Un dia libre

Su amo le había dado aquel día libre a lo cual decidió conocer aquella ciudad, su pies lo habían llevado hasta allí, se sentía emocionado con todo lo que podía ver, miraba los numerosos edificios que se encontraban allí para después nuevamente sin saber a donde se dirigía caminaba viendo todo a su alrededor sin prestar atención a la gente que había por el camino por donde andaba, de pronto salió de sus pensamientos y observo mas cuidadosamente lo que había alrededor por lo tanto se dio cuenta que se había perdido a lo cual se dio un pequeño golpe en la cabeza mientras volvía a caminar para intentar ubicar por los lugares que ya había pasado.

No es que fuera su gran ilusión salir a pasear por la playa, pero, inconscientemente, sus pasos lo llevaron hasta aquel lugar. Protegido por la sombra del pequeño paraguas blanco, Caín, observaba a su alrededor, quedándose, a veces, parado observando el mar y su calmado oleaje.

Nunca le había gustado la playa, mas el rumor de las olas y la serenidad del mar lo tranquilizaban. Sin dejar de mirar hacia el gran azul, su cuerpo fue a chocar con el de un joven paisano que andaba por allí. Desvió su mirada para ver con quien se había topado.

-¿Estas bien?- Pregunta con tranquilidad.

Siguió observando a su alrededor hasta que sintió algo así como un leve empujón que lo saco de sus pensamientos para después escuchar la voz de aquel hombre con el que se había topado
-estoy bien gracias-
Dijo sonriéndole dulcemente a aquel hombre

-Cuanto me alegro.- Le sonrie con afecto, pero mirándolo con cierta frialdad en la mirada.- ¿Te complaceria dar un paseo con un extraño? Me he separado de mis acompañantes y ando un poco perdido por la ciudad. Le seria de mucha ayuda si un lindo ser angelical pudiera prestarme su tiempo y atensiones por unas pocas horas. Espero que no me mal interpretas. Solo quiero pasear contigo.

Escucho atentamente a aquel hombre y un leve rubor surgió en sus mejillas
-me complacería mucho dar un paseo, gracias, yo también estoy algo perdido-
Dijo caminando un poco mientras no borraba aquella dulce sonrisa de su rostro
-mi nombre es Daisetsu, es un placer conocerlo-

-Yo me llamo Caín. El placer es mío.

Delicadamente, atrajo contra su cuerpo a Daisetsu. Sus fríos ojos miraban hacia el frente como si, con la mirada, le trasmitiera a las personas que caminaban a su alrededor que se apartacen.

-Espero que no te importe, Daisetsu-kun. Ya que ambos estamos perdidos, lo mejor es que no nos separemos ni un solo instante. Así estamos seguro de no alejarnos el uno del otro.

Escucho atentamente al otro mientras lo observaba a lo cual un rubor surgió en sus mejillas por la última acción de aquel hombre por lo tanto bajo el rostro hacia el piso en un intento de esconder aquel rubor
-n-no hay ningún problema, Caín-san-
Dijo sin quitar su mirada del suelo

-No te apenes. No estamos haciendo nada malo.- Le eleva el rostro.- Algo malo sería si intentara propasarme contigo, pero solo te llevo cerca para no perderte. No quiero oir en las noticias que un chico tan hermoso como tú fua hallado muerto en algún lugar de mala muerte. Sería una gran perdida para los hombres el perder una belleza como tú.- Le susurra al oído, como si fuese un secreto.

Escucho lo que dijo aquel hombre y no pudo evitar sentir un escalofrió a la vez de que el rubor de su rostro no desapareció al escuchar lo ultimo que dijo
-gracias-
Dijo en un murmuro pero lo suficientemente fuerte para que el otro lo escuchara