Nuestro Hogar (Tsumi)

Pudo percibir la lujuria en los ojos de Arthur, el deseo de posesión; se estremeció internamente, cuando la mirada de su amo nublada por el deseo lo atravesó. Sintió una descarga eléctrica que le recorría la espina dorsal cuando Arthur lo beso de nuevo, su beso era salvaje y ardiente, pero al mismo tiempo estaba plagado de ternura. El ardor entre sus piernas aumentaba en tanto las caricias de su amo se aproximaban a ese lugar.

Emitió un deleitante gemido cuando la mano del peli-morado invadió sus genitales, masajeándolo, aumentando aun más el calor que en el crecía. Su rostro se hallaba congestionado, sus ojos humedecidos y su piel enrojesida. Echo su cabeza hacia atrás, disfrutando del contacto de la palma de su amo.

- Ha… aa… Arthur… hnn mmmm… - apretó sus dientes en tanto sus pequeñas alas se crisparon. Sus manos se deslizaron tocando trémulamente la espalda del mayor, aunque su contacto le provocara tantas confusas sensaciones no podía dejar de tocarlo, de sentirlo con cada por de su piel.

Sus expresiones, su piel, sus reacciones de su ser ante sus caricias eran totalmente hermosas para el, no importaba en aquel momento su etica o lo que su mente le dijera que aquello estaba mal, su corazon latia casi rapidamente aunque Arthur no se habia percatado de aquello era mas notoria las reaccion de su cuerpo que ya se encontraba caliente, despierto y mas que dispuesto a tomar lo que era suyo.

El sonido de la voz del menor era casi como musica para sus oidos, casi como un llamado que lo inspiraba a continuar, sus manos se encargaron de deshacerse de la ultima prenda del menor dejandolo completamente desnudo a su completa merced. Una de sus manos aprovechando la ausencia de la ropa pasaba una y otra vez por el miembro erecto del menor recorriendolo su extensión varias veces lentamente y sin reparo alguno, mientras con la otra apegaba el cuerpo del menor al suyo queria sentir claramente sus reacciones sus movimientos, sus gemidos, sus jadeos, solo suyo cuando el placer inundara su piel..

Sus caderas se movían con el ritmo de las manos de su amo. Su contacto lo estaba volviendo loco, necesitaba desesperadamente de él, su calor, su dulce empatía, el olor de su piel. Se aferro a él, con la necesidad intensa de sentirlo. Recorrió su espalda con sus manos suaves, apegando el rostro a su hombro, para poder aspirar su fragancia masculina. Dejando salir sus gemidos, derramándolos sobre la tez blanca de su amo.

Su cuerpo estaba desnudo, siendo invadido por el de su amo, y eso le encantaba, bien podría no solo entregar su cuerpo, sino abrir su alma, su corazón. Seria suyo, esta noche su primer hombre, no tenía miedo aunque no estaba seguro si su valor era un efecto mas inhibidor de la droga con la que lo habían tratado, eso ya no importaba.

Sus manos recorrían una y otra vez el cuerpo del menor, ya no podría contener sus ansias su cuerpo caliente clamaba por poseer al menor, estaba enloquecido por su calor y su aroma, el chico de alguna forma inexplicable había logrado romper los limites de lo bueno y malo dejando solo lugar a las sensaciones que el menor le hacia sentir.

Alejo del cuerpo del menor la mano que masajeaba su miembro y lamió hasta la esencia que había quedado en la mano en su mano, saboreando hasta la ultima gota de aquel dulce néctar que había quedado en ella dejando su dedos humedecidos por su propia saliva, dirigió sus dedos hasta la entrada del menor metiendo uno en aquella estrecha cavidad haciendo entrar y salir lentamente de aquel calido interior una y otra vez dejándole acostumbrarse lentamente a la intromisión para luego meter otro dedo en el y hacer lo mismo, le dejo acostumbrarse al segundo y luego decidido meter un tercero. El calor de su cuerpo aumentaba mas le preparaba lentamente, con cuidado dejando que su cuerpo se acostumbrara a aquellos dedos aunque prepararlo significara tener que esperar un poco mas antes de finalmente hacerlo suyo.

