Escucha atentamente las palabras del menor. Realemnete era todo una dulzura.
- No quiero que lo liempes todo tú solo- explicó, a la vez que le entregaba el caso al pequeño- sólo quiero que me ayudes, ya que, tu principal tarea dentro de la casa será cocinar- tomó un poco a Daisetsu para ayudarlo a subir a la moto- soy nulo para la cocina y la comida preparada me tiene harto.
Tras decir aquellas palabras se subió a la moto y encendió el motor. Era emocionante llevar a alguien nuevo a casa. No recordaba cuál había sido la última vez que alguien se había quedado en su hogar.
- Sujétate fuerte. El camino no es largo. Llegaremos en poco tiempo.
La moto hecho a andar.
PD: continua en los Suburbios.
CERRADO