que Narel volviera a cambiar sus ropas, en esos pocos minutos de vez en cuando su vista se iba hacia otros lugares, observando a la gente que pasaba y la gran variedad de vestimentas que utilizaban. Observo también a otros esclavos en ese sitio, esclavos que acompañaban a sus amos ayudándoles a cargar las compras o atendiéndolos. Desvió sus precoces ojos hasta una pareja de enamorados que se besaban y abrazaban tiernamente. El zorrito se ruborizo al instante y aparto la vista. Aunque en su cabeza giraban cientos de preguntas sobre la vida fuera de Hanori, después de todo lo que savia era por haber visto videos y fotografías. Si savia como era la vida de las personas libres, pero no todos eran iguales.

Al fin su amo salió del vestidor y lo tomo de la mano. Noto como de vez en cuando le echaba uno que otro vistazo, a lo que él correspondió tímidamente con una mirada de inocencia.

Aquella mirada inocente le era muy hermoso, en si Sume era muy hermoso, asalto a su mente el pensamiento de que había caído en sus manos una joya extremadamente valiosa, la cual protegería con su propia vida de ser necesario, le daría todo lo que quisiera sin escatimar en ningún tipo de costo de dinero o de cualquier otra cosa

Pago todas las prendas rápidamente y pidiendo que todas las dejaran en encargo y que luego vendrían por ellas, no tenía ganas de llevar por todos lados las prendas mientras compraban lo demás, pues compraría muchas cosas aquel día y en algún momento ya no podría con todo

-ahora hay que comprar el estuche de tu flauta-

Dijo sin quitar aun la sonrisa de su rostro mientras tomaba nuevamente la mano del zorrito mientras caminaba a paso tranquilo y algo despistado despistando a los que pasaban frente a ellos con aquella sonrisa, dirigiéndose a aquella tienda de instrumentos musicales en la que había comprado anteriormente un piano

-si vez alguna tienda que te llame la atención, dime y entraremos a ver-

Sabia que de camino a donde vendían los instrumentos habían un sin fin de cosas que podrían agradar al pelinegro y no se negaría a llevarlo a mirar y a comprar si el pequeño lo deseaba

En realidad a Sume lo que más le interesaba era llegar a la tienda de instrumentos musicales. Al zorrito le fascinaba la música clásica, no era de extrañarse que estuviera algo emocionado, aunque no lo demostraba por su acostumbrada inseguridad. Aun así puso su mayor sonrisa cuando su amo se dirigió a él. Tenía razón, en el centro comercial había infinidad de tiendas de todo tipo, hasta para cosas que Sume no savia para que servían. De repente lo invadió un aroma dulce, algo delicioso que llenaba su pequeña nariz zorruna.

- Amo Narel. – dijo para captar la atención del otro y se detuvo para que su amo también lo hiciera. – ¿Lo huele? – Sume lo olía, olía tan bien que casi podía saborearlo. Miro hacia todos lados en busca de la fuente de su dulce aroma. Sus ojos se iluminaron apenas vio el anuncio de la repostería francesa. En la vitrina se veían los pasteles de mucha variedad, de chocolate, con cerezas, con fresas, galletas… – Amo, ¿Podemos ir a ver? – sus ojos suplicantes se dirigieron al mayor. Esperaba una respuesta acertada, quería ver los pasteles y dulces, pero también tenía un poco de hambre y el olor no estaba nada mal de hecho era delicioso. Entonces su estomago gruño, el zorrito se sonrojo por lo sucedido y miro apenado a su amo.

No prestaba atención a lo que había alrededor, solo pensaba en la tienda de instrumentos musicales y en su acompañante, “Amo”,se detuvo en aquel instante mirando tranquilamente al zorrito, miro a su alrededor hasta que mira la pastelería esta vez alcanzando a percibir aquel magnifico olor, escucho el sonido del estomago de su esclavo y rio un poco para despues volver a sonreír acariciando los cabellos de Sume

-esta bien, vamos a ver…..y si te gusta alguno dime y lo comprare para ti-

Camino hasta la pastelería tomando de la mano al pelinegro, se escucho al encargado dándoles la bienvenida e inmediatamente soltó la mano del pequeño para que pudiera ver los numerosos pasteles que había en aquel lugar

Fue de un lado para otro apenas su amo le soltó la mano, mirando las vitrinas, cada vez maravillándose más de la forma tan creativa como presentaban los postres. Todos le gustaban, eran todos tan vinitos y se veían tan sabrosos… pero aunque quisiera no podría comérselos todos, eran demasiado, tendría que elegir uno aunque le fuera algo difícil.

