Ahora también es tu hogar [Carlise]

Habían pasando gran parte de la ciudad, la casa de Richard se encontraba casi a las orillas de la ciudad, lo cual le llevo algo de tiempo llegar hasta ese lugar.

Al llegar a la casa estaciono el automóvil enfrente. La casa era de dos pisos, color azul con detalles en blanco y negro, con dos árboles afuera de esta, la cual permitía darle frescura al lugar.

Permaneció sentado, pensando como iba a acostumbrarse a una compañía en su casa. Suspiro despacio y volteo a ver al chico sonriéndole.

"Hemos llegado espero y te guste la casa" abrió la puerta para salir y después la de Carlise, pasando a los asientos de atrás para sacar las bolsas con las cosas que habían comprado. Comenzó a caminar buscando las llaves de la casa, al encontrarlas abrió la puerta, dejando que pasara primero el mas pequeño para después entrar él y cerrar la puerta tras su espalda.

La casa estaba conformado, en la primera planta, por la cocina, la sala, el comedor y un baño; al entrar se dejaba ver una pared, donde se encontraba un espejo de cuerpo entero y a sus pies una macetera con margaritas, esa pared hacia que hubiera dos entradas, una de cada lado; al pasar mas adentro se observaba un juego de sala color café oscuro con detalles en gris, una mesa de centro con un florero y muebles donde tenia fotos, muñequitos, floreros y libros, una televisión, DVD, estereio, y en las paredes pinturas y figuras en madera, metal y diferentes materiales; del lado contrario un comedor de ocho personas de cedro, barnizado y con ciertos detalles grabados en la madera, bien colocados; a lado del comedor, dividido por una barra, se encontraba la cocina, bien arreglada y que se miraba casi no usada, como no si Richard no era bueno cocinando y nunca cocinaba en la casa; del lado contrario de la cocina, en un cuarto mas pequeño un baño, que igual que la cocina casi no estaba usado y siempre se mantenía de la misma manera, y a lado las escaleras para subir al segundo piso. A pesar de la apariencia de la casa, había un patio trasero donde tenía un jardín lleno de flores y plantas, ese jardín era de su abuelo, lo cuidaba como si fuera su hija fallecida, en cierta parte para Richard era como si su abuelo ahora estuviera cuidando de ese lugar. La segunda planta estaba conformado por tres cuarto, uno de su abuelo que lo mantenía cerrado, otro que le pertenecía y un mas para huéspedes, que ahora seria del pequeño; también había un estudio y un balcón, separado por una puerta corrediza de cristal, donde estaba una mesa con unas cuantas sillas y unas maseteras con palmeras y plantas, al aire libre. La casa era demasiado para Richard, ya que casi no se mantenía en la casa y siempre estaba ocupado con el trabajo; antes ahí habitaban tres personas, que ahora solamente se resumía en una; a pesar de su ausencia en ese lugar, estaba bastante arreglado ya que cada un mes le pagaba a alguien para que hiciera el aseo de la casa a excepción del cuarto de su abuelo.

"bueno, ya estamos aquí..." camino a uno de los sillones, dejando las cosas que traía y sacándose el saco para dejarlo un poco doblado sobre el respaldo del sillón.

"pues en la parte de arriba están los cuartos, aquí solamente esta la sala, la cocina y el comedor..." comento mirando al chico para observarlo que pasara a la casa y se sintiera cómodo.

Ya quedaba poco para llegar por fin a su nuevo hogar, en donde ahora sabía donde poder regresar cuando él quería y sabría que siempre estaría Richard para darle la bienvenida, algo que le encantaba aquella idea, algo con lo que siempre había soñado; Tener un hogar.

Al notar como detenía el vehículo, se fijó por la ventanilla una gran casa azulada, se sorprendió por ver tal cosa, era la primera vez que veía una casa tan grande, en la que hace años estaba era muy pequeña para tantas personas, tanto que hay a veces que se preferiría dormir en la calle.

Se lo quedó mirando, desde fuera la casa era precioso con un jardín grande y hermoso, lugar perfecto para relajarse o tan solo jugar un rato. Sonrió ante ello, y al escucharle le miró por una vez más, sonrió felizmente y asintió con el rostro. –Sí, me encanta.- Le dijo manteniendo su sonrisa entre sus labios.

Después empezó a quitarse con cautela el cinturón de seguridad, una vez que se lo quitó bajó del coche, respiró hondo y pudo observar mejor la casa, por l aspecto parecía ser que tenía dos pisos, era perfecto, incluso sus ojos brillaron de la ilusión.
Ansioso entró dentro de la casa.

