Un gato salvaje llega a casa [Vash - lemon]

El viaje había sido corto y silencioso, siendo lo único que sonaba el CD de música clásica. Llegaron a una casa de tres pisos, con un balcón en el tercero y, la entrada, repleta de rosas blancas, rojas, negras y azules. Estacionó el convertible en el estacionamiento interior de la casa, abriendo la puerta de este con un pequeño control.

- Espero que disfrutes de tu nuevo hogar. No te abriré la puerta porque ya me di cuenta de que no te gustaba- dijo, riendo levemente.

Se bajó del vehículo con las llaves de la casa en mano, adelantándese a abrir la puerta de la casa, a pesar de que el otro aún no había bajado del auto.

*queda verdaderamente fascinado al ver aquella casa, las rosas, la puerta automática o el hecho de que era de 3 pisos; todo le gustaba y mucho, sin poder ocultarlo pero como de costumbre no lo iba a admitir* -no esta mal…- *opino fingiendo desinterés para luego no hacer mas que ver como Axl bajaba del auto y se dirigía hacia la casa.
Permaneces unos segundos dentro del auto para luego dar un profundo suspiro y con este finalmente bajar* -ne, tendré una habitación para mi o dormiré en otro lugar?- *pregunto caminado hacia él en un paso elegante meneando su cola de igual forma* -aunque me daría lo mismo…- *agrego sonriendo para luego entrar a la casa como si esta le perteneciera pero aun así sin perder la elegancia de sus movimientos, después de todo exhibirse le gustaba mucho y eso era algo que no podía negar*

No prestó importancia a las palabras del menor, sonriendo con sarcasmo al escucharlas. Una vez abierta la puerta se podía observar lo grande y lujosa de la casa; un sillón de cuero amplio, acompañado de dos pequeños y una mesita fina al centro, aunque no tan fina como el extraño adorno traido de quien sabe que país; una estanteria llena de libros y otra, llena de los más importantes trofeos que había conseguido Axl en su carrera como tenista; luego, la mesa del comedor, redonda, que parecia ser de cristal y con cuatro sillas a su alrededor; más al fondo, al finalizar un pasillo, se divisaba la cocina; las murallas, decoradas con cuadros extranjeros, obras originales de famosos pintores. Todo detalle estaba en el lugar correcto y los lujos abundaban en la casa.

- La casa tiene cinco habitaciones- explicó- tres en el segundo piso y dos en el tercero. Puedes elegir la que desees, menos la que da al balcón porque es mia- lo miró fijamente, sonriendo con cierta ternura.

Repentinamente, colocó su mano en la mejilla del otro, acariciándola con suavidad, para finalmente pasar por sus cabellos. El pequeño tenía una mirada triste, por más fuerte que se mostrara. Cuando se percató de lo que estaba haciendo, quitó su mano y partió en direccioón a la cocina.

- Voy por vino.

*Quedo boquiabierta al ver los lujos que poseía aquella casa, para luego verlo sonriendo entusiasmado e incluso se le notaba brillo en los ojos* -enserio?, la que yo quiera?- *pregunto sin poder contener la emoción para luego componerse y tratar de fingir inútilmente desinterés* -ehm… digo como gustes…-*Comenzó a recorrer la planta baja de la casa luego de que Axl se fue a buscar el vino* -ne, que sea que sea uno añejo…- *tubo el descaro de exigirle para luego sentarse en aquel sofá de cuero adoptando una pose elegante y sofisticada* -master Axl que comeremos?¿- *cuestiono sonriendo de medio labio para luego empezar a recorrer con la vista aquella lujosa sala de estar*

El comportamiento del menor lo hizo reír interiormente, mas por fuera, simplemente esbozó una sonrisita burlona.

- Si, la que quieras- repitió- te ves bien cuando muestras entusiasmo. Mucho mejor que estando amargado.

Ya en la cocina, comenzó a buscar un buen vino. Se decidió por uno que guardaba desde hace tiempo con la intención de abrirlo para una ocación especial. Lo sirvió en copas de cristal y se dirigió a la sala de estar, entregándole una copa al joven.

- No es de Zados- explicó, sentándose en uno de los sillones pequeños- si tienes buen paladar, estoy seguro de que te va gustar- se quedó pensativo respecto a la comida- ¿qué te gustaría comer? ¿Algo en especial?- preguntó, ya que aún no conocía los gustos del felino, por lo que no estaba seguro de que darle.