Tsumi llevo su mano cerca de la boca para morder sus nudillos, la actitud de Arthur, sus gestos y sus acciones realmente le calentaban. Lo miro con morbo lamer los largos dedos de sus manos, se veía pecaminosamente sensual.

Sintió la humedad de sus dedos acercarse a su entrada, un escalofrío recorrió su cuerpo consciente de lo que venía, era algo que deseaba. Sello sus labios apretando con fuerza para evitar gritar cuando el primer dedo se introdujo en el. Fue abrazado por su interior virgen. El dedo comenzó a moverse lentamente dentro de el, al principio dolorosamente, pero pronto comenzó a tornarse en una sensación agradable, realmente placentera. Separando sus labios permitió salir gemidos deleitables, hasta sentir de nuevo la penetración de Arthur que lo hizo gemir en un tono más fuerte y arquear su espalda para hacer chocar su cabeza contra la cama. Sus ojos estaban llorosos y respiraba con su boca entre abierta emitiendo de vez en cuando sonidos débiles. Apretó las sabanas que cubrían la cama fuertemente cuando el tercer dedo se introdujo en el. Dolía, pero al mismo tiempo le provocaba un placer indescriptible.

- Amo… Arthur… - repuso el nombre por el cual le habían dicho que llamara. Abriendo sus ojos, se aventuro a encontrar la mirada de su amo, aun jadeando y con el cuerpo ardiendo.

Observo las lagrimas del menor y su corazón sintió un ligero e inexplicable dolor que casi inmediatamente trato de calmar acariciando la mejilla de pelirrubio.

- Tsumi…- lo beso una vez mas limpiando las lagrimas de sus ojos y sintiendo de nuevo un dejo de duda en su ser pero esta desapareció casi inmediatamente al sentir el calor de la piel del menor cerca de la suyo haciéndose mas fuerte los deseos por tenerlo.

Sus manos recorrieron una vez mas el cuerpo del menor acariciando completamente su cuerpo hasta llegar a la parte baja del mismo donde se detuvo un momento para deshacerse de la ropa que aun le estorbaba dejando su erección totalmente libre. Paso su dedo por aquella húmeda entrada, acariciándola suavemente, casi como pidiéndole permiso y luego posiciono su miembro lentamente en aquella entrada empujando lentamente luchado contra la estrechez de la misma, forzando un poco para entrar por completo en el a pesar de lo estrecho que era y manteniendo asi por un momento dejándole al menor acostumbrarse un poco a la invasión de su cuerpo.

El rostro hermoso de su amo mostro preocupación por el, empatía ante su dolor. Tsumi disfruto cada segundo del beso que su amo le dio deseando poder tranquilizarlo y por supuesto lo consiguió, su sola mano rosando la piel irritada por las lagrimas lo hacía arder. Arthur toco su abertura haciendo que los músculos de su cuerpo se tensaran. Lo quería dentro de él, ansiaba sentirlo en su interior, lo necesitaba. Su amo pareció leerle la mente pues enseguida el oji-azul sintió el miembro de Arthur en su entrada. Enseguida abrió un poco más las piernas para darle paso a su amo. Tsumi se mordió el labio inferior hasta casi hacerlo sangrar para contener sus gemidos pero finalmente los dejo escapar.

Arthur espero con paciencia a que él esclavo se acostumbrara a su tamaño. En tanto Tsumi jadeaba y sus caderas tenían movimientos cortos, espasmódicos, queriendo acostumbrarse. Relajo el cuerpo y tomo con sus manos el rostro de su amo, como amaba ese rostro gentil y hermoso. Lo miro anhelante, rosándolo con cuidado, como si fuera a romperse si lo tocaba demasiado.

