Limpieza de primavera (lemon)

Jun le dijo que estaba loco, pero él no pensaba así…sólo no se hacía problemas por todo como los demás, el exceso de sentimientos los hacía débiles; pero con Hanori era distinto, no le importaba ser débil si se trataba de él. Miraba con una sonrisa al más pequeño mientras este se vestía lo más rápido que sus brazos se lo permitían.

-Es que cuando me golpeas…se sintió bien- confesó, porque aquel golpe casi no le había dolido y lo había dejado con ganas de recibir más de aquellas “caricias” de su ahora amo.

-Sí me hicieron en Hanori- respondió tranquilo sin llegar a entender del todo por qué Jun lo dudaba.

Cuando el más bajo se sentó en la cama mirándolo y le hizo esas preguntas Tetsu pensaba las respuestas inmediatamente: no, no, sí.

-No…la única razón por la que me quedé con él fue porque me dejaba ir a las batallas. No, no tengo intenciones de proteger a esos buenos para nada; y sí Jun…la guerra es algo hermoso, pero a tu lado no es nada- le sonrió amable al mismo tiempo que le tomaba la mano y le dejaba un suave beso en el dorso de esta.- eres mi nuevo amante.

Jun había tenido la oportunidad de ponerse sus guantes ya, y eso tal vez influyó bastante para que no retirara su mano de la de Tetsu bruscamente...y aunque el comentario que había hecho el esclavo fuera de lo más impertinente, el chico tenía que reconocer que ese hombre y sus manía de tratarlo como si fuera una especie de muñeco estaban terminando por alagarlo....

Aún así no podía aceptar esa clase de palabras de buena gana...

-Yo no tengo amantes Tetsu, menos amantes esclavos...-respondió sinceramente, retirando su mano, pero de forma delicada.- veo que tu amo anterior era un pervertido, pero por mí no te preocupes que no lo soy...-al hablar había estado mirando al otro a los ojos, pero en ese momento desvió la mirada hacia el reloj que colgaba en su habitación.- ya es algo tarde, pero si no quieres dormir te doy permiso de hacerlo que quieras...

No le molestaba que Jun hiciera comentarios sobre su estatus social, no se considera un esclavo así que si trataban, con eso, decirle que era menos, simplemente no hacía caso; se consideraba por mucho mejor que los demás, pero no mejor que Jun…y por eso no le discutía al menor.

Pensaba que su anterior dueño sí era un pervertido, pero no dijo nada…no venía al caso hablar de las cosas que ellos dos hacían en la cama,, además no quería espantar a Hanori. Sonrió algo maliciosamente cuando el más bajo le daba permiso para hacer lo que quisiera y aunque Jun quisiera retractarse ya era muy tarde.

-Es lo que he estado esperando todo este tiempo- dijo tranquilamente mientras volvía a tomar su mano -me has dado permiso para hacer lo que desee…¿sabes lo que deseo Jun?- se acercó a su cuello y empezó a besarlo suavemente.

-oye!!!

Jun trató de sacarse a Tetsu de encima, pero al parecer el esclavo y sus labios se habían pegado a su piel; el más bajó pegó a su vez las palmas de sus manos al pecho de éste y con un esfuerzo sobre humano logró apartarlo unos centímetros.

-idiota! ya tuve suficiente contigo!

Dicho lo cual, Hanori se estiró en la cama a buscar el teléfono. Alguien tendría que venir a sacarle ese problema de encima. Claro que el menor no esperaba que su esclavo desenchufara el aparato, sonriendo con ironía, lo que causó que Jun se enfadara más si era posible...y que se asustara más también.

-no seas idiota....gritaré...-murmuró, retrocediendo en la misma cama.

Jun jamás iba a ser más rápido que él, desconectó el teléfono y cuando el menor le dijo que gritaría Tetsu se rió más, le causaba gracia lo que decía el otro; cogió el celular de su dueño para asegurarse que este no pudiera tomarlo.

-¿Vas a gritar Jun…?- se puso sobre él y lo hizo caer suavemente a la cama con el más alto sobre él -¿vas a quitar para que todos vengan y sepan que no puedes controlar a un “esclavo”?…tu propio esclavo- decía aún con esa maldita sonrisa en los labios, claramente creía que por fin le había ganado la partida a Jun, llevó su mano hasta la boca del más bajo y no le permitió gritar.

