Paseando a la princesa (privado)

La playa era un lugar tranquilo a esas horas, todo estaba oscuro y sólo la luz de la luna alumbraba el lugar. Prendió un cigarro mientras veía a alguna parejas a lo lejos, por un momento pensó en que sería divertido mandar a su princesa a que los durmiera y después hacerles lo que quisiera, pero luego se sintió algo culpable por pensarlo, no parecían malas personas.

Su pequeña había bajado con él del auto, y andaba a sus anchas por ahí, a esas horas era difícil verla y como habían realmente muy pocas personas, y la mayoría lejos de Dantes y su mascota, la serpiente andaba tranquila.

Se quitó los lentes y los guardó en el bolsillo de su chaqueta, ese día no estaba demasiado formal; se quedó mirando la luna un rato mientras que su mascota pasaba de cuando en cuando cerca de él, hasta que se alejó un poco más de lo normal, aún así Gabriel no le dio demasiada importancia, ya regresaría.

Estacionó el auto a unos metros de la playa haciendo bastante ruido, ya que siempre que manejaba terminaba frenando en seco...no podía decirse si era malo manejando o simplemente un inconsciente. Apagó la música (la propia) y salió del vehículo con un cigarro en la boca. La noche estaba tranquila y sinceramente bastante agradable...no sabía como era que había terminado tan lejos de la ciudad, pero impulsivo como era no le dió mucha importancia al asunto.

Quitándose los zapatos, caminó por la arena algunos metros. En la playa sólo veía a un hombre alto, así que no le preocupaba que nadie lo reconociera. Al poco rato estaba a la altura de éste, y ya que sus miradas se cruzaron hizo un gesto con la cabeza en forma de saludo, para luego volver a mirar el mar mientras, al igual que su anónimo acompañante, seguía fumando.

De pronto, un ruido algo extraño le llamó la atención. Bajó la mirada y vió muy cerca de los pies de aquel hombre una serpiente. A Alec se le crispó el cabello en ese preciso instante.

-Tienes una serpiente en los pies!!.-dijo con un grito ahogado de miedo, mientras se alejaba unos buenos pasos

Escuchó el ruido del auto frenando, eso le hizo fruncir el ceño, le molestaba que arruinaran una noche tan hermosa y tranquila con un ruido así, lo bueno fue que el ruido al igual que el enojo se le pasó rápido.

Sintió que una persona bajaba del auto que acababa de frenar y después empezaba a caminar por la playa, de pronto lo tenía al lado; Gabriel y el rubio se miraron y se limitaron a saludarse con la cabeza mientras ambos fumaban. Entonces la tranquilidad de la noche se vio una vez más afectada por la misma persona, que ahora gritaba por haber visto a la serpiente del narcotraficante, felizmente no había logrado captar la atención de las personas que estaban algo lejos.

-No grites así…vas a asustarla.- se agachó para hacer que la serpiente se volviera a alejar, después se paró y miró al cantante, lo reconoció fácilmente aunque no había demasiada luz; no era gran fanático del chico pero ahora se daba cuenta de que podría llegar a serlo de su cuerpo.

-¿Sabes?...un cantante como tú no debería de fumar tanto.- dijo con unas sonrisa un tanto burlona, él en cambio, podía fumar todo lo que le diera la gana, no vivía de su voz.

El hombre a su lado se agachó con tanta naturalidad a alejar a la serpiente que Alec comprendió que le pertenecía, o estaba loco. Y aún decidiéndose por la primera opción se quedó mirándolo con cara de tonto mientras éste le reprochaba casi haber asustado al reptil.

-¿Una serpiente como mascota?...que miedo...-se acercó un poco para ver como el animal se alejaba, agachándose cerca de las piernas de Gabriel.- supongo que le quitas el veneno...tiene cara de ser de las que muerden..

-¿Sabes?...un cantante como tú no debería de fumar tanto

Alec levantó la mirada con el cigarro en la boca y sonrió entrecerrado los ojos, un tanto apenado por el nuevo reproche, pero como siempre, secretamente contento de ser reconocido.

-Todo el mundo tiene derecho a tener sus vicios...tú tienes una serpiente, yo fumo...bueno es que hay que tener la boca ocupada en algo...

Dicho lo cual se sentó en la arena mientras remangaba sus pantalones, tal vez con la intención de mojar sus pies luego.

-¿Has oído hablar de los perros?...son lindos y generalmente no asustan a la gente...aunque supongo que puedes tener lo que quieras.-hundiendo el cigarro en la arena.- sería gracioso verte por el parque paseando a la serpiente con su correa...