Su rostro se quedó expresivo ante tal belleza, era un lugar grande, libre de poder corretear por allí o incluso hacer lo que quisiera, pero claro, era el lugar de Richard, algo que tendría que ir con cuidado para no estropear las cosas de su “dueño”
Avanzó tres pasos más, era hermoso, ilusionado corrió un poquito, pero con cautela, observando las puertas y lo que había dentro de ellas.

Era el lugar perfecto; Se giró para ver a Richard con sus luceros brillantes y rebosantes de felicidad. –Es genial.- Dijo sin saber lo que decía exactamente, estaba ilusionado, ciego por la felicidad, sabía que quizá sea una idiotez por comportarse de esa manera, pero era inevitable, se sentía tan bien allí…
-¿Podemos ir arriba?- Le preguntó ilusionado, esperando su respuesta con ansias e ilusiones.

Le sonrío al chico para luego tomar las cosas que había dejado y hacerle gusto al mas pequeño.

"anda vamos" comenzó a caminar hiendo donde las escaleras se encontraban, subiendo a la segunda planta donde solamente se encontraban los cuartos, un estudio y una terraza.

Al llegar fue directo donde iba hacer la recamara del menor, el cual se encontraba situado a lado de las escaleras.

"Este va hacer tu cuarto... espero y te sientas cómodo... la recamara de enfrente es mía, el cuarto que esta a lado es el estudio y ahí afuera es una terraza donde tiene una bonita vista" le sonrío mientras abría la puerta y le mostraba la recamara; no era gran cosa ya que casi no tenían visitas y cuando Ezekiel vivió ahí casi se la pasaba en el cuarto del peliverde; estaba conformada por una cama matrimonial con un juego de sabanas celestes, un buró donde había una lámpara y un reloj, que se encontraban situadas en una esquina, contra esquina un librero donde tenia distintos muñequitos de barro y un florero, sobre esa misma pared había una ventana bastante grande y un escritorio con una lámpara y una silla, a lado de este mueble se encontraba un closet.

Richard entro a la recamara y sobre la cama dejo las bolsas que contenían las prendas del pequeño.

"bueno espero que te sientas como aquí... y si necesitas algo ya sabes donde estoy" le sonrío mientras se acerco al menor y le depositaba un beso en la mejilla y le revolvía los cabellos.

"¿tienes hambre?..." recordando el detalle de que èl no cocinaba y el de su trabajo.

"Carlise..." camino nuevamente hacia èl y lo llevo a que se sentara en la cama "yo... no cocino.... no soy bueno en eso... y sobre mi trabajo, bueno espero y te puedas adaptar fácilmente... soy dueño de un restaurante y aun que no lo creas ya que no se cocinar así es... es por eso que hay meses en los que no me encuentro en casa... así que espero y me tengas paciencia... cuando suceda eso nos iremos a mi despacho... ahí estaremos, ¿sale?" le sonrió nuevamente esperando su respuesta.

Sonrió ampliamente y no dudó en subir los escalones, rápidamente pero fijándose en las cosas, era un lugar precioso y amplio, perfecto para jugar.
Dos, uno….

Ya había llegado arriba, y en el último escalón lo saltó ágilmente, observó su alrededor y se apartó del medio para dar paso al mayor.
Sonrió ampliamente y prosiguió una vez que el ajeno acabó con su explicación, esperó delante de la puerta, hasta que este le abrió, entró dándole las gracias y pidiendo permiso.

Pero en aquel momento se recordó de las bolas, estaba tan ciego en aquel gran lugar que se le había olvidado por completo ayudar al ajeno.
Se giró rápidamente, pero demasiado tarde….

Ya había depositado sus cosas encima de la cama.
Bajó el rostro, arrepentido de todo, había sido un idiota…. Había dejado que el otro hubiera cargado con las bolsas, ¿Cómo podía pedirle perdón?
Resopló y fue entonces que sintió los labios del ajeno en su mejilla.
Haciendo que se ruborizada un poco.

Se llevó su diestra hacia la mejilla besada, parpadeó un tanto atónito, para después volver en sí, tenía que disculparse de aquello, ¿pero cómo? ¿Ahora cómo Richard le miraría?
Resopló una vez más.

Pero en cuando escuchó la voz del ajeno volvió en sí, sacudió un poco la cabeza y le miró de nuevo. –Pues…- Parpadeó.
Pero sin darle tiempo a decir nada, se sentó en cuando el otro le ordenó, le observó y escuchó con atención lo que este decía…

Más negó con el rostro rápidamente. –No te preocupes, yo siempre estaré aquí a esperarte, así que puedes tardar lo que quieras, estaré esperándote aquí.- Dicho esto le sonrió, dándole a entender que podía confiar en él. –Es más….- Deslizó su mirar hacia otro lado. –Lo siento por no serte de ayuda pero… Yo tampoco sé cocinar…- Susurró. –Pero intentaré aprender cada día, te lo prometo, practicaré cada día e intentaré hacerte los platos que te gusten.- Dijo mirándole, parpadeó un tanto nervioso por lo que acababa de decir… La verdad, ¿había echo bien?

