Sexo de media noche

Suspiró un poco ante las palabras de Alec; no podía hacer mucho, pero al menos intentaría librar en alguna medida la carga que debía sostener el otro rubio. Quería recuperar a toda costa la sonrisa que antes poseía y que era realmente suya, no la que había sacado de una revista de gente plástica con vidas de barbies.

-Los monjes en mi religión escuchan todos los pecados del penitente, le dan algunos consejos y mandas que seguir, que son oraciones ya sea a la virgen como al Dios uno y trino…Eso es lo que quiero tratar de hacer contigo, aunque claro, no te mandaré a rezar ningún padre nuestro.-Dijo sonriendo.-Al menos ahora, es lo único que deseo…-

-Primero vamos a empezar por quitarnos las máscaras, acércate y mírame a los ojos, así sabré que no me mientes.-Se refería específicamente a su sonrisa de teleserie mexicana.-Si quieres llorar…hazlo, no me voy a reír de ti ni tampoco te voy a tener lástima.-

-En la juventud y en toda nuestra existencia cometemos errores, pero está en nosotros el querer estancarnos o superarlos y salir adelante fortalecidos de ellos. ¿Vas a dejar que el dolor termine por consumirte?...Por supuesto, jamás vas a olvidar a quien fue tu primer amor ni a tu hijo nonato, pero nadie está pidiéndotelo; de las equivocaciones se van formando los seres humanos…Necesitamos de un poco de sufrimiento para valorar lo que tenemos a nuestro alrededor y lo que realmente somos.-Le dolía que Alec se hubiera hundido tanto y aunque no le entendía del todo, trataba de comprenderlo, de ponerse en su lugar para escoger las palabras correctas.

Moses se paró y fue a sentarse un poco más cerca del otro rubio, apoyando los brazos en sus rodillas.-Sí te importa…por eso actúas así, pero sólo está en ti el querer salir adelante, no te propongo que elimines tus recuerdos porque tampoco podrías hacerlo, quiero que aprendas a vivir con ellos…-Suspiró entrecortadamente, no quería decir lo que venía.-Y tienes que empezar por dejar de acostarte con cualquiera.-Eso lo incluía a él.

-Aunque suene estúpido e inconsecuente viniendo de mí…Creo que este tipo de cosas deberían hacerse exclusivamente por amor.-

Alec sentía que estaba hablando con sus padres. O al menos, pensó, eso era lo que sus padres le hubiesen dicho si hubiesen sabido por lo que su hijo había pasado la noche del accidente. Era bastante extraño en realidad, que el hombre con el que acababa de acostarse le estuviera hablando de esa manera. Y el rubio se hubiese molestado, hubiese respondido con una ironía y dejado en claro que si le estaba contando algo tan privado no era para que le diera consejos como un abuelito. Pero no lo hizo, y no lo hizo porque pudo ver tras los ojos de Moses que su intención no era burlarse, y que tampoco se sentía superior al rubio más bajo. No. Sencillamente era una persona que sabía qué decir y cómo decirlo.

Y, había un detalle, un algo en el discurso de Moses que no pudo dejar pasar. No lo estaba disculpando. Las pocas veces que Alec se había sincerado con alguien la respuesta de su interlocutor había sido: No fue tu culpa. Y eso sacaba de quizio al rubio ¡Claro que había sido su culpa, si estaba conduciendo ebrio y drogado! Pero el más alto no estaba siendo así de benevolente. Estaba claro que no lo disculpaba. En vez de eso le pedía que siguiera adelante. Había hecho algo horrible, pero no podía detener el tiempo. No le quedaba más que continuar, tratando de no destruise a sí mismo en el camino.

-Hubieras sido un buen monje.-dijo, estaba sonriendo en serio, mientras se limpiaba un par de lagrimas que se habían escapado de sus ojos.-ahora hasta me da verguenza mirarte...rayos...

Y eso que Alec no había contado ni la mitad de sus pecados...

