-Es un esclavo?- Murmuró una persona entre la multitud.-...Creo que si...- Le contestó otra.- Ah...yo creí que habían atropellado a una persona.- Sentenció otra.
De a poco la gente se fue retirando del lugar murmuranco cosas. Sólo una señora mayor se acercó a Jahi.
-Tranquilo hijo.- Le dijo la abuelita.- Llamé a una ambulancia y está en camino, les dijo que habían atropellado a un niño, pero no les dije que era esclavo, para que no tardaran.- La abuelita le sonrió.- No te preocupes, no parece tener nada roto...-Suspiró al ver a la gente que se iba.- Hay que gente que por muy libre que sea tiene el corazón prisionero entre el hielo...es una pena. Bueno hijo espero que el pequeño se recupere.- Dijo mientras se retiraba.
Mientras el neko parecía haberse relajado después del beso de su amo ya no murmuraba ni intentaba moverse. Su rostro estaba sereno como si descanzara.
Al rato una ambulancia doblaba la esquina.