Le sonrió y después se acerco más al rostro del pequeño.

"no es necesario... por la comida yo me encargo..." se había escuchado un poco egoísta, aun que por dentro estaba feliz de que ese chico pusiera ese entusiasmo en hacer las cosas, ya que sus palabras así habían sonado.

"agradezco mucho tu entusiasmo... y las ganas de ayudarme..." tomo entre sus manos el pequeño rostro del chico le deposito un beso en las mejillas y le sonrió amablemente.

"espero pronto te acostumbres a esta casa y sobre todo a aguantar mi carácter" aun le sonreía, no se arrepentía de de haberlo llevado.

"si necesitas algo dime... el baño esta a lado del cuarto de..." titubeo un poco... recordó que no le había mencionado la recamara de su abuelo, la cual mantenía cerrada desde que el anciano falleció.

"... ¿ves los dos cuartos contrarios a este?... no, mas bien dicho a lado del cuarto contrario al del estudio...¿me entiendes?" pregunto algo confundido, no sabia como explicarle la posición; espero la respuesta del chico, dejando el rostro y retirándose de este.

Se percató de que este se acercaba algo más, haciendo que sus mejillas se sonrojaran, algo que intentó que no se visualizara.
Parpadeó un tanto nervioso al sentir las manos calidad en sus mejillas, notando aquellos labios encima de su mejilla diestra.

Cerró por unos segundos sus luceros, para después abrirlos y contemplar al mayor delante suyo, incluso podía sentir el aliento de este encima de él, algo que le causo cierto escalofrió.
Negó con disimulación el rostro, intentando que todas aquellas sensaciones se marcharan de su cuerpo.

Richard era tan amable… Había tenido suerte de poder estar con alguien como él, ¿pero él pensará lo mismo? Claro, se sentía bien a su lado, ¿el otro opinaba igual?

¿Cómo podía estar pensando en eso? Por poco que acababa de conocerle sabía que no era mala persona, así que podría estar seguro a su lado, y haría todo lo que estuviera en sus manos para intentar ayudarle en todo lo que fuera.

Le miró ante su comentario, parpadeó y frunció un poco el ceño. -¿Cómo puedes decir eso? Yo estaré bien, es más no hay que soportar nada, eres una buena persona, así que no temo a nada.- Le sonrió con dulzura, pero se percató de lo que había dicho.

¿Habría dicho bien? Avergonzado agachó el rostro hasta que escuchó su pregunta, cual le miró, no mucho por la vergüenza.
No entendió de lo que quería decir, más, se lio un poco, negó con el rostro, dando a entender que no le comprendía.

Mal hecho, ahora puede que este piense que es un idiota por no captar las cosas a la primera, frustrado resopló.

Le sonrió amablemente, pero esa faceta era simplemente una de las tantas que tenia Richard, aun que le preocupaba si algún día lo encontraba su lado molesto, aun que siempre intentaba ser muy precavido con todas las cosas.

"WAAA! lo siento..." dijo un poco preocupado, después de rasco un poco la cabeza para pensar como decirle la ubicación. Se estaba complicando las cosas con tan solo una explicación y eso le frustraba, como era posible el no poderlo hacer.

"ven..." le dijo al chico mientras le tomaba la mano y caminaba afuera. Salieron de la recamara y camino donde estaba el baño, dejando ver también la terraza que había en ese lugar.

"este es el baño ¿si?" sonrió nervioso, abrió la puerta y se dejo ver un baño bastante limpio, con una bañera algo grande, era bastante espacioso el lugar así que ya se lo había mostrado.

"y de este lado..." lo jalo aun sin soltarle la mano al chico, paso al lado del estudio "esta el estudio..." le dijo abriendo la puerta del estudio, al igual que los demás cuartos era algo grande, solamente que este no era tanto, tenía muebles con un montón de libros y una mesa en el centro que tenia una computadora, una lámpara y mas lugar para poder trabajar o leer, también había un sofá a lado de una ventana que iluminaba el lugar por el día; claro que tampoco podia pasar de largo, aquel piano de cedro varnizado.

"espero y te acostumbres rápido..." susurro por ultimo aun permaneciendo enfrente de la puerta del estudio.

"si te gusta leer, hay varios libros interesantes... solamente avísame para que los busque y te los deje a la mano ¿sale?" le sonrió mas tranquilo y satisfecho por lo demás.

