La llegada. {Privado}

¿Qué había sucedido? No lo recordaba muy bien, sabía que lo último que había visualizado o recordado, era que estaba detrás de aquel rubio, siendo tirado de la correa y… No más, después todo se convirtió en una gran niebla oscura que le impedía ver nada. Quizá podía deducir lo que le había pasado, o puede que no…
En aquel momento no había nada, solo profunda oscuridad, pero… No tardó en poder ver “algo” siluetas… ¿Humanas? Eso parecía a primera vista.
De repente se empezó a escuchar unos ruidos, pero no ruidos normales, si no risas de niños, como si estuvieran jugando, viendo aquellas “sombras” corretear felizmente.
Se los quedó mirando curiosamente, intentando averiguar quiénes eran… Y entonces lo descubrió… Aquella intensa oscuridad se transformó en un bello parque.

Un parque con hermosos y vivos colores, así se podía deducir que era… Primavera.
Y allí los vio, dos niños jugar felizmente sobre la hierba, corriendo de un lado a otro, un niño de unos… ocho años y otro de su misma edad, o al menos eso parecían.
El primer niño era de cabellos oscuros y algo rizados, corta estatura y vestía bien, sin embargo, no podía ver muy bien su rostro, era algo curioso…
Mientras que el otro niño era de cabellera rubia, pero en este caso era de un cabello liso y algo más largo que el otro niño.
Entonces todo volvió a desaparecer, ¿qué había sido eso y esos niños…? Pero apareció otra pequeña escena, como si se tratara de un flash back, apareciendo los dos niños haciendo el mismo gesto de una promesa, elevando sus dedos meñiques y ajuntándolos mientras que sus labios se movían, como si estuvieran diciendo algo que no acababa de comprender.

En aquel momento, después de esa escena todo desapareció de nuevo, ya lo entendía, ya sabía lo que era… Esos niños… Uno de ellos era él y el otro… Su mejor amigo, lo recordaba, la promesa que hace años habían hecho…
¿Pero por qué tendría que recordarla ahora, a qué venía eso? Estaba claro que no se olvidaba algo tan importante como eso…
Sin embargo, en un momento se vio a alguien de espaldas, alguien de cabellera rubia, se podría decir que le llegaba por la nuca.
Este se giró hacía él, como si supiera que estaba allí mirándole, entonces, supo quien era… Aquel hombre que odiaba por encima de todo, ese hombre…
El otro sonrió de manera burlona, esa sonrisa que le ponía histérico, pero desapareció antes de que pudiera “hacer” nada.
¿Y ahora… Por qué aquel tipo, no se supone que le odiaba, por qué salía en sus sueños? Ni modo, solo sabía que ese sueño estaba a punto de acabar…

---------------------------

Se quejó un poco antes de poder abrir sus parpados, manteniéndolos entrecerrados, haciendo que las pestañas inferiores se llegaran a rozar con las de arriba.
Parpadeó algo atónito, sin saber bien que pasaba o había pasado, por una vez más cerró sus ojos, y recordó aquel extraño sueño, haciendo que abriera sus parpados, cual ahora se encontraba en una habitación, aquella habitación de… Sí, estaba de nuevo en aquella mansión, siendo el “gobernador” aquel tipo al que odiaba y había aparecido en sus sueños sin permiso.
Se llevó la mano sobre su cabeza, rozando con la yema de los dedos la venda que llevaba, al parecer, ahora el dolor no le afectaba tanto…

Finalmente decidió elevarse, quedando sentado en la cama y observar su alrededor con sus parpados entrecerrados.
Maldición… Se había desmayado… Ya lo había olvidado… Ahora sí que había quedado completamente en ridículo delante del aquel tipo…
Maldijo por lo bajo a Tenji por lo que le hizo, que estaba claro que eso no quedará así… No mientras que no se quede satisfecho por las cosas que le había hecho pasar….

El camino en el coche de regreso a casa fue más largo de lo normal debido al embotellamiento que se provoco en las calles esa tarde. Hacía bastante tiempo que no se topaba con un problema así, generalmente no salía a la calle a esas horas, más bien estaba en las oficinas de la empresa. Sin embargo aunque el tiempo de espera fuera largo, Tenji casi ni lo sintió, más bien lo aprovecho. Pasó todo el camino distraído, completamente inmerso en sus pensamientos, tanto que el ruido de los automóviles y los pitidos no lo molestaban en lo más mínimo, aunque por supuesto su chofer no estuviera de muy buen humor. Tenji tuvo tiempo de sobra para despejar su mente y aclarar sus pensamientos, organizar sus ideas. El dolor de cabeza que tanto lo había molestado ya no era un problema. Por supuesto que cuando llegaron a casa, Charles no los recibió con muy buena cara, en especial cuando vio a Colin desmayado en los brazos de su amo. Le mando una aguda mirada al rubio que casi pudo sentir picarle la sien. El mayordomo no estaba contento pues durante el día, los socios de Tenji que no pudieron localizarlo a su celular “perdido” estuvieron llamando a la mansión dejando cientos de recados, incluso el pobre sirviente debió soportar uno que otro grito, parte de su trabajo pero pondría de mal humor a cualquiera, después de todo era un mayordomo que se encargaba de organizar que todo estuviera bien en la mansión, no el secretario personal del rubio.

- Ahora no, ya se de que se trata. – fue la respuesta inmediata que el rubio le dio al mayordomo cuando este le pregunto si deseaba escuchar los recados. El mismo Tenji llevo al menor hasta su asignada habitación, lo recostó en la cama y le quito la ordinaria ropa que se ceñía a su cuerpo, solo dejándolo en ropa interior. Realmente no entendía porque hacia todo esto si había decidido ser más duro con el pequeño demonio de esclavo que tenia. De igual manera ¿Qué importaba? Ya lo había hecho y además Colin nunca lo sabría, incluso Tenji no le tomaba mucha importancia a su atención pasada. Simplemente termino y cubrió su cuerpo con las sabanas. Sin embargo algo llamo su atención, una marca en su antebrazo, más bien símbolos, los números 02 y 2 palabras escritas debajo de ellos: “Kagamine Len”. Le pareció extraño, ¿Por qué Colin tendría eso grabado en su brazo? Obviamente el esclavo no le diría algo sobre eso, se había acostumbrado a que el pequeño rubio perdiera el habla cuando estaba con él, aunque prácticamente no decía nada nunca. Como fuera, eso no era algo que pudiera quitarle el sueno así que simplemente lo paso por alto, tenia cosas más importantes que hacer y en que pensar.

Más tarde envió a los sirvientes para que organizaran el guardarropa de Colin, de esa forma tendría algo de ropa (de su preferencia) para ponerse cuando despertara. Aunque los sirvientes trataron de ser lo más cautos posibles para no hacer mucho ruido y despertar al menor, esto no pareció ser necesario, pues el joven esclavo no se despertó. Entre tanto Tenji arreglaba los asuntos de su empresa por teléfono, no con muy buena actitud, cada uno de sus socios se llevo consigo un discurso que más bien era algo así como un regaño. Y de nuevo el rubio empresario se vio a si mismo sumergido en papeles y llamadas telefónicas.

En cuanto a atender sus heridas Tenji no hizo mucho, eran solo golpes, no muy marcados, el que más le había dolido era el de la cabeza, pero basto con tomar una pastilla para el dolor y pudo continuar con sus labores normalmente. Cuando finalmente termino estaba asqueado de los negocios, quería algo de distracción, así que subió hasta la habitación de su esclavo que aun dormía y se quedo en silencio unos momentos. Si Colin dormía tanto entonces no podría divertir a su amo, eso no era aceptable.

Se dio cuenta de cierto detalle… No tenía la ropa, se encontraba en aquellos momentos en ropa interior, alarmado se miró así mismo para después resoplar y observar su alrededor, fijándose en el armario, que este hacía un poco abierto.
Con cierta pereza se levantó y se dirigió hacía esta, con una mano en su cabeza, como si estuviera reteniendo el pequeño mareo que sintió solo más ponerse en pie.
En cuando estuvo delante del armario la abrió con la mano libre, observando que aquella ropa, que jamás se pondría, había desaparecido, siendo sustituida por las ropas que antes había pedido, pero… No se los había probado… ¿Le vendría correctamente?
Sin más se encogió de hombros, decidiendo ponerse el primer traje que había pedido, el blanco con aquella corbata amarilla.
Lo cogió, al menos… Eso era mucho más normal que lo otro que estaba antes allí….

Se dirigió de nuevo hacía la cama, en donde dejó la prenda encima, se la quedó mirando, estaba claro que tenía que cambiarse.
Resopló pesadamente pero antes de cambiarse se dirigió hacía el baño que había a un lado de la habitación, dirigiéndose al lava manos, observándose en el espejo, fijándose en los pequeños golpes que poseía en la piel, no se dio cuenta hasta que no se fijó bien… En la curva del cuello… Habían marcas rojas… Simbolizando aquellos mordiscos y chupetones.
Frustrado por ello, condujo su mano de la cabeza hacia el cuello, en donde su cubrió todas las marcas como podía.
Pero al verse a él mismo a los ojos se recordó de aquella escena en el baño, abrió sus parpados para después charquear la lengua y apretar sus dedos contra su propia piel, como si quisiera arrancarse ese trozo.
Más tarde abrió la llave de agua y se limpió la cara, después se secó y volvió a donde estaba la prenda de vestir.

Se la quedó mirando de nuevo y empezó por la parte de arriba, colocándose aquella camisa, de momento le venía bien, más tarde los pantalones y por finalizar los calcetines de los brazos y piernas.
Extendió sus brazos para verse más o menos, aun que se lo pensó mejor y volvió al baño a mirarse. Y así hizo, se miró, pero se fijó que aquella prenda no le cubría el cuello, cosa que se veían esas malditas marcas… Sin embargo, lo que sí ocultaba era aquella curiosa marca que tenía en su ante brazo, aquella numero más un nombre.
Oh, le faltaba un pequeño detalle… Se recogió el pelo con ambas manos, para después buscar con la mirada alguna goma de pelo, cual al encontrarla la cogió y volvió hacerse una pequeña coleta, para que el cabello no le molestara.
Bien, ya estaba vestido… Preparado para “irse” de la habitación, aun que… ¿Volvería a intentar escaparse? Aun estaba algo aturdido por todo aquello…

Mejor pensar en qué podría hacer… Aun que antes se le había ocurrido algo, pero ante todo aquel “lio” no se acordaba.
Curvó los labios y colocó sus manos en sus caderas, resopló y volvió al cuarto cosa que no tardó en ir hacia la puerta para salir de allí, vale, no sabía qué hacer, pero de seguro que se le ocurrirá algo…
Sin más abrió la puerta para salir, pero en aquel momento se encontró delante del rubio, se le quedó mirando con sus parpados abiertos de la sorpresa, incluso se quedó inmóvil ante ello.
¿Qué hacía allí, a qué venía? Rápidamente su expresión cambió notablemente, empezando a fruncir el ceño e incluso enseñando un poco los dientes y sin darle tiempo a que el otro digiera o hiciera nada, volvió dentro de la habitación, cerrando la puerta con fuerza delante de las narices del otro.
¿A qué venía, a fastidiar más o qué?
Ahora notaba como la rabia acumulaba solo más verle, se ponía rápidamente de mal humor en cuando veía el rostro ajeno, algo que no podía controlar por mucho que quisiera…

Se quedó en la habitación, quizá esperando a escuchar los pasos del otro rubio alejarse de allí, así que mientras esperaba se sentó en la cama con las piernas cruzadas y la mirada fija en la puerta.

Bien, después de todo no estaba durmiendo, eso le ahorraría la molestia de tener que despertarlo. Traía puesto uno de los cambios nuevos, bueno, al menos esta vez estaba vestido y conforme con lo que llevaba. Nada fuera de lo normal, daba igual que llevara, seguía siendo una fierecilla salvaje, cosa que el rubio pudo confirmar cuando volvió a encontrar esa expresión salvaje en su rostro y después el golpe de la puerta que se cerró justo en su nariz, sin duda había recuperado sus fuerzas y pensaba usarlas si era necesario y claro que sería necesario, la guerra aun no terminaba. Simplemente Tenji se llevó una mano a la cadera y miro la puerta un instante, aunque realmente no estaba concentrado en la tabla de madera frente a él, solo pensaba como debería castigar a Colin por mostrarse tan grosero con su amo. Pensaría en eso después, con el esclavo había aprendido que ser espontaneo era más divertido, y le funcionaba bien, las ideas venían a su cabeza cuando se enfurecía con él. Si, en definitiva esta vez seria espontaneo, y espontáneamente le dio una patada a la puerta que la abrió de golpe y la hasta la hizo estremecerse. Una puerta de madera fina y tallada que costaría una considerable suma de dinero reponer. Daba igual, nunca fue una persona a la que le importara mucho el dinero, a diferencia de los mediocres que le rodeaban Tenji disfrutaba de lo que podía comprar, eso le recordó de nuevo a Colin, una compra interesante. El esclavo estaba sentado en la cama y lo miraba directamente.

