Nulla amoris...nulla salvus

Alec se había pasado dos días en la clínica privada a la que Abel le había llevado, y ahora que al fin estaba "libre" (pues le fue de lo más odioso pasarse tanto tiempo en cama y sin fumar) sólo tenía cabeza para una cosa. Moses.

No lo había dudado mucho al bajar a la recepción y pedir que le ubicaran el cuarto; menos el subir y pararse ante aquella puerta igual a todoas las demás en el lugar...pero ahora que tenía que tocarla, se había quedado medio palarizado...

¿Qué era exacatmente lo que quería de él? ¿Qué le iba a decir cuando lo viera? Agradecerle no estaría demás pero...¿Y si sencontraba con Aruan y creaba una situación bastante incómoda?...

Sí, el rubio didaba como nunca antes. Pero, se trataba de que simplemente nunca antes había estado en una situación como esa. No sabía qué sentía o qué quería y solamente podía estar seguro de algo...no iba descubrir nada si no se atrevía a golpear ese estúpido pedazo de madera.

Así que lo hizo.

Moses se encontraba acostado en la habitación fumando compulsivamente con el cenicero en el estómago que dejaba ver unos 30 cigarros, lo peor era que había más debajo de ellos, pero no podía evitarlo, el tábaco era lo único capaz de tranquilizarlo, aunque al parecer su cuerpo se estaba haciendo inmune a la nicotina, ya que no lograba estabilizarse por más aspiraciones que daba, quizás era hora de sacar el cilicio, total, ya nada importaba, no existía su hijo ni podía estar con quien quería, ¿por qué todo tenía que pasar justo ahora?, le hubiera encantado ser como el hierro toda su vida, así no tendría que derramar lágrimas, así no podría extrañar ni sentir amor por nadie.

Justo cuando sacaba el cenicero de su estómago dejándolo en un velador al lado de su cama y se dirigía a buscar el cilicio entre sus maletas, tocaron la puerta. Genial…ahora vendrá algún imbécil de los empleados amigos de Aruan a ordenar esta mierda y ventilar la habitación. Pensó mientras cambiaba su rumbo y abría la puerta.

Por un instante se quedó perplejo, era Alec…la persona que menos quería ver se presentaba tan hermoso como siempre, mientras él se notaba demacrado, sucio, como en los viejos tiempos.

-Adelante…-Murmuró, no había encontrado nada más cuerdo qué decir.

Se dirigió a su cama para darle la última aspirada a su cigarro y prender otro casi al instante.

A penas y había tocado la puerta cuando ya se estaba arrepintiendo de haberlo hecho...¿Desde cuando se había vuelto tan patético? ¿Dónde había quedado el rubio desparpajado al que nada ni nadie le importaba? Moses estaba tardando en atender, así que iba adarse media vuelta y largarse cuando la puerta se abrió repentinamente...y ahí estaba...

Y parecía un vago de la calle; la primera reacción del vocalista fue ahogar una risa tapándose la boca, para luego sonreír y llevarse la misma mano a la cabeza en gesto de disculpa.

- You look like shit XD.-le dijo en mal inglés mientars pasaba a la recámara...lo cual no dejaba de sorprenderle; ¿Qué no se suponía que su esclavo estaría ahí?...Por lo que veía probablemente no, ya que la pieza era un desastre...si Abel pudiese ver su propiedad en ese estado no le haría nada de gracia.- hubo un terremoto y no me enteré?...

Alec recorrió la pieza con sus grandes ojos aules una vez más...¿tal vez su estado indicaba el estado emocional del dueño?...demonios..odiaba sentirse bien por eso...

-Vine a....-dijo al fin, dándose media vuelta y mirando al más alto.- agradecerte por salvar mi cara el otro día...y ahm...¿Cómo has estado?

Pregunta bastante estúpida sin duda.

Mierda…si había algo que lo hacía sentirse patético, era que Alec lo viera en ese estado tan degradante, seguramente hasta olía a descomposición, ya que ni siquiera se había movido los últimos dos días, aunque debería hacerlo pronto, le quedaban sólo 10 cigarros y ahora le tocaba embriagarse hasta más no poder, hasta perder la conciencia y todo tipo de razón.

-But you look awesome.-Dijo imitando su inglés mientras le daba una bocanada al cigarro, aspirando hasta el último resquicio de nicotina y veneno para ratas. Cuando se le acabó, lo dejó suspendido en el cenicero y nadó entre las maletas, encontrando el cilicio no sin antes revolver todo a su paso, sonrió triunfante, como un niño pequeño al que le han regalado un juguete que quería hace tiempo.

-No te preocupes…era mi trabajo, además ahora estas bien, eso es lo que importa.-No quería mirar a Alec a la cara, eso seguramente lo haría sentirse peor y hasta pensar que el otro se burlaría, ¿es qué había venido a restregarle en la cara lo patético que era su estado?.

