Por la tarde (privado)

(Viene de aquí)

Entendía que Allen estaba agotado, pero no podía salir con el menor desnudo, así que en cuanto el peliplata tuvo puesta toda tu ropa, Abel lo cargó y lo sacó del auto ya sin despertarle; a sus empleados les ordenó que llevaran todas las cosas que habían comprado mientras Thor seguía al mayor de cerca. Al poco rato estuvieron en la suite y el dueño del Melia dejó al más pequeño sobre su gran cama, lo cubrió con las sábanas y le dio un suave beso en la frente. Los empleados dejaron en las cosas en la sala y después se retiraron.

Abel se sentó en la cama y sacó un libro para leerlo mientras esperaba a que Allen despertara; de cuando en cuando miraba al pequeño para asegurarse de que todo anduviera bien. Después de un par de horas, cerró el libro y con una sonrisa en el rostro, le acarició el cabello al más pequeño, sí que se había cansado.

Estuvo bastante rato dormido, sin saber que sucedía a su alrededor, como si solo estuviera concentrado en dormir, cosa que era lo que hacía…
Sin embargo… Después de bastante rato llegó a abrir un poco sus parpados, visualizando a alguien que ya hacía a su lado, notando aquellas suaves caricias en su cabello.
Visualizó mejor la mirada y pudo ver que era el dueño del hotel; Abel.
Parpadeó cansadamente para después observar su alrededor… ¿Dónde…?

Entonces recordó… En cuando estaban en el bar… El bebió algo y… Rápidamente se puso sentado algo alarmado, ¿no habría…? Miró al otro con los parpados abiertos… ¿Lo habría… En serio…?
Ante aquello dejó escapar un pequeño suspiro mientras que bajaba un poco la cabeza, al mismo tiempo que sus pálidas mejillas llegaban a sonrojarse un tanto. -…- Se quedó en silencio sin saber que decirle…

-Abel…- Murmuró apenas, llegando a alzar un poco la mirada para poderle observar. –Yo… ¿Bebí…?- Soltó algo nervioso observando a los ojos, quería estar seguro de ello, es más… La cabeza le daba vueltas, quizá sea por el afecto del alcohol.

Al poco rato Allen abrió los ojos lentamente y se quedó viéndole, parecía que no estaba muy seguro de dónde estaba porque miraba a todos lados, y luego pareció estar reflexionando demasiado, ¿qué estaba pasándole?; el dueño del hotel le miró un poco extrañado mientras seguía todas sus acciones con la mirada.

Definitivamente le sorprendió la pregunta, pero más que nada por el hecho de que el pequeño no recordara lo que había pasado, eso no podía ser bueno.- eh...sí bebiste, ¿qué no te acuerdas de lo que pasó?- la respuesta era prácticamente obvia, pero quería que el peliplata se lo confirmara.

Abel se quedó pensando en eso, pero las cosas ya estaban hechas, tampoco iba a disculparse porque no había sido culpa de él, no le obligó a beber y es más...al principio pareció no estar muy convencido de lo que le pedía el más pequeño.

-¿Estás molesto...?

En cuando le escuchó soltó un pequeño suspiro, conduciendo su mano derecha por sus plateados cabellos, llegando a entrelazar sus finos dedos entre sus mechones a la vez que cerraba un poco sus parpados, pero ante su primera pregunta curvó un tanto sus labios. –Bueno…- Masculló volteando el rostro hacía otro lado. –Sí… Pero no mucho.- Confesó, de acordarse se recordaba, pero como si fueran pequeñas imágenes que llegaban a pasar por su mente.

Por una vez más resopló pero ante su segunda pregunta abrió sus parpados, deslizando su mirar hacia él por semejante pregunta, ¿molesto, enfadado? Bueno… Para qué negarlo, lo estaba, pero consigo mismo, mira que beber sin darse cuenta… Eso era de torpes… Sin embargo, para no preocupar al otro llegó a negar con el rostro mientras que una sensible sonrisa se formulaba sobre sus labios. –No, no estoy molesto.- Aseguró manteniendo aquella sonrisa entre sus finos labios.