Miro un pye de limón, decorado con una bella rosa blanca de azúcar y dos hojitas de menta, una a cada lado. Se veía delicioso, casi pudo saborear el acido pero a la vez dulce sabor. Un poco más a la derecha del pye de limón estaba un pastelillo de chocolate, tenía tanto chocolate blanco como negro mesclados en la cubierta y 3 cerezas en medio. El zorrito frunció los labios, quería los 2, pero eso era muy codicioso de su parte, además de goloso, debía ser bueno y escoger uno solo. El estaba mientras en su debate interno cuando vio al encargado poner un platón con varios pastelillos. Eran pasteles de fresas con cubierta de crema, las fresas cortadas en cuadritos estaban en la orilla del postre redondo y en el centro partida en cuatro partes estaba abierta una de las fresas, con una pompita de crema en medio coronándola. Se veía muy bien, y también olía bien, estaban recién hechos. Sume se les quedo mirando, hasta que se dio cuenta de la presencia del encargado, el cual solo le sonrió amablemente. Sin embargo sume se puso tan rojo como una manzana agacho la cabeza y corrió a esconderse detrás de su amo.

Clavo la mirada en el zorrito, siguiéndolo a cualquier lado que fuera con la vista, mientras el mismo miraba algunos de los pasteles por los que pasaba Sume, algunos le parecían llamativos y le entraban ganas de comprar algunos ,y otros como uno que sabia el pequeño no había podido ver pues estaba en la estantería de mas arriba, que debido a su color naranja fosforescente le quitaban las ganas de comprar alguno para el

De nuevo clavo su mirada en el pequeño cuando noto que se había parado frente a unos determinados pasteles, los cuales el no podía ver pero si veía un poco la cara de su esclavo, el cual parecía algo indeciso, pensó en acercarse, tal vez podría ayudar un poco a su acompañante, su mirada se fijo un instante en el encargado que se acercaba con una bandeja de pasteles hacia donde estaba Sume y fue grande su sorpresa cuando este corrió hasta detrás de el

-que sucede, Sume?-

Se giro un poco acariciándole el cabello al zorrito mientras esperaba pacientemente su respuesta, miro por el rabillo del ojo un segundo al encargado que los miraba bastante extrañado para después regresar su vista al pequeño

La mirada del encargado le había dado algo de miedo, no era que le hubiera mirado de mala forma, era solo que no se sentía cómodo cuando las personas lo miraban tan directamente, ¿Qué tal si tenía algo malo? Si tenía una mancha en la cara o la ropa sucia o… muchas otras cosas que podrían estar mal en él y los demás lo miraban y después lo juzgaban y… paranoias tontas, se lo había dicho a si mismo otras cientos de beses.

Salió de detrás de Narel su amo y se paro frente a él con la mirada desviada hacia otro lado del suelo. Se animo a levantar la vista y aunque sus mejillas enrojecieron un poco le hablo sin tartamudear una sola palabra.

- No es nada amo, yo me asuste por tonterías. – dijo con una sonrisita nerviosa, la situación era algo embarazoso. – Amo, ya elegí el pastelillo que quiero. Es uno de esos que esta allá en la charola. – Sume lo pensó un momento y al final se animo a decirlo, aunque no de forma muy alegre, no era algo que lo enorgulleciera. – Amo, ¿Me perdona por ser tan miedoso? – mientras jugaba con sus deditos y daba una que otra mirada furtiva al bello rostro de su amo.

Miro por unos momentos al encargado de la tienda listo para soltar cualquier mirada amenazadora de ser necesario, después de todo Sume era el chico mas hermoso que había conocido y no le sorprendería que cualquiera se fijara en el y por supuesto el no iba a permitir que le hicieran algo al zorrito, desvió su mirada hacia sume al instante en que salio de detrás suyo escuchándolo atentamente

Sonrió amablemente acariciando los cabellos del pequeño, se inclino mirándolo a los ojos esperando que este no desviara la mirada

-no hay nada que perdonarte Sume, además nada de lo que te asuste va a ser una tontería ahora vamos por tu pastelillo-

Intento cambiar el tema de conversación por un momento para que el zorrito pudiera relajarse un rato, aunque como había dicho antes, si algo le asustaba el estaría dispuesta a ayudarlo no importaba lo que fuera