Agarró el cilicio con ambas manos y fue a sentarse a la cama, para luego recostarse y mirar el techo sigilosamente.-Pensé que ya sabías la gran noticia, Aruan ya no vive aquí…se lo regalé a un no pobre que me debía algunos favores y que quedó encantado con el chico.-Lo peor del caso no era que el otro había desaparecido de su vida.-Y mi niño tampoco está aquí, ahora debe encontrarse con los ángeles si es que toda esa mierda que me enseñaron en el seminario es real…pero debe serlo, debo estar pagando todos los putos pecados.-Se sentía desvalido, ya no había nada que lo retuviera por más tiempo en este lugar, no tenía a ninguna de las dos personas que más quería, su mini Moses ya no estaba y Alec…¿qué era lo que estaba buscando?.

De pronto Moses estaba de pie, hurgando sus maletas y al parecer buscando algo con bastante urgencia. ¿Qué podía necesitar tan urgentemente? A parte de una ducha claro estaba...

Al principio, el rubio no reconoció lo que el más alto traía entre manos, pero luego de unos segundos reaccionó...un cilicio? Sólo había visto de esos en pelícuas porno bastante fuertes. Y se asustó, se asustó por que Moses debía estar muy mal para sacar un objeto como ese delante de él. Despacio se fue acercando a la cama, hasta sentarse al lado del otro que ya había vuelto a ésta. Tocó su pierna despacio, escuchando lo que tenía que decir pacientemente.

- No creo que haya salido tu contrato de compra vente en el periódico cariño...-dijo bajito, para interrumpir al ex monje lo menos posible...y al escuchar que había perdido a su hijo, su mirada se ensombreció. Claro que entendía por lo que estaba pasando Moses. Era...simplemente lo peor que le podía pasar a alguien...

Era como si te abriese un agujero en el corazón, uno que jamás ibas a poder llenar...

-Moses...lo siento...fue un accidente?.- mientras hablaba el rubio se acercó un poco más al otro, tomando el aparato de tortura con su mano libre, pero sin hacer presión.- y por eso sacas esta cosa? Créeme...no ayudará en nada...

-Suéltame.-Dijo casi al instante en el que sintió la mano de Alec rozar su pierna, era extraño…ya que lo único que deseaba era que el otro le abrazara, que le diera su apoyo, que le hiciera sentir parte de algo, pero aún así se mostraba agresivo, porque tenía miedo. Todo lo que tocaba lo quebraba, así había sido con Aruan y su hijo, no quería que le pasara nada al vocalista, ahora era lo más importante para él.

Quizás Alec tenía razón y el cilicio no iba a ayudar en nada, pero al menos supliría un dolor con otro y eso lo haría sentirse aliviado al menos unos instantes, era lo único que necesitaba. Creía necesario sentir la sangre brotar de su pierna, así podría olvidarse de que su hijo ya no estaba a su lado, que no le quedaba nada.

-Lo siento…-Dijo de pronto, dejando el cilicio a un lado y abrazando al rubio más bajo.-Todo es una mierda, ¿sabes? Y creo que yo soy la mierda más grande de todas…-No podía permitirse llorar, eso era cosa de débiles.-No fue un accidente, yo lo maté, ¿me imaginas empujando a alguien, golpeando?, ni siquiera sabes lo que soy Alec...así que verás, llegué un día del hospital, me embriagué de sexo y alcohol, para luego discutir con Aruan. El salió corriendo y antes de que pudiera sostener su brazo se cayó…-Soltó al vocalista rápidamente y se fue a apoyar en la puerta de la habitación, sosteniendo la manilla con una mano.-Si tu hiciste estupideces todo este tiempo, yo hice el doble. Lo peor es que ni siquiera estoy arrepentido de tener al esclavo lejos de mí, pero quiero a mi niño de vuelta.-

Había pasado tan poco tiempo, pero él se había encariñado más de la cuenta, quizás era esa idea de sentirse aferrado a una vida que ya no tenía razón de ser.

De pronto Moses lo abrazó. Al principio Alec se asustó un poco, pero pronto se dio cuenta de que el más alto sólo buscaba un poco de consuelo. Lentamente cerró sus brazos en el cuerpo del otro rubio, y lo dejó hablar...que llorara si eso necesitaba...y aunque el otro no lo hizo, hubiese preferido que sí, ya que a vaces era la única forma de botar toda la mierda que uno podía traer dentro.

-Bienvenido al club.-le dijo con triste sarcasmo cuando el mayor se culpó de la muerte de su hijo; era la primera vez que el vocalista se alegraba de haber vivido algo como un aborto...ahora tal vez podría usar la experiencia para ayudar a alguien.- tranquilo...