Sin embargo, para no todo el rato hablar de lo mismo decidió cambiar repentinamente de tema. -¿Podría… Darme una ducha?- Le preguntó, lo necesitaba… Necesitaba darse un buen baño y poder relajarse…

Era la respuesta que tanto temía, Allen recordaba pero no demasiado, eso era malo...porque ahora no sabía qué era lo que recordaba el menor y qué no, el dueño del hotel no quería que pensara que él se había aprovechado de la condición de borracho del más bajo. Aún así suspiró un poco tranquilo cuando le dijo que no estaba molesto, eso le hacía sentir un poco mejor ya que no quería que se molestara con él, claro que a Abel no se le pasó por la cabeza que eso podría ser una mentira para que no se preocupara.

-Claro...déjame preparártelo.- le sonrió suavemente y salió de la cama para ir a prepararle el baño al menor, aún estaba un poco confundido por lo que había pasado, pero sería mejor hablarlo luego, ya que al parecer el peliplata no quería tocar el tema. Después de un rato el baño estuvo listo y Abel salió para llamar al más bajo.

-Ven, ya está.- mientras el menor se acercaba al baño, el dueño del Melia se alejaba.- cuando salgas vemos qué comemos ¿sí?- se sentó en la cama y recuperó su libro.

En cuando el mayor se alejó de allí aprovechó para hacer desaparecer su sonrisa de sus labios, bajando levemente la mirada mientras que dejaba escapar un pequeño suspiro, pequeñas imágenes pasaba por su mente, sí, era alguien raro… Mira que beber y ponerse… De esa forma, para después, al recordar el conocimiento no recordarte de casi nada…
Cerró por unos breves segundos sus parpados, mientras que volvía a suspirar, era realmente extraño, es más, le dolía un poco el cuerpo… Quizá habría bebido demasiado… Aparte de… Ante aquello no pudo evitar aferrarse a las sabanas a la vez que sus pálidas mejillas llegaban a sonrojarse un tanto.

Pero en cuando escuchó la voz del mayor se sobresaltó, sacudió la cabeza para quitar el rubor de sus mejillas. –¡A-Ahora voy!- Exclama mientras que se quitaba las sábanas de encima y salir de la cama, al poco rato se encontró delante del mayor, cual le sonrió un tanto y rápidamente entró al baño sin decir nada.
Una vez dentro, cerró la puerta tras de sí, entrecerrando sus parpados para después empezar a quitarse la ropa.
Bueno… Esperaba que ese comportamiento… No haya molestado al mayor… Solo, esperaba eso….

Pensaba en Allen mientras leía, se había visto un poco triste, pero él no podía hacer nada, de todas maneras el menor jamás le contaría lo que pasaba por su cabeza; prendió un cigarro y finalmente dejó su libro a un costado, su cabeza ya estaba pensando en muchas cosas, y leer no le iba a ayudar a resolver todo eso.

Esperó a que el menor saliera del baño y ya le había dejado las bolsas de ropa en la cama para que pudiera ponerse lo que gustara; ahora lo que tenía que hacer era observar comportamientos, como por ejemplo, ver si se cambiaba frente a él o si se iba al baño de nuevo.

-Compré algunos otros conjuntos mientras tú te cambiabas...- le comentó tranquilamente mientras apagaba el cigarro en un cenicero.- te los pruebas luego...¿ya pensaste qué deseas comer?

Al cabo del rato terminó, no duró mucho, ya que se bañó rápido, no quería hacer esperar al otro, cosa que después de aclararse colocó una toalla alrededor de su cintura y otra en la cabeza, para ir secándose el cabello.
Pero al escuchar al mayor se asomó un poco en la habitación mirándole y fijándose en la vestimenta que había encima de la cama, parpadeó y sonrió agradecido. –Gracias, ahora las probaré.- Se ánimo, sería mejor llegar a comportarse de manera normal… Más tarde le contará lo sucedido o mejor dicho, lo que le ocurre en cuando bebe.