El esclavo no daba ningun tipo de resistencia al contrario parecia querer ayudar a aquello aunque en el estado de exitacion de mayor casi no se percataba de aquello simplemente lo queria de una manera en que no recordaba haber desea algo alguna vez en su vida aunque no entendia el porque pero no pararia hasta hacerlo completamente suyo.

Sintio una de las manos de su esclavo acercarse hacia su rostro cariciandolo suavemente con una mirada que el mayor no supo interpretar. ¿Acaso queria que se detuviera, que siga o acaso era otra cosa lo que queria expresar con esa mirada? no lo supo pero cuando esta se cruzo con la suya hizo que inmediatamente su corazon se agitara.

- Tsumi...- susurro empezando a moverse lentamente en su interior despacio saliendo de el para luego entrar profundamente a su cuerpo sintiendo como con cada estocada le adueñaba mas del esclavo entrando mas profunda en su interior enseñandole lentamente lo que era el placer carnal.

Apretó la mandíbula bajando sus manos del rostro de su amo a sus hombros para sostenerse de él apenas lo sintió moverse dentro de él lentamente. Poco a poco fue soltando la mordida mientras el dolor se consumía por la sensación excitante proveniente de su interior. La molestia desapareció, o el no la tomo mucho en cuenta, solo se concentraba en el placer que le causaba, aquella sensación deliciosa que le producía un cosquilleo en todo el cuerpo, algo más que eso, se sentía abrazado por el calor, unido al cuerpo de su amo, completamente extasiado. Únicamente podía expresar llanamente lo que sentía con los sonidos jadeantes y descoordinados que salían de su boca. Tanta emoción invadiendo su cuerpo que era mecido por las embestidas de Arthur de adentro hacia afuera, queriendo salir por entre sus poros, solo encontraba un escape en sus labios.

Lo penetraba llegando cada vez a un lugar mas profundo de su ser mientras sentía que el calor del cuerpo de su esclavo aumentaba, la suave piel del esclavo ardia al tacto reflejando al excitación que sentía. Tsumi era tan hermoso que no podía evitar saborear pausar un como para saborear sus labios para luego iniciar con mas fuerza las penetraciones. No entendía bien el porque pero hacerlo con el chico era totalmente diferente a cualquier otro con que hubiese estado, el chico hacia su corazón latir a un ritmo no natural y le hacia mirarle a los ojos atontado con cada una de sus expresiones de placer, “eres mío” parecía decirle con la mirada con cada embestida como queriendo grabar inconcientemente aquello en la mente del muchacho para que no lo olvidara.

Tsumi sentía como la mirada de Arthur le quemaba por dentro, su condición de posesión lo estremecía. Con esa sola mirada le recordaba lo que significaba, si era suyo, por completo suyo y Tsumi no deseaba que fuera de ninguna otra forma. Se sentía más que bien, se sentía perfecto, tan perfectamente que dolía, que su joven e inmaduro cuerpo no lo podía resistir.

Arthur continuaba aumentando aquel tumulto de sensaciones con cada embestida, aun mas cuando aceleró el rimo de sus estocadas. Tsumi se vio obligado a arquear la espalda. Continúo siguiendo con sus caderas los movimientos de su amo. Entre jadeos, suspiros y gemidos el pequeño pronunciaba su nombre, clamando por los rítmicos movimientos de su amo, suplicándole con el frágil tono de su vos que no se detuviera, que continuara, deseando ser algo más que suyo, algo para lo que aun no existe una palabra para describirlo.

El calor del cuerpo del pequeño lo incitaba así como sus musicales gemidos así como la forma en que el menor repetía una y otra vez si nombre como rogando por mas sensaciones mientras que el mismo continuaba casi rogando que aquel momento de unión no terminara nunca, buscando una forma de hacer eterno aquel momento en que por primera vez en su vida se sentía completo, si aquel vacío que siempre sentía o como si el muchacho de alguna forma que el no entendía lo llenara.