*toma la copa de vino y lo mira* -por quien me tomas?- *pregunto para luego como todo buen catador puso a prueba el vino, haciéndolo girar en la copa viendo su color y consistencia, oliendo su aroma para luego probar un pequeño sorbo* -si, es muy bueno…- *concluyo sonriendo para así beber un trago mas consistente.
La sonrisa se borro de su rostro al escuchar sus preguntas, viéndolo serio, casi molesto* -acaso me escuchas cundo hablo?- *pregunto desafiante para dar un suspiro* -dije que me gusta mucho la comida picante aparte de un buen vino- *respondió finalmente viéndolo a los ojos* -si no sabes hacer ningún platillo de ese tipo, haré el sacrificio de cocinar por esta ves yo….-

Cuando lo escuchó hablar de esa forma lo miró con fivolidad. Su paciencia acababa de llegar a su límite. Si el menor no deseaba una amo amable, no lo tendría. Si el menor estaba buscando un amo frívolo, Axl se lo daría. Ya no más amabilidad, ahora mostraría todo lo que pensaba, diría la verdad.

- No me interesa escucharte- dijo, con seriedad, pero con una tranquilidad casi insultante- si me vas a tratar como a un cualquiera yo también lo haré contigo. Tú dependes de mi en este instante. Acabas de desaprovechar la oportunidad de ser tratado como a un compañero. Desde ahora eres mi esclavo- se paró abruptamente del sillón pequeño, imperante- él único ser en este mundo que puede darme órdenes es mi amo. Tú recibes mis órdenes- se acercó al menor y, con una de sus manos, tomó ambas muñecas del chico a la vez que se colocaba sobre él- no vale la pena luchar por personas aprovechadas como tú que pretenden conseguir todo del modo más simple- lo tiró y se paró del sillón, dándole la espalda- no te traje a este lugar para que me dieras más problemas de los que ya tengo.

Se alejó del felino, con indiferencia, subiendo las escaleras para ir a su habitación. Estaba decidido. Si el joven no cambiaba su actitud y continuaba siendo un malagradecido, lo devolvería a Hanori. No estaba dispuesto a soportar más cargas de las que ya tenía. Se encerró en su cuarto, tirándose a la cama para descansar.

*en verdad la había envarado, no solo se había pasado de la raya sino que lo trato mal. Pero que hacer cundo uno se ve obligado a actuar de aquella forma casi toda su vida, ya no estaba en Hanori, así que por que no comportarse por primera ves en mucho tiempo?.
Vash no hizo mas que desviar la mirada cuando Axl le dijo e hizo aquellas cosas; “en verdad, soy un idiota” pensaba mientras lo oía pero aun así, a pesar de lo mucho que deseaba disculparse no sabia como por lo que no pronuncio palabra alguna aun después de que su amo se allá encerrado en su habitación.
“que debo hacer?¿” se cuestionaba una y otra ves tratando de pensar la forma de disculparse; y así fue como se le ocurrió, sin duda era algo simple y muy cliché pero lámenos lo iba a intentar.
Se dirigió a la casina y luego de inspeccionar el refrigerador comienza a seleccionar los ingredientes para preparar la comida para la cual se esforzó al máximo, e inevitablemente luego de varios cortes y ruidos de ollas, de los cuales estos últimos se podían escuchar casi en cualquier parte de la casa.
Termino de preparar el platillo el cual honestamente no tenia una buena presentación por lo que no se veía muy apetitoso pero aun así olía exquisito; puso lo que preparo en una bandeja con todos los utensilios necesarios para así dirigirse hasta la habitación de Axl y dejarla frente a su puerta para luego bajar rápidamente sentándose en el sofá con sus orejas caídas; sin darse cuenta se le había pasado algo importante, y eso era llamar a la puerta de Axl después de todo como podría adivinar que le había preparado la cena?*

Sus pensamientos se borraron al sentir los golpes de ollas contra el suelo. Se llevó una mano a la cabeza, golpeándose la frente e increiblemente preocupado más por la seguridad del felino que por sus utencilios de cocina. Pensó en bajar pero no lo hizo, no deseaba darle en el gusto al menor. Escuchó que alguien subía las escaleras y las volvía a bajar. Se levantó de la cama y abrió la puerta, sintiendo olor a comida, bajando la cabeza para observar la horrible presentación del platillo preparado. La levantó y se volvió a encerrar en su cuarto, para así disfrutar de la comida. Estaba bastante buena, mucho mejor de lo que se veía. Una vez terminada bajó y observó al joven que se encontraba en el sillón con las orejas caídas. Dejó la bandeja en la mesa y se acercó a él, sonriendo levemente y acariciándole la cabeza con suavidad.