El rubio le dijo que una serpiente de mascota daba miedo, mucha gente lo decía aunque el alto no entendía por qué, su princesa era bastante cariñosa con él; después le dijo que suponía que le quitaba el veneno porque tenía cara de las que muerden, efectivamente ella era de las que mordían, pero sólo a la orden de su dueño.

El cantante se defendió diciéndole a Gabriel que él tenía una serpiente así que él podía fumar.

-Sí claro.- respondió con una suave sonrisa en el rostro cuando Alec le dijo que había que tener la boca ocupada en algo.

El cantante le empezaba a parecer algo confianzudo, algo que usualmente no le gustaba en la gente, además lo que le decía, aunque el chico seguramente no lo quería así, le sonaba a burla; a pesar de todo le causó un poco de gracia lo que le decía el cantante, ¿paseando a la serpiente con correa? eso sí sería gracioso…pero había que darle una lección.

-¿Y si te digo que esa serpiente no es mía?- lo miró mientras le daba la última calada al cigarro.- ¿por qué iba yo a tener una serpiente?- la llamó con un gesto suave casi imperceptible para alguien que no los conocía.- mira…ahí viene de nuevo…

-No seas malo, no bromees con eso...-Alec sonrió nervioso cuando vió que el reptil venía hacia ellos nuevamente; se levantó y volvió a alejarse unos pasos.- por favor....sácala...que nervios...

Pero al ver que el otro no tenía intenciones de complacerlo se armó de valor y se acercó de nuevo, sin dejar de mirar a la serpiente...no quería que el animal le saltara encima por sorpresa...

-...¿Tiene nombre?.-dijo mientras fumaba, tratando de calmarse fumando el cigarro que tenía y cada vez acercándose un poco más; Gabriel y su serpiente habían logrado captar su atención, así que como siempre empezó a curiosear; no era una persona que se caracterizara por su discreción.-uhnn...supongo que no soy el primer idiota que se sorprende con tu mascota verdad?

Ahora Alec se veía nervioso, le pidió que sacara a su serpiente pero obviamente Gabriel no tenía intenciones de hacer lo que el chico le pedía, así que sólo se quedó mirando su pequeña. El rubio se empezó a acercar a amo y mascota con cierto recelo, no quería ser atacado.

-¿Yo?...¿o la serpiente?- después de decir eso se empezó a reír.- me llamo Gabriel y a ella le digo princesa…aunque tú deberías de tratarla con mucho más respeto.- comentó burlón.

-Claro que no…ha habido otros idiotas…- se echó a reír ahora sí, pero ya había molestado bastante a Alec, lo sabía por su cara.- vamos…que es broma.

-¿Qué hace alguien como tú a estas horas por la playa? deberías de tener más cuidado…no sabes si algún fan enfermo te sigue.- apagó el cigarro e inmediatamente prendió uno más.

-No te preocupes que no pienso faltarle al respeto...no me gusta que me muerdan...las serpientes.-Alec se río también, mientras repetía mentalmente el nombre del desconocido, pues tenía muy mala memoria; Gabriel mientras respondía a su pregunta llámandolo indirectamente idiota, a lo que Alec respondió frunciendo el entrecejo, pero se relajó al ver al otro reírse y decidió no responderle, pues se notaba, a pesar de su risa, que era una persona algo seria y el rubio no tenía la confianza para mandarlo a rodar aún...

-¿Por qué? ¿Has visto alguno?.-dijo, mirando a todas partes y dejando de prestarle atención a la serpiente, mientras se ponía de cuclillas en la arena; al comprobar que no había nadie soltó un suspiro y miró hacia arriba para enfocar su mirada en el rostro del moreno.- mira que si no voy a salir pensando en eso debería pasarme la vida en casa...

Con esto terminó de fumar, pero a diferencia del más alto no volvió a encender otro cigarrillo

-Sólo manejaba y terminé aquí...espero no estar interrumpiendo tu paseo por cierto...

Lo último lo dijo porque tenía ganas de quedarse y conocer a Gabriel un poco más...así que dependiendo de la respuesta del más alto se quedaría o no...

El rubio le dijo que no había problema, porque no pensaba faltarle el respeto a su pequeña, ya que no quería ser mordido por esta. Después de que Gabriel le dijera que debía de tener más cuidado con los fanáticos locos, Alec empezó a ver a todos lados mientras le preguntaba al más alto si había visto alguno, el moreno sólo movió la cabeza en forma de negación.