Su cuerpo quería ceder ante el placer pero el concientemente resistía quería mas, mas de aquel paraíso que sentía en el cuerpo del esclavo mas de sus gemidos mas de sus labios mas de su cuerpo. El clímax estaba cerca así lo sentía venir no quería pero era casi inevitable había sido muchas sensaciones deliciosas juntas, muchas mas de las que había experimentado alguna vez con otro ser, muchas mas de las que alguna vez creyó posible experimentar.

Cogio el miembro de Tsumi en una de su manos acariciándolo lentamente mientras saboreaba sus labios con pasión, para luego separarse de ellos embestir fuertemente su cuerpo un par de veces para después llenar su ser con su simiente al llegar al clímax.

Era tanto lo que traspasaba su cuerpo. Todas esas sensaciones nuevas para él que en todo ese tiempo tuvo tanto miedo de que lo destrozaran a él y a su conciencia, a su razonamiento. Pero Arthur se las había hecho sentir de una manera hermosa. Le dio su confianza y su cuerpo a su dueño y no se arrepentía de ello.

En medio de todo miro al techo de la habitación, aunque no estaba mirando en realidad aquella estructura. Miraba dentro de sí mismo, en sus recuerdos, en su tristeza y su soledad. Ahora eran recuerdos vagos apenas visibles. Arthur los había borrado, había llenado esos vacios en su interior con su calor.

Su pene fue tomado entre las manos del mayor, su delicado rose le provoco deseos de gritar y gemir con intensidad, pero los labios del mayor acallaron cualquier sonido posible. Nunca nadie lo había besado de esa forma, tan intensa, tan necesitada. Arthur demandaba sus labios, así como había tomado posesión de cada centímetro de él. Que mas daba… le entregaría también su boca y su aliento.

Entonces alejo sus labios de Tsumi. En ese momento el pequeño sintió como si lo desprendieran de algo demasiado valioso para él. Pero la voz de su amo expresando el placer entero que lo inundaba en esos momentos le dio un enorme consuelo. Había podido satisfacer a su joven y dulce amo y estaba más que satisfecho por ello. Sintiendo como el calor expulsado en su interior por su amo lo inundaba dejo su pequeño cuerpo se rindiera ante el deseo. Solo pudo arquear la espalda emitiendo los gemidos producto de su frenesí. Su propio estomago fue manchado por el liquido derramado desde sus entrañas.

Su cuerpo cayo agitado sobre el cuerpo del esclavo conservando la union de sus cuerpos mientras recuperaba lentamente el aliento, acomodo unos mechones del cabello de Tsumi para después unir suavemente sus labios a los suyos solo un fugaz instante para luego salir suavemente del cuerpo del pequeño.

- descansa- le dijo recostandose a la lado abrazandolo suavemente mientras una infinidad de sentimientos encontrados surcaban su mente mientras buscaba que mas decirle pero sin encontrar palabra alguna, le habia dicho que lo cuidaria, acababa de arrebatarle su virginidad sin pedirle permiso alguno haciendo uso de su derecho sobre el y aun peor se sentia satisfecho con ello pero a la vez culpable por ello.

Se sentia culpable de sentirse satisfecho, de sentirse feliz por sentir el calor calor de su piel, no se entendía a si mismo y eso le preocupaba pero mas le preocupaba el haber lastimado al pequeño con su acciones acariciaba al pequeño tratando de alejar la dudas de su mente, el chico no tenia la culpa de aquello, si alguien era culpable de lo ocurrido ese era Arthur.

Las alas en su espalda parecían tener un rocío ligero sobre ellas, humedad provocada por el mismo sudor del pequeño a causa de sus actos pasados. Separarse de la unión que antes había mantenido tan íntimamente con Arthur no pareció ser tan malo, aun lo tenía a su lado, tan cerca que podía seguir s sintiendo su calidez. Sin embargo podía percibir la turbieza en su amo. Estaba algo tenso, aunque lo abrazara y brindara caricias a su piel, Tsumi sentía la inquietud de su amo. Paso entonces su brazo alrededor del cuerpo de su amo, dejando que su mano reposara en la espalda de Arthur y con ella se apoyo para apegarse lo más que pudiera a él.

