Una pelea de amigos (Abel)

No había nada que hacer, definitivamente el rubito le caía bastante bien, se imaginaba que en esos momentos von Bremen debía de estar echando chispas, jamás pensó que estuviera más bien mortificado.

-¿Fresco por qué?- haciéndose el desentendido, como si él no hubiera violado al vocalista sin ninguna compasión, ahora que lo pensaba...al destino le gustaba jugar bromas extrañas, estaba en el territorio de Abel, quien había jurado matarlo si le hacía daño a Alec y él estaba sin su princesa, y ¿para qué negarlo? Quería ponerle las manos encima...en especial desde que von Bremen lo amenazó.

-A donde voy yo va mi pequeña, te vas a tener que acostumbrar a eso.

La voz del dueño del hotel los interrumpió, sabía que el material era muy pesado así que se paró y después de sacudirse un poco la ropa, empezó a ayudar a los hombres que estaban afuera; ya con tanta fuerza el maldito aparato comenzó a ceder.

-Lindos primero.

-Yo no tengo porque...-Alec estaba pensando en responder alguna de sus niñerías que a veces resultaban algo sexys, y a veces algo molestas, cuando escuchó la voz de su mejor amigo llamarlo desde fuera del asensor; el vocalista dió entonces un suspiro de alivio y retrocedió hasta volver a pegarse al espejo.- al fin!! ya puedes empezar!!

Pero la puerta no iba a ceder fácilmente. Gabriel entonces empezó a hacer su parte desde el interior; entonces una pequeña rendija dejó entrar algo de luz y aire...Alec se pasó hasta ahí sonriendo y sacando un poco la cabeza se dió cuenta de que estaban uno metro más abajo que Abel. Le sonrió entonces al alto, mientras Gabriel y los empleados seguían sosteniendo la puerta.

-Hola Abelito!...ahora que salga como se supone que lo hará Gabriel? o piensas dejarlo aquí dentro?.- mientras hablaba estiró la mano y su amigo pudo ayudarlo a trepara hasta el piso.- te tardaste...-dijo sonriendo y luego se volvió para ver a Gabriel sosteniendo la puerta.- crees que si la sueltas se cierre de nuevo?

No pudieron saberlo porque justo en ese momento la luz volvió, entonces el elevador se abrió por completo, mandando a un lado a los ayudantes de Abel, y subió hasta el piso, desde don Dantes podría salir fácilmente.

Le alivió que Alec le respondiera, de verdad que estaba bastante preocupado por la integridad física del pequeño vocalista; sonrió cuando pudo ver el rostro de su amigo y pensó que lo mejor sería dejar a Dantes ahí a ver si de paso moría.

-Ya veremos cómo lo sacamos.- respondió casi entre dientes mientras le daba la mano al rubio para que este pudiera subir.- lo sé, perdóname.- con un brazo agarraba a Alec y con el otro sostenía la puerta.

-No lo sé, no hay que arriesgarnos.- pero en ese momento la luz regresó, Gabriel sí que tenía suerte.

Cuando ya estuvo todo solucionado, von Bremen echó a sus empleados a que vieran que todo estaba bien y se quedó mirando con el otro alto.

-Dantes...espero que hayas dejado tus impulsos atrás y no hayas hecho ninguna tontería.

Observó mientras mantenía agarrada la puerta, cómo el rubito salía con la ayuda del dueño del hotel, ahora él problema iba a ser él, definitivamente era mucho más grande que el vocalista, sería más difícil; pero la suerte estaba de su lado porque en ese momento regresó la luz y pudieron soltar la puerta, salió mientras sonreía algo burlonamente, más que nada por la cara que traía von Bremen. Rió un rato por lo que le había dicho Abel, eso casi hasta sonaba con una amenaza pensó, pero no lo dijo porque sabía que el otro podría reaccionar mal.

-Von Bremen...te debo de confesar que ganas de no me faltaron de actuar como un animal cachondo.- miró a Alec y le sonrió.- pero como me provocas tanto temor, decidí desistir.- “sí, claro” pasaba por su mente en esos momentos, ¿estaba buscando que lo mataran?