- ¿Interrumpo tus meditaciones? ¿O es que estabas haciendo algo que no querías que yo supiera? – se llevo una mano al mentón y miro directamente, sonriendo con lascivia. – A ya veo… tal vez intentabas hacer lo mismo que yo te hice en el baño del centro comercial, con tus propias manos. – golpe bajo, no era que en realidad el pensara que Colin hacia eso, más bien quería recordarle lo pasado para poder ver qué clase de reacción tenia.

El rubio rodeo la habitación sin quitar la vista de encima del menor. Actuaba como un felino que juega con su comida. Solo que aun se pensaba si devoraría a su ratoncito salvaje de un bocado o lo desmembraría miembro por miembro para ver que tan fuerte podía gritar o hasta donde aguantaría. La segunda opción iba mas con su personalidad y con lo que había estado haciendo hasta ahora, aunque la compara fuera más sangrienta que la realidad, así que la respuesta fue sencilla.

- Eres un pequeño pervertido Colin, tienes cara de pervertido, al menos así te veías en el baño. – mientras observaba a Colin, en realidad sus ojos escudriñaban cada centímetro de su cuerpo, en busca de las reacciones, pero fue algo mucho mejor lo que encontró el rubio en su búsqueda. En la piel blanca del cuello se marcaban manchas rojas, debido a los chupetones de antes. Recordar el sabor de esa piel le causo una sensación extraña, ¿Deseo?... No, no era más que una vaga inquietud, nada más, cosa sin importancia que se fue después de unos segundos.

- ¿Qué sientes cuando miras esas marcas de tu cuello en el espejo? Puedo ponerte la correa de nuevo para cubrirlas si no te gustan. Pequeño perro pervertido. – y las palabras hirientes no cesaban. Esta vez no las decía para aliviar sus frustraciones, sino por mera diversión. Vería que mas tenia Colin bajo la manga si conseguía molestarlo lo suficiente y si lograría ganar el esta vez.

Se cruzó de brazos esperando a que el otro desapareciera de detrás de la puerta, la estuvo observando todo el rato con el ceño fruncido, escuchando atentamente por si oía los pasos del mayor alejarse.
Pero nada, no escuchaba nada, así que aquello se deducía a que aun seguía detrás de la tabla de madera, que por cierto, se notaba que era echa de hace tiempo, algo que puede que ya no se fabriquen más de esas.
Aun así poco le importaba, sin embargo, deslizó por un momento la mirada a otro lado, mientras dejaba escapar un suspiro pero en aquel preciso momento escuchó la puerta abrirse de un buen golpe, haciendo que se chocara contra la blanca pared.
Rápidamente miró hacía el responsable, cosa que era de esperar que era el rubio…Lo maldijo por lo bajo mientras que se levantaba de la cama, deshaciendo su entrelazar de brazos, observándole fijamente, como si de una presa se tratase.
Gruñó por lo bajo sin poderlo evitar, apretando un poco sus dientes, la nariz arrugada y el entrecejo fruncido desde hace rato.

Y la voz del mayor se hizo presente entre ambos, escuchando sus preguntas sarcásticas, pero ante sus palabras abrió sus parpados de la sorpresa. Como… ¿Cómo que estaba haciendo lo que a él le hizo? Se había pasado…
Enseñó los dientes, se notaba que ya había recuperado las fuerzas después de aquel largo descanso.
Chasqueó la lengua mientras bajaba la mirada, no, no estaba haciendo eso… Tampoco lo haría… Solo, solo estaba pensando en cómo podría fastidiar al otro, sin embargo ante aquel tema hizo que se cabreara por momentos. -¡Calla de una vez, idiota!- Le gritó volviéndole a mirar con furia, encogiendo sus dígitos para formas puños en sus manos, notándose por momentos sus nudillos, cual se notaba que apretaba con fuerza.
No apartó en ningún momento la mirada de encima del otro, mirándole fijamente, observando como el otro rodeaba la habitación, pero él se mantuvo donde estaba.

Efectivamente… El otro no sabía como quería acabar en realidad después de provocarle de esa manera… Se estaba pasando, la rabia iba ascendiendo cada vez más rápido, hasta que al final llegue a estar, cosa que no quedaba mucho.
Sin embargo… Estalló solo más escuchar sus palabras, haciendo que recordara la situación en el baño, en cuando el mismo se vio reflejado.
Bajó la cabeza, incluso su cuerpo temblaba de la rabia que sentía, su cabello hacia que cubriera su vital mirada, cual con ella es capaz de “matar”
En cuando el otro acabó de hablar rápidamente alzó el rostro a mirarle, había sido suficiente… ya no podía más…
Sin más se abalanzó encima del otro, dándole un golpe en el rostro con el puño cerrado en la mejilla derecha, seguido de otro puñetazo con su otra mano, después de ello se alejó para no recibir algún golpe de parte del otro, se notaba que su ira había estallado de repente, ya no podía aguantar más escuchándole, haciéndole recordad…
¡Era insoportable, le odiaba con todo su ser! Y estaba claro que eso no era lo único que podía hacer… Así que si lo que buscaba era provocarle ya lo había conseguido desde hace rato, ahora será el otro quien salga mal parado.

Se lo esperaba, pero aun si no se preocupo por contener la embestida del otro que lo hizo caer y enseguida recibir los golpes del menor. 2 impactos, uno seguido del otro. El otro se aparto apenas lo golpeo, hacia bien, si Tenji lo atrapaba no le iría nada bien. Se sentó entonces en el suelo con las rodillas semi-dobladas y apoyando los brazos sobre ellas. Sus cabellos rubios le cubrían levemente el rostro, lo que lo alejaba de la mirada del esclavo era que se mantenía agachado. No exclamaba palabra, simplemente estaba ahí sentado con su rostro oculto entre las sombras. Entonces elevo la mirada para encontrar la posición de su esclavo. Sus ojos asesinos se posaron sobre Colin, pero no era simplemente furia lo que se mesclaba en sus pupilas, había algo mas… su labio se curvó por un solo lado y enseguida apareció su blanca dentadura.

- Tus manos son suaves Colin. – dijo sin apartar la sonrisa del rostro. – Golpeas como un niño, prefiero los cabezazos en dado caso, te son más efectivos. – se levanto del suelo pasando una mano sobre sus rubios cabellos revueltos. Tenji nunca hacia mucho esfuerzo por peinarse, tenía el cabello lacio y le caía sobre el rostro, eso le daba su estilo, su apariencia juvenil por así decirlo, esperaría unos años más para comenzar a peinarse hacia atrás. – Si quieres que me calle tendrás que hacer algo mejor que eso. – esta vez su tono de voz sonó algo agresivo. Aunque estuviera sonriendo para molestar a Colin, no le agradaba en lo más mínimo recibir golpes de nadie, mucho menos de su esclavo. – Te mostrare como se hace. – dijo cortante y camino con paso firme y rápido acorralando al menor.

Antes de que su presa pudiera escapar Tenji se apresuro en darle un puñetazo en el estomago para sacarle el aire. Entonces lo tomo del cuello y lo azotó contra la pared sin ninguna consideración. Que rápido podía sacarlo de quicio el esclavo, aunque gran parte de su actitud se debía a su nuevo propósito de ser más rudo y nada tolerante si de Colin se trataba.

- Si quieres que juguemos de esta forma por mi está bien, pero no te lo recomiendo, puede que tu piel acabe con mas que unas insignificantes manchas rojas en el cuello. – diciendo esto le soltó del cuello pero instantáneamente golpeo al menor en la mejilla con fuerza. – ¿Qué te pareció la demostración? Puedo hacerlo de nuevo si no quedaste satisfecho. – Tenji se sobaba los nudillos. Probablemente se hubiera pasado un poco, pero nada que no sanara con tiempo, había evitado usar la suficiente fuerza como para romperle un diente o algo parecido, un juguete roto no era divertido de usar. - Por cierto Colin, ¿Quién crees que te quito la ropa para meterte en la cama? – pensaba que no era buena idea que el esclavo se enterara de eso, al menos no de la forma que sucedió, mostro demasiada amabilidad con eso, pero si lo decía de esa manera no sonaba como un tipo amable y considerado. – Estabas inconsciente, quien sabe qué clase de cosas pude haber hecho mientras dormías. Dime, ¿Pudiste sentir algo? – si bien no había hecho absolutamente nada impropio con el cuerpo subyugado de su esclavo, ¿Él cómo iba a saberlo? Además le serviría bastante bien para torturarlo un poco con la incertidumbre. – Hasta donde sabes Colin, puede que ya no seas virgen. – se llevó la mano a la boca rosándose el labio inferior con los dedos índice y medio, sin apartar la mirada lasciva del otro rubio. Esto mínimo merecía que le disparara con una ametralladora. Estaba diciendo idioteces, Eso no podía ocurrir, no sin que el esclavo se diera cuenta, pero que mas daba, se sentía bien molestando al chico, le daba energía, como si se alimentara de su ira. ¿Cómo podía explicarse eso?

Sentía como su corazón iba bien acelerado ante tal acción que había realizado ante unos segundos, sí, se sentía nervioso, frustrado, desesperado, con rabia y odio. Todo aquello estaba acumulado en su interior, cual al golpear al otro había sacado “algo” de ello, pero no, no está satisfecho, para nada, quería golpearle más hasta que no pudiera, eso o simplemente hasta que el otro se rindiera, pero sabía que eso no pasaría así que votaba por la primera, golpearle hasta que se quede bien satisfecho.
Pero ahora no, el otro se había puesto sentado, cosa que esperó a su reacción y no acercarse, solo un por si acaso….
Su respiración era algo agitada de los nervios que sentía en su interior, notando su corazón palpitar con fuerza mientras que sus ojos estaban clavados en la figura del mayor, sin poder verle bien el rostro, ya que aquel cabello contrario se lo impedía por completo.
Pero sorpresa la que se llevó en cuando el otro alzó su rostro y mostró sus blancos dientes, parpadeó y tragó saliva con algo de dificultad, sin remediarlo retrocedió un paso para estar más distanciado de aquel tipo.

Sin embargo, al escucharle no dijo ni hizo nada, solo le miró fijamente, ¿no le había afectado los golpes, es más, a qué viene eso de que sus manos son “suaves”? Frunció de nuevo el entrecejo mientras que se encogía un poco.
Pero entonces se le ocurrió una idea, los cabezadas funcionaban mucho mejor, como el otro decía, así que puede que sea mejor utilizar esa táctica en vez de los puños.
Sí, mejor que los puños seguro que funcionaría, pero esta vez le dejaría allí tirado y aprovecharía a escapar, está claro que no será tan idiota como antes en avisar a los demás…. Eso ya no más, ya aprendió la lección y mejor no, ahora tendría que ser mucho más bruto que antes para poder conseguir sus propósitos.

Aun así en cuando menos se lo esperó se vio acorralado por el mayor, mirándole por la rapidez que lo había hecho, quiso reaccionar antes sin embargo sintió un fuerte dolor en su estomago, haciendo que todo el aire de sus pulmones se fuera rápidamente, quedándose casi sin, aturdido ante ello sintió como le sujetaba del cuello y lo empotraba contra la pared, haciendo que soltara un gemido de dolor ante semejante golpe.
Dejó que su cabello le cubriera la mirada mientras escuchaba al otro y aquel dolor intenso en su estomago, cabeza y la fuerza que sometía en el cuello para sujetarle con firmeza.
Pero en cuando le soltó sintió aquel fuerte golpe en su mejilla, haciendo que su rostro se girase de un golpe, dolorido llevó su diestra sobre su mejilla a la vez que intentaba recuperar el aliento restante.
Se dejó apoyar en la pared, aun manteniéndose de pie como podía, mientras que su mano seguía en su mejilla, intentando hacer que el dolor desapareciera.

Aquella voz volvió a resonar por sus oídos, siendo claramente reconocible e irritante… Aun así, se quedó extrañado ante su pregunta, ¿quién le había quitado la ropa? Pues ahora que lo dice… No había pensado en ello, es más, ¿a qué venía…?
Pero entonces, aquella “explicación” del otro hizo que abriera sus parpados, ¿qué…? No…. Pero, sí no había sentido nada… ¿Cómo…?
Confundido o mejor dicho frustrado hizo una pequeña mueca, para después alzar el rostro y mirar al otro, arrugó la nariz de nuevo e inconscientemente y con algo de fuerza, alzó su pie y golpeó con ella aquella parte tan sensible de cualquier hombre.
Así seguro que abría ganado aquel asalto, aquello era lo más débil para cualquiera… Así que… ¡Se lo merecía!