-Gracias.-susurró luedo de quedarse meditando un rato, para luego apagar el cigarrillo en el cenicero al lado de la cama y dejarse caer sobre esta.- pero no me pidas que deje de acostarme con la gente...le quitarás a mi vida toda la diversión...

Luego se rió. Era una risa sincera, de alguien que sabía que estaba derrotado, pero estaba dispuesto a vivir con eso.

-Ven Moses...tienes prisa por volver a tu cuarto? A mi no me espera nadie así que si quieres...-jamás le había pedido a nadie que se quedara, eso estaba fuera de toda discusión; eran los otros los que tenían que rogar por un poco más de Alec...definitivamente estaba volviéndose loco...

Al parecer, Alec ya se estaba calmando así que Moses se sintió un poco más aliviado, ya que de una u otra manera le había dolido un poco el escuchar el “pecado” del otro rubio; no entendía por qué, pero fue como ensuciar algo que consideraba hermoso a pesar de todo, “Bueno…ya basta de idealizar a las personas. Incluso después de lo que me ha dicho o sus formas de comportamiento, él aún me parece hermoso.”

-Quizás…pero seguramente hubiera violado a los niños del catecismo.-Dijo, mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.-¿Vergüenza?.-Moses comenzó a reír.-Me gusta este Alec, mucho más que el niño arrogante que se cree dueño el universo…Aunque claro, los dos son igual de interesantes.-

Moses siguió el movimiento del otro rubio y, ahora completamente aliviado se dejó caer sobre la cama.
-No me des las gracias…también escuchaste e incluso me hiciste reír.-El rubio no sólo quería devolverle el favor, sino quería tratar de influir un poco en la perspectiva con la que el chico miraba su pecado. Al parecer lo había conseguido.

El más alto sonrió ampliamente al comentario de Alec…en realidad no le hubiera gustado decir lo último, pero sentía que debía hacerlo porque más temprano que tarde los encuentros amorosos furtivos iban a terminar por hacerle daño.-Entonces cuídate.-

Moses sonrió y se puso encima del otro rubio sin cargar todo su peso en él, tomándole las manos que anteriormente había dejado a cada lado de su cabeza.-Gracias…Aunque no creo que no te espere nadie, pero…ya no importa.-Besó el cuello de Alec, inclinándose para luego morder el lóbulo de su oreja. Luego posó sus labios en los ojos del chico.-Así termino de eliminar las lágrimas de tu rostro...Te ves más hermoso sin ellas.-

-Por cierto...-Susurró en su oido.-¿Has probado el SM?.-

-En serio, nadie me espera.- rió Alec, como un niño chiquito que está haciendo una travesura.- en mi suite ya saben que no llego hasta la mañana...

Muchas personas pensaban que Abel era su pareja, y aunque era divertido dejarlos creer eso, también era de lo más divertido comentar que precisamenete el hombre con el que vivía era el único con quien no se acostaba, justamente por lo increíble que esto resultaba.

Moses lo besó de nuevo y el rubio respondió ronroneando complacido, estremeciéndose un poco debajo de aquel hombre. Sería divertido hacerlo de nuevo, ahora que podía decirse que tenían algo más de confianza. Confianza. Alec recordó, ante la propuesta del más alto, que había pensado que justamente era la falta de ésta lo que evitaba que su acompañante entrara a juegos un poco más...picantes.

-Un poco...-murmuró al oído de Moses también, para luego lamer la parte del cuello cerca de éste, como si lo estuviese probando.- en serio quieres hacer eso conmigo Moses? Puedo sorprenderte...

Tenía que aceptar que se había emocionado. Ya sabía que al otro rubio le gustaba ser dominante, así que tendría que aprovechar la oportunidad mientras la tenía. Con bastante mañana logró salirse de debajo de Moses y colocarse sobre él, siempre sonriendo; luego de darle un beso apasionado empezó a besar su pecho, mordiendo mientras dejaba algunas marcas rojas en la piel.

