Un solitario en venta (Arael)

Ese día me tocaba salir a uno de esos aparadores del gran salon de exibicion. Para que poner resistencia a algo que tenía que suceder, solo me deje vestir con el acostumbrado pantaloncillo pegado y la remera ajustada tambien, dejando ver parte de mi abdomen y mis brazos delgados y blancos al igual que mis piernas, hasta el muslo. Incomodo, si, pero asi era la vida que me habían dado.
Solo me pongo frente al aparador como uno de tantos días en excibicion, viendo ir y venir clientes, sin prestarles mucha atencíon, era cierto que muy en el fondo quería salir, pero a la vez me daba igual estar ahí o estar afuera, finalmente tendría que recibir ordenes.
Me quedo de pie sin hacer nada, viendo a la nada.

Ese dia no sabía que hacer. hace poco que habia llegado a esa ciudad y no tenía mucho que hacer.
Caminé ciegamente hasta que mis pasos se detuvieron en frente de la sala de ventas de la famosa corporación hanori. ¿Por qué llegué a ese lugar? Ni yo lo sabía, pero guiado por mi curiosidad entre.

Ya en su interior, revisé las vitrinas, mientras pensaba en la soledad de aquellos objetos sexuales. estaba ensimismado en ello, cuando le ví, casi en la ultima vitrina. Me acerqué de inmediato para verle mejor. Estaba tan absorto de su entorno que por eso me llamó la atención.

Silenciosamente me acerqué a la vitrina.

Allen fue sacado de sus ¨pensamientos¨ al ver aquel hombre de pie frente a la vitrina, no decia nada, solo estaba ahí de pie, se inclino un poco para verlo con mas detenimiemto, se veía una persona bastante agradable a su parecer, pero no estaba acostumbrado a reflejar esas emociones, solo se le quedo viendo, puso sus manos sobre el cristal, solo para evitar caer. Y sin mas... le hablo de manera un tanto indiferente.

Quien eres? Acaso estas interesado en mi? o solo es simple curiosidad? sabes tu eres nuevo por aqui, no te había visto antes, y puedo asegurar que reconozco las caras de todos los que han pasado por aquí comprando o solo fantasear que compran a uno de nosotros, y tu que eres? de los que fantasean o de los que esta dispuesto a pagar por alguien que les sirva obedientemente?

El menor hablaba, de manera muy poco amable, pero asi era, decir las cosas que se le venían a la mente, no ha conocido persona alguna que le haga sentirse cohibido.

Ante esas palabras me eche a reir. Esperaba a alguien sumiso, pero esas palabras me agradaron y me hicieron interesarme por su persona, aunque fuera por un rato.
Me acerqué a la vitrina y le sonreí.

- Ni lo uno ni lo otro. Es verdad que soy nuevo en la ciudad y este lugar sólo estaba dentro de mi recorrido. Estoy conociendo como es el entorno. Ahora... si deseas que te compre sólo dimelo - agregué con cierta ironía - No he venido a nada espécifico... pero si me demuestras que eres interesante, tal vez cambie de opinión.

Sonreí para mis adentros. Esa encuentro podría entretener mi tarde.

Yo podría parecer de rostro angelical, pero nadie mas que mis creadores sabian que clase de caracter tenía, aquel hombre me dice que si quisiera ser comprado lo pidiera, aal principio solo matuve la idea en el aire, pero no era mala, podría ser comprado y sacado de ahí, una manera facil de escapar y ser libre, no me preocupaba mucho, puesto que tal vez aquel hombre no estaba realmente interesado en comprar a una mascota. Tal vez el hombre solo buscaba algo con que pasar el rato, pero por que comprarme si puede ir a un prostibulo, pero no esa idea debería desaparecer, yo necesitaba salir.

Asi que solo de paso podría decirse que viene, bueno si es así de directo entonces le tomo la palabra, quiero que me compre y me saque de aquí, yo sabre como recompensarle, puedo ofrecer mi virginidad a usted y anadie mas.

Si quería que se interesara en mi haría lo que fuera, por lo que me siento frente al cristal y abro un poco las piernas, pasando mi mano sobre ellas hasta llegar a mi torso.

Dime te gusta lo que vez??

La sonrisa desapareció de inmediato. No me esperaba esa clase de respuesta.

- Vaya, qué lastima... al final eres como los otros - dije apoyándome en el cristal y dándole la espalda - En realidad nunca me ha gustado que se trate a las personas como objetos sexuales... por eso nunca me ha llamado la idea de comprarme un esclavo. Sin embargo, esperaba otra respuesta para que fueras libre. Me imagino que no debe ser fácil estar en ese lugar. A pesar de que la corporación hanori es reconocida por la calidad de sus esclavos, eso no significa que todos aquellos esten dispuestos a serlo. Pero por lo visto a ti te da lo mismo.

Le miré por sobre el hombro un poco apenado. Era atractico, no cabía dudad, pero me molestó un poco esa actitud... ¡Y qué esperaba si era un esclavo en venta?

Aún así, me quedé ahi, para oir su respuesta. Tal vez sólo estaba desesperado por salir.