Claro que no esperaba tranquilizar a nadie con eso. En realidad era un poco malo para consolar y tenía que reconocerlo. Moses se puso de pie y siguió hablando, mientras Alec prendía un cigarro, mirando al suelo y recordando vivamente como se había sentido cuando toda esa mierda le había pasado a él.

-Pero el ya no está...-dijo de pronto, sin mirar al otro.- es el hecho...no está y no va a volver ¿Qué puedes hacer tú Moses?...nada...o...en realidad...-Alec se puso de pie y lo miró a los ojos, lleno de tristeza.- en realidad puedes hacer algo...-tomó el cenicero de la cama esparció el contenido en el suelo.- puedes seguir viviendo en esta pocilga...o superarlo...sé que ahora parece imposible, pero créeme, mientras mas tardes en ponerte de pie...más difícil será...

-Ya…sólo déjame hundirme un poco más, así será más fácil volver a respirar aire puro, literalmente porque aquí huele a nicotina y veneno para ratas.-Dijo sonriendo un poco, su tristeza no se había ido, pero debía aprender a superarlo o morir en el intento, aunque ninguna de las dos ideas le parecía del todo correcta, ya que sentía que no tenía nada que pudiera atarlo a este lugar, los pacientes acabarían por cambiarse de médico y el hospital seguramente encontraría alguien mejor que él, así que ¿qué quedaba?.

Alec tenía razón, no podía traer a su hijo de vuelta, pero al menos podía recordarlo agradablemente y soñar con que aunque no lo conocía, su amor era correspondido y, lo perdonaba por no haberlo salvado de la parca. Prefería vivir de recuerdos que afrontarse más temprano que tarde a la realidad que lo embargaba.

-Te entiendo, ¿sabes?, y sé que no debe ser fácil estar tratando de acompañarme sabiendo que viviste algo parecido a lo que me toca ahora. Puedes irte si lo deseas, no es como que me fuera a morir o algo así.-Porque Moses creía que Alec estaba ahí por un compromiso moral, el alcohol y la nicotina le habían hecho olvidar el “Te quiero” del otro entre sueños.-Mejor iré a bañarme.-

Se encaminó unos pasos y abrió la puerta del baño, para desnudarse lentamente, en realidad olía mal, ni siquiera él se soportaba. Giró la perilla del agua y se duchó rápidamente, temiendo que Alec no estuviera cuando el saliera del agua. Cuando por fin salió de la tina, tomó una toalla y la amarró a su cintura, para luego Salir de allí.

-Pero tal vez te mates sin darte cuenta.-le dijo en tono de reproche, pues aún no había olvidado el cilicio y lo que seguramente Moses habría hecho con él si no se le ocurría ir a verlo esa tarde; cierto, la primera vez que le había hablado de él no le pareció la gran cosa, pero ahora que realmente se interesaba por ese hombre, el maldito aparato le daba escalofríos.- sí...báñate por favor...

Moses entró al baño cerrando la puerta tras de sí, y Alec se preguntó si sería buena idea irse. Tal vez el otro rubio necesitaba algo de tiempo a solas y...entonces con el rabillo del ojo volvió a ver el cilicio y se decidió. Se quedaría. Tal vez el más alto necesitara tiempo a solas, pero Alec sólo se lo daría cuando estuviese seguro de que no iba a descarnarse la pierna en él.

Su primer impulso había sido llamar a alguien para que se ocupara del desastre, pero lo pensó mejor y decidió hacerlo él mismo. Primero recogió las cenizas del suelo, (insultándose por haberlas derramado en primer lugar) para después recoger las botellas vacías y vacear el resto de ceniceros. Luego recogió la ropa y doblándola lo mejor que pudo (no era realmente bueno para esas clase de labores hogareñas) empezó a guardarlas en el ropero. Lo último claro fue tender la cama, y justo cuando estaba colocando el último cojín el ex monje regresó.

-Hace como dos meses que estás aquí y habías sido incapaz de sacar la ropa de la maleta.-le dijo dandóle al cojín un último golpe y dejarlo bien puesto.- ahora pareces gente...

Mientras hablaba el rubio caminó por la habitación hasta el armario. Sacó unos jeans y una camisa y se los lanzó a Moses, para luego lanzarle ropa interior y medias.

-No te lanzo los zapatos porque te dolerá.- le dijo sonriéndole y sacando la lengua; otra vez volvió a caminar y sentándose en la cama cogió el teléfono.- qué quieres comer?

-¿Eso debería hacerme sentir mejor?, el que digas que parezco gente, claro está.-Dijo esbozando una sonrisa, no había olvidado que su hijo ya no estaba a su lado y que no podría tenerlo nunca más, pero trataba de hacer las cosas más amenas para él y Alec, que extrañamente se había quedado a acompañarlo, quizás sentía pena por Moses, pero ¿qué importaba eso ahora?. Al menos de esta manera, podían volver a estar juntos.