"esta es tu casa y nada de lo que hay aquí esta prohibido para ti... son tus cosas y mías también ¿si?" dijo volteando a ver al chico.

Al escuchar su exclamación se sobresaltó un tanto, se le quedó mirando, parpadeó y negó con el rostro, él no tenía la culpa, para nada, si no el mismo que no se enteraba de lo que le decían, era un inútil….

Entrecerró su mirar para después mirar al otro y negar con el rostro. –No es tú culpa si no….- Ante des poder decir nada el otro ya le había agarrado de la mano cual hizo que se levantara u le siguiera.

Solo hizo caso… Le miró para después mirar a su alrededor curiosamente, era una casa muy grande… Algo que le gustaba, no como en aquel lugar, encerrado solo en cuatro paredes blancas…. Algo que se podría decir… Un infierno.

Observó las habitaciones que este indicaba, incluso el baño era “enorme” para sus ojos, se quedó sorprendido por ello.
Le miró de nuevo y observó cierta puerta que no le había dicho nada de esa.

Ladeó la cabeza, alzó su mano libre y señaló hacía aquella puerta cerrada. -¿Y esa habitación?- Preguntó curiosamente, quizá había dicho mal preguntar… Pero… Tenía cierta curiosidad por saber de aquel sitio… Saber en dónde podría entrar y donde no.

"¿Ha?" pregunto despistado, si, tenia razón, aquellas palabras que le había dicho anteriormente eran falsas, si había una cosas que Carlise no podía hacer, y era en aquel cuarto.

"Lo siento... creo que... nunca he abierto ese cuarto... y no lo deseo hacer..." susurro las ultimas palabras, sabia perfectamente que es lo que contenía aquella habitación pero abrirla solamente le traía recuerdos que deseaban dejar en el pasado, la muerte de su abuelo le había dolido mucho así que lo único que no podía olvidar era aquel jardín, atrás de la casa, que cuidaba todos los días aquel anciano.

"puedes abrir las demás puertas... lo que gustes... solamente esa no ¿si?" aun que Carlise quisiera abrir aquella puerta no iba a poder, ya que aquella estaba siempre bajo llave, y esa llave la tenia Ezequiel, se la había entregado a aquel rubio cuando el anciano falleció, ya que Richard sabia perfectamente que si la tenia él no iba a poder resistir en abrirla y desde entonces aquel chico había tenido la llave, tenia mucho tiempo que no la miraba y deseaba que así fuera.

"Antes vivíamos tres personas en este lugar... es por eso que la casa es grande... pero ahora solamente quedo yo..." le sonrió al chico y le revolvió los cabellos. La mirada de Richard había cambiado, ahora detonaba un poco de tristeza y melancolía.

Dejó de señalar en cuando el otro se percató de que estaba señalando, le miró con cierta curiosidad. ¿Habría dicho mal en preguntar…? Parecía que sí… Al ver aquel rostro se sintió mal por dentro…
No tenía que haber preguntado nada… Tendría que haber tenido la boca cerrada…

Al escucharle se quedó sorprendido ¿Nunca había entrado en aquella puerta? Parpadeó, parecía ser que había algo malo o que no deseaba ver, fuera lo que fuera estaba allí dentro, en aquella habitación, detrás de aquella puerta se encontraba un simple misterio que le envolvía de curiosidad, pero se tendría que contener….

Ahora sabía en aquella habitación no podría entrar, pero si no había entrado nunca aquello significaba que estaba cerrada bajo llave, así que le sería difícil de entrar…. ¿Pero que estaba pensando? No iba a entrar por nada del mundo….

De nuevo su mirada se fijó en el mayor, ¿Tres, habían tres personas en aquella casa y al final solo quedó uno, qué pasó con los otros dos? … Todo estaba lleno de preguntas… Pero sería mejor aguardarse las dudas, por aquel rostro que el otro tenía parecía que no le gustaba hablar de ello, parecía que… Su pasado había sido triste…

Resopló, había sido su culpa por haberle dicho aquello… Se inclinó hacia delante, haciendo que su cabello le cubriera su mirar. –Lo siento…- Se disculpó en un susurro, no soportó al ver aquel rostro lleno de tristeza…

Noto que sus palabras había lastimado a Carlise, eso le causo pena y desprecio había si mismo.

"No tienes por que disculparte... yo soy el que no debió de decir esas cosas..." le sonrió agachándose hasta quedar a su altura, lo tomo de la barbilla, levantándola, para que le mirara.

"... las cosas del pasado debes de dejarlas atrás, aun que claro que no siempre, ya que están nos han enseñado mucho y a las cuales debemos sabiduría... y experiencias... así que no te me pongas así... además de que las cosas deben pasar por alguna razón... ¿no estas de acuerdo conmigo?" le sonrió, sin soltar aquel rostro.