-decías?.-respondió Alec, levantando la mirada y orgulloso de haber dejado al más alto callado. Y casi se derrite al esuchar lo que escapó de sus labios. ¿Amo le había dicho? Eso se ponía interesante. Sonrió ampliamente. Hacía tiempo que no jugaba en la cama de esa manera, pero estaba seguro de que no había perdido el toque.

-Sí soy tu amo...y uno muy exigente

El rubio se sentó sobre Moses, sin preocuparse por su peso, y deshaciendo la cama por encima de la cabeza de éste logró arrancar un trozo de sábana, con el que ató las manos del más alto a la cabacera. El nudo no era realmente bueno, y así había sido pensado. Moses podría liberarse cuando quisiera. Pero eso no hacía la situación menos interesante.

-Ahora, lo que tienes que hacer es disfrutar mucho de mi boca...-estaba acariciando la piel, pero de vez en cuando dejaba sentir sus uñas, causando un ligero dolorsillo.- tienes que estar listo para estar dentro mío...entendido?

El vocalista entonces desendió por el cuerpo del otro hasta llegar a su pene, y tomándolo con una de sus manos empezó a mastrubarlo con movimientos veloces para luego llevarlo a su boca y meterlo hasta dentro. El rubio estaba deseoso de sentir la erección de Moses crecer dentro de su boca.

-No te atrevas a venirte aún.- el rubio dejó de masturbar al más alto dándole un apretón a la erección de éste; tal vez no dolería mucho, pero de seguro iba a detener cualquier necesidad de vacearse. A menos claro que Moses fuese más masoquista que sádico. Felizmente, Alec logró su cometido para luego sentarse encima del otro nuevamente, esta vez sobre su vientre, y quedarse mirándolo fijamente. Estaba pensando que tan lejos llevar el juego. Al parecer su acompañante no estaba acostumbrado a jugar la parte pasiva en un SM. ¿Sería apropiado hacer lo que estaba pensando? Tenía que jugársela. Se acercó al oído del otro, susurrando con voz gatuna.- si quieres que me detenga...estoy seguro que puedes deshacer este nudo...

Luego de dejar las reglas en claro mordió los labios de Moses posesivamente y saltó de la cama hacia el baño. Como lo suponía, ahí estaban las velas...Abel ya le había regañado varias veces diciéndole que eran un adorno, no un juguete sexual, pero a Alec le valió poco y encendió una de ellas, para volver a la cama inmediatamente.
Con una sonrisa que no auspiciaba buenas intenciones volvió a sentarse sobre el otro, en esta ocasión con la punta del pene del otro rubio en su entrada.

-Entra y muévete...y ten cuidado...o te quemaré- o se quemaría él, dependía del cuidado que pusiera en el asunto el más alto.

La entrada de Moses fue delicada y Alec lo miraba desde arriba, mordiéndose los labios y frunciendo el ceño para evitar los gemidos. Al menos por un momento más quería seguir manteniendo el control. De reojo, observaba como la vela se tambaleaba ligeramente, amenazando con dejar caer su carga en cualquier momento. El rubio aún pretendía tener algo de cuidado, pero el más alto no sólo empezó a moverse demasiado rápido, sino que dijo expresamente que no importaba si se quemaba. El vocalista le respondió con una carcajada seguida de gimoteos, mientras la cera hirviendo caía en el pecho del otro rubio, hiriéndolo.

-Su...ficien...te

Murmuró Alec, apagando la vela de un soplido, para luego lanzarla lejos de ellos y empezar a saltar sobre Moses, marcando su propio ritmo en las embestidas; al hacerlo, agachó su cuerpo un poco para besar los labios de su pareja, mientras sus manos desataban las ataduras de éste y llevaban las manos de Moses hasta su propia erección, casi rogando que lo tocara, sin necesidad de palabras.