Echó una ojeada al cuarto, percatándose de que todo había vuelto a la normalidad, ya no había desorden en la habitación, ni siquiera las cenizas que el vocalista había derramado ante él, como una forma de reprimenda se encontraban allí. Moses no había sentido a ninguna persona entrar, así que el que había ordenado todo, incluso su ropa era…¿Alec?.

Agarró la ropa que el otro le había lanzado como pudo, obviando que aún estaba con toalla, por lo que esta se deslizó hasta el suelo, dejándolo completamente desnudo a los ojos de Alec. El ex monje se sonrojó visiblemente, ¿por qué las cosas eran tan incómodas?, incluso se podía contemplar la horrenda cicatriz en su muslo.

-No tengo hambre, así que pide lo que desees para ti, pero por favor…quédate un rato más.-Dijo mientras se ponía la ropa interior.-Que vergüenza…-Sus mejillas aún estaban sonrojadas, por lo que agachó la cabeza y miró hacia otro lado.-Por cierto…gracias por todo esto.-Dijo haciendo referencia al orden de su habitación y a que estuviera a su lado sirviéndole de compañía.

Terminó de vestirse en sigilosamente, sin usar la camisa, ya que el baño le había dado un poco de calor.

-Por qué te sonrojas?.-Alec aguantó una risita; al parecer el baño le había hecho bien al más alto...o tal vez sólo estuviese guardando su duelo para un momento más privado, momento que el rubio no pensaba darle aún.- cariño, no tienes nada que no haya visto antes...

Tal vez sólo el tatuaje en el hombro. Como Moses no tenía estómago para comer el más bajo dejó el teléfono a un lado y se paró frente a su acompañante, observando la obra de "arte" que se había hecho el día que discutieron.

-Te quedó bien...te dije que era un profesional.- levantó la mirada y le sonrió un poco, entrecerrando los ojos.- y tù te morías de miedo...gallina...

Era a penas mediodía, pero afuera la nieve estaba cayendo de nuevo. Ya era seguramente la última semana de el invierno brutal que les había tocado ese año, y pronto iban a pasar a días mucho más soleados, que eran los que le gustaban al vocalista, ya que la ropa le favorecía mucho más. Por un momento le provocó usar esa metáforo con Moses, pero pronto recordó que era un rockero malvado y que ese tipo de comentarios no le correspondía.

-Voy a empezar a trabajar de nuevo en primavera.- le dijo, a la par que se sentaba de nuevo en la cama y encendía un cigarro.- tal vez hagamos un concierto antes de que salga el álbum y pensaba si te...gustaría ir?

-Idiota…-Dijo levantando por fin la mirada y tirándole la camisa en la cara.-Aún así es vergonsozo, nunca he tenido sexo completamente desnudo, sólo contigo, antes me aterraba mostrar mi cicatriz, la gente no lo entendería.-¿Quién más que las personas que hacían lo mismo podría entender que a él le gustaba ver su muslo sangrar?, seguramente creerían en algún complejo Bathory en él que en realidad no existía.

Y ahora hablaban del obeso amigo de Alec que le había hecho el tatuaje, ¿qué mierda le importaba ese estúpido?, sentía celos de él, porque Moses en realidad era egoísta y quería que el vocalista sólo lo mirara, cosa que era bastante improbable.

-No me cae bien tu amigo…pero debo admitir que el tatuaje quedó mucho mejor de lo que esperaba.-Quizás la gente pensaba que era un demente por tatuarse tales símbolos en el brazo, pero para él significaba mucho más que un triángulo, unos cuantos números y un círculo, era su opción de vivir a pesar de todo, de mantenerse firme, aunque a veces sintiera que no lo ataba nada a este mundo ni al otro.

Se sentó al lado de Alec de manera silenciosa, apoyando una mano en su muslo, al igual que el había hecho momentos antes mientras lo miraba perplejo, ¿lo estaba invitando a verlo en acción?, sonrió para sí mismo.

-Claro…aunque tendré que lidiar con un montón de fanáticos y no sé si reaccionaría bien, me estresa pensar lo que pasa por sus cabezas cuando te miran.-Hizo una mueca de disgusto, había dejado sus celos completamente expuestos al otro, ¿qué estaba pasando con él?.

-Pero mira que recien te has caido del árbol Moses.- Alec le sonrió al sentir el contacto suave en su muslo y lejos de retirarse empezó a jugar con el tatuaje del otro, rascándolo como si con eso fuera a ser capaz de sacarlo.- obviamente que vendrás al backstage...tenemos licor, comida...a veces putos tambíen, pero tú no estás autorizado a hacer uso de ellos.-se rió.- y te presentaré al grupo...te agradarán...

Sí, en realidad sería bastante gracioso. El resto de Luzbel se quedaría con la boca abierta si el rubio llevaba a alguien a su camerino...a alguien que significara algo para él claro...