"Además me alegra que aquellas cosas pasaran... ya que si no yo no hubiera crecido y no me aria cargo de los deberes de mi familia..." aun que sabia perfectamente que ahora su familia era Ezequiel, Tatsuya y el nuevo integrante Carlise.

"Y hablando de familia... quiero que la conozcas... no somos una familia normal... en la que hay una mama un papa y sus hijos... pero son mi familia... y ahora tu eres parte de esta..." le sonrió amablemente acercándose mas al pequeño y abrazándolo fuertemente.

"Veras que te agradaran" susurro en el oído de Carlise.

Se mantuvo de aquella postura aun que le haya escuchado, se sentía mal por haberle recordado cosas, no sabía lo que era ni que se escondía detrás de aquella puerta, pero por la expresiones que el otro hacía se podía entender que n era nada agradable…

En cuando notó que le alzaba el rostro no pudo evitar dirigir su mirada hacía el, observando los ojos ajenos mientras que parpadeaba, aun sintiéndose mal por lo ocurrido…
Entrecerró sus luceros al escuchar aquellas palabras tan sabias que el mayor había pronunciado, claro, tenía razón, el pasado se queda atrás y solo se puede estudiar, aprender de ella…

Asintió con el rostro ante su pregunta, si, estaba de acuerdo con él…

¿Conocer a la familia? Ante aquello se puso nervioso, ¿Y si los demás no le gustaba, y si no se llevaba bien y si…? Negó con suavidad y sin notar el rostro, desvaneciendo aquellos pensamientos de su cabeza…
No era momento de pensar en eso, era la familia de Richard, así que no pasaría nada.

Ante aquel abrazó hizo que volviera de sus pensamientos, parpadeó sorprendido y ante sus palabras en su interior sintió felicidad… Ser parte de ella… Aquello había hecho que sonriera con felicidad, hacía tanto tiempo que no estaba con una familia…

Sin ser consiente llevó sus brazos hacía la espalda del ajeno, aferrándose a este con cierta fuerza, estaba eternamente agradecido con él…

Se separo del chico y le sonrió amablemente, lo tenía tomado por la cintura, aquella delicada cintura.

"Me alegra que te agrade la idea..." le sonrió y le deposito nuevamente un beso en la mejilla.

"voy a llamarlos..." se levanto y busco su celular en uno de los bolsillos de su pantalón, al encontrar busco el numero de Ezequiel y marco.

"Bueno" se escucho la voz de Ezequiel en la otra línea.
"¿Eze?"
"quien mas" se escuchaba molesto y como que no le estaba prestando atención a lo que estaba diciendo.
"Ven a mi casa... te quiero presentar a alguien... ¿sale?"
"¿Ahora?"
"Si, por favor... nos vemos en un rato..." Ezequiel sonaba molesto que lo hubiera llamado, suspiro despacio y después busco el número de Tatsuya, se le había ocurrido una cena para esta noche, obviamente no iba hacer en la casa, pero el celular de Tat sonó y al poco tiempo colgaron, suspiro algo preocupado.

"Huuumm.. Tatsuya no contesta y me cuelgan" comento en voz baja.

"Bueno hoy tendremos invitados así que tendremos que arreglarnos..." se dirigió a Carlise y le sonrió.

Se separó cierta distancia de este, así poder contemplar el rostro sonriente del ajeno, cual él también sonrió, estaba feliz, parecía ser que aquel día sería el más feliz en toda su vida, por fin tenía un hogar y formaba parte de una familia, ¿qué otra cosa podría pedir?

Después observó como el otro marcaba el número de uno de sus familiares, esperó impaciente, estaba ilusionado pero a la vez con cierto temor, ¿Qué haría delante de ellos?
Con esos pensamientos se empezó a poner una vez más nervioso…

Resopló e intentó tranquilizarse, cosa que poco consiguió, posó sus luceros encima del mayor, observando y escuchando las acciones y lo que decía.

Ladeó la cabeza ante su susurro, parecía que había algo que no iba bien. Pero ante su comentario sonrió y asintió la cabeza. –Podrá utilizar la ropa que me compraste.- Dijo ilusionado, mirándole con alegría e ilusión por ello.

"Claro..." le sonrió amablemente y le revolvió los cabellos.

"Entra tu al baño primero" le sonrió.