Aquel hombre había dado directo, me quede estatico al ver como voltea a verme sobre sus hombros al darme la espalda, me recargo sobre la pared, era verad, en el fondo yo solo quería ser libre, conocer el mundo exterior y no solo estar encerrado en tre cuatro pequñas paredes, tratando de complacer a todo aquel que me ponía la mirada en cima, tal vez era solo desespercacion al querar salir de ahí, pero como saber de que forma actuarian los clientes.

Sabe, siempre actue de forma diferente a la forma que precensio hace un momento, pero me di cuenta que la mayoría de los hombres que vienen aquí, solo buscan una mascota o esclavo que pueda complacerles en todos sus mas profundos deseos, pero usted me ha sorprendido, solo hago lo que no me funciono con mi actitud anterior, no le culpo si no me quiere comprar, pero creo que esto es una lección para el futuro, soy un esclavo de caracter boluble, me cuesta trabajo ser dulce como mis demas compañeros, no sabe cuantas veces lo intente para complacer a los clientes, pero al final siempre relucía mi lado seco, asi como ahora, pero bueno no importa, al menos conoci a alguien de diferente pensamiento.

Finalmente encojo mis rodillas y mi cabeza la pozo en ellas, al menos había platicado con alguien en mucho tiempo.

Pero aun que usted diga que no es justo que se nostrate así, como esclavos, al final de cuentas es lo que somos, es lo que nos enseñaron hacer y es lo que sabemos hacer.

Me quedo callado, había dado mi punto de vista, solo faltaba que aquella persona, terminara yendose como todos los demas.

Sonreí ante esas palabras. No sabía muy bien porqué... pero me agradaron. Eso me demostraba que era alguien con caracter, cuyo unico anhelo era ser libre y, quizas, independiente. No era un esclavo reignado a una vida que le escogieron por obligación.

Me voltee para agacharme frente a la vitrina y posar mi mano en el cristal. Le regalé mi más sincera sonrisa. El no merecía estar ahí.

- ¿Entonces, podré venir a verte para charlar todos los días? - pregunté, sin saber porqué, pero un impulso en mí me obligó a decirle. Me pareció tan curioso que las ganas por conocerlo necieron sin más dentro de mí - ¿Te gustaría que charlemos y nos vemos diariamente... o no soy tu tipo? - terminé en forma de broma dulce. No quería espantarle.

Aun con mi cabeza sobre mis rodillas, la giro un poco y encontrarme con el rostro de aquel hombre esbozando una agradable sonrisa, lo mire detenidamente unos minutos, era en si agradable y no le tenia miedo o repulcion como a otros clientes, era diferente; pero al oir sus palabras, mis esperanzas de salir de ahí s esfumaban poco a poco, pero no dude en sonreir, ya que al final de cuentas tendría con quien hablar.

-Me gustaría charlar con usted, pero no le aseguro que será siempre, tal vez en algun momento venga alguien a llevarme con el, eso si sería triste ya que usted me agrada. Pero mientras llega ese momento será un placer verlo todos los días por aqui.

Coloco una mano sobre el cristal exactamente sobre la de el y sonriendo como si nunca lo hubiese hecho. No saldría de ahí, pero hablar con el era mejor que estar solo.

-Entonces le vere mañana y puede platicarme de donde es y que hace.

- Esperame entonces hasta mañana... si sigues con ese caracter, por lo menos no te compraran aún.

Besé la mano que estaba posada en el otro lado del cristal y le sonreí, para posteriormente alejarme de él, muy a mi pesar.
Salí de la corporación rumbo a mi hogar. Debía pensar mucho en lo que mi cabeza me estaba formulando.

Al otro día, ya resuelto y todo (y preparado), me dirigí a temprana hora hacia Hanori. Quería verle.

Aquel hombre se había ido y había prometido regresar de nuevo.
Al día siguiente de su partida, me volvieron a colocar en la misma britina atabiada de cojines, solo quede esperando sentado, apesar de ser temprano, ya habia hombres buscando que comprar o solo para mirar, ese día me cambiaron la vestimenta, a una clase de kimono, pero corno, en vez de falda eran pantaloncillos cortos muy ajustados. Mi vitrina estaba rodeada de hombres, que estaban pensando en comprarme, me puse nervioso, pues quería ver a aquel hombre del cual no sabía su nombre. Apesar de mi comportamiento, uno de llos estab insistiendo en abrir la vitrina y tocarme. En mi mente solo paso por mi cabeza en que no le volvería a ver.

Cuando regrese hablé con el encargado sobre el asunto que le había mencionado por telefono ayer antes de dormir. De inmediato negocié con él y nos dirigimos hacia la vitrina en donde estaba el joven de ayer. Una vez allí note que estaba llena de gente y eso no me agradó, pero de inmediato el encargado los alejó y abrió la jaula para mí, insitandole a salir.

Al verle le sonreí.

- No quería decirtelo hasta estar seguro... pero supsue que esto pasaría y por eso me adelanté un poco - le dije acercándole mi mano para que saliera - Soy Arael... tu nuevo amo. Ya eres libre-

Y me quedé esperando la reacción del joven. Mi intención era dejarle libre, alejarlo de aquello hombre que sólo le miraban con deseo. Quería seguir charlando con él...