Se sentía bien. Con la limpieza el ambiente estaba mucho menos cargado. Y también le gustaba que el doctor hubiese mostrado celos por él. Pero era más que sentirse alagado. Esta vez se sentía querido...y le hubiese besado, pero pensó que la herida aún estaba un poc fresca...

Tal vez sólo jugaría con su mente un rato.

-¿Qué crees que piensan los fans?.-le susurró al oído, mientras los dedos que había estado jugueteando con su tatuaje tomaron como nueva víctima el cuello del más alto.- Supongo que algunos querrán imitarme...otors querrán tirarme...pero...no todos tienen la suerte que tú has tenido...cariño.

-Espero que sean igual de agradables que Abelito.-Dijo sonriendo irónicamente, no lo soportaba, menos ahora que sabía que él y Alec habían tenido sexo, ¿o habían hecho el amor?, de repente comenzó a sentirse inseguro y la duda afloró en su cuerpo pálido, extenuando cada milímetro de su piel y su alma.

Acarició el muslo del vocalista suavemente, como si se tratara de una pieza de cristal que no debía ser ensuciada ni dañada por nada ni nadie, así de importante era para Moses el tenerlo a su lado y podría hacer lo que fuera con tal de que la gente no le hiciera daño, aunque claro, el único que lo había perjudicado en sobremanera el último tiempo había sido él.

Se percató nervioso y vulnerable al contacto de Alec, que ahora jugaba con su cuello, estaba tan cerca que podía sentir su respiración rozándolo, al parecer Moses era el único con el pulso acelerado. Mierda…ojala no se de cuenta.

-Pienso que…lo mínimo que quieren hacer es besarte, seguramente deben tener sueños húmedos y orgásmicos contigo…qué asco.-Su rostro se desfiguró al ver esas imágenes rondando su cabeza, creía que vomitaría en cualquier momento, era casi peor que dilucidar un encuentro cercano entre Abel y Alec.

Moses se paró casi al instante, posicionándose en una muralla que quedaba frente a la cama, así podría ver cada movimiento del vocalista sin tener que estar demasiado cerca de él, estaba luchando consigo mismo, ya que una parte debía mantener la compostura por su hijo muerto, pero la otra parte quería tenerlo entre sus brazos.

-Estaba pensando que no podremos ser amigos...no quiero que nadie más te toque, no podría soportar que dijeras que sales con alguien, que estas enamorado...-

Pudo sentir el nerviosismo de Moses, pero decidó no molestarlo más. Estaba siendo bastante incosiente y lo sabía. Retiró su mano delicadamente y se alejó algunos centímetors, pero sin dejar de pozar sus ojos azules en aquel rostro que había aprendido casi de la nada a querer.

-Pero no te enfades...es gracioso...además, si tú estuvieras en mi negocio te pasaría lo mismo...sabes qué eres guapo, no?

Ahí estaba de nuevo. El rubio se dio un golpe mental. ¿Por qué era tan...cachondo? Tenía que pararla ya con ese tipo de insinuaciones. No era el momento. No era el momento de hablar de ellos. Ese día debía tratarse del médico y de nadie más. Tan sólo consolarlo, acompañarlo...obligarlo a comer tal vez...

Estaba tan concentrado haciéndose a la idea de todo eso que no se dio cuenta cuando el otro se puso de pié. Y sus palabras le tomaron por sopresa naturalmente. Se quedó mirándolo un rato, con la boca semi abierta por lo inesperado de su confesión. Pero no dudó. Siempre había pensado que el día de volver a entablar una relación iba a llegar, y ahora que estaba pasando, renunciar al sexo volátil, las borracheras y todo lo que ocupaba su vida era más una bendición que un castigo. Sobretodo porque...estaba seguro de que si podía volver a decir "te amo" de nuevo a alguien, esa persona sería...

-Está bien, no seamos amigos...-soltó casi tan de repente como lo había hecho el otro.- pero, no quiero dejar de verte, así que me imagino que el único camino que queda es ser...novios?...

Le costó articular esa palabra. Había estado tan fuera de su diccionario por tanto tiempo que ya no estaba seguro si la había dicho correctamente. El vocalista sintió como sus mejillas se enrojecían y se maldijo a sí mismo por no poder controlar su cuerpo a su antojo...

-No veré a nadie más, y tú tampoco o te patearé el trasero...que dices?

¿Guapo?...Definitivamente guapo no era la manera en la que se veía Moses, en realidad se daba asco, nunca estuvo feliz con su apariencia física, por lo que ser monje podía aliviarle el peso de conseguir alguien que lo amara, porque feo y antipático, ¿quién iba a fijarse en él?, absolutamente nadie; el médico no estaba enfadado, sólo lo bastante celoso como para querer matar a cualquier fanático loco que seguramente se pasaba horas en el departamento de Alec, sin tener idea de que estaba compartiendo su suite con el hotel, quizás cuando la gente se enterara, comenzaría a especular sobre su relación.