-Jaja vamos hombre, que es broma.- la expresión de Abel sin duda había sido bastante fría.- está sano y salvo ¿no?

Ese tipo de verdad le hacía enfadar, y no era algo normal en Abel enfadarse así; en realidad, Dantes jamás le había agradado del todo, sólo lo conocía porque a veces debía de hacer negocios con él y con los relacionados en ese mundo, pero después de lo que le había hecho a su “pequeño hermano” no quería ver a Gabriel ni en pintura, aunque sabía que en algún momento iban a tener que hacer “negocios” nuevamente.

Estuvo a punto de lanzarse sobre él y empezar a pelear, como pocas veces lo hacía, a pesar de haber sido militar, no era de los que arreglaban las cosas con violencia, a diferencia del otro, pero su paciencia tenía un límite; Gabriel tuvo suerte de haberse “disculpado”, porque esa fue una disculpa ¿verdad?

Luego Alec lo hacía enfadar, ¿cómo era posible que se comportara así con esa persona? en ese momento Abel simplemente no se puso a pensar que el rubio no recordaba nada de lo sucedido, sólo pensaba en lo que había pasado...el narcotraficante le había hecho daño y eso era todo lo que importaba para el dueño del hotel.

-No bromees Alec.- dijo serio finalmente.- entonces Dantes, ya que creo que no tienes nada más que hacer aquí, te invito a retirarte, pero supongo que nos veremos pronto.

El rubito quería hacer la situación más amena, pero hasta Gabriel entendía que después de lo que había pasado entre ellos eso iba a ser difícil; sabía que Alec no recordaba nada y por eso no tenía un trauma y no se asustaba cuando lo veía, pero por lo que conocía del dueño del hotel, de su rencor no se iba a librar tan fácilmente.

-Claro hombre, nos veremos pronto.- dijo con una sonrisa casi burlona, pero no por lo que le había dicho el de cabellos morados si no por lo que él estaba pensando decir, aunque sabía que eso seguramente haría enfadar más al otro, simplemente no podía resistirse a ser como era.- relájate, de lugares más lujosos me han echado.- y la sonrisa que terminó acompañando a esa frase fue lo que le dio el toque, pero no esperó a que el otro respondiera, le guiñó el ojo al rubito, como sí él fuera la gran estrella y se fue de ahí mientras buscaba cigarros entre su ropa.

Sí...no había nada mejor que sacar de sus casillas a una persona que aparentemente tiene todo el autocontrol del mundo, de pronto estaba de muy buen humor, tal vez lo que lo tenía así era que seguro von Bremen estaba maldiciendo por dentro.

Quería matarlo...sí, matarlo a golpes o con armas, como lo habría hecho años atrás con cualquier enemigo, pero las reglas de la ciudad eran otras y tenía que aguantar las estupideces de ese tipo, y Alec realmente no ayudaba. Dantes por fin se largó y Abel sólo se quedó mirándolo mientras se alejaba.

Entonces la voz del vocalista lo hizo voltear a verlo, hablaba de un guiñó...¿a él qué demonios le importaba un guiño? ¡¿cómo podía ser Alec tan inconsciente?! Miraba a su amigo fríamente, éste sólo lo había atormentado todo el día y ahora hacía como que no había pasado nada, tenía ganas de gritarle que se largara con Dantes ya que parecían tan amigos, pero en vez de eso se quedó callado y entró en el ascensor para ir a su suite, no quería hablar con nadie en ese momento, el hotel se podía ir muy al infierno.

Una vez dentro de aquel cubículo que hasta hace poco había sido una prisión, prendió un cigarro, dispuesto a hacerle la del ley hielo al vocalista, aunque usualmente no duraba todo lo que el mayor quería, siempre se rendía ante el menor.

-demonios...

Alec dejó que el otro subiera a su suite sin decirle nada. Eran raras las veces en que ellos discutían; si era Alec el molesto,lo más probable era que hubiesen bastantes gritos, algo de sufrimiento y una reconciliación rápida. Pero si era Abel el que se molestaba, las cosas eran distintas. La famosa ley del hielo, y mucho esfuerzo para lograr romperla....tendría que pensar en algo para ganarse el perdón del alto.