... Quería conocerle más allá.

Entre la multitud aparece a quel quien me había prometido visitarme, me sorprende ver que abren mi vitrina y el que se encuentra ahí de pie, ofreciendome la mano, era él, en su rostro se dibujaba una amable sonrisa, y sin mas, como si de un sueño se trtase, tomo la mano de aquel que se hacía llamar Arael, era libre, pero a que grado era libre, era esclavo por lo que anelar la libertad completa era imposible, sería propiedad de alguien, pero en ese momento no me preocupaba. Saldría de ahí y vería cosa diferentes, tendría conocimiento del mundo reaal por mucho tiempo.

Allen , ese es mi nombre y mi deber es servir a mi amo, diciendolo involuntaríamente y mas por el hecho de que se encontraba ahi uno de los encargados que abrian las jaulas de crital. Sostuve firme su mano, el me sacaría de ahí y vería el mundo. Pense que no llegarías, dije antes de caminar a fuera de mi vitrina.

Lo alejé de los presentes y me encaminé hacia la salida. Al comprobar que nadie nos oía, me acerqué un poco más a él.

- Perdón por la demora... pero lo pensé mucho ayer y en la noche llamé al encargado para decirle que deseaba comprarte--- Claro está que era para asegurarme la conversación - le guiñé un ojo mientras le tomaba de la cintura - Me llevaré tus pertenecias a mi departamento. Eres libre, completamente ¿No es lo que querías? Pero como no tienes donde pasar la noche, te llevaré conmigo.

Le miré a los ojos, con ternura. No sabía porque realmente lo había hecho, pero me sentía bien por ello.

- No tienes la obligación de servirme como esclavo. Si quieres quedarte a mi lado lo decides tú.

Era llevado a la slida, no se estan haciendo los tramites que al menos se nos habían dicho, me gustaba la manera de actual de Arael.

No tienes por que disculparte, ademas no te hubiese culpado si no me hubieses comprado, pero me da mucho gusto que hayas sido tu quien me saco de ahí. Gracias.

Le sonrio, me sentía feliz de estar fuera y mas por no haber sido comprado por aquel hombre de mal aspecto. Erallevado por la cintura.

Bueno mis cosas no son muchas, tan solo un cambio de ropa aparte de lo que llevo puesto, de ahí en fuera nada. solo yo. Estare a su lado hasta que usted decida que ya no me quiere con usted, mi unico deseo es conocer el mundo real y no fantasias creadas falsamente.

Finalmente acepte ser el esclavo de Arael.

- Entonces dejame mostrarte como es el mundo y trataré de que no lo pases tan mal - le dije con una amigable sonrisa - Te puedes quedar conmigo hasta que ya te aburras de mi o te enamores - respondió con un poco de broma - Pero si me lo permites, podriamos llevarnos bien.

Suavemente lo dirigí hacia mi automovil que estaba aparacado a un costado de la entrada. Le sonreía.

- Me gustaría que primero fuesemos al departamento y luego a donde tu quieras, te parece?

Y le abrí la puerta del copiloto.

Gracias. Estoy seguro que ambos nos llevaremos bien y podemos llegar a ser amigos no?

Era verdad ya que era libre, ademas Arael no le trataría como esclavo o mascota, sería libre y aquel hombre eestaba dispuesto a tenerme con el, no solo sacarme por placer, sino que me dejaría vivir en su casa. Llegando a su auto,me abre la puerta y sin mas me subo, era un carro bastante bonito, me sentía soñar, mas por que no me había subido, menos en mi fantaseosa vida que había llevado.

Gracias de nuevo por todo, estoy seguro que su casa es bonita como este auto.

Le sonrio, y espero aque avancemos, todo era nuevo para mi.

- Espero que te guste lo que, a partir de ahora, también será tu casa.

Le cerré la puerta y me dirigí a mi asiento, en donde de imediato encendí el motor. Sonreí. Realmente era un joven guapo y temia tentarme en las noches, pero se lo había dicho. Era libre. No podría contradecirme a eso.

Aún así, acerqué mi mano y le acaricié la mejilla.

- Tal vez podremos ser más que amigos - dije sin pensar, embelesado con su hermosa carita - Cuando lleguemos a la casa, te cambiaré de ropa. No querrás ir a comprar con esos atuendos de esclavo, verdad? - intenté cambiar el tema.

El auto ya había partido.

Tan solo disfruto del paseo, mas aún de aquel contacto de sumano sobre su mejilla.
Al escucharle decir que le gustaría ser mas que su amigo sonrio, no esperaba que aquel hombre tuviera esos pensamientos, ya que el mismo le había dicho que sería libre, pero en el fondo deseaba pertenecer a alguien y no sentirse solo.

No, no me gustaria salir así. Pero no cree que es mucha molestía llevarme a comprar ropa??
Bueno al menos yo no se hacer esas cosas.

El paseo sigui hasta la llegada a su nuevo hogar.