- Te daré otra oportunidad- dijo, con suavidad, sin dejar de acariciarlo- sé que tienes mucho que aprender respecto a como tratar a las personas, además, todos merecemos una segunda oportunidad- acercó sus labios a la frente del pequeño para besarla- pero va a ser la última. Si no la aprovechas, podrás irte olvidando del amo amable- advirtió, sin la necesidad de utilizar un tono de amenaza.

*lo escucho bajar y acercarse, pero aun así no hacia nada hasta el momento de sentir sus acaricias* -go… gomenen…- *se disculpo sin levantar siquiera la mirada y tragándose todo el orgullo.
Estaba claro que le iba a costar cambiar de actitud, después de todo de cierta forma se la impusieron al golpearlo sin motivos verdaderos o mejor dicho malentendidos y todo ya que no sabían que subirá de sordera.*
-espero que te allá gustado la comida…- *susurro aun sin verlo luego de que este besara su frente* -yo lo intentare, demo ya me acostumbre a dar motivos verdaderos para ser castigado…- *explico aun sin cambia la expresión de culpabilidad y tristeza que reflejaba su rostro*

Lo escuchó, comprendiendo como se sentía. Aquel ser siempre había estado solo, sin nadie que lo defendiara y cuidara, simplemente siendo castigado a golpes por los idiotas de Hanori. Se agachó, para mirarlo a los ojos, con una leve sonrisa en su rostro, pasando su mano por la mejilla ajena.

- Fui esclavo hasta los cinco años, cuando un niño pidió mi libertad y se volvió mi amo hasta el día de hoy o, al menos, me gusta decir que es mi amo. Siempre he seguido su ejemplo, por ello, desde el minuto en que caiste en mis manos, ya no vas a sufrir injusticias. Yo te cuidaré y protegeré. Te ayudaré a cambiar esa personalidad hostil- lo envolvió en sus brazos, abrazándolo tiernamente- haré lo posible por ser bueno contigo- lo volvió a mirar a los ojos- ¿tu comida? estaba mucho mejor de lo que aparentaba- bromeó, riendo levemente.

*cuando Axl se agacha para así verlo a los ojos le sonríe levemente escuchando atento lo que decía, para luego sorprenderse un poco ante su abraso, a decir verdad era la primera ves que lo abrazaban y se sentía bien.
Tardo un poco pero finalmente se lo correspondió, debía a que se sentía de cierta forma cada ves peor al haberse comportado así con alguien que lo trata tan bien* por lo que perdió la leve sonrisa al poco tiempo* -al menos hice algo bien…- *comento volviendo a sonreír* -yo…enserio, perdón…; tu me tratas bien y yo solo te estuve tratando mal…- *lo mira* -y tendría que ser al revés…-

Se sintió un tanto débil al notar la tristeza en los ojos del menor, la pena de alguien que no conoce el cariño, que nunca ha sido tratado bien por alguien. Esta vez no sonrió, pero si acarició la mejilla ajena.

- Los humanos no deberíamos dañarnos unos a otros. No porque tu condición sea la de esclavo debo dañarte. Mi amo nunca me dañó- una sonrisita pequeña se dibujó en su rostro- al menos, no físcamente, porque es inevitable no sufrir por alguien a quien quieres- se paró, esta vez para sentarse al lado del joven y tomarle una mano- no quiero forzarte a nada. Lo que yo quiero es un compañero, un amigo, no un esclavo- lo volvió a abrazar, mientras le acariciaba los cabellos- quiero hacer que confíes en mi, que sientas que puedes contar conmigo.