El cantante se agachó y terminó con su cigarro y no prendió otro, después le explicó a Gabriel que había manejado hasta terminar ahí, no fue nada planeado…además le dijo que esperaba no estar interrumpiendo su paseo.

-Claro que no…por esta época del año mi princesa come, y le gustan las presas que corren por sus vidas.- dijo de nuevo burlón.- come sólo una vez al año…- la serpiente rodeó a Alec aunque aún estaba en el suelo, pero lista para atacarlo.- y…¿cómo sabes que yo no soy un fanático loco?

Llevarlo a su casa y violarlo era lo que se le apetecía en ese momento, después darle una droga para que no recordara nada o sólo recordara algunas cosas, fuera como fuera…ese hermoso cuerpo esa noche sería suyo, al menos eso tenía planeado hasta ese momento…pero primero, un poco de juego psicológico no le hacía daño a nadie.

-Una vez al año?.-preguntó Alec que aún no se había sentido aludido, pero al ver que el animal lo rodeaba volvió a ponerse nervioso, tanto que incluso se dió un sentón en el suelo...eso junto a las palabras de Gabriel no era un panorama para nada alentador..-no...no tienes cara de que te gusta el rock...

El rubio respondió entrecortadamente y mirando a la princesa en vez de a su interlocutor. Estaba tenso, y su cuerpo lo demostraba no moviéndose más que los milímetros necesarios para respirar. Ya no estaba muy entusiasmado con la idea de conocer más al moreno; en vez de eso estaba esperando el momento adecuado para levatarse y volar de ahí en su auto...un cierto sexto sentido le decía que era lo mejor que podía hacer en ese momento.

-Bueno ha sido un placer...-sonrió un poquitín forzado, tratando de no perder su usual seguridad.- ahora podías sacarme a la señorita princesa de encima para volver a mi auto...?

Alec quería irse de ahí, al parecer Gabriel había logrado su cometido y empezaba a intimidarlo, pero no iba a dejarlo huir tan fácilmente…mejor dicho no iba a dejarlo huir. Pero cuando el rubio trató de huir, el más alto le tapó la boca para que no gritara y lo cogió con fuerza.

-Te lo dije…no deberías de salir tan despreocupadamente…a estas horas salen todos los maleantes.- le dijo al oído mientras la serpiente daba vueltas alrededor de ellos y hacía un sonido extraño.- creo que le gustas…así que te llevaré a casa y si decide no comerte…entonces te comeré yo.

A la fuerza lo empezó a llevar hasta su auto, no le costó demasiado ya que Alec no era tan fuerte como él, eso era un juego para el narcotraficante; lo metió al auto y junto con él entro la serpiente.

-Si gritas va a morderte…y haremos que te duela…así que mejor te quedas quietito ¿no? si quieres evitarte más dolor…del que ya vas a pasar.- subió también al auto y empezó a manejar.

Cuando se dió cuenta, Gabriel ya lo tenía entre sus brazos, y le tapaba la boca, haciéndole imposible gritar. Alec se quedó quieto un momento, pero luego de oír las palabras del más alto empezó a patear y a forcejear, tratando en vano de safarse. Ya le había pasado algo similar una vez, y aunque en esa ocasión tuvo suerte y sólo se trataba de una broma, dudaba mucho que ocurrierra lo mismo dos veces.

Más rápido de lo que su orgullo podía aceptar Gabriel lo había reducido en su auto, lanzándolo en el asiento del copiloto junto a la nada agradable compañía de la serpiente. El miedo podía leerse en los ojos del rubio, quien a pesar de lo que podría parecer no era nada valiente. Lo malo claro, era que ese tipo no tenía cara de ladrón, y no creía que ni ofreciéndole su cuenta bancaria en bandeja lo dejaría bajar...

-Por favor...-no gritó, pues tenía al reptil presente, y sospechaba que el humano no andaría desarmado tampoco.- déjame bajar...sabes?...en un bar bastan un par de tragos y...no tienes que hacer esto...

El miedo estaba haciendo que dijera tonterías; la princesa recorría su piel haciéndole sentir sus escamas frías, tocándolo de nervios aún más, si era posible

Lo tenía donde y como quería, Alec estaba muerto de miedo y eso sólo hacía que las cosas fueran más divertidas para dueño y mascota; el podía irse a un bar y sin necesidad de invitarle tragos podía llevárselo a la cama, pero no es lo mismo cuando los obligas a cuando quieren.

-Pero así no hay nada de diversión…ya sabes, si estás de acuerdo con todo tus gritos no serán lo mismo para mi…y tus lágrimas tampoco.

Aceleró para llegar pronto a su mansión.

(Sigue aquí)