-Lo que va a pasar…es algo que no puedes evitar príncipe…- buscó su oído y después de darle un suave beso le habló bajo, como si alguien pudiera escucharles -porque es lo que deseas…lo veo en tus ojos, lo he visto desde que nuestras miradas se encontraron. No te engañes mi hermoso ángel…eres mío, y yo…yo soy tuyo-

Sí. Era cierto. Jun prefería verselas en ese cuarto con el esclavo antes de hacer un papelón en el hotel ya arriesgarse a salir en las noticias o algo por el estilo. Los periodistas tendrían material para burlarse de él por meses si salía a la luz que el dueño de Hanori no era capaz de controlar a un sólo esclavo...que verguenza...

De todas formas, Tetsu le había tapado la boca, así que ni aunque hubiese querido le hubiera sido posible pedir ayuda. Sus ojos, semicerrados, destellaban de sombras negras, mostrando su estado de ánimo para nada feliz...y sin embargo...

Sin embargo, Tetsu sólo decía verdades. Jun no estaba seguro de que clase de hechizo había conjurado el esclavo sobre él, pero desde que lo había visto algo extraño había empezado a pasarle...lo deseaba....luego de veinte años era la primera persona que Jun deseaba...pero, ese deseo arrebatado no podía ser más fuerte que su voluntad...era un Hanori, maldita sea....

Con algo de esfuerzo logró subir sus manos hasta la muñeca de la que Tetsu usaba para taparle la boca y logró controlarla lo suficiente como para morder los dedos de su opresor con toda su fuerza...unas gotas de sangre fueron a deslizarse en sus labios, mientras el esclavo lo miraba y Jun se quedaba quieto, temeroso de que esta vez se había ganado un golpe...

Le costaba un poco creer que el menor le hubiera movido la mano tanto como para llegar a morderle; cuando sintió los dientes de Jun perforando su piel apenas hizo una mueca de dolor, y al ver la sangre escurrir por los labios de su dueño sonrió complacido.

-¿A ti también te gusta la sangre?- preguntó en broma aunque sonando sincero. Notó que Hanori tenía miedo nuevamente, pero se dio cuenta de que esta vez temía por lo que acababa de hacer, seguro pensaba que Tetsu iba a levantarle la mano, pero él jamás haría algo como eso.

-Jun…no me temas, yo jamás te haría daño- buscó sus labios para terminar de lamer la sangre que escurría por estos -si fuera necesario moriría por ti- después de decirle eso trató, con ambas manos, quitarle la ropa que el más bajo se había puesto unos minutos atrás; pero Hanori se resistía, lo cual no le molestaba pero empezaba a impacientarse un poco -vamos príncipe...no te resistas más...- la sangre de sus dedos había manchado la ropa de Jun, pero Tetsu no le dio demasiada importancia a la herida porque en algún momento tendría que dejar de sangrar.

-Deberíamos de pedir que nos traigan algo...tal vez lubricante, porque no recuerdo haberlo visto entre tus cosas ¿o es que lo has escondido bien?- pero había roto el cable del teléfono -vamos a ener que usar tu celular...¿llamas tú?-

No. No le gustaba la sangre. Pero al sentir la lengua de Tetsu en su boca, empujando dentro de ésta el líquido rojo que Jun acababa de hacer fluir una sensación extraña recorrió su cuerpo. Ya había besado antes, cierto, pero no había sido nada como eso. Ese beso sangriento fue para el más bajo como una especie de pacto, en el cual se rendía por siempre a la voluntad del otro. La sangre de Tetsu corría entre sus venas ahora también, y de alguna forma, eso hacía que Hanori le perteneciera de ese momento en adelante...

Si Jun seguía resistiendose, era más por inercia que por cualquier otro motivo. Las palabras del más alto retumbaban en su cabeza: matar por él. De una forma retorcida era el mejor halago que alguien jamás le hubiese hecho...

Sabía que estaba perdido. No había vuelta atrás y el chico lo sabía. Por primera vez en mucho tiempo dejó atrás todo sentimiento de culpa y decidió que iba a dejarse llevar por sus institntos y nada más. Aún así, cuando el esclavo sugirió llamar a alguien Jun se negó rotundamente.

-No llames a nadie...-sentenció, rojo un tanto por la verguenza que le daba su debilidad, pero también porque de pronto el cuarto estaba cargado de una especie de energía...del deseo de los dos.- lo que vayas a hacer...hazlo y ya...

