Do you live for a fantasy...? [Libre]

El día había amanecido despejado, con un cielo limpio de cualquier imperfección. Las olas de la playa casi parecían brillar con luz propia, una luz plateada, mientras avanzaban parsimoniosamente hacia la arena. Y esta, por su parte, no podía tener un aspecto más suave y acojedor. Casi era idílico.

Casi.

Eso sería lo que pensaría alguien que se detuviera a contemplar el horizonte oceánico en la playa... siempre que no viera el relieve de una persona tumbada sobre la orilla, con finos dedos de arena sobre su ropa y el cabello rubio, sucio y lacio, moviéndose levemente al compás de los susurros de la brisa marina.

Si le hubieran preguntado (y, obviamente, si no se hubiera encontrado dormido como entonces, sino lo suficientemente despierto para contestar), Kail no hubiera sabido qué contestar al hecho de que hubiera pasado la noche a la intemperie, en la misma playa en que había desfallecido la noche anterior.

Podía decir simplemente la verdad: que había ido la noche anterior a ese lugar, como movido por un extraño magnetismo, y le había buscado una vez más, había llamado su nombre a gritos con la patética esperanza de verle salir de detrás de algún pedregal como antaño, o quizás desde el propio mar, con el pecho desnudo cubierto de agua, reluciente a la luz de la luna. Podía decir que había esperado y esperado, con la mirada obsesivamente fija en el horizonte, pero que él no apareció.

No había aparecido en los últimos diez años.

Y luego él, simplemente, había perdido la conciencia del tiempo y del momento en que había apoyado la mejilla en la arena para caer preso del sueño.

Pero no diría nada de eso, obvio. Ya inventaría algo. Algo más creíble, como botellones nocturnos o drogas somníferas... algo menos estúpido.

Sí... eso haría al despertarse. Definitivamente, sería lo mejor.

A veces le gustaba visitar aquella playa ,le traía recuerdos de su profesor de piano.Y es que aunque se tratase de un amor no correspondido guardaba fielmente hermosos recuerdos junto a él.

Entrecerró su mirada al sentir el viento mecer sus largos mechones de pelo y le dedicó un pequeño vistazo a su brazalete.Puede que a muchos les resultase algo infantil vérselo puesto pero sinceramente al neko eso le daba igual.Ya no estaba enamorado ,pero ahora simplemente le gustaba tener algo puesto que lo identificara con su pasado.

-Purr...meow...-en realidad no dijo nada ,solo la costumbre da hacer algún sonido.De pronto continuó andando y comenzó a tararear una suave canción ,se le escuchaba fatal ,tenía buen oído para el instrumento pero definitivamente la voz no lo acompañaba.Podía entonar bien de vez en cuando ,pero debido a la falta de práctica a veces podía desafinar.

No se percató de que había alguien más en la playa hasta que se dignó mirar hacia el mar haber si había algún plano que le interesara ,su cámara siempre colgaba de su cuello en todo momento y no se desprendía de ella por nada del mundo ,aunque tampoco hablamos de que se bañara con ella.No por dios ,el como todo ser viviente tenía sus propios límites.

Sus orejitas se movieron hacia delante observando atentamente al muchacho ,de pronto su sombra lo cubrió y colocó su mano cerca de su nariz haber si todavía respiraba.Bingo ,estaba vivo.Dejó colgar los brazos en sus rodillas y entrecerró su mirada un tantin preocupado por la situación.No quería despertarlo ,pero tampoco sabía si era buena idea dejarlo allí tumbado.

-¿Hola?...-preguntó curioso ,sus orejitas se sacudieron graciosamente.

Kail escuchó el sonido de una voz cerca. Eso ayudó a terminar de despejarlo, pero no apartó el sopor que sentía nublarle la mente, semejante a una resaca fría y amarga, de esas que tienes después de pasarte una noche bebiendo para olvidar penas. Sin embargo, abrio un ojo y miró con él fijamente a quien le había hablado.

Era un chico de no más de veinte años, moreno y... ¿con orejas de gato? No prestó más que una leve atención a eso. La maldita neblina seguía entorpeciéndole la mirada y la cabeza le dolía horrores. Al hablar, su voz sonó ronca, pero pese a eso con la contundencia propia de esas personas que se ve a leguas que son de pocas palabras.

-¿Qué quieres?

No es que tuviera la costumbre de ir despertando a la gente que encontraba tumbada en el suelo ,inclusive para él podría resultar peligroso.Así que se mantendría alerta con ese chico.

Por fin se encontró con aquellos ojos verdes ,debía admitir que eran bien bonitos ,pero le dió la impresión de que le costaba enfocarlo.El pelilila se quedó unos minutos silencioso ante su pregunta.Logicamente estaba un poco preocupado por él.

-Lo siento no era mi intencion despertarte...solo quería saber si te encuentras bien...-sonrió apenado.-no todos lo días te encuentras alguien durmiendo en mitad de la playa.Por suerte no te veo rasguños.

Comentó en voz baja ,no quería incomodarlo.