Donde nadie pueda alcanzarme...-libre-

-las alocadas aventuras de un guerrero, se habian acabado, reia tan fuerte, como loco, sebastian normalmente no era asi, era serio, elegante, realmente un desgraciado con todos, aunque se portase de amables caras, solo trataria a su "amo" con amor y condescendencia, suspiro con la mano en sus cabellos y volvio la mirada hacia atras, no habia nadie, nadie le habia seguido, se acomodo en la arena con los ojos cerrados, volviendo a la normalidad, cruzo las piernas algo hiperactivo, por decirlo de un modo, coloco los dedos en la zona de la comisura de los labios saboreando debilmente aquel dulce que habia probado, el azucar le estaba haciendo mal, ante todo cuando se estaba volviendo hiperactivo cuando lo probaba-

-No puede ser.....me perdí...- Se decía para si mismo mientras caminaba por unos callejones.

Estaba cansado, sudado de tanto correr y con la cola totalmente erizada. Todo había ido bien hasta que se había topado con ese enorme perro. Kudo había desarrollado un miedo instintivo a los perros grandes y este animal al oler el miedo en el gatito comenzó a gruñir haciendo que kudo saliera corriendo asustado.

Corrió y corrió sin saber porque calle se metía, simplemente tenía una sola cosa en la mente "Huir del perro". Por fin una solución cruzó por su mente al ver una muralla de mediana altura y de un ágil salto logró sujetarse y saltar del otro lado.

Pero ahora vagaba por los callejones de zados sin saber como volver al centro, dobló una esquina y se encontró de frente con la playa.

-...Que...que belleza....- Susurró asombrado jamás había visto la playa en vivo y en directo.

Dió unos pasos hacia la arena, pero un ruido le sacó de sus pensamientos. Aquel ruido hizo que su cola volviera a erizarse...era un gruñido. Miró hacia un costado y el enorme perro le miraba desde cierta distancia con la cabeza baja y el pelaje del cuello engrifado, el neko retrocedió unos pasos mirando hacia donde podría huir.

-Vete!....dejamé en paz!.- Gritó con fuerza mientras recogía unas piedras.

Pero el perro sólo gruñó de forma más amenazadora haciendo temblar al gatito.

...-abrio los ojos entonces, cuando aun estaba en su "mundo" por decirlo asi, suspiro calmadamente para dirigir la mirada al ruido..parpadeo un par de veces, cuando no conocia al muchacho.."gato"..suspiro dulcemente por los recuerdos que eso le profería, y una media sonrisa se creo en sus labios cuando amoldo las manos sobre los cabellos quitandose la arena de las rodillas y de los susodichos cabellos, se levanto entonces para dirigirse hacia kudo y defender al menos del perro, el cual al observar a sebastian, se hecho un poco hacia atrás, suponiendo que en una pelea entre "otro gato" ganaria el gato mayor, afirmo las manos en la cintura de kudo, para acomodarle tras el- ten cuidado -murmuro cariñosamente cuando se arrodillo y coloco la mano hacia adelante, extendiendola, mientras el perro continuaba gruñendo-

Dio un respingo al sentir unas manos en su cintura, pero no quería apartar su mirada de la del perro que ahora había retrocedido unos pasos aunque aun parecía estar listo para atacar. La cola del gatito se movía de forma violenta de un lado a otro golpeando al mayor de paso.

-Me va a morder...- Susurraba mientras sus manos temblaban aun sosteniéndo la piedra, pero sin atreverse a lanzarla.

El perro miraba curioso ahora los movimiento del mayor ya aque no entendía lo que estaba haciendo, pero continuaba gruñendo y avanzando un par de pasos.

No no va a morderte -inexpresivo se avanzó hacia el perro para acariciar su cabeza, ahora mas curioso el perro parcia haberle olisqueado ejor quizas tenia miedo de la piedra de kudo y no se atrevia a moverse o a hacer algo debido a eso, acariciando el pelaje del animal, sujeto a kudo de la mano que tenia la piedra para dejarla en el suelo, tranquilizo un poco al perro- ve, ve a tu casa vamos -señalaba hacia ls caminos por donde habian venido, el perro al principio no le entendeia y gruñia de nuevo cuando alzo la mano pero luego miro hacia atras y observo a sebastian, se sentó en el suelo, ¿tendria casa el animal? no creia que fuera callejero pero tampoco sabia de los comportamientos que tenian los animales-

Dejó que Sebastian le tomara la mano para soltar la piedra, pero al verse sin arma alguna la mano que tenía el arma se sujetó de la ropa del mayor a la altura de la espalda quedándo oculto tras él. Aun jadeaba a causa de haber corrido tanto y sus manos temblaban debido, también al cansancio.

El perro veía a Sebastian de forma sumisa, con las orejas bajas y meneando la cola con suavidad, pero cuando miraba al neko su cuerpo se tensaba y se le quedaba mirándo fijamente con claras ganas de querer atacarle, pero cuando Sebastian le hablaba volvía a su actitud amistosa.