Hanori no tenía idea de cuanto podría doler...ni le importaba...si Tetsu de verdad no tenía intenciones de dañarlo, que se las arreglara...

Ahora parecía que su dueño había desistido de pelear, lo cual le alegró y en parte también entristeció un poco al otro…y es que el juego se había tornado divertido para el más alto.

Cuando el menor le dijo que no llamara a nadie y que hiciera lo que tenía que hacer, Tetsu no pudo evitar sonreír complacido…y es que Jun le había ordenado que lo hiciera…ya.

-Como ordenes…- soltó como un niño al que le ordenaban comer su comida preferida; atacó la ropa de Jun, sacándole la camisa y el pantalón rápidamente pero con cuidado de no dañarla. No tenía lubricante así que iba a tener que hacer uso de su ingenio…tal vez Jun había traído alguna crema que le sirviera, empezó a recordar todo lo que había visto en la maleta.

-¡Ah!- se separó del menor después de darle un beso en el pecho y fue a buscar la crema que recordaba, regresó con esta y le sonrió a Hanori -usaremos esto en vez de lubricante…debe servir- se puso de rodillas en la cama y separó un poco las piernas del más bajo, viendo por primera vez su entrada.

-No va a doler…- después de decir eso llevó sus dedos con un poco de la crema al pequeño orificio de Jun.

Era débil. Era débil porque ahí estaba ese desconocido quitándole la ropa y Jun sólo podía quedarse quieto y mirarlo como si fuera una atracción de circo. Al mostrar su desnudez por segunda vez en el día ya no sintió vergüenza, sino mas bien una especia de curiosidad por saber si a Tetsu le parecía que su cuerpo era atractivo...trataba de adivinar en los ojos del esclavo si lo que estaba viendo le gustaba o no...

Sus amigos, siempre habían dicho que la primera experiencia sexual debía venir ligada al amor, pero para Hanori esto no era importante. Y si hasta ese momento se conservaba virgen, era poque simplemente nadie hasta ese momento había tenido la audacia de ese esclavo...Jun no esperaba abrazos tiernos ni palabras cariñosas...al menos no en ese entonces, pues no estaba enamorado...

-Crema...?.-el más bajo se sentó en la cama y óbservó al otro y volver con su chisguete de suavizante.- eso no puede ser saludable...

Tetsu le dijo que no dolería, y Hanori se limitó a asentir, aunque el más alto no pudo notarlo, ya que estaba concentrado en su objetivo; Jun luego cerró los ojos, para sentir la primera intromisión de su vida...

-Esta frío...!..y si duele...-se quejó, más como alguien acostumbrado a lo bueno que otra cosa; luego se sentó de golpe y miró a Tetsu a los ojos; este, por el movimiento, había tenido que retirar su dedo de Jun.- soy virgen Tetsu...si me haces doler...bueno...no me hags doler...

Aunque Jun le había dicho que eso no era saludable, Tetsu sabía que no había ningún problema, había leído las instrucciones de aquella crema y no podía hacerle daño al otro. Hanori se quejaba de que estaba frío y de que dolía, aunque al mayor había tratado de ser lo más delicado posible; no dijo nada…sólo pensó que debería de ser aún más delicado con el otro, pero su dueño le ganó y se sentó en la cama, haciendo que el más alto lo mirara a los ojos.

-Ya lo sé- le respondió con una suave sonrisa, sabía que Jun era virgen…eso era algo bastante obvio para el esclavo; se acercó a su dueño y le dio un beso en los labios -no voy a hacerte daño…- era todo lo que podía prometer, iba a preparar a Jun todo lo que su paciencia le diera, no le importaba estar toda la noche ahí dándole placer a la entrada del menor para que esta cediera, pero no podía controlar la delicadeza de su príncipe y no podía controlar si iba a terminar por sentir dolor o no.

-Trata de relajarte- dijo al final al ver que el menor seguía algo preocupado por toda la situación y en realidad, parecía que por primera vez Tetsu decía algo normal. Cogió más crema y volvió a llevarla a la entrada del más pequeño, metía sólo un dedo…no tenía apuro, tardaría todo lo que fuera necesario.

Jun le pedía que continuara, que introdujera un dedo más, pero Tetsu sabía ser muy paciente a veces, especialmente cuando se trataba de su príncipe, así que lo miró y le sonrió como sólo con él lo hacía y lo haría siempre, nadie más vería esa sonrisa en el rostro del esclavo jamás.