Desgraciado, ¿Cómo se había atrevido a hacer algo como eso? Era lo más bajo que podía haber hecho. Tenji no pudo evitar sentir como todas las fuerzas se le iban del cuerpo, inmediatamente se inclino llevando las manos hasta la entrepierna. Pero qué postura tan patética y vergonzosa había adoptado el mayor, con el sufrimiento en su rostro imposible de ocultar, aunque tuviera el seño fruncido y mostrara sus dientes apretando la mandíbula, el malestar se le marcaba en la expresión. Después de un par de minutos sumergido en su agonía volvió a erguirse como siempre y dirigió su mirada fiera al perpetrador de ese “golpe bajo”. No espero ni dijo nada, simplemente lo golpeo, lo golpeo tan duro que si no perdía la dentadura completa le parecería extraño, y de nuevo por el otro lado. Tengi estaba colérico, Colin se había metido con algo que no debía, si era su culpa por hablador y mentiroso y… como sea estaba enojado y tenía sus razones, además, para su orgullo masculino se repetía que si de verdad le hubiera hecho “algo” mientras se mantenía inconsciente, ahora no estaría para nada molesto.

¿Pero que estaba pensando? Sacudió sus pensamientos y tomo al chico de su hermosa cabellera dorada, ya lo había hecho antes, savia perfectamente que le molestaba, ¿Y a quien no? Tiro de sus cabellos con fuerza, solo pensaba en provocarle dolor, de nuevo lo había hecho enojar tanto que se había olvidado de sus juegos, ahora solo deseaba venganza, que Colin sufriera. Con la otra mano lo tomo del brazo con fuerza, empujándolo de frente contra la pared y torciéndole el brazo, para colocarlo en su espalda.

- Acabas de hacer algo de lo que te vas a arrepentir. – dijo haciendo presión en el brazo hacia arriba. En esos momentos la mente de Tenji no veía tan mal la idea de romperle el brazo a Colin. Si, quedaba claro que él lo había provocado, pero Colin lo había pateado en ese lugar, además de el dolor físico estaba el orgullo, y ningún esclavo lo iba a patear así sin recibir un castigo por ello. – Como veo que te gusta recibir castigo físico eso te daré de ahora en adelante, si eres un salvaje serás tratado como tal. – nuevamente torturaba el brazo del esclavo amenazando con romperlo, todo dependía de que tanto soportara Colin. – Puedo romperte el brazo si lo deseo, no tengo ninguna buena razón para no hacerlo y me estoy cansando de buscar alguna. - un rayo de razón ilumino su cabeza, no podía hacer algo así, no debía hacerlo, pero aun estaba enojado, tenía que encontrar una forma de desquitarse.

Tenji jalo a Colin apartándolo de la pared y lo arrojo contra la cama, se subió arriba de él sosteniéndole las manos con una sola de las suyas para poder levantarle la camisa que traía puesta, pero no se la saco por completo, la dejo atorada en su cabeza, de esa forma no podía verlo ni tampoco liberar los brazos. Le bajo los pantalones a tirones junto con la ropa interior para después abrirle las piernas en tanto el luchaba por sacarse la camisa de la cabeza.

- ¿Qué te parece que puedo hacer si estas en esta posición? – el sonido del sierre de su pantalón pareció hacer eco al bajarse. Hubo un instante de silencio, Tenji no dio signos de moverse. De hecho se bajo de la cama y se aparto unos cuantos pasos de Colin con las manos formando puños y respirando golpeadamente, intentando detener su ira. No lo haría, por supuesto que no de esa forma. Podría haberse aprovechado, si él hubiera querido Colin seria suyo desde hacía bastante tiempo, desde aquella vez en la que lo encontró en el pasillo envuelto en las sabanas. Nada se lo impedía, podía someterlo, a golpes si era necesario, amarrándolo o como fuera, pero él no era un maldito violador. Simplemente no le gustaba hacerlo de esa forma. No lo haría por la fuerza.

- Escúchame bien. Si vuelves a hacer alguna como esa de nuevo, puedes estar seguro de que te golpeare hasta hacerte erosionar la piel y por supuesto que me aprovechare de ti. – la segunda amenaza no se iba a cumplir, pero eso Colin no lo savia, y si servía para controlar sus brutalidades estaba bien si lo creía.

Observó el rostro que se le puso al mayor una vez que recibió el golpe, cosa que no pudo evitar dibujar una sonrisa, pero una sonrisa burlona a la vez que algo satisfactoria. Fijándose en cómo se inclinaba por el dolor causado, sí, realmente se había quedado algo “satisfecho” por semejante golpe, pero aun no estaba “lleno” del todo, no le era suficiente…
Aun con su mano en su rostro no pudo evitar dejar escapar una pequeña risita de sus labios al ver como el ajeno se retorcía por el dolor, realmente era curiosa esa escena, tanto que incluso le causaba bastante gracia. Poco a poco, llevó su mano diestra, que estaba situaba en su mejilla, hacia sus labios, cubriéndolos suavemente para retener aquella risa burlona que tenía ante el otro.
Estaba siendo cruel, pero más cruel había sido el otro… Así que poco le importaba si le había causado mucho daño, que de seguro que era así…
Sin embargo apartó su mano de sus labios en cuando se fijó de aquella mirada furtiva, llamándole la atención aquella cara con la que le estaba mirando. Parpadeó atónito para después, sin darle tiempo a nada, sintió un fuerte golpe en el rostro, tan fuerte había sido que desde la comisura de sus labios empezó a surgir un pequeño hilo de voz que fue deslizándose por su mentón y caer lentamente.
Pero otro golpe más apareció pero en la otra parte de su rostro, volviendo a realizar el mismo cometido, la sangre fluyó desde la comisura de sus labios, mientras que mantenía el rostro agachado y aturdido.

No le daba tiempo a nada… No podía reaccionar a cualquier acción del mayor, notaba como su cuerpo temblaba inconscientemente mientras que era tirado del cabello, quejándose levemente mientras que permanecía sus parpados cerrados con suma fuerza, a la vez que de sus labios surgían ciertos quejidos de dolor causado por ello.
Era un completo cabezón, si no hubiera hecho nada ahora no estaría así, pero parte de él le decía que aquello que le había hecho tiempo atrás se lo merecía, aun así… Ahora estaba recibiendo por aquel echo anterior, sometiéndose a una brutal “paliza” por el ajeno. Intentaba al menos hacer algo para detenerle pero no podía, el otro hacía las cosas tan rápidas que no le daba tiempo a nada, ni si quiera a poder reaccionar.
Pero no tardó en sentirse presionado contra la pared, sintiendo su mejilla apegada a esta mientras que su brazo iba siendo “torturado”
Sí, escuchó sus palabras pero poco le prestó atención ya que el dolor de su brazo era más fuerte. Mantuvo sus parpados cerrados mientras que se quejaba a voces, incluso pensó que en cualquier momento le podría romper el brazo.
Se retorció inevitablemente mientras que se encogía, intentando de alguna manera que aquel dolor insoportable se marchara de él. Si seguía así… El otro sería capaz de romperle el brazo sin pensárselo.

En cuando el otro le soltó de un modo brusco, sintió como le lanzaba hacia la cama, cosa que se cayó de espaldas a ella, mientras que sus ojos se abrían un poco, a la vez que su mano “sana” se dirigía hacia la que el otro había estado “torturando”, sujetándose del ante brazo con fuerza, incluso se encogió sobre sí mismo mientras que se quejaba sin poderlo evitar, pero en cuando menos se lo esperó el otro ya hacía encima de él, cual se le quedó mirando, siendo sujeto de ambas manos, inmovilizándole de estas, aun que uno de sus brazos le dolía tanto que ni podía moverla.
Sorpresa la que se llevó en cuando el rubio empezó a elevarle la camisa, alterado de ello se removió y entonces… No vio nada más…
La camisa que llevaba le interrumpía poder ver, solo veía aquel color blanco y parte de la corbata amarillenta, ¿qué pretendía con eso? Se removió como podía para quitarse esa molestia del rostro.

En intento de poder quitarse la dichosa camisa de la cabeza empezó a notar por sus piernas cierto “frescor” dándose cuenta que el otro le estaba bajando tanto los pantalones como la ropa interior, alarmado intentó moverse más, pero el dolor del brazo, rostro y cabeza hacía que le fuera al difícil de poder liberarse.
En cuando el otro le obligó abrir sus piernas cerró sus parpados con fuerza… Y entonces… Todo se volvió silencioso…. Ninguno de los dos cuerpo se movió, aun que el menor empezó a temblar notablemente, escuchándose su respiración desde detrás de la camisa que aun seguía cubriéndole el rostro.
El otro no hizo nada… Solo sintió como el peso del mayor se quitaba de encima de él. Aturdido por semejantes cosas siguió temblando, incluso se mantuvo inmóvil, excepto que se cerró de piernas, y conducía su mano hacía su camisa, en donde la agarró suavemente, pero antes de quitársela del rostro se giró hacía un lado, el lado contrario de su brazo malo, para no someterle presión y no hacerse más daño.
En cuando pensó que el otro no le miraba o que más le daba ya, se apartó la camisa del rostro, mostrando así su rostro un tanto “asustado” e incluso sus luceros ya hacían en cierto modo humedecidos mientras que su cuerpo no dejaba de temblar, siendo una visión lamentable, sí, pero en aquellos momentos el miedo le había invadido por completo, hacia… hacia tanto tiempo que no se sentía así…
Se encogió más, llevando su mano “buena” hacia la que estaba herida, sujetándose de esta mientras que hacía que su cabello le cubriera la mirada y apretaba los dientes, mostrándolos inconscientemente, observando desde su comisura el pequeño hilo de sangre de antes.

Se quedo mirándolo parado a un lado de la puerta, para poder salir en cualquier momento. Pero parecía tratarse de otra persona, alguien muy diferente a su esclavo; apenas un cuerpo tembloroso con el rostro congestionado y el cuerpo doliente. Volteo hacia otro lado, alejándose de esa imagen, después de todo el la había provocado. El dolor que ahora Colin reflejaba con sus movimientos y expresiones era por causa suya. Él lo había comenzado y al parecer también lo había terminado, pero es que estaba mal, algo estaba mal ahí, porque se sentía tan… ¿culpable?... culpable. El esclavo se lo merecía, eso no lo dudaba pero sin embargo sentía cierta desazón después de sus actos, después de haber aplicado el castigo y el nuevo régimen de cero tolerancia. Definitivamente no era lo que él esperaba, de ninguna forma se sentía satisfecho, en su lugar estaba esa pesadez, el golpeteo en sus sienes.

Su mirada se encontraba oculta debajo de lo mechones de cabello que caían sobre el rostro del empresario. Su mano tomaba la perilla de la puerta sin girarla, aunque la presionaba con fuerza. Miraba al esclavo, y su obra maestra en su fino rostro pálido que se veía nuevamente enrojecido por las marcas de lo golpes. Por supuesto que el rubio enclavo no quería que lo viera así, por lo que se ocultaba de su vista. Tenji retrocedió apegándose a la pared, aun sosteniendo el pomo de la puerta, al darse cuenta de sus propia intenciones oculta en su perturbación. Lo que el rubio realmente deseaba era que Colin se detuviera, que dejara de quejarse y sufrir, quería poder darle algún consuelo. Por supuesto que era algo imposible para él, Colin lo odiaba y de alguna forma el también al eslavo. Era caso perdido, con Colin no podía evitar comportarse como un niño mimado torturando a su “mascota” y después haciendo esa clase de cosas para demostrar su dominio sobre él. Imposible, ¿Por qué tendría que demostrarle a un esclavo que podía controlarlo? Simplemente aparto la vita de la cama, alejándola del esclavo, le asqueaba pensar en lo absurdo de su comportamiento.

Apretó su mordida con coraje, no soportaba ver al otro de esa forma, simplemente no era su esclavo. La ocasión anterior fue diferente, no era por dolor que se encontraba cansado o debilitado, era por placer, el placer se lo había causado, algo muy diferente a los golpes, a la tortura. Tenji abrió la boca pero no salió nada, no había nada que pudiera decir para que Colin dejara de sufrir. Apretó la mandíbula nuevamente con coraje, golpeando la pared con la mano libre y soltando una maldición. Entonces abrió la puerta de una forma que casi pareció querer arrancarla de su lugar. El golpe de la puerta se escucho violentamente en medio del silencio de la casa, cerrándose tras de él. Se quedo parado allí, meditando la situación. El era Tenji Chikara, le había demostrado a muchos otros imbéciles que se le cruzaron por el camino que él no tenía compasión de nadie. Solo la tuvo por su hermano, pero impedido por el carácter de su padre aprendió a deshacerse de ella. Entonces ¿Cómo ahora se sentía de esa manera? Y por un esclavo tan irritable como el suyo…

Ni hablar, el desgraciado se lo merecía, era suyo y podía hacer lo que quisiera con él y tendría que acostumbrarse a eso ó volverse más resistente a los golpes. Si el rubio había conseguido olvidarse de su hermano, también podría hacerlo con ese esclavo miserable. Por el recuerdo de su hermano y sus remordimientos muy a la larga lo asaltaban días pesados como en el centro comercial, pero se suponía que eso era algo normal, después de todo se trataba de su propia sangre, pero Colin no era nada, no significaba nada, así que simplemente lo olvidaría. Dejo de darle tantas vueltas al asunto y se dirigió a la sala para beber una copa de vino.