Todo pintaba que ese día estaría muy alegre y acompañado, solamente una cosa le preocupaba mucho, eso era de por que no contestaba Tatsuya el teléfono, sabia perfectamente que Ezequiel y Tatsuya había estado arreglando el problema del portátil, seria mejor hablarle a Ezequiel de nuevo, así confirmaría que es lo que pasaba, aun que había escuchado muy distraído y preocupado cuando le hablo, su mente se había sumergido en ese sin fin de pensamientos, muchas posibilidades pasaban por su mente y eso le molestaba mucho, el hecho de que algo malo le hubiera pasado le causaba pánico. Para Richard Tatsuya era su hermano menor, y como siempre le observaba sonreír por lo que hacían en el trabajo le costaba creer que por algún error del descuidado Ezequiel a Tatsuya lo hubiera herido o algo por el estilo. Por su cuerpo le recorrió un escalofrío de tan solo pensarlo.

Tomo nuevamente su teléfono y ágilmente escribió un mensaje a Ezequiel, necesitaba que estuviera con él.

Después de que el mayor le sonriera, asintió felizmente con el rostro, para después dirigirse hacia su supuesta habitación, en donde allí estaba la ropa, buscó la más adecuada y después se la llevó hacía el baño. –No tardo.- Le dijo antes de cerrar la puerta de esta.

Dentro de esta dejó a un lado la ropa y empezó a quitarse la propia, también dejándola a un lado, separada de la ropa limpia.
Una vez que se despejó de su ropa se adentró en la ducha.

Allí, con la diestra abrió el grifo y dejó correr el agua fría, y en cuando sintió que empezaba a pasar el agua caliente se metió debajo de esta, haciendo que empapara su cuerpo.

Al cabo del rato salió de allí con una toalla blanca alrededor de su cintura más otra en su cabeza, se dirigió hacia donde tenía su ropa limpia, la miró por encima y sonrió, era la hora de cambiarse y probar lo que le había comprado Richard.

Estaba tan ilusionado…

Espero de que el menor entrara al baño, después se encamino a su recamara, aquella recamara que le había pertenecido después de que sus padres fallecieran en aquella guerra, suspiro preocupado por Tatsuya, aun no recibía respuesta del otro.

Al entrar se podía observar que aquella recamara esta conformada por un closet de madera, con dos espejos, uno de cuerpo entero y el otro mas pequeño, a lado de esta una ventana, que daba iluminación al cuarto, a los pies de esta una mesa con su silla, con papeles regados, una lámpara y varios artículos de oficina, en la siguiente pared había otra ventana que daba vista hacia la calle, bajo los pies de esta un sillón bastante cómodo, prosiguiendo un tocador, donde se podía prestar atención a varias fotografías de personas, las que mas resaltaban eran las de Ezequiel y Tatsuya... y un fotografía de su viejito y una que se mantenía boca abajo, la cual pertenecía a sus padres, y por ultimo una cama matrimonial con dos burros a lado de esta, donde había varias cosas personales.

... alguna vez dos personas durmieron ahí... pensó, recordando aquellas noches de desvelo y largas conversaciones con Ezequiel, al observar aquella enorme cama, suspiro y prosiguió mejor a quitarse la ropa; se trenzo aquella cabellera verde dejando unos que otros cabellos sueltos, eran aquellos rebeldes que no se dejaban amarrar, así continuo a quitarse la ropa y quedar solamente en boxer, buscando en aquel closet algo de ropa para colocarse, saco una playera azul marino y un pantalón de mezclilla que se arremango un poco en la parte inferior de este; dejo su traje arreglado sobre la silla de la mesa recordando que había dejado su saco en el cuarto de Carlise; salio de ahí y se adentro en aquella habitación, se dirigió donde estaba el saco y observo que las bolsas aun estaban ahí, sonrió y comenzó a sacar todo, colocando cada prenda en aquel closet, al terminar tomo su saco y uno del chico saliendo del lugar y adentrándose nuevamente en su cueva, como el la llamaba.

Con una amplia sonrisa agarró entre sus manos la primera prenda, la camisa, cual esta era blanca como la nieve, conjunto con una cinta roja que iba para hacer de adorno en el cuello.
Lo miró, ladeó la cabeza, manteniendo su sonrisa en sus labios, después sin llegar a tardar empezó a colocarse la camisa.
Se abrochó los botones, la cinta la dejó a un lado, aquello sería lo último que se pondría, por si acaso todo el rato se le caía.

Después prosiguió con los pantalones, pero claro, primero se quitó la toalla de su alrededor, se colocó la ropa interior, color blanco, para después colocarse los pantalones negros, de un buen uniforme, conjunto a la camisa.

Se cerró la cremallera y se colocó bien el cinturón que le sostenía, después se aceró al espejo que había en aquella sala, agarró la cinta y mientras que se miraba desde el espejo se iba colocando la cinta por alrededor del cuello de la camisa.