Es más, le tenía que estar agradecido al mayor por todo lo que hacía por él, así que a comportarse como siempre.
Salió del baño y se dirigió hacía la ropa que había encima de la cama, cogiendo la primera prenda que había allí, se la quedó mirando, era realmente bonito, no estaba mal, le gustaba.
Observó al mayor, quizá… Estaría esperando a que se cambiara delante de él… Entrecerró sus parpados un tanto a la vez que curvaba un poco los labios, en fin, ¿qué se le iba hacer?

Suspiró un tanto y miró a su alrededor en busca de su ropa interior, pero al no saber donde estaba miró al mayor con una pequeña sonrisa distraída en sus labios. -… ¿Dónde está la ropa interior?- Preguntó en cierto tono tímido.
Pero ante su pregunta del otro se quedó pensativo, ¿qué comer…? Pues no lo había pensado… -Pues… No sé…- Confesó.

¿La ropa interior?, cierto...la había olvidado en las bolsas, mientras Allen le decía que no sabía qué quería comer, Abel sacaba una bolsa y se le entregaba al más bajo para que pudiera elegir también.

-Perdona...la había olvidado.- le sonrió suavemente y después se volvió a sentar en la cama mientras pensaba en qué comer; se quedó mirando al peliplata, esperando a ver qué hacía, si se iba al baño a cambiarse o si se quedaba ahí. Prendió un nuevo cigarro y comenzó a fumar tranquilamente, de pronto se e antojó comer hamburguesas con una cerveza al lado, aunque claro que Allen tendría que tomar refresco o algo.

-¿Estaría bien si comemos hamburguesas?- preguntó en tono despreocupado mientras veía los conjuntos que le había comprado esa mañana, sí eran bastante bonitos.

En cuando recibió la bolsa de la ropa interior le agradeció para después mirar en su interior, bueno… Qué más da escoger uno que otro, total si nadie los verá…
Ante sus pensamientos resopló mientras agarraba el primero que había sin ni si quiera observarlo, pero de nuevo se percató como el mayor le miraba, algo que le ponía nervioso…
Curvó los labios, bueno… No tenía por qué estar así de “vergonzoso” si al fin y al cabo ya se vieron…

Sacudió un poco la cabeza y empezó a cambiarse, si, con nervios y algo de timidez, sería mejor ir al baño, pero… Quizá el otro esté esperando a que se cambie delante de él, o simplemente esté esperando a que se vaya a cambiar a otro lado…
Numerosos pensamientos pasaron por su cabeza, claro, puede que quiera que se vaya como que quiera que se quedara…. Pero si le preguntaba quizá se llevaría una decepción….
¿Qué hacer…? Bueno, ya que se estaba empezando a cambiar allí lo seguiría…

Así que se colocó la ropa interior mientras que iba escuchando al mayor, cual sonrió alegremente al escucharle. –Me parece una gran idea.- Afirmó sonriente, si, una gran idea que no estaba tan mal… Es más, le gustaba comer de todo un poco, así que no habría problema ante su alimentación.

El pequeño parecía dudoso de si cambiar ahí o en el baño, pero finalmente lo hizo en la misma habitación, mientras el dueño del Melia le miraba. El alto sonrió cuando notó que a Allen le había gustado la idea de comer hamburguesas, la verdad, el mayor también comía de todo, no se hacía problemas por comer algo en especial, porque se había acostumbrado así en el ejército.

-Entonces eso será.- se paró y se acercó al teléfono para llamar y que le subieran las hamburguesas, le parecía que estaría bien dos para cada uno, más papas fritas y un par de refrescos, para los dos pequeños, y una cerveza para él. Colgó y miró al pequeño que ya estaba cambiado, se acercó a él y le dio un suave beso en los labios.- estará en un par de minutos, pongamos la mesa.