-No seamos amigos…-Se quedó pensando un rato en eso hasta que se percató del término de la frase pronunciada por el otro rubio.-¿Novios?...-No sabía como decir que sí sin parecer estúpido y comenzó a plantearse si el otro le creería aún cuando minutos antes había estado llorando por su hijo, aunque creía haber dejado en claro que Aruan no le interesaba para nada.

Moses sonrió ampliamente al ver las mejillas sonrojadas de Alec y más aún cuando escuchó lo de la golpiza, pero claro que estaría bien para él, no le interesaba nadie más que el vocalista, lo único que temía era hacerle daño…¿otra vez?.

-Te Quiero…-Pronunció bajito, para luego acercarse al otro rubio, tomar su mano y hacer que se parase para poder besarlo, cuando tuvo sus labios tocando los suyos, no pudo hace más que sonreír, incluso él se sentía extraño al pasar de un estado emocional a otro tan repentinamente. Trató de gesticular la palabra “si” sin separarse un milímetro de Alec, por lo que lo rodeó por la cintura.

-No te rías de mí!.-le dijo poniéndose aún más rojo; sabía perfectamente que esa sonrisa venía a razón del color de sus mejillas y le comía el orgullo la idea de sentirse...tan frágil...como un quinceañero idiota...

Malditos quinceañeros, malditos enamorados y malditas mejillas que no dejaban de quemarle...

Moses se acercó y el tomó la mano. Entonces el rubio se puso de pie y se dejó besar por Moses como si fuera la primera vez que lo hacía...o cualquiera...Era raro, algo así como ser virgen de nuevo, y no entendía como era que había acabado así, tan avergonzado, tan tímido y tan estúpido, cerrando los ojos ante un leve roze de labios...

-...Yo también...te quiero.- según Alec era la primera vez que decía algo así en voz alta. Cuando el otro lo abrazó el menor lo imitó inmediatamente, ocultando su rostro en el pecho protector de..su novio...tendría que acostumbrarse a usar esa palabra.- maldita sea Moses...me has hecho bueno...no me lo creo...

Sus manos delicadas empezaron a recorrer la piel blanca del médico con delicadeza, era más que nada una suave caricia...no sabía ser cariñoso sin ser sexual, pero quería aprender...

Poco a poco...

-Ya lo sabía…lo dijiste medio dormido cuando estabas en la ambulancia, antes de que el personal me sacara de allí porque te ibas, aunque no creí que estabas seguro de eso.-Dijo sonriendo estúpidamente, seguramente lo más difícil de sobrellevar en su relación eran los celos y las dudas de Moses, no podía evitar sentirse desconfiado con tanta gente que deseaba a Alec al menos una vez, pero tendría que estar seguro, de alguna manera debía estarlo…sino, todo se iría al traste, de nuevo.

El ex monje se rió ante el comentario del vocalista, ¿en realidad lo había hecho bueno?, claro que aunque el otro pensara que su índice de maldad estaba en las nubes, Moses lo veía como un niño que trataba de ser rudo para no dejar que lo lastimaran, quizás sus ojos estaban volviéndose demasiado subjetivos y cegados por el amor.-Eres mío Alec…y yo soy tuyo...- Desde ahora las cosas cambiarían, sólo esperaba no ponerse demasiado patético, ya que nunca había sentido nada por alguien antes y no sabía como comportarse.

Entonces las manos del otro rubio comenzaron a deslizarse por su piel, por lo que Moses no pudo hacer más que moverse inquietamente bajo sus brazos, ¿era normal sentir maripositas en el estómago?; buscó el rostro de su novio con los labios y, cuando por fin lo encontró, se quedó paralizado, recordando que Alec tenía mucha más experiencia que él, ¿podría ser que…?. Mierda, ya estaba dudando.

-No quiero que nadie más te toque…ni te mire lascivamente.-Quizás estaba preocupándose demasiado por lo que pensaran los demás y a la vez siendo demasiado egoista pero, ¿qué diría Abel cuando se enterara?. Sin duda al más bajo le importaba la opinión del dueño del hotel, así que debería procurar comportarse mejor en su presencia, tarea que veía un tanto lejana.

-Lo dije?!.- por un segundo el rostro de Alec abandonó el seguro pecho para ver a Moses a los ojos, algo alarmado; pero pronto se dio cuenta de que en realidad no importaba...ya no tenía que guardarse nada, así que volvió a su posición anterior, sonriendo un poco.- idiota...pudiste violarme y yo ni cuenta me daba...