Aunque estuviera cansado, un tanto dolorido y confundido, pues se había dejado llevar por sus sentidos, solo quería estar con su amo en esos momentos, era el único que le daba seguridad y quería que él lo supiera, tal vez podía decírselo con palabras, pero quería hacérselo sentir, con todas sus fuerzas.

Entonces dejo que el cansancio lo derrotara y cerró los ojos cayendo en un profundo sueño. Su subconsciente fue invadido por la imagen de el que hasta ahora, había sido el único ser al que hubiera querido, en quien busco resguardo del puno de su padre. El rostro inquebrantable de su hermano que ni siquiera con la muerte de su madre había derramado una lagrima, Tsumi había llorado abrazado a él durante horas, y aunque Tenji no dijese nada, la sola mano de su hermano mayor colocada sobre su espalda lo había hecho sentir seguro, después de todo el siempre fue su figura de admiración.

- …Tenji… - salió como un suspiro poco entendible de los labios del menor que seguía dormido.

Sintió el calido brazo del esclavo posarse sobre su cuerpo sonriendo casi instantáneamente sintiendo el tibio contacto de el con su cuerpo, cerrando los ojos ante su tibieza de aquel cuerpo, pronto fue invadido por el sueño pero no uno profundo sino uno ligero con lleno de imágenes borrosas que le hicieron despertar casi al instantes sintiéndose algo confuso en un principio al encontrarse acompañado pero luego recordando lo ocurrido, acaricio con una de sus manos la mejilla del esclavo sin saber todavía que iba a decir o hacer cuando el despertara y hasta por un momento quedarse simplemente así junto al calor de su cuerpo admirando su belleza mientras lo veía dormir apaciblemente.

Caricias pararon unos segundos al escuchar el nombre pronunciado por sus labios, el nombre pareció resonar en sus oídos mientras sentía como si una daga de clavara en su corazón.
“¿acaso quieres estar con el?, ¿acaso pensabas en el cuando estabas haciendolo conmigo?” se cuestionaba mentalmente volviendo a acariciar su rostro aun si era así no era su culpa de Tsumi, el pequeño no había elegido ser esclavo pero aun así no dejaba de sentir algo de rabia en su interior hacia el rubio, rabia y celos tan grandes que no le dejaban ver el parecido que tenían los dos.

- descansa, volveré pronto…- susurro y salio de la habitación y poco después de la casa, necesitaba pensar un poco.

Perdido en sus sueños Tsumi fue por complete inconsciente de sus palabras y del daño que estas acababan de hacer en el corazón de su joven amo. Incluso fue ignorante del momento en el cual Arthur se levanto de la cama y salió a las calles de Zados en busca de su tranquilidad. Dormía tan tranquilamente que tanta paz era comparable con la muerte y la absolución. Soñaba con su hermano claro, había sido esa la razón de que pronunciara su nombre. Soñaba con su “madre” y con el calor que el estar en sus brazos le había proporcionado en un pasado algo lejano ahora.

Finalmente sus sueños llegaron a su fin, aunque en esta ocasión no intento aferrarse a ellos como en otras, no estaba mal despertar ahora, si su realidad se había vuelto tan buena, si estaba al lado de su amo. Pero… no estaba. Con las manos exploro los pliegues de las sabanas en la cama, sin encontrar nada. Se sentó entonces, sosteniendo la sabana a la altura de su pecho para cubrirse con ella. Giro la cabeza de un lado a otro, pero su amo no se encontraba en la habitación. Descendió de la cama tanteando el suelo que le heló los pies por un momento, no le prestó atención y se encamino fuera del cuarto. Estaba solo en la casa, se sintió algo incomodo pero savia que su amo volvería y entonces él estaría esperándolo.