Por fin el rubio había sedido, dejando que Moses recuperara el control de la situación. A Alec le gustaba más de esa manera, y su cuota de agresividad en la noche ya había sido satisfecha. Así que dejó que el más alto se colocara sobre él y empezara a embestirlo; los movimientos estaban llenos de energía, era casi violento; una delicia ya que todo era combinado con la mano de Moses en su erección, acariciándola de una forma tan perfecta (pues ya conocía su ritmo) que el vocalista supo que no podría contenerse mucho más.

Pero antes de terminar logró levantarse un poco, para besar la quemadura que había dejado en el pecho del otro suavemente...

-Ahora te acordarás de mí unos días...

Dijo, para volver a apoyar su espalda en la cama y rendirse completamente ante el otro rubio; no pasó mucho antes de que el rubio tuviera un delicioso orgasmo, que acompañó de suaves gemidos de complacencia. Moses aún no se había venido y Alec le sonrió traviesamente...

-Sigue Moses...sigue...

Rogó, no había nada más estimulante luego del orgasmo que las embestidas de otro hombre dentro de él.

El también se encontraba exasperado por la situación, pero trataba de controlarse lo más rápido posible para así tratar de tranquilizar a Alec, que se estaba sumergiendo en un estado irracional, que el rubio más alto entendía a la perfección, y no solamente por lo que habían estado hablando momentos antes; desde que llegó a Zados, Moses había hecho una sarta de estupideces e incluso, le ocurrió algo parecido con Aruan, así que sabía lo que debía hacer.

El rubio más alto observaba como el otro se dirigía al baño y murmuraba un par de cosas que no pudo entender pues aún estaba atónito por la situación, se sentía como un imbécil por dejar que le ocurriera lo mismo dos veces, al parecer no había aprendido de sus errores, pero estaba a punto de hacerlo o al menos eso creía.

Alec salió del baño y le formuló la pregunta que había estado esperando.-Primero es…qué hacemos, porque no estamos hablando de partenogénesis precisamente.-Dijo suspirando, ya se había calmado del todo y debía asumir la responsabilidad pertinente.-Tenemos que ver si estas esperando un hijo; si lo estas, no puedo dejar que abortes, así que eso ni lo pienses Alec.-Lo miró a los ojos y se acercó a él lentamente, no podía permitir que eso ocurriera.

-Si no lo estas…entonces te voy a dar pastillas, además de condones. Así habrá poca o nula posibilidad de que vuelva a pasar esto, con nadie.-Lo último le molestaba un poco, ya que era un poco posesivo con quienes quería, aunque se negara a aceptar sus sentimientos.

-Supongo que no es el mejor momento pero…quiero verte de nuevo y, no entiendo por qué, los sentimientos son estúpidos.-Dijo mientras abrazaba a Alec, tratando de tranquilizarlo completamente.

Moses notó que su comentario le había molestado a Alec, pero no pudo percatarse qué parte de todo lo que había dicho causó su desagrado, aún así prefirió no pronunciarse al respecto, ya que no quería tener problemas con el otro rubio, recién se estaban conociendo y provocar un enfrentamiento en este punto iba a hacer que todo se redujera a la nada y eso no era lo que el rubio más alto deseaba; aún quería quedarse al lado del otro rubio un rato más.

Se sintió seguro cuando Alec le respondió el abrazo y más aún al escuchar sus palabras.-En otra situación no me hubiera importado, pero contigo es diferente…-Dijo sonrojándose un poco y agachando la cabeza por lo que había pronunciado mientras sentía el cálido beso del otro rubio posarse en sus labios.

-¿Qué crees que quiero hacer?.-Dijo sonriendo mientras se acercaba a él y se sentaba en la cama a su lado; Moses miraba al rubio sin apartar un instante la vista de su rostro, se sentía extraño y feliz, si había alguien en el camino estaba dispuesto a enfrentarlo, aunque claro, esperaba que no sucediera tan pronto y que la persona que tuviera a su hijo en el vientre correspondiera sus sentimientos o al menos le hiciera ver que si estaba capacitado para sentir, capacitado para amar.