*nuevamente escucha sin decir nada, primero viendo su sonrisa para luego quedarse viendo su mano cundo este la toma* -etto…, no es que no me gusta demo…- *lo mira durante el abrazo* -me hace sentir raro que e abrases…- *explico sin saber bien la razón de eso, quizás solo sea que no esta acostumbrado a ese tipo de muestras afectivas.
Desvió su mirada viéndose en el trayecto la mano izquierda, la cual había tenido hasta el momento con el puño cerrado, recordando que se había cortado mas de una vez al cocinarle a su amo* -em… tienes un botiquín de primeros auxilios?- *pregunto abriendo la mano izquierda y enseñándole las cortadas que al abrir el puno comenzaron a sangrar nuevamente* -es que, en hanori nos hacían cocinar con cuchillos que ya casi no tenia filo y por costumbre me corte sin darme cuenta…- *explica sonriendo apenado*

Lo miró, y sonrió un poco avergonzado cuando le dijo que estaba incómodo. Dejó de abrazarlo y se limitó a posar sus ojos en los ajenos.

- Lo lamento. No deseaba hacer que te sintieras raro. Desde ahora serás tú quien me abraze, aunque no estoy seguro de poder aguantar- rió levemente.

Observó la mano ensangrentada del joven para después partir a buscar un botiquín. Sacó una venda y alcohol, esparciéndolo en pequeñas cantidades en las heridas del joven.

- Sé que duele, pero de esta forma se curará más rápido- se dispuso a vendarlo mientras se quedaba pensativo- por cierto... se me había olvidado decirte, pero aparte de Kurt hay otra persona a la que quiero que trates bien- explicó, mientras terminaba de vendarlo y lo miraba fijamente- Sebastian Isdel. Es... un gran amigo mio- dudó al decir lo último, ya que no estaba seguro de si podía o no tratar de amigo a Sebastian.

Lo miro un poco extrañado cundo le dijo que no podría apuntar a abrasarlo* -tks…- *chasqueo su lengua para luego hacer leve muecas de dolor, no loo iba a negar le ardía mucho pero un axial no se quejo.*
-Sebastián Isdel?...- *asintió levemente* -como gustes, tratare bien a esa persona también...- *después de confirmar que lo haría solo se queda viendo la mano vendada por unas segundos para luego volver a mirarlo y sonreírle* -etto… donde esta es botiquín? Así cundo me vuelva a corta puedo curarme sin molestarte…-

Spoiler:

La confirmación del menor lo tranquilizaba, dejándolo satisfecho, para después escuchar sus palabras y sonreir.

- El botiquín suelo dejarlo en la cocina, por extraño que suene. Al fin y al cabo, es donde ocurren casi todos los accidentes- explicó, calmado.

Se paró del sillón en dirección a la cocina, para traer un posillo lleno de dulces y volver a sentarse al lado del felino.

- ¿Te gustan?- preguntó, con infantilismo- puedes sacar si quieres.

Dejó el posillo en la mesita de centro y, antes de sacar un dulce, se vio tentado por los labios del joven, posando los suyos sobre los de él, en un acto imprevisible.

- Eres amargo- concluyó, con naturalidad, como quien no hace nada de nada.


[Cosa del destino xD]

-soka…- *solo eso comento ante su explicación para luego negar ante su oferta, ya que incluso desde pequeño no le gustaban los dulces* -odio los dulces…- *confeso viéndose sorprendido por aquel beso arrebatado, sonrojándose un poco y desviar la mirada serio* -pues soy así, si no e gusta entonces no me beses…- *comento en un tono levemente ofendido, no es que no le gusto el beso sino que al menos pudo evitar aquel comentario*

Sonrió con cierta malicia al notar el leve sonrojo del menor, cosa que le agradaba bastante. Lo tomó del mentón, con suavidad, para así mirarlo fijamente.

- Que haya dicho que eres amargo no significa que mo me haya gustado. Además, por extraño que suene, casi todas las personas que me gustan tiene un sabor amargo- explicó, con tranquilidad.

Volvió a posar sus labios con los del felino, esta vez entrometiendo su lengua en la boca del otro, jugando con la ajena, intentando saborear cada rincón. Al peliazul le gustaban esos juegos, no sabía si al otro también pero, estaba seguro de que si a su esclavo no le gustaban, lo rechazaría, por lo que no se preocupó.