-Tranquilo príncipe…no queremos lastimarte ¿no?- cogió un poco más de la crema y con bastante cuidado se encargó de echársela en los dedos, después echó un poco más en la entrada del más bajo; una vez hecho todo eso, llevó nuevamente su mano hasta la entrada de su dueño y lo penetró con dos dedos, ahora no pasaron ni treinta segundos antes de que metiera un tercero y empezara a mover los tres dentro de su amo.

Tetsu había decidido dedicar su vida a Jun, y en realidad estaba más interesado en el placer de este en esos momentos, él jamás pensó que obligaría a su dueño a hacer algo que este no deseara, pero un par de años después los celos lo llevaron a cometer demasiadas locuras y hasta algunas atrocidades.

La entrada de Hanori sólo podía ceder con la preparación que le daba el mayor, pronto estaría listo, pensaba Tetsu.

No, no quería lastimarse ¿verdad? Jun se sonrojó ante esta especie de llamada de atención, pues Tetsu estaba demostrando tener mucha más paciencia que él; pero también estaba demostrando cada vez más que Jun era como lo llamaba...un príncipe; hasta el momento, Hanori había ignorado el adjetivo, pero estar en la cama con el esclavo de esa manera lo hacía sentir como uno; en el futuro, las delicadas sesiones amorosas que sostendrían le harían creérselo del todo...

Aunque claro, la expectativa crecía progresivamente, pues la deliciosa demora le daba al menor la oportunidad de hacerse más y más preguntas de cómo sería lo que estaba por venir; no era que no tuviera idea de como funcionaba el sexo; no era un niño estúpido; simplemente que no podía imaginarse claramente que era lo que sentiría cuando Tetsu finalmente entrara en él...dolería demasiado?...lograría sentir algo de placer?...Jun, que hasta el momento tenía la mirada perdida en el techo bajó los ojos para encontrarse con los del otro, y por primera vez se dejó ver frágil, ya que sus ojos reflejaban el miedo y las dudas que sentía, así como el deseo que en ese momento se superponía a todo lo demás.

-...Por qué eres tan amable...?

Era obvio que Jun tenía muchas dudas de cómo sería eso, pero Tetsu estaba dispuesto a hacer que Hanori sintiera lo mínimo que se podía de dolor, esa era su tarea. Con aquella pregunta buscó los ojos del menor y después le acarició con ternura la mejilla.

-¿Por qué no iba a serlo príncipe…?- subió más para quedar frente a frente y continuó mirándolo a los ojos.- ¿acaso alguien te ha hecho daño?- porque debía de haber alguna razón para que Jun estuviera reacio desde el principio, no a las caricias, si no al cariño.

¿Qué escondes príncipe? pensaba mientras veía los hermosos ojos de su dueño, era obvio que alguien le había hecho daño, Tetsu lo mataría sólo para ver tranquilo al menor. Retiró los dedos y mientras le echaba más lubricante y ahora él mismo se echaba lubricante al miembro y se masturbaba le iba hablando al otro.

-Yo jamás te haría daño…ni te trataría mal, y si alguien te molesta…dímelo, haré que se arrepienta.- dijo serio y por su tono de voz, Jun podía adivinar que el esclavo hablaba en serio.

Sí, le habían hecho mucho daño. Las ganas de vivir y la facilidad de depositar su confianza en las personas habían desaparecido en una sóla noche, en la que había visto a su padre morir por culpa suya. Desde ese día no podía creer que nadie tuviese buenas intenciones....mucho menos un esclavo. Si Tetsu no se hubiese cruzado en su camino, probablemente la vida de Jun se hubiese extinguido de a pocos, simplemente porque no hubiese tenido a nadie en quien confiar, ni amar. Y aunque esa noche Jun aún no lo sabía, el esclavo que estaba sobre él se conviritó en su nueva razón para vivir, quien lo había salvado de estar solo...

El más alto le dijo entonces que de ahora en adelante, en pocas palabras, él sería su protector y vengador personal...Hanori, casi incoscientemente, llevó una de sus manos al cabello del otro y empezó a acariciarlo mientras estuviese a su alcanze. Era sedoso y olía bien...Jun empezó a pasar sus dedos por éste una y otra vez, encantado con la sensación, mientras su otra mano viajaba lentamente por la espalda de Tetsu, hasta que decidió aventurarse un poco más, y con suma timidez tocó el miembro de éste, uniendo sus dedos con la mano del esclavo que se masturbaba...el más bajo estaba rojo, pero él también querìa hacer algo...tenía la necesidad de devolver un poco del...cariño? que estaba recibiendo...