Después de decir eso, tomó la mano del peliplata y salieron de la habitación, mientras Abel pensaba en cómo iba a terminar esa noche, ¿hablarían de lo que había pasado?

Mientras que el otro fue a llamar el aprovechó para cambiarse rápidamente, poniéndose el traje que le había comprado el dueño del hotel, agarrando el de la izquierda, aun que ambos eran lindos igual, pero le llamó más la atención el que había cogido, de una camisa blanca, decorada con una pequeño lazo que iba en el cuello, pantalones negros, de tela buena.
Se sentía cómodo con aquello, así que sonrió sin poderlo evitar, pero en cuando el otro colgó se le quedó mirando con su sonrisa en sus labios.

Hasta que se sorprendió por el pequeño beso en sus labios, aquello le desconcertó, pero no, tenía supuestamente que acostumbrarse a algo igual… Así que mejor no hacer ningún gesto que piense que el otro no le gustaba, así que solo sonrió de la misma manera, dejándose llevar de la mano mientras que le seguía.
Qué bien… No faltaría mucho para que la comida llegara, sí, era un chico de comer, y mucho, por suerte nunca le afectaba, ya que siempre seguía con el mismo peso.

Estuvo sonriendo mientras que seguía siguiendo al mayor hasta llegar a la supuesta mesa en espera de la comida.

Después de que pusieron la mesa, sólo pasaron un par de minutos para que tocaran el timbre de la suite; Abel se acercó a la puerta que daba al ascensor especial, y recibió el carrito, lo metió y le pidió ayuda al menos para llevarlo todo a la mesa. Cuando vio la comida, también le dio bastante hambre, en todo ese tiempo, no había sentido que tenía hambre, pero ahora se daba cuenta.

Thor se sentó al lado de su dueño como siempre y comenzaron a comer los tres; la comida estaba bastante rica como siempre, el restaurante del hotel era uno de los más reconocidos de todos Zados, y la comida valía lo que costaba, porque hasta ese momento Abel no había conocido a alguien a quien no le gustara la comida que se hacía ahí.

-Está bastante bueno ¿verdad?- dijo después de dejar su hamburguesa para tomar un poco de cerveza.- cuando gente de otros países viene como turistas a Zados, usualmente pasar por nuestro restaurante, porque es conocido mundialmente.- comentó para buscar conversación.

Se sorprendió por la rápido que había llegado la comida, algo sorprendente, ya que recordaba que cuando iba a restaurantes tardaban lo suyo para preparar la comida, pero ahora…
Se relamió los labios solo más pensar en el exquisito manjar que les tocaba para comer, cosa que en cuando el mayor le llamó a ayudarle no dudó en ir a ello.
Llevando los platos encima de la mesa, colocando cada cosa a su sitio, hasta que estuvo completa.
Satisfecho sonrió ampliamente para después sentarse en la misma silla que la noche anterior.

Empezó a comer felizmente, realmente, todo estaba estupendamente, todo muy bueno, nunca se cansaría de comer cosas como esas… Fue comiendo poco a poco, y de vez en cuando iba parando para poder beber agua y volver a seguir “devorando” su parte.
Más tarde, escuchó la pregunta del otro, cosa que asintió felizmente. –Sí, está todo muy bueno.- Mencionó como si aquello fuera lo más delicioso, lo era, pero no dejaba de ser que otras cosas eran mejores que otras.

Rió un poco ante su comentario. –No me extraña, todo lo de aquí esta delicioso.- Dijo sonriente para después volver a seguir comiendo, dando pequeños bocados a la comida, tanto a la hamburguesa como a las patatas.
Sí, todo exquisito…

-Sí es verdad...- l dedicó una sonrisa al menor y continuó comiendo al igual que este; parecía que Allen de verdad estaba disfrutando mucho todo eso, ahora no se sentía tan mal de haberlo llevado tan arbitrariamente. Volteó a ver a Thor quien comía al mismo ritmo de siempre, es decir, bastante rápido, y cuando el pequeño animalito se terminó su comida, Abel partió un poco de la suya para darle más, por alguna razón siempre terminaban compartiendo, aunque la mascota tenía comida más que suficiente en su plato.