Entonces se quedaron callados un rato, abrazados. Si alguien les hubiese puesto música, hasta seguramente se hubiesen mesido un poco...el rubio pensaba que era pateticamente cursi, pero aún así no se soltaba...la verdad era que jamás había sentido que "cursi" estaba bien, y le fascinaba que el médico sacar ese lado de él...el de adolescente inocente que jamás fue. Todo en su vida había pasado demasiado rápido, y pensaba que tal vez, en esa ocasión, tendría tiempo para disfrutar un poco más, en vez de vivir los arrebatos pasionales de cuando a penas estaba descubriendo lo que era el sexo...

-Moses...-le susurró con cariño, como si el otro fuera un niño chiquito...los arrebatos del más alto eran tan espontáneos que el vocalista no podía menos que adoptar una actitud paternal ante ellos.- nadie va a tocarme de acuerdo?.- cogió una de las manos del otro y la posó con firmeza sobre una de sus nalgas, mientras se reía sonoramente.- sientes esto? te lo regalo...aunque lamento informarte que no puedo hacer nada contra los pensamientos pervertidos de los demás...

Y ahora fue el menor el que buscó los labios del otro. Despacio los jaló con los propios, y luego de rozarlos unos segundos hizo camino a su lengua, que trató de explorar la boca de Moses por completo.

-No había necesidad de violarte, además…los enfermeros se hubieran percatado de que estaba tratando de forzarte y hubiera sido realmente patético y perjudicial para mi carrera, ¿de qué viviría desde ese día en adelante?, seguramente hubiera tenido que ser un prostituto y…sería mal pagado, creo que lo hago horrible.-Sonrió junto con Alec, la palabra que se le venía a la mente en este momento era “ñoños”, sólo les faltaba usar suspensores y los pantalones como las abuelitas, todo lo demás encajaba perfectamente en su nueva realidad.

Esperaba que el vocalista fuera sincero, porque sino…se descontrolaría y no podría volver a la normalidad hasta dañar a la persona que tenía en frente, ya había pasado una vez con Aruan en la playa, así que creía que Alec no sería la excepción; Moses se sonrojó visiblemente al sentir como su mano era desplazada hasta una de las nalgas del otro rubio.-Deberías darme esto…-Dijo suavemente deslizando su mano hasta llegar a su entrada, palpándola con sus dedos.-Sería como mi anillo…aunque tendré que darte uno yo también o algo que te guste más que una joya.-

Entonces Alec besó al médico de una manera que este sentía totalmente nueva, ahora entendía a qué se refería la gente cuando decía que toda expresión de amor era mucho más gratificante que el sexo con cualquiera. Moses cerró los ojos y trató de seguir el ritmo del contacto lo mejor que pudo, dejando a su lengua entrar en la cavidad de su novio, explorándola al principio con sigilo y luego desenfrenadamente, buscando a su par en ese lugar que le parecía nuevo aún cuando se habían besado antes.

-Deberás tenerme un poquito de paciencia.-Dijo agachando un poco la cabeza, temeroso.-No estoy acostumbrado a este tipo de cosas, eres el primero para mí…-Obviamente no se refería al sexo, sino a la máxima expresión de sus sentimientos que sólo habían logrado una confesión para Alec, sólo para él.

-Los dos nos tendremos paciencia...es tu primera vez y yo ando oxidado...-si Moses no sabía como expresarse, Alec lo había olvidado hacía ya mucho, así que era tarea de ambos aprender y recordar como querer a alguien.

Ya que el mayor había agachado la cabeza el rubio aprovechó para darle un beso en la frente, y luego se soltó del abrazo para ir a echarse en la cama. Su rostro había recuperado su color moreno y podía decir que ya se sentía mucho mejor consigo mismo. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que en realidad su actual situación era lo que había estado buscando con el médico desde un principio. Estabilidad...cariño. Algo que sólo podía darte una pareja. Encendió la televisón y empezó a cambiar de canales sin realmente fijarse en los programas. Ya había tenido suficiente de fietas, borracheras y compras decomunales en tiendas de ropa. Acababa de llenar el vacío que le comía el alma y con ello se había dado una razón para despertarse en las mañanas...

-Ven...-le dijo, golpeando la cama, y cuando Moses se acercó a él acomodó su cabeza en el pecho de éste y siguió cambiando de canales.- avísame si algo te interesa...creo que debemos distraernos un poco hasta que te de hambre.

Alec tenía razón en eso…su hijo y Heiji habían muerto dejándolo sin posibilidades durante mucho tiempo, así que era un nuevo comienzo para ambos. Moses no podía evitar pensar en que tenían demasiadas cosas en común, fuera de lo físico, los dos habían terminado de la misma manera y ahora trataban de liberarse de todas las ataduras que pudieran conservar del pasado. Esperaba que las cosas resultaran bien, ya que realmente quería estar al lado del vocalista mucho tiempo más, se sentía tranquilo y feliz a su lado.

El médico espero hasta que Alec lo llamara y sólo después de eso, se posicionó a su lado, haciéndole cariño en el cabello mientras pasaba los canales.