-No me había dado cuenta que eras tan pequeño hasta que te abracé.-Dijo sonriendo mientras se recostaba.

El rubio más alto se rió ante el comentario de Alec, imaginaba hacia los lugares en los cuales se habían encaminado sus pensamientos y quizás, no se encontraba tan abstraído de la realidad.-Si, tengo sueño...y un poco de vergüenza, nunca había estado tanto tiempo desnudo con alguien observando.-No era un reclamo, sólo se sinceraba con el otro chico.

Moses dejó que el rubio más bajo se apoyara en él sin objetar, ya que aún trataba de complacer hasta el mínimo capricho de Alec y se sentía cómodo teniendolo a su lado.

Al escuchar sus palabras, Moses rodeó con sus brazos a Alec, acortando la escasa distancia que aún había entre ellos.-¿Por qué tendría que irme?...Ya te dije que quería quedarme contigo.-Dijo agachando un poco la cabeza; le sorprendía un poco que Alec fuera capaz de hacerlo sentir vergüenza tantas veces, pero al mismo tiempo se sentía feliz al estar a su lado.

El rubio más alto se atragantó al escuchar que Alec vivía con el dueño del hotel, no podía ser que su memoria estuviera fallando, porque no recordaba que el chico alguna ves se hubiera pronunciado al respecto.-No...sabía eso.-Moses se molestó un poco y trató de separarse del otro rubio, ya que pensaba que Alec y el dueño del hotel...¿Se amaban?.

–Hay cosas que es mejor no saber….Además no necesito ningún tipo de explicación, puedes hacer lo que quieras de tu vida.- Porque Moses pensaba que aún con un esclarecimiento de los hechos no podría creer las cosas del todo; el rubio más alto era profundamente inseguro, por lo mismo casi no hablaba con las personas y, cuando lo hacía, procuraba escoger a quienes se destacasen del resto, ya que odiaba a la gente que se creaba en serie, es decir, aquellos humanos que eran completamente iguales y planos en sentimientos, además de comportamiento.

-No tienes derecho a decirme ese tipo de cosas… Tú eres el que se acuesta con todo el mundo.-Dijo mientras la molestia que sentía se hacia más fuerte, ya no podría controlar sus palabras por más tiempo, pero ninguno de los dos tenía la atribución de decirle algo parecido al otro; no tenían ningún tipo de relación y Moses se negaba a aceptar que Alec le gustaba.

-Tengo un esclavo… No quería que te viera, porque se hubiera sentido mal y procuro ser delicado con él, o al menos lo intento.-Creía que a pesar de todo, Aruan era el único que estaría con él en todo momento, ya sea por obligación o porque en realidad lo deseara.

De pronto, Moses se sentía ahogado, por lo que necesitaba decir las cosas claramente.

-Mira…Tú has estado enamorado, pero yo no he sentido nada parecido, ni siquiera sé de qué se trata y siempre me alejo cuando creo que va a pasar algo así, pero tu...- Siempre se ocultaba tras máscaras para evitar que lo dañaran, pero ahora se estaba despojando de más de alguna, cosa que lo hacía vulnerable.-Ni siquiera sé lo que estoy hablando, olvídalo.-Se levantó de la cama y se dirigió al frigobar, para servirse whisky.

-Exacto…caíste muy bajo al tener sexo conmigo. Pensé que escogías mejor a tus compañeros de cama, pero qué importa, si luego ni siquiera los recuerdas…Cuando sales de la habitación eres el vocalista de Luzbel ¿no?, cómo podrías llegar a perder esa imagen falsa que los medios han creado para ti.-Si Alec odiaba perder, el rubio era aún peor y jamás se daba por vencido, mucho menos cuando alguien le interesaba realmente.

