Hogar, "dulce" hogar...~·Privado//Lemon·~

Le miro ante la aceptación por subir, simplemente sonriendo infantil y alegre, mirando a Eoria con….¿alegría?, raro, Eros jamás había visto a alguien así ni tampoco sentirlo…por lo que, al igual que muchos otros, era algo nuevo para el oji-rojo. Se quedo un momento, pensativo sobre lo que decía, inflando su mejilla cuando empezó a reír.

Pero es que…parecían fideos, eran alargados, y se movían de la misma manera…-Gusanos?....- Se quedo un momento quieto, pensando, para después……reír por completo, divertido ante la idea de ese nombre, realmente, era mucho mas curioso que el de la “ardilla”. La “G” siempre había causado un efecto de gracia en Eros. –En la casa de los señores que me engendraron había…- Comento, en un tono muy bajo, puesto que la mueca que había hecho le había dicho que quizá no era la mejor cosa para contar.

Y, desde su escondite, el cuello de Eoria, no se escuchaba muy bien lo que decía. –Eran una especie de hilos y, si los partías, se hacían dos o mas….Cuando me mantuvieron ahí, creo que en algunas ocasiones…era lo único que había de comer…- Murmuro, mucho mas bajo, sintiendo un escalofrío al recordar lo que había tenido que comer en ese sótano, pero, ahí si…estaba completamente conciente…que, si no lo hacia, moriría. Instinto de supervivencia…y, que mas, si muchas veces pasaban meses sin ir a ver al “perro” de la casa.

-Lo siento…no debi decir eso…- Comento, para cerrar sus ojos, pegando su rostro mas a su cuello, acariciándolo con su nariz, en un mimo que esperaba la…”redención” a lo que había dicho. –Perdone…- murmuro, de nuevo, para dejar un beso en esa parte de su cuello, o el la curva que la unía con el hombro.

Le miro de reojo, aliviado de que no se hubiera enojado, puesto que si…en algún momento lo creyó. Tal vez hasta le odiaría por los hábitos poco higiénicos que había tenido. Pero ahí estaba la palabra clave…había, ya no.

Claro que si…-Se separo de el, mirándole a los ojos- y no le dejare alejarse aunque usted quiera…-murmuro, o siseo, ahora era mas de un “no quiero que me deje” ahora ya se había hecho…”no me va a dejar”, después de todo le había dicho “te amo”, hasta en…Bueno, muchos idiomas.- T…atmtso…-murmuro, mordisqueando las palabras, sabiendo que ahora si…era una fidelidad completa.

Ah…me hace la vida tan complicada…señor…-comento, abrazándole con mas fuerza, besando su cuello, dejando suaves lamidas. ¿Fidelidad absoluta…? En verdad Eros era capaz de dar eso, se quedo un momento pensando, para ver a Eoria, encogiéndose de hombros, lo vería mas adelante, ahora mismo no quería dar un resultado.- Ah, más fácil, te quiero….

-Susurro, mientras sus mejillas tomaban una leve coloración carmín, nada a comparación de sus ojos, ladeo su cabeza. Para después, al caer en cuenta de que le veía, cerrar sus ojos rápidamente. No queriendo que viera sus emociones. -

...-Entonces…¿podía matarles a todos…? Una utópica ciudad para ellos dos o, en el caso de Zados, una utópica isla. Le gustaba la idea, lo que no le gustaba era el lapso de sensaciones que habían acabado cubriéndole.

Felicidad, vértigo, miedo, odio…y demás, logrando una maraña de sensaciones complejas…causando un cambio radical en su psique. Cosa que no seria capaz de admitir, después de todo, y ante todo, era algo…”orgulloso”(Idiotez disfrazada de orgullo, claro estaba).

Inflo, de nuevo, su mejilla, haciendo una especie de puchero infantil ante la sonrisa, que, por alguna razón, sentía. Y, el sonrojo ganando terreno, aunque sin llegar al tono de sus ojos, nada llegaba al tono de sus ojos. Suspiro, correspondiendo el beso, solo con la diferencia que era algo más rápido…Cerró sus ojos, para ronronear suavemente.

Le miro a sus palabras, mirando rápidamente a otro lado- No se japonés…- Murmuro, mentira, le había entendido perfectamente. Pero, sentía que si lo decía tendría que corresponderle, y, eso, no seria posible…Odiaba expresar lo que sentía, y mas ponerse tan meloso, cosa que, lo admitía, lo estaba haciendo, pero…luego se odiaría por eso.-No puedo decirlo…- murmuro, besando sus labios, ahora con algo mas de calma…aun con esa aura brusca.-Pero…espero que me deje…demostrarlo, por que pasara mucho tiempo antes de que se lo diga…- sentencio, mirándole a los ojos, para pegar su frente a la suya, siendo conciente de que sus ojos…dirían lo que no podía decir con palabras.