-Déjala ahí…-Musitó lentamente, era un canal de música en el que mostraban videos de bandas que habían sido famosas antes de la guerra entre los hombres y las mujeres, en pantalla había un video de un concierto…la canción se denominaba “Save me” y pertenecía a Queen. Moses se dedicó a tararearla un rato, tratando de vocalizar antes, para que Alec no se riera al escucharlo cantar. -I’ll erase the memories to star again with somebody new, was it all wasted? All that love…-

Entonces, el ex monje se sintió débil y vulnerable, no creía en toda esa basura de la musicoterapia, pero ahora pretendía entenderlo, ya que algo en esa canción había causado esas emociones que amenazaban con desbordarse de su cuerpo.

-Mejor pidamos algo para comer…-Dijo tratando de esbozar una sonrisa, ocultando su verdadero estado.-¿O prefieres salir a alguna parte?, eso sí…ahora yo manejaré.-Si valoraba su vida, Alec debía entregar el volante.

Alec estuvo pasando los canales un rato hasta que Moses le pidió que se detuviera en uno de música y Alec así lo hizo. La que pasaban era una canción viejísima, de al menos unos 200 años de antigüedad; toda una reliquia. Pero al parecer, y a pesar de que la imagen era terrible para los estándares de la época, a ambos les gustaba, y les decía algo. El rubio no era muy sensible a esa clase de estímulos, y al levantar la vista se dio cuenta de que el otro sí que lo era. Era consciente de que hasta el hecho más mínimo podía entristecer a Moses en ese momento, y lejos de fastidiarlo (que es lo que hubiera hecho en cualquier otra circunstancia) se arrodillo a su lado y lo abrazó. Sus labios rozaron el cuello del más alto primero y luego se posaron cerca de su oído izquierdo, susurrándole el resto de la canción...

“Save me…save me…save me…I can`t face this live alone”

Luego lo miró a los ojos sonriendo. Casi nunca cantaba fuera del trabajo. O al menos no bien. Le dio un beso suave en los labios.

- Me sorprendes, poca gente sabe tanto de música…

Moses entonces cambió el tema abruptamente y sugirió ir a comer algo. El rubio entendió perfectamente y se levantó de la cama.

-Vamos, pero yo manejaré, no estoy ebrio así que prometo no chocar.-se rió a carcajadas.- tienes miedo gallinita?...es sólo un poco de viento

Moses se retorció un poco al sentir los labios del vocalista posarse en su cuello y luego susurrarle la continuación de la canción; a pesar de lo famoso que era su novio, nunca lo había escuchado cantar ya que no estaba acostumbrado a ir a conciertos, comprar cds ni mucho menos ver los canales de música. Las únicas cosas que le interesaban al médico a parte de su profesión tenían que ver con el clima…ver las hojas caer en otoño y la lluvia descender en invierno, creía que iba a extrañar la estación que si bien había calado sus huesos, le había traído lo que ahora era lo más importante en su vida.

-El problema es que me consideras alguien idiota Alec…pero me gustan las bandas antiguas, de las que los gusanos se han comido hasta los huesos.-Que asco de comparación, a veces no podía mantener la boca cerrada.

Se levantó de la cama lentamente, sentía el cuerpo cansado, de seguro los 30 cigarros le estaban pasando la cuenta. -¿Gallina? Pfff….-Suspiró ante el comentario del otro rubio.-Está bien…tu manejas, pero ten cuidado.-El viento no era el mayor problema de Moses, sino chocar contra un sardinel o cualquier auto que anduviera por la calle a estas horas.

Tomó la billetera que se encontraba en el velador al lado de la cama y luego abrió la puerta de la habitación, saliendo tras Alec.

-¿Vamos…?.-

-Vamos.

Alec tomó a Moses de la mano y se encerraron en el elevador. Sin decirse mucho llegaron al estacionamiento de nuevo, y justo como la vez anterior el vocalista quitó la alarma de su auto y subió del lado del conductor. Ahora, el problema era que su nave no se veía tan lujosa esa vez, ya que en la parte de adelante lucía una abolladura y le faltaba pintura. Alec se rió de la cara que puso Moses mientras metía la llave al laod del volante

-He decidido dejarla porque le da estilo.- bromeó, la verdad era que aún no había tenido tiempo de ir al taller y el auto se lo habían remolcado hasta ahí.- jeje...espero que prenda...

Para su suerte el motor rugió como siempre y en segundos ya estaba fuera del estacionamiento. Alec trataba de ir lento para no espantar al médico, pero su concepto de "lento" estaba muy alejado al del otro, al que no podía menos que crispáresele los pelos al ir a 80 en una calle menor.

El rubio prendió la radio y buscó una estación de música antigua, para complacer a Moses ,y le dejó ahí. Luego encendió un cigarro, ahogándolos un poco, ya que como estaba nevando, les era imposible abrir las ventanas.

-¿A dónde quieres ir?