-Enseñame...-dijo bajito, al oído, esperando que la mano de Tetsu lo guiara en el ritmo que a éste le gustaba, y que Jun iba a aprender en el futuro.

-Si Jun lo hace…entonces está bien- le dijo al menor con una sonrisa, pero a pesar de eso llevó su mano hasta la más pequeña y empezó a enseñarle cómo hacerlo; le ponía feliz que Hanori quisiera devolverle un poco de placer, la verdad no creía poder lograr eso en el menor la primera noche.

Pronto estaba por completo erecto y listo para penetrar al menor, pero dejó que éste continuara acariciando su entrepierna mientras él se dedicaba a echarle más lubricante al menor y así hacer que se relajara más.

-Lo haces muy bien príncipe…¿estás listo ya?- preguntó mientras miraba la entrada ya bastante dilataba y lista para recibir a Tetsu -lo haré suavemente…y si me lo pides me retiraré, así que no tienes por que asustarte- esperó la respuesta de su nuevo amo, aunque éste le había dado permiso antes, aún así esperaba el permiso...aunque en el futuro no siempre sería así.

Jun dejó que Tetsu guiará sus dedos temblorosos. Luego, suavemente, como si fuera a romperse, cerró la delicada mano en el miembro del otro. Al principio, sólo dejó que el esclavo se masturbara con él, pero de a poquitos, despacio, el menor iba captando el ritmo y se volvía capaz de seguir por sí mismo. El más alto entonces lo abandonó para encargarse de su entrada nuevamente, y aunque el otro se sintió un poco perdido, sólo pasaron unos segundos antes de que continuara con lo que hacía. Ya no estaba pensando. Había llegado al punto en que sólo se dejaba llevar...

Las palabras del otro llegaron a la mente de Jun como un susurro, y el pequeño moreno se limitó a asentir; aún tenía miedo, pero también lo deseaba, tal vez incluso mucho más que Tetsu...sólo que recién se daba cuenta de ello...

Cerró los ojos y esperó.

Empezó a entrar en el menor, lo hacía con toda la delicadeza posible…porque no podía romper algo tan preciado como su príncipe; afortunadamente la preparación había sido bastante y también ayudaba que Tetsu no fuera ningún ignorante en el tema. Jun se notaba algo adolorido, pero no le había dicho a su esclavo que parase, así que este no lo hizo.

Cuando estuvo por completo adentro hizo que Jun lo mirara a los ojos y le sonrió tiernamente mientras le acariciaba muy suavemente la mejilla sonrojada.

-¿Lo ves? no es tan malo…- después de decir eso comenzó a moverse no demasiado rápido, aún esperando a que el otro se acostumbrara por completo al intruso que tenía dentro de él. Tetsu estaba cumpliendo su promesa, él jamás iba a lastimar a Hanori, moriría antes de hacerlo.

Dolía. No era ni de cerca lo que Jun estaba esperando. Era consciente de que la entrada de Tetsu había sido con toda la delicadeza que era posible tener en esa clase de situaciones...pero eso no hacía que el dolor disminuyera...quemaba, y Hanori empezó a pensar seriamente que iba a partirse en dos...estuvo a punto de rogarle a Tetsu que se detuviera, pero era muy orgulloso para eso...o tal vez esa era la excusa que usaba para no admitir que de cierta forma todo ese dolor estaba gustándole...

Entoces el esclavo lo hizo verlo. Jun respiraba entrecortado y tenía las mejillas rojas, pero aún así logró enfocar la mirada en los ojos del otro. Y se sintió reconfortado. Al comentario del otro hizo sí con la cabeza, como un niño, y luego aferró sus manos al pecho de Tetsu, para trasladar un poco de su dolor a éstas...pronto el más alto empezó a moverse, y le cuerpo frágil de Jun seguía el ritmo inconscientemente balanceándose en la cama, rozando las fibras de las sábanas blancas que ahora no sólo se manchaban con la sangre del esclavo, si no con la propia...pero no le dió importancia a eso, pues el ritmo pausado de Tetsu había encontrado pronto su próstata, y la erección de Jun reaccióno de nuevo...

