Había pasado un día como cualquier otro,metido en aquella oficina durante largas horas,las reuniones se habían alargado demasiado y ni siquiera tuvo tiempo de pasarse por la universidad aún teniendo que entregar tarea.
En días como ese era realmente frustrante ser Owen s. Williams, había momentos en el que el pelivioleta odiaba su apellido y todo el peso que recaía sobre él por llevarlo.
Comenzó a anochecer y Owen aún continuaba atrapado allí, entre desconocidos que le hablaban de números, le mostraban gráficos y demas cosas que solo conseguían que la vista del pelivioleta se desviara a la ventana,dejando que su mente volara lejos de aquel lugar.
Una llamada a su móvil le hizo reaccionar, era Tomas, sin importar lo que pensaran los demás asistentes a la reunión salió de allí para atender la llamada, el ojiazabache no le dió mucha información solo lo citó en el restaurante del Hotel donde se alojaba en media hora.
Tras esto ,Owen regresó a la sala,recogiendo sus cosas y dando por terminado el día, pese a las quejas de los interlocutores, quienes aún no habían llegado a un acuerdo.
Rellenó unos impresos y salió répidamente de allí, mirando el reloj varias veces, en 20 mintos debía encontrarse con Tomas, por lo que no le daría tiempo a ir a su apartamento a cambiarse de ropa y asearse, pero no iba mal vestido ni mucho menos : Americana y pantalones color crema, camisa de seda color ébano muy intenso y una corbata blanca que estaba a medio desanudar, descuidado,como siempre , aunque con algo diferente,pues despues de meses sin hacerlo,ese día se había recogido el cabello en una curiosa coleta que recogía toda su larga melena, cayendo de modo relativamente ordenado por su espalda.
-...esperaba que no me vieses nunca con ropa de "trabajo" ...- susurró para si mientras enviaba un mensaje al movil de su amante -" Voy para allá " - lo envió y paró un taxi, ya no le daba tiempo de ir caminando.
Llegó al lugar con cinco minutos de retraso, colocandose la corbata antes de entrar,despues de todo era un lugar refinado y no podía entrar de cualquier manera allí.
Dió su nombre al metre y esté le condujo hasta la mesa donde se encontraba el ojiazabache esperandole, era un lugar bastante elegante y decorado con buen gusto, era la primera vez que Owen estaba en ese lugar y miraba a todas partes mientras caminaba hacia la mesa.
Una vez alli , el metre se retiró dejandolos solos.-...Buenas noches...- le saludaba con media sonrisa antes de bajar y darle un suave beso en los labios y acto seguido tomar asiento frente a él.- Te debo la vida! - reia - me has salvado de un día realmente horrendo...-Animado, extendió su mano tomando la ajena y mirarle aún sonriendole, ni siquiera se había fijado en lo que había sobre la mesa,su atención estaba concentrada en el mayor.- este sitio es precioso...a que se debe todo esto? me has sorprendido, la verdad .- Tan ocupado estaba últimamente que ni sabía en que día vivia .