Quería dejar de hacer el ridículo delante del otro, le estaba mostrando una imagen lamentable, vergonzosa, pero… No podía evitarlo, era la primera vez que se sentía de esa manera, temblando sin cesar, sus luceros humedecidos, ¿en serio que iría a….? ¡No! Eso sí que no o… Al menos intentaría.
Pero, era algo lamentable, no podía dejar de temblar inconscientemente, llegando a hundir sus dígitos en su brazo, encogiéndose como podía, mientras que su rostro ya hacía oculto para que no le viera.
Lamentable.
Estaba haciendo el ridículo, ¿Por qué no acabar con eso de una vez? Es más, ¿qué pensaría ahora el otro de él, de nuevo se burlaría? Si es así… De nuevo comenzaría una guerra… Pero, aun que esté de esa manera no significa que sea lo último que haga, lo único que… Ante aquellos actos del rubio… Había hecho que se asustara de alguna manera, más aquel dolor que recorría su cuerpo por los golpes, podía soportarlo, pero hasta cierto punto, no todos son muy “resistentes” aun que se los hace parecer, como es en su caso, haciéndose el fuerte delante de todo el mundo, pero en este caso… Había hecho un cambio de 180º por completo, como si el mismo no fuera él.
Curvó los labios, como si de un puchero se tratase, pero no, no irá a llorar, ni mucho menos, es más, ¿qué había pasado con aquel tipo, dónde estaba, se había ido? … No, aun seguía en el cuarto, no le miraría, pero de algún modo sabía que estaba allí, puede que riéndose de él por lo bajo, pero que se le iba hacer, por una vez más… El otro había ganado.

Se encogió más ante aquel golpe inesperado, pero no fue a él, si no a la pared, un golpe que resonó por toda la habitación, aquello de seguro que habría tenía que doler…
Sin embargo, seguido de ese golpe en la pared vino otro mucha más fuerte, pero en este caso causado por la puerta, haciendo que los muebles se moviera.
Eso sí que había hecho que su corazón diera un bote, ¿y ahora… Se había ido ya? No muy convencido alzó un poco el rostro y… Ahora se encontraba solo en el cuarto… Aprovechó para que su mano que mantenía sujeta la dañada, llevar hacía sus parpados y poder quitarse esa imagen de él, llegando a restregar su brazo por sus parpados, para así quitarse la humedad de estos.
Lo había conseguido, no había derramado nada, claro, él era… Muy fuerte.
Más tarde agarró su ropa que el otro le había quitado, poniéndosela como podía, quejándose levemente por el dolor del brazo, por suerte… Que no se lo había roto…
Una vez que se puso la ropa se levantó de la cama algo tembloroso, al parecer, aun no se le había pasado aquellos temblores, pero de seguro que se irá… Y… Seguro que es de la rabia, sí, debe de ser eso, sentía rabia por el hecho de la acción del otro.
Mentira.
Ahora intentaba ocultar la realidad con la falsedad, intentaba ocultar su miedo en odio, es como siempre a echo, hasta que cierto día, puede que llegue a sus límites, y a saber qué pasaría aquella vez, pero no era consciente de lo que pasaba si continuaba así, pero que se le iba hacer, no quería entrar en razones, no quiere escuchar a nadie…
Puede que algún día sienta cabeza y termine con todo aquello, pero de momento, seguirá dando “guerra” contra aquellas personas que se interponen su camino, comenzando por aquel rubio… Cosa que fue él desde que comenzó todo aquello.

Sin más caminó tambaleándose, ayudándose de los objetos que habían en el cuarto, cosa que se adentró en el baño, por una vez más, quería lavarse la cara para volver en sí, y así hizo, con su mano “buena” llegó a limpiarse la cara, mientras que la otra… Le dolía lo suficiente para que no la pueda mover, pero seguro que no era nada grave, será aquello que al día siguiente se irá.
Se secó con una toalla para más tarde volver a la cama, en donde allí se sentó con la mirada perdida por el suelo.
¿Qué podría hacer ahora? Le dolía el brazo para hacer sus planes, pero nadie se lo impedía, quería vengarse del rubio, eso y lo demás no quedaría así…
Aun que… Solo más pensarlo… Ya empezaba a temblar de nuevo, aquello le había impactado bastante, es de aquellas cosas que uno no podía olvidarse con tanta facilidad, al menos, él no podrá.
Pasó su mano siniestra, que era la que no estaba dañada, por su rostro, ocultando parte de su ojo, después deslizándola poco a poco hasta volver a su sitio de antes, al lado de su cuerpo. Bajó la cabeza sin saber bien que hacer, o tal vez sí y no quiera hacerlo… ¿No querer? Eso sí que era nuevo, siempre, en cuando se le ocurría una idea intentaba hacerla, aun que salga mal, pero él siempre la realizaría da igual donde o como.
Aun que… Sabía que hacer… Pero…. Es algo sin pensar, sin ser consciente de que si en realidad eso podría “afectar” al otro, de algún modo… No estaría mal intentarlo ¿cierto?

Se levantó de donde estaba, dispuesto hacerlo, le daba igual si su brazo derecho no le era de utilidad en aquellos momentos, pero que se le iba hacer, tenía la otra mano.
Se dirigió hacia la puerta de salida de la habitación, puede que primero sea mejor comprobar si estaba el otro, pero al estar “cegado” por la ira le daba igual y abrió la puerta sin más, e ahí su suerte que no se encontraba allí, al parecer se habría ido, mejor…
Sonrió con cierto aire de maldad, miró a su alrededor, para después cerrar la puerta detrás de sí, sin hacer ruido alguno, después caminó por los pasillos con tranquilidad, no tenía que levantar sospechas…
Pero no tuvo que caminar mucho, ya que se encontró delante de la puerta de “ese”, sonrió y extendió su siniestra para abrir la puerta, que como era de esperar estaba cerrada, maldijo por lo bajo y vio a uno de los sirvientes, que de seguro que este no sabría nada de que era un esclavo o algo de esas cosas, así que se hizo pasar por uno de los sirvientes, pero con diferente ropa…
Le dijo que abriera la puerta, ya que era nuevo y aún no tenía las llaves del lugar, y tenía que recoger los papeles que… Le costaba decir pero… que el “señor Chikara” había dejado por los suelos.
Entonces… Le abrió la puerta sin problemas, se despidió de este y otra sonrisa “extraña” surcó sus labios, entró en esta y cerró la puerta detrás de sí.
Miró a su alrededor, todo estaba bien ordenado… Que lastima… Su sonrisa se ensanchó más y sin más fue hacía los armarios, tirando todo por el suelo, dirigiéndose hacia los cajones, cogiendo los papeles que habían, rompiéndolos, destrozándolos, le daba igual si eran importantes o no… Pero así seguro que aprendería la lección.
Al rato… Había terminado… Había dejo la habitación echa un desastre, la ropa por el suelo, algunos pequeño cajones igual, la cama completamente desmontada, todos los papeles que el otro tenía estaba destrozados.
Satisfecho por su trabajo tendría que volver a su cuarto para no levantar sospechas, dejando todo aquello a la ligera. Y eso hizo, se fue del cuarto y se fue a la suya, cerrando las puertas detrás de sí y se fue a sentar su cama, como si de allí nunca se hubiera movido… Pero desde lo bajo aun contenía esa sonrisa.

Había salido a la azotea, difícilmente algún ruido de la mansión, si es que los había, algo no muy frecuente, podría alcanzarlo en ese lugar, por eso le gustaba. Había encendido un cigarrillo y disfrutaba cada bocanada de humo, como si sus tenciones se liberaran escapando al igual que el humo por su boca y se desvanecieran. Se encontraba bien, perfectamente, con la mente fija y equilibrada, pensando en la nada. No era por el cigarrillo, que bueno la nicotina le ayudaba, pero la vista y el silencio eran la verdadera causa de su serenidad. Sentado ahí casi parecía un verdadero ángel, pues sus alas se encontraban libres de cualquier abrigo o saco formal. Hacía calor, se había quitado la camisa y su torso se encontraba desnudo. Simplemente era una bella tarde, lo antes ocurrido parecía ahora algo muy lejano.

Y bueno, el tiempo de relajación había terminado, la realidad esperaba por el joven rubio y su escapatoria había terminado por el momento. Se levanto de donde antes se había encontrado tan tranquilamente sentado y arrojo el cigarrillo al suelo para después machacarlo con su pie. Descendió entrando de nuevo a la mansión, iría a su recamara para dejar su camisa, quizás darse un baño refrescante, el verano era su estación favorita del año. No hubo mucha reacción al ver su habitación completamente revuelta, después de todo estaba bacía, el perpetrador se había ido después de su gran hazaña. Entro para investigar un poco, posiblemente algo estúpido de hacer, antes debió haber avisado a los guardias, pero verlos alarmados y que en la mansión se armara un revuelo no era algo que le gustara mucho, antes verificaría si había de que alarmarse. Había 2 posibilidades. La primera se inclinaba hacia un ladrón. Pero esa idea se desvaneció pronto, pues aunque esparcidas por el suelo, sus pertenencias de valor aun seguían allí. Al mirar los documentos destrozados se le vino a la mente la posibilidad de un enemigo corporativo, no era nada improbable que alguno de sus competidores de pocos escrúpulos mandara hacer algo así con el fin de arruinar algún trabajo importante. Sin embargo, se habría sentido muy decepcionado, pues el rubio nunca dejaba papeles importantes en casa, y si lo hacía estaban en la caja fuerte, de quien solo el conocía la clave y ubicación.

La segunda posibilidad le pareció mas tangible después de notar la naturaleza de la acciones. Todo estaba destrozado, revuelto, maltrecho, habían roto cosas sin hacer distinción, sin fijarse de que se trataba, con ira, con coraje, con desesperación, completamente ciegos. Tenji conocía a una persona capaz de hacer eso, alguien de quien no le extrañaría esa clase de comportamiento salvaje e irracional. Y claro, se trataba de una persona dentro de la mansión, ya que también era muy poco probable que alguien hubiera entrado sin ser visto por la seguridad.

- Colin. – pronuncio en voz baja con cierto fastidio en su tono. Las cosas que el menor había roto eran reemplazables, copia de archivos, artículos materiales, pero ese no era el punto, por supuesto que no lo dejaría pasar. Ese esclavo no podía creer que podía destrozar lo que se le viniera en gana sin recibir algún castigo. ¿Es que acaso no había entendido? ¿No había aprendido la lección con lo pasado hacia solo algunas horas? Algo desagradable que ni siquiera a Tenji le había gustado hacer. Al parecer a Colin le gustaba recibir golpes si hacia esa clase de cosas inconscientes.

Tenji no perdió tiempo en salir de su habitación y dirigirse a la del menor, no se encontraba nada feliz aunque la ira no lo dominaba, no esta vez, savia exactamente lo que iba a hacer con su esclavo. Abrió la puerta con fuerza, sin azotarla pero de alguna forma mostraba su enfado, su sola presencia parecía imponerse y en su mirada denotaba fiereza. Se dirigió a la cama donde el menor estaba sin decir nada, su mirada apenas se vislumbraba a través de los mechones rubios de su cabello. Apenas llego a la distancia adecuada, le soltó una bofetada al menor. Y lo tumbo en la cama subiendo arriba de él. Lo sostuvo de sus cabellos para hacerlo girar el rostro y poder ver la mejilla en la que lo había golpeado.

- Tú en verdad no entiendes ¿cierto? – sus labios estaban tan cerca de su cuello que el aliento del mayor chocaba contra él. – Aun tienes las marcas de antes. – su dedos medio y anular se deslizaron por la mejilla enrojesida del menor. – ¿Enserio piensas que si te ocultas en tu habitación no sabré que tu lo hiciste? ¿Crees que hay alguien más aquí que tenga deseos de destrozar mi cuarto de esa forma?

Dirigió su diestra sobre su rostro, riendo por lo bajo, le hacía gracia... aun así... Se sentía incompleto, aquello que había echo no le había echo sentir lleno... ¿Pero qué podría hacer? Había probado con todo, pero era... inútil... bueno, no tan inútil ya que el otro rubio se enfadaba y bien, quizá sea eso de que le haga gracia. Aparte, que era bien vengativo y cabezota, y por esa razón no paraba de intentar “fastidiar” al más mayor, al menos hacer algo que al otro le fastidiara y bien, desde un principio que no le perdonaría y no lo hará ni por nada del mundo.
Se podría decir que es... idiota, hacía todo ello para nada... Y empezaba a cansarse de recibir tantos golpes, ¿pero cómo se lo podría devolver todo aquello en una?
Apartó su diestra de su rostro, dejando ver así su faceta, con sus parpados azulados entrecerrados y sus labios algo curvados, haciendo una mueca de insatisfactoria.
Resopló y pasó sus dígitos por su piel de la mejilla, es como si aun sintiera aquellos golpes, realmente le hizo daño... Pero como es de esperar de parte de él, no lo mostraba, no quería hacer que el otro descubriera sus debilidades.
Como era de costumbre en él, intentaba demostrar ser alguien que en realidad no era. En fin, que se le iba hacer así es el... Y no cree mucho que cambiara...
Miró el techo pesadamente, observando el color de este sin expresión alguna en su mirar, permaneciendo sentado en la cama, si no hubiera pasa nada, que para el, sí que no había sucedido nada.