Otra vez el silencio se había adueñado de la habitación, pero en realidad von Bremen ya no sabía qué más decir, estaba claro que al menos no le gustaba conversar demasiado, al menos eso era lo que le parecía a él, porque después de todo, jamás le devolvía una conversación. Continuó comiendo tranquilo hasta que terminó, y se quedó esperando a que el peliplata hiciera lo mismo; inconscientemente prendió un cigarro y comenzó a fumar mientras miraba el hermoso paisaje que tenía gracias a su ventana.

Un silencio incomodo apareció de repente, estando ambos en silencio… Era realmente incomodo todo aquello, claro, nunca tenía temas de conversación y por esa simple razón no solía hablar mucho, pero puede… Que si alguien digiera algo de lo que a él le gusta sí que hablará más de la cuenta, aun así, ¿Cómo podría saber los gustos de él si nunca hablaron de ello?
Curvó los labios en una mueca de desagrado, observando la comida que le quedaba en plato, no le apetecía más… Dejó lo que quedaba, limpiándose los labios con una servilleta, dando a entender que ya había acabado de comer.

Después miró al dueño del hotel, para después la ventana, no, no sabía que decir o hacer… Bueno, ahora es momento de recoger la mesa, así que puede, quizá… Podrían tener un tema de conversación… ¿no?
-¿Recogemos?- Preguntó con una pequeña sonrisa en sus labios, esperando la respuesta del mayor mientras que iba pensando en que podrían ir hablando, realmente no sabía de qué… Pero puede que más adelante, de pende de lo que el mayor diga o haga podría hablar de una cosa o la otra, o mejor… Decirle lo que le ocurría en cuando bebía.

Volteó a ver al más pequeño cuando éste le habló, se quedó en silencio un rato mirando los platos, si no los recogían, igual seguramente lo haría la servidumbre después, pero terminó por asentir y comenzó a apilar los platos mientras el pequeño animalito le ayudaba. Cuando terminaron de hacer eso, lo llevaron todo al carrito en el que había llegado la comida y ahí lo dejaron, después Abel posó suavemente su mano sobre el hombro del pequeño para hacerlo caminar a su lado.

-Vamos a la habitación…- lo dirigió hasta allá y después se sentó en la cama, agarrando el ordenador para ver algunos asuntos, de alguna manera era trabajo, porque hablaba con gente muy importante que siempre alquilaban los hoteles para hacer fiestas o convenciones.

-Ven a sentarte...¿quieres hacer algo en especial?- lo miró un rato esperando su respuesta.

Se le quedó mirando algo extrañado, ¿por qué el otro se había quedado de repente en silencio, le ocurría algo…? Curvó los labios sin saber muy bien que hacer o realizar, resopló pesadamente para después al ver el asentir del mayor empezó a amontonar los platos, preparados para ser llevados, cual los colocó en donde tenían que estar.
Más tarde al acabar miró al mayor y sintió aquella mano sobre su hombro, siendo conducido hacia el cuarto, cual se dejó guiar.
En cuando llegaron se quedó de pie, observando como el ajeno sacaba su ordenador y hacía alguna que otra cosa que aun desconocía.

Bueno, de seguro que el más mayor tendría muchas cosas que hacer, era el dueño de aquel hotel en donde se encontraba, normal que sea importante las cosas que estuviera haciendo, aparte de que no es de su incumbencia.
Parpadeó perplejo al escucharle, ¿”algo en especial”? Pues… No, no se le ocurría nada…
Sin embargo le hizo caso y se acercó a pasos cortos hacia la cama en donde se sentó a un lado de esta, algo alejado del mayor para no molestar. –Pues…- Susurró apenas mirando el suelo de la habitación. –No sé…- Dijo finalmente sonriendo un tanto lerdo.