De Shopping??? (Con Kenneth)

Habían llegado al Centro Comercial, Kenneth miraba curioso los enormes autos que estaban a ambas lados, eran tan enormes. El moreno levantó sus brazos para ayudar a que su señor le quitara el cinturón de seguridad. Le sonríe después de ello para inmediatamente después asustarse cuando le quita su mantita…¿me la quitará?, pensó el moreno para tranquilizarse por ver lo que hacia con ella…la estaba doblando para que la llevase consigo mientras paseaban.

Cuando salieron del auto, el menor se asustó al ver tantas personas juntas, no estaba acostumbrado a ello y es que en Hanori veía a lo mucho diez personas por día que se acercaban a curiosear. Se esconde detrás del brazo de su señor para luego tomarlo de la mano. Estaba asustado.

-M..mi….se…señor….hay…mu…muchas….personas…- comenta, apretando su mano, pensando que quizá de esa forma no lo dejaría solo en aquel lugar.

Su señor le dijo que era muy normal ver tantas personas en ese lugar además que debía acostumbrarse a ello. Kenneth lo sabía pero el problema era que ya estaba acostumbrado a estar en una jaula y ver a los dependientes que se encargaban de él así como de las demás mascotas. Su mano que se aferraba a su señor empezaba a sudar, quizá debido a la presión del momento pero debía calmarse y como su amo le había dicho, acostumbrarse; cosa que haría si con ello lo complacía.

El menor miraba muy tímidamente a todos lados, le llamaba mucho la atención tantas cosas pero algo cambió su atención y fue la sonrisa de su señor que le hizo sentir una sensación extraña en su pecho o quizá en su estómago, no lo sabía pero era como si algo golpeteara por dentro. Devuelve la sonrisa para sentir como lo atraía a su cuerpo. Kenneth se estremece por completo. Lo había tomado por sorpresa tanto que su corazón palpitaba alocadamente pensando que el más alto lo escucharía debido a la cercanía.

Levanta tímidamente su mirada para verlo. Tenía las mejillas sonrosadas. Se aferra a su mantita, asintiendo solo a sus palabras. Confiaba en él, era en el único en quien podía confiar, no porque era su amo sino que así lo sentía cada vez que le dedicaba una sonrisa.

Así, muy juntito a su amo salieron del estacionamiento hasta llegar a lo que sería la entrada del Centro Comercial. Todo era tan grande y lujoso que el menor no dejo de mirar a su alrededor; a cada esquina que miraba había una cosa que llamaba mucho su atención, estaba tan emocionado que lo tan intimidado que se encontraba por la cercanía con su señor se había esfumado, actuando así con mayor naturalidad.

-Pues…- se llevó un dedo a la comisura de sus labios.- a…mi….- delineaba con aquel dedo su labio inferior.-…me ….gustaría…- le sonríe con cierto rubor.- ir a comer algo…es que…- se toca su pancita.- no he comido nada desde el desayuno…discúlpeme.-

Después de lo dicho, su señor buscó con la mirada algún restau para que pudiese comer algo, diciéndole que luego de ello irían de compras por algo de ropa y finalmente a casa. El menor asiente a lo dicho tomándolo de la mano, la cual estaba calientita y le daba cierta tranquilidad y más seguridad al caminar en medio de tanta gente.

El restau, que su señor había elegido, no se encontraba muy lejos; cuando llegaron pidió la carta, la cual se la leyó para que pudiera elegir. Kenneth escuchaba tantos platillos, que suponía, serían deliciosos pues nunca antes había probado alguno de ellos.

-¿algo especial?.-repite.-…me gustaría…eso.- pide señalando una propaganda, que se encontraba detrás de su señor, la que indicaba uno de esos combos de los ya conocidos fast food que traían de regalo un muñequito, razón por la cual llamó tanto su atención.-…eso me gustaría!.- sonríe más que contento.

El menor describía con la mirada cada pequeño detalle del lugar, girando su rostro para poder verlo por completo, produciendo que en ese intervalo llegara a cruzar mirada con su señor. Le sonríe tímidamente para girar de nuevo y observar la parte que le restaba, deteniéndose justo cuando Sebástian le pregunta sobre su vida en Hanori.

Asiente aún con una sonrisa sobre eso de que su vida no había sido tan buena en Hanori. Sintiéndose muy agradable de tener un amo que estaba dispuesto a enseñarle esas cosas que desconocía, al fin y al cabo, de lo que estaba seguro de conocer eran la instalaciones de Hanori.

-Gracias…por ser así…tan bueno....conmigo....-

Aclara su garganta, tomándose unos segundos para pensar muy bien qué decir.

-Uhmmm…, no era tan mala, al menos, cuando aún estaba a mi lado mi único amigo de ese lugar.- dice a la vez que extiende sus brazos haciendo ademán de tan grande lugar.-pero…, después de eso tuve que acostumbrarme…-toma su mantita, apretujándola entre sus manos.-…no tengo idea de cómo llegué a dar en Hanori….solía levantarme muy temprano….estudiaba con ellos aquello que sería de utilidad para el que me comprara….. como me decían, sólo serviría para una cosa ….-se sonroja. Agacha su mirada.- complacer a mi señor en lo que pidiese….-comprendiendo lo que esa palabra abarcaba.

El mayor no dejaba de preguntarle, de seguro quería saber más de él aunque el menor consideraba que no tenía nada interesante. Mira como dejan el pedido, sintiendo luego la mano de su señor encima que acariciaba la suya… podía sentirla tan cálida que lo tranquilizó pero fu su sonrisa la que le dio valor para hablar. Corresponde a ella.

-Mi señor…usted puede saber todo de mi, por ello, no se preocupe en preguntarme…- hizo una breve pausa.-A mi amigo…. se lo llevó un señor…no sé muy bien quién era pero…sí recuerdo que era muy alto.- levanta sus manos indicando cuán grande era para él.- además vestía extraño…todo de negro….y llevaba un sombrero…-contesta mientras no deja de observar el pedido, quería comerlo pero, si su señor no le autorizaba, no lo haría por más que tuviese hambre.

El menor sonrió complacido abriendo la cajita en la que venía su pedido. Se emociona al ver el juguete dejándolo a un lado, pues en ese momento su atención estaba reflejada en su sándwich. Toma un bocado, saboreándolo suavemente; no olvidaría su educación en ese momento sino, ¿qué pensaría su dueño?. Come cuidadosamente mientras observa a su señor de reojo. Ve como dejan el café para después continuar con sus preguntas, cosa que no le disgustaba al menor pero…acaso, ¿él también podría hacerlo?, Kenneth tenía mucha curiosidad por saber más de su señor pues consideraba que de esa manera podría comprenderlo y ayudarlo en todo lo que pudiese.

Movió la cabeza, lo había pillado su pregunta cuando se llevaba otro bocado del emparedado.

-Disculpe.- limpia la comisura de sus labios que de seguro llevaba algún resto de comida.- No sé nada más de él…sólo espero esté bien…y tenga suerte como yo.- sonríe, sonrojándose ligeramente.