Parpadeó por una vez y escuchó ciertos pasos, ¿sería “ese” tipo? Ni si quiera era capaz de decir su nombre, le tenía tanta... rabia y odio, que no era ni capaz de pronunciarlo.
Aun así, estuvo atento ante los pasos que había, podía ser que fuera algún sirviente o no... De todos modos se encontraba inmóvil, con la mirada fija en la puerta.
Y...
“Plaf”
El sonido de la puerta abrirse, no la puerta de al lado, si no la que el se encontraba. Se llevó un sobresalto, el otro rubio no había abierto la puerta tan bruscamente como antes pero se notaba que iba algo enfadad.
Sin embargo... tenia que hacer como si no supiera nada. Despegó sus labios a la vez que fruncía el ceño, quería hablar, o más bien protestar por la razón del por qué volvía a su cuarto, pero antes de decir nada... La mano del mayor pasó por su mejilla, haciendo que incluso girase la cabeza hacia el lado opuesto del golpe.
Abrió sus parpados de la sorpresa, eso sí que no se lo esperaba, pensaba que el otro iría gritando... Sin embargo, no le dio tiempo a nada más, ni si quiera a poder reaccionar como de costumbre, ya que sintió como su cuerpo se tumbaba encima de la cama. -Ngh...- Se quejó levemente en cuando el mayor le sostuvo de los cabellos, ¿Qué demonios hacia?
Condujo sus pupilas hacia el rabillo del ojo, observándole de mala gana, se removió debajo del cuerpo ajeno, intentando soltarse.

Pero el aliento cálido del mayor pasar por la piel de su cuello hizo que se erizara por completo, llegando a tener un ligero escalofrío que recorrió todo su ser, soltándolo en forma de suspiro.
Al escucharle chasqueó la lengua y arrugaba la nariz, intentando disimular... -Y-yo no hice nada... Ni sé de lo que me hablas.- Mencionó mientras que llevaba sus manos en el tórax del mayor, dándole leves empujones en intento de apartarle de él. -Y suéltame de una vez.- Le ordenó fulminandole con la mirada.
Al removerse algo brusco hacia que los tirones de cabello sea algo más doloroso, cosa que fue moviéndose de manera que no le hiciera tan daño.

Por un instante, solo por un parpadeo, sintió un escalofrío cuando las manos del esclavo se posaron sobre su pecho desnudo. Tan suaves y cálidas… ¿en qué demonios estaba pensando? No había soltado el cabello del menor, se había dado cuenta algún tiempo atrás que esa era una buena forma de controlarlo. Colin se movía, pero jalaba su cabello y eso obviamente le causaba dolor. No lo soltaría, Tenji estaba seguro de que había sido él quien removiera cada centímetro de su cuarto, tal cual si un huracán hubiera pasado por ahí. Tenji solo conocía a un huracán y vivía con él.

- ¿Me diriges la palabra? – Tenji estaba acostumbrado a que Colin ignorara cualquier comentario suyo, lo único que escuchaba salir de su boca eran maldiciones o insultos para el rubio y solo cuando conseguía enfurecerlo lo suficiente. – Es una lástima que sean solo mentiras. No te soltare, eres de mi propiedad, ¿aun no caes en cuenta? – acerco su rostro furtivamente al del menor, observaba con más detalle las heridas e incluso lo hizo voltearse al otro lado tirando de su dorada cabellera. – Adema… seas o no sea culpable, si así lo deseo puedo castigarte. – aunque el rubio savia que el menor era culpable, aun así dijo aquello para provocarle recalcando su dominio sobre él. – Lo interesante esta en averiguar que castigo seria el ideal. – el ya tenía su castigo preparado, pero le gustaba molestar al otro, además, en esta ocasión, lejos de ser por diversión era parte del castigo. Observando las heridas en su rostro sonrió sin aplicar ninguna emoción de satisfacción a su expresión. – Colin, si continúas así no tendré más lugar en tu piel para golpearte. Ere una desgracia pequeño esclavo. – volteo su rostro nuevamente, pero en eta ocasión lo obligo a mirar boca arriba, solo continuo escrutando su tés, hasta toparse con la herida en su labio. Acerco sus labios y tomándose su tiempo lamio el lugar, probando el sabor plomo de la sangre ya coagulada. Volvió a sonreír, solo que esta vez su sonrisa iba cargada de malicia.

Tenji se levanto, pero no soltó la cabellera de Colin, sino que lo atrajo hacia él para levantarlo igual. Se levanto de la cama también, tirando de Colin, cruzando la habitación hasta la puerta y caminando por el pasillo hasta entrar en su propia habitación. Abrió la puerta y la pateo levemente con el pie, pues estaba ocupando la otra mano para sostener a Colin. Lo rodeaba por la cintura. Lo obligo a entrar, estando a punto de tropezar con algunas de las cosas que había tiradas por el lugar.

- ¿Dices que no fuiste e? – lo arrojo contra la cama des tendida y serró la puerta con llave para evitar percanses. - Muy bien, pero ya que eres mi esclavo te encomendare una labor de la casa. – hablo con familiaridad. - Límpialo. – se escucho reseco y directo. Obviamente no esperaba que el otro cooperara, pero igual, eso no era un gran problema y por supuesto nada nuevo. – No te molestes en contestar como acostumbras. Si no hace lo que te digo te castigare físicamente. Tú elijes. – lo miro penetrantemente, como si con sus ojos pretendiera clavarlo a la cama. – No solo te golpearía ¿sabes? – dijo poniendo una mano en su cintura y girando levemente para terminar mirándolo por la esquina de su ojo. Su mirada tenia fuego, pero no exactamente por furia, más bien era un mensaje para el otro rubio, algo ardiente que hizo sonreír a Tenji de nueva cuenta ahora mostrando todo sus dientes, como si fuera de lo más gracioso. Era gracioso, pero no por lo aparente, sino por que en verdad él no le haría nada de ese tipo, pero Colin no lo sabía y ya que pensaba lo peor de su amo, entonces no le quedaría duda. Si Tenji era de lo peor, pero en lo que se refería al sexo siempre conseguía que sus amantes cooperaran, jamás tubo la necesidad de forzar a alguien y no comenzaría ahora.

¿Mentiras? ¿Y el otro qué sabía si decía la verdad o no? Bueno... Solo se tenía que notar... De igual modo, resistía, no le dirá la verdad por mucho que le forzara.
¿De su propiedad? ¿Desde cuando? ¡Jah! Eso sí que no, no pertenecía a nadie y menos de un tipo como ese, alguien insoportable y odioso como el que tenía encima.
Arrugó la nariz mientras que enseñaba los dientes, como si de un animal se tratase, de nuevo hacía que se enfadara, aun que ya lo estaba de un principio, y ahora que piensa... Había estado enfadado desde que aquel hombre había aparecido en su vida, normal, por su culpa ahora se encontraba allí, con el rostro y parte del cuello dañados.
Gruñó sin evitarlo, volviendo a notar aquel tirón de cabello para que girase el rostro hacia la dirección opuesta, desde sus labios volvió a surgir otro pequeño e insignificante quejido causado por el otro.
Cerró por unos segundos sus parpados, pero al escucharle los abrió de inmediato y miró al rubio por el rabillo del ojo, ¿castigarle si lo deseaba? Pues no será con él... En aquel momento se fijó como el rostro del mayor estaba bien cerca del propio, por esa razón se movió de nuevo, no, no quería que se le acercara ningún centímetro más.
Hizo un poco de presión con la cabeza para intentar no ser tocado por el otro, sin embargo, de nuevo un tirón de cabello se hizo presente, haciendo que girase por una vez el rostro, pero en este caso mirándole de frente.

No pudo evitar alterarse al ver como este llegaba a acercarse lo suficiente como para sentir el cálido aliento del ajeno sobre sus labios, para más tarde aquella húmeda lengua pasar por la comisura de los labios, en donde antiguamente la sangre recorría aquella zona.
¿Cómo es posible? Eso sí que no consentiría, sus manos se desplazaron desde el pecho del otro hacía arriba, pero antes de actuar un nuevo tirón de cabello, pero algo más brusco, se hizo presentes, obligándole a levantarse a la vez que el mayor, sentía como le iba tirando para que caminase, pero como era de esperar se resistió no quería, aun así, ante el dolor causado por los tirones no tuvo más remedio que seguirle, eso sí, llevó sus dos manos encima de aquella dichosa mano que sostenía la cabellera dorada, hundiendo sus dígitos en la piel del otro, llegando a hundir las uñas de la fuerza en la que le sometía.
-¡Su-sueltame!- Le gritó apenas cerrando sus parpados por el dolor causado por el tirón de cabello.
Escuchó la puerta abrirse, de seguro que sería la puerta de la habitación del mayor, poco le importaba, solo intentaba quitarse a ese.
En cuando se dio cuenta el otro le agarró de la cintura para después empujarle contra la cama, haciendo que se tropezara con ciertos obstáculos y cayera en esta.
Se puso bien para después girar el rostro a mirar al otro con el ceño fruncido para más tarde conducir su diestra sobre su cabeza, sobándose cuidadosamente sus cabellos, que estaba claro que le había echo daño, sin embargo, ante esos tirones la coleta que poseía estaba apunto de quitarse del todo, cosa que se lo puso bien aferrada, creando otra pequeña coleta para que no le molestase.

Después miró la habitación, con el ceño fruncido, como si no supiera que es lo que había pasado, le miró de nuevo en cuando escuchó aquel “mí esclavo” ¡El no era ningún esclavo de nadie!
Parpadeó en cuando escuchó su “orden” ¿limpiarlo? Se hubiera reído pero no estaba para eso.
De nuevo despegó sus labios para contestarle, pero le escuchó su “advertencia” ¿Le... estaba amenazando? Eso parecía, si embargo, ante sus últimas palabras se quedó impactado, ¿no solo golpearle?
¿Le había entendido o no? Ni modo solo alzó una ceja y ladeó la cabeza para después importarle muy poco de lo que hiciera, solo se encogió de hombros y pasó sus dos manos por detrás de su nuca, llegando a dibujar una sonrisa burlona en sus labios, pero en cierto modo algo... “tenebrosa” -¿Qué pasa, es que quieres que te haga lo mismo que antes?- Preguntó en forma de amenaza, se refería a aquella patada que había realizado tiempo atrás a aquella parte sensible del hombre, de seguro que eso funcionaría, además, si el otro amenazaba, ¿por qué no el?
Giró la cabeza hacia otro lado, para después observarle desde el rabillo del ojo. -No pienso recogerlo.- Escupió las palabras sin importarle, que en cierto modo poco le importaba, no quería recogerlo y ya, es más, no tenía por qué, ya que supuestamente “no lo había echo”

Así que se resistía, ¿Qué pretendía con esa pose desinteresada y su actitud tan confiada? ¿Acaso intentaba confundirlo o hacerse el interesante? En verdad no era momento de hacer esa clase de cosas ni responder de esa manera, no estaba en posición de hacerlo. Sin embargo lo hacía, Colin tenía esa actitud prepotente que podría ponerle los nervios de punta a cualquiera, inclusive a él le había pasado en varias ocasiones. Lo negaba pero siempre le pasaba, no podía evitar que el menor le sacara de quicio. Solo que en esta ocasión…

- Jajaja. – La sonrisa del rubio invadió la habitación. - Te comportas como un niño Colin. – hizo girar sus ojos para expresar el fastidio que le causaba. – Tal vez es por eso que no creses. – y ahí iba de nuevo, a provocarle, mostrando una actitud altanera y sabionda. – Quiero decir, eres demasiado pequeño y te ves muy blandengue. Intentas asustar con tu mirada de asesino pero en verdad solo pareces un oso de peluche enojado. – se acercó a la cama y estiro la mano para tomarlo por la mandíbula. – ¿Me morderás si me acerco lo suficiente? – acerco el rostro al del menor, estaba retándolo, pero no tenía intenciones de permitirle enfrentar el reto, conociendo a Colin no dudaría en hacerlo, así que enseguida sonrió de forma divertida soltando al otro pero alcanzando a pasar el dedo índice por su nariz. Comparado con los otros métodos de provocación que había utilizado para molestar al esclavo, este era algo infantil. No tenia ánimos de ponerse violento con el menor, se había relajado bastante en la azotea como para desperdiciarlo, además, savia de ante mano que cada vez que se enojaba era una pequeña victoria para el otro rubio, esta vez no le daría esa satisfacción, solo jugaría con él un poco.