Moses estaba contando hasta diez para no tirarle el vaso de whisky en la cara al vocalista; ¿Qué derecho tenía de dirigirse a él de esa manera?, recién se estaban conociendo y no existía ningún vínculo entre ellos; aunque claro, el rubio más alto se daba cuenta de que esta disputa la había ocasionado él, los celos lo habían hecho perder la cabeza, pero todavía no quería admitirlo en voz alta, ya que lentamente los estaba aceptando en su mente y en su corazón.

-Eres un niño mimado que no sabe lo que quiere, estas mal enfocado.-Dijo mientras se tranquilizaba y se bebió el whisky al seco dejando el vaso en una mesa que estaba próxima a él, luego se empinó la botella y acabó con ella en un santiamén, así juntaría un poco de valor, o al menos eso creía.

Se encaminó hasta donde se encontraba su ropa y se vistió rápidamente, luego se encaminó hacía el balcón quedando tras Alec y lo rodeó con sus brazos, sin importar si se quemaba con el cigarro.-Me gustas…¿Soy tan dificil de comprender?...Es sólo que nunca he sentido nada...por nadie.-

-Dices que soy un niño mimado, y tienes razón, pero...- Alec colocó su cigarrillo en su boca para tener las manos libres y separar a Moses de él; el simple "me gustas" del más alto había bastado para tranquilizarlo por completo pues inflar su ego era una muy buena técnica si se quería poner al rubio de buen ánimo; sin embargo no iba a ceder tan fácilmente ya que la mayoría de las veces Alec era bastante cruel.- el que no sabe lo que quiere eres tú...

Luego de decir eso caminó hasta el borde del balcón y se sentó sobre éste, dándole la espalda al vacío de varios pisos; su mirada esaba enfocada en Moses y sus labios jugueteaban con el cigarrillo.

-Primero reaccionas de esa manera, luego me insultas y finalmente me dices que te gusto...¿Eso es estar bien enfocado? No en mi diccionario, cariño...

El vocalista ya había cumplido su cometido, o eso esperaba. Que le quedara claro al más alto. A él se le trataba bien, o no se le trataba, así de simple.

-Ahora, si quieres puedes pedirme disculpas y volver a donde estábamos, o puedes mandarlo todo al diablo e irte, tu escoges.- tiró el cigarrillo hacia abajo, dándole tiempo a Moses de que pensara las cosas.- yo voy primero, siento haber reaccionado mal, pero acepta que tú empezaste...

Odiaba y a la vez le atraía la facilidad que tenía Alec para decir las cosas sin rodeos, directamente. Moses sólo podía comportarse de esa manera en asuntos laborales o que no influyeran directamente en él, pero cuando se trataba de sus sentimientos se congelaba ante la persona que tenía delante.

Moses pensaba que pedir disculpas era rebajarse ante la gente, pero en este punto hasta su orgullo se había perdido entre las sábanas así que iba a hacer lo que Alec le pedía, aunque seguramente después de eso las cosas no volverían a ser ….como antes; nunca eran como en el pasado, sólo podrían ser mejores o peores y eso dependería absolutamente de él.

El rubio más alto se sorprendió al escuchar las últimas palabras pronunciadas por el vocalista, pero trató de que el otro no lo notara dándole la espalda, como si estuviera pensando en lo que iba a hacer, luego lo miró de frente.-Siento haberme comportado mal…No debí haberte dicho esas cosas.-Dijo y suspiró algo más relajado.-Pero no me arrepiento de haber reaccionado de esa manera, me importas y no quiero que nadie más te toque...Muy posesivo, ¿no?....Aunque no existe vínculo entre nosotros.-

-Fac ut gaudeam....Alégrame el día....Por favor, bájate de ahí que me tienes nervioso…-Dijo percatándose de la altura a la que se encontraba la habitación y temiendo que el chico pudiera hacer un movimiento en falso, perder el equilibro y caer al vacío.