Aun arrastrando las sabanas se dirigió al baño, quería tomar una ducha caliente, y eso hizo, dejo la sabana fuera de la puerta, en el piso, mas tarde la recogería. Abrió la llave dejando escapar el agua caliente y con ello provocando que el vapor emanara alcanzando a empanar el espejo del baño. Una vez el agua lleno la tina se deslizó dentro y comenzó a lavarse.

Salió del baño y se cambio con solo con su ropa interior y una de las camisas que su amo le había regalado, le quedaba grande y le cubría por debajo de los glúteos. Después se fue a la cocina para preparar algo para su amo, seguramente le agradaría comer algo cuando regresara.

Arthur camino por las calles de Zados con los pensamientos revueltos en su cabeza, su mente una cosa mas su corazón le decía otra y al final no llegaba a ninguna confusión, solo al mismo dilema. Sin respuesta alguna cuando sus piernas empezaron a cansarse de dar pasos sin rumbo volvió a los suburbios con emoción en el corazón y al mismo tiempo miedo de no hacerlo correcto. Miraba al suelo mientras caminaba despacio queriendo y no queriendo llegar a casa para no enfrentar el dilema en que estaba. Repentinamente sus pasos se detuvieron, algo en el piso había llamado su atención, se agacho para recoger ese algo mirándolo con una ligera sonrisa.
- Tsumi…- murmuro mirando el pétalo rojo que tenia sobre su mano y recordando la promesa que le había hecho.

- No dejare que nada te lastime nunca…- se dijo cerrando la mano para darse fuerza para hacer lo que creía que debía hacer.
Tiempo después Arthur regreso a casa, visiblemente cansado pero casi igual de pensativo que cuando salió de allí, no habría logrado hacer lo que había pensado la ultima vez que sus pasos habían estado tan cerca de su casa, había estado muy cerca mas en el ultimo momento había dudado terminando por llevarse a casa la decisión final en un sobre que llevaba en la mano.
Abrió la puerta de la casa y casi instantáneamente fue guiado el olor de la comida preparada hasta donde estaba Tsumi agitándose su corazón al verlo nuevamente pero casi al instante sintiendo un ligero dolor al recordar como el chico llamaba a Tenji entre sueños, quizás podía haber otros Tenji el había tenido la certeza de que era el chico rubio que había conocido en aquella noche de copas que ahora se esforzaba por olvidar ¿Por qué él?

- ¿Dormiste bien? – pregunto tratando de ocultar el dolor de su corazón y no hacer desaparecer su inicial sonrisa de su rostro.

No escucho la puerta abrirse, estaba algo distraído preparando el estofado para que su amo degustara cuando llegara, debía quedar perfecto para él. Llevaba puesta una camisa y un mandil, sin contar las pantuflas que suponía eran de su amo y que tomo prestadas solo por un momento, el piso se sentía frio bajo sus pies, se disculparía después que el otro llegara. Estaba probando la comida para revisar si le faltaba algo cuando escucho aquella voz tan familiar que lo hizo estremecer. Volteo de inmediato con las mejillas enrojecidas, cosa de la que no se dio cuenta hasta que sintió el calor en su rostro. Sin duda se encontró con el rostro de su joven amo.

- Bienvenido a casa. Si gracias. – le aseguro con timidez para contestar a su pregunta. Y vaya que había dormido bien, se sintió tan exhausto que no dio cuenta de nada más y al despertar estaba relajado y completamente descansado. – Amo Arthur le he preparado algo para comer, espero que lo disfrute. – se apresuro para tomar 1 plato y servir la comida para el otro chico. Espero que Arthur se sentara para animarlo a probar su comida. – Vamos amo Arthur, aproveche, debe alimentarse bien. – dijo esperando el veredicto sobre su comida, parado detrás del otro sosteniendo el cucharon con las 2 manos.