- A ya entiendo Colin… lo que quieres es provocarme para que juegue contigo un rato, aun recuerdas lo del centro comercial ¿Verdad pequeño pervertido? – su mirada mordaz se dirigía a la cama donde el esclavo permanecía. Al parecer se trataba de recordarse entre ello las vivencias pasadas y ya que aquello era un arma mortal, el rubio no dudo en hacer uso de ella para el primer golpe. – Si es lo que quieres solo tienes que decirlo, aunque solo seas un niño delgado y nada atractivo podría hacer el esfuerzo. – dijo mirando hacia otro lado con actitud desinteresada. – Seria un gran esfuerzo pero ni hablar, todo sea por complacer a mi lindo y dulce esclavo. – eso ultimo sin duda sonó del todo falso y Tenji apenas podía contener la risa. Ahora llevaría la broma un poco más lejos.

Se trepo en la cama de nuevo acorralando al menor, tomándolo por las muñecas para evitar algún golpe, después de todo Colin no dejaría de moverse, no le agradaba la cercanía del otro. Se acercó al menor para mirarlo a los ojos, sus propias pupilas bicolores brillaban y sus labios se encontraban torcidos en una sonrisa que pronto se ensancho por la idea de que expresión tendría el menor cuando continuara hablando.

- Podemos empezar ahora, la cama ya esta des tendida. – dio un beso rápido en los labios del esclavo. – Dime, ¿tienes algún fetiche en especial? No me agradan esas cosas pero podría intentarlo. – aun sonreía, se estaba divirtiendo, especialmente el día de hoy. Se quedo pensativo, por supuesto fingía. – O podría ser que fueras virgen. Dime niño, ¿eres virgen? – se lo pregunto fingiendo inocencia, cosa muy extraña en Tenji, esta era una de sus facetas que en muy pocas ocasiones mostraba, estaba de buen humor, aunque seguía comportándose como un truhán. – Entonces te enseñare algunas cosas importantes. – afilo los ojo maliciosamente y le dio otro rápido beso a Colin en los labios, pero no se detuvo ahí, comenzó a bombardéalo con besos veloces en los labios uno tras otro sin parar.

Se le quedó mirando extrañado, ¿a qué veía esa risa? Mantuvo el ceño fruncido a la vez que apartaba sus manos de su nuca, colocándolas encima de sus muslos, sin dejar de observar al otro, intentando comprender la razón de aquella risa, pero ante sus palabras frunció los labios, ¿cómo que un niño? El ya era bastante mayor, y para su edad estaba bien de altura.
Observó al otro, fulminandole con la mirada para más tarde enseñar los dientes ya apretados. -Deja de decir tonterías, idiota.- Lo último lo susurró deslizando su mirada a otro lado mientras que mantenía si típica expresión en su tez.
Pero al escucharle hizo que le mirase nuevamente, ¿acercarse? Entonces lo recordó, aquella vez que se vieron por primera vez. No pudo evitar dibujar una sonrisa en sus labios, decorando de forma maliciosa su rostro, oh, claro, si se acercaba ya sabía lo que pasaría, así que estuvo atento ante los movimientos contrarios, es más, se podría decir que le dejaba acercarse, pero nada, solo sintió aquel dedo pasar por la estructura de su nariz.
El otro rubio había echo bien, se podría decir que el “esclavo” estaba “domando” a su “dueño”, aquello le hizo gracia, tanto que no pudo evitar soltar una carcajada, dirigiendo su mano derecha sobre sus labios, eso había sido gracioso, a los segundos se detuvo, sacudiendo un poco la cabeza y escuchar, como de costumbre, las palabras del rubio.
Aquello hizo que abriera sus parpados, ¿en el centro...? parpadeó y cerró sus labios, ¿no sé referirá...?
Con aquella expresión que tenía el otro estaba claro en que estaba pensando.

Chasqueó la lengua y se encogió un poco, como depredador apunto de abalanzarse contra su presa, ¿quererlo, qué va a querer? Y menos algo igual, que al fin y al cabo... No había querido algo semejante, así que había sido culpa del otro, todo es su culpa, y siempre se lo restregaría, aun que sabía que poco le importaba al mayor.
Deslizó la mirada por unos segundos hacia otro lado, es como si... le avergonzara, y estaba claro que así lo era, no es que quisiera, si no al recordar aquello hacía que se enfureciera más al recordar la humillación que le había dado el otro.
Bajó el rostro haciendo que su cabellera dorada se interpusiera en su camino. -Idiota...- Masculló apenas en un hilo de voz, ¿cómo podía el otro decir semejantes palabrerías? Era un completo estúpido, y pagará por lo que hizo.
Pero en cuando alzó la mirada se dio un sobresalto al ver como el rubio se encontraba prácticamente en donde el estaba, se le quedó mirando y ya sus muñecas fueron presas de las manos contrarias, se removió un tanto brusco para que le soltara.
-Su-suéltame.- Mencionó removiéndose para después mirar aquella ojos de diferente color, que ahora que se fijaba al tenerle de tan cerca...
¡No! ¿Cómo podía pensar en ello, es qué se volvió loco?

Gruñó y volvió a removerse de manera brusca, maldiciendo al otro por no soltarle, hasta que los labios del mayor se toparon con los propios de una manera fugaz.
Mantuvo el ceño fruncido hasta que la pregunta del otro hizo acto de presencia, cosa que sin poderlo evitar sus mejillas cogieron un color carmesí.
Pues claro que era virgen, además, a él que le importaba eso... -Ca... Calla.- Mencionó mientras que miraba hacia otro lado, le daba rabia eso, es más, se había dado cuenta de que cada vez que el otro soltaba cosas de “esas” siempre llegaba a ponerse nervioso ante esa situación, era extraño pero no podía evitarlo.
Sin embargo, empezó a sentir como sus labios iban siendo “atacados” por los del otro, siendo varias veces y seguidas.
Cerró sus parpados con fuerza para después girar la cara, en donde allí lo más seguro es que el otro empezaría a darle aquellos “besos” en su mejilla.
Aun así, se removía, haciendo un poco de fuerza en sus muñecas para soltarse a la vez que movía un poco sus rodillas, pero sin patalear, al menos, no aún.
-Pa-para...- Le “ordenó” removiéndose como de costumbre.

La renuencia del menor no le fue algo extraño, conocía aquella actitud rebelde, los movimientos bruscos, le eran algo tan familiar viniendo de Colin. Tanto beso molestaría a cualquiera, podía llegar a ser fastidioso, per para Colin era aun peor pues la persona que se lo daba no le agradaba en lo más mínimo. Sin embargo Tenji estaba algo animado, quería jugar un rato con su esclavo, después de todo no lo había disfrutado ni un poco y eso que fue una compra cara. El otro se volteo para evitar los besos del mayor, no le pareció extraña su reacción si lo que quería era escapar. Se detuvo un momento, mirando de nuevo el perfil del esclavo. Tenía cierta gracia, algo delicado y con esa expresión era algo gracioso. Si el pequeño era lindo ya había quedado claro, pero igual era un demonio compacto sin escrúpulos capas de hacer cualquier cosa, en especial las cosas agresivas que solía hacer, sin mencionar que jamás obedecía. Con esas ideas firmes en su cabeza hizo una mueca de molestia y con la lengua recorrió un camino desde el cuello del otro hasta su pómulo, dejando un rastro húmedo por su paso. Aun con lengua sacada se dirigió al esclavo.

- Ni siquiera tu sabor es bueno. Que decepción… - mostraba falsa angustia, pero aun así por dentro sonreía burlonamente. – Vas a recoger el desorden que hiciste ¿O debo que continuar? – la pregunta pareció ser sincera, estaba jugando claro, nada de lo que hiciera en esos momentos podía ser sincero. El rubio se comportaba como un infante, más de lo normal. No espero a conseguir alguna respuesta, ninguna respuesta que Colin pudiera formular seria buena para él.

Siguiendo con sus juegos atrapo la oreja del menor entre sus dientes, lo hizo con suavidad pero también se dio el gusto de apretar un poco y tirar de la oreja. Lamio el lóbulo y dio algunos lengüetazos mas en el reto de la reja. Era un área sensible, el otro no podría resistirse mucho, para Tenji era una dulce tortura y había encontrado algún equilibrio entre el castigo y evitar hacerle daño físico al otro. Después de todo, esta clase de cosas le molestaban, y aunque el mayor no tuviera intenciones de aceptarlo y mucho menos demostrarlo, en cierta forma lo disfrutaba.

En un movimiento rápido descendió hasta la camisa que en esos momento llevaba puesta el menor, era la misma que hacía rato había intentando quitarle. No le gustaba dejar las cosas inconclusas así que se la saco de un tirón, no podía dejar los brazos del esclavo libres por mucho tiempo, podría hacer quien sabe que cosas con ellos. Apenas dejo libre el pecho del otro volvió a tomarle las muñecas y le sonrió a la cara de manera triunfante.

- ¿Qué sucede Colin? ¿No te sientes mejor de esta forma? Hace calor yo lo prefiero así. – ese tipo de conversación estaba de mas, pero igual lo dijo. Atrapo las manos del menor enredándolas con una camisa que se encontraba arrugada sobre la cama, solo hizo un nudo lo suficientemente fuerte como para no tener que preocuparse de sostenerlo y paso los brazos por sobre su cabeza de tal forma que pareciera como si el menor se estuviera colgando de su cuello. Ahora satisfecho paso sus dedo por el pecho del otro, hasta llegar al estomago, trazando una línea recta. El otro era realmente suave, provocaba acariciarle por horas. Si no tuviera tan mala actitud claro. Sacudió esos pensamientos absurdos de su cabeza y continuo rosando trémulamente el estomago del menor, no con otro fin más que con el de molestarlo, era por eso que estaba haciendo aquello… únicamente por eso. Aparto la mano para dirigirla a la cabeza del menor y desatar la coleta de este. Le revolvió el cabello haciendo que callera esparcido sobre la cama, en ningún momento aparto la vista de lo ojos del otro, la posición que le había obligado a tomar lo forzaba a mantener el rostro muy cerca de él.

- Me gusta más de esa forma. – dijo refiriéndose al cabello suelto. En ese momento a Tenji le pareció ver algo extraño en Colin. Deslizo la mano posándola sobre el rostro del otro, había algo diferente en su esclavo, se veía diferente, además de su cabello. Daba igual, fuera lo que fuera, era hora de molestar al rubio menor un poco más. Descendió el rostro sobre el menor, de forma lenta, así disfrutaría mas el preámbulo ante de algo desagradable. Poso sus finos labios sobre los del otro, ahora debía quitarse antes de que Colin reaccionara y lo mordiera o cualquier otra cosa estúpida que se le ocurriera hacer y lo hiciera enfadar, entones sería el fin de u diversión, pero… no pudo. No era que no quisiera, era… ¿o sí? Movió lentamente la cabeza, posicionando los labios, entreabriéndolos. Tomo el rostro del otro con sus dos manos y lo beso con profundidad, un beso lento, aunque al principio forzado, su mente se nublo.

Ya no sintió aquellos besos, algo que le hizo extrañar, ¿había ganado? Abrió un poco sus parpados, deslizando su pupilas hacia el rabillo del ojo, fijándose en el ajeno, observándolo que hacia o pretendía hacer.
Se le quedó mirando algo extrañado, incluso sus movimientos cedieron, pero no tardó en sentir aquella húmeda lengua pasar, comenzando por su cuello y terminando por su pómulo, llegando a dejar detrás de sí un rastro humedecido. Le entró en un pequeño escalofrío que recorrió toda su espalda, haciendo que se erizase por completo, cerrando sus parpados con fuerza mientras que volvía a resistir, removiendo su cuerpo de un lado a otro para soltarse de su agarre.
Y de nuevo, el otro volvía hacer ciertos comentarios indeseables, abrió por una vez más sus parpados, fijándose en el otro, hasta que escuchó su pregunta. ¿Continuar? ¡Jáh! Estaba claro que su respuesta sería “No” pero ante las dos cosas, no a recoger y no a continuar, eso estaba bien claro, o al menos para el. -No recogeré nada...- Masculló llegando a fabricar una sonrisa burlona, estaba claro que no obedecería ninguna orden del otro.
-Y ni se te...- Pero se calló de repente al sentir como la mandíbula del rubio atrapaba su oreja, sintiendo aquella pequeña presión en esta misma con los dientes ajenos.