Sabía que no podía evitar el dolor, pero en realidad había hecho todo lo posible, Jun era un príncipe delicado y siendo su primera vez era obvio que no sería tan fácil. Hanori llevó sus manos hasta el pecho de Tetsu y clavó sus uñas en este, dolió un poco, pero eso sólo excitó más al mayor que ya había empezado a moverse.

Vio cómo su sangre caía por las manos de Jun y llegaba a manchar un poco el pecho del menor, ¿estaban haciendo un pacto de sangre? Para eso se necesitaba sangre de los dos, y cuando vio la entrada del más bajo pensó que tal vez sí estaban haciendo un pacto de sangre.

Pronto Hanori se vio más cómodo con la situación y la intromisión, así que Tetsu de a pocos fue moviéndose un poco más rápido, mientras que una de sus manos acariciaba el miembro más pequeño muy hábilmente, sólo quería que Jun la pasara bien.

-ahhh!!

Jun gimió fuerte apenas Tetsu lo tocó, al mismo tiempo que arqueba la espalda algo violentamente, buscando algo más de ese contacto placentero...jamás pensó que estaría en la cama gimiendo de placer al tacto de un esclavo; y sin embargo ahí estaba....y le estaba encantando...

Debía haber algo de masoquista en él, pues mientras más rápido Tetsu se movía, más le gustaba toda la situación, y de alguna manera la vista de la sangre derramada estaba excitándolo también. .¿Estaría finalmente volviéndose loco? Tal vez, pero ese tipo de locura, con ese hombre sobre él, destrozándolo por dentro, era la clase de locura con la que podría vivir de ahí en adelante....

Por fin los dos se habían unido y eran uno solo, si bien Jun era virgen, Tetsu tenía mucha experiencia al menos en lo que respectaba a tener sexo, porque era la primera vez que él hacía el amor, era la primera vez que se entregaba en cuerpo y alma a otra persona.

Notó que a su príncipe le había gustado el intercambio de sangre y sólo sonrió sin decirle nada, no quería decir algo extraño e incómodo en ese preciso momento; sus movimientos iban aumentando de velocidad al igual que los sonidos de los gemidos de los amantes aumentaban.

-Te amo Jun…te amo- no le importaba decirlo muchas veces porque en realidad lo sentía, aún cuando Hanori no le respondiera, el mayor sabía lo que su dueño le transmitía con la mirada.

Fue la primera vez que ezcuchó a Tetsu decir te amo...en realidad era la primera vez que quien fuera le decía algo como eso; ¿cómo era posible que fuera un completo extraño, un esclavo, el que le dedicaba estas palabras? Tenía que ser una broma, no sólo por la situación social de ambos, sino porque no hacía cinco minutos que se conocían...los remordimientos de estar perdiendo la virginidad de esa manera volvieron rápidamente...¿No hubiese sido mejor esperar a encontrar a alguien a quien pudiera devolverle la confesión?...o al menos alguien que sintiera de verdad lo que decía...

Pero entonces, el más bajo vió al esclavo a los ojos; unos bellos ojos negros profundos...y de alguna manera supo que estaba siendo sincero...un loco sincero, al que Hanori creyó, jamás podría corresponder...

-No...no digas eso...a penas me conoces...-dijo entre suspiros de placer, que no guardaban mayor relación con el significado de sus palabras

¿Por qué Jun le decía algo como eso? ¿qué importaba que apenas lo conociera? podía enamorarse…le molestó y le dolió un poco que Hanori no le creyera, ya que él le había dicho sus sentimientos y sintió eso como un rechazo. Pero no le reprochó, porque no pensaba rendirse fácilmente, ellos dos estarían juntos por toda la eternidad aunque el menor aún no lo supiera…en algún momento iba a tener que aceptarlo, estaban hechos para estar juntos.

-Lo sé…- dijo mientras suavizaba un poco sus movimientos pero asegurándose de darle placer a su príncipe -pero yo te amo y siempre estaré a tu lado- movió un poco su mano para acariciar el cabello de Jun mientras lo miraba directo a los ojos, así el más pequeño sabría que el otro no mentía -ya te lo dije, no dejaré que nadie te lastime jamás…y para eso tengo que estar a tu lado- Hanori no le respondía, ¿había dicho algo muy impresionante?

-Príncipe…te amo, y no importa si no puedes decirme lo mismo ahora. Esperaré- cuando se trataba de Jun paciencia era algo que le sobraba a Tetsu, aunque tratándose de alguien más, el esclavo no conocía el significado de esa palabra.