Al acabar se echó un vistazo, no le había quedado muy bien aquel lazo de la cinta, resopló y lo volvió a intentar, pero nada… Aquello tampoco era lo suyo, resopló y lo dejó como le tenía, después empezó a arreglarse el cabello, con un peine empezó a peinarse poco a poco, se notaba que se cuidaba bien el cabello.

Había salido de su casa y se había montado en la motocicleta, manejando lo mas rápido que podía y debes en cuando se pasaba uno que otro semáforo rojo.

Su mente estaba inundaba con una sola persona, con aquella expresión de temor, enojo, asco y vergüenza; en su mente solamente venían reflejadas aquellas expresiones y sobre todo aquellas palabras que le había dicho; definitivamente Tatsuya traía algo con Richard eso le molestaba, le molestaba al punto de rendirse ante aquella situación, si así era, solamente le quedaba contemplar la felicidad de su persona amada y de su 'hermano'.

En un semáforo se paro, pensando sobre todo lo que había pasado en ese día, pero el sonido de su celular hizo que se saliera de sus pensamientos, era un mensaje del peliverde, lo leyó y suspiro, no iba hacer lo que le pedía simplemente iría a aquella casa y vería que es lo pasaba. Prosiguió con su camino hasta llegar a aquel lugar, donde vivió varios años y por primera vez se sintió feliz de lo que se encontraba haciendo y con los que se encontraba. El abuelo de Richard había sido muy bueno con él y de igual manera el dueño de aquel restaurante.

Al llegar a la casa estaciono la moto en el lugar de atrás del coche de Richard, y prosiguió a entrar a la casa. Aun tenia una copia de la llave, eso le facilitaba muchas veces el hecho de no llegar a aquel lugar extraño, lugar en donde vivía ahora. Entro sin preocuparse y busco a su amigo, pero antes de buscarlo en su recamara se quedo parado enfrente de aquella puerta... observándola y sintiéndose mal por aquel día.

"Richard... aun no quiere perdonarse... señor" susurro ante aquella puerta... aquel día, hace siete años atrás, no había sido como todos hubieran querido...

Se arregló bien el cabello, se miró al espejo, sonrió y ya creyó que era el momento de salir de allí, pensó que seguramente aquel invitado no tardaría en llegar así que tenía que preparar las cosas… ¿Qué cosas? Claro, quizá preparar la comida o algo… Pero… No se le daba bien… Aun así, le había dicho a Richard que lo intentaría cosa que lo haría.

Ya decidido recogió las cosas, abrió con su mano libre la puerta para después salir y cerrar la puerta detrás de sí.

Dio un paso y se encontró con cierta silueta justo en frente de la puerta que le había impedido Richard.
Giró la cabeza para observarle mejor, parpadeó y ladeó la cabeza.

Poco a poco se fue acercando con algo de sigilo, no le era reconocido así que quizá aquel hombre fuera algún ladrón o algo…
Frunció un poco el ceño y le señaló. -¡Eh, tú, qué haces aquí!- Exclamó, en sí no sabía cómo había sacado tanto valor para llegar a decir aquello, pero ya se lo había dicho, así que demasiado tarde…

Sin saberlo su cuerpo tembló un poco por los nervios, ¿y si en realidad era un ladrón? Se estaba metiendo en un lio, pero claro… No podía haber sido el invitado, ya que supuestamente habría picado o algo para avisar de ya había llegado…

Estaba tan concentrado con todo aquello que no se había percatado de que aquel chiquillos había salido del lugar, hasta que una voz desconocida y algo graciosa se hizo presente en sus oídos; volteo a ver algo extrañado y sonrió a ver la reacción y como temblaba el pequeño, se le acerco poco a poco hasta que sin decir mas lo tomo de la cintura y con la otra mano del mentol.

"oh!, que pequeño tan mas valiente y a la vez cobarde..." le sonrió dejando poco espacio entre ambos rostros.

... ¿así que este es la cosita que me quería enseñar?... pensó observando cada detalle del cuerpo y rostro del chico; sonrió al ver que Richard había cambiado mucho de gustos, no sabia que le gustaran a las personas de pequeña de edad y sobre todo de complexión aniñada.

"tu debes ser..." se quedo ahí pensando en el chico y después la imagen de Tatsuya se le vino a la mente, como era posible que estuviera haciendo eso, o mas bien dicho, como es que Richard había llevado aquel pequeño a su casa, que es lo que estaba planeando, quería engañar a Tat, o en realidad que es lo que estaba pasando por la mente de aquel sujeto, su cabeza estaba hecho bolas y no sabia en que pensar, todo era confuso, sin sentido y lo menos que quería era cometer algún error, suspiro y se quedo ahí observando aquel rostro con una sonrisa entre los labios.