Cerró sus parpados nuevamente con algo de presión, a la vez que sus labios se encontraban por completo cerrados, sin embargo, ante aquellos lengüetazos no pudo resistir el abrir un poco sus labios, dejando escapar un pequeño e insignificante suspiro, pero al darse cuenta de lo que había echo por culpa del otro, se removió de nuevo, ¡mira que había echo por su culpa! Algo completamente vergonzoso, gruñó por una vez más mientras que ahora hacia fuerza a sus muñecas, intentando soltarse de sus manos, aun así, en cuando menos se lo esperó le soltó de un rápido movimiento, parpadeó casi sin creérselo y miró al otro rápidamente, no se fiaba de lo que iba hacer... Y estaba completamente de acuerdo con sus propios pensamientos.
Vio al mayor situarse un poco más abajo, llegando a la parte de la camisa blanca que poseía, pero antes de hacer nada sintió el frío de la habitación recorrer por su pecho desnudo.
Maldijo en aquellos momentos sus reflejos, tenía que actuar antes que él si no... Y de nueva cuenta sus muñecas fueron presas de las manos del mayor. -¿Qu-qué...? ¡Suéltame de una vez!- Le gritó casi en desesperación por aquella acción del mayor.
Estaba bien claro, en cuando a la mínima que pudiera soltarse de él le daría una buena patada que hubiera deseado no comprarle.

Sí, se estaba enfadando cada vez más, sobre todo por aquellas estúpidas preguntas sarcásticas que hacia, le ponía de los nervios.
Sin embargo, sus manos, ahora fueron agarras de manera diferente, por una camisa, sintiendo como el otro ataba el nudo de tal forma para que no pudiera deshacerla, le maldijo por lo bajo, mientras que ahora estaba pendiente de aquel nudo, haciendo fuerza en sus brazos para separarlas, pero le costaba los suyo, aun así, antes de poder deshacer el nudo sus brazos pasaron por la cabeza del mayor hasta caer sobre su cuello, no, no le gustaba esa posición estaban demasiado cerca mutuamente...
Gruñó por lo bajo mientras que le observaba de frente, manteniendo el ceño fruncido y aun haciendo fuera en sus brazos para soltarse de aquel maldito nudo que le impedía hacer nada.
Pero cerró sus parpados a la vez que se encogía un poco al sentir aquel dedo pasar por su pecho y acabar por el estomago.
Estaba bien claro, a la mínima que podría... el otro ya se enteraría de lo que era capaz de hacer.
Permaneció con los ojos cerrados con algo de fuerza, aun así, al no sentir aquella mano sobre su estomago no los abrió, ya que sintió aquella mano pasar por su cabeza, hasta que sintió como su cabellera dorada se dejaba caer por encima de sus hombros.
¿Qué hacía, por qué lo hizo?
Abrió sus parpados, mirando al otro de mala gana mientras que intentaba alejarse de él para mantener las distancia entre ambos.

¿Qué le gustaba de esa forma? Pues a el no del todo... Pero... ¿Qué más daba las opiniones contrarias?
Ni se limitó a contestarle, solo arrugó la nariz en forma de repugnancia para después notar aquella cálida mano sobre su mejilla, haciendo que deslizara su mirar hacia otro lado durante unos segundos para después mirarle de nuevo, fijándose por una vez más en aquellos curiosos ojos de cada color, y sin ser consciente de lo que hacia llegó a entrecerrar sus parpados, con la mirada clavaba en las pupilas contrarias.
Pero en cuando quiso darse cuenta sintió los labios ajenos sobre los propios, haciendo que abriera sus parpados más de la cuenta, aun que... no sabía por que se sorprendía de ello, ya se lo tenía que haber esperado de parte del mayor.
Y como era de costumbre en el iba a reaccionar de manera brusca, pero ante aquella presión de sus labios más esas dos manos sujetándole del rostro hizo que entrecerrara por una vez más sus parpados, ¿Qué demonios le pasaba, por qué no aprovechaba la situación ahora que podía?
Ni lo sabía solo que cerró sus parpados con algo de fuerza, entreabriendo sus labios inconscientemente e incluso sus manos aferradas dejaron de moverse por un momento, como si estuvieran concentrados en aquella situación en la que se encontraban en aquellos momentos...
¿Por qué actuaba así...?
Ni lo sabía, solo sabía que no podía despegar sus labios de los del rubio.

La resistencia de los brazos del menor desapareció, sintió como los labios del esclavo se entreabrían, permitiendo el paso de su lengua, la cual no tardo en avanzar dentro de la boca del menor, saboreando y jugando con la lengua contraria, con movimientos lentos vagaba dentro de la cavidad, de vez en cuando permitiéndose un roce con aquella dulce y suave extremidad movediza. Era un juego excitante, dulce y peligroso. Colin lo había dejado, pero aun así se preguntaba cuánto duraría, aunque el tiempo parecía hacerse lento incluso hasta dejar de existir. Se separo de los labios contrarios, abriendo los ojos que antes había mantenido cerrados, observando muy de cerca la mirada azul del contrario, sintió entonces el devastador celeste que había decidido ignorar debido a las circunstancias, como si lo sedujera con su pureza. Llevado por aquella sensación volvió a unir sus labios a los del otro rubio.

Quería mas, un poco mas de calor, un poco más de peligro… así que tomo el control del beso, dejando de jugar para transformarlo en un beso más profundo y demandante, algo pasional. Sus manos descendieron delineando la figura del menor, acariciando la suave piel, algo que estaba prohibido, era como acariciar a un tigre salvaje, únicamente en espera de la mordida, pero aun así hacerlo, solo para sentir el fino pelaje entre los dedos. Algo parecido estaba haciendo, solo que su tigre en vez de pelaje tenía una piel pálida y tersa que parecía hacer cosquillas en las yemas de sus dedos.

¿Por qué estaba haciendo esto? Era el castigo… no se sentía como si fuera un castigo, no se sentía como si Colin fuera el acusado al que ahora le estaban cumpliendo su sentencia. No, no estaba bien, las cosas no eran así, no habían sido de esa forma nunca con su esclavo, la situación era más que violenta, hostil. Estaba mal, había algo erróneo en todo esto. Pero… porque se sentía tan bien… eso era, eso era lo que estaba mal, se sentía demasiado bien. Colin savia demasiado bien, se sentía demasiado bien. Ahora jugaba con sus dedos a la altura de las costillas del esclavo, se preguntaba si en algún momento dejaría de disfrutar, si en algún momento estaría tan furioso con el rubio como en otra ocasiones, tanto como para marcar la delicada piel que ahora palpaba, o su rostro, quizás esta vez romperle un brazo o… no, no quería pensar en eso, nunca quiso herir a su esclavo así, pero con su comportamiento se lo había ganado, incluso, aunque no quisiera admitirlo lo había hecho perder los estribos y actuar de esa forma impulsiva, era su don particular.

¿Y ahora? ¿Se dejaría llevar como antes?, aunque estuviera claramente aplicado de forma diferente, ¿El oji-azul conseguiría hacerlo perder la razón? No, por supuesto que no, no podía, no debía, tenía que ser consciente de lo que hacía, ese aletargamiento no podía consumirlo. Había otra cosa que si podía… el deseo y era exactamente lo que sentía, de repente despertó, de repente fue consciente de su cuerpo y su presencia, de lo que estaba haciendo. Termino el beso con un mordisco en el labio inferior del menor. Lo miro directamente como antes, pero ahora su mirada era seductora, nuevamente volvía a ser un predador, esa era su naturaleza, la real. Colin se veía completamente deseable, era hermoso, claro que lo savia, fue una de la razones por las que lo compro, aunque en ese momento no fuera la razón principal, siempre fue consciente de ello pero ya que su esclavo era tan testarudo y salvaje nunca le prestó mucha atención, lo bello no le quitaba esa actitud suya.

¿Qué estaba haciendo, por qué diantres permitía que el otro…? Estaba confuso, o más bien enfadado consigo mismo, ¿por qué le dejaba, no se supone que hace un rato se estaban peleando, a qué venía eso?
Ni modo, solo mantuvo sus parpados cerrados con algo de fuerza y sus manos hacían alrededor del cuello ajeno –que claro está que le era algo obligatorio- pero más se sorprendió así mismo en cuando entreabrió sus labios, pero bueno ¿qué demonios hacia?
No pudo evitar quejarse un poco, un quejido que se deslizó desde su garganta hasta escaparse por sus labios en cuando sintió aquella lengua vagar por su cavidad, notando el roce de este contra la propio, sentía como aquella húmeda lengua “examinaba” cada rincón, incluso el paladar, sin embargo, con su propia lengua llegaba a rozar la del ajeno, haciendo leves caricias pero no conscientes, mezclando la saliva dentro de la cavidad, mientras que ambas lenguas iban “danzando”
Y en aquel momento, en cuando sus lenguas danzaron, volvió en sí, frunció un poco el entrecejo, sin embargo… El contacto del otro era como un “antídoto” que hacía que se volviera algo más “tranquilo”
Notó como los labios ajenos se alejaban de los propios, obligándole a abrir los ojos, manteniéndolos entrecerrados mientras que desde sus labios se podía distinguir un suave hilo de saliva que unía ambos labios –cual estos ya hacían entreabiertos- En aquel momento se encontraba… Avergonzado, ¿el, sintiendo eso? Sí, por mucho que costaba creer sí, ya que no se esperaba esa reacción de sí mismo, era todo tan… confuso.

Se quedó prendado de aquellos ojos de cada color, aquellos que siempre había ignorado por completo, aquellos que en aquel momento no se había dado cuenta de que eran… hermosos.
Pero abrió sus parpados, dando a entender que se había dado cuenta de lo que había pensado, ¿qué le pasaba? No era el mismo de siempre… De igual modo, observó los ojos del contrario, hasta que el aliento ajeno se iba aproximando por una vez más a sus labios, volviéndose a unir como antes, al principio suave pero después empezó a profundizarse.
Cerró sus parpados por una vez más, quería reaccionar como siempre, pero su cuerpo no se lo permitía, su mente decía una cosa y su cuerpo otra, ¿es que ambos no se pueden quedar de acuerdo?
Al parecer no….
Otro pequeño quejido surcó de sus labios en aquel contacto de los dedos del otro pasar por su piel, haciendo que se erizara un tanto, cual escalofrío recorrió su espalda, haciendo un pequeño gesto de incomodidad.
Aun así, parecía que empezaba a ¿reaccionar? Su cuerpo se removió un poco bajo el del otro en cuando sintió aquellos largos dedos del rubio por la piel en donde se situaban sus costillas, y ya está… solo fue por una reacción propia que tuvo.
¿Por qué llegaba a actuar de esa manera si no le gustaba que le tocara? O más bien, le odiaba…. Pero ahora no sentía eso, no sentía aquel sentimiento de odio, ¿qué es lo que en realidad sentía?
Rápidamente se quitó esos pensamientos de su cabeza, ¿en qué estaría pensando?

Y de una vez, desde sus labios se le escapó cierto sonido que recorrió su garganta y finalizó entre el roce de los labios contrarios, un pequeño quejido causado por aquel mordisco en su labio inferior, más se podía distinguir que había sido algo “tímido”
De nuevo abrió sus parpados al ya no sentir los labios sobre él, se le quedó mirando durante unos segundos, notando aquella mirada del otro, cual empezó a inquietarle.
Al parecer empezaba a volver en sí, ya que frunció un poco el entrecejo, y apartó la mirada del otro mientras que sentía como sus propias mejillas ya hacían totalmente sonrojadas, pero lo ignoró, ahora solo observaba en otra dirección, incluso giró un poco su rostro, como si no quisiera que le viera.
No había actuado como quería pero parecía ser que empezaba a volver en sí, a ser el mismo de “siempre”

Tenji lo miro por un instante, ahora no de la misma forma que antes, aquella forma en la que se había cautivado, no, ahora lo veía por cada centímetro de su rostro, cada expresión, cada rasgo, estaba buscando sus palabras, pero no palabras habladas, sino lo que le decía su lenguaje físico, sus gestos. Estaba sonrojado, pero claro, el pequeño esclavo era orgulloso y no permitiría que Tenji lo viera así, ¿Por qué? Porque Colin pensaba que su debilidad era vergonzosa y ya que dejarse besar y tocar por Tenji sin protestar era obvia muestra de debilidad, ahora estaba avergonzado. El rubio empresario sonrió, de aquella manera que solo él podía, transmitiendo malicia, ventajosamente, como si le pertenecieras. No era porque Colin fuera su esclavo y el realmente según la ley le perteneciera, el rubio solía mirar así a todas las personas, claro está, en los momentos especiales y correcto, ósea cuando savia que tenía el control de la situación.

Una de sus manos descendió desde el pecho del esclavo hasta su muslo, pasando hasta la rodilla y luego colocándola debajo en la pantorrilla. Aparto la vista del oji-azul y alzó la pierna, la cual miro desinteresadamente como si se tratara de lo más normal, curioso, analizando u longitud y forma. La miro así por un momento y después, sin voltearse comenzó a hablar mientras acomodaba la extremidad doblada y algo separada de la otra, de forma que pudiera quedar en medio de la 2 piernas.