Así que como inico de su penitencia subió hasta la habitación por las escaleras; cuando al fin llegó a ésta el mayor hacía rato que lo había hecho y ya estaba encerrado en su cuarto. Mjor así pensó el rubio, mientras se metía a la cocina y empezaba a preparar el plato favorito de su amigo.

Cuando al fin éste estuvo listo tocó la puerta despacito.

-Abel..no quieres comer algo??...Abelito?

Apenas llegó a su suite fue hacia su habitación sabiendo que seguramente Alec lo iba a seguir, entró y cerró la puerta con fuerza, sólo había dejado entrar a Thor con él, ahí se echó en su cama y prendió un cigarro, cerró los ojos mientras fumaba...estaba realmente tan molesto, claro que él era una persona muy paciente, pero el vocalista se había pasado de la raya.

Suspiró algo molesto cuando escuchó la voz del rubio, ¿no podía dejarlo en paz un momento?- no, no tengo hambre Alec...pero gracias.- sabía que el otro no se iba a rendir fácilmente, pero tenía que intentarlo al menos, de verdad que no tenía ganas de ver al menor en ese momento.

Cuando escuchó cantar se paró de su cama y caminó sin hacer ruido hasta la puerta, luego se sentó en dirección contraria al más bajo y se apoyó en la puerta también, prendió un cigarro un cigarro y empezó a fumar tranquilamente mientras se calmaba con las canciones del vocalista.

Cuando escuchó al rubio decir que podía estar ahí toda la noche Abel sonrió tan sólo un poco, sabía que su amigo podía estar ahí toda la noches, es más...no quería retarlo. Alec dio más explicaciones, von Bremen ya sabía que a él también pudo pasarle algo, pero el menor era muy importante para él...además sabía cuidarse.

Sí, era mejor así, pero eso no significaba que el otro tenía que estar haciendo cosas tan irresponsables, hablar así con Dantes, un hombre que ya había demostrado tener poco tino al violar a una persona famosa que bien pudo haberlo denunciado; decirle las cosas que le dijo, ¿no eran como una invitación a “algo más”?

-Sí...pero no te dije nada porque sabía que ibas a querer ir y no quería que resultaras lastimado. Entiéndelo Alec, ese tipo es peligroso...tú no sabes las cosas que yo sé y jamás has trabajado con esta clase de gente; me asusta que te pase algo...eres la única familia con la que de verdad puedo contar.- apoyó suavemente la cabeza en la puerta y apagó su octavo cigarrillo. Después de eso Alec pudo escuchar que Abel quitaba la el segur del lugar, dándole a entender que podía entrar.

El rubio era terco, pero Abel en vez de pelear, también le dijo sus sentimientos, y al parecer había funcionado, siempre era mejor ser sincero. No se esperaba que el menor entrara tan rápido, pero éste así lo hizo y en cuestión de segundos ya lo tenía al frente y lo estaba abrazando.

Alec lo abrazaba y le decía que lo quería mucho, además le dijo que él también era de su familia, y como era costumbre en el rubio, terminó con una broma para no terminar en llanto; von Bremen abrazó a su amigo también, con pocas personas era así de cariñoso.- yo también te quiero mucho Alec y siempre voy a cuidarte...- sonrió.- si me pasa algo, tu te quedarás con mi suite.

-Está bien.- le acarició el cabello y retiró un par de mechones rubios del rostro del menor.- entiéndeme...es difícil ver que mi pequeño crece. Bueno...¿ibas a cocinar algo? ¿necesitas ayuda?

-Sí.-dijo Alec, levantándose y dándole la mano al otro para que también pudiera hacerlo.- necesito que me ayudes a comer lo que ya preparé...

Podrían discutir, pero siempre sería lo mismo. Ambos se necesitaban y el rubio casi podía apostar que nadie los quería, ni querían a nadie, tanto como lo hacían mutuamente.

CERRADO