Se quedó de la misma postura, mientras que le seguía señalando y su cuerpo temblaba ligeramente, pero al ver como este se acercaba dejó caer su brazo que estaba alzado, sintiendo como le agarraba de la cintura y del mentón, haciendo que le mirase con el ceño fruncido.

-¿C-cobarde? Yo no.- Le dijo mientras que intentaba separarse de su “agarre” cosa que consiguió y se alejó unos pocos pasos del ajeno.

De nuevo se le quedó mirando a cierta distancia. -¿Qu-qué haces aquí?- Preguntó con la voz un tanto temblorosa, ¿Quién era aquel joven, sería un ladrón…?

Al escuchar sus palabras incompletas ladeó la cabeza, aun sin llegar a confiarse demasiado, cosa que después frunció un poco el ceño. –Eso debería decirlo yo, ¿Quién eres?- Le preguntó, ahora su voz no temblaba pero por dentro se estaba muriendo del miedo, cosa que intentaba que no se notara el pánico, pero puede que a través de sus ojos se llegue a ver su expresión verdadera.
Esperó su respuesta manteniendo las distancias, intentando que aquel no se le volviera acercar como antiguamente.

Por un momento había tomado la fotografía de su abuelo, la observaba recordando lo mucho que le había enseñado, pero aun se sentía culpable de aquella noche... aquella noche en la que había acabado con la vida de aquella persona amada para él, no sabia muy bien como había logrado sobrevivir, pero lo mas seguro era por aquel otro chico, aquel rubio que nunca mostraba una cara triste en un momento como aquel.

"lo siento... abuelo" suspiro y dejo aquel retrato en el buró; volteo a ver hacia la ventana al escuchar una motocicleta estacionarse enfrente de la casa, suspiro y mejor prosiguió a salir de la recamara para poder recibir al chico y preguntarle de aquella otra persona.

Cuando se decidía a salir de la recamara su celular sonó, lo había dejado en los bolsillos de su saco, y ahora estaba hecho un desorden sobre aquella cama, no encontraba el bolsillo y el celular sonaba insistentemente; después de unos minutos encontró aquel celular, contesto y era un socio.

Termino de hablar con aquella persona, pero había tardado algo, necesitaba arreglar aquel asunto de la orquesta.

Salio de la remara, topándose con un Carlise algo asustado y un Ezekiel acosador. Suspiro y prosiguió a terminar con aquel asunto.

"No te preocupes... no es ningún ladrón..." le sonrió a Carlise, dirigiéndose donde estaba y abrazándolo.

"Ezekiel... deja de molestarlo..." le dijo al rubio.

Mantuvo las distancias con aquel supuesto hombre, cual le miraba con el ceño fruncido pero a la vez su cuerpo temblaba, parpadeó y al dirigir su mirar hacia otro lado observó a Richard. –¡Richard!- Exclamó pronunciando su nombre.

Pero se percató de la tranquilidad de este, cosa que llegó a sorprenderle… ¿Le conocía? Ahora, al estar Richard ahí se sintió mucho más seguro, cosa que su cuerpo dejó de temblar poco a poco y ante el abrazo del mayor se lo quedó mirando sin comprender.

¿Qué estaba pasando, Richard había pronunciado un nombre… De quien? Miró al rubio, así que…. En realidad sí que se conocían, ante aquello se sorprendió, ¿ahora que debería decir? Se maldijo así mismo mientras que dejaba escapar un ligero suspiro.

Se sentía a la vez avergonzado por la pequeña escena de antes, pero ahora tocaba disculparse.
Así que entre los brazos del mayor agachó un poco su rostro pero mantuvo el ceño fruncido, no le había gustado que aquel le hubiera llamado cobarde… -L-lo siento por haberte confundido…- Susurró a la vez que deslizaba su mirada hacía otro punto de la casa.

Por un momento sintió un poco de rabia, pero después se tranquilizo y controlo su coraje... era sencillo saber por que sentía coraje... cada día estaban mas claros sus sentimientos hacia Tatsuya y cada vez mas estaba mas seguro que entre Tatsuya y Richard había algo y eso le molestaba... le molestaba demasiado que aquella persona ahora tuviera a otra y sentía que los celos lo invadían... pero tenia que escucharlo de la boca de aquellas dos personas para estar seguro...

"heeee!!! Que agresivo eres... solamente me estaba divirtiendo..." se rió un poco para después acercarse donde estaban aquellas dos personas.

"¿y para que me llamabas?" miro al chico que estaba bien agarrado al abrazo del peliverde.

"¿quieres que haga algo con este pequeño?" sonrió picaron tomándole el mentol al chico mientras que con el dedo pulgar acariciaba la mejilla de este.