- ¿Si yo te lo hiciera no te negarías verdad? – dijo de la forma más natural, parecía estar pensando en voz alta. – Te domina la ansiedad y no puedes controlar tu deseo. – estaba actuando de esa forma arrogante que molestaría a cualquiera, y si estaba con Colin era seguro que se molestaría por esa forma de hablarle, además le la cosas que estaba diciendo que no serian agradables para nadie en absoluto. Tal parecía que se le había olvidado que hacía unos momentos había actuado exactamente igual, dejándose llevar por el deseo y los impulsos. – Te lo puedo demostrar. – había hablado con desinterés, pero ahora sus palabras sonaron con algo más de vida y fueron coronadas con su sonrisa.

Su rostro descendió hasta el pecho del otro rubio que se encontraba obviamente desnudo, haciendo que el aliento exhalado de su boca se derramara incitantemente obre el. Después posiciono su boca obre uno de lo pezones del contrario y comenzó a lamerlo haciendo movimiento circulares alrededor del mismo, pero eso solo como preámbulo. Su lengua comenzó a jugar con la punta endurecida del rosado botón, que pronto fue completamente atrapado por u boca, lamiendo y dando pequeños mordisquitos.

Para que fingir, lo que hacía no lo llevaba a ningún lado, solo esta divirtiéndose, aun mantenía su actitud relajada y al parecer su buen humor, pero ahora estaba enfocado de otra manera, y bueno no se podía hacer mucho, para este hombre había alguna cosa indispensables, primero tener el control, Colin se lo hacía perder constantemente pero eso era parte de su encanto, por eso lo0 conservaba; después estaba el sexo, sexo de muchas formas, sexo con hombres diferentes, placer, seducción, y todas esas cosas que le subían la adrenalina, lo que no lleva a la tercera cosa. Los deportes y situaciones extremas. Completamente adicto a la adrenalina si Tenji no estaba humillando a otro oponente, estaba poniendo su vida en riego con cualquier juego extremo o tal vez en la habitación de un hotel. Hasta ahora nadie había conseguido domarlo y sinceramente se dudaba mucho que alguien pudiera hacerlo.

Mantuvo su mirada alejada, ni si quiera le miraba por el rabillo del ojo, efectivamente, no quería que le mirase, aun que le era algo completamente difícil, sin embargo, siguió con la misma faceta, con el ceño fruncido a la que sus parpados ya hacían entrecerrados.
¿A qué venía esa actitud? Como antes no había hecho nada ahora se arrepentía de lo que había hecho segundos atrás, pero que se le iba hacer, lo echo, echo está y no se pueda dar marcha atrás.
De nuevo se removió bajo el cuerpo ajeno, pretendiendo alejarse de él, ya por fin volvía a ser el de siempre. Mientras, sus manos amarradas por aquella maldita camisa, hicieron fuerza para que aquel nudo se deshiciera pero le fue un intento nulo, de todas maneras no se rindió, intentó soltarse de aquel amarre, hasta que empezaba a cansarse, ¿pero qué tipo de nudo había hecho el otro? Le era prácticamente imposible sacarse eso, a no ser que lo saque a mordiscos… Que también le sería algo difícil ya que sus manos se encontraban alrededor del otro, haciendo que sus cuerpos quedaran algo más cerca y eso no le gustaba.
Pero no tardó en sentir aquella mano contraria recorrer su pecho, llegando hasta el muslo, rodilla para después situarse en la pantorrilla.
Se alarmó lo suficiente para que volviera a mirarle, observando y sintiendo como su pierna era alzada como si nada, se removió un poco mientras que mantenía el ceño fruncido, ¿pero de qué iba haciendo eso?
Gruñó por lo bajo para después notar cómo le separaba la pierna sujetada de la otra, observando cómo este mismo se adentraba entre ambas.

Le miró con la nariz arrugada y mostrando un poco los dientes, pero al escuchar su pregunta se le quedó mirando, ¿hacer… hacer qué…? ¿Qué pretendía hacer el otro…? Ah, claro, no será…
Al darse cuenta de lo que se refería arrugó más la nariz, apretó un poco los dientes para los segundos contestarle de mala gana. –No me domina nada y deja de decir tonterías.- Habló mientras que se volvía a remover debajo del cuerpo contrario, si lo llega a saber, hubiera aprovechado aquella situación de antes, en cuando al beso, de seguro, que si no hubiera hecho el idiota no se encontraría en esa situación.
¿Demostrar? Al volverle a escuchar se le quedó mirando para después negar con el rostro. –No demuestr…- Pero se detuvo una vez que sintió el aliento contrario sobre su piel, haciendo que su cuerpo se estremeciera, sin embargo cerró sus parpados con fuerza en cuando sintió la lengua del otro pasar por su pezón, humedeciendo aquella parte por completo.
Echó la cabeza hacia atrás mientras que abría un tanto sus labios, en donde se le escapó ciertos sonidos a vergonzantes. –A-ah…- Se quejó para después morderse el labio inferior.
¿Qué le pasaba? ¿No se suponía que tenía que resistirse? Y eso pretendía hacer, pero al parecer su cuerpo se “debilitaba” ante aquello que hacía, es más, era una nueva sensación, algo que no había sentido antes.
Su cuerpo llegaba a encogerse un poco ante aquella húmeda boca paras por su pezón, más aquellos mordiscos cual hacia que se le escapara más de aquellos sonidos curiosos.
Efectivamente, era una sensación que nunca antes había experimentado.
Su corazón empezaba a latir más rápido que antes, mientras que su respiración empezaba acelerar, haciendo que su pecho subiera y bajara a una velocidad más rápida de lo normal, se podría decir que perdía el aire con más rapidez, y solo por aquello que el otro le estaba haciendo.

-¡Ah!- Otro quejido al más fuerte salió de sus labios ante esos mordiscos, no pudo evitar encogerse, haciendo un poco de fuerza en sus manos –que seguían en el cuello ajeno-, su cabeza se situaba ligeramente echada hacia atrás, con sus parpados cerrados con fuerza y sus labios entreabiertos, pero de vez en cuando los cerraba para no llegar a hacer ningún sonido más, pero no podía controlarlo.
Aquellos lengüetazos hacia que su cuerpo se estremeciera por completo, incluso algún que otro temblor le entraba, cosa que su cuerpo se removía débilmente bajo el otro.
Sus piernas flexionadas se situaban separadas, cosa que el otro rubio se encontraba en medio de estas dos, algo ¿incómodo?

Todas aquellas palabras anteriores tenían un significado aun más interesante que el obvio, para Tenji. Si Colin reaccionaba de esa manera, sin poder resistirse a sus caricias entonces no le era completamente repulsivo, nadie reacciona así ante una persona por la que sienten asco. Le provocaba excitación, la sola idea era más que divertida, había tantas cosas que podría hacer con este nuevo conocimiento. Además… le gustaba eso, le gustaba poder hacer sentir de aquella forma al esclavo, y se veía tan… diferente cuando se encontraba así, incluso su voz era algo melodioso y sus jadeos hacían que se le erizara la piel. Le gustaba, de cualquier manera no era algo extraño, el esclavo era muy bello y de esa forma no se comportaba como siempre, el deseo no solo se apoderaba del menor como ante había recalcado Tenji, el también lo sentía, aunque presupuesto que no lo demostraría tan plenamente como si se tratara de estar con otro, ni siquiera quería admitirlo.

Descendió la mano hasta alcanzar a tocar la tela del short que traía el esclavo, pero se dio su tiempo para llegar hasta el cierre y finalmente abrirlo. No se le dificulto hacer que el menor bajara las piernas y le permitiera a la prenda salir junto con la ropa interior. Estaba listo, completamente desnudo. El rubio comenzó a acariciarlo en aquella zona sensible, hasta llegar a envolver el miembro entre su palma y comenzar a frotarlo. Levanto el rostro apartándolo del pecho de Colin y se posiciono de forma que miraba su cara completamente, buscando la mirada del otro aun seguía frotándolo.

- Esto ya te lo sabes ¿no Colin? ¿Quieres que te muestre algo nuevo? – lo retaba con sus palabras y con su mirada, anqué dudaba que este fuera un reto que el menor quisiera tomar, simplemente porque era una situación algo desventajosa para él, o todo lo contrario dependiendo de la forma en que se le mirara, pero viéndose del punto de vista de Colin, si lo era. El rubio mayor no espero respuesta, simplemente descendió hasta la entrepierna del oji-azul tomando su pene entre las manos y comenzando a lamer el glande, apenas dando pequeños lengüetazos. Por supuesto ahora los brazos de Colin quedaban libres aunque aun con las manos atadas pero ya no se sostenía del cuello del contrario, estaba demasiado lejos como para hacerlo. Entonces quedaba la espera a que podría pasar ahora. Comenzó a lamer a lo largo, saboreando el sabor del esclavo.

El mayor introdujo entonces el miembro de Colin en su boca y comenzó a succionar, metiéndolo y sacándolo de su cavidad haciendo que su cabeza se moviera de arriba hacia abajo, chupando lentamente, aunque gradualmente comenzó a aumentar de velocidad. En el rostro de Tenji se había asentado un matiz rojizo sobre sus mejillas y la excitación del recorría el cuerpo como escalofríos de momentos. Quizás estaba disfrutando esto más de lo que debería, pero le era muy difícil resistirse. Solo era para torturar un poco a Colin, para divertirse a su costa, para… para esos únicos fines y de seguro lo estaba disfrutando como había pensado así que esa excitación que comenzaba a recorrer su cuerpo no era más que el fruto de esa diversión, única y excesivamente eso, nada mas… nada…

Jadeó pesadamente, aun resistiéndose ante aquella húmeda lengua pasar por su pezón, pero en cuando sintió la mano descender lentamente hacia sus pantalones abrió sus parpados y se le quedó mirando al otro, llegando a encogerse y volver a cerrar sus parpados por una vez más, ni su propia voz salía como quería.
Sin embargo, sus piernas fueron bajadas, sintiendo como la tela de la ropa rozaba su piel, dándole a entender que esta empezaba a descender, sintiendo el aire rozar ahora su piel desnuda.
Se alarmó ante ello, ¿qué pretendía hacer? Intentó cerrar sus piernas, pero como aquel rubio se encontraba entre estas le hacía algo difícil, sin embargo, hizo un poco de presión contra el cuerpo contrario, como si se estuviera cogiendo a él pero con las piernas, pero sin llegar a rodear, solo colocando sus piernas en los costados ajenos.
Otro gemido se escapó de sus labios en cuando sintió aquella mano rozar su parte sensible, hasta que aquel roce se hizo en un frote, se podría decir que era un frote torturoso.
Sentía como su cuerpo reaccionaba ante tales caricias, creando que su cuerpo empezara a coger calor, removiéndose débilmente mientras que sus labios permanecían entreabiertos, del cual se le escapaban aquellos gemidos que se perdían por la habitación.

Escuchó la voz del rubio, aquella voz que se clavaba en su mente y resonaba, como si de un eco se tratase.
Pero ante su pregunta no pudo evitar abrir sus parpados y deslizar sus pupilas hacia el otro, ¿algo nuevo? ¿A qué se refería con eso? –¿Nu-nuevo…?- Preguntó entre jadeos aun así, antes de poder decir nada más notó como sus brazos ya no estaban aferradas al cuello ajeno, cosa que algo “libre” sí que estaba, pero no deja de ser que aquellas palabras del otro le ponían nervioso, ¿algo nuevo, qué quería decir…?
Entonces, sintió aquella húmeda lengua por su miembro, haciendo que su espalda se arqueara por segundos dejando sus labios abiertos y echando la cabeza hacia atrás, ¿y eso que sentía? Notaba como su cuerpo se calentaba más de lo normal, empezando a coger calor a la vez que su miembro ya endurecía.
-A-aah…- Gimió pero sus gemidos iban creciendo cada vez más en cuando el otro succionaba por completo su miembro, ahora podría hacer algo, total tenía las manos “libres” bueno, si no llega a ser por aquella camisa… pero igual modo, podría hacer algo.
Lo extraño es que no hizo nada… Tan solo hizo presión en sus brazos mientras que se encogía por completo, notando como sus parpados empezaban a humedecerse por momentos por causa del placer entregado.

Sí, era algo nuevo, es la primera vez que su cuerpo reaccionaba de igual manera, es más, su mente estaba en blanco, ni si quiera podía pensar en cómo poder escapar de ello, pero de algún modo su cuerpo no quería que el rubio parase, es como si quisiera más y más…
Inconscientemente abrió un poco más sus piernas, como si estuviera dándole vía libre, a la vez que sus caderas se movieron un tanto en busca de más placer, notando como su miembro se inundaba en la cavidad del otro, llenando su piel de aquella saliva contraria.
-Pa-paraah…- Intentaba advertirle de que como continuase así no tardaría mucho en llegar a expulsar su semilla, pero era curioso, sus caderas no paraban, es como si quisieran más y llegar al final de eso…
Apretó un poco sus dientes mientras que mantenía sus parpados cerrados, pero más fuerte que antes, intentando aguantar, al menos… no para correrse dentro de la boca contraria, así que resistió lo máximo que podía, pero su cuerpo le traicionaba.
Desde su miembro empezaba a salir pequeñas gotas, dando a entender que no resistiría mucho más.