*”había escuchado bien, acaso le acababa de decir que le gustaba?” se cuestionaba una y otra ves cundo recibió el segundo beso se sonrojo aun mas por aquella forma en que la lengua ajena recorría toda su boca e incluso incitaba a la propia a jugar con ella, lo cual hizo sin negarse; después de todo le gustaba mucho ese tipo de cosas.
Lo toma sumamente del rostro apasionando aun más aquel beso y a pesar de tomar aquella iniciativa demostraba cierta sumicidad, dándole a entender que se dejaría guiar por lo que él le haga*

Al instante en que se separó del menor pudo ver el bonito rostro sonrojado del joven, además de lamer el hilito de saliva que había quedado entre ambos. Lo observó por unos instantes, contemplando cada detalle del rostro de su nuevo compañero. Pasó su mano por la mejilla ajena, con cariño.

- En verdad eres bonito- comentó- quiero cumplir con lo que te prometí. Deseo mostrarte como es el sexo, pero,te advierto que, la primera vez siempre es especial y marca tus futuras experiencias, por ello, serás tú quién me diga si deseas hacerlo ahora o después.

Acercó su rostro al cuello del menor, besándolo y proporcionándole leves mordidas, tal y como lo haría un can. Aquel olor y sabor de la piel nueva era atrayente para el peliazul.

- No quiero forzarte...

*luego de aquel beso, inclina su rostro hacia la mano que acariciaba su mejilla, cerrando lentamente sus ojos para así disfrutar de mejor manera aquellas acaricias.
Escucho atento sus palabras, aun sin abrir los ojos y justo en el momento en que iba a responder sintió aquellos más que apetecibles besos y mordidas en su cuello, los cuales lograron arrancarle uno que otro suspiro* -tramposo…- *susurro aun sin abrir sus ojos, ya que en cierta forma lo era. Le había dicho que lo dejaría decidir si quería hacerlo o no en ese momento
Pero con aquellos besos y mordisco que Axl le estaba dando solo incitaban a que su respuesta sea un si* -si… si quiero…- *decidió finalmente, abriendo lentamente los ojos para mirarlo a la vez que lo separa un poco de si* -demo… tu lo dijiste, la primera vez es especial y quiero hacerlo en la cama, no aquí…- * era un simple petición, dudaba que Axl se negaría, pero si llegado el caso en que no quisiera entonces no le quedara otra que hacérselo todo mas difícil para que así finalmente acceda*

Rió cuando escuchó el tramposo salir de su boca, principalmente porque era un tanto cierto. Lo miró con curiosidad cuando le dijo aquello de la cama. La verdad era que Axl lo tenía pensado desde antes. Sonrió con malicia y tomó al menor entre sus brazos, como si se tratara de una princesa rescatada.

- En niongún momento pensé en tener sexo contigo en el sofá- dijo, mientras subía las escalera- lo haremos en la habitación del tercer piso, la que está al loado de la mía.

Una vez en la habitación, dejó al menor en la cama, depositando un beso en sus labios, para después salir de la habitación unos segundos. Cuando volvió, dejó un condón en el velador que se encontraba al lado de la amplia cama.

- No tengo intenciones de tener hijos- bromeó, de manera simpaticona, sentándose al lado del joven y mirándolo con extraña lujuria.

*se sonrojo bastante al ser tomado de aquella forma, desviando la mirada hacia un lado apenado.
En el trayecto a la habitación, no cambio la actitud, es decir, que seguía sonrojado y con la mirada desviada hacia un lado. Una vez sobre la cama correspondió aquel corto beso para luego verlo extrañado cuando este se marcha para luego verlo volver con un condón*
-pues yo tampoco quiero tener un hijo aun…- *respondió aun con un leve sonrojo para luego tomarlo, aprovechando que se había sentado a su lado y besándolo de forma muy apasionada.*

La expresión infantil del menor lo hacia divertirse, desearlo. Cuando recivió aquel beso, se dejó llevar, quedando luego sobre el joven, mirándolo con lujuria. Pasando su lengua por el cuello ajeno, disfrutando la sensación de ser el primero en tocar el fino y delicado cuerpo del felino.

- Te ves bien cuamndo estás sonrojado- comentó, con tono burlón- te hace parecer inocente...

Con una mano, comenzó a desabrochar lentamente la camisa que cubría el pecho del joven, pasando una mano por el, tocándolo cun suavidad.